30 nov 2006

Antonio Roqueñí Ornelas: ¡El OMBUDSMAN!



In Memorian
Antonio Roqueñí Ornelas:
TLALPAN DF, 11/09/1934- México DF; 29/11/ 2006
Este texto lo leí en los funerales del Dr. Antonio Roqueñí lo comparto en este espacio.
¡Ah... Qué pena siente el alma!, dice una canción de la chilena Violeta Parra.
Hace unas horas me acaban de avisar que murió Antonio Roqueñí Órnelas.
¡La noticia me cayó como bomba!
Me la dio pasada la una de la tarde mi amigo Ricardo Alemán
-¿Estas seguro?-, le pregunte.
-Sí, desgraciadamente-, me respondió: "lo acabo de escuchar en la radio con López Doriga. (Roqueñí era comentarista ocasional con Joaquín en ese programa).
Pero como buen reportero me dijo: ¡mejor confírmala!
No había necesidad, pero lo hice. De inmediato me lo ratificó su fiel secretaria del Montepío Luz Savignon.

28 nov 2006

El Papa con el cuerpo Diplomático

Discurso del Papa en el encuentro que mantuvo con el Cuerpo Diplomático acreditado en Ankara, hoy martes 28/11/2006

Excelencias, señoras y señores:
Os saludo con gran alegría, a vosotros que, como embajadores, ejercéis el noble encargo de representar a vuestros países ante la República de Turquía y que con ilusión habéis querido encontrar al sucesor de Pedro en esta Nunciatura.
Doy las gracias a vuestro vicedecano, el señor embajador del Líbano, por las amables palabras que ahora me ha dirigido. Con alegría confirmo la estima que la Santa Sede ha expresado innumerables veces por vuestras altas funciones, que revisten hoy una dimensión cada vez más global. En efecto, vuestra misión os lleva antes de todo a proteger y a promover los intereses legítimos de vuestras particulares Naciones. «La inevitable interdependencia que hoy une cada vez más a todos los pueblos del mundo invita a todos los diplomáticos a ser, con espíritu siempre nuevo y original, artífices de entendimiento entre los pueblos, de la seguridad internacional y de la paz entre las naciones» (Juan Pablo II, Discurso al Cuerpo Diplomático, México, 29 junio 1979).
Deseo ante todo evocar con vosotros el recuerdo de las visitas memorables de mis dos predecesores a Turquía, el Papa Pablo VI, en 1967, y el Papa Juan Pablo II, en 1979. Y al mismo tiempo, ¡cómo no recordar al papa Benedicto XV, artífice infatigable de al paz en el curso del primer conflicto mundial, y del beato Juan XXIII, el papa «amigo de los turcos», que fue delegado apostólico en Turquía y después administrador apostólico del vicariato latino de Estambul, dejando en todos el recuerdo de un pastor atento y lleno de caridad, deseoso de encontrar y conocer a la población turca, de la cual era un reconocido huésped! Por lo tanto estoy feliz al ser hoy huésped de Turquía, venido como amigo y como apóstol del diálogo y de la paz.
Hace más de cuarenta años, el Concilio Vaticano II escribía que «la paz no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias», sino que «es el fruto del orden plantado en la sociedad humana por su divino Fundador, y que los hombres, sedientos siempre de una más perfecta justicia» (Gaudium et spes, 78).
En realidad, hemos aprendido que la verdadera paz tiene necesidad de la justicia, para que se corrijan las desigualdades económicas y los desórdenes políticos que son siempre factores de tensión y que amenazan a toda la sociedad. El desarrollo reciente del terrorismo y la evolución de ciertos conflictos regionales, por otra parte, han subrayado la necesidad de respetar las decisiones de las instituciones internacionales, es más, de apoyarlas, dotándolas de medios eficaces para prevenir los conflictos y para mantener, gracias a fuerzas de interposición, zonas neutrales entre los beligerantes.
Todo esto es, sin embargo, insuficiente si no se llega al verdadero diálogo, es decir a la concertación entre las exigencias de las partes implicadas con el fin de alcanzar soluciones políticas aceptables y duraderas, que respeten a las personas y a los pueblos. Pienso, de manera particular, en el conflicto de Oriente Medio, que perdura de manera inquietante, provocando un peso en toda la vida internacional, con el riesgo de ver esparcirse conflictos periféricos y difundirse acciones terroristas; aplaudo los esfuerzos de numerosos países que se han comprometido hoy en la reconstrucción de la paz en Líbano, y entre ellos Turquía.
Hago una vez más un llamamiento, ante vosotros, señoras y señores embajadores, para que la comunidad internacional vele, no despreocupe de su responsabilidad y despliegue todos los esfuerzos necesarios para promover, entre todas las partes en causa, el diálogo, que el es único que permite asegurar el respeto de los demás, salvaguardando los intereses legítimos y rechazando el recurso a la violencia.
Como escribí en mi primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, «la verdad de la paz llama a todos a cultivar relaciones fecundas y sinceras, estimula a buscar y a recorrer los caminos del perdón y de al reconciliación, a ser transparentes en las negociaciones y fieles a la palabra dada» (1 enero 2006, n 6). Turquía, que desde siempre se encuentra en una situación de puente entre Oriente y Occidente, entre el Continente asiático y el europeo, de cruce de culturas y de religiones, se ha dotado durante el pasado siglo de medios para convertirse en un gran país moderno, particularmente optando por un régimen laico, distinguiendo claramente la sociedad civil y la religión, permitiendo de este modo a cada una ser autónoma en su propio ámbito, siempre respetando la esfera de la otra.
El hecho de que la mayoría de la población de este país sea musulmana constituye un elemento significativo en la vida de la sociedad, a la que el Estado debe tener en cuenta, pero la Constitución turca reconoce a todo ciudadano los derechos a la libertad de culto y a la libertad de conciencia.
Es deber de las autoridades civiles en cada país democrático garantizar la libertad efectiva de todos los creyentes y permitirles organizar libremente la vida de la propia comunidad religiosa. Obviamente, deseo que los creyentes, de cualquier comunidad a la que pertenezcan continúen beneficiándose de estos derechos, con la certeza de que la libertad religiosa es una expresión fundamental de la libertad humana y de que la presencia activa de las religiones en la sociedad es un factor de progreso y de enriquecimiento para todos.
Esto implica, ciertamente, que las religiones por su parte no busquen ejercer directamente un poder político, porque no están llamadas a ello y, en particular, que renuncien absolutamente a justificar el recurso a la violencia como expresión legítima de la práctica religiosa. Saludo a este propósito a la comunidad católica de este País, poco numerosa pero muy deseosa de participar de la mejor manera posible en el desarrollo del país, especialmente por medio de la educación de los jóvenes, y en la edificación de la paz y la armonía entre todos los ciudadanos. Como he recordado recientemente, «tenemos absolutamente necesidad de un diálogo entre las religiones y entre las culturas, un diálogo capaz de ayudarnos a superar juntos todas las tensiones con un espíritu de fecundo entendimiento» (Discurso en el encuentro con los Embajadores de los Países musulmanes, Castel Gandolfo, 25 septiembre 2006).
Este diálogo debe permitir a las diferentes religiones conocerse mejor y respetarse recíprocamente para ponerse cada vez más al servicio de las aspiraciones más nobles del ser humano, que busca a Dios y la felicidad. Deseo por mi parte, poder manifestar nuevamente durante este viaje en Turquía toda mi estima por los musulmanes, invitándoles a seguir comprometiéndose juntos, gracias al respeto recíproco, a favor de la dignidad de todo ser humano y a favor del crecimiento de una sociedad en la que la libertad personal y la atención por el otro le permita a cada uno vivir en paz y serenidad.
De este modo las religiones podrán ofrecer su contribución para afrontar los numerosos que tienen que afrontar nuestras sociedades actuales. El reconocimiento del papel positivo que desempeñan las religiones en el seno del cuerpo social puede y debe llevar sin duda a nuestras sociedades a profundizar cada vez más en el conocimiento del hombre y a respetar cada vez mejor su dignidad, poniéndole en el centro de la acción política, económica, cultural y social.
Nuestro mundo debe tomar cada vez más conciencia del hecho de que todos los hombres están unidos por una profunda solidaridad con los demás y que deben ser alentados a destacar sus diferencias históricas y culturales, pero no para discutir sino para respetarse recíprocamente. La Iglesia, vosotros bien lo sabéis, ha recibido de su Fundador una misión espiritual y por lo tanto no pretende intervenir directamente en la vida política o económica. Sin embargo, a causa de su misión y de su larga experiencia en la historia de la sociedad y de las culturas, desea hacer oír su propia voz ante las naciones para que siempre se honre la dignidad fundamental del hombre, especialmente la de los más débiles. Ante el desarrollo reciente del fenómeno de la globalización, la Santa Sede espera de la comunidad internacional que se organice ulteriormente para darse reglas que permitan gobernar de manera mejor las evoluciones económicas, regular los mercados, suscitando por ejemplo relaciones regionales entre los países.
Estoy seguro, señoras y señores, de que tenéis muy presente, en vuestra misión de diplomáticos, la tarea de armonizar los intereses particulares de vuestro país con la necesidad de comprenderse los unos y los otros, poniéndoos de esta manera al servicio de todos. La voz de la Iglesia en la escena diplomática se caracteriza siempre por la voluntad, contenida en el Evangelio, de servir a la causa del hombre, y yo incumpliría esta obligación fundamental si no reclamara ante vosotros la necesidad de poner la dignidad humana c ada vez más en el centro de nuestras preocupaciones.
El desarrollo extraordinario de la ciencia y de la técnica que el mundo hoy experimenta, con las consecuencias casi inmediatas para la medicina, la agricultura y la producción de recursos alimentarios, así como para las comunicaciones del saber, no debe perseguirse sin un objetivo o punto de referencia, pues está en juego el nacimiento del hombre, su educación, su manera de vivir y de trabajar, su vejez y su muerte. Es absolutamente necesario enmarcar el progreso de hoy en la continuidad de nuestra historia humana y orientarlo según el deseo que todos tenemos de hacer crecer la humanidad y que el libro del Génesis expresaba ya a su modo: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra; sometedla» (1,28). Recordando a las primeras comunidades cristianas que crecieron en esta tierra y particularmente al apóstol Pablo, que personalmente fundó algunas de ellas, permitidme citar por último sus palabras a los Gálatas: «Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario servíos por amor los unos a los otros» (5,13). Formulo el deseo de que el entendimiento entre las naciones, a las que servís respectivamente, contribuya cada vez más a hacer crecer la humanidad del hombre, creado a imagen de Dios.
Un objetivo tan noble requiere la participación de todos. Y, es por esto que la Iglesia católica pretende reforzar la colaboración con la Iglesia ortodoxa y yo deseo vivamente que mi próximo encuentro con el patriarca Bartolomé I en el Fanar contribuya eficazmente. Como subrayaba el Concilio Ecuménico Vaticano II, la Iglesia busca igualmente colaborar con los creyentes y los responsables de todas las religiones, y particularmente con los musulmanes, para «defender y promover juntos, para todos los hombres, la justicia social, los valores morales, la paz y la libertad» (Nostra aetate, n.3).
Espero que, desde este punto de vista, mi viaje a Turquía dé numerosos frutos.
Señoras y señores embajadores, sobre vuestras personas, sobre vuestras familias y sobre vuestros colaboradores, invoco de corazón la bendición del Altísimo.
Tomado de Zenit;
[Traducción del original inglés y francés realizada por Zenit © Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Las bases del diálogo entre cristianos y musulmanes

El Papa Benedicto XVI presentó este martes en Ankara el carácter sagrado y la dignidad de la persona humana como base para el diálogo y la colaboración de musulmanes y cristianos a favor de la paz.
La propuesta papal sono fuerte en la Presidencia para los Asuntos Religiosos Diyanet de Ankara, al ser recibido por su presidente, el profesor Ali Bardakoglu. El intercambio de discursos estuvo precedido por un diálogo espontáneo entre los dos representantes sobre el servicio de los creyentes a la paz. Las cámaras del Centro Televisivo Vaticano permitieron seguir el encuentro y escuchar algo de la conversación, en la que se mencionó la importancia de superar el malentendido del discurso del 12 de septiembre en Ratisbona, Alemania.
En el diálogo asistieron representantes de la comunidad musulmana, entre los que se encontraban el gran muftí de Ankara y el gran muftí de Estambul, así como cardenales y obispos que forman parte del séquito papal.
El profesor Bardakoglu y el Papa pronunciaron sus respectivos discursos.
Este es el discurso del Papa, martes, 28 noviembre 2006
Me siento agradecido por la oportunidad de visitar esta tierra, tan rica de historia y de cultura, para admirar sus bellezas naturales, para ver con mis ojos la creatividad del pueblo tuco y para apreciar vuestra antigua cultura, así como vuestra larga historia, tanto civil como religiosa.
Nada más llegar a Turquía he sido gentilmente recibido por el presidente de la República de Turquía y por el representante del gobierno.
Para mí ha sido un placer saludar y encontrar al primer ministro Erdogan en el aeropuerto.
Al saludarles, he tenido el gusto de expresar mi más profundo respeto a todos los habitantes de esta gran nación y de honrar, en su mausoleo, al fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk.
Ahora, tengo la alegría de encontrarme con usted, que es el presidente del Directorio de los Asuntos Religiosos. Le presento mis sentimientos de estima, reconociendo sus grandes responsabilidades, y extiendo mi saludo a todos los líderes religiosos de Turquía, especialmente al gran muftí de Ankara y Estambul.
A través de usted, señor presidente, saludo a todos los musulmanes de Turquía, con particular estima y afecto.
Su país es sumamente amado por los cristianos: muchas de las primitivas comunidades de la Iglesia se fundaron aquí y aquí alcanzaron su madurez, inspiradas por la predicación de los apóstoles, particularmente de san Pablo y san Juan.
La tradición afirma que María, la Madre de Jesús, vivió en Éfeso, en la casa del apóstol san Juan. Esta noble tierra ha visto, además, un extraordinario florecimiento de la civilización islámica en los más variados campos, incluido el de la literatura y el arte, así como en las instituciones.
Hay muchísimos monumentos cristianos y musulmanes que testimonian el glorioso pasado de Turquía. Con razón, os sentís orgullos, conservándolos para la admiración de un número cada vez más grande de visitantes que aquí acuden en gran número.
Me he preparado para esta visita con los mismos sentimientos expresados por mi predecesor, el beato Juan XXIII, cuando llegó cuando era el arzobispo Angelo Giuseppe Roncalli, para cumplir con el encargo de representante pontificio en Estambul: «Siento que amo al pueblo turco, al que el Señor me ha enviado… Yo amo a los turcos, aprecio las cualidades naturales de este pueblo, que también tiene su papel preparado en el camino de la civilización» («Diario de un alma», «Giornale dell'anima», 231.237).
Por mi parte, yo también deseo subrayar las cualidades de la población turca.
Hago mías las palabras de mi predecesor inmediato, el Papa Juan Pablo II de feliz memoria, quien con motivo de su visita en 1979, dijo: «Me pregunto si no es urgente, precisamente en estos momentos, en que los cristianos y musulmanes han entrado en un nuevo período de la historia, reconocer y desarrollar los vínculos espirituales que nos unen, con el objetivo de promover y defender juntos los valores morales, la paz y la libertad» (Discurso a la comunidad católica de Ankara, 29 de noviembre de 1979, 3).
Estas cuestiones han seguido presentándose en los años sucesivos; de hecho, como subrayé precisamente al inicio de mi pontificado, nos llevan a continuar con nuestro diálogo como un sincero intercambio entre amigos.
Cuando tuve la alegría de encontrarme con los miembros de las comunidades islámicas, el año pasado en Colonia, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, confirmé la necesidad de afrontar el diálogo interreligioso e intercultural con optimismo y esperanza.
No puede quedar reducido a un accesorio opcional: por el contrario, es «una necesidad vital, de la que depende en buena parte nuestro futuro» (A los representantes de las comunidades islámicas, Colonia, 20 de agosto de 2005).
Los cristianos y los musulmanes, siguiendo sus respectivas religiones, resaltan la verdad del carácter sagrado y de la dignidad de la persona. Esta es la base de nuestro respeto recíproco y estima, esta es la base para la colaboración al servicio de la paz entre las naciones y pueblos, el deseo más querido por todos los creyentes y por todas las personas de buena voluntad.
Durante más de cuarenta años, la enseñanza del Concilio Vaticano II ha inspirado y guiado la actitud de la Santa Sede y de las Iglesias locales de todo el mundo en las relaciones con los seguidores de las demás religiones.
Siguiendo la tradición bíblica, el Concilio enseña que todo el género humano comparte un origen común y un destino común: Dios, nuestro Creador y nuestra meta en la peregrinación terrena.
Los cristianos y los musulmanes pertenecen a la familia de quienes creen en el único Dios y, según sus respectivas tradiciones, son descendientes de Abraham (Cf. Concilio Vaticano II, declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, «Nostra Aetate», 1, 3). Esta unidad humana y espiritual de nuestros orígenes y de nuestros destinos nos lleva a buscar un itinerario común, desempeñando nuestro papel en esta búsqueda de valores fundamentales, que es la característica de las personas de nuestro tiempo.
Como hombres y mujeres de religión, nos encontramos ante el desafío de la difundida aspiración a la justicia, al desarrollo, a la solidaridad, a la libertad, a la seguridad, a la paz, a la defensa del ambiente y de los recursos de la tierra. Respetando la legítima autonomía de las realidades temporales, tenemos una contribución específica que ofrecer en la búsqueda de soluciones adaptadas a estas apremiantes cuestiones.
En particular, podemos ofrecer una respuesta creíble a la cuestión que surge claramente de la sociedad de hoy, aunque con frecuencia queda marginada, es decir, la cuestión que afecta al significado y al desarrollo de la vida para todo individuo y para toda la humanidad.
Estamos llamados a trabajar juntos para ayudar a la sociedad a abrirse a la trascendencia, reconociendo a Dios omnipotente el lugar que le corresponde. La mejor manera para avanzar es el diálogo auténtico entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad e inspirado por el sincero deseo de conocernos mejor mutuamente, respetando las diferencias y reconociendo lo que tenemos en común. Esto llevará al mismo tiempo a un auténtico respeto por las opciones responsables de cada persona, especialmente las que afectan a los valores fundamentales y a las convicciones religiosas personales.
Como ejemplo del respeto fraterno con el que los cristianos y musulmanes pueden trabajar juntos, quiero citar unas palabras dirigidas por el Papa Gregorio VII, en el año 1076, a un príncipe musulmán de África del Norte, que había demostrado una gran benevolencia a los cristianos sometidos a su jurisdicción. El Papa Gregorio VII habló del amor especial con que deben tratarse mutuamente los cristianos y musulmanes, pues «creemos y confesamos un solo Dios, aunque de manera diferente, cada día le alabamos y veneramos como Creador de los siglos y gobernador de este mundo» (Patrología Latina 148, 451).
Que la libertad de religión, garantizada institucionalmente y efectivamente respetada, tanto a los individuos como a las comunidades, constituya para todos los creyentes la condición necesaria para su contribución leal a la edificación de la sociedad, en actitud de auténtico servicio, particularmente a los más vulnerables y pobres. Señor presidente, quiero concluir alabando al Dios Omnipotente y Misericordioso por esta afortunada oportunidad que nos permite encontrarnos juntos en su nombre.
Rezo para que sea un signo de nuestro compromiso común a favor del diálogo entre cristianos y musulmanes, así como un aliento para perseverar en este camino, en el respeto y en la amistad. Deseo que podamos llegar a conocernos mejor, reforzando los vínculos de afecto entre nosotros, con el deseo común de vivir juntos en armonía, en paz y en mutua confianza.
Como creyentes, sacamos de la oración la fuerza necesaria para superar toda huella de prejuicio y para ofrecer un testimonio común de nuestra firme fe en Dios.
¡Que su bendición esté siempre sobre nosotros!
[Traducción del original inglés realizada por Zenit © Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Comunicado del PDPR-EPR, Michoacán

Comunicado del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario; fechado el 28/11/2007 en Michoacán de Ocampo.

¡TEXTUAL!

AL PUEBLO DE MEXICO
AL PUEBLO DE MICHOACAN
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E
INTERNACIONALES
A LOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
El gobierno de Fox, el cual ha terminado, tomó como eje rector de su política la fascistización de la sociedad, nada nuevo que viniera a resolver los grandes problemas nacionales, éstos se agravaron, se agudizaron, crecieron y entrega un país enormemente empobrecido producto de las políticas neoliberales exigidas por los instrumentos financieros del imperialismo y aplicadas solícitamente por la administración foxista.
La situación de miseria de más de 40 millones de mexicanos y la pobreza que suman más de 78 millones, el galopante desempleo, la falta de salud, vivienda, educación siguen siendo problemas no resueltos a favor del pueblo, las medidas que se adoptaron para su supuesta solución fueron de carácter contrainsurgente y clientelar como los changarros, el vocho, progresa, oportunidades, seguro popular, procede, procampo que sólo han servido para fomentar la corrupción y el sostenimiento de una burocracia buscando únicamente mediatizar el descontento popular y hacer proselitismo para la ultraderecha.
El cambio se reflejó sólo en la protección de los grupos que lo llevaron al poder, a los grupos de poder vinculados al crimen organizado, pero sobre todo a los criminales de cuello blanco y a los allegados de la familia Fox-Bribiesca, mientras que las contradicciones sociales siguen en aumento y los problemas propios del descontento y la descomposición social son el fiel reflejo de la profundización de la crisis económica y política del país.
La corrupción, el ultraje a los mexicanos, el nepotismo, la indolencia, la represión en todas sus modalidades, el despojo de los derechos sociales y la intentona por desaparecer los derechos políticos de los mexicanos son sólo parte de lo que es la ultraderecha en México, la cual continuará durante otros seis años con el señor de las manos limpias, el ilegitimo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Si con Fox tuvimos un presidente mitómano y esquizo, con Felipe habrá un presidente adicto a la represión.
Nada nuevo espera el pueblo con Felipe Calderón sólo la continuidad de una política económica neoliberal que le de prolongación al proyecto de la ultraderecha en nuestro país. De hecho la presentación de una parte del gabinete calderonista nos indica la ofensiva que viene en contra del pueblo, pues han sido participes directos al planificar la vida económica del país desde que la política neoliberal se lleva a cabo en México, en el que incluyen la protección a los monopolios transnacionales, la dependencia hacia ellos, a los Estados Unidos y a los organismos financieros internacionales que imponen la globalización y el neoliberalismo como receta para el “desarrollo”.

La alianza gobernante PRI-PAN y la cúpula de la iglesia es en función de garantizar supervivencia y prolongación del régimen neoliberal, operan amparados en el falaz argumento de la estabilidad social y en el supuesto estado de derecho que dicen defender, respaldados ampliamente por la oligarquía más reaccionaria y recalcitrante ligada al actual régimen con rostro panista, la cual sigue pugnando por la supresión de todas las libertades y los derechos constitucionales, no es el pueblo el que rige los destinos del país es la oligarquía la que define la política a seguir en función de sus intereses, eso quedó de manifiesto el 2 de julio con el fraude largamente anunciado y la imposición de Calderón como presidente.
La represión contra toda idea progresista o que no coincida con los postulados de la ultraderecha son reprimidos, la protesta social y política por mínima que sea es sinonimo de ataque a las instituciones y al estado de derecho, pero el pueblo no puede seguir respetando a las instituciones que sólo sirven para legitimar el despojo, la represión, la miseria, la pobreza, la marginación, esas instituciones no están para la defensa de los intereses populares, han sido diseñadas para el sometimiento y explotación asalariada, a través de ellas se valida la represión contra nuestros hermanos de Oaxaca, se valieron de ellas para reprimir en Atenco y en Sicartsa, a través de ellas es como se concreta la criminalización del descontento y la protesta social, se justifica la represión masiva y selectiva, a través de ellas se pasa de la amenaza velada al asesinato selectivo.
En el país se padecen los efectos del fracaso del neoliberalismo como política económica, aunado a ello se vive una creciente ola de violencia auspiciada, fomentada y generada por el propio Estado, por que los grupos de choque, los paramiulitares, los escuadrones de la muerte son protegidos y creados desde las estructuras gubernamentales como el ejército, la Policia Federal Preventiva, La marina, el Yunque, los mercenarios de dios. El resultado de estos seis años es que los grupos de delincuentes son estructurados, dirigidos y en el menor de los casos protegidos por el el gobierno foxista, no es casualidad que en este gobierno la delincuencia organizada creciera sin parangón.
Hoy el escenario de la represión es Oaxaca, donde se está implementando una nueva faceta de la guerra sucia, caracterizada por los métodos fascistas y la gran saña e impunidad con que se conducen el aparato policiaco, militar y paramilitar del gobierno mexicano, donde hacen uso de las técnicas empleadas por los militares y policías de Estados Unidos e Israel, todo con tal de mantener en el puesto a un tirano.
Los sucesos de Oaxaca son producto de la indolencia, la intolerancia y la política represiva del gobierno estatal, responsabilidad personal del déspota de Ulises Ruiz Ortiz, cuyo gobierno es sostenido por el foxismo, alianza que se traduce en el apoyo recíproco para recibir el respaldo en la imposición de Calderón.
Son un puñado de caciques-empresarios los que se aferran a sostener en el poder al tirano de Ulises Ruiz Ortiz, a costa de lo que sea pretenden salvaguardar su condición de grupos dominantes, por ello los sendos llamados a la unidad y al diálogo en nombre de la paz y la democracia sólo reflejan el grado de cinismo y el doble discurso con que se conducen estos señores, mientras que a punta de garrote y gas lacrimógeno de la PFP y de la actuación de los paramilitares y grupos de choque pretenden doblegar a los convocados al diálogo, es decir, pretenden que se llegue al diálogo de rodillas, sometidos al estado de derecho oligárquico.
Oaxaca es un síntoma del estallido social producto de las consecuencias inherentes del capitalismo y de la política neoliberal aplicada para generar mayor riqueza y dominio para la oligarquía, la esencia es que el pueblo no está ya en condiciones de seguir en la antidemocracia, de la imposición de gobernantes antipopulares y de la opresión política y económica. He ahí las razones, las causas de la movilización popular.
Suponer que con la “fuerza del Estado” van a acallar el gran descontento social que se está generalizando en todo el país, es una equivocación de cálculo de quienes se asumen como administradores de los intereses oligárquicos porque con balas, garrotes y gases no es como se gobierna a un pueblo, mucho menos con la militarización y la constante violación a las garantías individuales y de los derechos humanos. Históricamente en nuestro país cuando eso sucede el pueblo activa sus mecanismos de lucha y eso es precisamente lo que está sucediendo en Oaxaca.
El pueblo de Oaxaca no es una entidad aislada, forma parte de todo un pueblo, del pueblo mexicano, por eso es necesario seguir brindando toda la solidaridad posible al movimiento popular de aquella entidad para no permitir que la ultraderecha en santa alianza con el PRI nos impongan su voluntad y su paz, que es la paz de los sepulcros. La solución del conflicto necesariamente pasa por la renuncia del déspota de URO, cualquier medida que no contemple su renuncia simplemente prolonga y agudiza el conflicto social.
En Michoacán los grupos de poder que participan en el crimen organizado no es nuevo, eso es conocido desde las administraciones priistas, la novedad consiste en que hoy la prensa le ha puesto más atención, son grupos ligados al poder en sus diferentes niveles y obedecen siempre a intereses económicos y políticos que le han venido dando sustento a este régimen neoliberal.

El gobernador del estado, el Antropólogo Lázaro Cárdenas Batel tiene razón al afirmar que el problema del crimen organizado es un fenómeno nacional y que Michoacán no está ajeno a ello, sólo que omite o no se da cuenta que en nuestro estado se repiten los mismos vicios y métodos de regímenes anteriores, es decir, la tranza y la corrupción, situación que abona el terreno ya de por si fértil para estos grupos que de una manera o de otra tienen vínculos con las estructuras de poder, no hay que olvidar que en México la delincuencia y el crimen organizado es estructurado desde el Estado.

Combatir el crimen organizado no está en tener mejor o más elementos y estructura logística de los cuerpos policiacos o el uso del ejército mexicano, hacerlo de esta manera es hacer eco a la política de ultraderecha que se apega al fascismo; no es militarizando nuestra entidad como se resuelve este problema, asumirlo así constituye una salida equivocada que viene en detrimento de las garantías, porque es del conocimiento público que los principales encargados de combatir al crimen organizado terminan dándole protección a éste, ejemplos sobran, sólo hace falta recorrer Apatzingan, Tepalcatepec, Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Zamora, Uruapan, Morelia, Aguililla, Buenavista, Huetamo, Tacámbaro, Nucupétaro… para constatar que la violación de los derechos constitucionales es algo cotidiano bajo el argumento de combatir un fenómeno que crece porque así conviene a la ultraderecha y a los grupos de poder que buscan recuperar Michoacán para el PRI o el PAN, principales interesados en que la delincuencia organizada se desborde para crear un ambiente de zozobra que justifique la militarización y las medidas fascistas que tiene en mente Felipe Calderón.

Hechos como las diferentes ejecuciones en diferentes partes de la goegrafía michoacana y como los sucesos ocurridos al interior del CERESO, David Franco, sólo reflejan el grado de corrupción, del tráfico de influencias, de la protección de las diferentes policías y por supuesto de la participación directa de los funcionarios del estado involucrados en actividades ilícitas.
Nuevos brotes de violencia se vienen generando a partir de la tala clandestina e ilegal que realizan los diferentes grupos de talamontes, ahora los enfrentamientos son directos de éstos con la población y de ello el gobierno del estado sigue en la indolencia y las salidas fáciles; lejos de combatir a los grupos que cometen ecocidio se persigue, se presiona y pretende castigar a los pueblos que con justeza defienden su patrimonio colectivo.

Es del conocimiento público que algunos funcionarios de varios niveles de este “gobierno diferente, un gobierno con la gente”, protegen y benefician a los talamontes de la Meseta P’urhépecha, del oriente y de la sierra de Coalcomán; mientras a los que defienden sus bosques y cortan un árbol para sus necesidades primordiales, de donde no obtienen ningún monto económico los tratan como delincuentes, con duras penas federales que los refunden en la cárcel, mientras los verdaderos criminales y mafiosos de la madera cuando se les denuncia gozan de impunidad.
La política de destinar cuantiosos recursos al rubro de seguridad ha constituido un fracaso simplemente porque la pobreza no se combate con más cuerpos policíacos, ni con el fortalecimiento de los represivos GOE’s; tampoco lo es fomentando la emigración por diferentes medios; de seguir en la línea de fortalecer el aparato policíaco se transita por la ruta de la militarización y la fascistización de la sociedad que tanto busca la ultraderecha, salida que anhela Felipe Calderón.
Ya hemos visto los resultados de esa política y los problemas de miseria, desnutrición, desempleo, salarios bajos, ignorancia, falta de salud, educación básica y superior siguen siendo los problemas centrales de los michoacanos, consecuencia directa de darle prioridad al combate a la inseguridad vía fortalecimiento de los cuerpos policíacos y militares.
La migración sigue siendo una realidad en el estado a pesar de los anuncios que a hecho el secretario de economía del estado, donde según se ha logrado colocar a los michoacanos en el empleo, esto no se ve en los altos índices de desempleo y la mano de obra que sale expulsada de nuestro estado no sólo al extranjero sino a diferentes partes de la República Mexicana.
¿Por qué no se ha avanzado en la solución de los problemas populares? La respuesta debe darla el mismo jefe del Ejecutivo estatal, lo que se puede adelantar es que mientras se siga siendo rehén de los grupos de poder local, los oligarcas estatales seguirán acrecentando sus fortunas sobre la base del empobrecimiento del pueblo michoacano, porque mientras los grupos de poder económico hacen jugosos negocios en la construcción de “proyectos urbanos” son cada vez más michoacanos los que se les expulsa al extranjero.
¡Pueblo de México! Termina un sexenio, el sexenio foxista y se impone a Felipe Calderón quien habrá de seguir dando continuidad al régimen neoliberal, el nuevo administrador de los intereses oligárquicos quien habrá de darle protección a la familia Fox-Bribiesca como parte del pacto para cubrirse mutuamente las espaldas, esencia de la alianza PAN-PRI.
La resistencia popular debe continuar, la lucha contra la ultraderecha y contra el régimen debe mantenerse bajo la táctica de combinar todas las formas de lucha, desarrollándolas, buscando la unidad de todo el pueblo contra el gobierno antipopular, contra los gobiernos neoliberales, sin olvidar que la lucha anticapitalista, la lucha antiglobalización y antineoliberal debe estar ligada al proyecto libertador de la lucha por el socialismo.
¡A BUSCAR EL CONTACTO CON LOS REVOLUCIONARIOS!
¡A BUSCAR EL CONTACTO CON EL PDPR-EPR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ ESTATAL DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA MILITAR DE ZONA
DEL EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
EPR
Año 42
Michoacán de Ocampo, a 28 de noviembre

Benedicto XVI en Turquía


El significado del viaje a Turquía de Benedicto XVI/José María Beneyto
Tomado de ABC, 28/11/2006:

El viaje de Benedicto XVI a Turquía es un acontecimiento no solamente espiritual o religioso, sino de una profunda connotación histórica. ¿Por qué llevar a cabo este viaje, aparentemente tan poco aconsejable desde la perspectiva de la incomodidad y del riesgo personal, o desde una interpretación meramente «política» o en términos de popularidad?
La razón oficial de la visita de Benedicto XVI a Turquía durante cinco días, del 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre, su quinto viaje apostólico, es el encuentro con el Patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé I. El momento central será la firma de una declaración común con la máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa, que exprese la voluntad de reconciliar a las dos principales confesiones cristianas, separadas formalmente desde el año 1054, y que se espera suponga un avance significativo en las relaciones entre católicos y ortodoxos. Muestra de la excelente relación personal existente y de los avances teológicos alcanzados es el hecho que tanto el Papa romano como el Patriarca griego participarán en la liturgia respectiva que presida cada uno de ellos.

El viaje se enmarca por tanto dentro de uno de los objetivos principales del sucesor de Juan Pablo II, el ecumenismo cristiano, el acercamiento entre católicos, ortodoxos y protestantes sobre la base de una fe común y de la superación de las circunstancias históricas que llevaron a la desunión.
Hay un segundo motivo explícito. Se trata de realizar un testimonio con la presencia personal en favor de la libertad religiosa de las minorías cristianas que viven en Turquía, bajo condiciones habitualmente difíciles.
La población cristiana de la actual Turquía, que se estima asciende a ciento cincuenta mil fieles, todavía era significativa a principios del siglo XX (alrededor del 30 por ciento del total de habitantes), antes de que el genocidio armenio y el intercambio de población de origen griego y turco sancionado por el Tratado de Lausana de 1923, redujera a una exigua minoría a los católicos (hoy tan solo, treinta y dos mil) y a los ortodoxos de procedencia armenia, griega y siria. Una pequeña minoría, necesitada de todo el apoyo que pueda recibir del Vaticano, esparcidos en un territorio que fue el lugar de máxima expansión del cristianismo primitivo, de celebración de los primeros Concilios, y de testimonio de los primeros santos y mártires.

Desde esta perspectiva, por tanto, se trata de un viaje de dimensión fundamentalmente espiritual y religiosa, de reencuentro con las raíces históricas de la fe cristiana, dimensión a la que obedece la visita a la antigua ciudad de Antioquía, a Éfeso y Esmirna, y a la Catedral (después mezquita, hoy museo) de Santa Sofía.
Pero es obvio que el viaje tiene además, desde el discurso pronunciado en Ratisbona hace dos meses y medio, y en el contexto de la emergencia del radicalismo islámico y de los últimos ejemplos de aumento de la tensión político-cultural entre el islam y Occidente, una significación añadida. Cuando Juan Pablo II realizó su célebre visita al Patriarca Atanágoras en 1979, en ninguno de sus discursos pronunció la palabra «islam».
En el actual momento histórico, la cuestión de la naturaleza político-religiosa del islam, su capacidad de aceptación plena de las libertades democráticas fundamentales —en particular, la igualdad hombre-mujer y la libertad religiosa—, la posibilidad de un diálogo interreligioso e intercultural que supere el conflicto, e incluso las negociaciones para el ingreso de Turquía en la Unión Europea, con sus consecuencias modernizadoras y las reacciones opuestas que se generan entre determinados sectores de la población turca, constituyen un contexto ineludible.
Hay que volver a analizar con calma el discurso universitario de Ratisbona, para comprender mejor la lógica subyacente al viaje. En él, Benedicto XVI establecía un paralelismo interno entre el desarrollo histórico que llevó al encuentro entre la racionalidad griega y la fe bíblica en los primeros siglos del cristianismo (en los territorios del Asia Menor profundamente helenizados que ahora visitará), que hizo posible el enraizamiento de la fe cristiana en un determinado molde cultural e histórico. La alianza de la fe bíblica y la razón griega, la unión entre Atenas y Jerusalén, dio origen a Europa y a la cultura europea de los últimos veinte siglos, y por extensión, a lo que hoy denominamos «Occidente». Y sigue siendo su fundamento.
Según el pensamiento de Benedicto XVI, durante la época helenística, la fe bíblica salió desde sí misma al encuentro de lo mejor del pensamiento griego, hasta llegar a un contacto recíproco. Y esta unión recíproca tuvo lugar a pesar del conflicto con los soberanos helenísticos, que querían obtener por la fuerza la adecuación al estilo de vida griego y el culto a los ídolos orientales.
Para Benedicto XVI, ese es un momento trascendental para el naciente cristianismo y un paso decisivo no sólo para la historia de la Revelación y de las religiones, sino también para la historia universal. Se trata del encuentro entre fe y razón, entre una ilustración «auténtica» —una ilustración cuya racionalidad no se halla reducida— y la religión. Así, partiendo del núcleo mismo de la fe cristiana y del núcleo del pensamiento griego, se puede decir, según Benedicto XVI, que no actuar de acuerdo con el logos, con la razón, «es contrario a la naturaleza de Dios».
Ese logos es un logos lleno de amor por los hombres —ahí radica la especificidad cristiana, el carácter personal y caritativo de la relación— y es por ello una razón que no abdica de abrirse a los otros ámbitos de la experiencia humana, esos ámbitos —cabría añadir— de las experiencias personales y existenciales, del eros, del arte, de lo sagrado y de la realidad de la fe, que fueron marginados por la reducción moderna del logos a la racionalidad científico-técnica. Para Benedicto XVI, la vigencia de este logos es la gran esperanza para el siglo XXI y el punto de encuentro con nuevas realidades culturales e históricas, como el islam.
En efecto. Partiendo del presupuesto de la universalización de la religión y de los derechos humanos, para el teólogo Ratzinger, la relación entre las tres «Leyes» o los tres «órdenes de vida» correspondientes al Antiguo y el Nuevo Testamento y al Corán es posible, siempre y cuando se esté dispuesto a aceptar la religión intrínsecamente unida a la razón, una perspectiva compartida asimismo por las mejores tradiciones del islam. Es decir, siempre y cuando se admita que el mismo Dios al que cristianos y mulsulmanes elevan sus plegarias no es un Dios arbitrario, un Dios exclusivamente trascendente, ajeno y diverso al mundo, sino un Dios que está vinculado con la verdad y el bien, y no con la violencia.
El encuentro y la declaración común con el Patriarca Bartolomé I y otras autoridades religiosas ortodoxas, la reunión con el Gran Rabino de Turquía, así como el encuentro con los líderes políticos y la población turca, suponen por todo ello una gran manifestación de la voluntad de Benedicto XVI de defender, desde la tolerancia, el diálogo y el respeto mutuo, los derechos humanos y la propia identidad, en la convicción de que el logos bíblico es patrimonio de toda la humanidad.

Un viaje de mil años de duración/
Joaquín Navarro-Valls
Traducción de Carlos Gumpert
Tomado de EL PAÍS, 28/11/2006
En el viaje a Turquía que Benedicto XVI inicia hoy no habrá papamóvil. El uso de tan peculiar vehículo comenzó en 1979 durante el primer viaje a México de Juan Pablo II. A pesar de la difundida opinión de que se recurrió a él para proteger al Papa, la verdad es que empezó a utilizarse para hacer al Pontífice visible a los fieles. Sólo sucesivamente, tras el atentado de 1981, experimentó el papamóvil las modificaciones que conocemos, con el añadido de cristales blindados, de manera que siguiera siendo posible el contacto con la gente, salvaguardando a la vez la incolumidad del Pontífice.

En Turquía, sin embargo, no habrá multitud alguna. Los pocos cristianos que estén presentes en Estambul -menos aún habrá en Ankara- no se agolparán en las calles, sino que aguardarán a Benedicto XVI en la iglesia local. Los musulmanes interesados por la presencia del Papa en Turquía, por su parte, tal vez estén más atareados en dejarse ver en la nueva veste de progresiva fusión del sector nacionalista y del ala fundamentalista islámica, alarmante realidad que por lo demás podría ser la causa de la decisión de algunas autoridades, explicable en clave interna, de desdeñar este viaje.
El moderno Estado turco es relativamente reciente. Fue fundado por Mustafá Kemal Atatürk en 1923, y adoptó, desde sus orígenes, una ordenación institucional rigurosamente laica. La Constitución actualmente en vigor, a pesar de dos golpes de Estado y de muchos años de crisis económica, ha mantenido ese carácter no confesional de los orígenes. La singularidad única de la capital, Estambul, antigua Constantinopla, reside en el hecho de ser la encrucijada de tres grandes confesiones monoteístas presentes en Oriente: cristianos católicos, ortodoxos, musulmanes.
Este viaje de Benedicto XVI es la tercera visita que un Papa realiza a Turquía. La primera fue la de Pablo VI en 1967, marcada por el célebre encuentro con el Patriarca Athenágoras, significativo jalón del ecumenismo entre las iglesias cristianas. La segunda fue la de Juan Pablo II en 1979. En ambos casos, ninguno de los dos pontífices hizo mención a la mayoría musulmana del país. Sólo Pablo VI, citando la Declaración Nostra Aetate, dirigió desde Estambul un saludo breve y formal en francés al líder de los musulmanes. Juan Pablo II, en su encuentro con las autoridades turcas, ni siquiera pronunció la palabra islam.

Esta actitud de los predecesores de Benedicto XVI se debía fundamentalmente a la consideración por el carácter laico del Estado y la ordenación de la República turca inaugurada con Atatürk, además de al respeto por la libertad religiosa. Hoy, sin embargo, la situación ha cambiado completamente. Tenemos, por un lado, la fundamental cuestión de los derechos humanos, que demora el ingreso de Turquía en la Unión Europea, y tenemos también, por otro, la cuestión del islam. Esta última se deriva de la explosión del integrismo tras el 11 de septiembre, y hace particularmente delicada la visita de Benedicto XVI. De hecho, son muchos quienes se preguntan incluso por los porqués de un viaje tan poco en consonancia con la lógica política del momento.
Si las reacciones integristas tras el discurso de septiembre en Ratisbona hablan por sí mismas, las relaciones con los ortodoxos, por su parte, aparentemente no parecen prometer grandes logros. Como es sabido, las dos grandes iglesias cristianas siempre viajaron en paralelo y en unión durante el primer milenio, mientras que en el segundo vivieron separadas. El Gran Cisma tuvo lugar formalmente en 1054, concretamente cuando el Papa León IX y el Patriarca Miguel I Cerulario se excomulgaron mutuamente, aunque el divorcio institucional no hizo más que rubricar de manera definitiva una separación cultural y lingüística entre Oriente y Occidente que se remontaba a los tiempos de los Padres de la Iglesia. Algunos historiadores han subrayado que el motivo fundamental de la división fue la reivindicación por el obispo de Roma de su primacía sobre los cuatro patriarcados de Oriente, aunque tal vez haya que detenerse a reflexionar sobre los verdaderos motivos políticos que estaban en juego, y por encima de todas las relaciones entre religión y política. En efecto, si desde la misma época del papa Gelasio I subsiste en Occidente una clara distinción entre religión y Estado, o, como recita el título de na obra delcanonista francés Hugo de Fleury, entre realeza y sacerdocio, en Oriente esa distinción nunca se planteó de la misma manera.

Constantinopla se convirtió, a partir del siglo IV, en la capital del mundo, y el Emperador de Oriente era al mismo tiempo rey y sacerdote, sin una clara distinción entre política y religión. Tampoco el islam, por su parte, ha distinguido siempre ambos niveles, y el carácter laico integral reivindicado por el Estado turco fue también una respuesta ante esta confusión de niveles presente en las actitudes religiosas del pueblo.
Debe reconocerse que la gran novedad de hoy son las buenas relaciones entre el Patriarcado Ortodoxo y la Iglesia Católica. En esta ocasión, en efecto, cada uno de los máximos dirigentes tomará parte en las funciones religiosas del otro. El Papa asistirá a la liturgia ortodoxa en el Fanar, mientras el Patriarca asistirá a la liturgia católica en la catedral de Estambul. El Papa y el Patriarca se hablan, se escriben, se mandan invitaciones que vienen aceptadas por ambos y correspondidas. Nadie hubiera podido prever un comportamiento análogo no sólo hace cien años, sino ni siquiera hace cincuenta. Si en la época del viaje de Pablo VI la visita y el encuentro con el Patriarca supusieron un acontecimiento único, una frontera inigualable del ecumenismo, ahora nos hallamos ante una reciprocidad de relaciones estable y habitual.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la situación de las minorías étnicas y religiosas no es de las mejores en Turquía. Nos encontramos a menudo frente a una situación de emergencia que afecta tanto a la Iglesia católica como a la ortodoxa. Este contexto hace que las relaciones entre cristianos sean muy semejantes a las existentes en el primer milenio, cuando el Papa y el Patriarca se consideraban, a pesar de todo, unidos en la defensa de la libertad religiosa. Por esto no pueden desconocerse las importantes expectativas que los ortodoxos alimentan ante la presencia en Turquía del Papa, especialmente y sobre todo en materia de defensa de los derechos humanos. En este sentido, no hace mucho que el Patriarca declaró que todos confiaban en una explícita declaración del Papa en favor de la defensa de las “minorías”, un eufemismo que es sinónimo del derecho a la libertad religiosa, en lo que atañe sobre todo al derecho a la expresión auténtica de los respectivos cultos.
Actualmente, la actitud del Papa se distingue de la de los otros líderes religiosos, cristianos o no. Benedicto XVI quiere transmitir un testimonio de abnegación y de sobriedad, revelando el profundo y exclusivo sentido religioso de la misión que lleva a cabo. No actúa siguiendo una lógica de utilidad política, precisamente porque, en caso contrario, en la situación actual, no habría proyectado en absoluto un viaje como éste, en un momento como el presente. El Papa acude a Oriente para llevar un mensaje de identidad y de paz, un testimonio personal del esfuerzo y de la responsabilidad que tal objetivo conlleva, con la misma mentalidad con la que Juan Pablo II fue a llevar al pueblo de Israel en Tierra Santa un mensaje de perdón. La carta que lleva Benedicto XVI esta vez no será depositada en el Muro de las Lamentaciones, sino entregada con el calor -y digámoslo también, con el riesgo- de una presencia personal.

Tales expectativas no son un asunto marginal porque en Turquía las minorías religiosas padecen la falta de un reconocimiento de tipo jurídico que salvaguarde las distintas identidades y sus relaciones mutuas, mientras que el derecho a la libertad religiosa corresponde al artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos humanos y constituye un elemento irrenunciable de legitimación internacional.
El viaje del Papa es, en todo caso, un itinerario que viene de lejos, un camino iniciado ya hace tiempo, de un milenio de duración y que en los últimos años ha acelerado sus pasos. Y llevar un mensaje de adyacente identidad implica siempre, además del peligro de ser “usado”, una generosa apertura que no es exclusivamente política, que no se deja interpretar en los márgenes de un limitado y coyuntural cálculo de intereses.
No se trata en este caso de unir o de defender Occidente de la expansión de la violencia integrista, ni mucho menos de atrincherar a la Iglesia en una identidad semejante a la cárcel de un rey; se trata, por el contrario, de escuchar y de mostrar auténticamente lo que se es, cómo se piensa, qué valor tienen las propias ideas y las propias convicciones. Y es que, en realidad, lo que impulsa el Papa al encuentro de Estambul se parece mucho a esas motivaciones que Thomas Mann definía “consideraciones impolíticas”. Y hoy resulta realmente indispensable que alguien dé un paso audaz en esa dirección, por más que pueda costar desde un punto de vista personal.
Es evidente, sin duda, que nos hallamos ante una gran cita de la historia, y este importante encuentro de mutuo reconocimiento de la identidad común sólo podrá realizarse con el concurso de todos y sólo si todos tienen el coraje de vencer el temor más peligroso e insidioso que existe, el terror a afrontar el propio tiempo.

Show en San Lázaro



Una señal "chiquita" -como dice la canción- fue suficiente para que los panistas actuaran.
Un cable de la agencia Notimex describe muy bien lo que sucedió este martes 28 de noviembre.
Resulta que por la mañana corrió el rumor en los pasillos de San Lázaro que diputados del PRD tomarían la tribuna desde hoy para evitar la ceremonia en la que Felipe Calderón rendirá protesta como presidente de México.
Frente al rumor de que los legisladores del PRD tomarían la tribuna, los diputados del PAN decidieron adelantarse; de hecho en la reunión preparatoria de hoy en la mañana los diputados del PAN planearan una estrategia, y decidieron asignarle "marcaje personal" a cada uno de los legisladores del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia).
Hubo varias advertencias en la mañana de que tomarían la tribuna", dijo en W Radio el coordinador del PAN en la Cámara, Héctor Larios.
La sesión transcurrió sin problemas hasta cerca de las 13:30 horas, cuando algunos diputados del Partido Acción Nacional (PAN) comenzaron a acercarse a la tribuna luego de que el diputado Cuauhtémoc Sandoval, del PRD, subió a hablar con su correligionaria y vicepresidenta de la Mesa Directiva, Ruth Zavaleta.
Esa acción fue considerada por los panistas como la señal, por lo que Nicolás Morales y Gustavo Cárdenas subieron de inmediato al estrado y bajaron a empujones a Sandoval mientras el resto de los legisladores del blanquiazul formó una valla.
Ante ello se levantaron de su lugar los diputados del Frente Amplio Progresista (FAP) y cuando intentaron subir a tribuna panistas impidieron tal acción, aunque lograron colarse unos cuantos perredistas a los que después se les bajó del lugar.
Fue así como luego de los reiterados llamados al orden por parte del presidente de la Mesa Directiva, Jorge Zermeño Infante, se decretó un receso de una hora a partir de las 13:34 horas.
La tribuna continuó resguardada por los panistas, quienes siguieron con su intercambio de reclamos con los perredistas, por lo que cerca de las 15:00 horas Jorge Zermeño dio por concluida la sesión ante la falta de condiciones para continuar. Luego de pedir a todos los diputados conducirse con responsabilidad, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja convocó a la siguiente sesión que se llevará a cabo a partir de las 9:30 horas del próximo 1 de diciembre.
Esta es una parte de la versión estenográfica de la sesión de hoy, antes del espectáculo político, visto en vivo por el Canal del Congreso.
El Presidente diputado Jorge Zermeño Infante: Gracias, diputado Villicaña. Sonido en la curul del diputado Fernando Enrique Mayans Canabal.
El diputado Fernando Enrique Mayans Canabal (desde la curul): Señor Presidente, con todo respeto le solicito a usted que someta con una moción de orden a la Cámara y que quede constancia que el Partido Acción Nacional está tomando la tribuna en estos momentos. Sí, con todo respeto le solicito lo siguiente.
El Presidente diputado Jorge Zermeño Infante: Ha quedado constancia de su dicho en el Diario de los Debates y solicito ese respeto para todos los diputados de todos los grupos parlamentarios a la tribuna....,
El Presidente diputado Jorge Zermeño Infante: Permítame, señor diputado. Solicito a los legisladores que están subiendo a la tribuna hagan favor de abandonarla. Solicito con todo respeto a los señores legisladores que regresen a sus lugares. Pido respeto a los señores legisladores.
Hago un llamado respetuoso a todos los señores legisladores para que regresen a sus lugares.
Pido a los coordinadores de los grupos parlamentarios que nos ayuden a pedir orden y tranquilidad para que pueda continuar la sesión y vuelvan todos a sus curules. Pido a los reporteros vuelvan a sus lugares.
Solicito a todos los que no son legisladores y a los señores reporteros vuelvan a sus lugares. Sonido a la curul del diputado Gamboa.
El diputado Emilio Gamboa Patrón (desde la curul): Señor Presidente, con mucho respeto, les pido respeto a mis compañeras y compañeros diputados. Quiero pedirle que declare un receso, señor Presidente, mientras se pone orden ahí abajo y los medios de comunicación van a su lugar y regresen a su lugar por favor.
El Presidente diputado Jorge Zermeño Infante (13:34 horas): Se decreta un receso a la sesión y se pide a todos los señores legisladores desalojen la tribuna y solicito a las fuerzas del orden de esta Cámara que nos ayuden a mantener el orden. Solicito que no intervengan.
Y pido la prudencia y hago un llamado a la responsabilidad y al honor de los legisladores, para que desalojen la tribuna. Se decreta un receso.(Receso)
El Presidente diputado Jorge Zermeño Infante (14:56 horas): Señoras y señores diputados, en virtud de que durante el receso no ha podido restaurarse el orden, se levanta esta sesión; se cita para la que tendrá lugar el próximo viernes a las 9:30 de la mañana, a sesión de Congreso General, en este recinto.
Y hago un llamado a todas y a todos los señores diputados a cumplir con sus responsabilidades.
Señoras y señores diputados, se cita en este momento a las señoras y señores coordinadores a una sesión de Conferencia en la sala de juntas de la Mesa Directiva.
Y nuevamente vuelvo a hacer un llamado a todos al cumplimiento del deber y al respeto que le debemos al recinto parlamentario.
Se levanta la sesión y le pido a las señoras y señores de los medios que vuelvan a sus lugares (14: 58 horas).
¿Y ahora que sigue?
Pobre presidente del Congreso, ¿que digo? ¡Pobres nosotros!
La vocera del PRI, Beatríz Pages, ha comentado a Jorge Fernández Menéndez de Imagen Informativa que están pensando en un recinto alterno.
¿Pero como?
No es fácil, para ello el Congreso tienen que aprobarlo y pues ya no hay tiempo.
¡Lástima de nuestro legisladores! Por lo pronto ¡qué buen espectáculo nos dan!
La nota seguramente esta ya en todos los medios del Mundo.
A lo mejor eso querían.
Por lo pronto hay heridos. El diputado Víctor Varela, y Alberto López Rojas del PRD resultaron heridos; el último fue atendido y sacado del recinto legislativo de San Lázaro en una silla de ruedas, mientras que sus correligionarios Aleida Alavez y Juan Darío Lemarroy Martínez han sido atendidos en el lugar.
Esta noche y aún cuando la sesión terminó hace más de dos horas, se mantiene el ambiente de tensión A la menor provocación se dan jaloneos, empujones, patadas, gritos e insultos.
La tribuna se encuentra tomada en su mayoría por diputados del PAN y en un menor número por perredistas, y ambos bandos han señalado que se mantendrán en esa posición hasta el próximo 1 de diciembre, cuando Felipe Calderón, protestará como presidente de México.
Pero amigos, no se preocupen el espectáculo fuerte será el día primero.

La despedida de Fox

Palabras del -todavía- Presidente Fox a bordo del Avión Presidencial en el trayecto de la ciudad de Mérida, Yucatán, a la ciudad de México
.-Presidente Fox: Bueno, si me permiten..., voy a dar un mensaje muy obligado, que es ya al final de estos seis años que hemos podido compartir con ustedes, que hemos trabajado juntos para informar a la gente, a todos los mexicanos. Y el mensaje de mi parte es muy claro.
Primero, de agradecerles ese acompañamiento, agradecerles también esa libertad con la que actuaron.
Por supuesto que soy una persona que jamás buscó una prensa sin juicios críticos, a veces, lo que es más puedo decir que esos juicios, aunque ustedes no lo hayan notado, me sirven.
Me sirvieron, con muchas correcciones a lo largo del camino, precisamente por observaciones y juicios de los propios medios y no me refiero a las formas, sino al fondo de la comunicación.
Y, por tanto, agradecerles ese acompañamiento, el reconocer la actuación tan profesional a lo largo de estos seis años.Muchos de ustedes estuvieron desde el inicio y son seis años que, seguramente, también significaron sacrificio con la familia, muchas ausencias frecuentes, lo cual mucho les reconozco, muy valioso para mí.
De mi parte me voy satisfecho, me voy alegre, contento, como llegué y me voy más comprometido con México que nunca, más reconocido de lo maravilloso que es este país, de lo maravillosa que es su gente, de esa gran oportunidad que se me dio de servir, de trabajar, de entregarme incondicionalmente y que eso, en sí mismo, para mí es mi mejor premio, el haber podido servir.
Que siempre he mencionado que para mí en el servicio a los demás encuentra uno la verdadera realización personal, el verdadero crecimiento interior.
Pero cuando eso se hace, además, con una correspondencia de parte de la ciudadanía que también se esforzó, trabajó, luchó por superarse.
Hoy podemos ver buenos indicadores para el país, hoy podemos ver que este país está en marcha, sólo es un instante estos seis años.
Pero, repito, que mucho agradezco a ustedes su acompañamiento y la manera en que hemos podido trabajar juntos, así que gracias, gracias, gracias.
Pregunta: Le faltó algo por hacer, Presidente.
-Presidente Fox: Mira lo que puedo afirmar es que no escatimé tiempo alguno, no escatimé ni segundos, ni minutos, ni días. Trabajé con intensidad los seis años.
Qué faltan por hacer cosas. Muchísimas, muchísimas, repito, son sólo seis años en la historia de un país, es apenas un instante. Habrá mucha tarea por delante y muchos retos más que alcanzar en este país.
-Pregunta: Presidente, el asunto de Oaxaca, usted había dicho que iba a… una acción más intensa de la PFP en estos días. Cómo va a quedar este…
-Presidente Fox: Bueno, en el caso de Oaxaca sólo puedo decir que es un asunto complicado, complejo, difícil, que ha tomado más tiempo del necesario llegar a un acuerdo.
Dimos toda la oportunidad y la seguiremos dando del diálogo, de la negociación.Ustedes quizá no lo han conocido en profundidad, pero 24 horas al día estamos dialogando con esta gente, literalmente 24 horas al día, durante estos seis meses buscando esa oportunidad, buscando en primerísimo lugar que se regresara a clases, eso ya sucedió tanto las escuelas primarias y las secundarias, como es la universidad.
Eso creo que es un producto directo del diálogo democrático, de la negociación y es un producto de alto valor, quizá el de más valor.
Queda todavía por resolver a fondo el tema de la seguridad para las personas.
Yo puedo decir, en este momento, que la ciudadanía en Oaxaca puede sentirse tranquila porque ahí está la PFP garantizando el orden y la seguridad.Y, finalmente, puedo decir que si se empeñan en seguir violando la ley, como ha venido sucediendo en estos últimos días, pues utilizaremos toda la fuerza de la ley ya para que se resuelva.
Pero, repito, fue importante dar el espacio al diálogo democrático, fue importante dar el tiempo necesario para que se resolvieran las cosas de otra manera.
Esto no quiere decir que vamos a reprimir, esto no quiere decir que vamos a actuar de manera autoritaria ni mucho menos.Vamos a seguir insistiendo en que lleguemos a acuerdos, en que ya se logre la paz y la tranquilidad allá en Oaxaca y si no el que rompa la ley, pues ya sabe cuál es su lugar.
-Pregunta: La última pregunta, cómo se encuentra de salud.Nos puede platicar qué fue lo que ocurrió el domingo. Cómo se siente.
-Presidente Fox: Yo me encuentro muy bien, fue tal como se informó ese mismo día, una insolación con una deshidratación.
Ya hice, me hicieron todos los exámenes habidos y por haber y afortunadamente todo está muy bien, perfectamente bien.
Lo único que traigo es mi pequeño golpe en la cadera que me dio una vaquilla, pero eso es exclusivamente muscular, no tiene absolutamente nada más, más que eso.
Entonces, parte de esto fue precisamente eso, una toreada.
A los 64 años ya no hay que andar de torero.

El tenso viaje papal


El Papa Benedicto XVI empieza hoy un viaje histórico!
Durante cuatro días (28 de noviembre al 1 de diciembre) visitará a Turquía, punto de encuentro de Europa y Asia, del cristianismo y del islamismo, de occidente y oriente.
Es la tercera visita que un Papa realiza a Turquía.

La primera fue la de Pablo VI en 1967, marcada por el célebre encuentro con el Patriarca Athenágoras y la segunda fue la de Juan Pablo II en 1979. "En ambos casos, ninguno de los dos pontífices hizo mención a la mayoría musulmana del país. Sólo Pablo VI, citando la Declaración Nostra Aetate, dirigió desde Estambul un saludo breve y formal en francés al líder de los musulmanes. Juan Pablo II, en su encuentro con las autoridades turcas, ni siquiera pronunció la palabra Islam." (un viaje de 1000 años de duración/Joaquín Navarro-Valls, EL PAÍS, 28/11/2006).
En 1979, Juan Pablo II incluyó a Ankara, capital turca, y a Estambul, legendario puente entre dos mundos.
Y claro eran otros tiempos, más plácidos y de diálogo interreligioso, empero, esta visita es tensa debido a que algunos líderes musulmanes se han opuesto a ella y el fantasma de Alí Agca acecha:
En efecto, el temor a que el Papa pueda sufrir un atentado en Turquía, Alí Agca y su intento de magnicio contra Juan Pablo II en 1981, ha obligado a las autoridades a adoptar un operativo extraordinario de seguridad.
El avión papal fue incluso escoltado por F-16 de las Fuerzas Armadas turcas en cuanto llegue a su espacio aéreo; en tierra, un vehículo equipado con un interceptor de frecuencias ha acompañado a los dos coches blindados de la comitiva del Pontífice.
Además, circula un libro titulado Atentado contra el Papa: ¿quién matará a Benedicto XVI en Estambul?; se habla de sicarios al acecho; las autoridades turcas ruegan al Santo Padre y sus cardenales que usen chalecos blindados.

Además, un equipo de operaciones especiales ocupó la zona del aeropuerto y desplegó un amplio operativo en busca de posibles explosivos colocados en los caminos que pudiera tomar el Papa. La Policía local preparó dos rutas diferentes para trasladar a Benedicto XVI desde el aeropuerto hasta el Mausoleo de Ataturk, padre de la Turquía moderna.
Durante su visita en Ankara esta resguardado por 3,000 agentes. Duerme en la Nunciatura y no en el palacio presidencial donde suelen pasar la noche los jefes de Estado que visitan Turquía, un hecho que no ha sentado bien a las autoridades locales.
Mientras, en Estambul, donde Benedicto XVI estará casi tres días, la Policía ya ha adelantado que algunas calles serán cortadas al tráfico y que recibirán la ayuda de unos 750 policías adicionales venidos de otras provincias; en total habrá unos 4,500 policías en la antigua Constantinopla y unos 1,275 en Esmirna, todos ellos apoyados con helicópteros.
A su alrededor, contará con un "triple círculo de seguridad" junto a su propio equipo de guardaespaldas. Además, en cada una de sus paradas se colocará un equipo de francotiradores de alta precisión, expertos en desactivación de explosivos, policías antidisturbios y agentes antiterroristas.
Finalmente, helicópteros de Policía sobrevolarán Ankara, Esmirna y Estambul entre el martes y el viernes, mientras que comandos náuticos provistos de ametralladoras patrullarán las aguas del Bósforo en lanchas hinchable.
Encuentro con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan
En un principio, Erdogan explicó que no podría reunirse con el Papa debido a que tenía que participar en la cumbre de la OTAN en Riga (Letonia) el 28 y 29 de noviembre y se defendió fuertemente de quien le acusaba de un "desplante" al Pontífice explicando que las autoridades vaticanas ya habían sido avisadas durante la preparación de la visita y que sería sustituido por uno de sus vicepresidentes.
Sólo ayer, Erdogan abrió a la posibilidad de un encuentro fugaz en el aeropuerto de Ankara antes de viajar al Letonia.
Durante el breve encuentro que ambos han mantenido en el aeropuerto de Ankara, Erdogan ha expresado al Papa "su felicidad" por verle en Turquía y que su visita tiene lugar en un momento "muy importante", en referencia a la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones que el Gobierno de Ankara patrocina junto al de España y que se presentará en la sede de la ONU en Nueva York el próximo mes.
"Quise venir a Turquía porque Turquía se ha convertido en un puente entre religiones. Es un país democrático, islámico y un puente. Quería venir a Turquía desde que soy Papa, porque amo su cultura. Quiero reiterar la solidaridad entre culturas", le dijo el Papa a Erdogan, según ha contado este último en una rueda de prensa.
Erdogan ha pedido a los turcos que "den muestras de su tradicional hospitalidad" al Papa, ante las protestas desencadenadas contra la visita durante los últimos días. Sin embargo, decenas de manifestantes esperaban al Papa con sus protestas a la salida del aeropuerto.
La reunión con Erdogan no es la única novedad en programa del quinto viaje de Benedicto XVI, el Papa visitará la Mezquita Azul de Estambul, el jueves, 30 de noviembre, antes de dirigirse al museo de Santa Sofía.
La visita a la Mezquita Azul será en uno de los momentos más importantes y simbólicos del viaje, en espera de saber como será interpretada por el mundo musulmán, después de la polémica suscitada por el discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona (Alemania) en el que habló de Mahoma y el Islam
Empero, la tensión de su visita es resultado del auge del fundamentalismo Islámico, el atentado terrorista del 11 de septiembre del 2001, la belicosa respuesta de EE UU y unas afirmaciones que lanzó el Papa en voz de Joseph Ratzinger hace tres meses en la universidad alemana de Ratisbona, donde criticó la guerra santa Islámica. Incluso en parte del mundo musulmán, la condena fue casi unánime y desató protestas que incluían desde la quema de imágenes de Ratzinger hasta discursos incendiarios de líderes radicales, entre ellos el propio primer ministro turco.
Aunque después precisó y pidió disculpas.