Duro golpe recibió el obispo Juan Carlos Maccarone, uno de los más prestigiosos prelados argentinos quien tuvo que renunciar al cargo al verse involucrado en una relación homosexual.
Monseñor Maccarone presentó la renuncia el jueves 18 luego de que alguien -aún no se pudo precisar quién- hizo llegar perversamente a la Conferencia del Episcopado - además de a otras gentes- un video que mostraría al prelado en una relación íntima con un joven de 23 años, cuya identidad se desconoce.
Con el video en sus manos, las autoridades eclesiásticas se comunicaron con el obispo quien de inmediato admitió su pecado y comunicó su decisión de renunciar como obispo de Santiago del Estero.
La situación fue analizada en el Vaticano y elevada al Papa Benedcito XVI quien -pese a que comenzaba su primer viaje fuera de Italia - aceptó sin demoras la dimisión.
Monseñor Maccarone dio una muestra de dignidad; reunió a los sacerdotes de su diócesis el pasado jueves 18 de agosto y les pidió disculpas "por los daños causados a la Iglesia". Pidió su retiro por "enfermedad u otra causa grave" a pesar de que se encuentra a 11 años de la edad límite de 75 años que establece el Código de Derecho Canónico.
Pero la existencia del video y su entrega a las autoridades de la Iglesia robusteció las especulaciones que hablan de una venganza política contra el obispo, aún hasta este momento no hay un solo indicio sobre los instigadores.
Lo cierto es que Maccarone es muy querido dentro y fuera de la Iglesia, y con muchos enemigos poderosos; en efecto, era una de las principales figuras de la minoría "progresista" dentro del episcopado. Se ha destacado en la defensa de los derechos humanos, por su compromiso con la "pastoral social" en favor de los más pobres y por sus convicciones democráticas.
En su diócesis de Santiago del Estero se ganó el respeto de sus feligreses por haber enfrentado a la dinastía política que encabezaba el octogenario caudillo peronista Carlos Juárez, acusada de toda clase de abusos y delitos durante las cinco décadas que manejó esa provincia.
En opinión coincidente de la prensa argentina y de medios católicos, el obispo fue víctima de una celada tendida, con la más moderna tecnología, por los poderosos enemigos que se granjeó durante su acción pastoral.
El periodista Washington Uranga, especialista en temas eclesiásticos, sostiene en Página 12 que lo ocurrido con el obispo "es el resultado de una estrategia hábilmente montada, construida sobre la base de datos de inteligencia que dejaron al descubierto las debilidades del obispo y que contó con una logística que no se improvisa y con recursos que no son los del ciudadano común".
El diario bonaerense El Clarín se pregunta si monseñor Maccarone era candidato a reemplazar al ultraconservador obispo castrense Antonio Baseotto, muy enfrentado con el gobierno de Kirchner. "¿Acaso hay que buscar allí el origen de la maniobra que acabó con el obispo?", pregunta.
Por lo pronto la Comisión Ejecutiva del Episcopado argentino manifestó hoy su compresión con el "dolor y desconcierto de nuestro pueblo" por la renuncia de Monseñor Maccarone y se solidarizó con el hoy exobispo a quien agradeció por la labor de seis años al servicio de la pobreza".
La homosexualidad de Maccarone no es un delito, es un asunto que pertenece a su vida privada, a su vida intima. No es un ladrón, ni muchos menos un genocida, es un ciudadano argentino con todos su derechos a salvo; su renuncia es un asunto de ética al interior de la iglesia católica.
Lo que si debe hacer La Santa Sede es tomar medidas y pedirle la renuncia a decenas de prelados acusado de pederastía.
Además el asunto de la homosexualidad, y de los "sacerdotes casados", tiene que ver con algo que urge; que se abra por lo menos al debate el asunto del celibato; una asignatura pendiente en el papado de Benedicto XVI.
Por cierto muy solidaria la declaración del episcopado argentino; Que María, Reina de los Apóstoles, nos proteja y consuele en este momento de prueba, dice la carta.
Vale la pena leer la declaración completa de la Comisión Ejecutiva del Episcopado.
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina se dirige al Pueblo de Dios con motivo de la renuncia de Mons. Juan Carlos Maccarone al obispado de Santiago del Estero.
La Iglesia, en la debilidad de sus hijos, es en el mundo signo de la misericordia de Dios Padre en Jesucristo. Esto nos exige día a día una constante conversión y penitencia sin temer a la verdad ni pretender ocultarla.
Sentimos en esta hora el dolor y el desconcierto de nuestro pueblo. Es el momento de renovar nuestra confianza en el poder de la gracia de Dios.
Nos solidarizamos con el presbiterio y el pueblo de Santiago del Estero y con ellos “queremos expresar nuestro agradecimiento a la labor de seis largos años de Monseñor Juan Carlos Maccarone al servicio de los pobres y de quienes tienen la vida y la fe amenazadas”.
Acompañamos a nuestro hermano con afecto, comprensión y oración.
Que María, Reina de los Apóstoles, nos proteja y consuele en este momento de prueba.
Buenos Aires, 22 de agosto, Fiesta de María Reina
Mons. Eduardo Mirás, Presidente
Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Vicepresidente 1º
Mons. Domingo Castagna, Vicepresidente 2º
Mons. Sergio Fenoy, Secretario General