- Francisco-Macri,
22 minutos de diálogo protocolar
- Primero
encuentro oficial entre el Papa argentino y el presidente de su país, Mauricio
Macri, quien asumió el gobierno el 10 de diciembre pasado. Una reunión
caracterizada por el ambiente serio y formal
REUTERS
El
presidente argentino con su esposa visitan a Papa Francisco
Vatican Insider, 27/02/2016/ANDRÉS
BELTRAMO ÁLVAREZ
Sin
chistes de ocasión, sin miradas cómplices ni sonrisas distendidas. Así fue el
primer encuentro entre el Papa Francisco y el presidente de Argentina, Mauricio
Macri. Apenas duró 22 minutos el coloquio privado entre ambos, la mañana de
este sábado en la biblioteca personal del pontífice en el Palacio Apostólico.
Al final hubo un sobrio intercambio de regalos y una foto institucional.
Macri
llegó al Patio de San Damaso a las 9:30 horas. Allí lo esperaba un piquete de
la Guadia Suiza Pontificia, la bandera argentina izada en el mástil, una línea
de gentilhombres del Papa y el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein.
Del auto principal bajó con su esposa, Juliana Awada. En vehículos aparte
arribaron los miembros de la delegación.
En
total 10 personas: el jefe de gabinete Marcos Peña, la canciller Susana
Malcorra, los secretarios de Culto y de Planeamiento Estratégico, Santiago de
Estrada y Fulvio Pompeo respectivamente. Con ellos tres gobernadores, dos de
oposición: Rosana Bertone de Tierra del Fuego y Juan Manuel Urtubey de Salta.
Además de Alfredo Cornejo, de Mendoza.
Todos
ellos fueron acompañados por los gentilhombres papales hasta el piso
diplomático. En la Sala del Troneto tuvo lugar el primer saludo mutuo. “Buenos
días señor presidente, ¿cómo le va?”, dijo el Papa. “¿Cómo está Francisco? Un
gusto”, replicó el mandatario. Y, en italiano, el líder católico invitó a
entrar con un “avanti”.
Ya
adentro de la biblioteca ambos se sentaron ante un gran escritorio de madera.
Allí mantuvieron un cara a cara de 22 minutos. Evidentemente escasos, incluso
en comparación con otros presidentes latinoamericanos: Con el mexicano Enrique
Peña Nieto se extendió por 25 minutos, pasó media hora con Ollanta Humala de
Perú o Dilma Rousseff de Brasil; 45 minutos con el uruguayo José Mujica, cuando
todavía estaba en funciones, y un tiempo similar con Michelle Bachelet, de
Chile. Mucho más largos fueron los encuentros con la antecesora de Macri,
Cristina Fernández de Kirchner. Con ella almorzó en dos ocasiones. La última
gran reunión, en el Aula Pablo VI, se extendió por espacio de una hora y 45
minutos.
Volviendo
a la conversación de este sábado, tras el diálogo privado el presidente
introdujo a la comitiva que lo acompañaba. A todos Bergoglio saludó de mano,
salvo a Bertone a la cual dio un beso en la mejilla y trató con más
familiaridad. Luego tuvo lugar el intercambio de regalos. Macri obsequió un
poncho marrón, atuendo tradicional argentino, una cruz de matará (que recuerda
la evangelización en el país) y una docena de discos compactos con música
folclórica nacional.
En
cambio recibió un medallón con la imagen de un árbol de olivo partido al medio
y unido por una rama, acompañado por la inscripción: “Busca lo que une, supera
lo que divide”. “Me gusta regalar este medallón a los jefes de Estado, que en
el medio está separado por algo que no funciona pero lo une el olivo. Es lo que
le deseo a todos ellos”, señaló el Papa, quien además obsequió copias de su
exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” y de su encíclica “Laudato Sii”.
Siete minutos duró ese momento.
Tomada
la foto oficial, el presidente se reunió
-también en privado- con el “número dos” del Vaticano, el secretario de
Estado Pietro Parolin, quien estuvo acompañado por el responsable para las
Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
El
coloquio fue calificado como “cordial” por la sala de prensa de la Santa Sede,
que reveló los temas “de mutuo interés” tocados en la reunión: “La ayuda al
desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha a la pobreza y
al narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social”.
“En
tal contexto ha sido subrayada la positiva contribución, sobre todo en el
ámbito de la promoción humana y de la formación a las nuevas generaciones,
ofrecida por el episcopado y por las instituciones católicas en la sociedad
argentina, de manera particular en la coyuntura económica actual. Por último se
hizo referencia a algunos temas de mayor relevancia e interés en el ámbito
regional y mundial”, añadió la declaración vaticana.
Por
su parte, en una conferencia de prensa, Mauricio Macri se mostró “muy contento”
por la reunión “de dos viejos conocidos”. Aseguró que ambos recorrieron “una
agenda del actual momento argentino” y expresaron su voluntad de “colaborar en
conjunto”. Añadió que abordaron también la preocupación de su gobierno por unir
a los argentinos, dejar atrás las disputas, atacar la pobreza y el
narcotráfico.
Reconoció
que hablaron “en general” sobre estos asuntos y que el Papa subrayó la
importancia de recuperar la cultura del trabajo, “la educación de los chicos” y
el deporte. Además el mandatario invitó formalmente a Francisco a viajar a su
país y este le respondió que en 2016 sería imposible porque su agenda no se lo
permite, pero que “en la primera ocasión útil lo hará”.