5 jun 2008

Ley Patriótica en Venezuela

El presidente venezolano Hugo Chávez publicó una nueva ley que sanciona a los ciudadanos que se nieguen a cooperar como informantes de las agencias de inteligencia.
Y como era de esperarse la decisión causó protestas de grupos de defensa de los derechos humanos que la consideran un instrumento para aplastar a la oposición. Los grupos de defensa de los derechos humanos denunciaron que la nueva ley viola el derecho de los sospechosos a contar con un proceso en conformidad con las leyes.
Inncluso el cardenal Jorge Urosa Savino rechazó la promulgación de la ley, la qu dice "fue redactada de manera muy genérica (al punto) que ni siquiera estaría a salvo el secreto de confesión". "La Conferencia Episcopal la estudiará (la ley) a fondo, pero todo parece indicar que está ley es regresiva y restrictiva de los derechos humanos consagrados en la constitución, y en consecuencia la rechazamos", agregó a un grupo de periodistas.
Y es que bajo la ley promulgada los venezolanos que se nieguen a cooperar con los organismos de inteligencia actuando como informantes enfrentan hasta cuatro años de cárcel.
Las fuerzas de seguridad quedaron habilitadas para recolectar evidencias a través de medios electrónicos de vigilancia, como grabación de llamadas telefónicas, sin necesidad de contar con la orden de un juez.
También las autoridades pueden retener pruebas que soliciten los abogados defensores si consideran que lo hacen para proteger la seguridad nacional.
El Presidente Chavez que acusa con frecuencia a Estados Unidos de actividades de espionaje y de querer asesinarlo, dijo que la reforma de los servicios de espionaje de Venezuela tiene como propósito frustrar los esfuerzos de Washington por recoger información sobre su gobierno.
Durante un discurso por televisión dijo que la ley ayudará a evitar rebeliones militares similares al golpe de abril de 2002 que lo desalojó brevemente del poder.
La nueva ley venezolana reemplaza a dos agencias de inteligencia del gobierno -la Disip, la policía secreta, y el Directorio Militar de Inteligencia- con cuatro nuevas agencias, dos bajo el ministerio de Justicia, y otras dos bajo control del ejército.
Provea, un grupo de defensa de los derechos humanos en Venezuela, señala que el decreto venezolano es similar a la Ley Patriótica de Estados Unidos que amplía la autoridad de las agencias policiales luego de los ataques de septiembre de 2001.
Marcha atras.
Durante una transmisión en tv, Chávez dijo que algunos aspectos de la ley son "indefendibles'', y citó específicamente el artículo 16, que establece una obligación legal de cooperar con los organismos de inteligencia a toda clase de personas, organismos privados y organizaciones sociales, so pena de recibir sanciones incluyendo prisión hasta por 10 años.
"Si una persona se niega a cooperar, ¿la vamos a meter presa? Es una extralimitación. Por lo tanto, yo decido que vamos a corregir la ley de inmediato y he nombrado una comisión para corregir y redactarla de otra manera'', acotó el mandatario en su alocución.
"La ley no es mala, no. Pero tiene elementos que los utilizan nuestros adversarios, para generar miedo. Una campaña de terror está desatada por internet, por los mensajitos de texto, por la televisión, por la prensa, la radio, el rumor: que viene la dictadura. Aquí no hay dictadura'', dijo Chávez.
El Presidente admitió como una equivocación que "no es pequeña'' parte de la redacción de la ley, y "donde nos equivoquemos hay que aceptarlo''.
La admisión de Chávez se produjo luego de que importantes organizaciones y personalidades, entre ellas agrupaciones estudiantiles, academias y la Iglesia Católica, expresaran un duro rechazo a la normativa.

Obama, candidato

El cambio y la novedad de Obama/ Mateo Madridejos, periodista e historiador
Publicado en EL PERIÓDICO, 05/06/2008;
Por primera vez, un negro, el senador Barack Obama, será candidato presidencial de uno de los dos grandes partidos y tendrá posibilidades reales de instalarse en la Casa Blanca. Esa es la gran novedad histórica y lo demás es secundario, incluido el lema de su campaña, centrado en una palabra (cambio), que se presta a múltiples interpretaciones y que no está exenta de ambigüedad. Ya en 1952, en las primeras elecciones dominadas por el márketing político, el general Eisenhower puso en circulación la misma idea: “ItIs time for a change” (Es la hora del cambio).
El cambio es un factor de peso en la estrategia para “vender un presidente”, como puede comprobarse en el famoso libro de Joe McGinniss sobre la proeza de convertir a Richard Nixon en una figura atractiva en 1968. También Karl Rowe vendió por dos veces a un George Bush que su misma familia consideraba harto mediocre. Muchos años después, la mudanza, de producirse, afectará, ante todo, al personal dirigente. La mitad al menos de una eventual Administración demócrata estará integrada –tanto en el Gobierno como en la alta función pública– por personas que entrarán por primera vez en la Casa Blanca y sus aledaños.
LA ASCENSIÓN irresistible del senador de Illinois se nutre no solo del rechazo de la pericia política que se atribuye a los Clinton, sino de una verdadera falla generacional. Ahora bien, el gran bloque de inercia estructural (el establishment), que incluye tanto a los grupos de presión económica como a las maquinarias de los dos grandes partidos, está intacto y se intuye que librará una batalla por defender sus posiciones tan encarnizada como la que acaba de perder la senadora por Nueva York. La comunidad académica y las plumas más en boga de los grandes rotativos, que tanto han contribuido a forjar el carisma de Obama, aún no pueden cantar victoria.
La limpieza de los establos de Washington es una empresa fascinante, pero de alto riesgo. Soplan vientos de cambio, los augures detectan un agotamiento del ciclo conservador y el Partido Republicano está instalado en el crepúsculo tras los desastres acumulados por Bush. Pero muchos demócratas de la élite temen que la inexperiencia de Obama, manifiesta durante la campaña, se traslade al despacho oval. Los que alegan que John Kennedy era también un brillante senador sin experiencia olvidan la frustrada invasión de Cuba, la crisis de los misiles, la erección del muro de Berlín por un Jruschov envalentonado y el asesinato del líder vietnamita Diem, fomentado por la CIA, días antes del magnicidio de Dallas.
Aunque los temas de la campaña deberían ser la coyuntura económica y el paro, junto con la regeneración diplomática, la cuestión racial tendrá una desmesurada influencia en una nación atormentada por los recuerdos infamantes de la esclavitud y la segregación. Obama dedicó gran parte de su campaña a propugnar la superación de las divisiones étnicas y políticas, pilar de una nueva era de solidaridad, para coronar el edificio retórico con su gran discurso sobre las razas en Filadelfia.
No obstante, el reverendo Jeremiah Wright, su consejero espiritual, pastor de la iglesia de la Trinidad de Chicago, autor de sermones incendiarios que apareció en la televisión vilipendiando a EEUU, prestó un flaco servicio a su pupilo al facilitar la diatriba de sus adversarios. Y Obama, en vez de mitigar los efectos de sus peligrosas amistades, resbaló literalmente cuando fustigó con torpeza a los desfavorecidos de las urbes industriales, clientes naturales del Partido Demócrata, a los que reprochó que “se aferran a las armas de fuego y la religión” porque viven alienados y frustrados.
Dentro del Partido Demócrata, a la espera de la decisión final de Hillary Clinton, la fractura no es ideológica, ni siquiera generacional, sino racial. Las elecciones primarias en algunos estados clave (Pensilvania, Ohio, Michigan, Florida) confirman que un sector importante de la clase media demócrata, en especial los trabajadores de cuello azul, las mujeres y los jubilados, además de los latinos, votan teniendo en cuenta el factor étnico y son poco sensibles a la aureola mesiánica que envuelve a Obama. Luther King fue asesinado hace 40 años y otro negro, Jesse Jackson, fracasó hace 20 en las primarias porque no convenció a los demócratas blancos.
LAS BARRERAS raciales han disminuido en altitud, mas no han desaparecido del escenario. El llamado por los sociólogos efecto Bradley se perfila tras la silueta estilizada de Obama. Tom Bradley era un político negro popular, alcalde de Los Ángeles, que se presentó a las elecciones para gobernador de California en 1982. Encabezó con gran ventaja todas las encuestas de opinión, pero perdió las elecciones, víctima de los prejuicios que no se confiesan porque son políticamente incorrectos, pero que se expresan secretamente en la papeleta de voto.
Por eso, y pese a su derrota, el destino inmediato de Hillary Clinton es de suma importancia para el éxito final del Partido Demócrata, no solo para restañar las heridas de una campaña enconada, sino por la ineludible necesidad de impedir que los más indecisos, que son numerosos, acaben por inclinar la balanza del lado del senador John McCain, el candidato republicano. Los caciques del Partido Demócrata presionan en favor del dream ticket, del matrimonio electoral de conveniencia, pero, tras su valeroso combate, la senadora de Nueva York se ha ganado la última palabra.
El Obama invisible/Aitor Ibarrola, profesor de Estudios Norteamericanos, Universidad de Deusto
Publicado en EL CORREO DIGITAL, 05/06/2008;
En las primeras líneas de su ya clásica novela de iniciación y protesta social ‘El hombre invisible’ (’Invisible Man’, 1952), el narrador de la obra de Ralph Ellison explicaba: «Esa invisibilidad de la que hablo tiene su origen en una curiosa disposición de los ojos de la gente con la que me relaciono. Se trata de un problema en la configuración de sus ojos interiores, esos ojos con los que perciben la realidad más allá de lo que captan sus ojos físicos. No me quejo, ni estoy lanzando una protesta. En ocasiones el ser invisible tiene sus ventajas, aunque a menudo resulta agotador». Con el tiempo, el protagonista de color de Ellison se enfrenta a lo largo de la obra con estructuras y comportamientos racistas difícilmente concebibles en los EE UU del siglo XXI. Sin embargo, sería un tanto ingenuo pensar que el color de la piel de la gente ha dejado de tener una notable incidencia sobre su identidad, sus proyectos personales, su forma de pensar y relacionarse o de ser percibido por los demás. Probablemente muy a su pesar, el líder demócrata Barack Obama ha tenido que llevar a sus espaldas el pesado lastre histórico-cultural que el color de su piel implica en la esfera política de su país. Como Shelby Steele mantenía acertadamente, «por alguna extraña razón, cada vez que se intentan explicar sus ideas políticas siempre se acaba haciendo referencia a su ‘pedigrí racial’ -como si ese ‘pedigrí’ explicase inevitablemente sus ideas-».
Parece incuestionable que el devenir de cualquier figura política en la nación más poderosa de la Tierra está íntimamente ligado a su capacidad de atraer la atención y recabar el apoyo de un número sustancial de compatriotas -a ser posible, de aquéllos con más recursos-. De ahí la gran importancia que habitualmente se otorga tanto a la recaudación de fondos de apoyo a la campaña como a la prolongada exposición de la persona elegida ante las masas durante la misma. Aún sin negar la efectividad que estos esfuerzos por elevar el ‘nivel de visibilidad’ del candidato o candidata puedan tener en los resultados finales, parece también evidente que esa exposición pública conlleva un precio considerable en lo que respecta a responder a las expectativas y explotar aquellos aspectos de la propia imagen a los que se puede sacar mayores réditos electorales.
Stuart Hall
ha escrito con profusión sobre la tendencia de los seres humanos a cimentar la producción de significados sociales y culturales en la ‘difference’, ya sea de raza, género, clase, edad, religión. Esta última campaña electoral norteamericana resulta un botón de muestra ideal del carácter relacional de la generación de significados, ya que nuestra percepción de los contendientes se ha visto totalmente mediatizada por la posición que ocupan en el imaginario de aquella sociedad. Hall también advierte de que uno de los efectos más perniciosos de interpretar la realidad de acuerdo a esas oposiciones binarias (blanco/negro, hombre/mujer, rico/pobre y demás) es un excesivo reduccionismo y simplificación que «se traga», cual agujero negro, todos esos otros rasgos distintivos que realmente definen la identidad propia.
Una de las grandes paradojas con las que ha tenido que aprender a convivir el candidato Obama ha sido precisamente la de que el rasgo identitario que en teoría le hace más visible -y diferente- ha sumido todas sus otras facetas y dimensiones en la más profunda de las tinieblas. Al principio mostró una notable resistencia a la idea de que se le identificase como el candidato de un grupo humano concreto y en su libro ‘Los sueños de mi padre’ (’Dreams from my Father’, 1995) reflexiona, de hecho, sobre la clase de vulnerabilidad que su ascendencia interracial -madre blanca y padre negro- le ha ocasionado a lo largo de su vida. Sin embargo, debido probablemente a las presiones y expectativas a las que me refería anteriormente, Obama dio un discurso el 18 de marzo en Filadelfia en el que se lanzó a definir su posición frente a las relaciones y los conflictos interraciales en su país. En la frase más memorable afirmaba que le era imposible repudiar ni a su ‘pastor negro’ (el reverendo Jeremiah Wright) ni a su ‘abuela materna blanca’, a los que en diferentes fases de su vida había oído expresar miedos, fobias e incluso odio hacia la otra raza.
Como varios periodistas explicaron tras el evento, el tratamiento que Obama dio al espinoso tema fue a la vez inequívoco y terapéutico ya que admitía los errores de ambos grupos humanos en el pasado y abogaba por la creación de un nuevo sentimiento de unión entre los dos en el futuro. Pero quizás, más que como muestra de su elocuencia e inteligencia política, este discurso sirvió al candidato demócrata para pasar página y eludir el peligro de ver su proyecto ‘atrapado’ bajo una única etiqueta. K. Anthony Appiah ha indicado sobre este tema que «una vez que se impone una etiqueta a un grupo humano, las ideas acerca de la gente que encaja bajo esa etiqueta comienzan a tener consecuencias psicológicas y sociales. Sobre todo, esas ideas van a condicionar la manera en que se conciben a sí mismos y sus proyectos».
Si todo lo que Barack Obama pudiera ofrecer a su país fuese la visibilidad y la representación simbólica de un grupo humano hasta ahora casi totalmente excluido del ámbito político, esto ya sería un paso adelante. Sin embargo, sus escritos, conferencias, entrevistas y discursos más recientes sugieren que, lejos de priorizar el tema de ser un mulato en una sociedad que sólo hace cincuenta años seguía poniendo trabas legales a los matrimonios interraciales, sus intereses están centrados en problemas más urgentes para el conjunto de la ciudadanía de su país: su endeble economía, su desastrosa política exterior -en especial en Oriente Medio-, el costoso sistema de seguros médicos o el cambio climático. No es de extrañar que los bloques demográficos que le han dado una cómoda ventaja en los ‘caucus’ decisivos hayan sido los norteamericanos con un más alto nivel educativo, los más jóvenes y los de color. Joe Klein escribía hace unas semanas en la revista ‘Time’ que muchos estadounidenses están ya hartos del «populismo carnavalero» y la «política a la vieja usanza» de algunos candidatos y candidatas.
La decisión de Obama de buscar respuestas a las preocupaciones del ciudadano medio y de hacerlo sin dar la espalda los principios básicos de la democracia parece lógica y natural, pero no ha debido de ser fácil cuando buena parte de los dardos de sus rivales políticos buscaban el sensacionalismo de titulares relacionados con antiguas amistades y creencias religiosas o con su supuesta falta de experiencia y conocimiento en algunos ámbitos. El mayor de sus éxitos ha sido retroceder ante esta carnaza mediática que en varios casos no buscaba sino hacer más aparente su ya perfectamente visible ‘difference’.
Uno tiene la impresión de que el Barack Obama que realmente podría aportar toda esa «audacia y esperanza» a la que él a menudo se refiere (’The Audacity of Hope’, 2006) sería precisamente ese ‘Obama invisible’ que recurre a la variedad y riqueza de sus experiencias en Hawai e Indonesia, en Nueva York y Chicago y, por supuesto, en la Facultad de Derecho de Harvard, para dar rigor y consistencia a sus propuestas. Sería ilógico pensar que su vida no se ha visto influida por la temprana ausencia de su padre, su breve estancia en una escuela católica, sus vivencias en una nación mayoritariamente musulmana, una adolescencia compartida con sus abuelos maternos o los años que pasó trabajando en los barrios negros más marginales de Chicago. Incluso su dolorosa derrota del año 2000 en su carrera hacia el Congreso norteamericano, representando a Illinois, debiera considerarse una de las lecciones necesarias para su posterior crecimiento como figura política a nivel nacional.
Desde su brillante conferencia durante la Convención Nacional Demócrata de 2004, la principal estrategia de Obama ha sido ir acumulando nuevos apoyos a partir de una gestión inteligente de las múltiples facetas de su identidad y su proyecto político, más que reafirmar la más visible de ellas. En este sentido, su percepción de su país y de sí mismo no difiere en lo fundamental de la que el narrador-protagonista de la novela de Ellison expresa en el epílogo de la misma: «Nuestro destino es convertirnos en uno, y a la vez seguir siendo diferentes -esto no es una profecía, sino una mera constatación-. Por ello uno de los espectáculos más ridículos es ver a los blancos intentando huir de la negritud y volviéndose cada día más negros, y a los negros esforzándose por ser más blancos y tornándose más grises y aburridos». El personaje ellisoniano confiesa que ese objetivo de unidad en la diversidad no resulta para nada sencillo y de ahí que «nadie parezca saber quién es o hacia dónde se dirige». Por fortuna, éste no parece ser el caso del candidato Barack Obama, cada vez más cerca de la Casa Blanca -pero que pronto lo será menos; blanca, se entiende-.

Barack Obama

El cambio que necesitamos.
Discurso íntegro pronunciado por B. Obama en St. Paul (Minnesota) la noche del 3 de junio tras proclamarse vencedor de las elecciones primarias del Partido Demócrata y candidato por este partido a la Presidencia de EEUU
Publicado por EL MUNDO, 05/06/2008;
Esta noche, después de 54 enfrentamientos, reñidos al máximo, nuestra fase de elecciones primarias ha llegado finalmente a su fin. Han transcurrido 16 meses desde que comparecimos juntos por primera vez en las escalinatas del Old State Capitol [Antiguo Capitolio del Estado] de Springfield (Illinois). Miles de kilómetros han quedado atrás. Se han dejado oír millones de voces. En fin, gracias a lo que habéis dicho -porque habéis sido vosotros los que habéis decidido que ha de llegar un cambio a Washington, porque habéis sido vosotros los que habéis creído que este año debe ser diferente a todos los demás, porque habéis sido vosotros los que habéis optado por prestar atención no a vuestras dudas, ni a vuestros temores, sino a vuestras esperanzas más grandes y a vuestras aspiraciones más ambiciosas-, en esta noche celebramos el fin de un viaje histórico con el comienzo de otro, un viaje que traerá un día nuevo y mejor para Estados Unidos. En esta noche puedo presentarme ante vosotros y deciros que voy a ser el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos.
Quiero dar las gracias a todos los estadounidenses que han estado con nosotros a lo largo de esta campaña, en los días buenos y en los malos, en las nieves de Cedar Rapids y bajo el sol resplandeciente de Sioux Falls. Además, en esta noche quiero dar las gracias también a los hombres y a la mujer que emprendieron este viaje a la par que yo y que han sido mis colegas candidatos a presidente.
En este momento clave para nuestra nación, deberíamos sentirnos orgullosos de que nuestro partido presente uno de los elencos de personas con mayor talento y mejores títulos de cuantos hayan competido jamás por este puesto. No sólo he competido con ellos como rivales; he aprendido de ellos como amigos, como servidores de la cosa pública y como patriotas apasionados por Estados Unidos y deseosos de trabajar incansablemente para conseguir que este país sea mejor. Son dirigentes de este partido, unos dirigentes a los que Estados Unidos recurrirá en los años venideros.
Esto es particularmente cierto en el caso de la candidata que ha llegado en este viaje más lejos que nadie. La senadora Hillary Clinton ha hecho historia en esta campaña no sólo porque se trata de una mujer que ha conseguido lo que ninguna otra ha logrado antes, sino porque es una dirigente que moviliza a millones de estadounidenses con su firmeza, su valor y su compromiso con las causas que nos han traído aquí esta noche.
Hemos tenido nuestras diferencias a lo largo de los pasados 16 meses, de eso no cabe duda. Ahora bien, tras haber compartido con ella un mismo escenario en numerosas ocasiones, puedo aseguraros que lo que hace que Hillary Clinton se levante por las mañanas, incluso ante la perspectiva de unos malos augurios, es exactamente lo mismo que les llevó a ella y a Bill Clinton a apuntarse en su primera campaña en Texas hace ya tantos años, lo que la llevó a trabajar en el Children’s Defense Fund [Fondo para la Defensa de la Infancia] y la empujó a luchar por la asistencia sanitaria universal cuando era primera dama, lo que la llevó al Senado de Estados Unidos y ha alimentado su campaña por la presidencia, lo que ha derribado barreras, esto es, un afán inflexible por mejorar la vida de los norteamericanos comunes y corrientes, con independencia de lo difícil y complicada que pueda ser esa lucha. Es más, podéis estar seguros de que, cuando ganemos finalmente la batalla de la asistencia sanitaria para todo el mundo en este país, ella habrá sido decisiva en esa victoria. Cuando cambiemos nuestra política energética y saquemos a nuestros niños de la pobreza, se deberá a que ella puso todo su esfuerzo en contribuir a que eso ocurriera. Nuestro partido y nuestro país están mejor gracias a ella, y yo soy un candidato mejor por haber tenido el honor de competir con Hillary Rodham Clinton.
Hay quienes dicen que, en cierto sentido, estas primarias nos han dejado más débiles y más divididos. Pues bien, yo digo que, gracias a estas primarias, hay millones de estadounidenses que por primera vez han depositado su voto en una urna. Son votantes independientes y republicanos que entienden que en estas elecciones no se ventila sólo qué partido ha de estar en el poder en Washington sino que se trata de la necesidad de cambiar Washington. Hay jóvenes, afroamericanos, latinos y mujeres de todas las edades, que han votado en unos porcentajes que han batido todas las marcas y que han movilizado a la nación.
Todos vosotros habéis optado por apoyar a un candidato en el que creéis profundamente. Sin embargo, al final no somos nosotros la razón de que os hayáis echado a la calle y hayáis esperado en largas colas que daban vueltas a manzanas y más manzanas para hacer que se oyera vuestra voz. No lo habéis hecho por mí, ni por la senadora Clinton, ni por ningún otro. Lo habéis hecho porque, en el fondo de vuestros corazones, sabéis que, en este momento, un momento que definirá a toda una generación, no podemos seguir haciendo lo mismo que hemos venido haciendo. Les debemos un mejor futuro a nuestros hijos. Le debemos un mejor futuro a nuestro país. A todos aquellos que en esta noche sueñan con ese futuro yo les digo ¡pongámonos a hacer juntos este trabajo! ¡Unámonos en un esfuerzo común por trazar un nuevo rumbo para Estados Unidos!
En apenas unos pocos meses, el Partido Republicano llegará a St. Paul con unas prioridades políticas muy diferentes. Vendrán aquí para proclamar candidato a John McCain, un hombre que ha servido con heroísmo a este país. Rindo homenaje a esos servicios, y respeto los grandes logros que ha conseguido, incluso aunque él prefiera negar los míos. Mis diferencias con él no son personales; tienen que ver con las políticas que ha propuesto en su campaña
Porque, si bien John McCain puede reivindicar con toda legitimidad sus momentos de independencia de su partido en el pasado, esa independencia no ha sido el sello de su campaña presidencial. No se puede hablar de cambio cuando John McCain decidió ponerse de lado de George Bush en el 95% de las veces, como hizo en el Senado durante el año pasado.
No se puede hablar de cambio cuando ofrece otros cuatro años más de política económica de Bush, que ha fracasado a la hora de crear puestos de trabajo bien pagados, o de dar cobertura sanitaria a nuestros trabajadores, o de ayudar a los estadounidenses a hacer frente a los costes de la enseñanza superior, que se han puesto por la nubes, es decir, cuatro años más de unas políticas que han reducido en términos reales los ingresos de la familia norteamericana media, que han ampliado la distancia entre Wall Street y Main Street [los potentados y la gente de la calle] y que han dejado a nuestro hijos con un una montaña de deudas.
En fin, no se puede hablar de cambio cuando ya adelanta que mantendrá en Irak una política que lo exige todo de nuestros valientes hombres y mujeres de uniforme y nada de los políticos iraquíes, una política en la que todo lo que se busca son razones para seguir en Irak mientras gastamos miles de millones de dólares al mes en una guerra que no está consiguiendo que el pueblo de Estados Unidos esté más seguro.
Así pues, esto es lo que voy a decir, que hay muchas palabras para describir el intento de John McCain de hacer pasar por consensuada y novedosa su adhesión a las políticas de George Bush, pero que el cambio no es una de ellas.
Cambio es una política exterior que no empiece y termine con una guerra que nunca debería haberse autorizado y que nunca debería haberse emprendido. No me voy a quedar aquí como si tal cosa y hacer como que en Irak todavía disponemos de muchas y muy buenas alternativas, pero lo que no es una alternativa en ningún caso es mantener a nuestros soldados en ese país durante los próximos 100 años, especialmente en un momento en el que nuestro Ejército ya no da más abasto, nuestra nación está aislada y prácticamente se hace caso omiso de todas las demás amenazas que penden sobre Estados Unidos.
Tenemos que ser tan cuidadosos para salir de Irak como descuidados fuimos para meternos allí, pero eso sí, tenemos que empezar a marcharnos. Es hora de que los iraquíes asuman la responsabilidad de su futuro. Es hora de que reconstruyamos nuestro Ejército y prestemos a nuestros veteranos la atención que necesitan y las ayudas que merecen cuando regresen a sus casas. Es hora de que concentremos nuestros esfuerzos en el liderazgo de Al-Qaeda y en Afganistán y de que reorganicemos el mundo contra las amenazas comunes del siglo XXI, como el terrorismo y las armas nucleares, el cambio climático y la pobreza, el genocidio y la enfermedad. En eso es en lo que consiste el cambio.
Cambio es darse cuenta de que hacer frente a las amenazas de nuestros tiempos requiere no sólo nuestra potencia de fuego sino el poder de nuestra diplomacia, una diplomacia directa, sin contemplaciones, en la que el presidente de Estados Unidos no tenga miedo de hacer saber a cualquier dictador de medio pelo cuál es la postura de Estados Unidos y qué es lo que defendemos. Una vez más, debemos tener el valor y la convicción de ponernos al frente del mundo libre. Esa es la herencia de Roosevelt, de Truman, de Kennedy. Eso es lo que los estadounidenses quieren. En eso consiste el cambio.
Cambio es levantar una economía que recompense no sólo la riqueza sino el trabajo y a los trabajadores que la han generado. Es comprender que los problemas a los que han de hacer frente las familias trabajadoras no pueden resolverse perdiendo miles de millones de dólares en más reducciones de impuestos en favor de grandes empresas y de ejecutivos riquísimos, sino concediendo esas rebajas fiscales a la clase media, invirtiendo en nuestras infraestructuras, que se están viniendo abajo, transformando la forma en que empleamos la energía, mejorando nuestras escuelas y renovando nuestro compromiso con la ciencia y la innovación. Es comprender que la responsabilidad fiscal y la prosperidad compartida pueden ir de la mano, como ocurría cuando Bill Clinton era presidente.
John McCain ha dedicado muchísimo tiempo durante las últimas semanas a hablar de viajes a Irak pero a lo mejor, si pasara algún tiempo haciendo viajes a las ciudades y a los pueblos que más duramente afectados se han visto por esta política económica, ciudades de Michigan, de Ohio, y de aquí mismo, de Minnesota, comprendería cuál es el cambio detrás del cual va la gente.
A lo mejor, si se pasara por Iowa y conociera al estudiante que trabaja un turno de noche después de todo un día de clase y ni siquiera así puede pagar las facturas del médico de una hermana suya que está enferma, comprendería que esa chica ya no se puede permitir otros cuatro años más de un sistema de asistencia sanitaria que sólo se ocupa de los sanos y de los ricos. Esa chica necesita que aprobemos un plan de asistencia sanitaria que extienda el seguro de salud a todos los estadounidenses que lo deseen y que reduzca el precio de las pólizas del seguro a todas aquellas familias que lo necesiten. Ese es el cambio que necesitamos.
A lo mejor, si fuera a Pensilvania y conociera al hombre que ha perdido su puesto de trabajo y no puede pagarse siquiera la gasolina para salir por ahí con el coche en busca de otro empleo, comprendería que no nos podemos permitir otros cuatro años más de adición al petróleo de los dictadores. Ese hombre necesita que aprobemos una política energética que colabore con los fabricantes de automóviles en mejorar el rendimiento de los combustibles, que obligue a las empresas a pagar por la contaminación que producen y que haga que las empresas petroleras inviertan sus ingentes beneficios en una energía limpia de cara al futuro, una política energética que creará millones de puestos de trabajo que estén bien pagados y que no puedan subcontratarse. Ese es el cambio que necesitamos.
Y a lo mejor, si pasara algún rato en las escuelas de Carolina del Sur o de St. Paul, o de donde él mismo habló ayer noche, en Nueva Orleans, comprendería que no nos podemos permitir el olvidarnos de dar dinero para No Child Left Behind [Ningún niño olvidado], ni de invertir en educación desde la primaria infancia, que es una deuda que tenemos con nuestros hijos, ni de reclutar todo un ejército de profesores nuevos y darles un salario mejor y un apoyo mayor, y que finalmente hemos de llegar a la conclusión de que, en esta economía global, la posibilidad de recibir enseñanza superior no debería ser un privilegio de unos pocos ricos sino un derecho de todo estadounidense desde su nacimiento. Ese es el cambio que necesitamos en Estados Unidos. Esa es la razón por la que me presento a presidente.
El otro bando vendrá aquí en septiembre y ofrecerá un conjunto de políticas y actitudes muy diferentes, y ése es un debate que espero con ansiedad. Es un debate que los estadounidenses se merecen. Por el contrario, lo que no os merecéis son otras elecciones gobernadas por el miedo, las insinuaciones poco claras y la división. Lo que no vais a oír de esta campaña o de este partido es esa clase de política que utiliza la religión para sembrar cizaña y el patriotismo como cachiporra, ésa que ve a nuestros oponentes no como unos competidores a los que hay que enfrentarse sino como unos competidores a los que hay que culpar de todos los males, porque unos nos llamaremos demócratas y otros republicanos, pero por encima de todo somos estadounidenses. Por encima de todo somos siempre estadounidenses,
A pesar de lo que el senador de Arizona dijera anoche, yo he visto a personas con puntos de vista y opiniones diferentes hacer causa común en muchas ocasiones a lo largo de mis dos décadas de vida pública y yo personalmente he reconciliado las posiciones divergentes de muchas de ellas. He caminado codo con codo con dirigentes sociales del South Side de Chicago y he visto que las tensiones se desvanecían cuando negros, blancos y latinos luchaban juntos por buenos trabajos y buenas escuelas. Me he sentado a la misma mesa con responsables de aplicar la ley y con abogados de derechos civiles para reformar un sistema de justicia penal que ha enviado a 13 inocentes al corredor de la muerte. Es más, he trabajado con amigos del otro partido para hacer llegar asistencia sanitaria a más niños y a más familias trabajadoras algunas reducciones de impuestos, para atajar la proliferación de armas nucleares, para garantizar que los estadounidenses supieran en qué se gastan los dólares de sus impuestos y para reducir la influencia de los grupos de presión que con excesiva frecuencia condicionan las prioridades políticas en Washington.
Me he encontrado con que, en nuestro país, esta colaboración se produce no porque estemos de acuerdo en todo sino porque, detrás de todas las etiquetas y de las falsas divisiones y categorías que nos definen, más allá de todas esas nimiedades por las que nos peleamos y con las que pretendemos anotarnos puntos en Washington, el estadounidense es un pueblo decente, generoso, solidario, unido por unos problemas comunes y unas esperanzas comunes. Y de vez en cuando, hay momentos en los que volvemos a hacer un llamamiento a esta bondad fundamental para hacer de éste otra vez un gran país.
Así fue en el caso de aquel grupo de patriotas que declararon en un salón de Filadelfia la formación de una unión más perfecta; y también en el de aquellos que en los campos de Gettysburg y Antietam dieron la medida más acabada de devoción para salvar aquella misma unión.
Así fue en el caso de la generación más sublime, la que conquistó el miedo y liberó un continente de la tiranía, e hizo de este país la patria de unas oportunidades y una prosperidad desconocidas. Así fue en los casos de los trabajadores que no se echaron atrás en las huelgas, en el de las mujeres que hicieron añicos los techos de cristal, en de los niños que desafiaron un puente en Selma [ciudad de Alabama] por la causa de la libertad. Así ha sido en el caso de todas las generaciones que han superado las dificultades más terribles y las probabilidades menos halagüeñas para dejar a sus hijos un mundo que fuera mejor, más amable y más justo.
Y así debe ser en nuestro caso.
¡Estados Unidos, éste es nuestro momento! ¡Ha llegado nuestra hora! ¡Nuestra hora de pasar la página de las políticas del pasado! ¡Nuestra hora de aportar nuevas energías y nuevas ideas a los problemas que tenemos ante nosotros! ¡Nuestra hora de ofrecer un nuevo rumbo al país que nos apasiona!
El viaje va a ser difícil. El camino va a ser largo. Encaro este reto con profunda humildad y a sabiendas de mis limitaciones, pero también con una fe ilimitada en la capacidad de los estadounidenses porque, si estamos dispuestos a trabajar en ello, a luchar por ello y a creer en ello, entonces estoy completamente seguro de que, durante generaciones y generaciones a partir de este momento, podremos mirar atrás y contarles a nuestros hijos que éste fue el momento en el que empezamos a proporcionar asistencia a los enfermos y buenos puestos de trabajo a los desempleados, que éste fue el momento en el que empezó a detenerse la subida de los océanos y nuestro planeta empezó a recobrar la salud, que éste fue el momento en que pusimos fin a una guerra, aportamos seguridad a nuestra nación y restauramos nuestra imagen de ser la última y mejor esperanza de la Tierra. Este fue el momento, ésta fue la hora, en que nos unimos para rehacer esta gran nación de modo que reflejara siempre lo mejor de nosotros mismos y nuestros más altos ideales.
Gracias a todos vosotros, Dios os bendiga, y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América
Una carrera meteórica
- Familia. Obama nació en Honolulú (Hawai) el 4 de agosto de 1961 y fue criado entre Estados Unidos e Indonesia. Es hijo de Barack Obama Sr., un economista keniano formado en Harvard, y de Ann Dunham, de Wichita (Kansas). Ambos han fallecido. Desde 1992 está casado con Michelle Robinson y tiene dos hijas.
- Formación. Estudió en las universidades de Harvard y de Columbia. En los noventa fue profesor y abogado defensor de los derechos civiles en Chicago.
- Carrera política. En 1997 se convirtió en senador estatal en Illinois. Su discurso en la Convención Nacional del Partido Demócrata, en julio de 2004, fue clave para su despegue político. Cuatro meses después era elegido para el Senado de EE UU.
- Libros. Sus autobiografías, The Audacity of Hope (La Audacia de la Esperanza, de 1995) y Dreams from my Father (Sueños de mi Padre, de 2006), son superventas. Ha ganado dos Grammy por los audiolibros de sus autobiografías, leídos por él. Como dicen los analistas, el secreto de su éxito reside en el poder de la palabra.

Cambio climático

De Bali a Copenhague/Ricardo Lagos, ex presidente de Chile, enviado especial de Naciones Unidas para el Cambio Climático y presidente del Club de Madrid; Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, enviada especial de Naciones Unidas para el Cambio Climático y miembro del Club de Madrid, y Nicholas Stern, IG Patel profesor de Economía y Gobierno, LSE
Publcado en EL PAÍS, 05/06/2008;
El cambio climático se ha convertido en un problema global sin parangón. La evidencia científica presentada por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) confirma que la actividad humana está modificando el clima. Las emisiones de gases de efecto invernadero están creciendo más rápido de lo previsto, entre otras cosas, debido al bienvenido crecimiento de los países en vías de desarrollo. Si verdaderamente queremos hacer frente al riesgo de considerables daños al planeta y a la amenaza al crecimiento sostenible, el desarrollo y la reducción de la pobreza que esta situación implica, tenemos unos pocos años para lograr el acuerdo fuerte y creíble respecto a las acciones que nos permitirán reducir dichas emisiones.
La Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) que tendrá lugar en Copenhague a finales de 2009 jugará un papel decisivo en el diseño de un marco de trabajo post-Kioto. Según el Plan de Acción de Bali, los cuatro elementos esenciales de un acuerdo global, son mitigación, adaptación, tecnología y financiación. Pero éstos deberán estar sólidamente anclados en los principios clave de efectividad, eficiencia y equidad que permitirán, a su vez, el acuerdo sobre metas a nivel de emisiones, el papel de los países en desarrollo en materia de mitigación y comercio, un esquema internacional de comercio de emisiones, la financiación de la reducción de emisiones debidas a la deforestación, el desarrollo de tecnologías de bajo carbono y el apoyo a la adaptación (ver Elementos Clave para un Acuerdo Global en www.lse.ac.uk y el Marco de Trabajo para un Acuerdo sobre Cambio Climático Post 2012 y su Actualización 2008 en www.globalclimateaction.org). Por el momento centrémonos en los elementos de tecnología y financiación y su relación con el futuro acuerdo.
Es de vital importancia que las negociaciones acuerden un objetivo de estabilización sobre la existencia de concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera (normalmente, medidas en partes equivalentes de CO2 por millón). Sostenemos que para equilibrar los riesgos y costes globales proyectados la meta debe estar entre 450 ppmv CO2e y 500 ppmv CO2e. Una estabilización por debajo de 450 ppmv CO2 requeriría que las emisiones alcanzaran un máximo en los próximos años, con posteriores reducciones anuales de entre el 6% y el 10%. Aunque factible, esto sería muy caro. Una estabilización en 550 ppmv CO2 parecería ser, por otro lado, excesivamente arriesgada. En relación a los daños evitados, una meta de 500 ppmv CO2 sería alcanzable a un coste razonable. Sin embargo, el desafío de alcanzar un objetivo de 500 ppmv CO2 no se debería subestimar, ya que requeriría una reducción del 50% en las emisiones de gases de efecto invernadero sobre niveles del 1990 al 2050, de los 40 GTCO de ahora a 20 GTCO2e.
El reto de reducir significativamente las emisiones, manteniendo el crecimiento económico, requiere un cambio dramático en materia de las tecnologías. Los estudios indican que la estabilización se puede conseguir a través del despliegue de tecnologías existentes y próximas a ser comercializadas. Pero para que éstas sean plenamente difundidas, y paraque se produzcan otras innovaciones, habrá que superar tres fallas del mercado: el fracaso general de incorporar los costes de las emisiones de gases de efecto invernadero; los defectos del mercado que han restringido el despliegue de muchas tecnologías existentes a pesar de los crecientes precios de la energía, y los fallos de mercado específicos a las tecnologías en sí mismas como los rendimientos de innovaciones que benefician otros.
La inversión global en investigación y desarrollo en energía se mantiene muy por debajo de su nivel de 25 años atrás. Esto tiene que cambiar. A partir de la motivación de las fuerzas del mercado y la superación de sus imperfecciones, las políticas exitosas en materia de tecnología extenderán dramáticamente el mercado global para las tecnologías de bajo carbono y crearán la base para una nueva ola de sustitución de activos y crecimiento económico.
A corto plazo, son necesarias políticas para difundir la tecnología baja en carbono ya existente, en estos momentos sólo parcialmente presente en la economía global. A medio plazo, son necesarias políticas que desarrollen y amplíen las tecnologías próximas a ser comercializadas, tales como la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y los distintos tipos de energía solar. Más allá de 2030, sólo se alcanzarán los necesarios recortes en las emisiones de carbono a través de cambios más radicales en la tecnología, como el abastecimiento energético con emisiones cercanas a cero. Todas éstas tienen un gran potencial, pero requerirán una inversión sustancial en I+D.
La hoja de ruta de Bali reconoció la necesidad de una inversión adecuada, previsible y sostenible, que incluyese fuentes nuevas y adicionales para la mitigación, la adaptación y la cooperación tecnológica. La financiación para la adaptación será medular para un acuerdo global que comprometa a los países desarrollados a ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse al aumento global de las temperaturas. El cambio climático hará aún más costoso el logro efectivo y sostenible de los Objetivos de Desarrollo del Milenio más allá de 2015. Los costes adicionales de la adaptación al cambio climático varían y son altamente inciertos: la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, UNFCCC, trabaja con un rango de entre 28.000 y 67.000 millones de dólares por año hasta el 2030, mientras que las estimaciones del PNUD están en torno a los 86.000 millones de dólares hasta 2015. Aunque indefinidos, esos costes probablemente alcancen rápidamente una magnitud similar a la actual Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
El comercio internacional de emisiones también generaría fondos para una inversión en un desarrollo bajo en carbono. La escala de los eventuales flujos financieros privados podría ser sustancial. Por ejemplo, si los países desarrollados redujeran sus emisiones entre un 20% y un 40% sobre los niveles de 1990 para el 2020, y aunque sólo el 30% de esto se adquiriera en el marco de un esquema de comercio internacional de emisiones, con precios de entre $10-25/t CO2e (probablemente por debajo de lo necesario), esto generaría flujos de entre 20.000 y 70.000 millones de dólares al año. Estos recursos podrían lograrse por la vía de mecanismos existentes, como el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) ampliado. Incluso con reducciones suaves, con el objetivo de estabilizar las emisiones de CO2 en torno a 550 ppmv, los flujos financieros de países desarrollados a países en desarrollo podrían alcanzar de 50.000 a 100.000 millones de dólares al año hacia 2030. A título informativo, la AOD total a países en vías de desarrollo fue de 100.000 millones de dólares en 2007.
Estamos más cerca de diciembre de 2009 de lo que pensamos y la movilización de la voluntad política es clave. Es el momento de acordar los principios, si queremos tener éxito en Copenhague y construir sobre la base de la hoja de ruta de Bali. La efectividad, la eficiencia y la equidad son parámetros claros que nos permitirán considerar cómo distintos elementos de un acuerdo global pueden ser efectivos a la hora de alcanzar un objetivo común dentro de un compromiso global.

La base de Manta a Colombia

Reportaje de la revista colombiana CAMBIO, EDICIÓN No. 779
5 al 11 de junio
¿De Manta a Palanquero?
La base de la FAC en Puerto Salgar llena los requisitos para el traslado de la unidad militar que hoy tiene EE.UU. en Ecuador.
EL MARTES 22 DE ABRIL, el embajador de Estados Unidos, William Brownfield, se reunió con el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y le comunicó una noticia que lo tomó por sorpresa. Según el diplomático, Washington había observado un avance significativo de las Fuerzas Militares en materia de respeto a los derechos humanos, así como en los esquemas de planeación y ejecución de las operaciones de la Fuerza Aérea, y por eso el Departamento de Estado había decidido levantarle el veto o descertificación que desde enero de 2003 pesaba sobre la base aérea de Palanquero, en Puerto Salgar, Cundinamarca.
Brownfield le anunció que esa base, que los militares identifican como Base Aérea Germán Olano o Comando Aéreo de Combate Uno, Cacom 1, la misma desde la cual en 1999 despegaron los aviones que bombardearon el caserío de Santo Domingo, en Tame, Arauca, y causaron la muerte a 18 campesinos (que fue el motivo de la descertificación), volvería a recibir asistencia en la lucha contra el narcoterrorismo.
La noticia pasó prácticamente desapercibida, sepultada por el escándalo de la 'Yidispolítica', la filtración a cuentagotas del contenido del computador de 'Raúl Reyes' y las extradiciones de los jefes paramilitares. Sin embargo, la noticia fue interpretada en círculos militares y diplomáticos como una señal en el sentido de que la decisión estadounidense sería el primer paso para ambientar el traslado a Palanquero de la base de Manta, Ecuador, desde donde operan los vuelos de vigilancia del narcotráfico.
'Bye, bye' Manta
El acuerdo de la llamada Forward Operating Location en Manta sobre el Pacífico -aprobado en 1998 por el entonces presidente Jamil Mahuad- vence en 2009 y el presidente Rafael Correa no solo prometió no renovarlo, sino que convirtió su eliminación en bandera de su Presidencia. "Prefiero cortarme un brazo antes que renovar el contrato para que los Estados Unidos sigan disponiendo de la base de Manta", dijo el 5 de marzo de 2007, cinco semanas después de su posesión y en vísperas de la conferencia mundial 'No a Bases Militares de Intervención', celebrada en Quito por iniciativa de algunas ONG.
Correa echó sus cartas desde la campaña y su plan para el desmonte de la base, concebida en el marco de la lucha contra el narcotráfico para operaciones de interdicción, se ha ido cumpliendo. En el seno de la Asamblea Constituyente, que delibera en Manta, el Movimiento País, la organización política que lo llevó al poder, impuso sus mayorías y la Asamblea Constituyente aprobó cinco artículos sobre soberanía territorial, de los cuales el quinto prohíbe bases militares o instalaciones con propósitos militares en el territorio ecuatoriano.
La aprobación se dio en el marco del debate sobre la participación de Estados Unidos en los ataques de Colombia a las Farc en territorio ecuatoriano y del riesgo que corre Ecuador de ser involucrado en una guerra contra el narcotráfico que, si bien es una prioridad, la existencia de la base militar envía el mensaje de que los ecuatorianos no pueden ocuparse de sus asuntos y aceptan la intervención extranjera. "Es una decisión histórica en medio de tantas presiones y en el marco de la lucha por la conquista de nuestra soberanía", le dijo a CAMBIO la diputada María Augusta Calle, coordinadora de la Comisión de Soberanía, Relaciones Internacionales e Integración, quien ha sido el peón de brega de Correa en la Asamblea, y en los últimos días ha hecho noticia, no propiamente por sus logros políticos.
Por su parte, el ministro de Defensa ecuatoriano, Javier Ponce, le dijo a esta revista a mediados de abril que "Ecuador necesita de una fuerza militar y de unos servicios de inteligencia que no estén sujetos a intereses foráneos sino a objetivos nacionales". El Ministro coincide con analistas ecuatorianos que se oponen a la permanencia de la base, en que esta es un pivote del Plan Colombia, útil al proyecto geoestratégico de Estados Unidos, la llamada "Iniciativa Regional", es decir, la plataforma para eventuales intervenciones militares en cualquier lugar de América Latina.
El artículo que prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en suelo ecuatoriano hace parte de la nueva Constitución que debe ser sometida a plebiscito aprobatorio el 29 de julio, y aunque algunos sostienen que Correa, su principal impulsor, no las tiene todas consigo porque sus niveles de popularidad han caído paulatinamente, entre abril y mayo, varios analistas ecuatorianos consideran que, en términos generales, el acuerdo de la llamada Forward Operating Location ha sido considerado por los ecuatorianos como un error y que por eso estarían de acuerdo si Correa decide no renovarlo.
La eliminación de la base significará un mayor distanciamiento entre los dos países, pero además Estados Unidos se quedará sin aeropuerto para los aviones radar AWAC E3 y los P3 de reconocimiento que sobrevuelan el Pacífico en busca de embarcaciones de narcotraficantes. Y como la respuesta de Washington ha sido la de que está dispuesto a abandonar la base y a trasladar sus operaciones a otros países, no son pocos los que creen que la recertificación de Palanquero tiene que ver con esto y no descartan que sea allí o en Perú, donde Estados Unidos quiere instalar una base militar para no perder el control ampliado sobre la región, conjuntamente con las bases que tiene en El Salvador, Aruba y Curazao.
Hasta el momento, ningún funcionario colombiano o estadounidense ha aceptado hablar sobre el tema, pero un alto oficial le dijo a CAMBIO que "Colombia parece estar esperando un guiño de Estados Unidos y este país que Colombia le pida directamente la instalación de la base". Y si de guiños se trata, uno se dio el 18 de mayo: "Tenemos que mirar criterios como geografía, altura, concentración de la amenaza, etc. -dijo el embajador Brownfield en una entrevista en El Espectador el 18 de mayo-. Hay posibilidades en la República de Colombia, sin duda alguna. Nuestro Gobierno podría proponer y el anfitrión decidirá si permite ese tipo de colaboración".
Tres días después, el presidente Uribe, en una entrevista con Juan Gossaín en RCN, dijo que el Gobierno no ha hablado sobre el traslado de Manta a Colombia, pero dejó abonado el terreno: "Todo lo que podamos hacer para fortalecer la ayuda de Estados Unidos a fin de que podamos derrotar el narcotráfico, lo seguiremos haciendo. No se ha hablado de una base militar, se ha hablado como siempre (...) de buscar fortalecer esa cooperación".
Por qué Palanquero
CAMBIO buscó precisar el alcance de estas declaraciones y un funcionario autorizado por la Casa de Nariño se limitó a decir: "Sin duda alguna Estados Unidos está pensando en Colombia porque no puede quedarse sin una base militar en esta parte de la región, pero no será en La Guajira".
De hecho, CAMBIO estableció que dentro de los convenios antinarcóticos perfeccionados en los últimos años han sido fijados parámetros que facilitarían el traslado de la base de Manta, sin mayores traumatismos jurídicos.
Reporteros de CAMBIO visitaron la base de Palanquero y establecieron por qué el Pentágono la consideraría como la primera opción para establecer la unidad militar más importante de Latinoamérica después de haber tenido que abandonar el Canal de Panamá.
El complejo militar con sede en Puerto Salgar tiene una ciudadela que puede albergar a más de 2.000 hombres, casino, restaurantes, supermercado, hospital y teatro. En cuanto a facilidades para la operación de aviones, tiene dos hangares con capacidad para entre 50 y 60 aviones cada uno, que en términos de diseño, seguridad y normas ambientales son los mejores de Latinoamérica.
La pista, de 3.500 metros de longitud, 600 más que la de Manta, "es la más larga del país, permite el despegue simultáneo de hasta tres aviones y es la única con 'barrera de frenado', una red que atrapa aviones que aterrizan a altas velocidades", según le explicó a CAMBIO un oficial de la FAC. Además, la base está dotada con una serie de radares que en la década de los 90 instaló una comisión estadounidense y que ha permitido adelantar, entre otras muchas operaciones, el bombardeo al campamento de 'Raúl Reyes' en Ecuador.
Ubicada en punto estratégico en el centro del país, permite que los aviones Kfir lleguen en menos de 10 minutos a La Guajira y a la frontera con Ecuador. Y como está sobre el río Magdalena, tiene una plataforma en la que pueden acuatizar aviones anfibios.
Así las cosas, mientras en Ecuador continúa el debate sobre la base estadounidense en su territorio, todo indica que a pesar de que existen otras opciones, como construir una base nueva en Cauca, Santander o Arauca, Palanquero presenta condiciones óptimas y permitiría un traslado fácil y rápido de Manta.
No obstante, desde el punto de vista jurídico el trasteo no es tan fácil, pues se trata del tránsito de tropas extranjeras por territorio colombiano y ello obligaría al Gobierno a pedir la autorización del Senado o del Consejo de Estado si el legislativo está en vacaciones. Muchos podrán pensar que se está ensillando antes de traer las bestias, pero las señales permiten pensar que la posibilidad existe, pues el anuncio del embajador Brownfield y las declaraciones de Uribe apuntan en esa dirección.
No hay que olvidar que el mejor aliado de Estados Unidos en la región es Colombia y que el presidente Uribe es el principal alfil de su estrategia antidrogas y antiterrorista. No obstante, es previsible que de destaparse el tema y entrar en la agenda, despertará controversia, mucho más fuerte que la que se dio en 1994 cuando el entonces presidente César Gaviria autorizó, sin pasar por el Congreso, que marines de Estados Unidos construyeran una escuela en la isla de Juanchaco, cerca de Buenaventura. Un eventual traslado de la base de Manta a Colombia, en particular a Palanquero, está hoy en el radar de los medios y de los principales analistas militares y políticos de la región.
LA BASE DE MANTA
Hay allí campo para operaciones de aviones Galax 130 y 140, capaces de transportar entre 15.000 y 20.000 hombres equipados en menos de 72 horas. Su pista, de cerca de 2.900 metros de largo, permite el aterrizaje de los más modernos cargueros como los C-17, que sirven también para operaciones de paracaidismo táctico.
Según un documento del Instituto de Derechos Humanos de Ecuador, la infraestructura, incluidas las cuatro plataformas de estacionamiento de aviones, es obra del consorcio norteamericano ABB Susa, especializado en construcciones militares en todo el mundo. La base alberga a 475 militares estadounidenses que van rotando y a varios asesores civiles. Parte del personal extranjero es contratado por empresas como Dyncorp, que enganchan ex militares y mercenarios.
La base es "parte de un esqueleto regional de intervención en el que están consideradas al menos cinco bases localizadas estratégicamente para hacer de cualquier sitio de América Latina un punto de intervención inmediata", dice el informe, que cita al analista militar Loring Wirbel, de la organización Citizens For Peace, quien dice que para Estados Unidos Manta no es más que un puesto de operaciones (FOL, por sus siglas en inglés) que "funciona mediante plataformas portátiles de inteligencia, pequeños aeropuertos para vehículos de reconocimiento aéreo y conexión con el Space Warfare Center (Centro Especial de Guerra) de la base de Schriever en Colorado Springs, para conformar una base militar virtual".
El Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, responsable del manejo de Manta, ha presentado informes periódicos según los cuales en los dos últimos años, el 60 por ciento de las operaciones exitosas contra el narcotráfico en el Pacífico, han sido de misiones emprendidas desde el puerto ecuatoriano. En 2006 fueron incautadas 262 toneladas de cocaína y hasta octubre de 2007 la cifra llegaba a 310.
UNA MALA IDEA POR RAFAEL PARDO RUEDA, ex ministro de Defensa
No se sabe de dónde salió la idea de trasladar la base de Manta a Colombia. El Embajador de EE UU mencionó el tema en El Espectador pero la insinuación de que podría ser en La Guajira causó una fuerte respuesta del presidente Chávez. El Ministro de Defensa colombiano respondió que no habría base norteamericana en Colombia, pero parece que el presidente Uribe piensa otra cosa.
Sería bueno saber cuál es la posición del Gobierno. Una decisión de este calibre tendría repercusiones en las relaciones exteriores y debería ser explicada ante la Comisión de Relaciones Exteriores. Una base es un centro de operaciones o de inteligencia que es operada de manera autónoma por quien tiene el permiso y sin injerencia del Gobierno en cuyo territorio está instalada. No tendría, por supuesto, autonomía para operar en territorio nacional, pues requiere cumplir los requistos escritos en la Constitución. Bases de Estados Unidos en América Latina hay cinco: la de Manta, en El Salvador, en Aruba, en Curazao y la de Guantánamo en Cuba. En la antigua zona del Canal de Panamá hubo bases que ya se retiraron y que fueron forzadas. En Honduras estuvo la Palmerola para operaciones contra los sandinistas y en apoyo a los 'contras', forzada sin duda.
Que ahora el Gobierno de Colombia pida una base norteamericana sería un exabrupto histórico y un error grave. Suponiendo que exista el marco legal para autorizar una base extranjera, las preguntas son: ¿Para qué? ¿Repercutiría en mayor seguridad interna? ¿Los beneficios serían mayores que los costos? La eventual base reforzaría la opinión de que las decisiones de Colombia se subordinan al Norte y sería injustificable desde el punto de vista de la política interna y de seguridad. Es mejor la cooperación en condiciones de soberanía, antes que una base con autonomía para actuar desde nuestro territorio.

No hay indicios de las FARC en Perú

El ministro de Defensa de Perú, Antero Florez Araoz, aseguró que su gobierno carece de algún registro que de cuenta de una posible presencia de las FARC en su territorio y expresó que Lima confía que son ciertos archivos encontrados en computadores de un extinto jefe rebelde de esa guerrilla.
En una entrevista publicada este jueves en el diario El Tiempo de Bogotá, el ministro dijo que su país y Colombia enfrentan “los mismos problemas y similares peligros”. “Tenemos el terrorismo, el narcotráfico, el lavado de dinero, el terrorismo homicida”.
“Colombia comprendía la lucha que teníamos y que todavía tenemos contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. Al igual, nosotros comprendemos la que tiene Colombia con las FARC” o las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, agregó.
Al ser consultado sobre si el gobierno de Lima tenía registros o datos de la presencia de esa guerrilla colombiana en Perú, el ministro respondió “no. Hemos tenido avistamientos desde la frontera...de columnas que suponemos de las FARC, con uniformes, con armas e inmediatamente lo hemos comunicado a las autoridades colombianas. Igual que cuando ellos (las autoridades colombianas) han visto algunos grupos que podrían ser columnas, también nos han avisado”.
El gobierno peruano reportó el domingo el reforzamiento de su frontera de 1,626 kilómetros con Colombia por temor a que integrantes de las FARC pasen a su territorio.
“No tenemos ningún elemento que nos diga que esa información ha sido sembrada, manipulada o que es falsa”, indicó Araoz cuando fue interrogado sobre si Lima confiaba en los archivos de computadores que Colombia dice que decomisó el 1 de marzo durante un ataque militar a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, cercano a la frontera, y en el que murió Raúl Reyes, uno de los jefes insurgentes.
“No tenemos por qué dudar de lo que ha expresado públicamente el gobierno de un país amigo (Colombia), al que respetamos. Eso no significa que no apreciemos la buena relación que tenemos con Ecuador”, dijo.

Lista de aspirantes

El presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados diputado Diódoro Carrasco Altamirano informó que tras concluir la fase de entrevistas para elegir a tres consejeros del IFE, los integrantes de este órgano legislativo designaron, por consenso, a 34 aspirantes que cubren el perfil idóneo: 13 mujeres y 21 hombres
Las 34 candidatas y candidatos son los siguientes:
1.- Víctor Manuel Alarcón Olguín (DF); 2- Jorge Alcocer Villanueva (DF); 3- Rosa del Carmen Álvarez López (Jalisco); 4.- Leonel Alejandro Armenta López (DF); 5.-Ernesto Javier Patiño Camarena (DF); 6.- Laura Esthela Carrera Lugo (DF); 7.- José Alberto Casas Ramírez (DF); 8.- José Félix Cerezo Vélez (DF); 9.- Juan Benito Coquet Ramos (DF); 10.- Francisco José de Andrea Sánchez (DF); 11.- Rolando Wilfredo de Lassé Cañas (Estado de México); 12.- Fausto Díaz Montes (Oaxaca); 13.- María Macarita Elizondo Gasperín (DF); 14.- Adriana Margarita Favela Herrera (Estado de México); 15.- Alfredo Figueroa Fernández (Puebla); 16.- Yolli García Álvarez (DF); 17.- Sergio de Jesús González Muñoz (DF); 18.- Paulina Guadalupe Grobet Vallarta (DF); 19.- Francisco Javier Guerrero Aguirre (DF); 20.- Yussif Dionel Heredia Fritz (Yucatán); 21.- María de los Ángeles Llanderal Zaragoza (Michoacán); 22.- Leonor Maldonado Meza (Baja California); 23.- Valentín Martínez Garza (DF); 24.- Patricia Jean Mc Carthy Caballero (Yucatán); 25.- Irma Méndez de Hoyos (DF); 26.- Rosa María Mirón Lince (DF); 27.- Carlos Axel Morales Paulín (DF); 28.- Irma Eréndira Sandoval Ballesteros (DF); 29.- Javier Santiago Castillo (DF); 30.- Carlos Alberto Sirvent Gutiérrez (DF); 31.- José Enrique Vallarta Rodríguez (Nayarit); 32.- Miguel Ángel Valverde Loya (DF); 33.- Citlali Villafranco Robles (DF) y 34.- Juan Carlos Villarreal Martínez (Estado de México).

Juicio en Guantánamo




El juicio contra cinco acusados de organizar los atentados del 11-S se inició este jueves 5 de junio ante un tribunal militar de excepción estadounidense en la base naval de Guantánamo.
Khalid Sheikh Mohammed, Ramzi ben al-Shaiba, Alid Abd al-Aziz Ali, Wallid ben Attash y Mustafá al-Hawsawi, estuvieron detenidos varios años en cárceles secretas de la CIA, y corren el riesgo de ser condenados a muerte si se los considera culpables tras un proceso incierto.
Casi siete años después de los ataques que destruyeron las Torres Gemelas y parte del Pentágono, los cinco acusados se sientan por primera vez ante un juez, en lo que constituye una audiencia preliminar.
Los cinco sospechosos fueron transferidos a la base militar de Guantánamo en septiembre de 2006, tras haber permanecido detenidos alrededor de tres años en cárceles secretas.
La meta convertirse en mártires
El paquistaní Khalid Sheikh Mohammed, presunto cerebro de los ataques que provocaron cerca de 3,000 muertos, anunció al iniciarse la primera audiencia que él mismo asumirá su defensa y que quiere ser condenado a muerte para convertirse en mártir.
Invitado por el Coronel Thomas Kohlmann —que hace las veces de juez militar- a decir si aceptaba la ayuda de los abogados de oficio, Mohammed se puso de pie y comenzó a recitar versos del Corán, interrumpido sólo para traducirlos al inglés: "Dios es totalmente suficiente para mí''. "No voy a aceptar abogado, yo asumiré mi defensa'', dijo.
Durante una audiencia a puertas cerradas en marzo de 2007, de la que el Pentágono publicó parcialmente, Mohamed confesó ser el artífice de la acción terrorista del 11-S y se atribuyó también la decapitación del periodista Daniel Pearl; empero, se quejó que el testimonio arrancado por sus captores durante su internamiento previo al juicio: "Todo lo que hablamos es bajo tortura" (...). "Esto es la inquisición, no un juicio", afirmó entonces.
Cuando el juez le recordó hoy que podía ser condenado a la pena capital, Mohammed respondió: "eso es lo que quiero, hace tiempo que quiero ser un mártir''.
Otro tanto ocurrió con Wallid ben Attash, quien también dijo que se defendería por sí mismo y que deseaba convertirse en mártir. "No quiero que nadie me represente. Voy a asumir mi propia defensa. Soy un musulmán y rechazo esta audiencia''. Agregó que "ustedes mataron a mi hermano, que era más joven que yo, durante la guerra, y mi deseo es estar en vuestras manos''.
El proceso se ha visto controvertido por la polémica que rodea la detención secreta de los cinco hombres y por el hecho de que la CIA reconoció haber sometido a Mohammed a simulación de ahogamiento -waterboarding*.
La defensa alegará que las pruebas del gobierno son dudosas. Si hubo torturas, serán inadmisibles. Para otros las acusaciones son sólidas.
Tribunal de Excepción
La audiencia inicada este jueves tiene lugar en una sala nueva, esta levantada en una antigua pista de aterrizaje y está diseñada para que el juez impida al público escuchar los debates si se mencionan elementos confidenciales que afecten la seguridad nacional; ello significa que el sonido será eliminado para que la prensa reunida no escuche información sensible,
El tribunal está dotado de un sistema que permite suprimir con un botón el audio en el área de observación, donde están sesenta periodistas y algunos miembros invitados de la Sociedad civil. El sonido es transmitido con 20 segundos de retraso para que un oficial revise el contenido y pueda recomendar al juez censurarlo.
Afuera tropas estadounidenses mantienen fuertemente custodiada la sede del tribunal especial.
Los tribunales militares de excepción son particularmente cuestionados. Establecidos por el presidente George W. Bush a fines de 2001, invalidados por la Corte Suprema en 2006 y restablecidos por el Congreso, permiten el empleo de testimonios indirectos u obtenidos por la fuerza.
Tras esta audiencia, el juicio en sí comenzará el 15 de septiembre, cuatro días después del séptimo aniversario de los atentados y a menos de dos meses de las elecciones presidenciales.
*El waterboarding; la técnica del Submarino:
Es una técnica de interrogatorio conocida desde hace varios siglos.
Consiste en atar a un sospechoso a una silla o a una mesa, cubrirle el rostro con un trapo y arrojarle agua. A medida que el trapo se empapa, se va ajustando al rostro del detenido y le causa una sensación de ahogo.
El Submarino fue uno de los métodos más populares utilizados por la Inquisición en España para interrogar presuntos herejes, y era conocido como la "pena del ansia", por la angustia que causa al que la sufre.
Ese tipo de apremio físico ha sido condenado por numerosos países y está prohibido por la Convención de Ginebra, que protege los derechos de los detenidos.
El pasado mes de febrero el gobierno norteamericano reconoció públicamente por primera vez que usaba el submarino. El director de la CIA Michael Hayden, interpelado por el Congreso, reveló entonces que tres presuntos terroristas fueron sometidos a ese método: Khalid Sheikh Mohammed, Abu Zubayda y Abd al-Rahim al-Nashiri, en los años 2002 y 2003.
Al margen: ¿juicios justos y transparenes?
El Pentágono ha declarado los juicios de Guantánamo por crímenes de guerra una prioridad nacional y redoblará el número de abogados militares asignados a los acusados.
Algunos críticos argumentan que Washington pretende acelerar el proceso para influir en las elecciones presidenciales de noviembre.
El general del Ejército del Aire Thomas Hartmann, consejero legal del Pentágono, ha explicado a los periodistas que visitaron Guantánamo que en los próximos tres meses se añadirán unos 108 abogados militares uniformados a los equipos de acusación y defensa.
Hartmann ha recordado que "el Departamento de Defensa se ha propuesto muy recientemente y de manera consistente facilitar juicios justos y transparentes". "Es su obligación número uno", zanjó horas antes de la comparecencia de los cinco acusados de Al Qaeda que podrían ser ejecutados si son declarados culpables de planear los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Los fiscales y los abogados defensores lleva años quejándose de la falta de mano de obra y recursos en el criticado sistema legal de Guantánamo, creado por la administración Bush para tratar a los operativos sospechosos de pertenecer a Al Qaeda al margen de tribunales civiles y militares.
Intromisiones políticas
Ya han pasado más de seis años desde que Estados Unidos empezara a enviar a sus presos a la base naval de la Bahía de Guantánamo en Cuba y ni uno solo de los casos ha tenido un juicio. Hay 19 casos pendientes, incluidos algunos que se han retrasado repetidamente entre las amenazas a la legalidad del tribunal de Guantánamo.
Un ex fiscal jefe del tribunal, que renunció el pasado octubre por lo que calificó de intromisiones de políticos, se quejó de que los fiscales están siendo presionados para condenar a los acusados de planear el 11-S antes de las elecciones de noviembre.
Los fiscales quieren empezar esos procesos en septiembre y un juez ha rechazado la petición de los abogados defensores de retrasar la citación del próximo jueves por no haber tenido suficiente tiempo para reunirse con los acusados.
Los abogados defensores han calificado de "vergonzoso" el hecho de que no se les haya concedido más tiempo para reunirse con sus clientes y para preparar el caso, punto en el que cuentan con el respaldo de los observadores de Derechos Humanos.

Sobre Fred Vargas


"Fred Vargas es probablemente la autora más interesante del género policiaco en Europa en el momento presente. Lo es por varias razones. En primer lugar, por la peculiar complejidad de sus tramas. En segundo lugar, por sus referencias cultistas, que expone al lector sin crearle prejuicio alguno y que integra muy bien en el relato. En tercer lugar, sus detectives son verdaderamente singulares. Y en cuarto lugar, por su estilo recargado, dilatorio, de lento avance hasta que, sin perder esas características, empieza a coger velocidad, a atar cabos y juntar los frentes abiertos y sacude al lector de arriba a abajo con nudos tan ficticios que parecerían propios de una mente demasiado calenturienta y liante si no fuera porque su verosimilitud la acepta el lector convertido en cómplice final con un "si no lo veo no lo creo" en los labios"
José María Guelbenzu, Babelia, 2 de febrero de 2008
El enigma Fred Vargas/
OCTAVI MARTÍ
Publicado en El País, 02/02/2008;
"Yo no escribo novela negra sino novela de enigmas!", declara la escritora francesa, que publica La tercera virgen. "El comisario es el héroe; el asesino, el minotauro, y las falsas pistas son el laberinto. Con esos elementos juego cada vez".
La cita es en un café de su barrio, a doscientos metros de su casa. Ha sido difícil obtenerla porque ella anda ocupadísima en la defensa de su amigo Cesare Battisti, antiguo refugiado político en la Francia de Mitterrand y hoy encarcelado en una prisión brasileña en espera de su extradición hacia Italia, donde ya fue condenado -en rebeldía- por un crimen que él asegura no haber cometido. "Todo el juicio descansa en el testimonio de un arrepentido, un personaje que, a base de denunciar a otros, ha obtenido la libertad", explica Vargas, que ha escrito un libro-dossier sobre el caso: La vérité sur Cesare Battisti. El hecho de que ahora se descubra que un antiguo ministro italiano de Justicia aceptaba sobornos de la Mafia la ratifica en su convicción sobre la inocencia de Battisti. La responsable de prensa de la editorial -Éditions Viviane Hamy- me ha prevenido: "No le hable de Battisti o no conseguirá hacerle hablar de ningún otro tema".
Fred Vargas (París, 1957) ha cumplido los 50 pero tiene facciones de bebé. Habla sin levantar la voz, incluso cuando se refiere a temas que le apasionan. En el café no se puede fumar, como en todos los lugares públicos en Francia, y eso la obliga -nos obliga- a interrumpir la entrevista de cuando en cuando y a salir a la calle. Cambiamos de tema. "Todas las estadísticas sobre el tabaquismo pasivo son falsas. La lucha contra el tabaco sirve para focalizar la atención en algo que no tiene importancia. Mientras, el planeta sigue recalentándose y el hielo de los polos fundiéndose. Cuando en París el agua nos llegue a las rodillas aún habrá idiotas que seguirán preocupándose por el tabaco".
Ahora Siruela, en su colección Nuevos Tiempos, publica La tercera virgen, la traducción castellana de Dans les bois éternels, publicada en francés en abril de 2006 y de la que se han vendido más de 400,000 ejemplares en su idioma original. Fred Vargas se ha convertido en un fenómeno pues la publican en 35 países y más de cinco millones de personas han comprado sus libros. "Del primero vendí 1,500 ejemplares. Y los que escribí después, en 1986 y 1987, L'école du crime y Los que van a morir te saludan, no fueron publicados hasta años después. Las editoriales no los querían, me decían que no casaban con su línea, que no encajaban en el molde de lo que se ha dado en llamar novela negra. ¡Y es que yo no escribo novela negra sino novela de enigmas!". Y no tiene el menor reparo en declararse admiradora de Agatha Christie, tan poco estimada por los partidarios de la novela negra pura y dura -"en Agatha Christie no hay música, sólo sonido", dice, para resumir las prodigiosas mecánicas ideadas por la novelista británica-, al tiempo que reconoce que las suyas no son tampoco meras charadas que se proponen al lector: "Mire, el arte es un medicamento. Nos ayuda a vivir. Entre todos los animales, el hombre es el único que se ha inventado la creación artística. La necesitamos para escapar de la realidad y poder volver a ella y mirarla a los ojos".
Lo dice ella, que se oculta tras un seudónimo. En realidad o, mejor dicho, en la vida administrativa, Fred Vargas se llama Frédérique Audoin y durante más de veinte años ha trabajado como investigadora, concretamente como arqueozoóloga. "Me he ocupado de la historia de la transmisión de las epidemias, concretamente de la pulga que transmitía la peste. Y también de la economía en la Edad Media a partir del consumo de carne, un estudio que parte de otro sobre el tamaño de los animales de labor. Los bueyes romanos eran mucho mayores que los que existieron dos siglos después de la caída del imperio. A base de cruzar razas los romanos lograron bestias que daban más carne o más leche. Pero modificar el volumen muscular o de carne no es difícil mientras que lograr esa modificación en la estructura ósea lleva siglos. Por eso, a partir de un cierto momento, hay que ayudar a parir a los animales y muchos de ellos nacen muertos o con deformaciones". La comparación entre la arqueología y la medicina forense es obvia y en las novelas de Vargas el paralelismo es evidente.
La coexistencia entre los dos mundos, el de la investigación y el de la novela policiaca, no siempre ha sido fácil. "Quería escribir una novela, para divertirme, y eso coincidió, en el tiempo, con el momento en que preparaba mi concurso de entrada en el CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica). Mi hermana gemela, Jo, que pinta, había adoptado el apellido Vargas en homenaje a María Vargas, el personaje que interpreta Ava Gardner en La condesa descalza, y yo, como no puedo separarme de ella, también pasé a ser Vargas, Fred Vargas. Así nadie supo nada en el CNRS".
Jo, la hermana, es la primera lectora de sus novelas. Y se las comenta de manera muy sucinta, anotando los márgenes con smileys, esos rostros sonrientes, serios, carcajeándose o llorando que ha adoptado la informática. "En La tercera virgen, Jo me decía que había que sacar la historia del gato, que era increíble, que nadie iba a tragarse aquello. Pero esa vez no le hice caso. Me divertía demasiado imaginar una cuadrilla de hombres, unos en helicóptero, los otros en coche, siguiendo a un gato que les ha de conducir hasta donde está oculta una mujer. La idea misma de un monstruo mecánico dependiendo de los caprichos de una gata gordita me parece poética y divertida". Y es cierto que lo es y que da pie a uno de los mejores capítulos del libro. Aunque quizás no sea realista. "Pero es que yo no soy realista. Me preocupo por la realidad, eso sí".
En casi todos sus libros asistimos a una confrontación entre dos mundos, el de París, que es una ciudad contemporánea pero algo imprecisa, y el campo o la alta montaña, Normandía o una región vecina a los Alpes. O los bosques de Quebec. "Nunca incluyo detalles sobre marcas como tampoco doy títulos de canciones ni explico si el coche tiene radio o tocadiscos para evitar que se pueda datar con exactitud lo que cuento. De la misma manera, tampoco hay referencias explícitas a la política. Si los hombres hacemos arte no es para repetir la vida, para hacer un doble de la vida. Y eso ya era así cuando vivíamos en cavernas. Creamos a partir de lo real pero lo desfiguramos, lo exageramos, lo miniaturizamos o le damos un carácter grotesco. Eso nos permite ver la realidad bajo otro prisma y comprender mejor y aceptar. Pero para que la creación artística funcione, para que tenga las virtudes terapéuticas que yo le atribuyo, hace falta que no esté demasiado alejada de lo real. Si es una abstracción, si no hay permeabilidad entre arte y vida, entonces el trasplante no funciona, se produce un rechazo. Fíjese, usted no podrá transcribir esta conversación tal cual, sin ordenarla, sin cortar las repeticiones, las vacilaciones, sin buscar una mayor intensidad. Si se limita a copiar lo que oiga en su magnetófono, entonces eso será ilegible. No parecerá real. Para que las cosas parezcan reales, el arte sabe cómo hay que falsificar".
El tema de la gemelidad aparece varias veces en sus novelas. En la última, el comisario Adamsberg se encuentra con un casi gemelo, Veyrenc. Y en otras novelas, como Huye rápido, vete lejos, el personaje de Damas también tiene una suerte de gemelo. En algunas los protagonistas son tercetos o tríos -de estudiantes, de historiadores, de funcionarios de policía, etcétera-. "Además de mi hermana Jo, tengo un hermano mayor, que nos lleva dos años. Me he inspirado en él, en Jo y en mí misma para la serie de los Evangelistas. No somos reconocibles pero somos nosotros. Y es nuestra manera de funcionar como hermanos".
Lejos de París -pero también en París- coexisten todos los tiempos. Hay aviones pero también hombres-lobo, se mira la televisión pero también encontramos libros en latín y pócimas que garantizan la inmortalidad. El mundo aparece con todos sus estratos superpuestos. Y hay que saber cavar para distinguir entre ellos. "Lo notas con los dedos. La textura de la tierra no es la misma. Son capas superpuestas que, cuando excavas, tienes que evitar mezclar para no estropear lo que quieres desenterrar".
No admite los reproches que se le hacen a la "novela de enigmas", a saber, que es una novela del orden y que su estructura es fruto de una mera combinación mecánica, previsible. "La novela de enigmas es un libro que intenta identificar un peligro. Es una novela de vida o muerte. Cuando no puedes resolver tus angustias, tus temores, los representas en una novela. La ficción te permite reconocerlos. Saber. Avanzar para volver al mismo tiempo pero tranquilizado. Es la función de los cuentos. Te ayudan a dormir. Y de los mitos".
Se ha dicho y escrito que en Edipo está la génesis de la novela policiaca. No es Fred Vargas quien lo desmentirá. "El mal, el demonio, la amenaza no identificada, es el minotauro. Y el héroe, al que nadie ha llamado, que ha llegado ahí por azar, tiene como misión identificar y vencer al minotauro. Para ello tiene que atravesar el laberinto y en ese difícil camino sólo cuenta con la ayuda del hilo de Ariadna". Ese esquema es el que ella usa y repite en sus libros. Es un esquema que permite mil variaciones. "En la Edad Media, con otros dioses, otro sistema económico, otros valores, los hombres se inventan el dragón. O el ogro. U otro tipo de encarnación del mal. Que está en el centro del bosque, en un castillo o cueva. El caballero o héroe tiene que cruzar un bosque muy peligroso, que se cierra tras él. Es la transposición perfecta del laberinto. Pulgarcito tira piedras para no perderse. Es una forma nueva del famoso hilo. Y si el héroe vence al dragón-minotauro, entonces puede salvar a la princesa. O despertarla con un beso. Y encontrar el cofre en el que están las piedras preciosas".
Princesa y joyas. Sexo y dinero, dirán algunos. No Fred Vargas. "No, porque las joyas, las piedras preciosas, en el mundo medieval, son un símbolo del conocimiento, del saber. La mujer mala, al hablar, lanza sapos por su boca mientras que la mujer sabia lanza rubíes o esmeraldas. Y nadie los recoge porque su valor es el de la sabiduría. De la misma manera, la mujer no representa el sexo sino el equilibrio, la armonía, la complementariedad". Y del mito griego o del cuento infantil, a la novela de enigmas. "El comisario es el héroe; el asesino, el minotauro, y las falsas pistas son el laberinto. Con esos elementos juego cada vez".
Durante años, Fred Vargas escribía sus novelas durante tres semanas de vacaciones, a un ritmo de trabajo de quince horas diarias. De una tirada, sin notas previas, sin un esquema al que ceñirse. Sin red. "Lo importante es identificar el mal. Cuando arranco una novela tengo unas pocas ideas, algunas situaciones, pero luego me dejo llevar. Por ejemplo, que la brigada de estupefacientes le quiera quitar el caso a Adamsberg sucede porque al escribir un diálogo entre éste y el jefe de aquélla resultó que dicho jefe me salió antipático". Tras el enorme éxito de sus novelas y, sobre todo, tras haber investigado sobre los dos temas que le apasionaban, Frédérique Audoin se ha tomado un tiempo de "disponibilidad" en el CNRS. Para dedicarse sólo a escribir. Para dejar de redactar sus novelas en tres semanas. "¡Pero la última la he vuelto a escribir en tres semanas! Nada que hacer. Debo ser así. Hubiera podido hacer una página al día o avanzar con un planillo perfecto, pero me ha sido imposible. Sigo descubriendo la novela mientras la escribo. Es el lenguaje el que me proporciona las ideas".
Asegura que sus tres grandes referencias literarias son el filósofo Jean-Jacques Rousseau y los novelistas Ernest Hemingway y Marcel Proust. Del primero ha sacado una idea de la relación entre el hombre y la naturaleza; del segundo, el individualismo moral, y del tercero, el arte de la digresión. Y de la sentencia: "Si quieres comenzar historias, hazte profesor; si quieres acabarlas, sigue de poli", o "las historias se escriben para evitar que ocurran en la vida". Se inventa calles en París o largas citas eruditas en latín, es una persona muy documentada pero evita hacer exhibición de su saber. Y si cree en la eficacia del arte como medicamento también cree que hay formas de relato que están incrustadas en el inconsciente colectivo. "La novela de enigmas juega con lo que los griegos llaman la catarsis. De las buenas novelas negras se dice que no se sale indemne de su lectura. Son obras que comportan un viaje y un desplazamiento. En las mías, el lector tiene que haber aprendido algo, debiera ser algo más sabio sobre sí mismo al terminarlas, pero de ningún modo quedar sumido en una depresión durante dos semanas. Yo le dejo en el punto de partida. Indemne pero, si todo ha ido bien, algo cambiado".
Esa obstinación en la idea de que un mundo mejor es posible es la que la impulsa a dedicar horas, dinero y esfuerzo a la causa de Battisti. "Sarkozy sabía dónde estaba desde siempre, pero nos ha dejado creer que él había conseguido escapar. Le ha detenido cuando lo ha considerado oportuno". O a la lucha por salvar el planeta. De una novela sobre la peste ha pasado a interesarse en profundidad por la gripe aviar, por el peligro de que se convierta en una epidemia mortal. De pronto me pide el bolígrafo y mi libreta y me dibuja la capa y la máscara de plástico, muy sencilla, con la que cree que podrían protegerse las personas. Se la presentó al anterior ministro de Sanidad. "Es segura en un 91% o 92% de los casos. El virus de la gripe aviar puede resistir unas tres horas al aire libre. Es fácil que pueda transmitirse. Y sería a través del hombre. En una situación de ese tipo la civilización dura un máximo de tres días. El barniz que nos protege de atacarnos unos a otros saltaría en esos tres días. Cada vecino sería visto como una amenaza. Una situación así crea unos dramas que tardan muchos años en cicatrizar. Mi capa y mi máscara son eficaces y baratas. Las hay más eficaces pero muchísimo más caras, imposibles de repartir entre la población".
Ese apocalipsis de una peste contemporánea no le parece inverosímil. Además, se ha informado sobre la capacidad de mutación del virus, que siempre le hace llevar ventaja respecto a las vacunas, que se conciben de acuerdo con las características del virus anterior. Su capa y su máscara se las ha hecho probar a su hijo y a su madre. "Un día, al llegar a casa, me encontraron dentro de esa ropa de seguridad de plástico. Primero se pensaron que me había vuelto loca, pero luego, cuando les expliqué, vieron que esa locura puede acabar convirtiéndose en realidad, en el demonio del siglo XXI".
Le interesan las formas concretas de la lucha política. Por ejemplo, sigue publicando en la misma pequeña editorial a pesar de las ofertas millonarias que le han hecho los grandes grupos. "Los autores tenemos que ser responsables. No se puede criticar a Hachette, quejarse de su condición de monopolio, de que edite libros al mismo tiempo que vende cañones, del control de la prensa, la radio y la televisión por los grandes grupos, y al mismo tiempo dar todas las ganancias a esos mismos grandes grupos. Si cuando eres un autor desconocido sólo te publican los pequeños, cuando empiezas a ser conocido debes aportar tu éxito al editor que te ayudó a arrancar. Si queremos editores independientes, los escritores debemos comenzar por querer serlo también nosotros. Además, la gente de Viviane Hamy no habla de poner mi foto en grandes carteles ni de lanzar mi novela siguiente a base de una gira promocional. Saben que no tengo ningún deseo de ser reconocida por la calle, que no voy a programas de televisión ni de radio y que no pienso escribir una columna semanal en los diarios hablando de lo divino y lo humano. Sólo quiero seguir escribiendo y preocupándome de lo que de verdad creo que vale la pena". -


Atracciones perversas/ROSA MONTERO 31/05/2008

La novelista francesa Fred Vargas logra atrapar al lector con historias tan imposibles como fascinantes. Es una hechicera de las letras, original e imprevisible
Esta es la historia de una pasión. Las pasiones son insensatas por definición; como la fe, pertenecen al ámbito poroso de lo irracional. A los que nos gusta de verdad leer y siempre cargamos con libros de acá para allá como celosos marsupiales acarreando su prole, la lectura suele suministrarnos de cuando en cuando alguna pasión irrefrenable. De pronto te atrapa un tema o un autor y te empeñas en leerlo todo con arrebato furioso. Pero estos súbitos enamoramientos, como los de carne y hueso, no son siempre recomendables ni gloriosos. ¿Quién no se ha obsesionado alguna vez por un (o una) imbécil? De la misma manera, no todas las pasiones literarias son elevadas; o sea, no siempre nos prendamos de Faulkner o Bernhard. A veces sucede que nos gusta un autor o una autora de escaso prestigio, lo cual ciertamente importa poco, porque el prestigio literario hoy en día se parece demasiado a la mera fama, es decir, no es más que una calderilla de la gloria, pura chundarata irrelevante. Pero en ocasiones, y esto es lo más inquietante, nos atrapa un escritor que, aunque nos subyuga, también tiene cosas que no nos gustan nada. Es una de esas atracciones un poco perversas que a veces se experimentan en la vida real. Es como perder la cabeza por alguien malvado.
De modo que ésta es la historia de una pasión. La amada, porque es una mujer, tiene muchísimo éxito y prestigio en su país, Francia. En España lleva años publicada, pero es ahora cuando su fama empieza a despegar. Hablo de Fred Vargas, de nombre verdadero Frédérique Audoin, cincuentona (1957), arqueozoóloga de profesión, autora de novelas policiacas. Hace apenas tres meses leí mi primer libro de ella, La tercera virgen, recién publicado por Siruela, y desde entonces para acá he devorado otros seis libros más. Ninguno me ha gustado tanto como el primero; y todos ellos, e incluso aquél, me irritaron en numerosas ocasiones. Y, sin embargo, aquí estoy, hocicando irremediablemente entre sus páginas, rendida y atrapada por su fastidioso pero espléndido encanto. Es una maldita hechicera.
Y lo es, me parece, porque no intenta serlo en absoluto. No intenta agradar, no escribe para vender (aunque sin duda le guste, como a todos). Ella, Fred, debe de ser así, como sus libros; así de rara, así de maniática, a ratos pedante, en buena medida incoherente e infantil en sus planteamientos, disparatada, definitivamente extravagante. Pero poderosa y, sobre todo, distinta. Hay algo en ella tan original que roza lo alienígena.
Para mí sus mejores novelas son, sin duda, las protagonizadas por el comisario Adamsberg: la ya citada y además El hombre de los círculos azules, Bajo los vientos de Neptuno y Huye rápido, vete lejos, las tres en Siruela y también en bolsillo en Punto de Lectura. Adamsberg es un tipo a la vez guapo y feo, apasionado y frío, bueno y un poco malo, atractivo y desesperante. El súmmum de lo incierto y lo borroso. Y luego está la riquísima constelación de personajes secundarios, a cual más extraordinario, o quizá debí decir más estrafalario. Pero inolvidables y maravillosos. Un inspector que, en vez de hablar como todo el mundo, recita a Racine sin parar. Una teniente gorda cual ballenato que es como la Madre Tierra, de la que toda la comisaría está prendada. Sexagenarias y septuagenarios que son alabados por su belleza física y resultan tremenda e insólitamente seductores para todo el mundo. Asesinos retorcidísimos y absolutamente improbables. Digresiones inacabables. Pestes medievales y leyendas góticas. Historias abigarradas e imposibles de creer que, pese a todo, te terminas creyendo, maldita sea. Y es que leer a Vargas es como ir a ver la actuación de un mago: todos sabemos que, cuando el tipo mete a su ayudante dentro de una caja y la sierra en tres trozos, en realidad no está descuartizando a la mujer; pero todos nos esforzamos en creerlo durante unos instantes, porque queremos que nos engañen para crear belleza. Sí, ser novelista es igual que ser mago. Lo explica muy bien el premio Nobel Naipaul: "Escribir es como practicar la prestidigitación. Si te limitas a mencionar una silla, evocas un concepto vago. Si dices que está manchada de azafrán, de pronto la silla aparece, se vuelve visible". Y luego está la famosa frase de Coleridge: "La literatura exige la voluntaria suspensión de la incredulidad".
La notabilísima prestidigitadora Fred Vargas debe de ser un personaje tan peculiar, en la vida real, como cualquiera de sus disparatadas y vigorosas criaturas. En primer lugar, tiene una hermana gemela, cosa que a menudo produce vertiginosas espirales en la propia identidad. Además se ha pasado más de veinte años trabajando como científica y estudiando las pulgas que causaron la Peste Negra del siglo XIV, por ejemplo, entre otras investigaciones indescriptibles. También ha inventado una capa y una máscara de plástico contra el contagio de la gripe aviar, capa y máscara que un día enseñó a un atónito ministro de Sanidad. Éstas sólo son unas pequeñas pinceladas de la peculiaridad de Vargas. De su rareza. Quizá por eso, porque está acostumbrada a ser distinta, posee una libertad creativa extraordinaria. Sus juguetones libros muestran una total ausencia del miedo al ridículo. Por ejemplo, en La tercera virgen, Retancourt, la teniente cachalote, es secuestrada; y para encontrarla, sueltan en la calle a una gata perezosa y dormilona que ama (ella también) a la teniente, y un centenar de policías con coches y helicópteros se ponen a seguir a la gata, que avanza a un ritmo de dos o tres kilómetros por hora y se echa sus cabezaditas de cuando en cuando. Sinceramente, se necesita un coraje tal para escribir una escena tan delirante que, de sólo pensarlo, se me hiela la sangre dentro de las venas. ¡Y la escena funciona! No importa que en otros momentos sus novelas naufraguen y chirríen; basta una digresión atinada o un párrafo feliz de Fred Vargas para que sientas que estás rozando algo que pocas veces se toca. El misterio, la magia. En sus libros hay campos enteros de azafrán.
- Fred Vargas. La tercera virgen. Traducción de Anne-Hélène Suárez Girard. Siruela. Madrid, 2007. 394 Páginas. 19,90 euros. - El hombre de los círculos azules. Punto de Lectura. 256 páginas. 7 euros. - Bajo los vientos de Neptuno. Siruela. 416 páginas. 19,90 euros / Punto de Lectura. 496 páginas. 9,60 euros. - Huye rápido, vete lejos. Siruela. 336 páginas. 18,50 euros / Punto de Lectura. 416 páginas. 9,60 euros.