¿El silencio de Dios?

En la última jornada de su viaje de cuatro días a Polonia, Benedicto XVI realizo una vista al campo de concentración y exterminio de Auschwitz y Birkenau, símbolo del Holocausto.

La visita tiene una gran carga simbólica, ya que Ratzinger, como ciudadano alemán se vio obligado a servir a las Juventudes Hitlerianas durante la II Guerra Mundial.

Benedicto XVI ha entrado en Auschwitz caminando sólo. Con las manos entrelazadas y en silencio, ha atravesado la puerta por la que entraban los prisioneros judíos, sobre la que se puede leer la famosa inscripción Arbeit Macht Frei (El trabajo te hará libre).

Sismo en Indonesia

El Ministerio de Asuntos Sociales de Indonesia ha elevado hoy a 4,285 la cifra de víctimas mortales a causa del terremoto que en la madrugada de ayer sacudió la isla de Java. Seguramente conoceremos en las próximas horas muchas más victimas puesto que la zona afectada está densamente poblada, además de heridos y desplazados.

El terremoto se produjo a las 05:53 hora (local) fue 6.2 grados en la escala de Richter y su epicentro fue localizado a 37.6 kilóometros al sur de Yogyakarta; es consideradó la peor catástrofe en Indonesia desde el tsunami del 26 de diciembre de 2004, que dejó 168 mil muertos en la isla de Sumatra.

La zona con más víctimas mortales es la provincia de Yogyakarta.

Indonesia se encuentra en el llamado Anillo de Fuego de la región Asia-Pacífico, marcada por la fuerte actividad volcánica y tectónica. Su provincia Aceh fue la más afectada por el maremoto y tsunami del 26 de diciembre de 2004 en el océano Indico.

Otro gran sismo, en marzo de 2005, dejó casi mil personas muertas en la isla Nias, en áreas cercanas a Sumatra.

Juan Pablo II: ¡Santo Ya!

En esta su primera visita papal, Benedicto XVI se ganó por completó a los católicos polacos al prometer los altares a su predecesor Juan Pablo II.

Y es que en pocos días hubo un cambio en la población; el primer día de visita aunque fue recibido cálidamente, las multitudes fueron de hecho parcas en número y delirio que las que solían tener los viajes de Karol Wojtyla. ¡Se entiende!

Pero, ayer sábado al visitar Wadowice -el pueblo de 20 mil habitantes a 60 kilometros de Cracovia donde nació su predecesor- miles de personas han resaltado la "fe firme" y ha rezado para que el primer Papa polaco de la historia "sea pronto elevado a la gloria de los altares".

La respuesta de Benedicto XVI en el santuario mariano de Kalwaria Zebrzydowska causó una grata sorpresa cuando dijo en Polaco: "vengo con gran emoción al lugar donde nació mi gran predecesor, donde pasó su infancia y su adolescencia; y despúes añadió en italiano: "Quisiera decir que espero que la Divina Providencia nos conceda pronto la beatificación y la canonización de nuestro amado Papa Juan Pablo II".

¡El jubilo no se hizo esperar!

Horas después el vocero vaticano Joaquín Navarro Valls matizó la cuestión afirmando que el Papa sólo expresaba "lo que sentimos todos nosotros", y alertó de que "no debemos añadir demasiado a lo que el Papa ha dicho".

Sin embargo, la velada promesa de la pronta beatificación prendió en los católicos polacos.

De hecho, toda la tercera jornada de este viaje pastoral -con felices multitudes en continuo crecimiento, como la de más de 700,000 fieles de ayer tarde en un parque de Cracovia- ha estado dedicado a rendir tributo a Juan Pablo II.

El proceso de beatificación de Juan Pablo II se abrió el 28 de junio del 2005 en Roma, a pocos días de su muerte, sin tener que esperar a que transcurrieran cinco años de su muerte, como establece el Código de Derecho Canónico, por expreso deseo de Benedicto XVI.

Aunque se da por hecho que será breve, teniendo en cuenta los numerosos testimonios sobre supuestos milagros por su intercesión, el postulador de la causa, el sacerdote polaco Slawomi Oder, lo ha "frenado" recordando que durante su pontificado, escribió entre discursos y documentos más de 100,000 páginas, cuyo estudio lleva tiempo.

Benedicto XVI ha estado siempre acompañado en la visita por el cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, que fue el fiel secretario de Juan Pablo II.