Dice un editorial del periódico El Tiempo (25/03/2008);
"Según las evidencias hasta ahora disponibles, dos países tuvieron ciudadanos suyos muertos o heridos en el ataque militar colombiano contra el campamento de 'Raúl Reyes', el primero de marzo, en suelo ecuatoriano: Ecuador y México. Hasta ahí llega la coincidencia. Pues las reacciones de ambos países ante lo sucedido con sus ciudadanos no pueden ser más distintas."
Agrega que "en cuanto a México, se conoce que murieron cuatro personas, y una estudiante de esa nacionalidad resultó herida. Pero, mientras las autoridades colombianas y mexicanas colaboran en intentar establecer lo sucedido y esclarecer cuáles eran los vínculos de sus nacionales con las Farc, el presidente Rafael Correa, del Ecuador, parece decidido a revivir la confrontación con Colombia si se confirma que el muerto es ecuatoriano."
Subraya el rotativo: "Es grave, por supuesto, que militares de un país incursionen en otro, así la excusa sea capturar o matar a un jefe de una organización que considera terrorista."
Eso está superado tnto por la reunión del Grupo de Rio, como por la reunión ministerial de la OEA.
Señala el editorial "Por eso, no se entiende que se pretenda revivirla ahora, a raíz de la muerte de quien al parecer era un ciudadano ecuatoriano en el campamento del número dos de las Farc. Mal haría en considerarse un "asesinato" o violación del derecho humanitario la muerte o las heridas, en una acción legítima de guerra, como es atacar tal objetivo, de personas que, de acuerdo con registros fotográficos de los computadores de 'Reyes', vestían traje de camuflaje y, en algunos casos, portaban armamento.
Esas muertes son, obviamente, lamentables. Pero el presidente Correa debería preguntarse qué hacía un ciudadano ecuatoriano durmiendo a medianoche en el campamento del número dos de las Farc, en lugar de revivir una pelea diplomática por su muerte."
Esas muertes son, obviamente, lamentables. Pero el presidente Correa debería preguntarse qué hacía un ciudadano ecuatoriano durmiendo a medianoche en el campamento del número dos de las Farc, en lugar de revivir una pelea diplomática por su muerte."
¡Buena pregunta!
"Esto, insistimos, no significa excusar que militares de un país puedan entrar a otro ni que personas como el ciudadano ecuatoriano puedan ser consideradas meras "víctimas colaterales". Pero tampoco se puede hacer la vista gorda ante el protuberante hecho de que su presencia y la de los mexicanos oscila entre la imprudencia y la complicidad. Visitar un campamento de guerra, vestir el traje del grupo armado o portar fusiles implica, entre otros graves riesgos, el de morir en un combate, y eso deben saberlo los integrantes de las redes de apoyo de las Farc y todo aquel que planee visitar un campamento guerrillero."
"Esto, insistimos, no significa excusar que militares de un país puedan entrar a otro ni que personas como el ciudadano ecuatoriano puedan ser consideradas meras "víctimas colaterales". Pero tampoco se puede hacer la vista gorda ante el protuberante hecho de que su presencia y la de los mexicanos oscila entre la imprudencia y la complicidad. Visitar un campamento de guerra, vestir el traje del grupo armado o portar fusiles implica, entre otros graves riesgos, el de morir en un combate, y eso deben saberlo los integrantes de las redes de apoyo de las Farc y todo aquel que planee visitar un campamento guerrillero."
¡No hay vuelta de hoja!
Concluye el posisionamiento de El Tiempo: "Ante esta situación, contrasta la actitud, mucho más cuidadosa y constructiva, del gobierno mexicano con la del presidente Rafael Correa. Quien, no hay que olvidarlo, enfrenta cuestionamientos internos por la información proveniente de los computadores de 'Raúl Reyes'. La cual, si la Interpol certifica que no fue "plantada", puede llevar a más preguntas comprometedoras.".
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