Un misterio llamado Cristina (Kirchner)/Andrew Graham-Yooll, periodista y escritor. Ha sido director del Buenos Aires Herald
Publicado en EL PAÍS, 29/10/2007;
A lo largo de medio siglo los argentinos hemos querido ver en cada consorte presidencial a una Eva Perón. Cristina Elizabeth Fernández, la actual “primera dama”, cónyuge del presidente Néstor Carlos Kirchner y próxima a sucederlo tras el escrutinio de este domingo, no ha escapado a esa categoría. En el mejor de los pareceres, esta búsqueda de una nueva Evita refleja la inmadurez nacional mantenida a lo largo de seis décadas por un populacho ávido de beneficios sin esfuerzo y sostenida por políticos mediocres cuya máxima mentira es que la vida puede ser una serie de regalos del Estado. Reflejan, populacho y políticos, la necesidad argentina de hallar una especie de nodriza, un ente maternal, una gran teta, que alimente las fantasías del jardín de infantes, la idea de “un país feliz” que supuestamente existió antes de la muerte de Eva Perón en julio de 1952. Esto se evidencia hasta en las leyes laborales y en los reclamos de huelguistas que permiten creer que solamente una reencarnación de Eva Perón puede restablecer el verdadero bienestar. Y la buscan en toda mujer atractiva que se acerca al poder.
Hoy es Cristina Fernández -abogada de la universidad de La Plata, emigrada a la Patagonia en 1977, cuando huyó con su marido de lo peor de la dictadura militar- quien tiene que seguir con este cuento en el siglo XXI. “Fernández” no tiene el peso sonoro de “Perón”, pero ella tiene el perfil de mujer argentina aspirante a la juventud interminable que permite la magia cosmética lograda con la indudable ayuda del bisturí. Todo esto, educación, éxito, cara de nena argentina estereotipada, un chismerío de mujer apasionada con brotes furiosos en la intimidad doméstica, conforman una personalidad que se hace atractiva al electorado argentino, siempre buscador de fantasías seductoras.
Desde el derrocamiento de Juan Domingo Perón, en septiembre de 1955, cada “primera dama” ha sido vista en su “potencial Eva”. Obviamente hubo aspirantes mejores y menores. Estuvo la presidente María Estela Martínez Cartas de Perón, pobre infeliz, tercera esposa de Juan Perón, y también Zulema Yoma, rubia teñida con aspiraciones de poder, mujer del ex presidente (1989-1999) Carlos Menem, que el magistrado sacó a patadas de la residencia presidencial de Olivos. A Menem también podemos agregarle la aspirante chilena Cecilia Bolocco.
Cristina ha sentido necesario decir reiteradas veces que no es Eva. Pero hay gente que quiere que lo sea. Eva Perón nunca gobernó. No hay duda que Cristina Fernández tiene una maquinaria que le permitirá gobernar. A Cristina le falta experiencia de función pública. Eva creció en la función. Eva tuvo calle desde la cuna. Cristina tiene calle como consorte y legisladora: su marido presidente estuvo once años en la gobernación de la patagónica provincia de Santa Cruz, hasta 2003, y ella lo acompañó desde sus más tiernos comienzos, cuando era candidato a intendente de la sureña ciudad de Río Gallegos.
Cristina no es Evita. Tienen elementos en común. Cristina es buena moza, con un gran interés por la moda, dice ser peronista y tiene un marido presidente. Hasta ahí llegan los parecidos. Pero, a diferencia de su modelo, Cristina es una profesional de clase media con estudios universitarios y su ascenso político debió poco a su atractivo sexual. Evita, por su parte, no pasó de los estudios primarios, manipuló a sus pares masculinos de la farándula, desarrolló un discurso escénico que aún no tiene par y vistió trajes de princesa como ninguna mujer. Esa hada que los argentinos buscan reencarnar en cada caderona de buen semblante que ha subido al escenario en las cinco décadas siguientes, nunca se hizo realidad, cosa que hace que los argentinos sigan soñando. Si bien sus créditos físicos han sido ensalzados últimamente, y deben ser reconocidos, Cristina ha utilizado la cita erudita o el inacabable catálogo de cifras de los informes económicos como fundamento de sus discursos. Claro, no tiene que demostrar conocimiento ni cintura política, tiene un marido que ha puesto a trabajar la bien financiada maquinaria estatal en su favor.
Si se atiende a sus rivales, Cristina tiene dicción más sólida que Eva. Esa voz, escuchada in extenso en el final de campaña el jueves pasado, proyectada desde la residencia presidencial de Olivos, en la provincia de Buenos Aires, refleja la arrogancia del poder del matrimonio Kirchner y la soberbia del individuo. Eva mostraba la fuerza avasalladora de la revolucionaria venida de lo más humilde. La senadora Cristina tomó como suya la residencia presidencial, y sólo ahí se reunió con los medios tres días antes de las elecciones. Eva desdeñaba la residencia. Cristina no confía en los medios; Eva se adueñaba de ellos. En cuanto a la voz misma, que persistía en extensos y pedagógicos discursos ante cada pregunta que se le hizo a la noche muy tarde, puede llegar a ser cura para el insomnio de los argentinos. Como evidencia de soberbia, a esas únicas entrevistas que concedió la señora -y que se hicieron, como se ha dicho, en la residencia presidencial de Olivos- fueron pocos medios, uno de ellos el Canal 7, la televisión estatal irónicamente llamada “televisión pública” (es tan pública como el bolsillo Kirchner, es decir para uso familiar). Desde ahí soslaya la inflación, la crisis energética y la corrupción como inexistentes; en todo caso, la explicarán sus laderos y ella sólo hablará a la prensa nativa cuando esté asegurado que sea tan dócil como gato castrado.
Instalada en una intransigente negación de las fallas económicas que amenazan, Cristina Fernández de Kirchner (no está claro qué apellido usará en la presidencia dado que la campaña insistió simplemente en el nombre “Cristina”, como si fuera reina de Carnaval), mantiene su sonrisa seductora como método de conquista para luego rematar con su monólogo de logros del Gobierno de su marido.
Cristina Kirchner ha hecho poco por congraciarse con los humildes. Prefiere las recepciones de cinco estrellas y los jerarcas de Gobiernos lejanos a la turba local. Y sin embargo, es el voto de la clase trabajadora, no de la clase media urbana, el que la llevará a la victoria.
No es fácil comprender por qué los Kirchner, Cristina y Néstor, sienten tanta aversión a su prensa local, cuando ya la tienen amaestrada a través del destrato a lo largo de años en la Patagonia y ahora en la presidencia. Tampoco está claro quién gobierna en esta sociedad conyugal especializada en el ejercicio del poder. Cuando, en 2003, el presidente Kirchner logró el Gobierno con el 22% de los votos, el rumor político dijo que Cristina Fernández constituiría el verdadero poder detrás del nuevo trono. Hoy es evidente que Kirchner ha sido el que mandaba en la campaña de Cristina. Interesante es recordar las elecciones para el senado en octubre de 2005, cuando Cristina Fernández cambió su escaño de Santa Cruz por el de Buenos Aires. Sus custodios machistas le permitieron un par de discursos, nada más. Esto para que sus mensajes no fueran recitaciones de academia. Este año, sus mandantes masculinos tan sólo la dejaron hablar en las últimas horas de la campaña, para que no trabara el camino con sus interminables digresiones.
No está claro quién gobernará a la Argentina a partir del 10 de diciembre, cuando Néstor Kirchner entregue la banda presidencial a su mujer, acto que en sí tiene rasgos de farsa. ¿Será ella, será él? ¿O será esta extraña corporación matrimonial que ha administrado a la Argentina, primero en la Patagonia y luego ya cómodamente instalada en la capital de la república?
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
29 oct 2007
Vientos bélicos azotan Turquía
Vientos de guerra agitan Turquía/Mateo Madridejos, periodista e historiador Publicado en EL PERIÓDICO, 29/10/2007;
En la crisis que sacude la frontera de Turquía con el Kurdistán irakí, se superponen el genocidio armenio perpetrado por el gobierno de los Jóvenes Turcos (1915-1917), el irredentismo y la frustración de los kurdos, el reparto colonial de los despojos del Imperio otomano en 1918, el tradicional antagonismo árabe-turco, pese al islam; y la codicia petrolera y el desastre de la ocupación de Irak, que ahora funciona como pretexto de la partición del país en tres entidades según la cohesión tribal o religiosa.
Los turcos viven en un clima de exasperación patriótica, incluso en las universidades más progresistas, desde que la televisión difunde morbosamente las imágenes de los 12 soldados muertos en una emboscada de los extremistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyo objetivo es un Kurdistán independiente en territorio de Turquía, Irán y Siria. Solo las presiones de EEUU y Europa, incluida la intervención personal de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, frenaron temporalmente el ímpetu belicoso de las masas encauzado por el primer ministro, Recep Erdogan.
“ALÁ BENDICE esta guerra”, predicaban los carteles exhibidos en la multitudinaria manifestación antikurda de Estambul, poniendo de relieve hasta qué punto los islamistas se apoderan de las banderas y las consignas que se creían monopolio de los sectores kemalistas, laicos y castrenses. “Tambores de guerra en Ankara”, titulaba el diario Radikal, para subrayar que el Parlamento turco había entregado al gobierno el 18 de octubre un cheque en blanco, válido durante un año, para invadir el Kurdistán iraquí. Solo se opusieron 19 diputados de la minoría kurda.
El terrorismo y las operaciones del PKK se remontan a finales de los 80, pero el clima no era tan patriotero y militarista en Turquía desde la invasión de Chipre en 1974. Ankara se queja de la supuesta tolerancia de Irak y EE UU con el PKK y airea otros agravios.Tras años de debate, imitando a los parlamentos o gobiernos de casi todos los países europeos, excepto España, un comité de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano definió como genocidio la deportación y asesinatos masivos que diezmaron a la población armenia durante la primera guerra mundial. En una irritada réplica, Turquía llamó a consultas a su embajador en Washington.
Por mucho que vociferen los nacionalistas turcos, los historiadores no tienen duda de que un millón de cristianos armenios fueron deportados o masacrados en el primer genocidio del siglo de todas las calamidades. Pero resulta discutible y arriesgado que los parlamentos se empeñen en dictar unas supuestas verdades históricas, opuestas a otras igualmente parciales.
Pese al rechazo y las admoniciones de la Unión Europea, Ankara utiliza el artículo 301 del código penal, que sanciona “las ofensas contra la identidad turca”, para perseguir tanto a los que reconocen públicamente el genocidio armenio, incluido el novelista y premio Nobel Orhan Pamuk, como a los que denuncian la represión y las exacciones que coartan la libertad de una minoría kurda de 15 millones y a la que se pretende asimilar coercitivamente, concentrada en el sureste de Anatolia, la región más atrasada.
Erdogan está sometido a presiones insoportables, pero la decisión bélica parece inevitable. Las reiteradas provocaciones del PKK y la decisión norteamericana sobre el genocidio armenio ofrecen una inesperada plataforma política a los sectores ultranacionalistas y militares que, pese a su derrota electoral de julio, mantienen el recelo hacia el primer ministro y sus huestes islamistas. Resulta evidente que una guerra abierta contra el PKK destruiría todos los puentes con la minoría kurda que Bruselas exige y que reputa inexcusables para negociar el ingreso de Turquía en la UE.
TURQUÍA FUE el gran aliado de EE UU e Israel durante la guerra fría y actualmente su territorio es utilizado para el aprovisionamiento de las tropas norteamericanas en Irak, pero las relaciones entre Washington y Ankara atraviesan por una crisis sin precedentes. Por eso resulta insólito que la Cámara de Representantes recuerde las consabidas atrocidades de hace 90 años y olvide que transitan por Turquía el 90% de los blindados y el material pesado del cuerpo expedicionario norteamericano en Irak. Sólo la política interior y la campaña electoral en curso explican esa decisión no vinculante que pone en peligro las relaciones con un aliado hasta ahora fiel.“No podemos esperar indefinidamente”, advirtió Erdogan a su homólogo británico, mientras los generales discutían sus opciones. Tampoco ignora el líder islamista que una guerra en el Kurdistán iraquí, además de enconar el problema kurdo, solo serviría para galvanizar a los terroristas del PKK. Una invasión turca abriría un nuevo frente en el Kurdistán iraquí, hasta ahora la única región relativamente estable, y crearía condiciones propicias para un nuevo genocidio con implicación de otras potencias como Irán y Arabia Saudí.
En la crisis que sacude la frontera de Turquía con el Kurdistán irakí, se superponen el genocidio armenio perpetrado por el gobierno de los Jóvenes Turcos (1915-1917), el irredentismo y la frustración de los kurdos, el reparto colonial de los despojos del Imperio otomano en 1918, el tradicional antagonismo árabe-turco, pese al islam; y la codicia petrolera y el desastre de la ocupación de Irak, que ahora funciona como pretexto de la partición del país en tres entidades según la cohesión tribal o religiosa.
Los turcos viven en un clima de exasperación patriótica, incluso en las universidades más progresistas, desde que la televisión difunde morbosamente las imágenes de los 12 soldados muertos en una emboscada de los extremistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyo objetivo es un Kurdistán independiente en territorio de Turquía, Irán y Siria. Solo las presiones de EEUU y Europa, incluida la intervención personal de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, frenaron temporalmente el ímpetu belicoso de las masas encauzado por el primer ministro, Recep Erdogan.
“ALÁ BENDICE esta guerra”, predicaban los carteles exhibidos en la multitudinaria manifestación antikurda de Estambul, poniendo de relieve hasta qué punto los islamistas se apoderan de las banderas y las consignas que se creían monopolio de los sectores kemalistas, laicos y castrenses. “Tambores de guerra en Ankara”, titulaba el diario Radikal, para subrayar que el Parlamento turco había entregado al gobierno el 18 de octubre un cheque en blanco, válido durante un año, para invadir el Kurdistán iraquí. Solo se opusieron 19 diputados de la minoría kurda.
El terrorismo y las operaciones del PKK se remontan a finales de los 80, pero el clima no era tan patriotero y militarista en Turquía desde la invasión de Chipre en 1974. Ankara se queja de la supuesta tolerancia de Irak y EE UU con el PKK y airea otros agravios.Tras años de debate, imitando a los parlamentos o gobiernos de casi todos los países europeos, excepto España, un comité de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano definió como genocidio la deportación y asesinatos masivos que diezmaron a la población armenia durante la primera guerra mundial. En una irritada réplica, Turquía llamó a consultas a su embajador en Washington.
Por mucho que vociferen los nacionalistas turcos, los historiadores no tienen duda de que un millón de cristianos armenios fueron deportados o masacrados en el primer genocidio del siglo de todas las calamidades. Pero resulta discutible y arriesgado que los parlamentos se empeñen en dictar unas supuestas verdades históricas, opuestas a otras igualmente parciales.
Pese al rechazo y las admoniciones de la Unión Europea, Ankara utiliza el artículo 301 del código penal, que sanciona “las ofensas contra la identidad turca”, para perseguir tanto a los que reconocen públicamente el genocidio armenio, incluido el novelista y premio Nobel Orhan Pamuk, como a los que denuncian la represión y las exacciones que coartan la libertad de una minoría kurda de 15 millones y a la que se pretende asimilar coercitivamente, concentrada en el sureste de Anatolia, la región más atrasada.
Erdogan está sometido a presiones insoportables, pero la decisión bélica parece inevitable. Las reiteradas provocaciones del PKK y la decisión norteamericana sobre el genocidio armenio ofrecen una inesperada plataforma política a los sectores ultranacionalistas y militares que, pese a su derrota electoral de julio, mantienen el recelo hacia el primer ministro y sus huestes islamistas. Resulta evidente que una guerra abierta contra el PKK destruiría todos los puentes con la minoría kurda que Bruselas exige y que reputa inexcusables para negociar el ingreso de Turquía en la UE.
TURQUÍA FUE el gran aliado de EE UU e Israel durante la guerra fría y actualmente su territorio es utilizado para el aprovisionamiento de las tropas norteamericanas en Irak, pero las relaciones entre Washington y Ankara atraviesan por una crisis sin precedentes. Por eso resulta insólito que la Cámara de Representantes recuerde las consabidas atrocidades de hace 90 años y olvide que transitan por Turquía el 90% de los blindados y el material pesado del cuerpo expedicionario norteamericano en Irak. Sólo la política interior y la campaña electoral en curso explican esa decisión no vinculante que pone en peligro las relaciones con un aliado hasta ahora fiel.“No podemos esperar indefinidamente”, advirtió Erdogan a su homólogo británico, mientras los generales discutían sus opciones. Tampoco ignora el líder islamista que una guerra en el Kurdistán iraquí, además de enconar el problema kurdo, solo serviría para galvanizar a los terroristas del PKK. Una invasión turca abriría un nuevo frente en el Kurdistán iraquí, hasta ahora la única región relativamente estable, y crearía condiciones propicias para un nuevo genocidio con implicación de otras potencias como Irán y Arabia Saudí.
Apoyo a Manlio en el Senado
Y extrañamiento al expresidente Vicente Fox
SESION ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES, CELEBRADA EL LUNES 29 DE OCTUBRE DE 2007.
EL C. PRESIDENTE CREEL MIRANDA: (...) En otro asunto, informo a la Asamblea que la Junta de Coordinación Política ha remitido un pronunciamiento, producto del acuerdo de la mayoría de sus integrantes, asimismo por acuerdo de la propia Junta, este pronunciamiento será presentado en tribuna por parte del senador Carlos Navarrete Ruiz, quien tiene la palabra en esta ocasión.-EL C. SENADOR CARLOS NAVARRETE RUIZ: Muchas gracias, senador Presidente.
Compañeras senadoras, compañeros senadores:
SESION ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES, CELEBRADA EL LUNES 29 DE OCTUBRE DE 2007.
EL C. PRESIDENTE CREEL MIRANDA: (...) En otro asunto, informo a la Asamblea que la Junta de Coordinación Política ha remitido un pronunciamiento, producto del acuerdo de la mayoría de sus integrantes, asimismo por acuerdo de la propia Junta, este pronunciamiento será presentado en tribuna por parte del senador Carlos Navarrete Ruiz, quien tiene la palabra en esta ocasión.-EL C. SENADOR CARLOS NAVARRETE RUIZ: Muchas gracias, senador Presidente.
Compañeras senadoras, compañeros senadores:
La opinión de Ricardo Alemán
Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
Publicado en El Universal, 29/10/2007;
El EPR y el narco
Nadie ha desmentido que narcos ordenaron el secuestro de los eperristas desaparecidos
En un comunicado, el EPR muestra que no está seguro si sus compañeros fueron raptados por un grupo delictivo
El pasado lunes 30 de septiembre dimos a conocer en el “Itinerario Político” de esa fecha una versión que circulaba entre sectores militares y de seguridad nacional, según la cual los eperristas desaparecidos, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, en realidad habrían sido secuestrados por un grupo de narcotraficantes que opera en Oaxaca, en respuesta a que un comando del EPR habría secuestrado, a su vez, a Jesús Díaz Parada, hermano de Pedro Díaz Parada, quien fue detenido por la PGR el 17 de enero de 2007 como presunto narcotraficante.
Según dicha versión —que fue acompañada de fragmentos de cartas enviadas por los supuestos narcotraficantes a los familiares de los eperristas desaparecidos, y de una liga de YouTube en la que se podía ver en video a Jesús Díaz Parada pidiendo a sus familiares que pagaran el rescate que pedían sus secuestradores—, luego que la PGR detuvo a Pedro Díaz Parada y lo sometió a juicio como presunto narcotraficante y jefe del cártel del Istmo, un grupo del EPR habría secuestrado a Jesús Díaz Parada, para pedir un cuantioso rescate.
La misma versión dice que en respuesta a que la PGR hizo preso a Pedro Díaz Parada y el EPR secuestró a Jesús Díaz Parada, los familiares de ambos, de Pedro y Jesús, se organizaron para iniciar la defensa legal del primero y para localizar a los secuestradores del segundo. Respecto a Pedro, enviaron cartas a todas las autoridades, incluso una al presidente Calderón, en las que denunciaban que se había cometido una grave irregularidad. En el caso de Jesús, habrían detectado que un grupo del EPR lo había secuestrado, en la lógica de que obtendrían un jugoso rescate para sus actividades guerrilleras.
Así, los familiares de Pedro y Jesús Díaz Parada habrían ordenado el secuestro de los importantes dirigentes del EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, en respuesta a que presuntos eperristas habrían secuestrado a Jesús Díaz Parada. En síntesis, que la razón por la que el EPR decidió iniciar su campaña de hostigamiento contra el Estado mexicano —y que se expresó en el sabotaje a instalaciones de Pemex— habría sido una presunta disputa entre guerrilleros eperristas y narcotraficantes. Entonces, ese 30 de septiembre, preguntamos: ¿por qué nadie aclara o desmiente la versión?
Bueno, pues resulta que en uno de sus más recientes comunicados —el que fue fechado el jueves 18 de octubre de 2007—, el EPR intenta una respuesta. Dice contundente: “A la familia Díaz Pantoja que el día 8 de octubre hiciera declaraciones en torno a la liberación de su padre, el señor Jesús Díaz Parada, les decimos que nuestro partido no se ha involucrado ni tuvo absolutamente nada que ver con su lamentable secuestro, que el Estado es el que ha filtrado de una manera perversa que nosotros tuvimos participación, lo cual es falso, porque por un lado nos quieren inmiscuir en antagonismos que no tenemos... porque lo que intenta hacer el gobierno es tratar de enfrentar a familias y grupos revolucionarios para tener pretexto para aprehender y desaparecer impunemente a cualquiera que manifieste su inconformidad”.
Bien, el EPR se deslinda de manera contundente de un posible nexo con el narcotráfico. Pero en los párrafos siguientes del mismo comunicado los jefes guerrilleros revelan que en realidad no están seguros del asunto, y menos si un sector del EPR que opera en Oaxaca pudo ser responsable del secuestro de Jesús Díaz Parada, y mucho menos si es que los presuntos narcos del cártel del Istmo secuestraron a los eperristas Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, en respuesta al secuestro de Jesús Díaz Parada.
Dicen los párrafos en cuestión: “Lo que podría estar pasando es que algún grupo delictivo en complicidad con la inteligencia militar trate de hacerse pasar por nosotros... creemos sinceramente que [los presuntos narcotraficantes] no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros y que ésta es producto de la acción de los cuerpos de seguridad federal del gobierno ilegítimo del señor Calderón”. Los corchetes son de “Itinerario Político”.
¿Qué quiere decir lo anterior? Por un lado, cuando el EPR señala: “Lo que podría estar pasando...”, deja ver que sus dirigentes no están seguros de lo que pasa en esa supuesta o real disputa entre narcotraficantes y eperristas en Oaxaca. Aún más cuando dicen: “Creemos sinceramente que (los presuntos narcotraficantes) no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros...” ratifican que no tienen una prueba contundente de cuál pudo ser el móvil de la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, y menos de quién los desapareció.
Y es que un grupo político-guerrillero como el EPR, que se dice bien organizado, que se rige “por el centralismo democrático”, no puede actuar a partir de supuestos como el que plantean al señalar: “Lo que podría estar pasando...”, y menos como resultado de un acto sincero de fe que sin más que una mera corazonada exculpa a presuntos responsables, como el candoroso: “Creemos sinceramente...”. Más aún, en su comunicado, el EPR muestra que no está completamente seguro si sus compañeros guerrilleros fueron secuestrados por algún cuerpo policiaco, por un grupo delictivo, por la combinación de ambos, por una división en su propio interior —lo cual no sería ninguna novedad en un grupo guerrillero con una larga historia de divisiones— o por el narcotráfico.
Más que un deslinde contundente del narcotráfico —el comunicado del EPR en el que dice no tener ningún vínculo con el crimen organizado—, confirma que la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz —cuyo reclamo legítimo de que sean presentados con vida motivó la reaparición del EPR y una escalada violenta contra instituciones e instalaciones del Estado— se puede acreditar a cualquiera de las variables ya citadas; desde que se trate de una detención arbitraria e ilegal por parte de alguna autoridad policiaca, que sea producto de una disputa intestina, y hasta que haya sido resultado de una disputa con grupos del narcotráfico. Y es que la lucha guerrillera no se puede hacer a partir de supuestos y menos de actos de fe. Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx
Parte del comunicado del EPR; 18/10/07
Textual:
"Por encima de todo amamos la paz y luchamos, entre otras cosas, contra el sufrimiento de nuestro pueblo expuesto al terrorismo de estado que en décadas anteriores cometió el delito de desaparición forzada de manera impune.
"Estamos intentando con nuestra Campaña Nacional de hostigamiento por la presentación con vida y en libertad de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, frenar la comisión de este delito de lesa humanidad que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa está cometiendo en las personas de nuestros compañeros, y también en la persona de un luchador social que desarrolla su actividad política en la legalidad al cual deslindamos de pertenecer a nuestro partido. Francisco Paredes Ruiz ha sido detenido-desaparecido, por lo que exigimos también su inmediata presentación con vida y en libertad."
"Primero tendría el gobierno federal que presentar a nuestros compañeros con vida y en libertad, segundo tendrían que liberar incondicionalmente a todas y todos los presos políticos y de conciencia del país y después esperar la respuesta a nuestras demandas.
¿Cómo dialogar con un gobierno que está creando un enfrentamiento entre personas que acusa de ser presuntos miembros de la delincuencia organizada y nuestro partido so pretexto de que “una célula del EPR secuestró al Sr. Jesús Díaz Parada, desde el mes de abril”? versión oficial del régimen y filtrada por diferentes grupos de inteligencia militar a periodistas. Ni historia fantástica ni descabellada, calumnia del régimen para justificar sus crímenes de lesa humanidad.
Nuestro PDPR no está estructurado por medio de “células”, nuestra estructura orgánica es diferente y no tiene nada que ver con las elucubraciones de la inteligencia militar. Negamos categóricamente, de manera absoluta tener vínculos con la delincuencia organizada de ningún tipo, en México y en el mundo ésta es auspiciada y promovida por los estados y regímenes neoliberales como oxigenación económica.
"A la familia Díaz Pantoja que el día 8 de octubre hiciera declaraciones en torno a la liberación de su padre, el Sr. Jesús Díaz Parada, les decimos que nuestro partido no se ha involucrado ni tuvo absolutamente nada que ver con su lamentable secuestro, que el Estado es el que ha filtrado de una manera perversa que nosotros tuvimos participación, lo cual es falso, porque por un lado nos quieren inmiscuir en antagonismos que no tenemos, porque no nos importa la vida privada de las personas ni sus actividades, porque lo que intenta hacer el gobierno es tratar de enfrentar a familias y grupos revolucionarios para tener pretextos para aprehender y desaparecer impunemente a cualquiera que manifieste su inconformidad.
Lo que podría estar pasando es que algún grupo delictivo en complicidad con la inteligencia militar trate de hacerse pasar por nosotros, por lo que comunicamos: nuestro Partido se rige por el Centralismo Democrático y no hay “células” que violen nuestras normas estatutarias ya que la colectividad determina desde el punto de vista político militar las acciones a desarrollar y no como insinúa el estado que puede haber “células” del EPR que operan autónomamente o que optaron por la violencia.
Creemos sinceramente que no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros y que ésta es producto de la acción de los cuerpos de seguridad federal del gobierno ilegítimo del Señor Calderón.
Esa idea que está difundiéndose desde gobernación obedece a la concepción contrainsurgente o de GBI enseñada por la inteligencia norteamericana como una forma de intentar desprestigiar a las organizaciones revolucionarias.
Quienes perversamente pretenden consolidar dictatorialmente este régimen y representan desde el ejecutivo lo más retrógrado y reaccionario de nuestro país son Calderón-Murillo-Nava, mejor conocidos en los corrillos del poder como “la santísima trinidad” que además pretenden devolver al clero los fueros perdidos en la época juarista, falta que intenten modificar la Constitución mexicana, complaciendo a un gobierno extranjero como lo es el Estado Vaticano.
Solicitamos a quienes tengan información acerca del grupo de “los misteriosos” nos la hagan llegar porque es en éstos en los que está recayendo todo el trabajo sucio del régimen. Denunciándolo por cualquier medio.
Ante la dilación gubernamental y la pretensión de seguir manteniendo en calidad de detenidos desaparecidos a nuestros compañeros y no darles la libertad a todos los presos políticos y de conciencia, le preguntamos a los diferentes sectores de nuestro pueblo ¿Qué más debemos hacer para que este régimen tome con seriedad nuestras exigencias?, ¿Qué debemos hacer para obligar a este gobierno a detener la guerra sucia que ha emprendido contra los luchadores sociales?, ¿Qué hacer cuando este gobierno criminal sigue desapareciendo luchadores sociales?, ¿Qué hacer cuando la única respuesta a demandas legítimas es el terrorismo de Estado?, ¿Qué hacer cuando este gobierno trata a los luchadores sociales como terroristas?
COMITÉ CENTRALDELPARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO.
PDPR
COMANDANCIA GENERALDELEJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 43
República Mexicana, a 18 de octubre de 2007
Fuente: Cedema.org
Publicado en El Universal, 29/10/2007;
El EPR y el narco
Nadie ha desmentido que narcos ordenaron el secuestro de los eperristas desaparecidos
En un comunicado, el EPR muestra que no está seguro si sus compañeros fueron raptados por un grupo delictivo
El pasado lunes 30 de septiembre dimos a conocer en el “Itinerario Político” de esa fecha una versión que circulaba entre sectores militares y de seguridad nacional, según la cual los eperristas desaparecidos, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, en realidad habrían sido secuestrados por un grupo de narcotraficantes que opera en Oaxaca, en respuesta a que un comando del EPR habría secuestrado, a su vez, a Jesús Díaz Parada, hermano de Pedro Díaz Parada, quien fue detenido por la PGR el 17 de enero de 2007 como presunto narcotraficante.
Según dicha versión —que fue acompañada de fragmentos de cartas enviadas por los supuestos narcotraficantes a los familiares de los eperristas desaparecidos, y de una liga de YouTube en la que se podía ver en video a Jesús Díaz Parada pidiendo a sus familiares que pagaran el rescate que pedían sus secuestradores—, luego que la PGR detuvo a Pedro Díaz Parada y lo sometió a juicio como presunto narcotraficante y jefe del cártel del Istmo, un grupo del EPR habría secuestrado a Jesús Díaz Parada, para pedir un cuantioso rescate.
La misma versión dice que en respuesta a que la PGR hizo preso a Pedro Díaz Parada y el EPR secuestró a Jesús Díaz Parada, los familiares de ambos, de Pedro y Jesús, se organizaron para iniciar la defensa legal del primero y para localizar a los secuestradores del segundo. Respecto a Pedro, enviaron cartas a todas las autoridades, incluso una al presidente Calderón, en las que denunciaban que se había cometido una grave irregularidad. En el caso de Jesús, habrían detectado que un grupo del EPR lo había secuestrado, en la lógica de que obtendrían un jugoso rescate para sus actividades guerrilleras.
Así, los familiares de Pedro y Jesús Díaz Parada habrían ordenado el secuestro de los importantes dirigentes del EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, en respuesta a que presuntos eperristas habrían secuestrado a Jesús Díaz Parada. En síntesis, que la razón por la que el EPR decidió iniciar su campaña de hostigamiento contra el Estado mexicano —y que se expresó en el sabotaje a instalaciones de Pemex— habría sido una presunta disputa entre guerrilleros eperristas y narcotraficantes. Entonces, ese 30 de septiembre, preguntamos: ¿por qué nadie aclara o desmiente la versión?
Bueno, pues resulta que en uno de sus más recientes comunicados —el que fue fechado el jueves 18 de octubre de 2007—, el EPR intenta una respuesta. Dice contundente: “A la familia Díaz Pantoja que el día 8 de octubre hiciera declaraciones en torno a la liberación de su padre, el señor Jesús Díaz Parada, les decimos que nuestro partido no se ha involucrado ni tuvo absolutamente nada que ver con su lamentable secuestro, que el Estado es el que ha filtrado de una manera perversa que nosotros tuvimos participación, lo cual es falso, porque por un lado nos quieren inmiscuir en antagonismos que no tenemos... porque lo que intenta hacer el gobierno es tratar de enfrentar a familias y grupos revolucionarios para tener pretexto para aprehender y desaparecer impunemente a cualquiera que manifieste su inconformidad”.
Bien, el EPR se deslinda de manera contundente de un posible nexo con el narcotráfico. Pero en los párrafos siguientes del mismo comunicado los jefes guerrilleros revelan que en realidad no están seguros del asunto, y menos si un sector del EPR que opera en Oaxaca pudo ser responsable del secuestro de Jesús Díaz Parada, y mucho menos si es que los presuntos narcos del cártel del Istmo secuestraron a los eperristas Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, en respuesta al secuestro de Jesús Díaz Parada.
Dicen los párrafos en cuestión: “Lo que podría estar pasando es que algún grupo delictivo en complicidad con la inteligencia militar trate de hacerse pasar por nosotros... creemos sinceramente que [los presuntos narcotraficantes] no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros y que ésta es producto de la acción de los cuerpos de seguridad federal del gobierno ilegítimo del señor Calderón”. Los corchetes son de “Itinerario Político”.
¿Qué quiere decir lo anterior? Por un lado, cuando el EPR señala: “Lo que podría estar pasando...”, deja ver que sus dirigentes no están seguros de lo que pasa en esa supuesta o real disputa entre narcotraficantes y eperristas en Oaxaca. Aún más cuando dicen: “Creemos sinceramente que (los presuntos narcotraficantes) no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros...” ratifican que no tienen una prueba contundente de cuál pudo ser el móvil de la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, y menos de quién los desapareció.
Y es que un grupo político-guerrillero como el EPR, que se dice bien organizado, que se rige “por el centralismo democrático”, no puede actuar a partir de supuestos como el que plantean al señalar: “Lo que podría estar pasando...”, y menos como resultado de un acto sincero de fe que sin más que una mera corazonada exculpa a presuntos responsables, como el candoroso: “Creemos sinceramente...”. Más aún, en su comunicado, el EPR muestra que no está completamente seguro si sus compañeros guerrilleros fueron secuestrados por algún cuerpo policiaco, por un grupo delictivo, por la combinación de ambos, por una división en su propio interior —lo cual no sería ninguna novedad en un grupo guerrillero con una larga historia de divisiones— o por el narcotráfico.
Más que un deslinde contundente del narcotráfico —el comunicado del EPR en el que dice no tener ningún vínculo con el crimen organizado—, confirma que la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz —cuyo reclamo legítimo de que sean presentados con vida motivó la reaparición del EPR y una escalada violenta contra instituciones e instalaciones del Estado— se puede acreditar a cualquiera de las variables ya citadas; desde que se trate de una detención arbitraria e ilegal por parte de alguna autoridad policiaca, que sea producto de una disputa intestina, y hasta que haya sido resultado de una disputa con grupos del narcotráfico. Y es que la lucha guerrillera no se puede hacer a partir de supuestos y menos de actos de fe. Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx
Parte del comunicado del EPR; 18/10/07
Textual:
"Por encima de todo amamos la paz y luchamos, entre otras cosas, contra el sufrimiento de nuestro pueblo expuesto al terrorismo de estado que en décadas anteriores cometió el delito de desaparición forzada de manera impune.
"Estamos intentando con nuestra Campaña Nacional de hostigamiento por la presentación con vida y en libertad de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, frenar la comisión de este delito de lesa humanidad que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa está cometiendo en las personas de nuestros compañeros, y también en la persona de un luchador social que desarrolla su actividad política en la legalidad al cual deslindamos de pertenecer a nuestro partido. Francisco Paredes Ruiz ha sido detenido-desaparecido, por lo que exigimos también su inmediata presentación con vida y en libertad."
"Primero tendría el gobierno federal que presentar a nuestros compañeros con vida y en libertad, segundo tendrían que liberar incondicionalmente a todas y todos los presos políticos y de conciencia del país y después esperar la respuesta a nuestras demandas.
¿Cómo dialogar con un gobierno que está creando un enfrentamiento entre personas que acusa de ser presuntos miembros de la delincuencia organizada y nuestro partido so pretexto de que “una célula del EPR secuestró al Sr. Jesús Díaz Parada, desde el mes de abril”? versión oficial del régimen y filtrada por diferentes grupos de inteligencia militar a periodistas. Ni historia fantástica ni descabellada, calumnia del régimen para justificar sus crímenes de lesa humanidad.
Nuestro PDPR no está estructurado por medio de “células”, nuestra estructura orgánica es diferente y no tiene nada que ver con las elucubraciones de la inteligencia militar. Negamos categóricamente, de manera absoluta tener vínculos con la delincuencia organizada de ningún tipo, en México y en el mundo ésta es auspiciada y promovida por los estados y regímenes neoliberales como oxigenación económica.
"A la familia Díaz Pantoja que el día 8 de octubre hiciera declaraciones en torno a la liberación de su padre, el Sr. Jesús Díaz Parada, les decimos que nuestro partido no se ha involucrado ni tuvo absolutamente nada que ver con su lamentable secuestro, que el Estado es el que ha filtrado de una manera perversa que nosotros tuvimos participación, lo cual es falso, porque por un lado nos quieren inmiscuir en antagonismos que no tenemos, porque no nos importa la vida privada de las personas ni sus actividades, porque lo que intenta hacer el gobierno es tratar de enfrentar a familias y grupos revolucionarios para tener pretextos para aprehender y desaparecer impunemente a cualquiera que manifieste su inconformidad.
Lo que podría estar pasando es que algún grupo delictivo en complicidad con la inteligencia militar trate de hacerse pasar por nosotros, por lo que comunicamos: nuestro Partido se rige por el Centralismo Democrático y no hay “células” que violen nuestras normas estatutarias ya que la colectividad determina desde el punto de vista político militar las acciones a desarrollar y no como insinúa el estado que puede haber “células” del EPR que operan autónomamente o que optaron por la violencia.
Creemos sinceramente que no tienen nada que ver con la desaparición de nuestros compañeros y que ésta es producto de la acción de los cuerpos de seguridad federal del gobierno ilegítimo del Señor Calderón.
Esa idea que está difundiéndose desde gobernación obedece a la concepción contrainsurgente o de GBI enseñada por la inteligencia norteamericana como una forma de intentar desprestigiar a las organizaciones revolucionarias.
Quienes perversamente pretenden consolidar dictatorialmente este régimen y representan desde el ejecutivo lo más retrógrado y reaccionario de nuestro país son Calderón-Murillo-Nava, mejor conocidos en los corrillos del poder como “la santísima trinidad” que además pretenden devolver al clero los fueros perdidos en la época juarista, falta que intenten modificar la Constitución mexicana, complaciendo a un gobierno extranjero como lo es el Estado Vaticano.
Solicitamos a quienes tengan información acerca del grupo de “los misteriosos” nos la hagan llegar porque es en éstos en los que está recayendo todo el trabajo sucio del régimen. Denunciándolo por cualquier medio.
Ante la dilación gubernamental y la pretensión de seguir manteniendo en calidad de detenidos desaparecidos a nuestros compañeros y no darles la libertad a todos los presos políticos y de conciencia, le preguntamos a los diferentes sectores de nuestro pueblo ¿Qué más debemos hacer para que este régimen tome con seriedad nuestras exigencias?, ¿Qué debemos hacer para obligar a este gobierno a detener la guerra sucia que ha emprendido contra los luchadores sociales?, ¿Qué hacer cuando este gobierno criminal sigue desapareciendo luchadores sociales?, ¿Qué hacer cuando la única respuesta a demandas legítimas es el terrorismo de Estado?, ¿Qué hacer cuando este gobierno trata a los luchadores sociales como terroristas?
COMITÉ CENTRALDELPARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO.
PDPR
COMANDANCIA GENERALDELEJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 43
República Mexicana, a 18 de octubre de 2007
Fuente: Cedema.org
L Osservatore Romano
Carta de Benedicto XVI al nuevo director de «L'Osservatore Romano» profesor Giovanni Maria Vian el sábado 27 de octubre, día en que asumió el cargo.
* * *
Al Ilustrísimo SeñorProfesor Giovanni Maria Vian
Con gran estima y sincero afecto le dirijo mi saludo en el momento en que usted, querido profesor, asume el cargo de director de «L'Osservatore Romano», una tarea de gran responsabilidad dada la naturaleza peculiar del diario Vaticano.
Su formación cultural como historiador del cristianismo, en especial su conocimiento de la historia del papado contemporáneo, su experiencia periodística como editorialista de diversos diarios y periódicos, la decenal colaboración con «L'Osservatore Romano» y también la pertenencia a una ilustre familia de gran tradición cristiana en el fiel servicio a la Santa Sede, constituyen una garantía segura para la delicada función a usted confiada.
Se introduce así usted en la larga y gran historia del «diario del Papa» que, iniciada en 1861, ha visto sucederse en la dirección a diversas personalidades, desde el abogado de Forli Nicola Zanchini, junto al periodista Giuseppe Bastia, que asumieron en primer lugar el cargo, hasta el apreciado profesor Mario Agnes.
Nacido para sostener la libertad de la Santa Sede en un momento crítico y providencial de su historia, «L'Osservatore Romano» siempre ha difundido las enseñanzas de los Romanos Pontífices y las intervenciones de sus más estrechos colaboradores sobre los problemas cruciales que la humanidad encuentra en su camino.
Es conocida la opción de imparcialidad que caracterizó la información del diario vaticano durante la primera guerra mundial. En la vorágine de los acontecimientos que se sucedieron entonces, y después durante la segunda tragedia bélica del siglo XX, «L'Osservatore Romano» --desde finales de 1929 trasladado dentro del Estado vaticano-- incrementó ulteriormente su prestigio y su difusión, gracias también a la posibilidad que tenía el periódico de acudir a fuentes de información que en aquel período sólo la independencia vaticana podía garantizar.
Órgano de información autorizado y respetado, precisamente entonces fue acompañado por importantes periódicos («L'illustrazione vaticana», «L'Osservatore della Domenica», «Ecclesia»), mientras que más tarde comenzó a ser publicado en ediciones periódicas en distintos idiomas, a fin de asegurarle una difusión realmente internacional.
Esta dimensión mundial, que se hará ahora más concreta y eficaz a través de las posibilidades actualmente ofrecidas por la presencia «en red», resulta cuánto más importante para expresar en verdad la realidad de la Iglesia universal, la comunión de todas las Iglesias locales y su enraizamiento en las distintas situaciones, en un contexto de sincera amistad con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo.
Buscando y creando ocasiones de diálogo, «L'Osservatore Romano» podrá servir cada vez mejor a la Santa Sede, mostrando la fecundidad del encuentro entre fe y razón, gracias al cual se hace posible también una cordial colaboración entre creyentes y no creyentes. Su tarea fundamental sigue siendo obviamente la de favorecer en las culturas de nuestro tiempo esa apertura confiada y, a la vez, profundamente razonable al Trascendente sobre el cual, en última instancia, se funda el respeto de la dignidad y de la auténtica libertad de todo ser humano.
Invocando sobre usted, sobre el subdirector --el doctor Carlo Di Cicco--, así como sobre sus colaboradores y sobre cuantos trabajan por la realización del diario, la materna protección de María Santísima y la intercesión de San Pedro, gustosamente imparto a todos, como prenda de copiosos favores celestiales, mi Bendición.
En el Vaticano, 27 de octubre de 2007
BENEDICTUS PP. XVI
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
«Tradición y futuro»: primer editorial del nuevo director de «L'Osservatore Romano» profesor Giovanni Maria Vian, publicada en su edición del 28 de octubre.
Tradición y futuro
Un diario difícil, más aún, dificilísimo, pero sobre todo un «gran diario». Quien definía así «L'Osservatore Romano» era en 1961 el cardenal Giovanni Battista Montini. Casi medio siglo después, cuanto escribía el futuro Pablo VI, en el número por el centenario del diario vaticano, sigue siendo actual. Igual que las potencialidades del diario --descritas en el célebre articulo y tan grandes como importantes son su historia y tradición-- merecen un nuevo desarrollo. Mirando con confianza hacia el futuro, porque esta apertura representa el sentido más profundo de la tradición, que significa precisamente transmisión en una continuidad vital.
¿Por qué es dificilísimo «L'Osservatore Romano»? El entonces arzobispo de Milán --que en la Secretaría de Estado durante más de quince años, como se subrayó, también ejerció «la alta dirección del diario»-- respondía indicando «la desproporción entre el vastísimo campo, del que el diario habría debido ser espejo, el campo católico, y la relativa exigüidad de sus noticias, es más, hablando claramente, de la misma capacidad de darles voz y relieve», sin descuidar el punto apesadumbrado de su restringida difusión. Montini enumeraba además, con leve ironía, dificultades menores ligadas a la naturaleza especial del diario: «Diario serio, diario difícil, ¿quién lo leería alguna vez en el tranvía o en el bar; quien haría de él un corrillo de charla?»; mientras su crónica vaticana «nos procura, sí, el placer de un espectáculo áulico incomparable, pero no sin cierta duda de haberlo ya experimentado igual otras muchas veces».
¿Cómo hacer entonces de «L'Osservatore Romano» un gran diario? Esto se preguntaba el futuro papa, que no olvidó jamás al padre, director del pequeño pero luchador diario «Il Cittadino di Brescia». Y daba una respuesta clara: desarrollando su naturaleza de «periódico de ideas». Sí, porque el diario vaticano --escribía-- «no es, como muchísimos otros, un sencillo órgano de información; quiere ser y creo principalmente de formación. No quiere sólo dar noticias; quiere crear pensamientos. No le basta con referir los hechos como suceden: quiere comentarlos para indicar como deberían o no haber ocurrido. No mantiene sólo coloquio con sus lectores; lo tiene con el mundo: comenta, discute, polemiza». Con una vocación por lo tanto universal, análoga a la de la sede romana a la que el diario intenta servir.
En este empeño cotidiano «el periodista es intérprete, es maestro, es guía, es a veces poeta y profeta». Un arte difícil --concluía Montini-- y en el diario vaticano «cuánto más delicado y exigente». Por la necesidad de un «continuo testimonio al panorama de verdad moral y religiosa, en el que cada cosa de enmarcarse», y por la naturaleza a la vez oficial y oficiosa del diario de la Santa Sede: periódico «de ideas», pero también «de ambiente», no fácil pero del cual saca autoridad y fuerza. Así fue durante la segunda guerra mundial, y entonces «ocurrió como cuando en una sala se apagan todas las luces, y queda encendida una sola: todas las miradas se dirigen hacia la que permanece encendida; y por fortuna esta luz era la luz vaticana, la luz tranquila y llameante, alimentada por la apostólica de Pedro». Con una imagen de orgullo humilde y seguro que remite a la evangélica del candelabro que arde e ilumina.
La experiencia de la guerra dejó así un legado al diario, porque «su sede, su función, su red de informadores y de colaboradores, su autoridad y su libertad, la misma antigüedad y experiencia pueden hacer de él un órgano de prensa de primerísimo orden»; y hasta las dificultades pueden ser consideradas –finalizaba el futuro Pablo VI-- «peculiaridades, y como tales constituir una interesantísima originalidad del periódico. Ningún otro puede tener horizonte más amplio de observación; ningún otro puede tener fuentes más ricas de información; ningún otro temas de desarrollo más importantes y más variados; como ningún otro juicio de orientación más autorizado y más beneficiosa función de educación en la verdad y en la caridad».
La permanente actualidad de las observaciones de Montini justifica que se vuelvan a proponer hoy, en un panorama mundial e informativo profundamente cambiado. La realidad global de hecho hace aún más necesario y amplio ese alcance internacional característico del diario vaticano, y esta misma realidad mundial hoy requiere su presencia en red real y eficaz, cuya urgencia ha sido recientemente anunciada por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quien varias veces ha expresado atención y estima por el diario de la Santa Sede, al que ha querido acercarse en persona.
«L'Osservatore Romano» --esto es, el diario y sus distintas ediciones periódicas-- es ante todo el «diario del papa», y difundirá de dos modos la enseñanza y la predicación del obispo de Roma: conservando su peculiar naturaleza documental y desarrollando la de la información periodística. Pero también haciéndose mayor expresión de los organismos y de las representaciones de la Santa Sede, en Roma y en el mundo. Al servicio de Benedicto XVI, pontífice teólogo y pastor, el «siervo de los siervos de Dios» que sin cansarse, con mansedumbre confiada y firme, a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo testimonia y repite con el apóstol Juan que «Dios es amor» y que «en el inicio de ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una Persona», como ha subrayado en el comienzo de su primera encíclica.
Desde Roma el diario vaticano continuará observando con mirada atenta y amiga la realidad internacional, manteniendo en esta perspectiva la atención por esa Italia de la que el papa es primado y por su diócesis, donde tantos obispos y sacerdotes de cada continente han estudiado y con la que mantiene vínculos fecundos. Y alcance internacional tendrá la atención por los fenómenos culturales, reservando espacio a la comparación de ideas, con una apertura cordial respecto a la razón, a la que Benedicto XVI se remite para favorecer el coloquio y el debate, como ocurrió con la lección de Ratisbona, cuyos frutos empiezan a madurar. Y al mundo mirará el diario del papa informando sobre la comunión católica en los distintos continentes, sobre Iglesia y confesiones cristianas, judaísmo, islam y otras religiones, en la realización del Concilio Vaticano II interpretado a la luz del histórico discurso que el romano pontífice pronunció por el cuadragésimo aniversario de su conclusión.
Siguiendo el ejemplo de Benedicto XVI y difundiendo sus enseñanzas, su diario quiere dirigirse con amistad a todos, creyentes y no creyentes, y con todos hablar con respeto y claridad sobre temas como la dignidad del ser humano y la promoción de la justicia. Para hacer cada vez más evidente el testimonio y la verdad de Cristo en el mundo moderno. En la vitalidad de una tradición por su naturaleza abierta al futuro, y en la certeza de que la palabra del único Señor, Jesús, sembrada en el íntimo de las almas, prevalecerá sobre las fuerzas del mal y permanecerá para siempre.
g..m.v.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
Fuente: Agencia Zenit
Subdirector de «L'Osservatore Romano»: «El camino en profundidad de Benedicto XVI
»Primer artículo de comentario de Carlo Di Cicco desde su cargo en el diario
publicado en la edición del 28 de octubre de «L'Osservatore Romano», primera en la que ha asumido oficialmente su función como subdirector.
* * *
El camino en profundidad de Benedicto XVI
El hombre en una dimensión, sin al menos una ventana abierta a la Trascendencia, no convence a Benedicto XVI. Por su naturaleza el hombre tiene una capacidad de dialogar con Dios y con una referencia a Dios, también en el respeto de la sociedad pluralista, las cosas podrían ir mejor. Y esta convicción va proponiendo el papa a la reflexión común.
Dios constituye el centro de la acción pastoral y cultural de Benedicto XVI. Intenta hablar ante todo y sobre todo de Dios como una clave posible de lectura de la realidad. El diálogo de fe y razón se mueve respecto a dos grandes interlocutores que son actores de él: Dios mismo y el hombre, antes aún que laicos y creyentes.
El humanismo de Benedicto XVI es igual a su pasión por Dios. El Dios bíblico, que ha entrado en la historia con Jesús de Nazaret, es un Dios que salva y un Dios que dialoga.
Si la razón está llamada a medirse con este anuncio, la fe está llamada a conformarse con él, conformarse al amor. Por ello el binomio de fe y razón tan querido al teólogo Ratzinger, cuando se dirige a los fieles se amplía a un tercer elemento: la oración. El nombre de Benedicto XVI fue elegido por el papa para llamar en el plano histórico a los hombres al primado de la paz y en el plano de la fe para devolver a Dios el primado de la acción: ora et labora.
Caminar en profundidad, transformarse en discípulos del Evangelio para aprender a orar, es el primer mandamiento del pontificado. El fino teólogo que actualiza la reflexión racional sobre la fe, expresa clara su convicción: los nudos históricos que hacen difícil el diálogo entre creyentes y no creyentes, las angustias que parecen endurecer en occidente credibilidad y dinamismo de las Iglesias y confesiones cristianas, se disolverán no tanto transformando a los cristianos en activistas cuanto en discípulos de la oración. Empeño político, competencias profesionales, capacidad planificadora para liberar solidaridad y libertad, que derechos y justicia no se arrinconen; pero se pide a los cristianos como a cualquier otro habitante en la ciudad del hombre. En su especificidad los cristianos elevan la oración al Dios viviente, al Dios de Jesucristo. Y esto especialmente deben practicar.
Orar, según el papa Ratzinger, no quiere decir, en cambio, repetir fórmulas a un Dios «apaga-fuegos». Representa una experiencia de vida que transforma, mejora la capacidad de amar, permite entrever el camino hacia la felicidad interior. Es un principio activo para hombres nuevos.
Benedicto XVI lo ha dicho en circunstancias importantes, como el discurso a los católicos italianos en el congreso de Verona; lo ha repetido hablando recientemente de emergencias ambientales, económicas, políticas y sociales. Junto a desarrollo sostenible, economía social que modera el lucro y rescata el trabajo, lucha contra la camorra, resistencia a la violencia con el compromiso civil y la acción no violenta, Benedicto XVI sitúa, sin falta, la oración. No como añadido que se espera de un sacerdote y más todavía de un papa. La consigna, primera entre todas las consignas a los católicos italianos y no sólo, no ha sido agitación activista alguna, sino la oración. «Antes de cualquier programa nuestro, en efecto, debe estar la adoración, que nos hace verdaderamente libres y da los criterios de nuestra actuación», afirmó en Verona.
«La fuerza que en silencio y sin clamores cambia el mundo y lo transforma en el Reino de Dios –dijo a la ciudad de Nápoles-- es la fe, y expresión de la fe es la oración. Cuando la fe se colma de amor por Dios reconocido como padre bueno y justo, la oración se hace perseverante, insistente, se convierte en un gemido del espíritu, un grito del alma que penetra el corazón de Dios. De tal modo la oración se transforma en la mayor fuerza de transformación del mundo. Frente a realidades sociales y difíciles y complejas, como ciertamente también es la vuestra, es necesario reforzar la esperanza, que se funda en la fe y se expresa en una oración incansable».
La oración nos devuelve a la vida cotidiana como hombres y mujeres convertidos, libres de intereses, dispuestos a actuar por el bien de los débiles y de los más pobres.
Relatar a Benedicto XVI saliendo de la leyenda es relatar un recorrido cultural que apunta a lo esencial. Es encontrarse así en la oración que requiere comenzar a examinarse uno mismo en lugar de señalar la paja en el ojo ajeno. Es un modo de ver cada gran cuestión del vivir y del morir no como ocasión de contienda, sino como momento para reencontrarse entre diferentes para la afirmación del bien común. Cosa que significa para cada uno dejar fuera de la puerta los respectivos atrasos y prejuicios.
El Dios al que Benedicto XVI invita a orar es un Dios liberador, que no está presente a destellos, sino que se ha introducido en nuestra existencia, garantizándonos un «despertar a la vida» más allá de la muerte. Ésta, de hecho, no logra romper el diálogo entre Dios y el hombre que, una vez iniciado, nos libera de la angustia del límite mortal.
El papa no está preocupado por una imaginaria hegemonía, sino más bien por el testimonio cristiano que ahora cuesta percibir. No se testimonia nada de Dios si antes no se ha vivido al menos algún tiempo con Él. Orar y tener experiencia de Dios. Es la experiencia la que lleva a un testimonio sin palabras. Benedicto XVI lo repite desde el momento de su elección relatando en las audiencias generales la historia de los grandes testigos de la fe, empezando por los apóstoles. El teorema ratzingeriano se presenta con toda evidencia y honestidad intelectual. Con sus consecuencias.
cdc
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
* * *
Al Ilustrísimo SeñorProfesor Giovanni Maria Vian
Con gran estima y sincero afecto le dirijo mi saludo en el momento en que usted, querido profesor, asume el cargo de director de «L'Osservatore Romano», una tarea de gran responsabilidad dada la naturaleza peculiar del diario Vaticano.
Su formación cultural como historiador del cristianismo, en especial su conocimiento de la historia del papado contemporáneo, su experiencia periodística como editorialista de diversos diarios y periódicos, la decenal colaboración con «L'Osservatore Romano» y también la pertenencia a una ilustre familia de gran tradición cristiana en el fiel servicio a la Santa Sede, constituyen una garantía segura para la delicada función a usted confiada.
Se introduce así usted en la larga y gran historia del «diario del Papa» que, iniciada en 1861, ha visto sucederse en la dirección a diversas personalidades, desde el abogado de Forli Nicola Zanchini, junto al periodista Giuseppe Bastia, que asumieron en primer lugar el cargo, hasta el apreciado profesor Mario Agnes.
Nacido para sostener la libertad de la Santa Sede en un momento crítico y providencial de su historia, «L'Osservatore Romano» siempre ha difundido las enseñanzas de los Romanos Pontífices y las intervenciones de sus más estrechos colaboradores sobre los problemas cruciales que la humanidad encuentra en su camino.
Es conocida la opción de imparcialidad que caracterizó la información del diario vaticano durante la primera guerra mundial. En la vorágine de los acontecimientos que se sucedieron entonces, y después durante la segunda tragedia bélica del siglo XX, «L'Osservatore Romano» --desde finales de 1929 trasladado dentro del Estado vaticano-- incrementó ulteriormente su prestigio y su difusión, gracias también a la posibilidad que tenía el periódico de acudir a fuentes de información que en aquel período sólo la independencia vaticana podía garantizar.
Órgano de información autorizado y respetado, precisamente entonces fue acompañado por importantes periódicos («L'illustrazione vaticana», «L'Osservatore della Domenica», «Ecclesia»), mientras que más tarde comenzó a ser publicado en ediciones periódicas en distintos idiomas, a fin de asegurarle una difusión realmente internacional.
Esta dimensión mundial, que se hará ahora más concreta y eficaz a través de las posibilidades actualmente ofrecidas por la presencia «en red», resulta cuánto más importante para expresar en verdad la realidad de la Iglesia universal, la comunión de todas las Iglesias locales y su enraizamiento en las distintas situaciones, en un contexto de sincera amistad con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo.
Buscando y creando ocasiones de diálogo, «L'Osservatore Romano» podrá servir cada vez mejor a la Santa Sede, mostrando la fecundidad del encuentro entre fe y razón, gracias al cual se hace posible también una cordial colaboración entre creyentes y no creyentes. Su tarea fundamental sigue siendo obviamente la de favorecer en las culturas de nuestro tiempo esa apertura confiada y, a la vez, profundamente razonable al Trascendente sobre el cual, en última instancia, se funda el respeto de la dignidad y de la auténtica libertad de todo ser humano.
Invocando sobre usted, sobre el subdirector --el doctor Carlo Di Cicco--, así como sobre sus colaboradores y sobre cuantos trabajan por la realización del diario, la materna protección de María Santísima y la intercesión de San Pedro, gustosamente imparto a todos, como prenda de copiosos favores celestiales, mi Bendición.
En el Vaticano, 27 de octubre de 2007
BENEDICTUS PP. XVI
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
«Tradición y futuro»: primer editorial del nuevo director de «L'Osservatore Romano» profesor Giovanni Maria Vian, publicada en su edición del 28 de octubre.
Tradición y futuro
Un diario difícil, más aún, dificilísimo, pero sobre todo un «gran diario». Quien definía así «L'Osservatore Romano» era en 1961 el cardenal Giovanni Battista Montini. Casi medio siglo después, cuanto escribía el futuro Pablo VI, en el número por el centenario del diario vaticano, sigue siendo actual. Igual que las potencialidades del diario --descritas en el célebre articulo y tan grandes como importantes son su historia y tradición-- merecen un nuevo desarrollo. Mirando con confianza hacia el futuro, porque esta apertura representa el sentido más profundo de la tradición, que significa precisamente transmisión en una continuidad vital.
¿Por qué es dificilísimo «L'Osservatore Romano»? El entonces arzobispo de Milán --que en la Secretaría de Estado durante más de quince años, como se subrayó, también ejerció «la alta dirección del diario»-- respondía indicando «la desproporción entre el vastísimo campo, del que el diario habría debido ser espejo, el campo católico, y la relativa exigüidad de sus noticias, es más, hablando claramente, de la misma capacidad de darles voz y relieve», sin descuidar el punto apesadumbrado de su restringida difusión. Montini enumeraba además, con leve ironía, dificultades menores ligadas a la naturaleza especial del diario: «Diario serio, diario difícil, ¿quién lo leería alguna vez en el tranvía o en el bar; quien haría de él un corrillo de charla?»; mientras su crónica vaticana «nos procura, sí, el placer de un espectáculo áulico incomparable, pero no sin cierta duda de haberlo ya experimentado igual otras muchas veces».
¿Cómo hacer entonces de «L'Osservatore Romano» un gran diario? Esto se preguntaba el futuro papa, que no olvidó jamás al padre, director del pequeño pero luchador diario «Il Cittadino di Brescia». Y daba una respuesta clara: desarrollando su naturaleza de «periódico de ideas». Sí, porque el diario vaticano --escribía-- «no es, como muchísimos otros, un sencillo órgano de información; quiere ser y creo principalmente de formación. No quiere sólo dar noticias; quiere crear pensamientos. No le basta con referir los hechos como suceden: quiere comentarlos para indicar como deberían o no haber ocurrido. No mantiene sólo coloquio con sus lectores; lo tiene con el mundo: comenta, discute, polemiza». Con una vocación por lo tanto universal, análoga a la de la sede romana a la que el diario intenta servir.
En este empeño cotidiano «el periodista es intérprete, es maestro, es guía, es a veces poeta y profeta». Un arte difícil --concluía Montini-- y en el diario vaticano «cuánto más delicado y exigente». Por la necesidad de un «continuo testimonio al panorama de verdad moral y religiosa, en el que cada cosa de enmarcarse», y por la naturaleza a la vez oficial y oficiosa del diario de la Santa Sede: periódico «de ideas», pero también «de ambiente», no fácil pero del cual saca autoridad y fuerza. Así fue durante la segunda guerra mundial, y entonces «ocurrió como cuando en una sala se apagan todas las luces, y queda encendida una sola: todas las miradas se dirigen hacia la que permanece encendida; y por fortuna esta luz era la luz vaticana, la luz tranquila y llameante, alimentada por la apostólica de Pedro». Con una imagen de orgullo humilde y seguro que remite a la evangélica del candelabro que arde e ilumina.
La experiencia de la guerra dejó así un legado al diario, porque «su sede, su función, su red de informadores y de colaboradores, su autoridad y su libertad, la misma antigüedad y experiencia pueden hacer de él un órgano de prensa de primerísimo orden»; y hasta las dificultades pueden ser consideradas –finalizaba el futuro Pablo VI-- «peculiaridades, y como tales constituir una interesantísima originalidad del periódico. Ningún otro puede tener horizonte más amplio de observación; ningún otro puede tener fuentes más ricas de información; ningún otro temas de desarrollo más importantes y más variados; como ningún otro juicio de orientación más autorizado y más beneficiosa función de educación en la verdad y en la caridad».
La permanente actualidad de las observaciones de Montini justifica que se vuelvan a proponer hoy, en un panorama mundial e informativo profundamente cambiado. La realidad global de hecho hace aún más necesario y amplio ese alcance internacional característico del diario vaticano, y esta misma realidad mundial hoy requiere su presencia en red real y eficaz, cuya urgencia ha sido recientemente anunciada por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quien varias veces ha expresado atención y estima por el diario de la Santa Sede, al que ha querido acercarse en persona.
«L'Osservatore Romano» --esto es, el diario y sus distintas ediciones periódicas-- es ante todo el «diario del papa», y difundirá de dos modos la enseñanza y la predicación del obispo de Roma: conservando su peculiar naturaleza documental y desarrollando la de la información periodística. Pero también haciéndose mayor expresión de los organismos y de las representaciones de la Santa Sede, en Roma y en el mundo. Al servicio de Benedicto XVI, pontífice teólogo y pastor, el «siervo de los siervos de Dios» que sin cansarse, con mansedumbre confiada y firme, a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo testimonia y repite con el apóstol Juan que «Dios es amor» y que «en el inicio de ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una Persona», como ha subrayado en el comienzo de su primera encíclica.
Desde Roma el diario vaticano continuará observando con mirada atenta y amiga la realidad internacional, manteniendo en esta perspectiva la atención por esa Italia de la que el papa es primado y por su diócesis, donde tantos obispos y sacerdotes de cada continente han estudiado y con la que mantiene vínculos fecundos. Y alcance internacional tendrá la atención por los fenómenos culturales, reservando espacio a la comparación de ideas, con una apertura cordial respecto a la razón, a la que Benedicto XVI se remite para favorecer el coloquio y el debate, como ocurrió con la lección de Ratisbona, cuyos frutos empiezan a madurar. Y al mundo mirará el diario del papa informando sobre la comunión católica en los distintos continentes, sobre Iglesia y confesiones cristianas, judaísmo, islam y otras religiones, en la realización del Concilio Vaticano II interpretado a la luz del histórico discurso que el romano pontífice pronunció por el cuadragésimo aniversario de su conclusión.
Siguiendo el ejemplo de Benedicto XVI y difundiendo sus enseñanzas, su diario quiere dirigirse con amistad a todos, creyentes y no creyentes, y con todos hablar con respeto y claridad sobre temas como la dignidad del ser humano y la promoción de la justicia. Para hacer cada vez más evidente el testimonio y la verdad de Cristo en el mundo moderno. En la vitalidad de una tradición por su naturaleza abierta al futuro, y en la certeza de que la palabra del único Señor, Jesús, sembrada en el íntimo de las almas, prevalecerá sobre las fuerzas del mal y permanecerá para siempre.
g..m.v.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
Fuente: Agencia Zenit
Subdirector de «L'Osservatore Romano»: «El camino en profundidad de Benedicto XVI
»Primer artículo de comentario de Carlo Di Cicco desde su cargo en el diario
publicado en la edición del 28 de octubre de «L'Osservatore Romano», primera en la que ha asumido oficialmente su función como subdirector.
* * *
El camino en profundidad de Benedicto XVI
El hombre en una dimensión, sin al menos una ventana abierta a la Trascendencia, no convence a Benedicto XVI. Por su naturaleza el hombre tiene una capacidad de dialogar con Dios y con una referencia a Dios, también en el respeto de la sociedad pluralista, las cosas podrían ir mejor. Y esta convicción va proponiendo el papa a la reflexión común.
Dios constituye el centro de la acción pastoral y cultural de Benedicto XVI. Intenta hablar ante todo y sobre todo de Dios como una clave posible de lectura de la realidad. El diálogo de fe y razón se mueve respecto a dos grandes interlocutores que son actores de él: Dios mismo y el hombre, antes aún que laicos y creyentes.
El humanismo de Benedicto XVI es igual a su pasión por Dios. El Dios bíblico, que ha entrado en la historia con Jesús de Nazaret, es un Dios que salva y un Dios que dialoga.
Si la razón está llamada a medirse con este anuncio, la fe está llamada a conformarse con él, conformarse al amor. Por ello el binomio de fe y razón tan querido al teólogo Ratzinger, cuando se dirige a los fieles se amplía a un tercer elemento: la oración. El nombre de Benedicto XVI fue elegido por el papa para llamar en el plano histórico a los hombres al primado de la paz y en el plano de la fe para devolver a Dios el primado de la acción: ora et labora.
Caminar en profundidad, transformarse en discípulos del Evangelio para aprender a orar, es el primer mandamiento del pontificado. El fino teólogo que actualiza la reflexión racional sobre la fe, expresa clara su convicción: los nudos históricos que hacen difícil el diálogo entre creyentes y no creyentes, las angustias que parecen endurecer en occidente credibilidad y dinamismo de las Iglesias y confesiones cristianas, se disolverán no tanto transformando a los cristianos en activistas cuanto en discípulos de la oración. Empeño político, competencias profesionales, capacidad planificadora para liberar solidaridad y libertad, que derechos y justicia no se arrinconen; pero se pide a los cristianos como a cualquier otro habitante en la ciudad del hombre. En su especificidad los cristianos elevan la oración al Dios viviente, al Dios de Jesucristo. Y esto especialmente deben practicar.
Orar, según el papa Ratzinger, no quiere decir, en cambio, repetir fórmulas a un Dios «apaga-fuegos». Representa una experiencia de vida que transforma, mejora la capacidad de amar, permite entrever el camino hacia la felicidad interior. Es un principio activo para hombres nuevos.
Benedicto XVI lo ha dicho en circunstancias importantes, como el discurso a los católicos italianos en el congreso de Verona; lo ha repetido hablando recientemente de emergencias ambientales, económicas, políticas y sociales. Junto a desarrollo sostenible, economía social que modera el lucro y rescata el trabajo, lucha contra la camorra, resistencia a la violencia con el compromiso civil y la acción no violenta, Benedicto XVI sitúa, sin falta, la oración. No como añadido que se espera de un sacerdote y más todavía de un papa. La consigna, primera entre todas las consignas a los católicos italianos y no sólo, no ha sido agitación activista alguna, sino la oración. «Antes de cualquier programa nuestro, en efecto, debe estar la adoración, que nos hace verdaderamente libres y da los criterios de nuestra actuación», afirmó en Verona.
«La fuerza que en silencio y sin clamores cambia el mundo y lo transforma en el Reino de Dios –dijo a la ciudad de Nápoles-- es la fe, y expresión de la fe es la oración. Cuando la fe se colma de amor por Dios reconocido como padre bueno y justo, la oración se hace perseverante, insistente, se convierte en un gemido del espíritu, un grito del alma que penetra el corazón de Dios. De tal modo la oración se transforma en la mayor fuerza de transformación del mundo. Frente a realidades sociales y difíciles y complejas, como ciertamente también es la vuestra, es necesario reforzar la esperanza, que se funda en la fe y se expresa en una oración incansable».
La oración nos devuelve a la vida cotidiana como hombres y mujeres convertidos, libres de intereses, dispuestos a actuar por el bien de los débiles y de los más pobres.
Relatar a Benedicto XVI saliendo de la leyenda es relatar un recorrido cultural que apunta a lo esencial. Es encontrarse así en la oración que requiere comenzar a examinarse uno mismo en lugar de señalar la paja en el ojo ajeno. Es un modo de ver cada gran cuestión del vivir y del morir no como ocasión de contienda, sino como momento para reencontrarse entre diferentes para la afirmación del bien común. Cosa que significa para cada uno dejar fuera de la puerta los respectivos atrasos y prejuicios.
El Dios al que Benedicto XVI invita a orar es un Dios liberador, que no está presente a destellos, sino que se ha introducido en nuestra existencia, garantizándonos un «despertar a la vida» más allá de la muerte. Ésta, de hecho, no logra romper el diálogo entre Dios y el hombre que, una vez iniciado, nos libera de la angustia del límite mortal.
El papa no está preocupado por una imaginaria hegemonía, sino más bien por el testimonio cristiano que ahora cuesta percibir. No se testimonia nada de Dios si antes no se ha vivido al menos algún tiempo con Él. Orar y tener experiencia de Dios. Es la experiencia la que lleva a un testimonio sin palabras. Benedicto XVI lo repite desde el momento de su elección relatando en las audiencias generales la historia de los grandes testigos de la fe, empezando por los apóstoles. El teorema ratzingeriano se presenta con toda evidencia y honestidad intelectual. Con sus consecuencias.
cdc
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
Nuevo nuncio en Colombia
El Papa Benedicto XVI ha nombrado a un nuevo nuncio apostólico en Colombia. Se trata del arzobispo Aldo Cavalli, originario de Lecco (Italia).
Tiene 61 años de edad, fue fue ordenado sacerdote en 1971.
Ingresó hace 18 años en el servicio diplomático de la Santa Sede, particularmente en la Secretaría de Estado, en Burundi, Santo Tomé y Angola.
Era nuncio apostólico en Chile desde junio de 2001.
Sustituye en Bogotá a monseñor Beniamino Stella, de 66 años de edad, a quien Benedicto XVI nombró presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, en la que se forman los sacerdotes diplomáticos de la Santa Sede. Monseñor Stella sutituyó a su vez a Don Justo Mullor, segundo nuncio en México.
Tiene 61 años de edad, fue fue ordenado sacerdote en 1971.
Ingresó hace 18 años en el servicio diplomático de la Santa Sede, particularmente en la Secretaría de Estado, en Burundi, Santo Tomé y Angola.
Era nuncio apostólico en Chile desde junio de 2001.
Sustituye en Bogotá a monseñor Beniamino Stella, de 66 años de edad, a quien Benedicto XVI nombró presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, en la que se forman los sacerdotes diplomáticos de la Santa Sede. Monseñor Stella sutituyó a su vez a Don Justo Mullor, segundo nuncio en México.
Respuesta al Padre Concha
En el confesionario/ Carlos Marín
(El Padre) Miguel Concha se preguntó el sábado en La Jornada si quien escribió el jueves en MILENIO acerca de “los que medran con la versión marquista de la masacre de Acteal” es el Carlos Marín que, a doce días de ocurrida, reveló el plan de guerra que el Ejército del salinato elaboró para sofocar el alzamiento zapatista.
Y sí: es el mismo.
El sacerdote dominico recordó que Las Abejas y el Centro Fray Bartolomé de las Casas presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (febrero de 2005) “una petición contra el Estado mexicano, por la actuación de miembros de grupos paramilitares, con la aquiescencia y participación de agentes de la República”, y que “los peticionarios (…) refirieron una información del periodista Carlos Marín” (Plan del Ejército en Chiapas, desde 1994: crear bandas paramilitares, desplazar a la población, destruir las bases de apoyo del EZLN), publicada el 3 de enero de 1998.
Si no se sabe de otro reportero que se llame igual (y aunque haya marines hasta en Bagdad), ¿a qué viene la pregunta de Concha, de no ser sembrar la insidia?
En aquel reportaje se planteó que la matanza parecía corresponder a una estrategia contrainsurgente “precisa, diseñada en octubre de 1994 por la Secretaría de la Defensa Nacional”, en que “los servicios de Inteligencia Militar debían organizar secretamente a ciertos sectores de la población civil; entre otros a ganaderos, pequeños propietarios e individuos caracterizados con un alto sentido patriótico, quienes serán empleados en apoyo de nuestras operaciones.
Se reprodujeron las partes esenciales el documento y Marín se lo regaló completo al escritor Carlos Montemayor para que lo aprovechara en alguno de sus libros.
En ninguna parte del reportaje se dijo que el plan contemplara perpetrar la de Acteal o cualquier otra matanza, pero sí la creación de o el apoyo a “fuerzas de autodefensa” como lo era Máscara Roja –se acotó–, el grupo que según la Procuraduría General de la República perpetró la matanza de Acteal.
Se consignó también que a principios de 1997, en Santa Martha y Pechiquil; en Yaxjemel, Los Chorros y Puebla –estos en la región de Chenalhó– comenzaron a funcionar campos de entrenamiento de organizaciones paramilitares, entre las que sobresalían Paz y Justicia, Los Chinchulines, Alianza Fray Bartolomé de los Llanos, Movimiento Insurgente Revolucionario Antizapatista, Brigada Tomás Munzer, Fuerzas Armadas del Pueblo y Los Degolladores.
¿Qué tiene todo esto que ver con que Marín sostenga hoy que “los que medran con la versión marquista de la masacre de Acteal” son quienes se oponen a una revisión historiográfica del caso y saber si se ha hecho justicia?
Nomás faltaba: quedar bajo sospecha por haber dado a conocer un documento verificado sobre el Ejército y grupos “de autodefensa” o paramilitares, pero que desconfía de informaciones anónimas y abomina la invención de cuentos con que muchos intentan ajustar sus cuentas.
Y sí: es el mismo.
El sacerdote dominico recordó que Las Abejas y el Centro Fray Bartolomé de las Casas presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (febrero de 2005) “una petición contra el Estado mexicano, por la actuación de miembros de grupos paramilitares, con la aquiescencia y participación de agentes de la República”, y que “los peticionarios (…) refirieron una información del periodista Carlos Marín” (Plan del Ejército en Chiapas, desde 1994: crear bandas paramilitares, desplazar a la población, destruir las bases de apoyo del EZLN), publicada el 3 de enero de 1998.
Si no se sabe de otro reportero que se llame igual (y aunque haya marines hasta en Bagdad), ¿a qué viene la pregunta de Concha, de no ser sembrar la insidia?
En aquel reportaje se planteó que la matanza parecía corresponder a una estrategia contrainsurgente “precisa, diseñada en octubre de 1994 por la Secretaría de la Defensa Nacional”, en que “los servicios de Inteligencia Militar debían organizar secretamente a ciertos sectores de la población civil; entre otros a ganaderos, pequeños propietarios e individuos caracterizados con un alto sentido patriótico, quienes serán empleados en apoyo de nuestras operaciones.
Se reprodujeron las partes esenciales el documento y Marín se lo regaló completo al escritor Carlos Montemayor para que lo aprovechara en alguno de sus libros.
En ninguna parte del reportaje se dijo que el plan contemplara perpetrar la de Acteal o cualquier otra matanza, pero sí la creación de o el apoyo a “fuerzas de autodefensa” como lo era Máscara Roja –se acotó–, el grupo que según la Procuraduría General de la República perpetró la matanza de Acteal.
Se consignó también que a principios de 1997, en Santa Martha y Pechiquil; en Yaxjemel, Los Chorros y Puebla –estos en la región de Chenalhó– comenzaron a funcionar campos de entrenamiento de organizaciones paramilitares, entre las que sobresalían Paz y Justicia, Los Chinchulines, Alianza Fray Bartolomé de los Llanos, Movimiento Insurgente Revolucionario Antizapatista, Brigada Tomás Munzer, Fuerzas Armadas del Pueblo y Los Degolladores.
¿Qué tiene todo esto que ver con que Marín sostenga hoy que “los que medran con la versión marquista de la masacre de Acteal” son quienes se oponen a una revisión historiográfica del caso y saber si se ha hecho justicia?
Nomás faltaba: quedar bajo sospecha por haber dado a conocer un documento verificado sobre el Ejército y grupos “de autodefensa” o paramilitares, pero que desconfía de informaciones anónimas y abomina la invención de cuentos con que muchos intentan ajustar sus cuentas.
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