Comentado en la Tercera emisión de Imagen Informativa, 90.5 de FM, que conduce Jorge Fernández Menéndez
Preocupantes los hechos de ayer en la Catedral metropolitana, Jorge.
Sobretodo por que no es la primera vez que sucede.
Son ya varias la acciones de este tipo y casi siempre cuando hay un mitin político, como el de ayer; las aguas se desbordan del cauce.
Que sí fueron muy sospechosos los 12 minutos del replicar de las campanas; que sí fue una provocación; que sí fue una orden de la Senadora Rosario Ibarra; que hubo mano negra, etctéra.
¡En fin!
Los hechos es que ayer más de 200 personas, militantes y/o seguidores de AMLO irrumpieron al servicio religioso de la catedral, causando pánico entre los fieles que ahí se encontraban.
Debe haber una investigación de los hechos.
Lo que sucedió ayer no debe suceder más.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
19 nov 2007
Incremento de intolerancia en EE UU
Los delitos por intolerancia aumentaron el año pasado en EE UU al menos 8% y más de la mitad se debieron a racismo.
La policía en todo el país reportó 7,722 incidentes criminales en el 2006 contra personas o propiedad como resultado de intolerancia hacia una raza, religión, orientación sexual, etnia, origen nacional o incapacidad física o mental.
Eso marca un incremento de 7,8% respecto al 2005.
El informe del FBI dice que los dos delitos más frecuentes fueron vandalismo, con 2,911 casos, e intimidación, con 2,046 casos. Hubo 860 agresiones agravadas y 1,447 agresiones, además de tres asesinatos, seis violaciones y 41 incendios intencionales.
Los 7,722 incidentes de crímenes de intolerancia incluyeron 9,080 delitos específicos - 5.449 contra individuos, 3.593 contra la propiedad y 38 contra la sociedad en general.
Como ha ocurrido desde que el FBI comenzó a colectar datos sobre ese tipo de crímenes en 1991, el motivo más frecuente fue prejuicio racial, con 51,8% de los casos en el 2006. La cifra es una baja respecto al 54,7% del 2005.
Asimismo, prejuicios religiosos fueron la causa de 18,9% de los incidentes, prejuicio sexual en 15,5% y el prejuicio por origen étnico o nacional en 12,7% de los casos.
De los 7,330 autores identificados por la policía, 58,6% fueron blancos, 20,6% negros, 12,9% de antecedentes raciales desconocidos y el resto correspondió a otras razas.
Aunque los incidentes con horcas y las golpizas en la escuela secundaria en Jena, Luisiana, que motivaron una ola de protestas, ocurrieron en la segunda mitad del 2006, no fueron incluidos en el reporte. Solamente 12,600 de las más de 17,000 agencias locales, estatales y federales de policía participaron en el 2006 en el programa para reportar ese tipo de delitos, y Jena no estuvo entre ellas.
Fuente: Por MICHAEL J. SNIFFEN The Associated Press
La policía en todo el país reportó 7,722 incidentes criminales en el 2006 contra personas o propiedad como resultado de intolerancia hacia una raza, religión, orientación sexual, etnia, origen nacional o incapacidad física o mental.
Eso marca un incremento de 7,8% respecto al 2005.
El informe del FBI dice que los dos delitos más frecuentes fueron vandalismo, con 2,911 casos, e intimidación, con 2,046 casos. Hubo 860 agresiones agravadas y 1,447 agresiones, además de tres asesinatos, seis violaciones y 41 incendios intencionales.
Los 7,722 incidentes de crímenes de intolerancia incluyeron 9,080 delitos específicos - 5.449 contra individuos, 3.593 contra la propiedad y 38 contra la sociedad en general.
Como ha ocurrido desde que el FBI comenzó a colectar datos sobre ese tipo de crímenes en 1991, el motivo más frecuente fue prejuicio racial, con 51,8% de los casos en el 2006. La cifra es una baja respecto al 54,7% del 2005.
Asimismo, prejuicios religiosos fueron la causa de 18,9% de los incidentes, prejuicio sexual en 15,5% y el prejuicio por origen étnico o nacional en 12,7% de los casos.
De los 7,330 autores identificados por la policía, 58,6% fueron blancos, 20,6% negros, 12,9% de antecedentes raciales desconocidos y el resto correspondió a otras razas.
Aunque los incidentes con horcas y las golpizas en la escuela secundaria en Jena, Luisiana, que motivaron una ola de protestas, ocurrieron en la segunda mitad del 2006, no fueron incluidos en el reporte. Solamente 12,600 de las más de 17,000 agencias locales, estatales y federales de policía participaron en el 2006 en el programa para reportar ese tipo de delitos, y Jena no estuvo entre ellas.
Fuente: Por MICHAEL J. SNIFFEN The Associated Press
Día Mundial de la Infancia
Día Mundial de la Infancia Niños en el infierno de Irak/Araceli Medrano
Publicado en EL CORRERO DIGITAL, 19/11/2007;
El 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Infancia, y es una jornada que señala la fecha en la que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los derechos del niño (1959), y más tarde (1989) la Convención sobre los derechos del niño. Esta última es el instrumento internacional que más ratificaciones ha alcanzado (excepto EE UU y Somalia), e insta a proteger el derecho de los niños a la vida, la educación, la salud y otras necesidades fundamentales. Estas disposiciones que teóricamente se deben observar tanto en situación de paz como de guerra resultan ineficaces (la legislación no se hace efectiva) si no se aplican, y crean una situación de desprotección e indefensión real para los niños.
El hecho de que EE UU no haya ratificado aunque sí firmado la Convención sobre los derechos del niño, ni el Protocolo facultativo de la Convención relativo a la participación de niños en los conflictos armados, sitúa en una posición de labilidad al sistema mundial para preservar la paz.
Es el caso de la situación trágica que padecen los niños en Irak, donde se han producido cotidianamente violaciones de derechos universales fundamentales como el derecho a la vida y a unas condiciones dignas de existencia que posibiliten el adecuado desarrollo físico y psíquico del niño.
Desde que comenzó el conflicto bélico en Irak ha aumentado el número de niños desnutridos, detenidos (en prisiones como Abu Ghraib y Um) y huérfanos, que mendigan por las calles de Bagdad o que han sido depositados en orfanatos en los que se les abandona a su suerte, como si estuvieran destinados a sobrevivir en un infierno y a padecer una lenta y mortífera agonía. En el orfanato de Al Hanán para niños discapacitados, soldados norteamericanos descubrieron a veinticuatro niños desnudos en el suelo, desnutridos y cubiertos por sus propios excrementos. Los adultos responsables del cuidado especial de estos pequeños se estaban preparando una opulenta comida, y parece que tenían la despensa repleta de alimentos y ropa nueva, envuelta en bolsas de plástico. Es más que vergonzoso que este tipo de noticias hayan sido manipuladas tanto por el Gobierno iraquí como por las fuerzas de ocupación, para demostrar que es el contrario el responsable de este acto cruel, sin importarles en realidad las consecuencias graves del estado de desnutrición y deterioro psicofísico de estos menores con una problemática específica.
Por lo demás, los niños no han dejado de ser víctimas del abuso y la perversión de los adultos: la explotación, la tortura, la prostitución, los abusos sexuales y la masacre de sus seres queridos. Merecen un recuerdo especial los niños y niñas que han sido testigos mudos del asesinato de sus padres, y de cómo se destruyen su entorno, su país y sus legítimas ilusiones. Esta situación traumática genera un sentimiento de orfandad que aniquila los referentes básicos en la identidad del menor, y desencadena un estado de desamparo y soledad que les deja desprovistos de las mínimas condiciones de seguridad afectiva para sobrevivir. En este contexto, es muy difícil elaborar el duelo psicológico que conlleva la brutal pérdida de los familiares, ya que la violencia cotidiana evoca aún más el acontecimiento traumático.
La mirada melancólica de Enma, la niña de 9 años que presenció en su casa el asesinato de sus familiares en la batalla de Haditha, nos reenvía al escenario traumático de la muerte, en el que los soldados (primer juicio a unos marines) asesinaron a 24 civiles, entre los que había siete niños. El sargento Wuterich justifica tal masacre con un razonamiento que implica la negación de este acto como «masacre», y el habitual argumento de atacar en su defensa y en la de sus ‘guerreros’. Aunque uno de los marines ha declarado que, como eran hombres ‘de acción’, no podían soportar la tranquilidad de Haditha, y De La Cruz, que estaba «furioso» y remató la faena orinando encima de los cadáveres.
De esta situación caótica, que desgarra el alma y aniquila los derechos de la infancia, hablan los niños en sus dibujos ‘infantiles’, en los que se constata que su ‘casa’, su ‘escuela’, es destruida por las bombas del enemigo, y cómo lloran solos, desconsolados y sin ayuda, al lado del cuerpo herido, o sin vida, de algún familiar.
A día de hoy, los niños están en peores condiciones físicas y psíquicas que cuando comenzó la guerra, ya que padecen enfermedades, retrasos en el desarrollo, dificultades en la adquisición de aprendizajes básicos y trastornos severos de la personalidad. Los niños son especialmente permeables al trauma, debido a que la repetición de los sucesos bélicos es tan intensa e impactante que deja una huella duradera en su psiquismo. Los niveles de estrés postraumático tienen una relación directa con la actitud de estos niños en un futuro hacia la venganza, la repetición de actos destructivos o la reconstrucción de su mundo psíquico interno y externo. Los niveles altos de estrés postraumático (haber presenciado asesinatos, pánico permanente) generan odio, y deseos de venganza hacia el agresor.
Así es que esta guerra que supuestamente se inició para implantar un Estado democrático y liberar a Irak del mal ha pisoteado derechos fundamentales que estructuran los pilares de una democracia. Es por lo que no puede existir causa política ni ideología defendible más importante que el derecho a la vida de miles de víctimas inocentes, que han sido condenadas a malvivir en un infierno. Por lo tanto, cualquier reflexión que intente evitar el ciclo de repetición destructiva que generan los conflictos bélicos no puede ser ética ni políticamente responsable si no reconoce y repara el daño realizado a las víctimas inocentes. Éstas tendrían que ocupar el primer plano de la escena, y ser el centro en el análisis de las prioridades de cualquier propuesta política que implique la defensa a ultranza de unos valores democráticos, y que quiera crear las condiciones reparadoras de un escenario posbélico.
Aún más, es necesario ser beligerantes cuando se trata de defender los derechos de miles de niños inocentes, que son víctimas de una guerra que no ha sido declarada por ellos. A este respecto, ¿qué dice los niños? Los alumnos de primaria de la escuela de Al-Asail (Bagdad) realizaron unos dibujos expuestos en la Galería Puffin Room (Nueva York), bajo el título ‘Impactados y Estupefactos’. En uno de los dibujos infantiles aparece un helicóptero militar, y tanques que abren fuego sobre una pradera con árboles, bajo la cual se lee: «No somos culpables».
Publicado en EL CORRERO DIGITAL, 19/11/2007;
El 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Infancia, y es una jornada que señala la fecha en la que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los derechos del niño (1959), y más tarde (1989) la Convención sobre los derechos del niño. Esta última es el instrumento internacional que más ratificaciones ha alcanzado (excepto EE UU y Somalia), e insta a proteger el derecho de los niños a la vida, la educación, la salud y otras necesidades fundamentales. Estas disposiciones que teóricamente se deben observar tanto en situación de paz como de guerra resultan ineficaces (la legislación no se hace efectiva) si no se aplican, y crean una situación de desprotección e indefensión real para los niños.
El hecho de que EE UU no haya ratificado aunque sí firmado la Convención sobre los derechos del niño, ni el Protocolo facultativo de la Convención relativo a la participación de niños en los conflictos armados, sitúa en una posición de labilidad al sistema mundial para preservar la paz.
Es el caso de la situación trágica que padecen los niños en Irak, donde se han producido cotidianamente violaciones de derechos universales fundamentales como el derecho a la vida y a unas condiciones dignas de existencia que posibiliten el adecuado desarrollo físico y psíquico del niño.
Desde que comenzó el conflicto bélico en Irak ha aumentado el número de niños desnutridos, detenidos (en prisiones como Abu Ghraib y Um) y huérfanos, que mendigan por las calles de Bagdad o que han sido depositados en orfanatos en los que se les abandona a su suerte, como si estuvieran destinados a sobrevivir en un infierno y a padecer una lenta y mortífera agonía. En el orfanato de Al Hanán para niños discapacitados, soldados norteamericanos descubrieron a veinticuatro niños desnudos en el suelo, desnutridos y cubiertos por sus propios excrementos. Los adultos responsables del cuidado especial de estos pequeños se estaban preparando una opulenta comida, y parece que tenían la despensa repleta de alimentos y ropa nueva, envuelta en bolsas de plástico. Es más que vergonzoso que este tipo de noticias hayan sido manipuladas tanto por el Gobierno iraquí como por las fuerzas de ocupación, para demostrar que es el contrario el responsable de este acto cruel, sin importarles en realidad las consecuencias graves del estado de desnutrición y deterioro psicofísico de estos menores con una problemática específica.
Por lo demás, los niños no han dejado de ser víctimas del abuso y la perversión de los adultos: la explotación, la tortura, la prostitución, los abusos sexuales y la masacre de sus seres queridos. Merecen un recuerdo especial los niños y niñas que han sido testigos mudos del asesinato de sus padres, y de cómo se destruyen su entorno, su país y sus legítimas ilusiones. Esta situación traumática genera un sentimiento de orfandad que aniquila los referentes básicos en la identidad del menor, y desencadena un estado de desamparo y soledad que les deja desprovistos de las mínimas condiciones de seguridad afectiva para sobrevivir. En este contexto, es muy difícil elaborar el duelo psicológico que conlleva la brutal pérdida de los familiares, ya que la violencia cotidiana evoca aún más el acontecimiento traumático.
La mirada melancólica de Enma, la niña de 9 años que presenció en su casa el asesinato de sus familiares en la batalla de Haditha, nos reenvía al escenario traumático de la muerte, en el que los soldados (primer juicio a unos marines) asesinaron a 24 civiles, entre los que había siete niños. El sargento Wuterich justifica tal masacre con un razonamiento que implica la negación de este acto como «masacre», y el habitual argumento de atacar en su defensa y en la de sus ‘guerreros’. Aunque uno de los marines ha declarado que, como eran hombres ‘de acción’, no podían soportar la tranquilidad de Haditha, y De La Cruz, que estaba «furioso» y remató la faena orinando encima de los cadáveres.
De esta situación caótica, que desgarra el alma y aniquila los derechos de la infancia, hablan los niños en sus dibujos ‘infantiles’, en los que se constata que su ‘casa’, su ‘escuela’, es destruida por las bombas del enemigo, y cómo lloran solos, desconsolados y sin ayuda, al lado del cuerpo herido, o sin vida, de algún familiar.
A día de hoy, los niños están en peores condiciones físicas y psíquicas que cuando comenzó la guerra, ya que padecen enfermedades, retrasos en el desarrollo, dificultades en la adquisición de aprendizajes básicos y trastornos severos de la personalidad. Los niños son especialmente permeables al trauma, debido a que la repetición de los sucesos bélicos es tan intensa e impactante que deja una huella duradera en su psiquismo. Los niveles de estrés postraumático tienen una relación directa con la actitud de estos niños en un futuro hacia la venganza, la repetición de actos destructivos o la reconstrucción de su mundo psíquico interno y externo. Los niveles altos de estrés postraumático (haber presenciado asesinatos, pánico permanente) generan odio, y deseos de venganza hacia el agresor.
Así es que esta guerra que supuestamente se inició para implantar un Estado democrático y liberar a Irak del mal ha pisoteado derechos fundamentales que estructuran los pilares de una democracia. Es por lo que no puede existir causa política ni ideología defendible más importante que el derecho a la vida de miles de víctimas inocentes, que han sido condenadas a malvivir en un infierno. Por lo tanto, cualquier reflexión que intente evitar el ciclo de repetición destructiva que generan los conflictos bélicos no puede ser ética ni políticamente responsable si no reconoce y repara el daño realizado a las víctimas inocentes. Éstas tendrían que ocupar el primer plano de la escena, y ser el centro en el análisis de las prioridades de cualquier propuesta política que implique la defensa a ultranza de unos valores democráticos, y que quiera crear las condiciones reparadoras de un escenario posbélico.
Aún más, es necesario ser beligerantes cuando se trata de defender los derechos de miles de niños inocentes, que son víctimas de una guerra que no ha sido declarada por ellos. A este respecto, ¿qué dice los niños? Los alumnos de primaria de la escuela de Al-Asail (Bagdad) realizaron unos dibujos expuestos en la Galería Puffin Room (Nueva York), bajo el título ‘Impactados y Estupefactos’. En uno de los dibujos infantiles aparece un helicóptero militar, y tanques que abren fuego sobre una pradera con árboles, bajo la cual se lee: «No somos culpables».
Detroit, number one, NY igual, pero más segura
La ciudad de Detroit es la ciudad más peligrosa de los EE UU, según un análisis de una agrupación privada de estudios dado a conocer ayer, basado en estadísticas anuales de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
El informe anual número 14 de City y Crime Rankings: Crime in Metropolitan America ("Lista de ciudades según sus niveles delictivos en área metropolitanas de EEUU'') publicado por CQ Press, una unidad de Congressional Quarterly Inc., está basado en el informe de estadísticas delictivas del FBI del pasado 24 de septiembre.
El informe estudia 378 ciudades con por lo menos 75,000 habitantes basado en los niveles per cápita de homicidios, violación, robos, agresión física con agravantes, allanamientos y robo de autos.
Cada categoría delictiva se consideró separadamente y se evaluó basado en la seriedad de los casos, según dijo CQ Press.
La ciudad que ocupó el primer lugar en cuanto a delicuencia el año pasado, St. Louis, esta vez quedó en segundo lugar. Flint, otra ciudad de Michigan, quedó en tercer lugar, seguida de Oakland, California, Camden, Nueva Jersey, Birmingham, Alabama, North Charleston, Carolina del Sur, Memphis, Tennessee, Richmond, California, y Cleveland.
En el estudio, Mission Viejo, California, quedó como la ciudad más segura de EE UU, seguida de Clarkstown, Nueva Jersey, Brick Township, Nueva Jersey, Amherst, Nueva York, y Sugar Land, Texas.
Ben Krasney, portavoz de CQ Press, dijo que los detalles del sistema utilizado para catalogar son privados. Fueron compilados por Kathleen O'Leary Morgan y Scott Morgan, cuya compañía Morgan Quitno Press publicaba el análisis hasta que CQ Press la adquirió.
Detroit quedó como la capital de asesinatos del país en los años 80, y según la Oficina del Censo ha perdido casi 1 millón de personas desde 1950. Los estadios deportivos construidos en el downtown y otras bases corporativas, además de la renovación de las márgenes del río en esta ciudad de 919,000 habitantes han detenido en cierta medida el declive, pero no han logrado revertirlo.
Los funcionarios de la ciudad dicen que los informes delictivos no sirven de ayuda tampoco. Esas clasificaciones ''les hacen un daño injustificado a muchas comunidades'', dice Michael Tonry, presidente de la ASC. También algunos alegan que las cifras no lo dicen todo, debido a las diversidades entre ciudades.
Fuente: DAVID N. GOODMAN / Associated Press.
Por otro lado la ciudad de Nueva York cayó a su nivel más bajo en décadas con menos de 500 muertes anuales.
Según estadísticas del departemento de policía de Nueva York (NYPD), en lo que va del año hubo 428 homicidios en la ciudad, es decir un 16.2 por ciento menos que el año pasado, cuando se registraron 511 en esta misma fecha.
Las cifras confirman que la gran manzana se ha convertido en la gran ciudad más segura de EE UU, tras revertir en la última década estadísticas que la colocaban entre las más peligrosas.
Nueva York registró su tasa de homicidios más alta en 1990, con 2,245 muertes, muchas de ellas provocadas por personas desconocidas por la víctima, a menudo en situaciones de violencia callejera.
Actualmente, según las cifras del NYPD, sólo un 35 por ciento de los homicidios fueron perpetrados por extraños, mientras que el resto fue resultado de violencia entre familiares, conocidos o miembros de una misma banda delictiva.
Sin embargo, en algunos barrios de Nueva York, que cuenta 8.2 millones de habitantes, la cantidad de homicidios aumentó, como por ejemplo Brooklyn Norte, donde hubo un 10.6 por ciento más de muertes. En Queens norte también aumentaron.
En los años 90 hubo 30 homicidios por cada 100,000 personas, hoy esa tasa es de 6 por cada 100,000 habitantes. Se trata del nivel más bajo desde 1963.
Fuente: Agence France Presse
El informe anual número 14 de City y Crime Rankings: Crime in Metropolitan America ("Lista de ciudades según sus niveles delictivos en área metropolitanas de EEUU'') publicado por CQ Press, una unidad de Congressional Quarterly Inc., está basado en el informe de estadísticas delictivas del FBI del pasado 24 de septiembre.
El informe estudia 378 ciudades con por lo menos 75,000 habitantes basado en los niveles per cápita de homicidios, violación, robos, agresión física con agravantes, allanamientos y robo de autos.
Cada categoría delictiva se consideró separadamente y se evaluó basado en la seriedad de los casos, según dijo CQ Press.
La ciudad que ocupó el primer lugar en cuanto a delicuencia el año pasado, St. Louis, esta vez quedó en segundo lugar. Flint, otra ciudad de Michigan, quedó en tercer lugar, seguida de Oakland, California, Camden, Nueva Jersey, Birmingham, Alabama, North Charleston, Carolina del Sur, Memphis, Tennessee, Richmond, California, y Cleveland.
En el estudio, Mission Viejo, California, quedó como la ciudad más segura de EE UU, seguida de Clarkstown, Nueva Jersey, Brick Township, Nueva Jersey, Amherst, Nueva York, y Sugar Land, Texas.
Ben Krasney, portavoz de CQ Press, dijo que los detalles del sistema utilizado para catalogar son privados. Fueron compilados por Kathleen O'Leary Morgan y Scott Morgan, cuya compañía Morgan Quitno Press publicaba el análisis hasta que CQ Press la adquirió.
Detroit quedó como la capital de asesinatos del país en los años 80, y según la Oficina del Censo ha perdido casi 1 millón de personas desde 1950. Los estadios deportivos construidos en el downtown y otras bases corporativas, además de la renovación de las márgenes del río en esta ciudad de 919,000 habitantes han detenido en cierta medida el declive, pero no han logrado revertirlo.
Los funcionarios de la ciudad dicen que los informes delictivos no sirven de ayuda tampoco. Esas clasificaciones ''les hacen un daño injustificado a muchas comunidades'', dice Michael Tonry, presidente de la ASC. También algunos alegan que las cifras no lo dicen todo, debido a las diversidades entre ciudades.
Fuente: DAVID N. GOODMAN / Associated Press.
Por otro lado la ciudad de Nueva York cayó a su nivel más bajo en décadas con menos de 500 muertes anuales.
Según estadísticas del departemento de policía de Nueva York (NYPD), en lo que va del año hubo 428 homicidios en la ciudad, es decir un 16.2 por ciento menos que el año pasado, cuando se registraron 511 en esta misma fecha.
Las cifras confirman que la gran manzana se ha convertido en la gran ciudad más segura de EE UU, tras revertir en la última década estadísticas que la colocaban entre las más peligrosas.
Nueva York registró su tasa de homicidios más alta en 1990, con 2,245 muertes, muchas de ellas provocadas por personas desconocidas por la víctima, a menudo en situaciones de violencia callejera.
Actualmente, según las cifras del NYPD, sólo un 35 por ciento de los homicidios fueron perpetrados por extraños, mientras que el resto fue resultado de violencia entre familiares, conocidos o miembros de una misma banda delictiva.
Sin embargo, en algunos barrios de Nueva York, que cuenta 8.2 millones de habitantes, la cantidad de homicidios aumentó, como por ejemplo Brooklyn Norte, donde hubo un 10.6 por ciento más de muertes. En Queens norte también aumentaron.
En los años 90 hubo 30 homicidios por cada 100,000 personas, hoy esa tasa es de 6 por cada 100,000 habitantes. Se trata del nivel más bajo desde 1963.
Fuente: Agence France Presse
Renuncia Fran Townsend
Tal y como se esperaba este lunes renuncio la coordinadora de política antiterrorista de la Casa Blanca, Frances Townsend.
El Presidente Bush dijo este lunes 19 de noviembre en un comunicado que su colaboradora Fran "ha guiado con gran habilidad al Consejo de Seguridad Interna. Ha desempeñado un papel integral en la formación de estrategias y políticas que mi gobierno ha empleado para combatir el terrorismo y proteger al pueblo estadounidense''.
Su partida representa la continuación del éxodo de miembros del gobierno de Bush, cuya presidencia está en sus últimos 15 meses.
Su partida representa la continuación del éxodo de miembros del gobierno de Bush, cuya presidencia está en sus últimos 15 meses.
No se mencionó el motivo de la partida de Townsend ni quién la reemplazará.
Otros de los funcionarios que se alejaron del gobierno este año son los consejeros presidenciales Karl Rove y Dan Bartlett, y el secretario de prensa Tony Snow.
Bush indicó en su comunicado que Townsend se había desempeñado en su puesto por más de cuatro años y medio.
"Fran siempre ha ofrecido consejos sabios sobre cómo proteger mejor a la población estadounidense de la amenaza del terrorismo'', dijo el presidente. "Ha sido una líder firme en el esfuerzo de prevenir y frustrar ataques para responder mejor a los desastres naturales''.
Townsend, que fue considerada candidata para liderar el por entonces nuevo Departamento de Seguridad Interna, con frecuencia aparecía en entrevistas de los medios de comunicación exponiendo la posición del gobierno.
Cuando un senador de la oposición demócrata le pidió a Bush que dejara de usar la frase "fascistas islámicos'' porque era ofensiva para los musulmanes, Townsend explicó la razón de esa frase.
"Lo que el presidente estaba intentando transmitir era la idea de utilizar la violencia con fines ideológicos, y eso está mal'', dijo Townsend en una rueda de prensa. ‘‘Cualquiera sea el nombre que le demos, este es el tipo de extremismo radical que quiere negarle libertad a la gente e imponer a todos una visión totalitaria de la sociedad, que nosotros objetamos''.
En su comunicado Bush dijo que Townsend llevó adelante casos de crímenes violentos, delitos de narcotráfico, casos de mafia y de fraude como fiscal adjunta de Brooklyn, Nueva York, y como fiscal adjunta en Manhattan.
Bush indicó en su comunicado que Townsend se había desempeñado en su puesto por más de cuatro años y medio.
"Fran siempre ha ofrecido consejos sabios sobre cómo proteger mejor a la población estadounidense de la amenaza del terrorismo'', dijo el presidente. "Ha sido una líder firme en el esfuerzo de prevenir y frustrar ataques para responder mejor a los desastres naturales''.
Townsend, que fue considerada candidata para liderar el por entonces nuevo Departamento de Seguridad Interna, con frecuencia aparecía en entrevistas de los medios de comunicación exponiendo la posición del gobierno.
Cuando un senador de la oposición demócrata le pidió a Bush que dejara de usar la frase "fascistas islámicos'' porque era ofensiva para los musulmanes, Townsend explicó la razón de esa frase.
"Lo que el presidente estaba intentando transmitir era la idea de utilizar la violencia con fines ideológicos, y eso está mal'', dijo Townsend en una rueda de prensa. ‘‘Cualquiera sea el nombre que le demos, este es el tipo de extremismo radical que quiere negarle libertad a la gente e imponer a todos una visión totalitaria de la sociedad, que nosotros objetamos''.
En su comunicado Bush dijo que Townsend llevó adelante casos de crímenes violentos, delitos de narcotráfico, casos de mafia y de fraude como fiscal adjunta de Brooklyn, Nueva York, y como fiscal adjunta en Manhattan.
Su Alteza Juan Carlos
- El poder del Rey/Santos Juliá
Publicado en EL PAÍS, 17/11/2007;
El 22 de noviembre de 1975 -pronto hará 32 años-, Juan Carlos de Borbón se presentaba, en el primer mensaje de la Corona, “como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y el mandato legítimo de los españoles”. Débiles títulos, a pesar de su aparente fortaleza y rotundidad: la tradición histórica había quedado, más que interrumpida, quebrada por la abdicación de Alfonso XIII; las Leyes Fundamentales franquistas tenían los días contados, aunque no faltaban reformistas dispuestos a modificarlas para que todo siguiera igual o parecido; y los españoles se habían visto privados desde febrero de 1936 de la libertad de conferir ningún mandato legítimo. En realidad, Juan Carlos de Borbón se podía presentar como Rey de España porque su antecesor en la Jefatura del Estado, en virtud de su “suprema potestad”, así lo había dispuesto.
De modo que el Rey comenzó a reinar no sólo gobernando sino acumulando toda la cantidad de poder posible; nada que ver con un monarca que debe a la tradición su acceso al trono. Su mandato procedía en exclusiva de las Leyes Fundamentales y por eso su primer empeño consistió en abrir el juego político a nuevos participantes con el propósito de ampliar las bases heredadas de la dictadura, sin romper con ella, reformando aquellas leyes hasta el límite de lo posible. En este punto, en el primer semestre de 1976, más que de transición se hablaba de reforma, y nadie había visto todavía en el Rey ningún motor, ningún piloto de ningún cambio. Por su parte, el Rey había recordado, ante el Consejo del Reino, que sólo a él correspondía “la decisión última en los asuntos más trascendentales y en los casos de decisión excepcional, grave, o de emergencia”.
Así estaban las cosas cuando el proyecto Arias-Fraga de reformar las Leyes Fundamentales entró en barrena, en medio de una movilización popular y obrera de una magnitud sin precedente y de los obstáculos surgidos en las mismas instituciones del régimen. Fue entonces cuando el Rey, haciendo uso de sus poderes, afirmó ante el Congreso de Estados Unidos: “La Monarquía hará que, bajo los principios de la democracia, se mantengan en España la paz social y la estabilidad política, a la vez que se asegure el acceso ordenado al poder de las distintas alternativas de Gobierno, según los deseos del pueblo libremente expresados”. Era una nueva concepción del papel de la Corona, ansiosa por alejarse de las fuentes de su supuesta legitimidad para presentarse como “árbitro, defensor del sistema constitucional y promotor de la justicia”.
Poder arbitral en el ejercicio de una función integradora: así percibía el Rey su posición como “monarca constitucional” en el primer mensaje a las Cortes elegidas en junio de 1977, una autodefinición algo precipitada pues aún no había Constitución y ya se había disuelto la pretensión de reformar la inexistente. Monarca constitucional lo sería al término de un proceso constituyente que se consumara con un recorte sustancial de su poder. Fue la representación del Partido Comunista, muy hábil y eficaz en el debate sobre la Monarquía, la que consiguió “que la Monarquía inevitable fuera una República coronada”, como recordaría luego Jordi Solé Tura, desbaratando la pretensión de atribuir a la Corona “efectivas competencias moderadoras y arbitrales”, de modo que se convirtiera en una “poderosa magistratura arbitral”, como soñaba el representante de UCD, Miguel Herrero de Miñón.
Insólita por su origen, la Monarquía española lo fue también por el rápido tránsito desde la acumulación de todo el poder a su limitación a un poder simbólico. ¿Sólo simbólico? Naturalmente, los constitucionalistas disputan, pero lo que no tiene discusión es que todos “los actos del Rey” necesitan para ser eficaces el refrendo del presidente del Gobierno o del ministro competente en la materia. Ocurrió, sin embargo, que cuando esta exigencia quedó clara, se produjo una nueva y extraordinaria circunstancia: la legitimidad constitucional alcanzada por esta vía se vio reforzada en el baño de adhesión popular tras un “acto del Rey” situado por necesidad al margen de la Constitución, sin posible refrendo del Gobierno: su actuación en la tarde del 23 y en la madrugada del 24 de febrero de 1981.
Lo extraordinario del caso consistió en que, a los cinco años del inicio de su reinado, Juan Carlos I, rey constitucional, que sólo podía presidir una sesión del Consejo de Ministros si se lo pedía el presidente del Gobierno, actuó como si dispusiera de una “reserva última de poder” -por decirlo con García de Enterría- suficiente para frustrar una intentona militar. Dicho más a la llana: despojado de poder había ejercido el máximo poder posible. Esta singular y contradictoria circunstancia lo catapultó a una tierra donde sólo habitan los reyes taumaturgos, en la que, hiciera en adelante lo que hiciera, se sabía al abrigo de cualquier mirada indiscreta y protegido de cualquier crítica por una nebulosa cortina, mezcla de sentimientos de gratitud y de temor, de admiración y de respeto, en los que vino a condensarse la pregunta que había quedado en el aire: ¿qué habría pasado en aquellos días de febrero si el Rey no hubiera estado allí? Y aún estando allí, ¿qué habría pasado si no hubiera dispuesto -como habría sido el caso si de un presidente de la República se hubiera tratado- de esa “reserva última de poder”?
Las preguntas sin respuesta dan lugar a relatos míticos, que llevan aparejados una suspensión de juicio que se resuelve finalmente en la práctica ritual de mirar sin tocar. La Corona, desde entonces, se mira pero no se toca. A condición, naturalmente, de que, retirada al ámbito de lo simbólico, conserve el aura de su primigenia legitimidad constitucional bañada dos años después en el calor popular. Tal vez ninguna monarquía europea ni, desde luego, ningún rey constitucional español hayan vivido más a resguardo de la crítica que el rey Juan Carlos I, un privilegio que para sí hubiera querido el último monarca de la dinastía Borbón, Alfonso XIII, expuesto desde niño a los bandazos de la opinión, que un día le mostraba su amor -aquel amor del pueblo que tanto echó en falta en abril de 1931- y al día siguiente su desprecio. Si el rey Alfonso pudiera levantar la cabeza, seguro que preguntaría a su nieto: ¿pero qué has hecho, muchacho, para merecer el sublime privilegio de mírame y no me toques en un país como éste?
Y de pronto, tras una acumulación de actos del Rey y de conductas de la familia real excesivamente expuestos a la mirada del público, ese aura mítica que rodea a la Corona se desvanece en el aire, quizá porque ya ha dado de sí todo lo que podía dar, que ya era bastante. El último acto del Rey, un acto político, en presencia, pero de nuevo sin refrendo posible del presidente del Gobierno, ha desencadenado un alud de comentarios que, no por casualidad, son más laudatorios cuanto más partidario sea quien los emite de una Corona fuerte, que actúe, que arbitre, que intervenga. Alabanzas que se mudarán en denuestos si el síndrome de la escalera que afecta al presidente de Venezuela -incapaz de reaccionar sobre la marcha- resulta tan potente como su vulgar e insolente desfachatez y acaba provocando consecuencias políticas y económicas indeseadas.
En todo caso, el último “acto del Rey” tendrá al menos una virtud. Ante la provocación de un jefe de Estado que, muy probablemente, pretendía socavar los fundamentos de esta especie de Commonwealth de países iberoamericanos reunidos una vez al año, Juan Carlos I se conduce, en todos los posibles sentidos de la expresión, como un Borbón, digno heredero de su abuelo. En esta recuperación de la tradición se esfuma o se desvela el aura mítica que escondía la más preciada reserva de su poder: la de actuar, y vivir, más allá de la crítica. A partir de ahora, tendrá que estar, como su abuelo, a las duras y a las maduras, lo cual, visto lo visto con la Corona británica, tampoco es para desesperar, aunque aquí hablamos otra lengua, el español, en la que se empieza con el tuteo pero nunca se sabe dónde se acaba.
De modo que el Rey comenzó a reinar no sólo gobernando sino acumulando toda la cantidad de poder posible; nada que ver con un monarca que debe a la tradición su acceso al trono. Su mandato procedía en exclusiva de las Leyes Fundamentales y por eso su primer empeño consistió en abrir el juego político a nuevos participantes con el propósito de ampliar las bases heredadas de la dictadura, sin romper con ella, reformando aquellas leyes hasta el límite de lo posible. En este punto, en el primer semestre de 1976, más que de transición se hablaba de reforma, y nadie había visto todavía en el Rey ningún motor, ningún piloto de ningún cambio. Por su parte, el Rey había recordado, ante el Consejo del Reino, que sólo a él correspondía “la decisión última en los asuntos más trascendentales y en los casos de decisión excepcional, grave, o de emergencia”.
Así estaban las cosas cuando el proyecto Arias-Fraga de reformar las Leyes Fundamentales entró en barrena, en medio de una movilización popular y obrera de una magnitud sin precedente y de los obstáculos surgidos en las mismas instituciones del régimen. Fue entonces cuando el Rey, haciendo uso de sus poderes, afirmó ante el Congreso de Estados Unidos: “La Monarquía hará que, bajo los principios de la democracia, se mantengan en España la paz social y la estabilidad política, a la vez que se asegure el acceso ordenado al poder de las distintas alternativas de Gobierno, según los deseos del pueblo libremente expresados”. Era una nueva concepción del papel de la Corona, ansiosa por alejarse de las fuentes de su supuesta legitimidad para presentarse como “árbitro, defensor del sistema constitucional y promotor de la justicia”.
Poder arbitral en el ejercicio de una función integradora: así percibía el Rey su posición como “monarca constitucional” en el primer mensaje a las Cortes elegidas en junio de 1977, una autodefinición algo precipitada pues aún no había Constitución y ya se había disuelto la pretensión de reformar la inexistente. Monarca constitucional lo sería al término de un proceso constituyente que se consumara con un recorte sustancial de su poder. Fue la representación del Partido Comunista, muy hábil y eficaz en el debate sobre la Monarquía, la que consiguió “que la Monarquía inevitable fuera una República coronada”, como recordaría luego Jordi Solé Tura, desbaratando la pretensión de atribuir a la Corona “efectivas competencias moderadoras y arbitrales”, de modo que se convirtiera en una “poderosa magistratura arbitral”, como soñaba el representante de UCD, Miguel Herrero de Miñón.
Insólita por su origen, la Monarquía española lo fue también por el rápido tránsito desde la acumulación de todo el poder a su limitación a un poder simbólico. ¿Sólo simbólico? Naturalmente, los constitucionalistas disputan, pero lo que no tiene discusión es que todos “los actos del Rey” necesitan para ser eficaces el refrendo del presidente del Gobierno o del ministro competente en la materia. Ocurrió, sin embargo, que cuando esta exigencia quedó clara, se produjo una nueva y extraordinaria circunstancia: la legitimidad constitucional alcanzada por esta vía se vio reforzada en el baño de adhesión popular tras un “acto del Rey” situado por necesidad al margen de la Constitución, sin posible refrendo del Gobierno: su actuación en la tarde del 23 y en la madrugada del 24 de febrero de 1981.
Lo extraordinario del caso consistió en que, a los cinco años del inicio de su reinado, Juan Carlos I, rey constitucional, que sólo podía presidir una sesión del Consejo de Ministros si se lo pedía el presidente del Gobierno, actuó como si dispusiera de una “reserva última de poder” -por decirlo con García de Enterría- suficiente para frustrar una intentona militar. Dicho más a la llana: despojado de poder había ejercido el máximo poder posible. Esta singular y contradictoria circunstancia lo catapultó a una tierra donde sólo habitan los reyes taumaturgos, en la que, hiciera en adelante lo que hiciera, se sabía al abrigo de cualquier mirada indiscreta y protegido de cualquier crítica por una nebulosa cortina, mezcla de sentimientos de gratitud y de temor, de admiración y de respeto, en los que vino a condensarse la pregunta que había quedado en el aire: ¿qué habría pasado en aquellos días de febrero si el Rey no hubiera estado allí? Y aún estando allí, ¿qué habría pasado si no hubiera dispuesto -como habría sido el caso si de un presidente de la República se hubiera tratado- de esa “reserva última de poder”?
Las preguntas sin respuesta dan lugar a relatos míticos, que llevan aparejados una suspensión de juicio que se resuelve finalmente en la práctica ritual de mirar sin tocar. La Corona, desde entonces, se mira pero no se toca. A condición, naturalmente, de que, retirada al ámbito de lo simbólico, conserve el aura de su primigenia legitimidad constitucional bañada dos años después en el calor popular. Tal vez ninguna monarquía europea ni, desde luego, ningún rey constitucional español hayan vivido más a resguardo de la crítica que el rey Juan Carlos I, un privilegio que para sí hubiera querido el último monarca de la dinastía Borbón, Alfonso XIII, expuesto desde niño a los bandazos de la opinión, que un día le mostraba su amor -aquel amor del pueblo que tanto echó en falta en abril de 1931- y al día siguiente su desprecio. Si el rey Alfonso pudiera levantar la cabeza, seguro que preguntaría a su nieto: ¿pero qué has hecho, muchacho, para merecer el sublime privilegio de mírame y no me toques en un país como éste?
Y de pronto, tras una acumulación de actos del Rey y de conductas de la familia real excesivamente expuestos a la mirada del público, ese aura mítica que rodea a la Corona se desvanece en el aire, quizá porque ya ha dado de sí todo lo que podía dar, que ya era bastante. El último acto del Rey, un acto político, en presencia, pero de nuevo sin refrendo posible del presidente del Gobierno, ha desencadenado un alud de comentarios que, no por casualidad, son más laudatorios cuanto más partidario sea quien los emite de una Corona fuerte, que actúe, que arbitre, que intervenga. Alabanzas que se mudarán en denuestos si el síndrome de la escalera que afecta al presidente de Venezuela -incapaz de reaccionar sobre la marcha- resulta tan potente como su vulgar e insolente desfachatez y acaba provocando consecuencias políticas y económicas indeseadas.
En todo caso, el último “acto del Rey” tendrá al menos una virtud. Ante la provocación de un jefe de Estado que, muy probablemente, pretendía socavar los fundamentos de esta especie de Commonwealth de países iberoamericanos reunidos una vez al año, Juan Carlos I se conduce, en todos los posibles sentidos de la expresión, como un Borbón, digno heredero de su abuelo. En esta recuperación de la tradición se esfuma o se desvela el aura mítica que escondía la más preciada reserva de su poder: la de actuar, y vivir, más allá de la crítica. A partir de ahora, tendrá que estar, como su abuelo, a las duras y a las maduras, lo cual, visto lo visto con la Corona británica, tampoco es para desesperar, aunque aquí hablamos otra lengua, el español, en la que se empieza con el tuteo pero nunca se sabe dónde se acaba.
Chávez and the King/By Jackson Diehl
Published THE WASHINGTON POST, 19/11/2007;
For the past week, the press of the Spanish-speaking world has been abuzz about a verbal slapdown of Venezuelan President Hugo Chávez by King Juan Carlos of Spain. Incensed by Chávez’s ceaseless insults and interruptions during an Ibero-American summit meeting in Chile, the normally temperate Juan Carlos turned to Latin America’s self-styled “Bolivarian” revolutionary and blurted: “Why don’t you shut up?”
The story might have lasted a day, while everyone chuckled over something that, as one Spanish newspaper put it, “should have been said a long time ago.” That it has lasted a week is the work of Chávez. He called a news conference last Monday in which he recounted the history of Spanish colonialism and compared himself to a persecuted Jesus Christ. He held another news conference Wednesday to announce that he was reviewing all ties between Venezuela and Spain. He demanded a royal apology. He even coined his own phrase: “Mr. King, I will not shut up.”
Crude and clownish, si, but also disturbingly effective. Borrowing the tried-and-true tactics of his mentor Fidel Castro, Chávez has found another way to energize his political base: by portraying himself as at war with foreign colonialists and imperialists. Even better, he has distracted the attention of the international press — or at least the fraction of it that bothers to cover Venezuela — from the real story in his country at a critical moment.
In 13 days, abetted by intimidation and overt violence that has included the gunning down of student protesters, Chávez will become the presumptive president-for-life of a new autocracy, created by a massive revision of his own constitution. Venezuela will join Cuba as one of two formally “socialist” nations in the Western hemisphere. This “revolution” will be ratified by a Dec. 2 referendum that Chávez fully expects to win despite multiple polls showing that only about a third of Venezuelans support it. Many people will abstain from voting rather than risk the retaliation of a regime that has systematically persecuted those who turned out against Chávez in the past.
Venezuelans are not giving up their freedom without a fight. Tens of thousands of students have been marching in the streets of Caracas, and the few independent media outlets that still exist have been trying to combat the unrelenting propaganda campaign being waged on state-controlled television. Some of Chávez’s longtime supporters have defected, including the recently retired defense minister, Gen. Raúl Isaías Baduel, who calls the constitutional rewrite “a coup d’etat.” The president’s response was to publicly lead a chant about Baduel that promised he “will end up before a firing squad.”
During eight years in office, Chávez has already taken control of Venezuela’s courts, congress, television stations and petroleum industry; his congress granted him the right to rule by decree. The constitutional rewrite will allow him to control the central bank and its reserves, override elected local governments with his own appointees, declare an indefinite “state of emergency” in which due process and freedom of information would be suspended, and use the army to maintain domestic political order under the slogan “fatherland, socialism or death!” It will also abolish any limit on presidential terms for a 53-year-old ruler who would otherwise be compelled to step down by 2012.
If you’re thinking you haven’t heard much about this transformation in a major oil-producing country two hours by air from Miami, you’re right. U.S. media and human rights groups have basically ignored Chávez’s latest power grab. Human Rights Watch, which has been conducting a campaign about what it says is the “human rights crisis” in neighboring, democratic Colombia in close cooperation with congressional Democrats, has issued no statement on the Venezuelan violence — including the shooting of the students by government-backed paramilitaries on Nov. 7 — and objected to only one of the 69 new constitutional articles.
The Bush administration seems to have abandoned any effort to influence events in Caracas, hamstrung by Chávez’s use of “the empire” as a foil. Worst of all, Latin America’s own democratic leaders, who rallied in the 1990s against a less-ambitious attempt by right-wing Peruvian President Alberto Fujimori to install an autocracy, have largely been silent. Unlike Chávez, Fujimori didn’t have petrodollars with which to subsidize his neighbors’ fuel or buy their debt bonds; Chavez has spent billions on both. The summit of Spanish-speaking countries would have been entirely harmonious had not Chávez himself deliberately provoked Juan Carlos. The king missed his cue; rather than addressing Chávez, he should have asked the assembled heads of state: “Why don’t you speak up?”
The story might have lasted a day, while everyone chuckled over something that, as one Spanish newspaper put it, “should have been said a long time ago.” That it has lasted a week is the work of Chávez. He called a news conference last Monday in which he recounted the history of Spanish colonialism and compared himself to a persecuted Jesus Christ. He held another news conference Wednesday to announce that he was reviewing all ties between Venezuela and Spain. He demanded a royal apology. He even coined his own phrase: “Mr. King, I will not shut up.”
Crude and clownish, si, but also disturbingly effective. Borrowing the tried-and-true tactics of his mentor Fidel Castro, Chávez has found another way to energize his political base: by portraying himself as at war with foreign colonialists and imperialists. Even better, he has distracted the attention of the international press — or at least the fraction of it that bothers to cover Venezuela — from the real story in his country at a critical moment.
In 13 days, abetted by intimidation and overt violence that has included the gunning down of student protesters, Chávez will become the presumptive president-for-life of a new autocracy, created by a massive revision of his own constitution. Venezuela will join Cuba as one of two formally “socialist” nations in the Western hemisphere. This “revolution” will be ratified by a Dec. 2 referendum that Chávez fully expects to win despite multiple polls showing that only about a third of Venezuelans support it. Many people will abstain from voting rather than risk the retaliation of a regime that has systematically persecuted those who turned out against Chávez in the past.
Venezuelans are not giving up their freedom without a fight. Tens of thousands of students have been marching in the streets of Caracas, and the few independent media outlets that still exist have been trying to combat the unrelenting propaganda campaign being waged on state-controlled television. Some of Chávez’s longtime supporters have defected, including the recently retired defense minister, Gen. Raúl Isaías Baduel, who calls the constitutional rewrite “a coup d’etat.” The president’s response was to publicly lead a chant about Baduel that promised he “will end up before a firing squad.”
During eight years in office, Chávez has already taken control of Venezuela’s courts, congress, television stations and petroleum industry; his congress granted him the right to rule by decree. The constitutional rewrite will allow him to control the central bank and its reserves, override elected local governments with his own appointees, declare an indefinite “state of emergency” in which due process and freedom of information would be suspended, and use the army to maintain domestic political order under the slogan “fatherland, socialism or death!” It will also abolish any limit on presidential terms for a 53-year-old ruler who would otherwise be compelled to step down by 2012.
If you’re thinking you haven’t heard much about this transformation in a major oil-producing country two hours by air from Miami, you’re right. U.S. media and human rights groups have basically ignored Chávez’s latest power grab. Human Rights Watch, which has been conducting a campaign about what it says is the “human rights crisis” in neighboring, democratic Colombia in close cooperation with congressional Democrats, has issued no statement on the Venezuelan violence — including the shooting of the students by government-backed paramilitaries on Nov. 7 — and objected to only one of the 69 new constitutional articles.
The Bush administration seems to have abandoned any effort to influence events in Caracas, hamstrung by Chávez’s use of “the empire” as a foil. Worst of all, Latin America’s own democratic leaders, who rallied in the 1990s against a less-ambitious attempt by right-wing Peruvian President Alberto Fujimori to install an autocracy, have largely been silent. Unlike Chávez, Fujimori didn’t have petrodollars with which to subsidize his neighbors’ fuel or buy their debt bonds; Chavez has spent billions on both. The summit of Spanish-speaking countries would have been entirely harmonious had not Chávez himself deliberately provoked Juan Carlos. The king missed his cue; rather than addressing Chávez, he should have asked the assembled heads of state: “Why don’t you speak up?”
Se deslinda el PRD
Se deslinda PRD de irrupción en Catedral
Reforma online Ciudad de México (19 de noviembre de 2007).- El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se deslindó de la irrupción de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador en la Catedral Metropolitana, que ocurrió ayer en forma paralela a una convención en el Zócalo encabezada por el tabasqueño. "(Nos) deslindamos plenamente de esos hechos", dijo el secretario general del PRD, Guadalupe Acosta, durante una entrevista con Carmen Aristegui, en la cadena W Radio."No avalamos que nadie intervenga en culto público alguno, de cualquier religión, y condenamos que haya actos que interrumpan este libre ejercicio", agregó.
Sin embargo, dijo que su partido exige una investigación sobre el porqué duró tanto tiempo el repique de las campanas del recinto, precisamente cuando la senadora Rosario Ibarra dirigía su discurso. "El PRD ni Rosario Ibarra llamaron a esto", atajó el dirigente del sol azteca, al tiempo de considerar como un despropósito responsabilizar del incidente a la legisladora del Partido del Trabajo, una reconocida luchadora social desde la década de los setenta.
Reforma online Ciudad de México (19 de noviembre de 2007).- El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se deslindó de la irrupción de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador en la Catedral Metropolitana, que ocurrió ayer en forma paralela a una convención en el Zócalo encabezada por el tabasqueño. "(Nos) deslindamos plenamente de esos hechos", dijo el secretario general del PRD, Guadalupe Acosta, durante una entrevista con Carmen Aristegui, en la cadena W Radio."No avalamos que nadie intervenga en culto público alguno, de cualquier religión, y condenamos que haya actos que interrumpan este libre ejercicio", agregó.
Sin embargo, dijo que su partido exige una investigación sobre el porqué duró tanto tiempo el repique de las campanas del recinto, precisamente cuando la senadora Rosario Ibarra dirigía su discurso. "El PRD ni Rosario Ibarra llamaron a esto", atajó el dirigente del sol azteca, al tiempo de considerar como un despropósito responsabilizar del incidente a la legisladora del Partido del Trabajo, una reconocida luchadora social desde la década de los setenta.
No obstante, Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, señaló en el mismo espacio radiofónico que Rosario Ibarra incitó, durante su discurso, a que un grupo de convencionistas irrumpieran en la Catedral.
Incluso, anunció que presentarán una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República (PGR), y pidió a la senadora Ibarra no escudarse en su fuero constitucional para no encarar su presunta responsabilidad en los hechos.
Martínez dijo que la Iglesia Católica lo menos que espera es "un acto de desagravio" por parte de la legisladora petista. "Les juro por la memoria de mi hijo, que no fue esa mi intención", replicó la legisladora. Asimismo, aseguró ser respetuosa de los católicos y aclaró que nunca pensó que su comentario haya incitado a un grupo de seguidores de López Obrador para ingresar a la Catedral. Sin embargo, sostuvo que le parece muy sospechoso que el tañer de campanas haya durado casi 15 minutos.
Martínez, por su parte, también criticó que el Jefe de Gobierno capitalino no haya condenado el hecho, aunque reconoció que Marcelo Ebrard sólo prometió ofrecer garantías para la libertad de culto. Ebrard declaró por la mañana que la Catedral, por ser un monumento histórico federal, no puede cerrar sus puertas de manera unilateral. Hora de publicación: 09:50 hrs.
Se deslinda Convención Nacional de irrupción violenta en Catedral
Notimex / La Jornada On Line
México, DF. La Convención Nacional Democrática (CND) se deslindó de la irrupción violenta de personas a la Catedral Metropolitana y no descartó la posibilidad de que haya sido un acto montado para desacreditar el movimiento.
El coordinador de la Comisión Operativa de la CND, Rafael Hernández, aseguró que la convención es respetuosa de todas las creencias y demandó una investigación a fondo.
En entrevista, calificó como ridículo el anuncio del cierre del templo, pues 90 por ciento de los participantes en los actos son católicos o creyentes guadalupanos.
Aunque lamentó lo ocurrido, consideró una provocación el repique de las campanas de la Catedral durante más de nueve minutos, cuando la senadora del Partido del Trabajo (PT), Rosario Ibarra de Piedra, pronunciaba un discurso sobre el respeto a los derechos humanos.
En ningún momento se llamó a los seguidores de Andrés Manuel López Obrador a responder a esa "provocación de quienes accionaron las campanas" y en cambio "le pedí a la legisladora no se detuviera y continuara su discurso, lo cual hizo", indicó.
A su parecer, el llamado a misa se hace brevemente, pues "hemos estado en otros actos de la convención y de campaña, que coinciden con la homilía del domingo y las campanas de Catedral se mantenían calladas, por respeto a la gente ahí reunida y en esta ocasión las echaron al vuelo en un tiempo excesivo".
Consideró que esa circunstancia está siendo utilizada "para golpear y desacreditar a la convención, está claro que no tenemos nada que ver con ello, fue una provocación en la cayeron algunas de las personas que estaban reunidas en el Zócalo", las cuales incluso, no descartó que pudieran hacer sido infiltradas con ese propósito.
"Es posible que haya habido infiltrados, pero también dentro de las personas había mucha molestia por esa provocación que hicieron quienes accionaron las campanas", abundó.
Del anuncio del cierre de la Catedral a raíz de la irrupción violenta, Hernández consideró que los prelados deberían actuar con responsabilidad ante sus feligreses y magnificar lo ocurrido.
Se deslinda Convención Nacional de irrupción violenta en Catedral
Notimex / La Jornada On Line
México, DF. La Convención Nacional Democrática (CND) se deslindó de la irrupción violenta de personas a la Catedral Metropolitana y no descartó la posibilidad de que haya sido un acto montado para desacreditar el movimiento.
El coordinador de la Comisión Operativa de la CND, Rafael Hernández, aseguró que la convención es respetuosa de todas las creencias y demandó una investigación a fondo.
En entrevista, calificó como ridículo el anuncio del cierre del templo, pues 90 por ciento de los participantes en los actos son católicos o creyentes guadalupanos.
Aunque lamentó lo ocurrido, consideró una provocación el repique de las campanas de la Catedral durante más de nueve minutos, cuando la senadora del Partido del Trabajo (PT), Rosario Ibarra de Piedra, pronunciaba un discurso sobre el respeto a los derechos humanos.
En ningún momento se llamó a los seguidores de Andrés Manuel López Obrador a responder a esa "provocación de quienes accionaron las campanas" y en cambio "le pedí a la legisladora no se detuviera y continuara su discurso, lo cual hizo", indicó.
A su parecer, el llamado a misa se hace brevemente, pues "hemos estado en otros actos de la convención y de campaña, que coinciden con la homilía del domingo y las campanas de Catedral se mantenían calladas, por respeto a la gente ahí reunida y en esta ocasión las echaron al vuelo en un tiempo excesivo".
Consideró que esa circunstancia está siendo utilizada "para golpear y desacreditar a la convención, está claro que no tenemos nada que ver con ello, fue una provocación en la cayeron algunas de las personas que estaban reunidas en el Zócalo", las cuales incluso, no descartó que pudieran hacer sido infiltradas con ese propósito.
"Es posible que haya habido infiltrados, pero también dentro de las personas había mucha molestia por esa provocación que hicieron quienes accionaron las campanas", abundó.
Del anuncio del cierre de la Catedral a raíz de la irrupción violenta, Hernández consideró que los prelados deberían actuar con responsabilidad ante sus feligreses y magnificar lo ocurrido.
Sobredimensionaron el incidente en Catedral: PRD
Jorge Octavio Ochoa
Jorge Octavio Ochoa
El Universal On lline, Ciudad de México Lunes 19 de noviembre de 2007;
El vocero Gerardo Fernández Noroña, que la respuesta del arzobispado de cerrar el recinto es sólo un “intento de escalar” el conflicto
El PRD declaró hoy que se ha “sobredimensionado el incidente” ocurrido el domingo pasado en la Catedral.
Lugo de una serie de consultas con el líder nacional de su partido, Gerardo Fernández Noroña, secretario de comunicación del CEN del PRD advirtió que la respuesta del arzobispado, de cerrar la Catedral indefinidamente tras los sucesos del domingo sólo son “un intento de escalar” el conflicto.
Como se recordará, el fin de semana decenas de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se introdujeron al atrio de la iglesia y causaron destrozos 10 minutos antes del medio día.
Ello, porque durante la Convención Nacional Democrática que se realizaba en el Zócalo de pronto se escuchó un inusual repique de campanas en Catedral que duró poco más de nueve minutos.
Durante el mitin, Rosario Ibarra tuvo que guardar silencio unos minutos y luego comentó: “O las campanas saludan a esta convención o tratan de acallar las voces del pueblo... hay que indagarlo”.
Inopinadamente un grupo de presuntos delegados a dicha convención se introdujo al recinto y causó destrozos pasado el medio día.
En respuesta, esta mañana Leonel Cota Montaño líder del PRD, autorizó a Gerardo Fernández Noroña para fijar la postura del partido al respecto.
Al secretario de comunicación advirtió que los medios de comunicación sobredimensionaron el hecho y admitió que no ayuda a la paz pública del país el que se haga política dentro de los recintos religiosos o que se irrumpa de la manera en que ayer lo hicieron algunos manifestantes.
“Pido disculpas a quien se haya sentido agraviado por la entrada de personas a la Catedral... y pido disculpas por quienes se sintieron agraviados por el repique de campanas”.
Noroña rechazó que el asunto se les haya salido de las manos y advirtió que si hay paz en el país es porque, aseguró, “nos la deben a nosotros. Es injusta la campaña permanente de acoso al partido, de descalificación”, concluyó.
fllq/alcr
El PRD declaró hoy que se ha “sobredimensionado el incidente” ocurrido el domingo pasado en la Catedral.
Lugo de una serie de consultas con el líder nacional de su partido, Gerardo Fernández Noroña, secretario de comunicación del CEN del PRD advirtió que la respuesta del arzobispado, de cerrar la Catedral indefinidamente tras los sucesos del domingo sólo son “un intento de escalar” el conflicto.
Como se recordará, el fin de semana decenas de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se introdujeron al atrio de la iglesia y causaron destrozos 10 minutos antes del medio día.
Ello, porque durante la Convención Nacional Democrática que se realizaba en el Zócalo de pronto se escuchó un inusual repique de campanas en Catedral que duró poco más de nueve minutos.
Durante el mitin, Rosario Ibarra tuvo que guardar silencio unos minutos y luego comentó: “O las campanas saludan a esta convención o tratan de acallar las voces del pueblo... hay que indagarlo”.
Inopinadamente un grupo de presuntos delegados a dicha convención se introdujo al recinto y causó destrozos pasado el medio día.
En respuesta, esta mañana Leonel Cota Montaño líder del PRD, autorizó a Gerardo Fernández Noroña para fijar la postura del partido al respecto.
Al secretario de comunicación advirtió que los medios de comunicación sobredimensionaron el hecho y admitió que no ayuda a la paz pública del país el que se haga política dentro de los recintos religiosos o que se irrumpa de la manera en que ayer lo hicieron algunos manifestantes.
“Pido disculpas a quien se haya sentido agraviado por la entrada de personas a la Catedral... y pido disculpas por quienes se sintieron agraviados por el repique de campanas”.
Noroña rechazó que el asunto se les haya salido de las manos y advirtió que si hay paz en el país es porque, aseguró, “nos la deben a nosotros. Es injusta la campaña permanente de acoso al partido, de descalificación”, concluyó.
fllq/alcr
Afirman que hubo “mano negra” en incidente en Catedral
Ella Grajeda, reportera.
El Universal on line, Ciudad de México Lunes 19 de noviembre de 2007;
Enfatiza el diputado perredista en la ALDF que fue raro que el cardenal Norberto Rivera no estuviera presente, que abrieran todas las puertas y que las campanas repicaran en forma insistente
Agustín Guerrero, vicecoordinador del grupo parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa, aseguró que atrás del incidente sucedido ayer en la Catedral Metropolitana hubo "mano negra", ya que fue raro que el cardenal Norberto Rivera no estuviera presente, que abrieran todas las puertas del inmueble y la campanas repicaran en forma insistente.
Reconoció que los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador cayeron en una provocación, por lo que hizo un llamado para evitar este tipo actitudes.
Entrevistado durante el desfile que organizó el gobierno local con motivo de la celebración del centenario de la Revolución Mexicana, el diputado perredista comentó que algunos de los que entraron a la catedral son ajenos al movimiento democrático.
Incluso, señaló que el toque de campanas que llamaba a la misa fue insistente, lo que molestó a varios de los asistentes.
"Yo conozco como repican las campanas en la Catedral y ayer detecté que fueron muy largas y pausadas", indicó.
Dijo que no esta en riesgo la libertad de culto. Pero, recalcó, que ayer hubo un interés especial por parte de la iglesia católica de provocar a los integrantes de la Convención Nacional Democrática.
fllq/alcr
Agustín Guerrero, vicecoordinador del grupo parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa, aseguró que atrás del incidente sucedido ayer en la Catedral Metropolitana hubo "mano negra", ya que fue raro que el cardenal Norberto Rivera no estuviera presente, que abrieran todas las puertas del inmueble y la campanas repicaran en forma insistente.
Reconoció que los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador cayeron en una provocación, por lo que hizo un llamado para evitar este tipo actitudes.
Entrevistado durante el desfile que organizó el gobierno local con motivo de la celebración del centenario de la Revolución Mexicana, el diputado perredista comentó que algunos de los que entraron a la catedral son ajenos al movimiento democrático.
Incluso, señaló que el toque de campanas que llamaba a la misa fue insistente, lo que molestó a varios de los asistentes.
"Yo conozco como repican las campanas en la Catedral y ayer detecté que fueron muy largas y pausadas", indicó.
Dijo que no esta en riesgo la libertad de culto. Pero, recalcó, que ayer hubo un interés especial por parte de la iglesia católica de provocar a los integrantes de la Convención Nacional Democrática.
fllq/alcr
Lamentan desde El Vaticano irrupción violenta en Catedral
Notimex El Universal on line
Notimex El Universal on line
Ciudad del Vaticano Lunes 19 de noviembre de 2007
Enfatiza el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguilar Retes, que los actos de vandalismo nunca son el camino correcto para expresar la diferencia de ideas u opiniones
Autoridades religiosas lamentaron hoy desde El Vaticano la irrupción violenta de militantes de un partido político opositor en la catedral de la Ciudad de México, lo que motivó el cierre indefinido del templo.
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, señaló que los actos de vandalismo nunca son el camino correcto para expresar la diferencia de ideas u opiniones.
"Es una lamentable situación, porque una cosa es la opinión de un obispo sobre cualquier circunstancia y la libertad para expresar y otra es la animadversión contra representantes de la Iglesia Católica", indicó.
Consultado en la Domus Santa Marta, al interior del Vaticano, el también obispo de Texcoco se refirió así a la irrupción violenta de varias decenas de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) este domingo antes de la misa del mediodía.
El repique de campanas de la catedral de la Ciudad de México, a las 12:00 horas locales cuando iniciaba un mitin en el zócalo de la Convención Nacional Democrática del PRD, desató el enojo de un grupo de personas que ingresó al templo causando destrozos.
"Lo lamentamos siempre, nos parece que ese no es el camino, se corre el riesgo de provocar una reacción de parte de la feligresía, podría ser un motivo de ruptura que no viene nada bien en el contexto nacional", señaló Aguiar Retes.
Agregó que si bien se trata de un "asunto local" el mismo cobró repercusión en todo México porque se dio en un lugar simbólico del catolicismo como es la catedral. "No es lo mismo que se hubiera dado en cualquier otra parte", dijo.
Por otra parte, el rector del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, Francisco Ramírez, indicó que es lamentable y reprobable cualquier acto de violencia.
"La gente tiene derecho a manifestarse, pero dentro de ciertos límites que concede la propia ley, cuando violentas un edificio y un espacio público o privado eso es totalmente reprobable", señaló el sacerdote.
Al respecto, el embajador de México ante El Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, condenó la intolerancia, pero aclaró que las agresiones contra el templo y contra el cardenal Norberto Rivera Carrera, no son tema de la relación diplomática.
"Evidentemente cualquier acto de intolerancia no es aceptable ni por principio, ni en este caso ni para cualquier persona o circunstancia, no es admisible. No existe comentario al respecto ni ha sido tema de la relación bilateral", ponderó.
Como consecuencia de la acción violenta, la Arquidiócesis de la capital mexicana informó que la catedral permanecerá cerrada hasta que se pueda garantizar la seguridad de los feligreses.
fllq/grg
Enfatiza el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguilar Retes, que los actos de vandalismo nunca son el camino correcto para expresar la diferencia de ideas u opiniones
Autoridades religiosas lamentaron hoy desde El Vaticano la irrupción violenta de militantes de un partido político opositor en la catedral de la Ciudad de México, lo que motivó el cierre indefinido del templo.
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, señaló que los actos de vandalismo nunca son el camino correcto para expresar la diferencia de ideas u opiniones.
"Es una lamentable situación, porque una cosa es la opinión de un obispo sobre cualquier circunstancia y la libertad para expresar y otra es la animadversión contra representantes de la Iglesia Católica", indicó.
Consultado en la Domus Santa Marta, al interior del Vaticano, el también obispo de Texcoco se refirió así a la irrupción violenta de varias decenas de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) este domingo antes de la misa del mediodía.
El repique de campanas de la catedral de la Ciudad de México, a las 12:00 horas locales cuando iniciaba un mitin en el zócalo de la Convención Nacional Democrática del PRD, desató el enojo de un grupo de personas que ingresó al templo causando destrozos.
"Lo lamentamos siempre, nos parece que ese no es el camino, se corre el riesgo de provocar una reacción de parte de la feligresía, podría ser un motivo de ruptura que no viene nada bien en el contexto nacional", señaló Aguiar Retes.
Agregó que si bien se trata de un "asunto local" el mismo cobró repercusión en todo México porque se dio en un lugar simbólico del catolicismo como es la catedral. "No es lo mismo que se hubiera dado en cualquier otra parte", dijo.
Por otra parte, el rector del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, Francisco Ramírez, indicó que es lamentable y reprobable cualquier acto de violencia.
"La gente tiene derecho a manifestarse, pero dentro de ciertos límites que concede la propia ley, cuando violentas un edificio y un espacio público o privado eso es totalmente reprobable", señaló el sacerdote.
Al respecto, el embajador de México ante El Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, condenó la intolerancia, pero aclaró que las agresiones contra el templo y contra el cardenal Norberto Rivera Carrera, no son tema de la relación diplomática.
"Evidentemente cualquier acto de intolerancia no es aceptable ni por principio, ni en este caso ni para cualquier persona o circunstancia, no es admisible. No existe comentario al respecto ni ha sido tema de la relación bilateral", ponderó.
Como consecuencia de la acción violenta, la Arquidiócesis de la capital mexicana informó que la catedral permanecerá cerrada hasta que se pueda garantizar la seguridad de los feligreses.
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Martínez Nateras al IFE
Carta de intención de Arturo Martínez Nateras para presidir el Instituto Federal Electoral.
México, DF 2007-11-20C Diputado Héctor Larios Córdova
Presidente de la Junta de Coordinación Política
De la Cámara de Diputados
C Diputado Diódoro Humberto Carrasco AltamiranoPresidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados
Señores diputados:
Solicito formalmente mi inscripción como aspirante al cargo de consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).
Intento una hazaña en solitario.
Cometo un acto de audacia civil. No cabildearé, ni ofreceré, ni comprometeré nada a cambio. Solicito mi inscripción porque puedo. Sería un nuevo y craso error que quienes pugnamos por una mayor participación ciudadana abandonásemos por abstención o por omisión un espacio en donde se toman algunas de las decisiones más importantes de la vida política nacional. Intento inscribirme para abrir nuevos caminos y muy amplios senderos al México de la democracia y de la justicia.
Tengo conocimientos, he aportado ideas innovadoras, soy un practicante de mis principios electorales.
Mi trayectoria en la lucha por un sistema electoral mexicano democrático tiene algunas credenciales.
México, DF 2007-11-20C Diputado Héctor Larios Córdova
Presidente de la Junta de Coordinación Política
De la Cámara de Diputados
C Diputado Diódoro Humberto Carrasco AltamiranoPresidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados
Señores diputados:
Solicito formalmente mi inscripción como aspirante al cargo de consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).
Intento una hazaña en solitario.
Cometo un acto de audacia civil. No cabildearé, ni ofreceré, ni comprometeré nada a cambio. Solicito mi inscripción porque puedo. Sería un nuevo y craso error que quienes pugnamos por una mayor participación ciudadana abandonásemos por abstención o por omisión un espacio en donde se toman algunas de las decisiones más importantes de la vida política nacional. Intento inscribirme para abrir nuevos caminos y muy amplios senderos al México de la democracia y de la justicia.
Tengo conocimientos, he aportado ideas innovadoras, soy un practicante de mis principios electorales.
Mi trayectoria en la lucha por un sistema electoral mexicano democrático tiene algunas credenciales.
Cierre de la Catedral: reacciones
Reaciones en los medios impresos
Rayuela de La Jornada
Quienes idearon los 12 minutos de campanazos cumplieron plenamente con su objetivo.
Prolongado tañido de las campanas de Catedral irrita a asistentes a la CND;
La Jornada, 19/11/2007;Partidarios de López Obrador entran al templo para denunciar boicot al encuentro
El recinto, cerrado hasta que sea posible “ejercer la libertad de culto”, anuncia la curia
Gabriel León, Alma E. Muñoz y Enrique Méndez, reporteros-Asistentes a la asamblea de la CND irrumpieron en la Catedral en protesta porque las campanas del templo repicaron más de 12 minutos durante la realización del encuentro Foto: Cristina RodríguezJusto cuando se realizaba en el Zócalo la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND), encabezada por Andrés Manuel López Obrador, de manera inusual las campanas de la Catedral Metropolitana repicaron durante más de 12 minutos, lo que provocó la ira de decenas de simpatizantes del perredista que irrumpieron en el templo, donde acusaron al cardenal Norberto Rivera Carrera de pretender boicotear el acto.
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