Un fraile recibió el Premio Nacional de Arquitectura
- El papa Francisco se enteró de inmediato
Fray Gabriel Chávez de la Mora Chávez, arquitecto y fraile de la Orden de San Benito recibió el pasado jueves 9 de diciembre de 2021, y desde Palacio Nacional, de manos del C. presidente Andrés Manuel López Obrador el Premio Nacional de Arquitectura; fue nota para muchos ya que acudió al reclusorio investido como monje benedictino...
Licenciado López Obrador:
"Hoy es un día de reflexión, el premio nacional por primera vez en su historia se otorga a un ingeniero petrolero formado en la Universidad Nacional Autónoma de México, el ingeniero José Francisco Garaicochea Petrirena; y también, por primera vez, a un fraile benedictino, el arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora, formado en la Universidad de Guadalajara, en la primera generación de arquitectura, dijo el arquitecto Ricardo Rodríguez , presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México en Palacio Nacional..
Su obra cumbre fue el diseño de la nueva Insigne y Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe..
La Conferencia del Episcopado de México al igual que el arzobispado Primado de México lo felicitaron ; muchos nos sumamos a la feliitación..
Aquí el mensaje completo del arquitecto y presbítero:
"Señor presidente, Andrés Manuel López Obrador, y personalidades que nos acompañan y presiden esta celebración, ceremonia.
En esta ceremonia, entre los que nos presiden, está también el ingeniero, don Francisco José Garaicochea, que también será galardonado junto conmigo.
Agradezco al arquitecto Francisco Reygadas Valdez, presidente de la Academia Nacional de Arquitectura, el mostrar la presentación y semblanza que me hizo, con afecto y todo el respeto.
Le agradezco, señor presidente, don Andrés Manuel López Obrador, que haya aceptado entregarme este reconocimiento nacional, que honra a nuestro gremio, la arquitectura, del Premio Nacional de Arquitectura 2020, galardón otorgado por conducto de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, que preside el arquitecto Ricardo Rodríguez Romero.
Lo recibo como un estímulo para continuar con entusiasmo este servicio profesional de la arquitectura, que es mi ministerio y diaconía como religioso benedictino y presbítero.
Mi actividad como arquitecto ha sido principalmente del género religioso, arquitectura de iglesias, de sus conjuntos y anexos y el arte sacro, artes y artesanías que integran a la arquitectura, arquitectura religiosa, litúrgica, en propuestas contemporáneas.
Esta, mi labor, ha respondido a una etapa importante de cambios en la Iglesia católica, el Concilio Vaticano II, tanto en obras nuevas como en la adaptación de las obras anteriores.
La Iglesia católica, hace ya más de 50 años en su Concilio Ecuménico Vaticano II revisó sus estructuras en un esfuerzo inspirador de adecuación a la época; por lo tanto, revisó su culto, su liturgia. Fue un retorno de las fuentes recuperando valores, retirando adiciones y, desde luego, en la lengua del lugar, propiciando la participación en las celebraciones. Esta renovación provocó en la arquitectura de las iglesias nuevas expresiones.
Bien sabemos, la arquitectura es resultado-consecuencia de las actividades que alberga, la forma arquitectónica es consecuencia de lo que acude dentro de ella, lo que desempeñan sus moradores. Así, los cambios litúrgicos pidieron espacios nuevos.
La centralidad de la liturgia como cumbre y fuente de toda la actividad de la Iglesia provocó nuevas organizaciones pastorales y por eso nuevos espacios celebrativos con sus anexos y servicios.
De estos conceptos, entre otras cosas, dirigí yo un programa arquitectónico para un centro parroquial, teólico ideal, pero modélico, Centro Pastoral Casa del Pueblo de Dios, haciendo guías y diagramas para facilitar su uso, su planeación y diseño.
Con los nuevos materiales y nuevas técnicas constructivas son posibles nuevos espacios, conformes y adecuadas a las celebraciones renovadas.
He preferido una arquitectura modesta, de austera sencillez, destacando la verdad en sus materiales, no ya las místicas formas y alturas del arte gótico ni los brillos y roleos del Barroco; formas nuevas de sencillez funcional, pero con la misma carga de poesía y de belleza y de mensaje inspirador.
Considero que la arquitectura integra artes y artesanías, y así se manifiestan de manera muy importante en la arquitectura religiosa. Por eso he diseñado pinturas, esculturas, relieves, vitrales, mosaicos, mobiliario, equipamiento, el ajuar litúrgico, orfebrería, insignias, vestimentas, ornamentaciones, hasta artes gráficas; todo lo que complementa y se integra al diseño arquitectónico.
Agradezco a las agrupaciones y asociaciones, instituciones que me han postulado a este premio. Lo asumo con responsabilidad y entusiasmo.
Agradezco este reconocimiento y lo comparto con mis profesores y compañeros de las primeras generaciones de nuestra Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.
Agradezco a quienes, confiando en mis propuestas, me han encomendado tareas.
Gratitud desde luego, a tantos que me han ayudado o colaborado conmigo: arquitectos, ingenieros, artistas, artesanos y trabajadores.
Así también, agradezco a mi comunidad benedictina, monjes benedictinos de la Abadía del Tepeyac, que me han permitido asumir encomiendas como ministerio exterior.
¿Le hago una petición?
Sí-, respondió el Presidente.
"Que su gobierno no recorte presupuestos; al contrario, que los robustezca, los presupuestos destinados a las entidades que velan por la protección, restauro, reconstrucción o mantenimiento de tantos edificios del amplio patrimonio cultural de nuestra historia, edificios que han sufrido afectaciones por el tiempo, los años, el clima, la naturaleza y hasta por los sismos.
Muchas gracias, muchas gracias."
Felicidades!
La Conferencia del Episcopado de México felicitó al prelado...
@IglesiaMexico
Orgullo de nuestra Iglesia Signo de manos aplaudiendoSigno de manos aplaudiendo. Fray Gabriel Chávez de la Mora recibió el Premio Nacional de Arquitectura 2020 en reconocimiento a su gran trayectoria y su aportación al desarrollo del país.
En la cuenta de la Arquidiócesis Primada de México se publico:
“Nunca quise ser un referente de la arquitectura, ni tampoco pensé trabajar en lugares tan importantes como el Vaticano. De niño me entretenía con un lápiz y papel, y más grandecito hacía mis maquetitas”. Un lápiz y una libreta, además de su fe, han sido los mejores amigos de Fray Gabriel Chávez de la Mora por nueve décadas. Lo han acompañado como sus únicos juguetes de la infancia y en la creación de sus trabajos más reconocidos.
Con ellos ha construido el estilo que ha definido sus facetas como artista: modernista, con simplicidad de materiales y aprovechamiento de los recursos naturales, combinación que ha dejado huella en cientos de obras dentro y fuera de México.
Con 92 años de edad, tanto su talento artístico como su memoria siguen llenas de proyectos
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