La iniciativa con la que el presidente electo y Morena quieren formar una nueva instancia de seguridad inicia su camino legislativo, en el que la izquierda aún no puede cantar victoria.
Nota de David Martínez Huerta
CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico).- Una vez que Morena presentó su propuesta para modificar 13 artículos de la Constitución para crear una Guardia Nacional que sirva como base para “pacificar” al país, el camino legislativo para que este cambio se concrete aún es largo y no está libre de obstáculos, pese a que el partido del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, representa la primera fuerza en ambas cámaras del Congreso.
La iniciativa —que busca dar pie a una instancia que reúna a policías federales, militares y navales, y que es uno de los puntos del plan de seguridad de López Obrador— fue turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados para su análisis y dictaminación. Se trata de una de las comisiones de San Lázaro con más carga de trabajo, pues acumula ya 88 iniciativas por dictaminar tan solo en los dos meses y medio que van de la actual Legislatura.
Es previsible que Morena intente empujar el tema, aunque también lo es que enfrente cuestionamientos de la oposición, como que la propuesta no incluye una estimación de impacto presupuestal, necesaria para la asignación de recursos públicos para 2019.
Además, el planteamiento levanta polémica entre organizaciones civiles y ciudadanos, quienes rechazan que un cuerpo con mando militar tenga un rol protagónico en la estrategia de seguridad pública.
En la Comisión de Puntos Constitucionales, los diputados deberán elaborar un predictamen que circulará entre los 33 integrantes del órgano legislativo para que estos den sus observaciones.
Las normas vigentes marcan que la comisión tendrá un plazo de 90 días para aprobar o desechar la iniciativa. En caso de considerarlo necesario, podrá pedir una prórroga de otros 90 días.
Antes de que concluya ese tiempo, la comisión deberá redactar un dictamen que será sometido a votación entre sus miembros. Si es aprobado, será enviado al pleno de la Cámara. Si no, se dará por rechazado.
Por implicar cambios a la Constitución, el documento requiere mayoría calificada para avanzar, es decir, los votos de dos terceras partes de los diputados de la comisión. Morena por sí solo tiene 17 —más de la mitad de los 33 asientos—, pero todavía necesitaría al menos cinco más. Sus aliados PT y PES pueden darle cuatro —dos cada uno—, por lo que aún le faltaría uno.
En caso de quedar aprobada en comisiones la iniciativa de la Guardia Nacional, al tratarse de una reforma constitucional tendría que dársele primera lectura en el pleno en una sesión ordinaria y segunda lectura en otra sesión. Solo entonces podría ser discutida y votada en lo general y lo particular.
Para ser aprobado —igual que en comisiones—, el documento tendría que recibir el respaldo de dos terceras partes de los diputados presentes en el pleno de la Cámara. En caso de que estuvieran los 500 legisladores, esto significaría que se requerirían 332 votos.
En San Lázaro, Morena tiene mayoría simple con 256 asientos. Con sus aliados PT y PES llega a 314. Esto quiere decir que los morenistas se quedarían cortos para la mayoría calificada y necesitarían convencer también a otros legisladores de oposición.
Si la reforma quedara aprobada en la Cámara, iría al Senado, donde también tendría que pasar a comisiones y al pleno y alcanzar votaciones de mayoría calificada.
Entre los senadores, Morena es la primera fuerza con 59 de 128 asientos. Con sus aliados PT y PES supera la mayoría simple —65—, pero todavía se queda lejos de las dos terceras partes, lo que obligaría al partido de izquierda a negociar.
¿Y qué pasaría si lo aprueban tanto la Cámara como el Senado?
En caso de que la reforma alcanzara los votos suficientes en ambas cámaras, aún le faltaría otro paso: recibir el aval de más de la mitad de los congresos estatales.
Solo en caso de que esto sucediera podría darse la declaratoria de aprobación y se podría enviar el documento al presidente para que lo promulgue y publique en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Los artículos transitorios marcan que el decreto entraría en vigor un día después de la publicación. Hasta ese entonces podría empezar a tomar forma la Guardia Nacional.
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