30 sept 2005

Judith Miller

La periodista Judith Miller, que ingresó en prisión en julio pasado por negarse a testificar sobre la filtración del nombre de una agente secreto de la CIA ha sido puesta en libertad después de 85 días, tras alcanzar un acuerdo con el fiscal federal Patrick Fitzgerald.

Miller, periodista del The New York Times fue enviada a prisión el pasado seis de julio ante su negativa a comparecer ante un gran jurado que investiga qué persona del Gobierno de EEUU filtró el nombre de la agente secreta de la CIA: Valerie Plame.

La ocupación secreta de Plame se conoció en el 2003, pocos días después de que su marido, el exembajador Joseph Wilson, refutase la acusación realizada por el presidente Bush, de que Husein había intentado comprar uranio en Níger para fabricar una bomba atómica en Irak.

La divulgación de la identidad de Plame por parte del columnista Robert Novak, el 14 de julio del 2003, dio inicio a una investigación penal que podría resultar en acusaciones contra funcionarios del gobierno, ya que es un delito federal revelar el nombre de un agente encubierto.

Wilson afirmó que la filtración fue una medida de represalia de la Casa Blanca y apuntó directamente a Lewis Scooter Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney.
Miller se presentó este viernes para prestar testimonio ante el fiscal especial acerca de sus conversaciones en julio del 2003 con Libby.

Dijo en un comunicado que su fuente -identificado por su periódico como Libby- le autorizó a revelar el nombre de su confidente.

Y es que hasta hace algunos meses, la Casa Blanca había negado que Libby y el asesor presidencial Karl Rove hubiesen participado en la divulgación de la identidad de Plame.
Pero Matthew Cooper, reportero de la revista Time, declaró recientemente que Rove y Libby habían hablado con él acerca de la esposa de Wilson la misma semana de julio del 2003 en que Miller habló con Libby.

En octubre del 2003, cuando se intensificaron las investigaciones el vocero de la Casa Blanca Scott McClellan dijo de Rove y Libby: "Esos individuos me aseguraron que no estuvieron involucrados" en el episodio.

Alianza de Zetas Kaibiles

Como parte del Plan Maya Jaguar las autoridades guatemaltecas capturaron esta semana–el miércoles 28- 430 kilos de cocaína que aparentemente pertenecería al Cartel del Golfo de México.

El día de hoy –30 de septiembre-, el influyente periódico La Prensa Libre, de Guatemala, informa que las autoridades de ese país lograron tal decomiso proveniente aparentemente de Colombia y con destino a nuestro país.

Las autoridades del Servicio de Análisis e Información Antinarcótica (SAIA) identificaron a la organización Los Mendoza, vinculados aparentemente con el Cartel del Golfo-, como uno de los grupos de delincuencia organizada más fuertes, el cual tendría controlada la tercera parte de Petén y dispondría de más de 500 hombres armados.

Adán Castillo, jefe del SAIA, dijo que Los Mendoza se dedican desde 1988 al narcotráfico y actualmente “cuentan con un ejército. (Y ) Son tan poderosos que tienen cobertura en Petén, Izabal, Cobán y Zacapa”. Tienen personal de seguridad, expertos en química que verifican la pureza de la droga, sicarios que trasladan los cargamentos y asesores jurídicos y financieros, además que son propietarios de grandes extensiones de tierra en ese país.

En la operación del Plan Maya Jaguar fueron detenidos Manuel Cac Pop, de 28 años (Guatemalteco) junto con los mexicanos Julio César Miranda, 37; Édgar Salas Miranda, 25, y Martín López Tejada, 38, piloto de la aeronave interceptada, la cual está a nombre de Marcelo Soria Martínez, de origen mexicano y residente en Guadalajara, Jalisco.

El operativo se inició el 23 de septiembre y en el que participan dos helicópteros militares Blackhawk y un Chinook de Estados Unidos, el SAIA y el Ejército de Guatemala.

El ministro de la Defensa Guatemalteco, Carlos Aldana, informó ayer en el Congreso de que reforzarán los patrullajes en áreas fronterizas del país y principalmente en Petén.

Y con respecto al asunto de Los Kaibiles, Carlos Aldana Villanueva, ministro de la Defensa, dijo que esperan que la Secretaría de Defensa de México entregue detalles de las indagaciones y de la situación de los kaibiles capturados.

Rosalba Ojeda, embajadora de México en Guatemala, evitó ayer hablar del tema en la Cancillería, “Perdone, pero este no es el día para hablar de eso”, expresó.

El asunto esta dando mucho de que hablar

Sobre los Kaibiles ya desde el pasado mes de agosto el Departamento de Seguridad nacional de EE UU (The Homeland Security Department) había alertado desde agosto pasado sobre la presunta presencia de kaibiles en ranchos del sur de McCallen, Texas, y en la zona fronteriza de México. El asunto fue difundido el 18 de agosto pasado en el periódico San Antonio Express News (Guatemala troops tied to border drug war) en un reportaje firmado por Jesse Bogan (anexo)

Por otro lado, según Jorge Alejandro Medellín reportero de El Universal, 30 de septiembre de 2005, “ex soldados kaibiles cruzan de manera frecuente la frontera con México, para interactuar eventualmente con algunas bandas criminales o ejecutar acciones delictivas por su cuenta.

Señala que “fuentes militares guatemaltecas dijeron que no solo se trata de kaibiles sino que hay también gurkhas grupos de élite provenientes de Nepal y potencialmente decenas de mercenarios”

No se descarta que exkaibiles o exgurkhas, pudieran estar relacionados con el tráfico de armas y con el tráfico de drogas.

Según la nota de Medellín “El Ministerio de Defensa de Guatemala calcula que cerca de 4 mil kaibiles han desertado en los últimos años de las filas castrenses de ese país.”

Urge aclarar el caso:
Hay preocupación por este asunto en Guatemala y no sólo en México y EE UU. Un editorial del periódico La Prensa Libre, de anteayer 28 de septiembre: Urge aclarar caso de ex soldados.

Señala que es urgente que “las autoridades guatemaltecas deben realizar las investigaciones para descubrir todo lo relacionado con las declaraciones del ministro de la Defensa de México…,Muchas son las razones para…, aclarar este asunto. Primero, porque los kaibiles fueron relacionados con acciones violatorias de los derechos humanos durante la época del enfrentamiento armado interno. Segundo, porque se convirtieron en un cuerpo de élite que ha adquirido fama en el extranjero…, (Y) Tercero, porque de la misma manera como los llamados Zetas son ex soldados de élite de las fuerzas armadas mexicanas y que por este hecho no se les puede acusar a éstas, como institución, de apoyar al narcotráfico en sus diversos carteles, los capturados y cualquier otro ex miembro de los kaibiles estaría actuando en forma particular y no como el resultado de una política específica institucional de las fuerzas armadas guatemaltecas."

“No puede negarse la gravedad que reviste para las fuerzas de seguridad mexicanas y guatemaltecas el hecho de que algunos de sus ex integrantes se encuentren al servicio de delincuentes y criminales, con la complicada organización y poderío económico y de toda clase que tienen los narcotraficantes.
Concluye que “Si se crea la nefasta alianza entre Zetas y supuestos ex kaibiles, no pasará mucho tiempo antes de que estos delincuentes actúen en Guatemala en un paso más de la globalización de la criminalidad.”
¿Quienes son los Kaibiles.
Se trata de un grupo de elite de las fuerzas armadas guatemaltecas creado en 1978 durante el gobierno de Romeo Lucas García; tienen un buen nivel de capacitación están preparado mentalmente para soportar situaciones climáticas extremas. Además de tener entrenamiento para resistir la tortura.

Por su parte Los Gurkhas son tropas de élite provenientes de Nepal, altamente combativas, especialistas en la lucga cuerpo a cuerpo. Fueron utilizados por el Ejército británico en la guerra de Las Malvinas, en los años 80, como tropas de exterminio.

Guatemala troops tied to border drug war
San Antronio Express News,
08/18/2005
Jesse Bogan
Express-News Border Bureau
LAREDO — The Homeland Security Department is warning South Texas law enforcement officers, mainly Border Patrol agents, about the possibility of rogue Guatemalan commandos who may be training drug cartel gunmen on a ranch south of McAllen in Mexico.

The July 28 intelligence alert is unsubstantiated, but officials said they now routinely circulate such reports if they can't rule them out.

It states about 30 men once part of the Guatemalan "Kaibiles" special forces unit are reported to be training members of the Zetas, a paramilitary enforcement arm of the Matamoros-based Gulf Cartel, between Rio Bravo and Villa Hermosa in the Mexican state of Tamaulipas.

"The Zetas alone are a formidable group and pose an ominous threat," according to the six-page warning obtained by the San Antonio Express-News. "If this information is substantiated, the addition of former or rogue Guatemala 'Kaibiles' soldiers may only worsen this threat."

It continued: "The purpose of this alert is to inform Border Patrol agents about possible Zeta activities and how it may affect (the patrol's) operations and safety."

The warning was circulated as a precaution, federal officials said. It could be a false alarm, but the far-fetched sometimes has turned out to be real in Mexico's ongoing drug cartel wars, raising uncertainty among law enforcement officials.

In Nuevo Laredo alone, the dead this year include a police chief, a city councilman and so many police officers it's hard to keep count.

In one night, 44 kidnapped people were rescued, then quickly detained on suspicion of working for drug gangs. The entire city police force was suspended and disarmed for a time and 41 officers arrested after a clash with Mexican federal agents.

But rumors sometimes are just that. A suspected mass grave on the outskirts of the city, which is across the border from Laredo, didn't pan out. Nor did a highly publicized FBI warning in February about a threat that 250 members of the Gulf Cartel planned to kidnap and kill two U.S. agents in Texas.

The information couldn't be corroborated and the FBI retracted the warning.

Officials also scurried after a Mexican report said the Zetas had obtained surface-to-air missiles off the Nicaraguan black market.

The latest warning says ex-members of Guatemalan "counter-guerilla special forces" may have been recruited by the Zetas to "aid in the conduct of illegal activities in Mexico and the United States."

The information came from an FBI analyst with the McAllen Intelligence Center, an information clearinghouse run by the FBI with representatives of various law enforcement agencies that monitor the drug trade.

The head of the intelligence center, FBI agent Manuel Perez Jr., declined to reveal the source of the report, but said it was enough to merit an alert.

"It's raw, unverified information, but what was important for us — especially in the wake of 9-11 — any raw, unverified information that we think has some potential officer-safety implications or national security aspects, we get it out to the intelligence community to see whether or not that is going to precipitate other agencies to say, 'We have additional sources here that can confirm that,'" he said.

"Right now, we haven't received any type of confirmation," Perez added.

It might not be true, but "nobody wants to be the one who sat on it a week or two waiting to see if it's true," said a senior federal law enforcement official on the border who was aware of the warning and who spoke on condition of anonymity.

"Now, virtually everything gets out. We sometimes refer to it as trying to drink water out of a fire hose," he added.

Tensions have run high the past two years among law enforcement agencies as a war for drug shipping routes into several South Texas cities such as Laredo, McAllen, Roma, and Brownsville, continues. Some 800 people in Mexico are believed to have been killed this year as a result of the war, largely between the Gulf Cartel and the Sinaloa Cartel led by Joaquín "El Chapo" Guzmán.

The areas are controlled by the Gulf Cartel and its Zetas, originally a group of 31 highly trained Mexican army commandos who switched from counter-drug operations to hiring themselves out as the cartel's muscle, according to U.S. government sources. Today, the group has grown much larger and has spawned imitators.

According to the July 28 warning, new recruits "have bolstered Los Zetas ranks within the last 18 months." It added, "They are allegedly more violent than their leaders and may be behind much of the drug-related turmoil occurring along the border."

The warning states the Zetas employ military tactics and are blamed for "hundreds of violent drug-related murders, the execution of journalists, and have committed murder in Dallas, McAllen and Laredo."

The warning mentions other recent reports, including information that the Zetas may have "directed smugglers to engage law enforcement personnel or face execution."

It states "U.S. law enforcement have reported bounties offered by Los Zetas of between $30,000 and $50,000 for the killing of Border Patrol agents and other law enforcement officers."

San Antonio-based FBI spokesman Rene Salinas said the information hadn't been confirmed.

Border Patrol headquarters in Washington wouldn't comment on the warning, but noted that risks go with the job. Four agents have been killed since March, 2003, all in accidents.

The last agent to be killed by gunfire was Alexander Kirpnick, 28, in 1998 near Nogales, Ariz., by drug smugglers.

Patrol spokesman Mario Villarreal said rumors about bounties placed on officers have circulated in the past, adding: "This type of information is a concern not only to U.S. Customs and Border Protection but to our partners in law enforcement that work closely with us along our nation's border."

The name of the elite Guatemalan unit, accused of human rights abuses during Guatemala's civil war in the 1980s, comes from Kaibil Balam, a Mayan leader who avoided capture during the Spanish conquest.

According to a Web site about the unit, its members wear maroon berets and have the motto: "If I advance, follow me. If I stop, urge me on. If I retreat, kill me!"

Don Berna

E pasado 7 de septiembre la Corte Suprema de Justicia de Colombia autorizó la extradición a EE UU de Diego Fernando Murillo Bejarano, Alias Don Berna, quien es requerido para comparecer a juicio por delitos de narcotráfico y lavado de dinero según la resolución de acusación No. 03 Cr 1188, dictada el 6 de octubre de 2003m en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, EE UU.

La petición de extradición de Don Berna se formalizó el pasado 10 de junio del 2005, en los mismos días en que la Fiscalía lo vinculó a un proceso por la muerte del diputado colombiano Orlando Benítez.

Por el bien de la Paz se condiciona la extradición.

Pues bien, esta semana el presidente Uribe suspendió la aplicación del pedido de extradición poniendo condiciones a Don Berna a que se comporte como “un monje".
Esa decisión provocó fuertes críticas tanto de Washington como de sectores colombianos que consideran que los narcotraficantes que se involucraron en el proceso de paz como paramilitares estaban recibiendo un tratamiento excesivamente benévolo.

Sin embargo, y ante la presión pública, ayer jueves, el gobierno de Uribe ordenó el traslado de Don Berna de la zona desmilitarizada donde se han desarrollado los diálogos, a una cárcel de máxima seguridad: la de Cómbita

Minutos después de conocer que el gobierno colombiano enviará a EE UU al jefe paramilitar Don Berna, si incumple los compromisos del proceso de paz con las Autodefensas, la embajada de ese país se mostró desilusionada, por cierto por primera vez en la era de Álvaro Uribe en relación con una solicitud de extradición.

La posición de EE UU
Es más, EE UU le recordó que el mismo gobierno colombiano ha señalado que la extradición no es tema de negociación. "Desde el 27 de abril de 2004 el Gobierno ha declarado y confirmado varias veces que la extradición no es tema de negociación con los paramilitares, así que no puede haber impedimento para la extradición de 'don Berna' por los graves crímenes de los cuales se le acusa", dice la embajada en un comunicado. Por lo que "Estados Unidos continuará demandando y presionando a favor de la extradición de todos aquellos quienes han violado sus leyes y perjudicado los intereses estadounidenses", dijo el embajador William Wood en un comunicado de prensa.

Además de que Washington se declaró "desilusionado" por decisión de condicionar la extradición; sin embargo, también el embajador William Wood consideró el cambio – el de llevarlo a una cárcel de seguridad- como "un paso importante y valiente" y dijo que aunque los jefes paramilitares se acojan a la ley de justicia y paz, sus actividades criminales serán castigadas.

La posición del Gobierno
El gobierno colombiano en voz de Sabas Pretelt, ministro del Interior y de Justicia, había explicado antes de conocerse el traslado que la negativa de entregar a los EE UU a un jefe paramilitar es una decisión autónoma, tomada para fortalecer el proceso de paz y que no afectaría la estrecha cooperación con su principal aliado en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

"Es una persona (Don Berna) que está en un proceso de paz, que está ayudando a salvar miles de vidas", explicó Pretelt, al recordar que en las zonas en donde operaban los paramilitares hay una notable disminución de la criminalidad y las masacres.

Y en efecto, el gobierno colombiano considera que Don Berna ha tenido un papel protagónico en el proceso de paz que deberá concluir el 31 de diciembre con la desaparición total de los grupos paramilitares creados por hacendados y ganaderos hace dos décadas para combatir a la guerrilla.

Las condiciones
Pretelt explicó que para mantenerse la suspensión de la extradición, Murillo debe tener "el comportamiento de un monje".

El presidente Álvaro Uribe, aclaró que Don Berna no será extraditado mientras cumpla con cuatro condiciones, a saber:

i) "Que cumpla con los compromisos adquiridos en el marco del proceso de paz con las AUC y contribuya a la participación de sus miembros en el proceso de paz.

ii) "Que abandone las actividades ilícitas.

iii) Que colabore efectivamente con la verdad, la justicia y la reparación en los términos establecidos en la ley 975 de 2005.

iv) "Que cumpla con las condiciones y procedimientos establecidos en esa Ley (Justicia y Paz)".

La extradición se hará efectiva en el momento en que incumpla esas condiciones.

Don Berna, es el segundo jefe paramilitar cuya extradición autoriza el gobierno pero simultáneamente la suspende. Anteriormente se hizo con Salvatore Mancuso, considerado el número dos de las AUC.

Estos son los Paramilitares en la mira de EE UU, según el periódico colombiano El Tiempo.

Salvatore Mancuso: Su extradición fue suspendida por el Gobierno mientras él continúe el proceso de diálogo con las AUC.

Vicente Castaño: Tiene un proceso en EE UU por narcotráfico. Pero todavía no ha sido pedido su extradición.

Hernán Giraldo: jefe de las autodefensas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Ramón Isaza: No ha sido pedido en extradición pero su nombre está en la lista de grandes narcotraficantes.

Ramiro Vanoy: Alias Cuco, jefe del bloque Mineros, próximo a desmovilizarse.

Francisco Javier Zuluaga: Alias gordo lindo, jefe del bloque Pacífico. Ya se desmovilizó.
Víctor Manuel Mejía: El Mellizo, negociador de las AUC.
Leer el Editorial de El Tiempo:
El Tiempo, Octubre 3 de 2005
EDITORIAL: De Washington a Cómbita

Esta semana arrojó una nueva muestra de la desmesurada influencia de los Estados Unidos sobre nuestro país. La no extradición de ‘Don Berna’, la ‘desilusión’ pública del embajador Wood y la decisión de trasladar a aquel a Cómbita pusieron de presente que ciertas exigencias unilaterales del gran aliado del norte ponen a veces en aprietos al Gobierno colombiano.

Que Diego Fernando Murillo –alias ‘Don Berna’ o ‘Adolfo Paz’– es emblema del ‘narcoparamilitarismo’, pocos lo discuten. Si hay un símbolo del tránsito del narcotráfico puro y duro a la legitimidad de una franquicia de las Auc, es él. Nada raro que Washington lo tenga en la mira, que encabece la lista de extraditables ‘paras’ y que su presencia y la de personajes similares en la negociación despierte toda clase de dudas.

Pero, como se dice, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

‘Don Berna’ podrá ser todo lo narco que se le señala, pero es un interlocutor aceptado por el Gobierno en un proceso clave para Colombia. Al punto que, pese a sospechas fundadas de que, en plena negociación, habría ordenado matar a un político de Córdoba, no se lo sacó del proceso y se le dio una finca por ‘cárcel’.

Para nadie es un secreto que la negociación con los paramilitares tiene atravesada en el gaznate la papa caliente del narcotráfico. Además de recalcitrantes enemigos de la guerrilla y autores de delitos atroces, la sigla Auc congrega entre el 40 y el 60 por ciento del tráfico de cocaína en Colombia. ‘Don Berna’ dista de ser el único de sus jefes pedidos en extradición o en la lista de grandes narcotraficantes de Estados Unidos. Nombres como los de Vicente Castaño, ‘Cuco Vanoy’ y ‘Macaco’ también se pronuncian con reverencia en los círculos del negocio.

El Gobierno ha optado por declarar que la extradición no es negociable, y concederla, pero ‘congelarla’ mientras los involucrados colaboren con el proceso. Cuando estrenó la figura de la "extradición congelada", con Salvatore Mancuso, E.U. no dijo nada, al menos en público.

El reclamo del embajador viene en un momento particularmente complejo. Faltan las desmovilizaciones de los bloques más ligados al narcotráfico. La aplicación de la Ley de Justicia y Paz a los jefes ‘paras’ está en una especie de limbo. El debate se centra en la urgencia de planes de reinserción coherentes para evitar que el retorno de miles de ex combatientes a la vida civil se convierta en paso a la delincuencia. La misión de la OEA parece en coma. El Alto Comisionado no solo incluye como parte de su "rosario de preocupaciones" la insistencia de Estados Unidos en la extradición, sino que, por primera vez, se pregunta en reciente columna, si su trabajo vale la pena.

No deja de ser paradójico que, mientras el aliado por excelencia le atraviesa el palo en la rueda de la extradición al proceso con los paramilitares, la Unión Europea, tradicionalmente más escéptica y distante, parece a punto de formalizar hoy, si no ocurre algo imprevisto, un respaldo, condicionado pero muy significativo, a la Ley de Justicia y Paz.

Hemos criticado el manejo a veces errático e improvisado que el Gobierno le ha dado al proceso con los paramilitares, y, entre otros, al tema del narcotráfico. Hemos señalado con preocupación la ausencia de mecanismos para garantizar que ese negocio ilegal también se desmovilice. Además de despojarlos de sus armas, para ‘desparamilitarizar’ al país, hay que quitarles a los jefes de las Auc los dineros con los que han construido sus redes de poder e intimidación local.

Pero bastante arduo es ya este proceso y demasiado costoso el compromiso colombiano en la guerra contra la droga como para que los Estados Unidos mantengan ante la extradición una obcecada y estrecha insistencia que no mide sus poco benéficas repercusiones para nuestro país y le quita al Gobierno colombiano el muy escaso margen de maniobra del que todavía dispone.

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