16 dic 2007

Entrevista a Sergio Aguayo

Karla Garduño Morán entrevista a Sergio Aguayo
Publicado en el suplemento Enfoque de Reforma, 16/12/2007;
Falla el PAN en derechos humanos
La transición de gobiernos del PRI a gobiernos del PAN no supuso una mejora en materia de derechos humanos. Fox y Calderón no han sido represores, señala el especialista, pero sí omisos. "El país adolece de una doctrina moderna de seguridad nacional, de una estrategia clara, coherente e integral para combatir el crimen organizado"
En un año marcado por el combate al narcotráfico y la presencia del Ejército en las calles, el tema de los derechos humanos ha sido desplazado. Sin ser un represor, el presidente Felipe Calderón ha solapado, con su desinterés, a los represores. Éste es el diagnóstico de Sergio Aguayo, investigador de El Colegio de México y autor de El almanaque mexicano 2008 (Aguilar).
"Los mismos errores que cometieron Díaz Ordaz y Echeverría, los cometen Vicente Fox y Felipe Calderón en ese terreno. No son represores, porque Fox ni Calderón lo son. Simplemente no le dan importancia y entonces alimentan a represores. Si no hay castigos, cualquiera puede hacer las barbaridades que cometió Marín", considera el especialista en seguridad nacional y derechos humanos.
El investigador señala que ambos temas, seguridad y derechos humanos, son las dos caras de la misma moneda, pero lamenta que en el segundo no exista un compromiso por parte del Estado.
"El reto de defender los derechos vuelve a caer en una sociedad que no tiene los recursos para hacerlo, que en algunos casos extremos alimenta visiones ultra-radicales de la sociedad y justifica y da sustento a organizaciones como el EPR", dice.
Después del fracaso de instituciones como la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), creada por Fox en 2002 para investigar y enjuiciar los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad del Estado contra disidentes y grupos de oposición, el gobierno no ha mostrado más interés por el tema, denuncia Aguayo.
"Pienso que estamos una vez más ante una farsa en ese tema. Estoy profundamente decepcionado por el historial de los gobiernos federales panistas en el tema de derechos humanos", advierte, "nos vamos a los estados y ahí hay peores que los panistas -Puebla, Oaxaca-, aquello es la barbarie en derechos humanos, pero ésos forman parte del México del Pleistoceno, uno supondría que con Fox y Calderón esos temas iban a tener la majestad que hace falta y no fue así".
-¿Cómo debe ser tratado el EPR, como terroristas, guerrilleros o un grupo en busca de la defensa de los derechos humanos?
-Deben ser tratados como una asignatura pendiente del Estado. El gobierno de Fox no entendió nunca que la verdad sobre la violación masiva de derechos humanos forma parte de un proceso de reconciliación; y la forma tan majadera como manejaron la exigencia para conocer la verdad sobre desaparecidos confirmó a los ojos de los sectores más radicales que es un Estado al que no le importan esos temas.
El Estado mexicano sigue teniendo un gran pendiente. Hay entidades en donde hay un convencimiento pleno de que no existe forma de satisfacer sus demandas por la vía pacífica, y muchos pensamos lo mismo después de ver el fallo de la Suprema Corte sobre Lydia Cacho. Las acciones del EPR son terroristas, pero el almácigo donde se nutren forma parte de un drama humanitario y de una tragedia en términos de justicia social, porque existe un México marginado, golpeado, maltratado, al que ni se le da para comer ni se le dan los instrumentos para que se haga justicia.
-¿Qué tanto deben considerarse para la agenda de seguridad amenazas como la del EPR?
-Forma parte de la seguridad nacional. En el 2007 dieron golpes muy espectaculares y muy impresionantes y forman parte de la agenda de riesgos. No tienen la dimensión del crimen organizado, operan en unos cuantos estados, son dos centenares probablemente de efectivos, no más, y sus recursos son limitados, pero aún así es una realidad. Una hipótesis que habría que estudiar es que su grado de efectividad creció después del 2006. La polarización empujó tal vez a un centenar de nuevos militantes que en el 2007 empezaron a operar sin ser conocidos por los aparatos de inteligencia. Si no, no se explica, porque son organizaciones bastante infiltradas y de repente tienen la capacidad de movilizar comandos al Bajío, donde no tenían bases sociales.
Narco: compromiso sin plan
En su Almanaque mexicano 2008, en el que pretende ofrecer instantáneas de la situación del país a partir de las cifras disponibles, Aguayo dedica un capítulo especial al narcotráfico, considerando que se trata de uno de los problemas más importantes que enfrenta México, así como la prioridad del gobierno en turno.

-En la agenda de seguridad, ¿le parece que las prioridades actualmente están bien definidas?Están bien definidas, lo que les falta es una estrategia para combatirlas.
-El país adolece de una doctrina moderna de seguridad nacional, de una estrategia clara, coherente e integral para combatir el crimen organizado. No que lo que estén haciendo esté mal, sino que no está integrado en una visión de largo plazo en la cual el Estado tiene claridad de a dónde quiere ir y cómo va a llegar.
-¿Cómo se debe entender una doctrina de seguridad nacional?
-Primero como un diagnóstico integral sobre las amenazas a la seguridad, lo cual supone un proceso de consulta con los sectores de poder real. Una vez consensuado, se debe armar una estrategia que fije con claridad a qué factor de esa agenda de riesgos se le va a dar más peso. Si hablamos de la principal amenaza a la seguridad que es el narcotráfico, las operaciones conjuntas fueron una decisión improvisada, tomada como una reacción lógica e inevitable ante la debilidad del Estado y a la fortaleza del crimen organizado. En el almanaque se compara el número de efectivos prometidos y el número de efectivos enviados, lo que muestra que no tenían preparadas las tropas para enviarlas.
Tampoco es una doctrina integral porque está disociado el combate al tráfico y a la producción de las actividades para prevenir el consumo. El consumo es el ausente, no de la retórica, sino de ese plan integral.
El gobierno de México está más preocupado por seguir una estrategia que conviene a Washington, a quien conviene que detengamos la producción y el tráfico. Nos estamos quedando sin atender la prevención, que es algo que debimos haber anticipado hace 15 años, porque seguridad nacional supone anticipación.

-Esa desatención a la prevención ¿sería entonces más una ineptitud para planear que el desinterés por esos asuntos?
-Hacen lo que pueden, pero han sido políticas muy reactivas y muy poco constantes. Desde hace 26 años he observado los picos de interés y desinterés, porque no ha habido una política de estado.
-¿O sea que se están tomando decisiones sin suficiente información previa?
-Digamos que no está la información para este plan integral; aunque sí para hacer operaciones. Por ejemplo, tienen claro cuántos cárteles son, cuáles son los principales líderes y hay algunas dependencias gubernamentales que al tener más permanencia tienen más información.
-Con la creación en el 2005 del Consejo de Seguridad Nacional, por ejemplo, ¿hubo mayores avances en las políticas de seguridad?
-Se aprobó la ley y se creó una estructura que es un poco más amplia en el papel, pero no quiere decir que haya coordinación. El sexenio de Fox fue una tragedia en temas de seguridad nacional. En el 2001 se intentó actualizar la doctrina, con Adolfo Aguilar Zinser como consejero de Seguridad Nacional, lo intentó, fracasó y luego ya se le olvidó a Fox; para él la única amenaza a la seguridad era Andrés Manuel López Obrador.
-¿Ahora las cosas están mejorando?
-Hay indicios, pero el daño ya fue demasiado y el crimen organizado creció a niveles impresionantes, y no tenemos la información suficiente para saber cosas como cuántos sicarios hay; es una pregunta elemental, si uno ve sus tropas se pregunta más o menos cuántos tiene el enemigo.
Un militar de alto rango me hizo una descripción muy clara sobre las deserciones. Saben que los cárteles de la droga envían a sus reclutadores a los bares que están cerca de los cuarteles, ahí seleccionan cuáles son los mejores y a ésos les ofrecen mil pesos diarios. Entonces, el Ejército en cierto sentido está capacitando, con una educación elemental, a futuros sicarios. Y sobre ese tema no existe la suficiente información.
-Según datos del almanaque, de 2000 a 2006 las deserciones aumentaron de 114 mil 323 a 123 mil 218. Ahora que los militares están en las calles, ¿el riesgo de la deserción es más grave?
-Es uno de los riesgos ahora, pero el gobierno federal ya no tenía otra alternativa, ya no quedaba nada más que sacar al Ejército, se fueron carcomiendo la Federal de Seguridad en 1985; la Judicial Federal ya no existe, ni los pueden correr porque se ampararon y ahí están, cobrando en la AFI, efectivos que no pueden emplear porque no confían en ellos. Espero que funcione mejor; es que Fox fue un desastre, en ese tema en particular y ahora hay un poco más de orden, un poco más de claridad de a dónde quieren llegar.
-Al inicio de su gobierno Felipe Calderón aumentó los ingresos de los militares en un intento por subir su nivel de vida, ¿le parece que esas acciones son las indicadas?
-Claro, en el sexenio pasado un soldado ganaba tres mil pesos al mes y como sicario ganaba 30 mil, por tanto las cifras son bien elocuentes.
-Pero un soldado que ganaba 3 mil 500 pesos ahora percibe 5 mil 200; los sueldos siguen siendo más bajos.
Pero no cualquiera se lanza a una carrera donde las esperanzas de vida son muy reducidas, es un submundo muy violento.
-El presupuesto dedicado al narco, que tampoco queda muy claro en los desgloses, ¿le parece suficiente?
-Va a hacer falta que empleen más recursos, que los empleen mejor, que mejoren muchísimo en el área de inteligencia. Es el sentido de la Iniciativa Mérida, fundamentalmente tiene que ver con adquirir en Washington la capacitación y el software para generar inteligencia de mayor calidad, que es lo que permite dar golpes más efectivos.
¿A usted qué le parece la Iniciativa Mérida?
-Incierta. Una vez más, el problema que tiene es que está disociada de un plan integral, no incorpora a una visión de conjunto que permita darle una mejor dimensión.
-Hay quienes dicen que es vista en Estados Unidos como una oportunidad para intervenir en las políticas de seguridad de México, ¿esto podría ser benéfico o dañino para el país?
-Como todo, depende qué se le ve. De que va a haber más intervención de Washington a temas de seguridad es indudable; que Washington busca sus beneficios, también. Basta ver el escudo del Comando del Norte, en donde está un águila calva, el símbolo de Estados Unidos, con las alas cubriendo nuestro territorio. Para ellos es una oportunidad de acceder a las Fuerzas Armadas, que ha sido su objetivo desde siempre. Eso sería negativo desde cierto punto, si no hay conciencia y si no hay claridad sobre los procesos.
-¿Para México sí es prioritario un programa conjunto con Estados Unidos en materia de seguridad?
-No es que sea prioritario, es que es inevitable. El Estado mexicano está anémico, Fox lo entregó casi comatoso, entonces la recuperación del paciente va a llevar tiempo. Lo ideal hubiera sido, si existiera una política de Estado, que desde hace años se hubiera planeado la creación del software que se requiere para procesar cierta información, pero no es el caso; entonces, México carece de la tecnología para enfrentarse con éxito a cárteles extraordinariamente sofisticados y con una capacidad de adquisición de lo último en tecnología. Es inevitable, por eso es necesario poner la información.
-¿Cómo nos afectará el resultado de las elecciones en Estados Unidos en 2008?
-A la seguridad del mundo le conviene que se vayan los neoconservadores, tienen casi 20 años influyendo y han incrementado la inseguridad en el mundo, por lo tanto, por la seguridad global, es saludable que pierdan los republicanos.
En busca de información
Los almanaques que desde el 2000 publica el investigador Sergio Aguayo (con excepción del 2001 y 2006) pretenden ser una expresión de una mayor transparencia; sin embargo, el autor ha encontrado que en algunos temas la información es desigual y que en otros ni siquiera está disponible, como en el caso del capítulo especial de la edición 2008, dedicado al narcotráfico.
"Ahí sí fue arduo conseguir información, y luego la certeza de encontrar que la principal amenaza a la seguridad nacional cuente con tan poca información confiable. Abundan las estimaciones o simplemente no hay información, lo cual sorprende bastante, porque uno esperaría que sobre ese problema hubiera algo más de información procesada", señala el autor de La charola.
Además de ofrecer un panorama general de la situación de México en materias como la economía, el empleo, la política o la seguridad, Aguayo pretende con sus almanaques hacer un ejercicio de análisis de las transformaciones más importantes del país, para lo cual es preciso no sólo contar con la información, sino también interpretar los indicadores.
"Lo que le hace falta para responder a los retos de interpretar y hacer instantáneas de un país es presentar más cifras procesadas que permitan ver los indicadores oficiales y lo que resulta de confrontarlos con otras variables. El segundo reto es incorporar lo estatal y lo local, para contrastar. Hace falta un ejercicio más metódico y sistemático para que estas dos variables sean una constante que recorra intelectualmente la obra", apunta el especialista de El Colegio de México.
En respuesta a los problemas emergentes del país e incluso del ambiente mundial, en las siguientes ediciones Aguayo dice que procurará incluir capítulos especiales dedicados al cambio climático y los esfuerzos que las tres ciudades principales de México -el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara- están haciendo por combatirlo, así como otro dedicado a las transformaciones en el carácter de los mexicanos y uno más para la Iniciativa Mérida.

Más sobre la crisis en la CIA

Publicado el domingo 16 de diciembre del 2007 en el Nuevo Herald
Renuencia a pesquisa sobre videos con torturas
DAN EGGEN y JODY WARRICK
The Washington Post

El Departamento de Justicia trató el viernes de dilatar las investigaciones del Congreso sobre la destrucción por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de videos de interrogatorios, diciendo que el ejecutivo no puede suministrar los testigos o documentos buscados por los legisladores sin perjudicar su propia investigación de las acciones de la CIA.
Dirigentes de ambos partidos en el Congreso alegan que el Departamento de Justicia está tratando de bloquear su investigación y prometieron insistir con sus propias audiencias.
Un par de cartas de funcionarios de Justicia y de la CIA dirigidas a dirigentes de las dos cámaras legislativas intensificaron el conflicto entre el gobierno de Bush y el Congreso, que está procurando obligar a antiguos y actuales personajes de la CIA a prestar testimonio tan pronto como la semana próxima. Los legisladores quieren que los oficiales de la CIA justifiquen su decisión de destruir videos que exhibían el uso de severas tácticas de interrogación con sospechosos de terrorismo.
La creciente pugna es la primera confrontación importante con el Congreso para Michael B. Mukasey, el nuevo secretario de Justicia, confirmado por un estrecho margen el mes pasado en medio de controversias sobre su negativa a describir como ''tortura'' el waterboarding, una táctica severa de interrogatorio que hace que el interrogado siente que se ahoga.
``Apreciamos totalmente el interés del comité en fiscalizar este asunto, pero queremos informarles que tenemos temor de que ciertas acciones en respuesta a su petición podrían representar un riesgo significativo para nuestra indagación preliminar, escribieron Kenneth L. Wainstein, subsecretario de Justicia a cargo de seguridad nacional, y el inspector general de la CIA, John L. Helgerson, en una carta dirigida a los dirigentes del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes.
Los miembros republicano y el miembro demócrata de ms alto rango del comité de inteligencia de la Cámara más emitieron un pronunciamiento conjunto que califica el consejo del Departamento de Justicia a los testigos de la CIA como un esfuerzo por obstaculizar una investigación del Congreso.
''Nos asombra que el Departamento de Justicia actúe para bloquear nuestra investigación'', dicen en el pronunciamiento los representantes Silvestre Reyes, demócrata por Texas, y Peter Hoekstra, republicano por Michigan. ``Las investigaciones paralelas tienen lugar todo el tiempo, y no existe base para que el Secretario de Justicia se entremeta en nuestra labor''.
Prometen ''usar todos los medios disponibles para el Congreso, incluyendo citaciones judiciales'' para conminar a la CIA a producir documentos y requerir que ciertos personajes claves presten declaraciones sobre las cintas filmadas.
Estas comunicaciones vinieron después de una carta enviada ese mismo día por Mukasey rechazando las exigencias de detalles por parte del Congreso sobre la indagación conjunta del Departamento de Justicia y la CIA sobre la destrucción de las cintas y rechaza las instancias de nombrar un fiscal independiente. Mukasey dijo que dijo que suministrarle la información al Congreso haría parecer que el Departamento de Justicia ``está sujeto a influencia políticas''.
''En mis audiencias de confirmación, declaré que actuaría independientemente, resistiría las presiones políticas y garantizaría que la política no juega ningún papel en casos procesados por el Departamento de Justicia'', escribió Mukasey en una carta a los senadores Patrick J. Leahy, demócrata por Vermont, y Arlen Specter, republicano por Pennsylvania, presidente y máximo miembro minoritario del Comité Judicial.
En las semanas recientes, los legisladores, principalmente demócratas, han inundado al Departamento de Justicia con exigencias de investigaciones sobre tópicos incluyendo los escándalos de esteroides en el béisbol y alegaciones de violación de parte de una empleada de un contratista militar.
Mukasey reemplazó a Alberto R. Gonzales, que dejó su cargo en septiembre después del furor por el modo en que manejó los despidos de nueve fiscales federales y alegaciones de que él engañó al Congreso en declaraciones juradas.
La CIA reveló la semana pasada que destruyó cintas de vídeo en el 2005 con sesiones de interrogatorio de Zayn al Abidin Muhammed Hussein, comúnmente conocido como Abu Zubaida, presunto operativo de Al Qaida, y de otro sospechoso, después identificado como Abd al Rahim al Nashiri. Los funcionarios del ejecutivo han dicho que los abogados del Departamento de Justicia y la Casa Blanca. incluyendo a la entonces asesora Harriet E. Miers, le aconsejaron a la CIA que no destruyera las cintas, pero que los abogados de la CIA dictaron que no se requería que se conservaran.
Los oficiales de la CIA dijeron que el director de la agencia, Michael V. Hayden, está dispuesto a cooperar con todos los investigadores.
''El director Hayden ha dicho que la agencia cooperará plenamente tanto con la investigación preliminar hecha por el DOJ y la Oficina del Inspector General de la CIA como con el Congreso'', dijo el portavoz de la agencia Mark Mansfield.
El Departamento de Justicia anunció el 8 de diciembre que se había sumado al inspector general de la CIA en iniciar una investigación preliminar sobre la destrucción de los vídeos. Fiscales le pidieron a la CIA que preservara cualquier prueba relacionada con el caso.
Leahy y Specter le pidieron a Mukasey el 10 de diciembre ''una explicación completa sobre el conocimiento y participación del propio Departamento de Justicia'' en la destrucción de los vídeos. Los dos senadores incluyeron una lista de 16 cuestiones independientes, incluyendo si el Departamento de Justicia había ofrecido asesoría legal a la CIA sobre los vídeos o se había comunicado con la Casa Blanca en relación con el asunto.
Mukasey les respondió a los legisladores que Justicia ''tiene una vieja política de declinar proveer información no pública sobre asuntos pendientes. ``Esta política se basa en parte en nuestro interés en evitar cualquier percepción de que nuestras decisiones están sometidas a influencias políticas'', les escribió Mukasey a los legisladores.
La investigación sobre los videos está siendo encabezada por Wainstein, que sostuvo su primera reunión importante sobre el caso el miércoles con la oficina del inspector general de la CIA, según un funcionario del departamento de Justicia.
Varios demócratas han planteado cuestiones sobre lo adecuado de una investigación dirigida por el Departamento de Justicia, cuyos abogados ofrecieron asesoría legal sobre los videos, y el inspector general de la CIA, cuya oficina revisó los videos antes de su destrucción.

Jefe de la camorra


Edoardo Contini, jefe de la camorra napolitana, fue arrestado por la policía de Estado en Nápoles, Italia.
Contini de 52 años de edad es considerado jefe del clan mafioso del mismo nombre que opera en Nápoles y exponente de la dirección de la 'Alianza de Secondigliano', formada por diversas familias de la ciudad.
La policía lo detuvo en un apartamento en Nápoles, donde vivía desde hacía año y medio con una familia que le ayudaba y en el que se han encontrado diversos pizzini (papelitos con los que los mafiosos comunican sus órdenes), que los investigadores están analizando.
Durante un año y medio no salía del apartamento, ni tenía teléfono celular , además de mantener contactos muy reducidos con otras personas, incluso con sus familiares.
La localización del paradero de Contini se realizó mediante escuchas telefónicas.
El ministro italiano de Interior, Giuliano Amato, señaló que Contini "se había convertido, quizás, en el jefe (mafioso) más peligroso en Nápoles", al que se le seguía la pista desde hacía "más de un año".
Condenado en 1996 con sentencia definitiva por asociación mafiosa en el marco de una investigación de la Fiscalía de Nápoles, está además acusado de homicidio, tráfico de drogas y lavado de dinero.
Een Italia hay por lo menos cinco grupos mafiosos a saber: La Cosa Nostra (Sicilia); La Camorra (Nápoles); La'Ndrangheta (Calabria; La Sacra Corona Unita, (de la región de Puglia) y la Stidda, también de Sicilina.
La Camorra Napolitana es el único fenómeno mafioso de origen urbano. Nació a principios del siglo XX en Nápoles y desde entonces da qué hablar por la cantidad de asesinatos que rodean a esta organización criminal cuyo nombre es sinónimo de violencia.
Angelo Mazzagatti, portavoz de la policía napolitana, asegura que durante el 2004 y el primer semestre del 2005 la Camorra cometió unos 150 asesinatos, todos ellos registrados en su área de influencia, esto es, Nápoles y sus alrededores.
La Camorra es una amalgama de bandas (familias) sujetas a constantes cambios derivados de la lucha de los camorristas por el control de sus propios grupos. En esencia, este hecho explica la gran tradición de crímenes que salpica la densa historia de sangre de esta rama mafiosa. Únicamente cuando, de tanto en tanto, surge algún camorrista con madera de líder, logran una unidad de criterio que la convierte en una organización tan potente y poderosa como La Cosa Nostra. Sin embargo, la tradición indica que estos cabecillas logran mantenerse vivos poco tiempo, de modo que ahí radica la debilidad de la Camorra y su constante baño de sangre.

2008 el año Chino

El año 2008 será chino/Guy Sorman
Publicado en el periódico español ABC, 15/12/2007;
Cuenten con el aparato de la propaganda comunista de Pekín para hacer que aumente la tensión en los medios de comunicación hasta la apertura de los Juegos Olímpicos. Una mezcla de zalamerías y de corrupción acallará las objeciones políticas y humanitarias en China y en el extranjero. Ningunos Juegos Olímpicos se habrán preparado tan bien, tanto en lo que respecta a las relaciones públicas como al aspecto deportivo. Serán raras las organizaciones no gubernamentales, los disidentes internos y otros amigos de Tíbet que consigan hacerse oír. El Partido Comunista chino echará el resto para que los Juegos eleven a China al primer rango de las superpotencias: no vemos qué podría frenar esta mecánica, engrasada por el dinero y la voluntad.
¿Nos indignaremos porque los Juegos Olímpicos de Pekín sean políticos? Sin embargo, los Juegos Olímpicos siempre han estado teñidos de política; Pierre de Coubertin organizó los primeros en Atenas, en 1896, en parte para molestar a los turcos que controlaban aún el norte de Grecia. Los de Berlín, en 1936, fueron una celebración del nazismo; los de Seul, en 1988, el principio del fin de la dictadura militar; los occidentales boicotearon los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980… Los que se enfrentarán en Pekín no son atletas, sino equipos nacionales, con himno y banderas.
¿Inaugurarán estos Juegos de Pekín una nueva época? Dudemos de que la suerte de los chinos mejore con esto; el 70 por ciento vive en una miseria que los Juegos no aliviarán. Y si tomamos como referencia los últimos Juegos Olímpicos, los Estados organizadores salen arruinados por el despliegue; el Estado chino no escapará a esta ley. Deberá comprobar las deudas causadas por las gigantescas infraestructuras y por la fiesta. ¿El deudor final? Será el campesino chino que seguirá estando privado de escuelas, de agua y de asistencia.
¿Se sentirá tentado a rebelarse en 2008 este pueblo, aplastado por la tiranía del Partido?
En China, los sentimientos están divididos: no cabe duda de que la mayoría está orgullosa de los Juegos Olímpicos que se anuncian, y de que aprecia el renacimiento de su civilización, reconocida de nuevo. ¿Los disidentes? Durante los Juegos, se despacharán al campo, lo más lejos posible. En Pekín, en agosto de 2008, tendrán derecho a un tratamiento especial los VIP venidos de todo el mundo y los VIT, Very Important Troublemakers, o alborotadores muy importantes, una expresión inventada por los disidentes. Los VIT nacionales estarán bajo vigilancia, o incluso encarcelados; a los VIT de fuera sólo se les privará del visado.
¿Qué espera el Partido de los Juegos? El reconocimiento de China como protagonista en Asia, el equivalente oriental de lo que es Estados Unidos en Occidente. Al aceptar su retraso económico en su justa medida, los dirigentes chinos no aspiran a dominar el mundo; sueñan más bien con un gobierno a dos bandas, estadounidenses y chinos, evitando un conflicto entre ellos. Esta ambición china pretende eclipsar a otros actores importantes, como Japón, India o Corea, lo cual no es moco de pavo y, sin embargo, pone de manifiesto la megalomanía imperial. La otra ambición es ideológica; los dirigentes de Pekín están convencidos de haber inventado una nueva forma de Gobierno, de vocación universalista, el capitalismo autoritario. Este despotismo ilustrado (los dirigentes del Partido son tecnócratas) sería una alternativa a la democracia liberal; el mundo podría elegir entre uno u otro de estos dos regímenes, de legitimidad y eficacia comparables. Es lo que nos explican los ideólogos empleados por el Departamento de Propaganda. Sin duda, nos conceden, la democracia liberal es coherente con los valores occidentales, y el despotismo ilustrado con los valores asiáticos.
Esta retórica china, con la que nos martillearán ruidosamente en 2008 para culminar en agosto, seducirá a más occidentales que asiáticos; los indios, los coreanos, los japoneses y los indonesios no manifiestan ningún deseo de unirse al despotismo, del que todos se deshicieron con mucho esfuerzo, ni de someterse a la tutela china. China, que sigue siendo un enano económico y militar comparado con Japón, y al que India pronto le pisará los talones, tiene pocas posibilidades de ver triunfar sus proyectos; sin embargo, más vale conocerlos y no ser víctimas de ellos.
Consideremos también que las rebeliones campesinas o los desastres ecológicos trastornarán el aparato chino. ¿Cómo se enfrentará a ellos el Partido? El Partido es imprevisible, a merced de las revoluciones de palacio más que de las revoluciones populares. En Occidente nos dormimos con una determinada idea de China y nos despertamos con otra, al estilo de Gorbachov o de un nuevo Mao, ¡vaya usted a saber!
Otra incertidumbre que no disiparán los Juegos Olímpicos tiene que ver con la economía mundial; todo el edificio del poder chino descansa en el consumidor occidental. Si éste se volviera menos próspero o se alejara de lo fabricado en China, se acabaría el crecimiento chino; de repente, India, más volcada en su mercado interior, alcanzaría a China, y las inversiones internacionales de las que China depende cambiarían de rumbo. Pero, en 2008, el motor del crecimiento mundial seguirá siendo Estados Unidos: esto es un hecho ineludible.
El año 2008 será el de los Juegos Olímpicos de Pekín, y el de las elecciones estadounidenses: los estadounidenses elegirán al presidente del mundo que, por otra parte, resulta que es el presidente de Estados Unidos. Este futuro presidente ejercerá una influencia tan decisiva en el destino de los pueblos no estadounidenses como en el de los ciudadanos de Estados Unidos. Paradoja: la vida de un habitante de Bagdad o de Seúl está muy subordinada a la Casa Blanca. Su seguridad y su prosperidad están dictadas por la política estadounidense, tanto militar como económica. Un habitante de Iowa es bastante menos dependiente de la Casa Blanca, porque la sociedad estadounidense es individualista y el Gobierno no dirige la economía de ese país; en Estados Unidos, no existe un Ministerio de Economía. Pero dependiendo de que esta economía sea brillante o inactiva, el mundo se verá afectado por ello: el valor del dólar y el índice de crecimiento estadounidense determinan en gran parte el ritmo de actividad de los no estadounidenses.
¿Un liderazgo insoportable? En cualquier caso, un liderazgo nada amenazado porque, esencialmente, la pujanza americana se debe a su capacidad de innovación: la fuerza de ataque definitiva de Estados Unidos son sus universidades, las mejores del mundo. Gracias a ellas, Estados Unidos tiene una garantía de avance, una técnica de avance; y los europeos o los chinos, una garantía de retroceso.
Observemos en qué sentido se mueve la fuga de cerebros para entender dónde se sitúa el verdadero poder y las auténticas relaciones influyentes. Cuando los cerebros vuelvan a salir de Estados Unidos, su liderazgo se volverá dudoso.
¿Un pronóstico para las elecciones de 2008? El vencedor es lo de menos ya que Estados Unidos es un sistema político y económico autogestionado; el sistema importa más que el hombre o la mujer que lo controla. A este respecto, Estados Unidos es lo contrario de China: un Mao o un Deng cambian el destino de su nación; un Clinton o un Giuliani, ciertamente no. Lo cual es muy tranquilizador: las elecciones estadounidenses serán un acontecimiento importante, pero el resultado, cualquiera que sea, no será revolucionario. Las relaciones de fuerza entre China y Estados Unidos no se verán afectadas, independientemente del número de medallas que consigan en Pekín uno u otro.

Cambio climático

Derecho y obligación de combatir el cambio climático/Kevin Warkins, director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Publicado en EL MUNDO, 15/12/2007;
Hace 60 años, los autores de la Declaración Universal de Derechos Humanos se reunieron tras las secuelas que dejó una tragedia humana evitable, desencadenada por una depresión económica y un nacionalismo extremo que llevaron a una guerra mundial y al Holocausto. En aquel escrito se dice que «el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad». Y el documento sigue siendo la base de un sistema de derechos humanos y compromisos sociales que se fundamenta en los valores universales para todas las personas y para las generaciones venideras.
Delegados de gobiernos de hasta 180 países se han reunido a lo largo de toda la semana en la isla indonesia de Bali para negociar un acuerdo global de cambio climático que entraría en vigor a partir de 2012, en sustitución del Protocolo de Kioto. La cumbre debería haber servido para reflexionar y poner el acento en los valores implícitos en el artículo I de la Declaración Universal: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos».
Hoy en día, el calentamiento global nos empuja hacia la tragedia humana del siglo XXI. Aquella tragedia obligará a millones de las personas más pobres del mundo a enfrentarse a aumentos en la pobreza, el hambre y la vulnerabilidad. Dejará también a las futuras generaciones, a nuestros hijos y a sus hijos, frente a la amenaza de una catástrofe ecológica.
Ante esta situación, la inacción representaría algo mucho más grave que la constatación de que la de Bali ha vuelto a ser una cumbre internacional frustrada. Son evidentes las señales de alerta que da la ciencia del clima. Necesitamos respuestas políticas urgentes. Para decirlo claramente, el hecho de no comprometerse hoy a buscar e implementar verdaderas soluciones podría interpretarse como una contribución a violar sistemáticamente los derechos humanos de los pobres y de las generaciones futuras.
Muy a menudo, se describe el cambio climático como una indeterminada amenaza futura. Uno de los lujos que brinda la riqueza es una capacidad para adaptarse, a corto plazo, al cambio climático. Sírvannos de ejemplo las inmensas inversiones realizadas en toda Europa y en Estados Unidos en el refuerzo de sistemas de protección contra las inundaciones. Es cierto que la existencia de veranos más largos y calurosos podrán ocasionar incomodidades a las que los ricos siempre pueden adaptarse ajustando ligeramente el termostato. Pero los riesgos y las vulnerabilidades se presentan de manera muy distinta para las personas más pobres: unos 2.600 millones de individuos, el 40% de la humanidad, que subsisten con menos de 2 dólares al día.
La mayoría de ellos vive en la primera línea del cambio climático, en zonas agrícolas propensas a la sequía, zonas de litoral bajo y deltas fluviales, o en barrios de tugurios urbanos. Pese a que el cambio climático trae consigo muchas incertidumbres, hay un resultado que puede predecirse con confianza: los pobres sufrirán la peor parte.
Los pequeños agricultores en los países más pobres, en su mayoría mujeres, se enfrentan a riesgos especiales. El calentamiento global ya se relaciona con un aumento en el número de zonas afectadas por sequías en el Africa subsahariana; y la sequía es precisamente una de las principales causas de la pobreza. Los modelos climáticos, de una manera inquietante, señalan a una disminución a largo plazo en la productividad agrícola. En zonas áridas y semiáridas en países tales como Kenia, Sudán y Níger, aquella disminución podría ascender a más del 25% para 2060. Debemos ponernos a reflexionar sobre lo que esto supone para una región donde la mitad de la población vive en la pobreza y la malnutrición infantil es endémica.
A medida que suben los niveles del mar y los océanos más calientes producen ciclones más violentos, las personas que viven en zonas de litoral bajo y deltas fluviales propensas a inundaciones se enfrentan a amenazas graves. Las imágenes de sufrimiento humano que han acompañado a las inundaciones extendidas en Bangladesh representan una advertencia de la escala de estas amenazas. A lo largo del siglo XXI, las inundaciones podrían desplazar hasta a 400 millones de personas, lo que derivaría en una nueva ola de refugiados ambientales.
En el mundo desarrollado se perciben con demasiada frecuencia las crisis climáticas como emergencias que van y vienen de un día para otro, y que empiezan con una sequía o una inundación y concluyen cuando parten las cámaras de la televisión internacional. Esa perspectiva es desaconsejable. Los niños nacidos en una zona afectada por la sequía en Etiopía tienen un 36% más de probabilidades de estar malnutridos para cuando alcancen los cinco años de edad que otros niños. Si ponemos esa cifra en un contexto, ello resulta en dos millones de niños etíopes que están malnutridos hoy porque sus padres no pudieron afrontar un fenómeno de sequía aislado.
¿Por qué producen las crisis climáticas a corto plazo daños a tan largo plazo para el desarrollo humano? Las condiciones varían de país en país, pero surgen algunos temas conocidos. Con una existencia ya al margen de la supervivencia y sin acceso a programas de seguridad social, cuando las sequías o las inundaciones golpean a los pobres, éstos se ven obligados a vender sus activos productivos, recortar los gastos en nutrición y atención sanitaria, y sacar a sus hijos de la escuela.
Estas son las medidas de desesperación que conducen a una pobreza a largo plazo. Como sostiene el Informe sobre Desarrollo Humano de este año, existe ahora una posibilidad muy real de que el calentamiento global frene y luego revierta los avances en materia de desarrollo humano, no en un futuro remoto, sino durante nuestras vidas. Es más, esto sería el prólogo de los riesgos ecológicos sistemáticos a los que se enfrentarán las futuras generaciones, especialmente con la destrucción acelerada de las capas de hielo de la Antártida occidental.
Es poco realista esperar que los acuerdos alcanzados en Bali puedan resolver el problema del cambio climático. Pero será poco escrupuloso si, en la conciencia plena de los costos humanos, sociales y económicos de la inacción, los dirigentes políticos no convienen en cómo proceder por un camino común.
El punto de partida es establecer límites claros. Necesitamos reducir el promedio de las emisiones globales de unas siete toneladas de CO2 por persona a unas dos toneladas para 2050. Para lograr este objetivo, los países ricos tendrán que reducir sus emisiones en, por lo menos, un 80%. A fin de cuentas, son éstos quienes tienen la principal responsabilidad histórica del problema; además, cuentan con las capacidades tecnológicas y financieras para hacer las primeras y más drásticas reducciones.
Los países ricos tienen igualmente que demostrar liderazgo en otros ámbitos. Ningún acuerdo multilateral tendrá éxito si no se amplía con el tiempo para comprender todos los principales países responsables de emisiones, entre ellos India, China e Indonesia. Sin embargo, no se puede esperar que los países en desarrollo, con sus recursos limitados, comprometan sus legítimos objetivos de desarrollo humano a fin de resolver una crisis que no provocaron. Por ello, la reunión en Bali pudo haber sido una buena oportunidad para demostrar una cooperación internacional y responsabilidades compartidas en la financiación de la transferencia de tecnologías con emisiones bajas y programas para luchar contra la deforestación.
Finalmente, los países ricos no pueden invertir miles de millones de dólares en la fortificación de sus sistemas de defensa contra el clima mientras abandonan a los pobres del mundo a defenderse con sus propios medios. En términos diplomáticos, es vergonzoso que hasta la fecha se hayan movilizado solamente 26 millones de dólares para la adaptación al cambio climático en los países pobres, cifra que representa unos pocos días de gastos en protección contra las inundaciones en el mundo rico.
Aun con las medidas más estrictas de mitigación del cambio climático, tenemos que reconocer el hecho de que el calentamiento global perdurará en el futuro previsible. La justicia exige que los países ricos financien la limitación de los daños y así cumplan con sus compromisos existentes de invertir el 0,7% del PIB en ayuda internacional. Sin embargo, también quiere decir pagar los 86.000 millones de dólares aproximados en costos adicionales relacionados con la protección de personas vulnerables en los países en desarrollo a través de medidas ambientales y programas de protección social.
Reconocemos la enorme complejidad de las cuestiones que se han de abordar al negociar un acuerdo de cambio climático. No obstante, en el último análisis, la solución queda en nuestras manos; y seguir adelante como hasta ahora supone demasiada destrucción para contemplarlo.
Bali ha representado una oportunidad para fijar un nuevo camino. Aunque esta generación de líderes políticos no puede solucionar la crisis del cambio climático, recae sobre ellos mantener abierta la posibilidad de una lograda respuesta política a largo plazo. Si no actuamos, las generaciones venideras lo considerarán una elección política que merece la descripción de un acto de barbarie que refleja una despreocupación y un desdén por los derechos humanos.

Consenso en Bali

EE UU dio un giro radical y, tras toda una noche de negociaciones, esta mañana, a las 14.30 horas de Indondesia, se adoptó la Hoja de Ruta de Bali. Cuando las negociaciones parecían estar al borde la ruptura, EE.UU., tras quedarse sólo, levantó su veto y se aprobó un documento de cuatro folios que contiene la agenda y los principios que deben regir las conversaciones de aquí a 2009, para elaborar un nuevo Protocolo de Kioto que continúe el actual.
EE UU aceptó reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero dentro de un acuerdo de la ONU. Este importante paso adelante, junto a la promesa de los países en desarrollo (incluidos China, India, Brasil e Indonesia) de que limitarán sus emisiones de gases de efecto invernadero de forma voluntaria y bajo supervisión de la ONU, convirtieron en éxito la Cumbre de Bali. A cambio, la Unión Europea aceptó rebajar el acuerdo y renunció a fijar objetivos de reducción de emisiones.
El pacto de Bali define cómo será el tratado que debe sustituir al Protocolo de Kioto cuando
venza su plazo de vigencia en 2013.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, elogió la "flexibilidad" mostrada por la delegación estadounidense, pero recordó que sólo se ha logrado acordar una hoja de ruta para la negociación y que aún queda lo más difícil.
El País y El Tiempo dedican su editorial al Consenso en Bali
El País, 16/12/2007; El Consenso de Bali.
La Cumbre del Clima reunida en Bali durante dos semanas se ha enfrentado a uno de los problemas de más calado para el futuro de la humanidad: cómo combatir, en la medida en que sea todavía posible, y cómo evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Quedan ya pocas dudas sobre el proceso de transformación del clima derivado del aumento de gases de efecto invernadero, en particular del dióxido de carbono emitido en la combustión del carbón, petróleo y gas natural. Más específicamente se trataba de preparar la sustitución de los acuerdos de Kioto, que fueron un primer intento de comprometer a los países más contaminantes en la reducción de sus emisiones. El efecto de Kioto ha sido positivo, por lo que ha supuesto de esfuerzo concertado y porque la opinión pública es hoy más consciente de las consecuencias de un estilo de vida derrochador de energía, pero escaso en la práctica por el rechazo de EE UU a aceptar un acuerdo multilateral de esta índole y por el rápido crecimiento económico de los países en vías de desarrollo.
En Bali se ha intentado un consenso entre posiciones encontradas: la europea, de fijar compromisos de reducción muy ambiciosos, de entre el 25% y el 40% para el año 2020 respecto de los niveles de 1990; la negativa de EE UU y algunos otros países desarrollados a aceptar obligaciones cuantificadas; la resistencia de países con fuerte crecimiento económico, como China, India o Brasil a compartir esfuerzos con los que llevan más de un siglo contaminando la atmósfera y siguen haciéndolo hoy; y la necesidad de ayudar a los países más pobres a preservar una vegetación que rinde servicios medioambientales esenciales al conjunto del planeta y a incorporar tecnologías limpias que no dañen su desarrollo.
El resultado ha sido un acuerdo que no satisface los requerimientos de las propuestas más rigurosas, pero que contiene algunos elementos positivos. La necesidad de compensar a los países más pobres por evitar la deforestación, por ejemplo, aunque haya quedado oculta tras la discusión de las cifras de reducción, y la esperanza de un acercamiento de EE UU a una disciplina multilateral que quizá se consolide tras las próximas elecciones presidenciales. Poco para lo que está en juego. Quedan todavía dos años de negociaciones para configurar los acuerdos que han de reemplazar a los de Kioto y cabe esperar que en ese tiempo se concreten los compromisos y las medidas, especialmente en política energética, para que se cumplan.
Reducir emisiones de forma significativa supondrá cambios en nuestros hábitos. Nadie puede pensar que es cosa de otros, sean países, empresas o ciudadanos; afecta a todos. Y queda pendiente un tratamiento equitativo de los países en vías de desarrollo porque, aun con las reducciones mencionadas, un ciudadano de los países más ricos seguirá emitiendo mucho más que uno de los países pobres.

El Tiempo, 17 de Diciembre de 2007 -
El último día en Bali
Un final inesperado genera esperanzas sobre el papel que la cumbre de Indonesia puede desempeñar en la lucha contra el calentamiento global.
Con una espectacular voltereta de último minuto de Estados Unidos, silbidos de condena en un momento y hurras al siguiente, y hasta lágrimas del responsable de la ONU en el tema, terminó, un día más tarde de lo previsto, con un resultado alentador, la cumbre sobre cambio climático, en Bali (Indonesia).
La reunión, conocida como Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, procuraba sentar las bases para discutir un acuerdo global sobre reducción de elementos contaminadores que en el 2009, en una nueva cumbre en Conpenhague, se traduzca en el reemplazo del célebre Protocolo de Kioto, de 1997, contra el calentamiento planetario, que vence en el 2012.
Sin embargo, la cumbre se atascó desde su inicio, el 3 de diciembre, en un tire y afloje entre la Unión Europea y los ambientalistas, de un lado, que querían fijar como meta para las discusiones hacia Conpenhague que las emisiones se reduzcan entre 25 y 40 por ciento al 2020, y Estados Unidos, Canadá y Japón, del otro lado, que no querían números. Además, economías emergentes poderosas como China, Brasil e India y los países del Tercer Mundo se resistían a los compromisos de reducir sus emisiones que les exige el Primer Mundo, arguyendo que necesitan del carbón para su desarrollo.
El final de la reunión fue de infarto. El viernes, al borde del fracaso, y ante la falta de consenso para un documento final, se prolongó un día más. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, vino de Timor-Este, en un intento de último minuto. El sábado, tras maratónicas negociaciones, la delegación de E.U. anunció que no firmaba, y la sala estalló en chiflidos. Minutos después, en un giro inesperado, E.U. cambió. Aplausos y hurras celebraron su decisión de firmar. En los pasillos, había llorado Yvo de Boer, responsable de cambio climático de la ONU, acusado por los chinos de irregularidades de procedimiento.
* * * *
Al parecer, se impuso la posición de quien hizo la intervención más notable en esas dos semanas y se está convirtiendo en el hombre más influyente del mundo en este campo: Al Gore, que venía de recibir el Nobel de la Paz, criticó duramente a su país ante los 20.000 delegados de 187 países, el jueves, pero les pidió considerar que, para cuando la negociación entre en su año decisivo, George W. Bush ya no estará en la Casa Blanca y la posición de E.U. puede evolucionar (como de hecho ha ocurrido).
Así, el documento finalmente acordado no fija metas numéricas de reducción de emisiones, pero contiene el compromiso de todos de hacer "recortes profundos en las emisiones globales". Un consenso criticado por algunos ecologistas por su falta de metas específicas, pero que permitió que de la reunión saliera el 'Plan de Acción de Bali', con un calendario de reuniones hasta el 2009, cuando debe firmarse el nuevo tratado.
Las naciones en desarrollo aceptaron que también deben reducir sus emisiones. Recibirán ayuda para enfrentar los efectos del calentamiento global (entre otros, a través de un Fondo de Adaptación), y los países ricos prometen transferirles tecnologías limpias. Habrá compensaciones monetarias a los países pobres que frenen la deforestación, la cual tiene una responsabilidad en la emisión de gases de efecto invernadero casi igual a la de E.U. o a la de todo el transporte mundial.
* * * *
El balance de la conferencia es alentador por dos razones. Por una parte, hay que tener claro que en Bali no se negociaba el tratado que debe sustituir al de Kioto, sino que se trataba de una negociación sobre cómo se negociará. En ese sentido, quedan lineamientos lo suficientemente claros como para que, en el 2009, en Copenhague, la humanidad se dote de una herramienta consistente para enfrentar el gran reto del siglo XXI.
Y esta es la otra razón por la cual Bali puede ser un paso significativo. La reunión da una voz de alarma -unánime pese a las diferencias- sobre la gravedad del calentamiento del clima de la Tierra, como consecuencia de la emisión de gases contaminantes que generan el llamado 'efecto invernadero'. El grado de catastrofismo depende un poco de los datos que consulte cada experto y de la angustia personal que le produzcan. Y pesan los intereses de gobiernos e industrias. Pero la ONU ya ha señalado que, en el más benévolo de los casos, en el 2050 la temperatura promedio del mundo será dos grados centígrados más y el impacto en las naciones y capas más pobres puede ser tremendo.
* * * *
Los años anteriores han visto un tire y afloje entre los científicos y los políticos y entre buena parte de la comunidad mundial, que demanda acción, y gobiernos que se resisten. Pero las cosas están cambiando. Hasta E.U. ha visto avanzar en los últimos días en el Congreso dos leyes que imponen eficiencia ecológica a los fabricantes de automóviles. El propio George Bush ha dado un viraje y ahora apoya la actividad concertada contra el cambio climático. Gobiernos como el de China -donde cada semana se inaugura una planta de generación de energía con carbón- empiezan a admitir que deben actuar y que el desarrollo no puede ser a cualquier precio. La derrota electoral de los conservadores a manos de los laboristas llevó a Australia, que se había negado a ratificar el Protocolo de Kioto, a anunciar, al inicio de la reunión de Bali, que lo firmará.
No cabía esperar de esta multitudinaria asamblea una revolución ecológica, pero sí un fortalecimiento de la conciencia de que la humanidad se está jugando su futuro en el medio ambiente. Lo cual parece haberse logrado, al punto de que, pese a las grandes diferencias, todas las naciones se pusieron de acuerdo en una hoja de ruta para llegar, en dos años, a medidas concretas para enfrentar un fenómeno cuya gravedad ya no cuestiona casi nadie. Cuando se piensa que la conferencia pudo terminar sin acuerdo, los dos años de duras negociaciones que se vienen hacia Copenhague pueden verse con cierto optimismo.
editorial@eltiempo.com.co

¡Quién diablos es Medvédev?


El próximo 2 de marzo de 2008 habrá elecciones en Rusia. La constitución prohíbe a Putin optar a un tercer mandato, por lo que ya decidió quine será su sucesor: Dmitri Medvédev. Otro nombre que estaba e la lista es Sérgei Ivanov y también se mencionó a Víkto Zubkov debido a que fue nombrado en la jefatura del Gobierno.
Las elecciones del pasado 2 de diciembre le dan una amplia maniobra en la Duma al Señor Putin. Su partido, Rusia Unida consiguió más del 60%´de la votación.
Aunque la Duma (Cámara baja) tiene un papel escasamente relevante como instancia de decisión política, debido a que es en la Presidencia de la Federación -que va a ser renovada en marzo próximo- donde reside y se concentra, como ocurre en todo sistema presidencial, el poder de decisión política.
Dice Andoni Pérez Ayala en un artículo publicado en EL CORREO DIGITAL, 14/12/2007, que "la reciente designación de Medvedev como candidato presidencial, con el aval expreso de Putin y con todas las probabilidades de convertirse en su sucesor, es un indicador de la orientación continuista que previsiblemente va a seguir la política rusa en los próximos años. Falta por despejar, sin embargo, la principal incógnita que se plantea ante el futuro en la actual coyuntura política rusa, al mismo tiempo post y pre electoral, como es el papel que se reserva a sí mismo Vladímir Putin, sin duda el dirigente que ha logrado afianzar un liderazgo más firme en la Rusia postsoviética, en el nuevo escenario político que se abre tras su relevo en la jefatura del Estado."
Comparto este reportaje de Pilar Bonet, fue publicado este domingo 16 de diciembre en El País.
El heredero del Kremlin
Putin elige como sucesor a Medvédev, un liberal del clan de San Petersburgo sin vínculos con el antiguo KGB
PILAR BONET - Moscú -
El País, 16/12/2007
La apuesta de Vladímir Putin por Dmitri Medvédev para sucederle ha bastado para que el viceprimer ministro y jefe de la junta directiva de Gazprom (el monopolio del gas), alcanzara el estado de gracia. En unas horas la popularidad de este jurista de 42 años se disparó hasta un 35% (24% en noviembre) en un sondeo del centro Levada, y Medvédev le sacó una ventaja de 14 puntos a quien fue su adversario potencial por los favores de Putin, Serguéi Ivanov, el otro viceprimer ministro, que quedó al frente del pelotón con un 21%.
Medvédev es ya el centro de la política rusa y sus futuros contrincantes en las elecciones presidenciales del 2 de marzo tienen un papel formal. Los medios de comunicación entrevistan a sus maestros de Leningrado (que recuerdan su capacidad para las ciencias exactas) y descubren a Svetlana, su esposa y compañera de colegio. Esta licenciada en finanzas aficionada a la moda ha sido condecorada por la Iglesia ortodoxa por sus actividades benéficas y tiene un hijo de 12 años con el candidato del Kremlin.
Los rituales han comenzado. El lunes, el delfín recibirá el espaldarazo de Rusia Unida (RU), el partido mayoritario en la Duma (Rusia Unida, gano ampliamente las recientes elecciones, superando el 60% del respaldo electoral),
en un congreso para el que se han tomado grandes medidas de seguridad. Mientras tanto, negociantes avispados patentan marcas de licores asociadas al apellido del favorito, que procede de medved (oso). El artista Andréi Budáiev, especializado en fotomontajes, ha acabado un retrato que el jueves atraía a numeroso público en la inauguración de la feria Art-Manezhe en Moscú. Budáiev pintó a Putin y Medvédev, vestidos con togas romanas, frente a una galera, cuya vela luce el nombre de Gazprom. Coronado por una rama de laurel dorado, el favorito parece algo más alto que Putin. En realidad es algo más bajo que el presidente, pero al igual que él, también muy sensible al tema de su estatura, aseguran.
La gran incógnita del Kremlin se ha disipado, pero quedan otras por desvelar. "¿Quién es el señor Medvédev?" es una pregunta tan válida hoy como lo era referida a Putin hace ocho años, cuando éste se aprestaba a sustituir a Borís Yeltsin. La gran diferencia entre 2000 y ahora es que algunas de las incipientes instituciones democráticas de entonces han sido marginadas o desvirtuadas y se han restablecido arcaicos arquetipos de comportamiento.
El Parlamento ratifica lo que decide el Kremlin, los jueces se pliegan al Ejecutivo, las elecciones a la Duma fueron amañadas para redistribuir los votos a mayor gloria de RU, las cadenas de televisión crean escenarios virtuales y los jefes intermedios, en la Administración o en la policía se ahorran problemas cediendo voluntariamente a los caprichos del Kremlin.
En este contexto, la candidatura de Medvédev ha alegrado a quienes temían la llegada al poder de un candidato nacionalista antioccidental, un duro de los servicios de seguridad sin experiencia política o incluso algo peor. "Por lo menos no ha elegido al labrador", afirmaba una viñeta publicada en el diario Moskovski Komsomoletz, refiriéndose a Cony, el perro del presidente.
Como hijo de catedráticos, Medvédev recibió una buena educación. En 1989, mientras cursaba estudios de posgrado como especialista en derecho civil e impartía simultáneamente clases en la Universidad de Leningrado, ayudó a Anatoli Sobchak, que entonces se perfilaba como futuro alcalde de la ciudad, a preparar su campaña en las primeras elecciones libres al Parlamento soviético. Once años después, dirigió la campaña de Putin a la presidencia de Rusia.
Quienes tratan con Medvédev aprecian buenas cualidades en él. En enero, en el foro de Davos (Suiza), Medvédev "se puso al corriente de los temas con gran facilidad y llegó a sentirse como pez en el agua con los empresarios occidentales", señala una de las personas que le acompañó. Se trata de "un jurista nato, capaz de imaginar astutos esquemas jurídicos y calcular las ventajas e inconvenientes de los esquemas de otros", escribía el diario Védomosti citando a un compañero de curso.
No todo son elogios. Medvédev ha sido responsable de los llamados programas nacionales, como vivienda, sanidad, educación, agricultura y demografía. Aunque los funcionarios aprueban su gestión, medios vinculados con la política social opinan que en torno a esos programas hay mucha propaganda, derroche y falta de sistema. Los modales suaves de Medvédev encubren "gran dureza, enorme vanidad y un burocrático sentido de la jerarquía", opinan quienes trabajaron con él.
En el último año, bajo los auspicios de la agencia Ria-Nóvosti, el delfín se ha reunido varias veces con los corresponsales extranjeros y ante ellos se ha expresado con sentido común y cada vez más distendido, pero jamás se ha apartado de la línea oficial y ha defendido el carácter monopolista de Gazprom.
Medvédev conserva aún el aire de hijo de familia acomodada al que le sonríe la vida, lo que contrasta con las infancias duras de Borís Yeltsin y Vladímir Putin. No se sabe pues lo que puede esperarse de él en caso de crisis. La apariencia de peso pluma, sin embargo, no debe inspirar conclusiones precipitadas considerando los precedentes de relevo en el Kremlin del pasado siglo. Ni Stalin, ni Nikita Jruschov ni Leonid Bréznev ni Mijaíl Gorbachov, cada uno a su manera, se ajustaron a las expectativas de la cúpula comunista que les había elegido.
En Rusia el poder se concentra en el presidente, al que es extremadamente difícil cesar. A no ser que exista un consenso para enmendar la Constitución, lo que de momento no es el caso, ésa es la realidad con la que deberán contar todos los miembros de la corporación que administra el país cuando Medvédev reciba el maletín nuclear y otros atributos de la presidencia. Y esto es válido también para Putin, sea cual fuere la relación que tuviera antes con su sucesor.
La posibilidad de que Medvédev actúe de presidente virtual y que el poder sea ejercido de hecho por el jefe de Gobierno, si éste se llama Vladímir Putin, es anticonstitucional y desestabilizadora. El líder no ha dicho si aceptará el cargo que Medvédev le ha ofrecido y los analistas están divididos. Unos piensan que Putin sólo pretende ayudar a Medvédev a obtener un sólido apoyo dejando que el electorado crea que va a seguir después junto a él como garante de la continuidad. En julio pasado, Medvédev criticó la "muy mala tradición" de la época soviética de prescindir de las "personas capaces" que por una razón u otra habían perdido su puesto. "Es muy importante conservar su experiencia y su capacidad organizativa", afirmó.

La India

Educación y gobierno en India/William R. Polk, miembro del consejo de Planificación Política del Departamento de Estado en la presidencia de John F. Kennedy
Publicado en LA VANGUARDIA, 16/12/2007;
Quienes visitan Asia suelen comparar India con China: China crece a un ritmo del 10 por ciento, un 1 por ciento más que India; China se ha centrado en el hardware, India se ha especializado en software; China posee una dictadura unificada que gobierna sobre una población muy disciplinada, India tiene un gobierno representativo elegido por una barahúnda de electores enérgicos y a menudo violentos y divergentes. Como me dijo un ministro: “Nuestras diferencias con China se reducen a lo siguiente: cuando el Gobierno chino emite una orden, las cosas se ponen inmediatamente en marcha; cuando lo hacemos nosotros, se forman comisiones y empiezan los debates”.
Por lo tanto, ¿qué es India y cómo se mantiene unida? La Constitución del 26 de enero de 1950 explica que India es una “república socialista, laica y democrática”, pero ningún visitante logra ver semejante país. India es hoy el país menos socialista del planeta. Resulta difícil encontrar un indio que no sea capitalista.
Incluso los muy pobres, lo cual incluye a tres de cada cuatro habitantes, intentan emprender actividades comerciales y no depositan confianza alguna en el Estado. ¿”Laica”? La religión impregna la sociedad india hasta un punto desconocido en Europa. Sin embargo, lo de “democrática” es lo que debe entenderse, porque constituye el rasgo más llamativo de la India moderna.
Como corresponde a una sociedad multilingüe, multicultural, diversa en términos étnicos y fracturada en términos políticos, la estructura de la república india es multiforme. Sus 25 estados y 7 territorios de la Unión gozan de autonomía puesto que se rigen por Parlamentos propios, pero, al mismo tiempo, están controlados de modo centralizado por gobernadores federales. A su vez, estos estados y territorios eligen a 233 miembros de la Cámara Alta del Parlamento federal, la Rajya Sabha. Todos los ciudadanos, por su parte, tienen derecho de voto y eligen a 543 de los 545 representantes de la Cámara Baja, la Lok Sabha. Las dos cámaras eligen al presidente del país. A continuación, el presidente nombra primer ministro al jefe del partido mayoritario en la Lok Sabha. Teóricamente, el primer ministro es el jefe ejecutivo del país, pero en la práctica debe negociar con todos los dirigentes de los estados y territorios y con la burocracia que es en gran medida autónoma.
Y eso es sólo el principio: también tiene que conciliar a los poderosos grupos religiosos, étnicos y con intereses especiales, así como intentar apaciguar o reprimir a los disidentes armados, encuadrados en una veintena de movimientos insurgentes o terroristas.
Por si no fuera complejidad suficiente, el país se encuentra embarcado en un decidido esfuerzo por reconstituir uno de sus legados más atractivos e importantes, los concejos llamados Panchayat-i Raj, que gobernaron de modo tradicional 550.000 aldeas indias de modo prácticamente autónomo.
La Constitución india no sólo garantiza que todos los ciudadanos gozan de libertad de expresión, creencia, reunión, desplazamiento, así como la elección de oficio, sino que todos tienen también derecho a una educación libre. Esta garantía no se ha satisfecho. Alrededor de la mitad de la población es hoy analfabeta. Casi tan paralizante para el funcionamiento de la sociedad india es la diversidad lingüística. Los hablantes están divididos entre 96 lenguas importantes, de las cuales 15 son oficiales; incluso una lengua relativamente “menor” como el gujarati tiene más hablantes que la población española. Lo más parecido a un idioma común es el inglés, que es reconocido como clave para el progreso económico y social.
En parte es así porque las compañías europeas y estadounidenses han aprovechado los bajos salarios y la alta tecnología para subcontratar en India buena parte de su contabilidad y otras tareas. Es posible, por ejemplo, que una solicitud telefónica de información realizada en una ciudad estadounidense sea respondida por un operador en Hyderabad. Eso ha convertido el aprendizaje del inglés en el aspecto más popular de la educación india; cualquier ciudad del país tiene al menos una “academia” donde se enseña “inglés para informática”.
A los indios les preocupa que su sistema educativo no satisfaga la demanda. El número de analfabetos asciende a centenares de millares. Se trata de un hecho crucial para la salud de la república india, porque como ha escrito el premio Nobel indio Amartya Sen: “Una población analfabeta no sabe utilizar los derechos democráticos”. Votan pero no saben leer. Sin embargo, el Gobierno indio gasta en educación una cifra muy inferior a la media mundial. A los 65 millones de niños que trabajan en las maquiladoras urbanas no les queda demasiado tiempo ni energía para educarse. Y la situación es mucho peor en el campo, donde más de 35 millones de niños no reciben ningún tipo de educación.
Incluso donde la educación está disponible, la calidad es muy baja. Como ha escrito el conocido crítico social Patwant Singh: “De los 2 millones de graduados que se titulan todos los años, sólo el 5 por ciento satisface unos parámetros internacionales”. A la educación superior se dedica menos de la décima parte de ese presupuesto educativo ya de por sí escaso. Por ello, los más dotados (unos 19.000 en el 2006) abandonan India para estudiar en Europa. La disparidad entre la república democrática que India está decidida a tener y la capacidad de sus ciudadanos para participar en ella quizá sea el desafío más difícil al que se enfrentará el país a lo largo de este siglo.

La opinión de Luis Rubio

Urge prudencia/Luis Rubio
Publicado en Reforma, 16 diciembre 2007;
El tono de la política mexicana está dando un viraje hacia terrenos poco halagüeños, por no decir peligrosos. Las palabras del discurso y la opinión pintan un cuadro particularmente insensato y preocupante, y las palabras importan porque crean un entorno, dan forma a un ambiente en el cual se cultiva igual la paz y la convivencia que la confrontación y la violencia. Lo peor de todo es que, con contadas excepciones, este ambiente es producto, en muy buena medida, de movimientos sensatos y responsables, así pudiesen ser errados, cuyo objetivo es la integración de una estructura funcional de interacción política. Pero en política lo que cuenta no son las intenciones sino las acciones y sus resultados. Y en ese frente el país enfrenta un caldo de cultivo por demás pernicioso.
Las palabras lo dicen todo. Cualquiera que vea los titulares de los periódicos, el contenido de los noticieros o las columnas de opinión no puede dejar de escuchar o leer palabras explosivas que quizá describan el panorama político del país pero que no por eso dejan de ser incitantes y provocadoras. Palabras como "mezquindad", "vocación golpista", "complicidad", "agandalle", "reventón social", "simulación", "vacilada" y "ruptura", todas ellas típicas del escenario político nacional actual (y tomadas del periódico en los últimos días), evidencian un grave deterioro del discurso político y deben ser atendidas. En 1994 vivimos un entorno similar que terminó en un levantamiento y varios asesinatos. Todos los políticos, además de los ciudadanos, tienen la obligación de cuidar el lenguaje y evitar ser parte del deterioro.La problemática actual se remite a dos circunstancias. Una tiene que ver con la fragilidad de nuestras instituciones, que no cumplen su función primordial de canalizar el conflicto y que evidenciaron sus límites el año pasado. La otra es producto de las tensiones que está generando el propio proceso de intento de reconstrucción institucional en el Congreso. Es decir, una fuente de tensiones es, por así decirlo, histórica y tiene su origen en la disfuncionalidad de los mecanismos institucionales en la etapa post-presidencialista de nuestro sistema político. La otra fuente de tensiones surge del proceso de la llamada reforma del Estado que ha estado conduciendo el Senado en un afán por corregir o atenuar la disfuncionalidad institucional y que está sacando chispas por todos lados. Es evidente que cualquier proceso de cambio y reforma genera conflicto; la pregunta es si el actual es un conflicto generado por perdedores marginales o por actores centrales que están siendo excluidos. La diferencia no es menor.
Aquí van unas consideraciones al respecto: 1. Lo primero que es evidente es que por más cambios y reformas, el estilo de hacer política no cambia. Como la energía, que no se crea ni se destruye, la política mexicana parece que sólo cambia de actores. Antes no se podía tocar al presidente ni con el pétalo de una rosa. Hoy son los legisladores quienes se sienten dueños del poder y, por lo tanto, intocables. Sentados en su macho, se sienten libres de descalificar a cualquiera que ose plantear una postura distinta. Lo mejor que pueden decir es que se trata de una "vacilada".
2. Una sociedad compleja y diversa como la mexicana inevitablemente arroja posturas distintas, visiones encontradas e intereses contrapuestos. Si aspiramos a ser una nación civilizada, tenemos que respetar esas diferencias y emplear los medios institucionales para dirimirlas. Las controversias constitucionales y los amparos están ahí para proteger a los intereses particulares o grupales del abuso de la autoridad. Quienes deciden ir por ese camino tienen exactamente el mismo derecho de avanzar y proteger sus intereses que tienen los diputados y senadores que negocian las leyes. Ni siquiera es posible discernir si unos intereses son menos particulares o mezquinos que los otros.
3. La sociedad mexicana ha conocido violencia de verdad y no me refiero exclusivamente a la violencia política de la década de los noventa. La guerra de Independencia y la Revolución fueron dos grandes guerras civiles que acabaron destruyendo la infraestructura física del país y matando a millones de personas. No hay duda que las circunstancias son distintas, pero las tensiones no son menores y nadie debería estar jugando a probar los límites.
4. Persiste una franja marginal pero no irrelevante de activistas políticos, sobre todo en la izquierda, que fervientemente creen que la situación "mientras peor, mejor", pues, en su ceguera, creen que eso avanza su causa. Quienes así piensan no pueden acabar de entender que lo único que avanzan con esas formas, planteamientos y estrategias que los acompañan es provocar la reacción opuesta. Si algo ha caracterizado a la política mexicana en los últimos meses es la tendencia hacia la reconcentración del poder, lo que implica que de empeorar las cosas de verdad empeorarían. Nadie gana con provocar violencia.
5. La mexicana nunca ha sido una sociedad democrática. Los gobiernos que han funcionado bien a lo largo de la historia han sido exitosos no por la participación popular sino por los mecanismos de control que los sustentaban. En la medida en que se deterioraron esos mecanismos, surgieron formas distintas de lograr el control social, algo necesario y normal en todas las sociedades, mientras sea ejercido bajo normas establecidas y con sus debidos contrapesos. Las instituciones electorales de los últimos años fueron una gran innovación en esta lógica porque, al crear un entorno de certidumbre, evitaban y hacían (o debían hacer) costosas las respuestas no institucionales. La reforma electoral reciente es un intento de satisfacer los reclamos del PRD. Al día de hoy no es obvio que ese partido quede satisfecho con lo logrado y, en cambio, la reprobación social al proceso es evidente. Queda por ver cuál es el balance final, pero no parece promisorio.
No hay ni la menor duda de que estamos viviendo un momento de gran conflictividad política. Esta conflictividad, como se apuntaba antes, tiene dos orígenes y la duda generalizada es si las reformas recientes contribuyen a atenuarla o la están atizando. Tal vez no haya forma de saber sino hasta que pase suficiente tiempo como para probar su efectividad o para que se desechen ante la presión social. Mientras eso ocurre, todos deberíamos ser cuidadosos en el uso del lenguaje, en el respeto al derecho de otros por buscar salidas institucionales y legales a sus agravios o diferencias. La alternativa es demasiado grave como para contemplarla sin preocupación.
Página de internet: www.cidac.org

Qué no estaban ebrios (por lo menos los del PAN)

Inventa Monreal, reviran panistas
Retan a perredista a aportar nombres de legisladores en íestado inconveniente
Publicado en Reforma, 16/12/2007;
Claudia Salazar, reportera. Legisladores del PAN aseguraron que el senador perredista Ricardo Monreal distorsionó la realidad al afirmar que había legisladores bajo el efecto del alcohol durante la discusión de la reforma judicial y de seguridad pública en la madrugada del viernes pasado. 
Felipe González y Alejandro Zapata llamaron a Monreal el "Fernández Noroña" del Senado, por sus declaraciones escandalosas, en alusión al polémico perredista que protagoniza movilizaciones contra el PAN y Felipe Calderón.