Evitemos el peligro de caer en “horrores” como el genocidio armenio: Francisco.
En su discurso dirigido al Presidente Serzh Sargsián, a las
autoridades civiles y el cuerpo diplomático de Armenia, el Papa Francisco
afirmó que la humanidad debe aprender de las trágicas experiencias del pasado
para “evitar el peligro de volver a caer en tales horrores” como el genocidio
armenio.
Sargsián
resaltó que “el cristianismo es más que una religión para nosotros. Es un
estilo de vida que ha insertado en el pueblo armenio el deseo de vivir en paz y
la filosofía de superar las dificultades con moderación y dignidad”.
Dirigiéndose
al Santo Padre, el mandatario dijo que “mientras más cristianos somos, más
respetamos y apreciamos la fe de otros, más tolerantes y amantes de la paz nos
hacemos, capaces de coexistir pacíficamente con otros pueblos y cuidamos
incluso mejor el legado cultural y espiritual de otros en nuestra tierra”.
Por
su parte, el Papa Francisco resaltó la importancia de la tarea de la Iglesia
por el respeto de los derechos humanos y los valores en el mundo.
Por
ello subrayó que “es vital que todos los que confiesan su fe en Dios unan sus
fuerzas para aislar a quien se sirva de la religión para llevar a cabo
proyectos de guerra, de opresión y de persecución violenta, instrumentalizando
y manipulando el santo nombre Dios”.
“En
la actualidad, igual e incluso tal vez más que en la época de los primeros
mártires, los cristianos son discriminados y perseguidos en algunos lugares por
el mero hecho de profesar su fe, mientras que en diversas zonas del mundo no se
encuentra solución satisfactoria a muchos conflictos, causando dolor,
destrucción y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras”, denunció.
Luego
de resaltar la importancia de que los responsables de las naciones trabajen por
la paz, Francisco se refirió al genocidio armenio, que en el país es conocido
como “El Gran Mal” y afirmó que “aquella tragedia, por desgracia, aquel
genocidio, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo
pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que
cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la
aniquilación de poblaciones enteras”.
En
palabras improvisadas, el Papa dijo al Presidente armenio que “es tan triste
como en esto (…) las grandes potencias internacionales miraban a otra parte”.
“Rindo
homenaje al pueblo armenio, que, iluminado por la luz del Evangelio incluso en
los momentos más trágicos de su historia, siempre ha encontrado en la cruz y en
la resurrección de Cristo la fuerza para levantarse de nuevo y reemprender el
camino con dignidad”, prosiguió.
El
Papa dijo luego a los presentes en el palacio presidencial que la historia de
Armenia “está unida a su identidad cristiana, custodiada durante siglos. Esta
identidad, en vez de ser un obstáculo para una sana laicidad del Estado, más
bien la reclama y la alimenta, favoreciendo participación ciudadana de todos
los miembros de la sociedad, la libertad religiosa y el respeto a las
minorías”.
Para
concluir, el jesuita hizo votos para que “Dios bendiga y proteja a Armenia,
tierra iluminada por la fe, por el valor de los mártires, por la esperanza, que
es más fuerte que cualquier sufrimiento”.
Fuente: ACI Prensa (@aciprensa) 24 de junio de 2016
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