Hoy es la fiesta de Santa María Magdalena, apóstola de los apóstoles
El 10 de junio del 2016, el Cardenal Robert Sarah, entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, emitió un decreto en el que, siguiendo la voluntad del Papa Francisco, se estableció que la memoria litúrgica de Santa María Magdalena que se celebra el 22 de julio, pase al rango de festividad.
"En la misa y en el oficio divino que se celebrarán a partir de ahora dicho día, se utilizarán los textos habituales utilizados en el Misal Romano y en la Liturgia de las Horas, pero la celebración de la Misa contará con un prefacio proprio titulado “de apostolorum apostola” (Apóstola de los apóstoles), que reproducimos a continuación en latín. Será tarea de los obispos, previa aprobación de la Santa Sede, hacerlo accesible en las diversas lenguas vernáculas"
Prefacio de Apostolo
Vere dignum et iustum est,
æquum et salutáre,
nos te, Pater omnípotens,
cuius non minor est misericórdia quam potéstas,
in ómnibus prædicáre per Christum Dóminum nostrum.
Qui in hortu maniféstus appáruit Maríæ Magdalénæ,
quippe quae eum diléxerat vivéntem,
in cruce víderat moriéntem,
quæsíerat in sepúlcro iacéntem,
ac prima adoráverat a mórtuis resurgéntem,
et eam apostolátus offício coram apóstolis honorávit
ut bonum novæ vitæ núntium
ad mundi fines perveníret.
Unde et nos, Dómine, cum Angelis et Sanctis univérsis
tibi confitémur, in exsultatióne dicéntes:
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus Sábaoth…
En referencia a ella, Benedicto XVI expresó en el año 2006: “La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.
María Magdalena no fue prostituta, asegura investigadora en libro.
Jennifer Ristine presentó hace años su obra “María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala”. La autora argumenta que con base en hallazgos arqueológicos, la mujer que descubrió la tumba vacía de Jesús vivió en un pueblo próspero y terminó por convertirse en la “apóstola de los apóstoles”.
María Magdalena, una de las figuras femeninas más relevantes de la Biblia, fue la que persona que descubrió la tumba vacía de Jesús, según el Evangelio de San Marcos, y presenció su resurrección. Ahora es reivindicada en un nuevo libro: “María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala”, de Jennifer Ristine.
La investigadora revela que existen pruebas de que María Magdalena fue una mujer con recursos, que vivió en un pueblo próspero dedicado a la pesca y al comercio y que no fue una prostituta.
Ristine hizo una profunda investigación, que incluye recientes descubrimientos arqueológicos, la cual invita a repensar la imagen tradicional de esta mujer, una de las más fascinantes y misteriosas de los Evangelios.
Los restos arqueológicos de Magdala evidencian que “procedía de una ciudad judía rica”, así como “las inscripciones sagradas y los versos de la Biblia, que mencionan que cuida a Jesús con sus propios recursos”.
“María Magdalena fue real. Los desafíos, las luchas y las alegrías de su vida fueron reales”, aseguró la autora y presidenta del Instituto Magdalena que intenta reconstruir la imagen de esta mujer tras cuatro años de trabajo, estudio y reflexiones a la orilla del mar de Galilea, donde las referencias históricas indican que nació y vivió.
Gracias a minuciosas excavaciones arqueológicas y estudios realizados durante años por especialistas de todo el mundo, se ha podido aprender más sobre el estilo de vida de María de Magdala durante el siglo primero y entender más sobre otras figuras bíblicas.
“El libro que escribí es para públicos distintos, sobre todo para los guías turísticos y peregrinos que vienen a Magdala y tienen preguntas sobre María Magdalena”, comenta Ristine a la agencia EFE y agrega que se siente inspirada por su figura porque “encarna el drama humano de la redención”.
Para Ristine María Magdalena “es el ejemplo de que no hay situación suficientemente grave o difícil que no pueda ser resuelta”, y en el libro intenta transmitir el mensaje de que el debate sobre si fue prostituta es secundario y probablemente erróneo.
“¿Era una prostituta o no?”, se pregunta Ristine, que lo considera “un asunto secundario” que, sin embargo, ve como “una mala interpretación”.
En los Evangelios son múltiples las referencias a María Magdalena: como la pecadora (Lc. 7, 37-50); como una de las mujeres que seguían al Señor (Jn. 20, 10-18) y como María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42). La liturgia romana identifica a las tres mujeres con el nombre de María Magdalena, como lo hace la antigua tradición occidental desde la época de San Gregorio Magno.
El error fue del Papa Gregorio I Magno
En la homilía 33 pronunciada en el siglo sexto nace la idea de que ella era prostituta. “La que Lucas llama pecadora y Juan, María, creemos que es la María de la que, según Marcos, fueron echados siete demonios. ¿Y qué si no todos los vicios significan esos siete demonios?”.
Ristine precisa que si bien el Papa Gregorio nunca habló explícitamente de ella como prostituta, sí dijo que era una “mujer pecadora”, relacionando la expulsión de los siete demonios con otra escena del Evangelio, que habla de María ungiendo los pies de Cristo con perfume.
Aclara que si bien la tradición identificó a las dos Marías como la misma persona: la de los siete demonios y la del ungimiento a los pies de Jesús, no se puede afirmar con certeza absoluta que fuese así. No existen aún pruebas de que lo fuesen, aunque tampoco existen evidencias en sentido contrario.
Empero, la autora indica que la confusión nace de la mala interpretación.
Después se la representó con sus cabellos rubios o colorados, que era símbolo de las mujeres cortesanas.
La apóstola
En la cultura popular también se transmitió esa idea e incluso en Hollywood. Por ejemplo en la película “La Pasión”, de Mel Gibson, en la cual se le vincula con la mujer adúltera que están a punto de apedrear y Jesús salva.
Para reforzar el nuevo libro, hace unas semanas se dio a conocer el filme británico “María Magdalena, apóstola de los apóstoles”, dirigida por el australiano Garth Davis, quien en 120 minutos narra la historia de María, y le da el enfoque que relata Ristine en su libro.
Recordemos que el Papa Francisco la rescató en 2016 y la colocó en su lugar: María Magdalena, “apóstola de los apóstoles”.
“Precisamente porque fue testigo ocular de Cristo resucitado fue también, por otra parte, la primera en dar testimonio delante de los apóstoles. Cumplió con el mandato del resucitado: “Ve donde mis hermanos y diles. María de Magdala fue a anunciar a los discípulos: “He visto al Señor” y “lo que Él le había dicho”.
De este modo se convierte en evangelista, es decir, en mensajera que anuncia la buena nueva de la resurrección del Señor, o como decían Rabano Mauro y Santo Tomás de Aquino, en “apóstola de los apóstoles”, porque anunció a los apóstoles aquello que, a su vez, ellos anunciarán a todo el mundo”.
Jennifer Ristine reconoce que su libro representa un cambio de enfoque sobre la vida de una mujer muy importante en la historia del cristianismo.
“No soy arqueóloga pero he trabajado con ellos, analizado los descubrimientos, leyendo los textos. Eso ayuda para promover la información que se va descubriendo y comparte con la gente que va cada día lo que tenemos aquí”, dice.
Para Marcela Zapata-Mesa, arqueóloga que dirige las excavaciones desde que comenzaron en 2010, Magdala es importante como yacimiento que puede aportar información “sobre qué pasa con los judíos y los cristianos tras la destrucción del Templo de Jerusalén”.
“Supone la posibilidad de encontrar el vínculo entre el judío y el judío que empieza a vivir como cristiano”, cuenta la arqueóloga que agrega que podría ser “el lugar de encuentro” entre judaísmo y cristianismo.
María Magdalena fue tachada durante siglos de poseída por siete demonios, y además fue considerada como prostituta. “Algunos dijeron que Jesús había expulsado siete demonios de mis entrañas, pero tampoco eso es verdad. Lo que Jesús hizo, sí, fue despertar los siete ángeles que dormían dentro de mi alma esperando a que él viniera a pedirme socorro: ayúdame”, escribió Saramago como epílogo a una de sus grandes libros, “El evangelio según Jesucristo”, de 1991.
Muy tarde se reconoce que sin las mujeres probablemente no hubiera surgido el cristianismo, o quizá no se hubiera expandido tanto. Ellas acompañaron a Jesús desde el comienzo en Galilea hasta el final en el Gólgota, sobre todo María de Magdala.
Habrá que leer el libro,
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