20 ene 2010

Agenda ciudadana y gobernabilidad

Intervenciones del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, durante la sesión de preguntas y respuestas en la mesa de discusión “Agenda Ciudadana y Gobernabilidad: la Reforma Política. Diálogo Ciudadano” realizada en el Centro Cultural Bella Época.
México, D. F., a 19 de enero de 2010 | Discurso
Bueno, la primera afirmación que me confronta conmigo mismo es cuando alguien dijo: la generación de nuestros papás peleó para que los votos se contaran y ahora nos toca el empoderamiento ciudadano.
A mí me tocó desde muy joven pelear por la batalla de que los votos se contaran y hoy peleo porque al fin la política se dirima frente a la mayor incidencia ciudadana y que la democracia tenga un gran contenido de incidencia ciudadana.
Creo que se subestima éste al decir que es una reforma planteada desde adentro, para los intereses de adentro.
Creo que es un error, porque ante el escenario de parálisis y la exigencia ética de darle contenidos de modernidad al sistema político, económico y social, en México, sobre todo en este año, la reforma se plantea frente a una alianza con la ciudadanía, para que mediante su empoderamiento podamos evitar regresiones autoritarias o podamos evitar el vaciamiento emocional, político y ético de la política mediante fórmulas electorales que tienden a esquivar una mayor incidencia ciudadana en la toma de decisiones políticas.
La apuesta es a la agenda ciudadana, porque muchos de ahí salimos y porque creemos que al final ahí hay elementos de decisión, de confiabilidad, de firmeza, de energía social que el país requiere para moverse, que ahí está la reserva de energía donde se puede mover el sistema.
Yo creo que la reforma invita a salirnos a espacios comunes e imaginarnos una realidad política distinta.
De ahí que como válvula de escape, primero se genera una presión sobre las oligarquías partidistas. Los poderes metaconstitucionales del Presidente en el partido hegemónico nada más eran dos: Un partido hegemónico que destruía la competencia de fuera y una no reelección para tener una movilidad política estrictamente centrada en la dirigencia partidista.
La reforma trata de romper con esos dos esquemas y evitar que esos dos esquemas se puedan reconsolidar y trata de avanzar en eso confiando en el poder ciudadano.
Al establecer una mayor incidencia ciudadana en la preservación de los espacios políticos, obliga a las dirigencias partidistas abrirse con sus electores si es que quieren mantener representado su espacio de poder.
No se confundan: El poder en este país lo entrega en buena parte ciudadanos con una votación móvil. No es el voto duro el que entrega el poder, ese puede constituir reservas, generar distribución territorial.
Hoy por hoy los ciudadanos deciden a quién le dan el poder.
En la gran parte del país han sido las maneras en como se mueve el voto ciudadano lo que define quién llega o quién no a ciertos espacios de representación.
Les voy a dar un ejemplo para que desmitifiquemos, cuando menos el gobierno rechaza que esta sea una propuesta bipartidista: El voto está distribuido territorialmente de una manera en que sería muy difícil consolidar sistemas de partido, un poco conveniente; cerrar las puertas a la representación política de la izquierda sería un error que podría inclusive atentar contra la estabilidad política, la izquierda hoy cumple una importante función de estabilización política.
En 1988 quedó en primer lugar el PRI, en segundo lugar la izquierda y en tercer lugar el PAN; en 1994 quedó en primer lugar el PRI, en segundo lugar el PAN, en tercer lugar la izquierda; en el año 2000 quedó en primer lugar el PAN, en segundo lugar el PRI y en tercer lugar la izquierda; en el 2006 quedó en primer lugar el PAN, en segundo lugar la izquierda y en tercer lugar el PRI. Casi todos han ido alternando eso.
Establecer, por ejemplo, que hay cortes de caja para evitar que con ello una tercera opción se quede condenada a ser una tercera opción es no entender cómo se va moviendo el voto ciudadano en los últimos años, que tiene una gran movilidad y que el poder ciudadano existe pero necesita mayores canales de desahogo, afianzar su potestad, verificar y prohijar incentivos para la rendición de cuentas.
Y cuando en cualquier caso, liderazgos reales que tienen una eficacia electoral entran en tensión con las dirigencias partidistas, todavía existe la candidatura independiente que se soporta en un liderazgo electoral o en un liderazgo popular clave, como una manera de que las dirigencias partidistas no secuestren a la representación y que le den una mayor incidencia al poder ciudadano.
Así pues, segunda cuestión que yo en principio no acepto: No se trata de fortalecer al Ejecutivo frente al legislativo, se trata de generar incentivos -uno- que promuevan los consensos y que eviten la parálisis.
Tanto en la estrategia de veto parcial como en la reconducción presupuestal y cuando el Congreso no decide el presupuesto, siempre todo está condicionado a que las mayorías resuelvan el tema.
Pero si no se generan, si las fuerzas políticas no quieren conformar una mayoría en contra o en pro de un proyecto, que no implique parálisis.
Los incentivos están precisamente para fortalecer mayorías en el análisis de iniciativas que se asumen relevantes por el Ejecutivo; el incentivo que de no formarse una mayoría que incida en la decisión de la iniciativa preferente, es que si no se forma no se puede recurrir al expediente fácil de patear el bote y de no tomar decisiones.
Estos son incentivos para que la política no se mediocratice en la simulación o en la apatía, para que los políticos tomen decisiones frente a la ciudadanía y asuman consecuencias por ello.
Si de repente las fuerzas políticas en el Congreso no deciden tomar el riesgo y el costo político de una decisión controvertida, no tanto como para oponerse a ella, que se le permita a la administración sacarlo adelante, pero no se está estableciendo una preponderancia, se está estableciendo reglas para superar la parálisis, la indefinición política.
Los ciudadanos merecen que los políticos tomen posturas, son esquemas para que la mercadotecnia política no suplante al debate político; para racionalizar la toma de decisiones políticas, para que la ciudadanía se empodere no solo en función de su incidencia en la asignación de espacios de poder, sino promueva una mayor penetración en el manejo de la agenda del poder. Esa es la apuesta.
¿Por qué ahora? Porque es el año 2010 y no podemos dejar que frente a los incentivos simbólicos que implican revisitarnos y replantearnos como país, evitemos estos debates.
Se tienen que dar este año y yo soy optimista porque todos los políticos saben dónde está quien, hoy por hoy, viene asignando los espacios de poder y está en la ciudadanía.
No alcanza con el voto duro de nadie y la apuesta es a que esa ciudadanía no abandone esos espacios.
En cuanto al financiamiento, ese es un tema complejo. Obviamente parece que lo más lógico sería que se reduzca el financiamiento. Tenemos que buscar un esquema que no encarezca la competencia electoral.
Hoy por hoy uno de los principales riesgos para la integridad política de los procesos electorales está en los financiamientos ilegales. Encontremos un esquema de financiamiento que permita que la representación política no se subordine a poderes fácticos.
Y sí, por último, porque estos cinco minutos son escasos, claro que la transparencia y rendición de cuentas es un elemento central del debate democrático y no hay argumento serio para oponerse a él.
Esa debe ser una meta de la ciudadanía y no va en la Reforma Político, eso va en canales paralelos, hoy por hoy la Reforma al Pacto Federal es que estados y municipios pueda gobernar cuando menos con los niveles de exigencia, transparencia y rendición de cuentas a que está sometida la Federación, y uno muy importante es concentrarnos en la independencia de los Poderes Judiciales y Locales que hoy por hoy no son una válvula que permita un arbitraje independiente en cuanto a conflictos que están a nivel estatal



La agenda es mucha pero yo me niego a que esto sea una reforma hecha desde adentro para preservar los intereses de adentro. Es al contrario: Tomar la apuesta de no quedarnos atrapados en las maneras como hoy se hacen las cosas e incorporar poder a la política, pero poder ciudadano.
SEGUNDA INTERVENCIÓN
Gracias, yo nada más quisiera hacer una advertencia, pudiera haber gente de la mesa que pudiera haberse sentido aludida en mi intervención, si aclaro algunas cosas que me preguntaron, independientemente quien quisiera hacer respuesta a algunos de mis planteamientos, si me dejaran al final contestar, trataré de no sacar ventaja de cerrar el debate con lealtad.
Primero, en términos de la paradoja en la que se propone una reforma política y luego firmar sufragio efectivo, no reelección, el dato es que Madero nunca se negó contra la reelección del Poder Legislativo, su demanda era frente al gobierno de Porfirio Díaz.
Después, fue ya mucho después, años después, que como estrategia para conciliar a los bloques de poder que todavía estaban activos en materia en el país, que se encontró la formula, uno, de la distribución del poder desde el Presidente y la alternancia dentro de los grupos revolucionarios a la presidencia, y, dos, la no reelección para evitar que estos se consolidaran como grupos de poder, permitiéndole al Presidente darle válvulas de escape al entonces esquema de estabilización del país, nada que ver con los ciudadanos.
Hoy por hoy el debate es cómo le damos potencia a los poderes ciudadanos, porque hay un riesgo muy importante que evitar: El hastío como vocación de vida.
Nosotros tenemos que prohibir esa posibilidad del hastío como vocación de vida, porque no solo es improductivo, sino que son muchos los problemas y los rezagos que tenemos y necesitamos incorporar toda capacidad, toda iniciativa ciudadana, toda supervisión social, toda capacidad de gestión, al tratar de responder a estas cosas.
Dos. No es una propuesta del Presidente, pensé, lo que reabre el debate. El debate se venía dando en los últimos años.
Frente a la posición del Presidente en septiembre, especialmente el senador Beltrones, que es mi amigo, aunque de repente nos estemos echando nuestros brincos, pero es buen amigo mío yo le tengo mucho afecto, dice: El Presidente se posiciona frente al tema, y los mismos promotores de la reforma política dicen: "Es que esto no puede tener todos sus contenidos, que el Presidente se posicione frente al tema y le tomamos la palabra, no es una competencia, esto no puede ser una reforma solo por la fuerza política allegada a la Presidencia de la República, es una reforma constitucional y requiere de amplísimos consensos.
Y lo que tenemos que ver es nada más que no se atasque en falsos debates, que podamos generar los debates en términos reales de cuál es el propósito y por qué queremos que fuera un esquema de modernización de la vida política de México.
Yo hay dos datos que he visto en algunos de los semblanteos en cuanto a los debates sobre, por ejemplo, la elección consecutiva. Primero que hay que darle movilidad a la clase política. México está reclamando mejor representantes, no más políticos, están reclamando mejor representación no mayor circulabilidad política.
Lo que están reclamando es profesionalización en la política. La capacidad de poder generar acuerdos y procesos políticos previsibles y en donde se pueda exigir responsabilidad a los actores.
No puede concebirse a la política como agencia de empleo, tiene que ver a la política como un esquema en que los ciudadanos canalicen frustraciones y anhelos para que se tomen decisiones políticas y se construyan políticas públicas. Entonces en esa parte no.
Y dos. Ciertamente la posibilidad de que la elección consecutiva pueda generar esquemas de rigidez en la representación política es real, por eso tiene que estar siempre acompañada de cuestiones electorales que den equidad, transparencia y que permitan al ciudadano ir generando un esquema de vigilancia sobre sus representantes políticos, la transparencia sobre cómo.
Hoy no hay incentivos para seguir la carrera legislativa de un diputado, porque es irrelevante para los efectos del ciudadano que tendrá que volver a votar. Pero hoy por hoy los portales que determinan que ya empezó a hacerse un ejercicio en la elección pasada, empiezan a revisar el comportamiento político de los legisladores.
En materia de presidentes municipales, nada más un tema que por ahí nos estuvo planteando el joven que habló al final sobre la revocación del mandato. ¿Por qué yo no estoy de acuerdo con el esquema de revocación del mandato?
Primero, coincido con Alejandra que al final los esquemas de la elección consecutiva pueden permitir que se consolide una ciudadanía en contra de la elección de ese funcionario. Si es opaco, si es ladrón, si es corrupto.
La revocación del mandato a mí me preocupa porque puede generar incentivos para la ingobernabilidad, más allá de la consulta electoral. Y (…) decisiones electorales, si la idea es confiar en el electorado y darle herramientas al electorado para que tome la decisión más informada, la revocación del mandato solo puede generar el incentivo para que las fuerzas políticas traten de plantear la ingobernabilidad, en perjuicio de la sociedad, que necesita soluciones.
Por eso yo soy escéptico, yo no la acepto y yo creo que en el esquema de presidentes municipales, que es en donde lo quieren intentar, me parece que el propio esquema de la elección consecutiva nos tiene que dar garantías suficientes como las da en la mayo parte del mundo.
Quitémonos el mote de ser el único país con elecciones de mayoría relativa, que no acepta ese esquema, es increíble.
TERCERA INTERVENCIÓN
Antes que nada agradecer la presencia de todos ustedes, mi tesis es esta:
Sí, desde el Gobierno tenemos que probar estos espacios, incidir en la formación de la opinión pública, pero es muy importante que las organizaciones ciudadanas se sumen.
Ciertamente en el tema de la elección consecutiva puede haber cierta inercia pero no subestimen. Cada vez la sociedad conoce mejor sus derechos y explora mejor sus posibilidades.
Yo me acuerdo hace muchos años que se decía que la ciudadanía de manera masiva estaba en contra del Tratado del Libre Comercio y luego eso se modificó substancialmente y en la medida en que iban recibiendo más información e iban viendo más las posibilidades, se iban (…) mitos.
La alternancia tuvo que construirse sobre la base de desmitificar que solo uno sabía cómo gobernar y que solo unos garantizaban la estabilidad del país para desenmascarar que la estabilidad política descansa en los ciudadanos, en sus instituciones, no en la fórmula de un grupo mágico que la preserva y la administra.
Es la vinculación de instituciones y de ciudadanía y como van interactuando lo que consolida más o menos la estabilidad política, lo que le da más o menos consistencia al sistema político y a las posibilidades de equidad social y de desarrollo económico.
Ahora, por favor, si ven y cuestionan duramente las ineficacias e insuficiencias que tiene el gobierno con los medios alternativos, pues no nos dejen solos si están de acuerdo.
Bueno, si la lógica es que también en esta búsqueda haya una nueva vinculación, también repartamos la carga de lo social y de lo público de una manera así.
Yo partí con mi intervención diciendo que ya no se puede "el gobierno se encarga de una cosa y la sociedad de otra". Ahora ya todos los procesos tienen una mixtura fundamental, esa es la democracia.
El gobierno articula, da potencia, etcétera, pero hasta en seguridad pública y en el uso de la fuerza se necesita un componente de participación ciudadana que genere contención y que, al mismo tiempo, genera información.
Y les estoy hablando que aún en el terreno del monopolio estatal, el uso de la fuerza, tiene ciertos ingredientes de comunicación, vigilancia y participación.
Entonces, por favor, no se queden en la arrogancia de "es que no saben como hacerlo". Pues háganlo ustedes y ahí nos vamos viendo en el camino.
Créanme, hoy como nunca la asignación de los espacios del poder está en la ciudadanía pero hay quien quiere que no se den cuenta.
Sí está en la ciudadanía; sí la ciudadanía decide. Yo veo el nerviosismo en los competidores políticos en escenarios donde "no, hombre, esto está clarísimo"; a mí el que me anticipe una elección, que "no esto ya va a ser clarísimo y así va a ser". Esas certidumbres ya se fueron.
Las elecciones las define el electorado en función de las alternativas que tiene el día de la elección y se puede ir incidiendo en inercias y masas críticas, pero pueden cambiar en cualquier momento.
Adiós a esas certidumbres de antaño que no tomaban en cuenta la capacidad de los ciudadanos para decidir sus destinos. Esa incógnita está abierta y se va cerrando poco tiempo antes de la elección.
No subestimen eso ni subestimen el poder que tienen ahora. Nada más asúmanlo, protéjanlo y promuévanlo.
No es una fórmula de bipartidismo, a ti te lo dije, que al final la textura, la división, la repartición de la representación política en el país impediría un esquema bipartidista, lo que nosotros estamos haciendo es bajar el umbral para preservar el estatus de partido político una vez que se han sometido a la elección.
Creemos que el umbral debe ser más alto porque tarde que temprano implican sujetos de privilegios y emociones sostener la representación política y decimos que tiene que haber más consistencia para que se preserve como partido político.
No estamos hablando del umbral para que compitan, sino para que ese esquema de privilegios tenga una asignación más razonable y no se esté asignando a quienes no tengan un mínimo de consistencia electoral.
Pero en fin, regreso a lo de la segunda vuelta. Todos los partidos políticos hemos sido tercer lugar en una elección de 88 para acá, todos hemos sido segundo y el PRI y el PAN han sido primeros.
El proceso estadístico, el proceso histórico reciente se asigna en la tesis sobre la cual yo construyo la fortaleza de esta propuesta, que el electorado mueve su apoyo en función de las alternativas que se le presentan el día de la elección.
Muchas gracias por todo. Y sí, si hay que replicarlo, repliquémoslo. Yo estoy comprometido en poner buena parte de la energía del Secretario y de su equipo en que se genere un debate decente, honrado e informado en materia de la Reforma Política y que los "quid pro quo" no se den en lo obscurito y que se tengan que explicar ante la nación porque no hay de otra. Tarde que temprano este tipo de cuestiones se tienen que explicar a la nación, y para mi más pronto que tarde. Gracias

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