25 jun 2021

Rubén Rocha Moya y el crimen organizado

Rubén Rocha: en Sinaloa, ningún candidato de Morena fue puesto por el ‘narco’...

"Niego categóricamente alguna relación ahora, o en época de campaña, ni antes de la campaña. Ni pretendemos tenerla, ni a título institucional. Eso sería aberrante de frente a lo que es la política de seguridad en este país. Vamos a observar los criterios de la política de seguridad en este país. (¿Cuáles, Rubén? ¡No hay!)

(En combate a la delincuencia  @rochamoya_ no irá con la 4T, en lo "de abrazos y no balazos”, de dejar hacer, dejar pasar: "nosotros como gobierno vamos a proteger a la sociedad y por supuesto vamos a combatir a la delincuencia @fredalvarez (pero) para quedar bien con el C. Presidente justifica el culiacanazo.. Mmm..)..

https://www.youtube.com/watch?v=lSSl1OB5qbM&t=87s


ALEJANDRO DOMÍNGUEZ lo entrevistó para Milenio.

Milenio, 24.06.202;

Rubén Rocha Moya, gobernador electo de Sinaloa, nació en Badiraguato, la tierra de Joaquín El Chapo Guzmán, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, Don Neto, pero niega tener algún vínculo con la delincuencia organizada. Dice que su vida la ha dedicado a la academia como rector de la Universidad Autónoma del estado y, recientemente, a la política como diputado local y senador de la República.

La semana pasada MILENIO publicó que áreas de inteligencia del gobierno federal rastrean presuntos vínculos de al menos seis candidatos a gubernaturas y diputaciones federales con el crimen organizado, entre los que destacan los gobernadores electos de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo. (ver abajo la nota de Milenio de JANNET LÓPEZ PONCE)

De acuerdo con la lista del Centro Nacional de Inteligencia, de Rocha Moya se tienen documentados presuntos nexos con el cártel de Pacífico (cártel de Sinaloa) de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada.

Su contrincante, el senador Mario Zamora, y el representante del PRD ante el INE, Ángel Ávila, denunciaron que el crimen organizado intervino en la elección de Sinaloa para respaldar a Morena con el levantón hasta de un millar de representantes de casilla y de supervisores de los partidos de la alianza Va por México.

Sin embargo, en entrevista para MILENIO, Rocha Moya niega cualquier vínculo con el crimen organizado, al que le manda decir que en su gobierno se le combatirá, incluso usando la fuerza.

¿Cuál es el mensaje de Rubén Rocha hacia el crimen organizado en este estado donde opera el cártel de Sinaloa?

-El mensaje que mandamos a los sinaloenses es cultivar y frenar ese fenómeno en el cual se finca el crimen organizado que es la distribución de drogas. Los dos temas más preocupantes son que se incrementen las adicciones y que se genere más violencia derivada justamente de la delincuencia organizada. Más que mandarles un mensaje, nosotros como gobierno vamos a proteger a la sociedad y por supuesto vamos a combatir a la delincuencia en todos los niveles. A la delincuencia organizada, pero también a la delincuencia de los delitos del fuero común. Vamos a hacer una estrategia y la estamos trabajando con dos pilares: una la prevención y otra el uso de la fuerza y poder combatir la delincuencia.

¿El crimen puede confiarse que con Rubén Rocha nadie se meterá con ellos?

No. La primera cosa que digo es que niego categóricamente cualquier relación nuestra con el crimen. Lo tenga quien lo tenga a título de investigación, no creo que tengan más. Yo se lo dije a algún periodista de MILENIO en algún momento que si me están investigando que me investiguen. Eso no tiene para mí ningún problema porque finalmente los hombres públicos estamos dispuestos a ser investigados para darle a conocer a la sociedad qué somos.

Niego categóricamente alguna relación ahora, o en época de campaña, ni antes de la campaña. Ni pretendemos tenerla, ni a título institucional. Eso sería aberrante de frente a lo que es la política de seguridad en este país. Vamos a observar los criterios de la política de seguridad en este país. (¿Cuáles?)

Nosotros vamos a actuar como gobierno y el gobierno tiene una función, que además de gobernar para todos, debemos dar solución a los muy diversos problemas, dependiendo de las diversas realidades que tiene el estado: la sierra, la costa, los valles, el turismo, etc. Además de atender todas esas actividades para el desarrollo de Sinaloa tenemos que combatir al crimen organizado, esa es una función del estado a la cual no se puede renunciar y nosotros no tendríamos ninguna razón para renunciar a ello. Vamos a tener una estrategia debidamente delineada y en completa coordinación con la federación.

¿Cómo alejar al crimen de la política?

Definitivamente lo que tienes que hacer es que los partidos se atengan a sus procesos para seleccionar a sus candidatos. Este es un tema central en Morena, yo te puedo jurar que nosotros no tuvimos a nadie que haya sido recomendado o que viniera "mensajeado" por alguien que tenga que ver con el crimen.

¿Nadie?

Nadie. Ningún candidato de ningún nivel. En Sinaloa con Morena todos entraron con un proceso. Ese proceso incluso que no tenemos dirección estatal de Morena en Sinaloa, yo pedí a la dirección nacional que nos hicieran las encuestas para los diputados locales y las presidencias municipales. Todo eso se trabajó en un proceso, si trabajas así y te atienes a los resultados tú estás blindado de cualquier intromisión de un agente externo, como es el caso de la delincuencia.

En caso de que ocurriera una situación como el Culiacanazo de 2019, ¿con qué capacidades contará como gobernador, si la federación es la que lleva mano contra el crimen organizado?

Esa es una tarea que emprendió la federación a través de sus fuerzas del orden, no tiene ahí el gobierno estatal nada que hacer, incluso el propio gobernador de aquel momento dijo "nosotros no estamos enterados del tema”. Son operativos federales en los que normalmente no entran ni fuerzas locales, ni estatales y ni municipales, sino que éstas se organizan con las fuerzas federales de cómo van a actuar. Estaríamos colaborando únicamente en todo lo que nos convoquen en asuntos que son únicamente al cuidado de la ciudadanía.

Ese operativo comenzó a la una de la tarde en un espacio muy concurrido en Culiacán y esto por supuesto hizo reflexionar a las autoridades y yo creo que la mejor medida fue decir: vale más proteger a la ciudadanía, porque se había generado un ambiente de gran intranquilidad que podía involucrar a civiles en alto porcentaje y la decisión fue decir: "vale más que paremos el operativo y no poner en riesgo a la ciudadanía" y eso para mí fue el gran acierto.

Rocha Moya llegará a la gubernatura el 1 de noviembre próximo, un cargo al que ha aspirado desde 1986 en su primer intento por gobernar Sinaloa, en 1998 lo volvió a intentar sin éxito, pero ahora la tercera fue la vencida. Sus objetivos de gobierno se delinean en lograr el desarrollo de la entidad y con ello asegurar empleo para los 25 mil jóvenes que, dice, solicitan entrar al ámbito laboral en su estado, de los cuales 10 mil lo logran y otros 15 mil se quedan sin trabajo, emigran o se acercan incluso al mal camino.

Antes de que Morena le confirmara la candidatura, se dijo que le habían ofrecido la Secretaría de Educación Pública, aspiración que admite tener.

"Yo soy normalista, el ideal de un normalista es ser secretario de educación, pero no, nunca he tenido la oportunidad de que me lo ofrezcan, porque lo hubiera arrebatado".

¿Después de gobernar Sinaloa?

Sí, pero espero tener tiempo para eso, la edad es importante y yo no quito el dedo del renglón de eso, pero finalmente no me lleva la vida.

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Rastrean ligas del crimen con 2 gobernadores electos, JANNET LÓPEZ PONCE

Milenio, Ciudad de México / 16.06.2021

Las áreas de inteligencia del gobierno federal rastrean presuntos vínculos de al menos seis candidatos a gubernaturas y diputaciones federales con el crimen organizado, entre los que destacan los gobernadores electos de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, además de tres diputados federales reelectos.

El Centro Nacional de Inteligencia comenzó una investigación de todos los candidatos y candidatas que participaron en el proceso electoral 2020-2021 para gubernaturas y la Cámara de Diputados con el objetivo de detectar la intervención del crimen organizado en este proceso, a la par de las indagatorias que lleva a cabo la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en el mismo sentido.

Los datos, a los que MILENIO tuvo acceso, destacan que se indagan vínculos del crimen organizado con candidatos de al menos cinco partidos políticos nacionales, incluidos aspirantes a tres gubernaturas por Morena, Partido Verde Ecologista de México y Movimiento Ciudadano, así como de diputados federales de la coalición Morena-PT-PVEM y PAN.

De acuerdo con esta lista de carácter confidencial del CNI, a la cabeza se ubica Rubén Rocha Moya, candidato de Morena y gobernador electo de Sinaloa. De él se tienen documentados presuntos nexos con el cártel de Pacífico (cártel de Sinaloa) de Joaquín 'El Chapo' Guzmán e Ismael 'El Mayo' Zambada. Rocha Moya nació en Badiraguato, tierra del Chapo Guzmán.

Su contrincante, el senador Mario Zamora, y el representante del PRD ante el INE, Ángel Ávila, denunciaron la “evidente intervención” del crimen organizado en la elección de Sinaloa para respaldar a Morena con el “levantón” hasta de un millar de representantes de casilla y de supervisores de los partidos de la alianza Va por México.

En entrevista, Ávila sostuvo: 

“Se puede intuir que algunos candidatos están inmiscuidos, fueron, son parte de o tienen relación con estos grupos del crimen organizado”, pues —añadió— operaron el 6 de junio para apoyar a candidatos de Morena e intimidar a los de la oposición.

“En Sinaloa lo ha denunciado el propio candidato Zamora: casi un millar de personas levantadas entre viernes, sábado y domingo; fueron liberadas la noche del domingo. Incluso fue levantado el secretario estatal de elecciones del PRI en Sinaloa y fue soltado el martes. Es evidente que el narcotráfico jugó, ninguna encuesta daba una diferencia tan amplia como la que resultó en la elección, lo que queda claro es que operó el crimen organizado para favorecer a los candidatos de Morena”, aseguró.

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La opinión de César Velázquez, El Coruco, sobre el tema en 

Punto Crítico Sinaloa Digi Tv:

"El gobernador electo de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, está haciendo serios esfuerzos por explicar de manera convincente, cuál es su posición respecto de la delincuencia organizada, qué tratamiento debe darse desde el punto de vista institucional al fenómeno de las bandas criminales y el tráfico de drogas, cuáles son los espacios de acción de que disponen los distintos ámbitos de gobierno frente a un asunto que en su tiempo algún gobernador calificó como “hemisférico” y cuáles son las posibilidades reales de una eventual negociación con grupos que actúan al margen de la legalidad. Sin duda, es el asunto más delicado de cuantos habrá de enfrentar en su mandato, cuyo inicio ya está a la vuelta de la esquina. Ese es el propósito de las entrevistas que está concediendo a diversos medios. Pienso que este esfuerzo se corresponde con una estrategia de control de daños frente a un tema que ha ganado presencia en los medios nacionales e internacionales de manera inevitable, entre otras razones por culpa del propio Rocha, que dijo lo que por una especie de  íntimo decoro otros políticos no se han atrevido a decir, y en parte, porque a Sinaloa lo distingue un “hecho diferencial”, el de ser la cuna de los más grandes mafiosos del país, productor de la “maldita” y centro geoestratégico de la distribución de drogas hacia los centros de alto consumo masivo.

Si Rocha hubiese repetido los lugares comunes que sobre este tema se dicen para evitar contrariedades; si hubiese afirmado que se combatirá la delincuencia organizada sin concesiones para garantizar la vigencia del Estado de Derecho, el asunto hubiese quedado ahí. No habría pasado nada. Sus declaraciones se habrían inscrito en el ámbito de lo políticamente correcto. Ah, pero decir que en algún momento podría considerarse la posibilidad de alguna negociación con bandas de la delincuencia organizada –que más o menos por ahí fue su declaración--, eso sí que sonó como “un pistoletazo en medio de un concierto”.  Si alguna vez tuviese que hacerlo, no sería el pionero y seguramente tampoco el último en esas piruetas. Hay ejemplos sobrados en el mundo entero donde las bandas tienen gran presencia, en que las autoridades –de todo tipo y nivel— han tenido que negociar. Y creo que se ha hecho siempre partiendo de un principio elemental: la lucha contra la violencia criminal y el narcotráfico es una lucha que no se puede ganar, pero es una lucha que el Estado (el gobierno, pues) no puede perder. No hay, entonces, ni puede haber, desdoro alguno para una autoridad buscar la paz y tranquilidad de sus ciudadanos. Al fin y al cabo, la primera tarea del Estado es garantizar la seguridad física y jurídica de todos y cada uno de sus ciudadanos. Lo demás debe venir por añadidura.

Claro, tampoco se trata de irse de bruces con una estrategia de pacificación. Eso de “abrazos, no balazos”, lo que ha significado es en los hechos una política de “laissez faire, laissez passer”, hacerse de la vista gorda, dejazón de responsabilidades institucionales y abandono de las tareas más elementales del Estado. Y ahí están en todas esas encuestas que hablan del gran respaldo ciudadano a López Obrador, una abierta crítica a las políticas gubernamentales en materia de seguridad pública, en las que está reprobado sin paliativos.

Rocha y la reivindicación weberiana del monopolio de la violencia

Me parece que la posición de Rocha es correcta. Y que lo hace de buena fe. Es un tema en el que no se puede actuar con dobleces, sobre todo cuando se apunta hacia una descomposición social y moral de nuestra convivencia colectiva. Y si no quiere fracasar en el intento, tiene que convocar a una cuasi-permanente movilización social. Los grupos sociales se sienten vulnerables, indefensos, frente a olas de violencia. Por eso, en la entrevista que concedió al diario Milenio, insistió, enfatizo en este punto: “…nosotros como gobierno vamos a proteger a la sociedad y por supuesto vamos a combatir a la delincuencia en todos los niveles.  A la delincuencia organizada, pero también a la… del fuero común. Vamos a hacer una estrategia y la estamos trabajando con dos pilares: una la prevención y otra el uso de la fuerza y poder combatir la delincuencia”.

Rocha –que tanto insistió en campaña en instaurar en Sinaloa eso que llama la cuarta transformación no puede seguir la política que ha seguido el presidente. Ahí tendrá forzosamente que pinar una raya y hacer una excepción en el proyecto de cambio de gobierno y de régimen. Hay una percepción muy extendida –y ya se sabe: percepción es realidad—en el sentido de que el presidente no se ha metido y no se meterá con las bandas delincuenciales. Por eso, la pregunta un tanto provocadora del periodista de Milenio –la tarea del periodista es preguntar por todo aquello que incomode al poder--, mereció también una respuesta categórica de Rocha. A la pregunta ¿El crimen puede confiarse que con Rubén Rocha nadie se meterá con ellos?, esto contestó: “La primera cosa que digo es que niego categóricamente cualquier relación nuestra con el crimen… si me están investigando, que me investiguen. Eso no tiene para mí ningún problema porque finalmente los hombres públicos estamos dispuestos a ser investigados para darle a conocer a la sociedad qué somos”.

El gobernador electo añadió: “Niego categóricamente alguna relación, ahora o en época de campaña, ni antes de la campaña. Ni pretendemos tenerla, ni a título institucional. Eso sería aberrante de frente a lo que es la política de seguridad en este país. Vamos a observar los criterios de la política de seguridad en este país.” Diría que está bien. Lo que pasa es que no se sabe a ciencia cierta en qué consiste esa política de seguridad, porque si por ello se entiende una política de “abrazos, no balazos”, no vamos a llegar muy lejos.

El gobierno mexicano se enoja porque según los informes de entidades estadounidenses sostienen que una gran parte del territorio nacional está controlado por bandas delincuenciales. Quizá sea una exageración, pero de que hay territorios sustraídos al control de las instituciones, los hay.  Nuestro moderno Leviatán ha ido perdiendo fuelle, fuerza, autoridad, y se ha visto obligado a compartir e, incluso, a ceder el poder a grupos y fuerzas alegales, ilegales y extralegales, que imponen su propia legalidad, esto es, su propia arbitrariedad. Ahí está, para no ir muy lejos, el caso de las llamadas autodefensas en entidades como Michoacán y Guerrero. Pero como ya apunté: este Leviatán exánime, por más que tenga una fuerza de 100 mil efectivos, no puede ganar la batalla, pero menos puede perderla. Hizo bien Rocha al reivindicar la tesis weberiana del monopolio legítimo de la fuerza. He ahí una diferencia fundamental para enfrentar el hecho diferencial. En fin…##

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