México, un País con tradición democrática consolidada después de los grandes acontecimientos que vivió a raíz de su movimiento de independencia hasta los primeros treinta años del siglo XX.

Una democracia fincada en la voluntad popular, ha sido sustituida por una voluntad presidencial que cada vez se vuelve dictatorial y contraria a nuestra constitución.
La voluntad política del gobernante, debe ser, sin duda, fortalecer nuestras instituciones y consolidar nuestro régimen federal y republicano. El gobernante tiene la obligación de buscar las medidas que sean necesarias para que la voluntad democrática del pueblo que lo llevó al poder público, sea fiel a lo que mejor ayude al País para crecer y proyectarse como nación fuerte e independiente ante la comunidad internacional.