Murió una mente brillante., un genio de la política...
"El pensamiento nace con el nacimiento y se acaba con la muerte", decía PM..
La madrugada de este domingo murió Porfirio Muñoz Ledo Lazo y de la Vega, estaba a punto de cumplir 90 años; nació el 23 de julio de 1933. Lamento mucho su deceso, lo conocí y traté hace años.
PML siempre estuvo ligado en su vida pública de México, uno de los políticos más relevantes desde la segunda mitad del siglo XX; ocupó diversos cargos públicos, y estuvo en ambas cámras desder varios partidos. Los mismo militó en el PRI donde llegó a ser su presidente, donde consiguió varios cargos lo mismo, secretario de Trabajo que secretario de Educación Pública (la SEP) y también representante del país en la Organización de Naciones Unidas. Formo junto con el Ing Cuauhtémoc Cárdenas una corriente democrática en el PRI, y en 1988 se unió al Frente Democrático Nacional, ocasión que PML llegó a lugar un escaño en el Senado de la República, de la mano de Ifigenia Martínez.
En 1997 llegó el triunfo de Cárdenas, en ese año PML fue presidente de la Cámara de Diputados; respondió un informe a Ernesto Zedillo.
Incluso fue candidato presidencial en el 2000 cuando fundó el Movimiento Ciudadano "Opción Nueva República", lo arropó el PARM pero declinó. a favor de Fox, con el denominado voto útil; Fox lo nombró embajador en la Unión Europea.
Más tarde se unió a la creación de Morena, llegó a ser presidente de la Cámara y le Colocó la banda presidencial a López Obrador...
Aspiró a ser dirigente nacional de Morena pero fue desplazado por el grupo de Mario Delgado. Durante sus últimos años se convirtió en un ácido crítico de la auto nombrada cuarta transformación.
"Lamento SU Fallecimiento (..) con quien por mucho tiempo tuve coincidencias. Las discrepancias recientes no borran los buenos y largos momentos de amistad y compañerismo; mucho menos su legado político. Abrazo a sus familiares y amigos", manifestó López Obrador. Mario Delgado dijo que PML " hizo de la política su vida y contribuyó de manera sobresaliente a la democratización de nuestro país.
Asimismo, las "corcholatas" del presidente emitieron sus condolencias y consideraron a Muñoz Ledo un "constructor" de la actual democracia y siempre defensor de las causas populares.
Xóchitl Gálvez Ruiz "La partida de Muñoz Ledo dejará un enorme vacío en la discusión política. Hará falta su inteligencia y su visión de Estado en la lucha contra el autoritarismo del actual gobierno.
Hay muchas reacciones.
Todo tiene su tiempo.., descanse en paz Porfirio Muñoz Ledo..
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Muere Porfirio Muñoz Ledo; de aliado a crítico
Porfirio Muñoz Ledo fue fundador de la Corriente Democrática del PRI en 1987, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, un hecho con el que inició la transición a la democracia en México. Foto: Especial.
Guadalupe Irízar
Reforma, Cd. de México (10 julio 2023).- Porfirio Muñoz Ledo murió ayer, a 14 días de cumplir 90 años.
Diplomático, líder partidista, legislador, Secretario de Estado y aspirante a la Presidencia, nunca dejó de polemizar.
"La libertad de la inteligencia", le llamaba.
Fue fundador de la Corriente Democrática del PRI en 1987, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, un hecho que marcó la vida política del País y con el que inició la transición a la democracia en México.
En 2018, como líder de la Cámara de Diputados, entregó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador. Luego vino el distanciamiento y la acusación al Mandatario de no escuchar.
"Lamento el fallecimiento de Muñoz Ledo, con quien por mucho tiempo tuve coincidencias", escribió López Obrador ayer en sus redes sociales. "Las discrepancias recientes no borran los buenos y largos momentos de amistad y compañerismo; mucho menos su legado político".
'Como un luchador y amigo', recordará Cárdenas a Muñoz Ledo
"El pensamiento nace con el nacimiento y se acaba con la muerte", decía hace unos meses.
Muñoz Ledo tuvo muchos altibajos de salud en los últimos años, pero siempre lograba sobreponerse y, verlo activo hacía olvidar los malos momentos que también pasaba.
Militante y dirigente nacional del PRI, fundador y dirigente nacional del PRD y fundador de Morena, fue el primer diputado federal de Oposición en presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en 1997, cuando el PRI perdió por primera vez la mayoría calificada en ese órgano legislativo.
Desde ahí, le contestó un informe al entonces Presidente Ernesto Zedillo, a pesar de las maniobras del PRI por evitar que tomara posesión como presidente de la Cámara y que se concretó en una sesión histórica.
Antes, como senador del PRD -luego de las elecciones de 1988 en que Carlos Salinas arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas- Muñoz Ledo interpeló al Presidente Miguel de la Madrid en su último Informe de Gobierno.
En 2018 fue el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en los tiempos de Morena y le entregó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Esta última etapa de su vida, a la par del triunfo de la Cuarta Transformación, estuvo marcada por su apoyo inicial al Gobierno y también su distanciamiento paulatino de López Obrador, a quien acusaba de no escuchar y tomar decisiones que solo reflejaban una acumulación de poder.
Tuvo especial empeño en promover acciones en favor de los migrantes mexicanos y contra la política de Estados Unidos en esta materia, que lo llevaron a acompañar a AMLO en un acto público en Tijuana en defensa de la dignidad y de la soberanía nacional, el 8 de junio de 2019.
Más tarde, Muñoz Ledo quiso reelegirse al frente de la Cámara de Diputados y no lo consiguió; también quiso dirigir a Morena y no lo dejaron, en un proceso en el que el triunfo bajo la intervención del Tribunal Electoral federal fue para Mario Delgado, en medio de denuncias de presuntas irregularidades.
A partir de ahí, empezó una etapa de distanciamiento del partido en el poder y del Presidente López Obrador, a quien le reclamaba no haberlo recibido para intercambiar opiniones.
Recordaba que él, como dirigente del PRD, le entregó la estafeta en la dirigencia nacional de ese partido y que durante la Oposición construyeron juntos muchos momentos.
Porfirio Muñoz Ledo siempre impulsó la creación de una nueva Constitución de la República como parte de una reforma de Estado que nunca logró que se aprobara.
Dedicó quizá los últimos 25 años de su vida a promover ese cambio y una nueva República, para la que empeñó muchos esfuerzos en organizar mesas, debates, discusiones, y toda una propuesta que una vez concluida y entregada al entonces Presidente Vicente Fox, se quedaría en el cajón de los eternos pendientes.
Creó la Comisión de Estudios para la Reforma de Estado que reunió durante meses y de manera regular a políticos, intelectuales, dirigentes de todas las corrientes en un trabajo que culminó con una serie de propuestas concretas.
En 1999 renunció al PRD y se postuló como candidato presidencial por el ahora extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), pero declinó a última hora por Fox y, más tarde, ante la intransitable reforma de Estado que entregó al panista, aceptó ser Embajador ante la Unión Europea, una gran parte de ese sexenio.
De regreso a México, el incansable Muñoz Ledo creó un Centro de Estudios de la Globalidad y estuvo cerca de todo el proceso de la izquierda alrededor de López Obrador, tras las elecciones presidenciales en 2006 que le dieron el triunfo a Felipe Calderón.
Más tarde fue legislador por el Partido del Trabajo (PT), estuvo cerca de la construcción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y participó como funcionario en el Gobierno de la Ciudad de México.
Su experiencia diplomática lo llevó a ser representante permanente de México ante la ONU y en el Consejo de Seguridad de ese organismo; antes había sido consejero cultural en la Embajada de México en Francia.
En su época en el PRI fue secretario del Trabajo durante el sexenio de Luis Echeverría, dirigente nacional del tricolor y también fue considerado precandidato presidencial.
Más tarde ocuparía durante un corto periodo, en el sexenio de José López Portillo, la Secretaría de Educación Pública.
Hace menos de un año, el 21 de julio de 2022, hizo la presentación formal de la Fundación Porfirio Muñoz Ledo Nueva República, donde reiteró su llamado a una nueva Constitución de la República.
"Una constitución maciza, precisa y concisa y asequible para todos los mexicanos; una Carta de la Nación Mexicana", dijo en aquel momento.
Porfirio Muñoz Ledo deja varios libros escritos, memorias de toda la primera etapa de su vida, y sobre todo, un gran vacío en la vida política del País, donde no hay un político o pensador que pueda sucederlo.#
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Templo Mayor/ en REFORMA
UN GRAN misterio envuelve la campaña de las corcholatas de Morena. Claudia dice que no sabe, Marcelo lo ignora y si le preguntan a Adán, se hace como que la Virgen le hablara. Esa pregunta que nadie responde es de dónde salieron los 64 millones de pesos -por lo menos- para pagar 720 espectaculares de la pre-precampaña de estos aspirantes presidenciales.
LO PEOR es que los 720 espectaculares son solo una estimación muy, pero muy conservadora, ya que únicamente considera a 11 de las 32 entidades de la República. Seguro hay más espectaculares y más dinero involucrado, que nadie sabe de dónde viene. No vaya usted a pensar que el dinero viene de las arcas públicas o de contratistas privilegiados del gobierno, acuérdese que ellos y ella son distintos y que sus adversarios estaban "moralmente derrotados".
ES PARADÓJICO que la primera parte de su vida profesional, Porfirio Muñoz Ledo sirvió a presidentes autoritarios del viejo estilo priista; y al final murió siendo crítico incómodo a un Presidente autoritario del viejo estilo priista.
DE TODA la fauna que ha habitado la jungla política mexicana, Muñoz Ledo fue de todo un poco: un toro para el debate, un sabueso para los momentos históricos, un loro en el Legislativo, un jilguero con Echeverría, un faisán de sí mismo y un mosquito en la conciencia de López Obrador. Santo no fue; perfecto, ¡mucho menos!
PERO el quiebre nacional que se dio en 1988 se le debe tanto a Cuauhtémoc Cárdenas como al propio Muñoz Ledo. Que AMLO esté hoy despotricando contra ambos desde Palacio Nacional es herencia de que ellos se salieron del PRI y le dieron cauce a todo un espectro político que nunca había logrado (ni le habían dejado) articularse.
ESO EXPLICA que apenas mes y medio antes de su muerte, Muñoz Ledo comentó decepcionado e irónico que el gobierno de López Obrador fue un engaño, pero que "si se decidiera (atender) a todos los diálogos necesarios y a todos los consensos que fueran posibles, pudiéremos tener un final (de sexenio) menos catastrófico". Por supuesto, el Presidente no le hizo caso.
DOBLE expectación genera la presentación de hoy de Méxicolectivo, tanto por los resultados de su propuesta para un rumbo de país más claro, como porque habrá varias presencias singulares y algunas ausencias notorias.
DE ENTRADA Xóchitl Gálvez participará por medio de un video... y Dante Delgado estará en una de las mesas. Esto a tan sólo cuatro días de que el dirigente de Movimiento Ciudadano rechazó cualquier posibilidad de apoyar a la senadora en caso de que sea la candidata a la Presidencia por la alianza PRI-PAN-PRD.
QUIEN no estará, en cambio, será Enrique Alfaro, luego de cuestionar el liderazgo de Dante y sumarse a la posibilidad de apoyar a Xóchitl. El gobernador se quedará en Guadalajara con todo su grupo político, incluido el alcalde Pablo Lemus, uno de los favoritos de MC para la gubernatura el próximo año.
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Porfirio/Jesús Silva-Herzog Márquez
en REFORMA
Pocas vidas han recorrido tantas estaciones de la vida pública y de manera tan destacada como la de Porfirio Muñoz Ledo. El libro de sus conversaciones con James Wilkie y Edna Monzón Wilkie es testimonio de ello. El tabique de más de novecientas páginas que se publicó hace unos años recorre, apenas, la mitad de su biografía: de 1933 a 1988. Su infancia, sus estudios universitarios, su participación en el grupo de Medio siglo, su incorporación a la política, su misión diplomática y los primeros pasos de su actividad opositora. Quedan sin explorar en esa autobiografía dialogada sus experiencias parlamentarias, sus recuerdos como dirigente del PRD, su distanciamientos y reencuentros con Cuauhtémoc Cárdenas, sus apuestas por Fox y por López Obrador y, desde luego, su feroz crítica al actual gobierno. Pero ese extraordinario trabajo de historia oral da cuenta de una de las pocas vidas biografiables de nuestro escenario contemporáneo. Personaje inusual que hizo política con pasión y con razón. Un hombre que apreciaba la negociación discreta y paciente y, al mismo tiempo, sabía sacudir a la opinión pública con sus lances y provocaciones. En la nata de la solemnidad reinante sobresalía siempre la chispa, el veneno, el humor y la inteligencia de Muñoz Ledo.
La historia contemporánea de México lleva su marca. La encuentro en dos ritmos de extraordinaria importancia: el golpe de sus rupturas y la paciencia de sus negociaciones. Por una parte, Muñoz Ledo marcó el compás de los cambios decisivos del país. Fueron sus rupturas las que indicaron el cambio de las estaciones democráticas del país. Su salida del PRI, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, marca el inicio de la transición democrática, la aparición de un nuevo polo político y la propuesta de una izquierda comprometida con las elecciones. Su separación del PRD para apoyar a Fox anuncia el voto útil que ganará la alternancia desde el flanco derecho. Su distanciamiento del lopezobradorismo hizo patente el autoritarismo de quien se imagina autor exclusivo de la democracia. Pero no solamente en sus divorcios políticos se percibe la huella de Muñoz Ledo. También, y sobre todo, debe vérsele como uno de los arquitectos de la institucionalidad democrática de México. Muñoz Ledo fue, seguramente, el personaje que más contribuyó al cambio de las reglas del poder para que en el país se abriera a la competencia electoral y se construyera la plataforma del pluripartidismo. Su experiencia política, su cultura, su creatividad fueron decisivas para que México construyera instituciones confiables, para que sus contrapesos se activaran. El parlamentario sabía que la democracia no nacía con la victoria de unos y la derrota de otros. Entendía que la democracia tenía que anclar en reglas, en instituciones abiertas que fueran resultado de una negociación.
Su sueño fue darle a México una nueva Constitución, que fuera el emblema de una nueva etapa histórica. Vio, como muchos de su generación, en la ley un símbolo más que una regla. Pero no fue "democracia," sino "república" la palabra central de su vocabulario. Lo que aparecía una y otra vez en su exuberante elocuencia era la aspiración de un país movido por el decoro cívico y la virtud. Lo dice en alguna página de su conversación con los Wilkie: el centro de mi ambición política ha sido suprimir la cortesanía que anula la dignidad, que sataniza el debate, que impone servidumbre.
En nuestro ámbito, no son muchos los discursos que sobreviven el titular del día siguiente. Porfirio Muñoz Ledo fue autor de discursos antologables. Recuerdo el que pronunció ante el presidente Zedillo en el bautizo de la democracia mexicana. Al inaugurarse la primera Cámara de Diputados con mayoría opositora, el presidente de la asamblea se dirigió al Ejecutivo recordando una fórmula del más antiguo parlamentarismo hispánico para asentar con firmeza la autoridad de un Congreso que conquistaba autonomía: "Nosotros, que cada uno somos tanto como vos y todos juntos valemos más que vos". Y advertía algo que tiene hoy tanta fuerza como hace un cuarto de siglo: "La obcecación es contraria a la sabiduría y nociva para los quehaceres del Estado, que si bien exigen firmeza, demandan asimismo flexibilidad, imaginación y acatamiento al veredicto electoral. Saber gobernar es también saber escuchar y saber rectificar".
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Reformar o demoler
TOLVANERA / Roberto Zamarripa
en REFORMA,
Sentados en el comedor de su casa del fraccionamiento Galaxia en Villahermosa, ya en la sobremesa cerca de la medianoche, Andrés Manuel López Obrador meneaba la cabeza en sentido negativo. Porfirio Muñoz Ledo, con un whiski pintadito en su mano derecha, hablaba con vehemencia pero sin subir la voz. "Es necesario, Andrés", decía.
Rocío Beltrán, esposa entonces de AMLO, que iba y venía en una amabilísima atención con los comensales, se detuvo detrás de una de las sillas. Había ofrecido a dirigentes partidistas una cena de platillos tabasqueños y empanadas, luego de un impresionante mitin en la plaza central de Villahermosa donde los militantes perredistas presionaban por la renuncia de Roberto Madrazo a la gubernatura pues acusaban fraude en los comicios de noviembre de 1994 contra su candidato López Obrador.
La charla era ya un juego verbal de vencidas entre dos finalistas. Nadie más hablaba. Y Rocío Beltrán percibió la tensión luego de que todos los demás eran espectadores del esgrima. Su gesto de quietud parecía el de referí. Muñoz Ledo alegaba que era necesario mantener un acuerdo con el gobierno de Ernesto Zedillo para promover una reforma electoral de fondo y en ese paquete arreglar el conflicto de Tabasco.
Pero Tabasco ya había roto la cuerda. El PRD había dado su firma a Zedillo para impulsar una reforma electoral. Roberto Madrazo no dejaba la gubernatura. Según el pacto, sería nombrado secretario de Educación, dejaría la gubernatura y así forzaría las nuevas elecciones que pedía AMLO.
Madrazo armó una revuelta y desafió el pacto. Mintió a Zedillo y se burló de López Obrador.
En ese mes de enero de 1995, el movimiento obradorista había llenado la Plaza de la Revolución de Villahermosa con dos inmensos mítines. En esa masa se mecía el líder tabasqueño para desafiar. Él quería derrumbar, demoler, el sistema; Porfirio quería rehacer, reconstruir al Estado.
Esa era la discusión en la sobremesa. "No, no, no", decía AMLO que tenía en diagonal a Porfirio; este argumentaba largo sus dichos para recibir a cada rato la negativa. Reformar al Estado, neceaba Porfirio. "Así no es", repelaba el anfitrión.
Porfirio fue fundamental en la frescura y profundidad del movimiento cardenista de 1988; impresionante y punzante como senador de oposición entre 1988 y 1994; fue chispazo y empujón en su declinación en favor de Vicente Fox; fue relevante en el retorno al movimiento obradorista. Polemista, agudo, trascendente, Muñoz Ledo vivió una aguda contradicción: siendo tan egocéntrico no fue en momentos claves el protagonista. Al final lo fueron José López Portillo o Cuauhtémoc Cárdenas, o Fox o López Obrador. Él detrás o a un lado, nunca al centro.
Por ello su obra entre 1995 y 1996 fue la que lo marca como un reformador que consuma. Promotor del acuerdo multipartidista que arrancó en 1995 y cristalizó en una reforma electoral que consolidó la ciudadanización y autonomía del INE, y fundamentó un sistema de medios de impugnación en el Poder Judicial. Una pieza clave de la transición mexicana.
El diálogo, sostenía Porfirio Muñoz Ledo, no es instrumento de lucha sino condición esencial del sistema democrático. No es pretexto sino fundamento.
En el Congreso del PRD de Oaxtepec, en 1995, siendo presidente del partido, Muñoz Ledo le imprimió el sello: el partido promovió una transición pactada a la democracia. Fue un cambio fundamental, aunque efímero. Pronto retornó a ese partido el rupturismo.
Porfirio pactó con todos y rompió también con todos.
Su último tramo en Morena fue de crítico frontal. Peleó la presidencia con Mario Delgado y le cuestionó el derroche de recursos. Decía tener listo el expediente del dinero sucio en la campaña de Delgado que nunca divulgó.
Hoy su obra, el andamiaje electoral plural, es amenazada; su última crítica, el derroche con dinero extraño en la política, adquiere relevancia con el carnaval morenista de espectaculares.
Decía Porfirio en 1995: el desafío es reconstruir democráticamente al Estado no demolerlo irresponsablemente. Descanse, a ver si aguanta, en paz.
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Imposible Alondra
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
en REFORMA
"La única manera de descubrir
los límites de lo posible
es buscar lo imposible".
Arthur C. Clarke
RIVIERA MAYA.- A Alondra de la Parra, la directora mexicana de orquesta de 42 años, le gustan las causas imposibles. En agosto de 2020, el peor momento de la pandemia, lanzó su video de la Orquesta Imposible, en el que conjuntó de manera virtual una orquesta de solistas extraordinarios para ofrecer una interpretación grabada en decenas de lugares, laboriosamente montada, del Danzón número 2 de Arturo Márquez. El video se hizo viral en el mundo. Los recursos obtenidos se emplearon para apoyar a la Fundación Semillas y a Save the Children. Imposible era también su sueño, a los 23 años, cuando era todavía estudiante de la Manhattan School of Music, de formar una gran orquesta con los mejores músicos de América para interpretar la música del continente, pero así surgió la ya desaparecida Filarmónica de las Américas.
Parecía igualmente imposible la idea de organizar en la Riviera Maya un festival internacional de música, pero Alondra ha tenido éxito una vez más. Este 8 de julio concluyó en el Hotel Xcaret Arte la segunda edición del Festival Paax GNP, 10 días de música clásica y jazz.
Varios de los integrantes de la Orquesta Imposible de 2020 han estado involucrados. Paquito D'Rivera, el clarinetista cubano, presentó The Journey, un concierto para clarinete, violonchelo y orquesta, pero también ofreció improvisaciones en Darkside, las sesiones nocturnas de jazz en un teatro a cielo abierto, incluyendo una humorística versión en blues del Concierto de clarinete en la mayor de Mozart.
Yo solo pude asistir los últimos días, pero me encantó Fantaskatto, una fantasía para voz y orquesta del australiano Joe Chindamo interpretada en scat -canto sin palabras- por su propia hija, Olivia Chindamo, quien la noche siguiente aportó en Darkside una selección de piezas clásicas de jazz, con el piano de Matthew Sheens, a la que añadió una picante canción original sobre el cuento de la Caperucita Roja... ¡desde el punto de vista del lobo!
Los mundos de la música y el jazz están usualmente separados, pero en este festival coquetean constantemente. La participación del pianista francés Thomas Enhco fue ilustrativa. Ofreció una deslumbrante interpretación del Concierto en fa de George Gershwin, pero también interpretaciones de jazz.
A Alondra le gusta abrir espacios a los jóvenes. Esta vez presentó a María Hanneman, la talentosa pianista mexicana de 17 años, quien tocó el Concierto para piano y orquesta número 23 de Mozart y una versión para violonchelo y piano de Vocalise de Serguéi Rajmáninov. En esta última la acompañó Sophie Kauer, la chelista germano-británica de 21 años que representó a la joven acosada por la directora de orquesta ficticia Lydia Tár en la película Tár de Todd Field. Y como es difícil reunir a los músicos de la Orquesta Imposible ahora que ha terminado la pandemia, Alondra recurrió a un grupo de fellows, "becarios", jóvenes músicos que no han podido todavía colocarse en alguna orquesta o empezar una carrera como solistas, pero que tienen una gran calidad.
Todo lo que toca De la Parra tiene una vertiente social. Así es en este festival, donde presentó a los niños y jóvenes de Armonía Musical, un programa de formación musical en Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Su concierto fue uno de los puntos más emotivos del festival.
Alondra es una magnífica directora de orquesta, conocedora de la música que dirige, pero entusiasta y luminosa en todo momento. La manera en que ha logrado construir de la nada este festival, sin embargo, refleja otra vertiente de su creatividad. Ha convertido la batuta en una varita mágica que hace surgir música de las rocas calizas de la costa de Quintana Roo... sin dañar el ambiente.
· PORFIRIO
Fue un político brillante, controvertido hasta el final. Tuvo un papel relevante en la transición a la democracia. Ocupó un sinnúmero de cargos públicos y escaños legislativos. Porfirio Muñoz Ledo es parte de la historia de México.
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Estrictamente Personal
Los rusos en México/Raymundo Riva Palacio
El Financiero, 7 de julio de 2023
Hay cosas que pasan frente a nuestros ojos y no las vemos. Es parte de la normalización en la cual vivimos como sociedad. Un ejemplo es el incremento de personal diplomático ruso en México después de la invasión a Ucrania, en el contexto de su expansión política y militar en América Latina. La primera alarma la tocó en marzo del año pasado el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte, en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos. “México tiene actualmente el mayor número de espías en el mundo”, afirmó. Las reacciones aquí fueron nimias. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que México era un país independiente y soberano, y ahí quedó todo. A otra cosa.
Pero no todos le hicieron caso. En abril del año pasado, la veterana corresponsal mexicana en Washington, Dolia Estévez, retomó el testimonio de VanHerck subrayando que la posición de México ante la invasión no era percibida en Washington como neutral, sino favorable a Rusia y al presidente Vladímir Putin, y que por la fácil interconexión y acceso con Estados Unidos, México era una plaza perfecta para el espionaje ruso, cuyo número de agentes, manejados desde la embajada en Tacubaya, había crecido en cuestión de semanas, a 49, menos de los 73 de Canadá, pero más de los 46 –sin contar consultados– de Estados Unidos.
Estévez profundizó su investigación. En mayo pasado reveló que en los meses subsiguientes, la embajada rusa acreditó a 36 nuevos diplomáticos, con lo que llegaron a 85. El número no dice mucho, pero el aumento de casi 60 por ciento de diplomáticos rusos en nuestro país no tiene ni justificación ni precedente, y fue procesado por la embajada de México en Moscú y autorizada por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El brinco en el número de diplomáticos rusos en México no levantó las cejas ni motivó solicitudes de explicaciones al entonces secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Pasó sin sobresaltos, pese a que en las revelaciones de Estévez recordaba que es un secreto a voces que Rusia abusa de la figura diplomática para infiltrar espías, sobre todo en tiempos de guerra. La historia es vieja. En los tiempos de la Guerra Fría, Estados Unidos tenía en México la segunda estación de la CIA más grande del mundo, sólo después de Viena, la capital austriaca, que era la puerta de entrada de Occidente al mundo comunista.
Viena y la Ciudad de México eran las Casablancas de la posguerra, donde los servicios de inteligencia comunistas peleaban con sus contrapartes estadounidenses y occidentales. Inteligencia y contrainteligencia era, y sigue siendo, el nombre del juego, donde México había pasado a jugar un papel preponderante desde 1956, cuando un desertor identificó a los espías de la KGB y el GRU –el servicio de inteligencia militar– en Canadá, lo que provocó una expulsión en masa. Harry Rositsky, que por 25 años dirigió las operaciones encubiertas de la CIA contra la Unión Soviética, me dijo a finales de los 70 en su casa en Middleburg, Virginia, donde vivía el retiro, que México se había convertido en su nueva base de operaciones tras las dañinas revelaciones que había hecho Igor Gouzenko, un decodificador en la embajada en Ottawa, que se entregó al gobierno canadiense.
El jefe de la oficina de la KGB en México en esos tiempos era Oleg Netchiporenko, que había llegado en 1961, y que operaba la red de espías desde una oficina ubicada en el tercer piso de la embajada, considerada como una de las cinco más importantes fuera de territorio soviético, de acuerdo con un expediente desclasificado por el Cisen que obtuvo Newsweek en Español. Netchiporenko se trenzó eficazmente durante una década con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Occidente, donde hubo muertos en suelo mexicano y utilización regular de una columna firmada con un seudónimo en Excélsior, donde se transmitían órdenes a los espías rusos.
Mientras México sólo prestara su territorio y ninguna agencia de inteligencia interfiriera en los asuntos internos, el gobierno sólo las vigilaba y toleraba. Pero en 1971 se detectó el apoyo que estaba dando la KGB a los movimientos armados que florecieron durante el gobierno de Luis Echeverría, y comenzó a expulsarlos, incluido el jefe de la KGB. Desde entonces, pese a que la actividad de espionaje de todos los servicios que se respetan en el mundo siguieron haciéndolo, no se había registrado un momento como el actual.
John Feeley, embajador en retiro y un experto en México, donde trabajó varios años, le comentó a Estévez, a propósito del incremento súbito de personal ruso en este país, que “el número de diplomáticos rusos en México no tendría ningún sentido si lo que estuvieran haciendo fueran labores tradicionales de la embajada. Los espías casi siempre tienen cobertura diplomática”. El incremento de espías coincidió con la llegada a México del nuevo embajador ruso, Nikolái Sofinskiy, que en su primer mensaje invitó a México a unirse al “concepto ruso de orden multipolar”.
La embajada rusa en México buscó desacreditar a Estévez en las redes sociales, pero nunca desmintió el fondo de su trabajo: el incremento inusitado del personal ruso en México. Ni con la abierta intervención rusa, buscando la censura para la periodista, el tema brincó al interés del público mexicano. Pero en Washington, Mary Anastasia O’Grady, de The Wall Street Journal, lo registró. En su columna semanal sobre América Latina, este lunes, habló de México como la principal plataforma de espionaje ruso en la región, al ser “un objetivo especialmente valioso”.
O’Grady reveló que Nikolái Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad ruso y uno de los asesores más confiables del presidente Putin, encabeza una oscura cadena de espionaje para minar los intereses de Estados Unidos, en una estrategia de desestabilización de la democracia occidental en América Latina, sueño de ambos en la búsqueda de la restauración el viejo poder ruso en el mundo, que pasa, queramos verlo o no, por México.
Nota: esta columna reanudará su publicación el 17 de julio.
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