13 oct 2023

Tras el ultimátum, Israel lanza sus primeras incursiones en Gaza

Tras el ultimátum, Israel lanza sus primeras incursiones en Gaza y Netanyahu advierte que es “solo el principio”

LA NACION, 13 de octubre de 2023;

Elisabetta Piqué ENVIADA ESPECIAL

JERUSALÉN.- En vísperas de cumplirse este sábado una semana del sorpresivo asalto de Hamas que conmovió al mundo por su barbarie y desató una nueva guerra de consecuencias impredecibles en Medio Oriente, Israel puso en marcha este viernes incursiones terrestres en la Franja de Gaza, luego de lanzar un ultimátum para que 1,1 millón de palestinos se fueran desde el norte al sur del enclave. El objetivo es liberar a alguno de los cerca de cien rehenes en manos de la organización terrorista palestina.

“Esto es sólo el principio”, aseguró el golpeado primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una aparición televisiva sin precedente como todo lo que ocurre en este rincón del mundo desde el sábado pasado. Fue en medio del Shabbat -el día de descanso sagrado de los judíos-, excepcionalmente roto porque, como cuando hay peligro de supervivencia, pueden quebrarse las leyes religiosas, dijeron los rabinos.

En su aparición, Netanyahu que deberá rendir cuentas por la mayor falla jamás habida en la seguridad de la historia del país sentenció que Israel “jamás olvidará los horribles actos de nuestros enemigos”.

“Estamos luchando como leones”, aseguró Netanyahu, que, envalentonado por el respaldo inequívoco tanto militar como de palabra de Estados Unidos, como de la Unión Europea (UE), prometió “aniquilar a Hamas y alcanzar la victoria”.

“Llevará tiempo, pero terminaremos esta guerra más fuertes que nunca”, señaló el premier. Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), en las incursiones de las últimas horas en Gaza los efectivos de infantería recuperaron cadáveres de israelíes desaparecidos, así como objetos que podrían ayudar a la recuperación de secuestrados por Hamas.

El vocero de las FDI dijo que los soldados también “destruyeron infraestructuras y escuadrones terroristas que encontraron sobre el terreno, entre ellos un escuadrón de Hamas que disparaba misiles antitanque hacia Israel”.

La intervención de Netanyahu llegó al cabo de una jornada que comenzó con un ultimátum a los gazatíes que pareció confirmar una inminente invasión terrestre, en una guerra que ya dejó unos 1300 israelíes y 1900 palestinos muertos, según diversos reportes.

Luego de haber amasado en los últimos días de luto y shock medios militares y más de 300.000 reservistas en la frontera con Gaza, intensos bombardeos y un bloqueo total del enclave, el Ejército israelí ordenó en la madrugada del viernes la evacuación inmediata de más de un millón de habitantes desde el norte de la Franja de Gaza al sur.

El ultimátum de 24 horas, considerado irrealizable y catastrófico por diversas organizaciones internacionales, provocó un desesperado éxodo de miles de civiles. Con rostros aterrados, valijas, bolsos y bultos y en medio de barrios en ruinas, según las imágenes, mujeres, niños, ancianos, a bordo de cualquier medio, e incluso a pie, en efecto, por la mañana comenzaron a dejar sus residencias de Ciudad de Gaza, con rumbo al sur, en una marcha de al menos diez kilómetros.

Mientras el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó este viernes a Israel a “evitar una catástrofe humanitaria”, el presidente norteamericano, Joe Biden, dijo que “es prioritario abordar la crisis humanitaria en Gaza”.

En Gaza, uno de los lugares más densamente poblados del mundo, viven hacinados más de dos millones de personas en una franja de 40 kilómetros de largo por 10 de ancho. El enclave está bajo un implacable asedio desde el sábado, y la única salida para la gente sería Rafah, en la frontera con Egipto, que se encuentra totalmente cerrada y, además, dañada por los bombardeos.

El ultimátum tuvo lugar en otra jornada al rojo vivo. Siguieron lloviendo cohetes desde Gaza, recrudeció la tensión en el norte de Israel por ataques cruzados desde el sur del Líbano con el grupo Hezbollah en el que murió un periodista de Reuters y el gobierno de unidad nacional de Netanyahu volvió a recibir muestras de respaldo occidental.

Las sirenas siguieron sonando en varias de las ciudades del sur, cercanas a la Franja de Gaza, como Ashkelon y Sderot, así como en Tel Aviv, después de nuevas andanadas de misiles lanzados desde Gaza, que provocaron algunos daños menores y ulterior tensión. La presidenta de la Comisión Europea (UE), Ursula von der Leyen; la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el presidente israelí, Isaac Herzog, debieron interrumpir su encuentro en Tel Aviv para protegerse junto a sus delegaciones en un refugio durante una alarma aérea.

“La fuerza que hay en el ADN de cada judío está conectada a una lucha por la supervivencia que duró miles de años. Uno de los resultados no cambia nunca: nuestros enemigos intentan eliminarnos, pero al final nosotros sobrevivimos, mientras que ellos desaparecen”, dijo, en tanto, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallan, al cabo de un encuentro con el secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, segundo alto funcionario estadounidense que llega a Israel para manifestar su solidaridad, después del secretario de Estado, Antony Blinken.

Por la madrugada, dejando en claro que estaba a punto de ingresar, el Ejército de Israel llamó a “la evacuación de todos los civiles de la Ciudad de Gaza de sus casas hacia el sur por su propia seguridad y protección, y moverse al área al sur de [la quebrada] Wadi Gaza”. Informada de este ultimátum para la “reubicación” de 1,1 millón de habitantes, la ONU urgió anular inmediatamente esa medida tras advertir que era “imposible” su ejecución.

Lo mismo hizo el representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, que consideró “absolutamente irrealizable” que un millón de personas pudieran moverse en 24 horas, al igual que otros organismos, como por ejemplo la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).

“El aviso de 24 horas dado por las autoridades israelíes a la población del norte de Gaza para que abandone sus tierras, hogares y hospitales es indignante: representa un ataque a la atención médica y atenta contra cualquier principio de humanidad”, advirtió Meinie Nicolai, directora general de MSF. “Estamos viendo cómo se usa constantemente un lenguaje deshumanizador y esta violencia es una manifestación de ello. Estamos hablando de más de un millón de seres humanos. La violencia que estamos viendo no tiene precedentes. Gaza está siendo arrasada y miles de personas están muriendo. Esto debe terminar ya. Condenamos de la forma más rotunda esta exigencia de Israel”, agregó.

El ultimátum provocó aún más pánico en Gaza, donde los bombardeos de los últimos días, amén de destrucción y muerte, dejaron a 423.000 desplazados, según cifras de la ONU. Todo esto en medio de un asedio por el que la población fue dejada sin luz, agua y combustible, en un asedio en venganza por el ataque masivo del sábado.

“Es una catástrofe”, graficó, en diálogo telefónico con LA NACION, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco de Gaza desde hace más de cuatro años, que no ocultó su desesperación. El sacerdote, del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) se encuentra en Belén. Debido al bloqueo y a los bombardeos y a la ausencia de cualquier corredoer, nunca logró regresar a Gaza desde que volvió de Roma, después de haber asistido al consistorio en el que el Papa designó cardenal al Patriarca latino de Jerusalén, el franciscano Pierbattista Pizzaballa.

Romanelli contó que desde que en la madrugada le advirtieron del ultimátum, en contacto con su vicario, el padre Yussef -egipcio y del IVE-, no paró de trabajar. “Hasta ahora el ultimátum sigue en curso y es una catástrofe porque es inviable. ¿Cómo puede moverse 1,1 millón de personas cuando, además, están bombardeando?”, se preguntó.

“En nuestra Iglesia siempre tuvimos un oasis de paz, nunca nos metimos en política, porque el contexto es extremadamente delicado y no estamos para eso y siempre nos han asegurado que en los lugares de la Iglesia no iban a entrar”, dijo. En Gaza, donde la mayoría es musulmana, viven 1017 cristianos, de los cuales 135 católicos.

Más allá de ser minoría, su iglesia de la Sagrada Familia siempre estuvo abierta a musulmanes, ancianos, enfermos y niños durante las últimas guerras. Y también ahora. “Estamos en Ciudad de Gaza y al menos hasta ayer teníamos 700 personas refugiadas. Hay muchos ancianos, enfermos, 54 niños discapacitados y siguen llegando personas desesperadas. La gente está aterrada, no sabe qué hacer y es todo un gran caos”, relató.

Romanelli contó que una familia que se fue hacia al sur del enclave palestino, como exige el ultimátum, quedó en medio de un bombardeo. “Lo mismo pasó en los últimos días, cuando a las personas que vivían cerca del muro este de la franja le dijeron de despazarse al centro y después bombardearon al centro de Gaza”, denunció, al destacar que las personas que estaban en su parroquia, o en la Escuela de la Sagrada Familia y en la de las Hermanas del Rosario, no tenían intención de obedecer un ultimátum absolutamente imposible de cumplir. “No quieren, ni pueden”, dijo. Y explicó: “En la casa de Jesús nos sentimos protegidos”.

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