Mensaje de ALEJANDRO ARMENTA MIER, PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA, ayer en Querétaro.
Ciudadano presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador.
Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ciudadano presidente de la Cámara de Diputados.
Señor gobernador del estado de Querétaro.
Señoras y apreciables gobernadoras, gobernadores.
Jefa de Gobierno.
Señor secretario de Gobernación.
Señor secretario de Marina.
Señor secretario de la Defensa.
Amigas, amigos secretarios.
Alcaldes.
Diputadas, diputados.
Senadores, senadoras.
A 106 años de la promulgación de nuestra Constitución, esta, esta Constitución del 17 se consolida como la base de la estructura, organización y funcionamiento de la República, y expresión de los derechos fundamentales de las y los mexicanos.
Este proceso ha tenido varias etapas innegables históricamente. Durante la Independencia y la etapa de Reforma, muchos hombres y mujeres, que no describe la historia, que están en el anonimato, nacionalistas y liberales, materializaron los sentimientos de una sociedad que luchó por su independencia y soberanía.
La separación del Estado y la Iglesia fue tan importante como lo es hoy y será en el futuro la separación del poder económico y del poder político para el beneficio de las y los mexicanos.
La Constitución del 17 sí incluyó por primera vez en su texto el derecho a la educación, al trabajo, a la seguridad social, a la tierra.
Los movimientos sociales de esa etapa revolucionaria quedaron plasmados en ese año en la Constitución. En este mismo recinto donde hoy nos encontramos se protestó firmó la Constitución que inscribió garantías y derechos humanos, y proclamó la soberanía.
En ese entonces todos los constituyentes eran hombres; hoy, es una realidad, hay paridad de género y estamos avanzando.
A partir del 2018, por mandato soberano de más de 30 millones de mexicanos, ha iniciado la cuarta etapa de la transformación de México. El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador encabeza, acompañado del Poder Legislativo y sin menoscabo de la independencia entre los poderes públicos, esta fase histórica de nuestra nación.
Las siguientes reformas constitucionales son el reflejo del humanismo mexicano que caracteriza esta cuarta etapa transformadora.:
Aprobamos en el Congreso la Ley de Austeridad Republicana, reclamo de los mexicanos.
Aprobamos una nueva reforma educativa.
Creamos la Ley de Economía Circular, para proteger la vida del planeta.
Creamos la Ley de la Guardia Nacional.
Reformamos la Ley General de Salud respecto al etiquetado nutricional. Somos el primer país en el mundo en obesidad infantil, el segundo lugar en obesidad en adultos mayores y la segunda causa de muerte en México es la diabetes mellitus.
Reformamos el artículo 108 y 111 para la revocación del mandato. El pueblo pone y el pueblo quita.
Reformamos el artículo 4º, para convertir las dadivas en derechos a favor de los adultos mayores, las personas con discapacidad y los jóvenes.
Reformamos en materia de salario mínimo y dimos vacaciones dignas.
Reformamos los derechos en materia de mujeres y de niños.
Las reformas que hemos construido con el presidente de la República buscan eliminar el presidencialismo abusivo y materializar la separación del poder económico del poder político. Por eso aprobamos el artículo 19 de la Constitución en su reforma, para declarar como delito grave el fraude electoral, la corrupción y el robo de hidrocarburos, sinónimo de la corrupción del régimen presidencial.
Logramos la Ley de Extinción de Dominio.
Se creó la ley contra empresas fantasmas y facturación falsa, base del saqueo fiscal a la patria que tanto llena de indignación a la población.
Creamos la Ley del Juicio Político.
Y reformamos el artículo 28 de la Constitución, para eliminar la condonación de impuestos, que sólo beneficiaba a las empresas e intereses extranjeros.
Estas reformas, todas estas reformas, sin un constituyente, son el resultado del movimiento social que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por eso afirmo categóricamente como presidente del Senado, que el Humanismo Mexicano expresado por el Ejecutivo federal es un concepto válido, sustentado en la razón jurídica y en la esencia de todas estas modificaciones que hemos hecho a favor de las y los mexicanos, quienes nos exigen, ellos y ellas, legítimamente a todas y todos nosotros, autoridades, instituciones, representantes, entes autónomos del Estado, nos exigen los mexicanos sensatez e institucionalidad para hacer posible recuperar la nación y lograr una justa distribución de su riqueza y bienestar, porque eso no se habló en los discursos de hace un momento.
Es posible hacer patria, sí, sí es posible, hacer patria y hacer el bien en México si nos conducimos con estricto sentido a la aplicación del artículo 1º de la Constitución, que señala: ‘Todas las autoridades en el ámbito de nuestras competencias tienen la obligación de promover, de respetar, de proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con esos principios de universalidad, independencia y progresividad’.
Las reformas constitucionales que hemos hecho para honrar el 106 aniversario de nuestra Constitución le otorgan a México motores jurídicos de prosperidad para México.
Pasamos ya, ya pasamos del 17 al 2018 de instituciones políticas extractivas, que entregaron la riqueza nacional y nuestros recursos naturales al exterior, a la consolidación de las instituciones políticas inclusivas que permitirán el desarrollo de México para las próximas generaciones.
En breve, muy en breve, alcanzaremos la soberanía energética para poder aspirar a la soberanía financiera, para que el sueño mexicano de lograr la distribución justa de la riqueza se perciba en los hogares del país.
Esa, esa, señoras y señores, es la esencia concreta que inspiró a los fundadores de nuestra patria y a los reformadores de nuestras instituciones que hoy nos convocan a compartir el 106 aniversario de la Constitución Mexicana de 1917.
Muchas gracias.
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