ABC | 19 de septiembre de 2012
EN «La colección invisible», uno de sus relatos más conmovedores, Stefan Zweig narró una historia ejemplar, en la que la firmeza de las ilusiones hacía frente a los azares del infortunio, y la voluntad de preservar el carácter resistía el asedio de las circunstancias. Cuando Alemania sufría la devastadora hiperinflación que siguió a la Gran Guerra, un anticuario berlinés fue a visitar a un viejo cliente, convencido de que encontraría en sus manos los valiosos grabados renacentistas que había adquirido en su establecimiento durante generaciones.