El féretro con los restos del papa emérito se cerró con algunos signos de dignidad pontificia en su interior y el texto que recuerda brevemente la historia de la vida y el ministerio de Benedicto XVI.
Después de tres días en el centro de la peregrinación que tributaron miles de fieles en la basílica vaticana, los restos mortales de Benedicto XVI fueron colocados en un féretro de ciprés, en el que se depositaron el palio, las monedas y medallas del pontificado y el Rogito, un texto conservado en un cilindro metálico que recuerda los rasgos más destacados de la vida y el ministerio del Papa emérito, desde su nacimiento hasta sus últimos días.
El texto del Rogito fue leído por el maestro de las celebraciones litúrgicas papales, monseñor Diego Ravelli.