27 sept 2006

Emmanuel Milingo


¡Curas casados ya!
Después de mucho darle vuelta, por fin el Vaticano anuncio este martes 26 de septiembre la excomunión automática del polémico arzobispo emérito de Lusaka (Zambia), Emmanuel Milingo, con quien el Papa mostró reiterada comprensión, pero que ha acabado con la "vigilante paciencia" de la Santa Sede.
Milingo ha quedado excomulgado latae sententiae, es decir automáticamente, por haber ordenado obispos a cuatro sacerdotes estadounidenses casados, que asimismo han sido excomulgados y sus ordenaciones no reconocidas por el Vaticano.

Desde que el pasado mes de julio que reapareció en EE UU abanderando la causa de los curas casados el Vaticano siguió de cerca, "con preocupación", sus pasos.
Milingo saltó a la notoriedad por sus exorcismos, que atrajeron a numerosos fieles a sus ceremonias y también por haber grabado discos y cantó en numerosas televisiones de todo el mundo.
Pero su nombre volvió de nuevo a las primeras páginas de los diarios en mayo de 2001, al casarse en un hotel de Nueva York con la coreana María Sung. La boda la oficio el reverendo Moon, de la Iglesia de la unificación Mundial y ello causó un gran escándalo, puso en apuros a la Santa Sede y supuso ya la amenaza de excomunión.
Pero varios meses después fue recibido por Juan Pablo II, lo que propició el retorno al redil del prelado; renunció entonces a su matrimonio y reafirmó su fidelidad a la Iglesia Católica.

Y pues no aceptó la excomunión dictada ayer por Benedicto XVI y "la devuelve al Vaticano para que sea reconsiderada".

En una conferencia de prensa celebrada hoy en el Templo Católico Imani de Washington, el ex arzobispo dijo que "la autoridad de un obispo proviene de su consagración". "Yo fui consagrado obispo por el Papa Juan Pablo II y he consagrado como obispos a cuatro hombres cuya consagración es válida y lícita".
Milingo y el fundador del Templo Imani, Robert Stallings, afirmaron que su propósito es "restaurar en la Iglesia Católica el sacerdocio con matrimonio, y señalaron que el celibato ha causado "grandes daños" a esa institución.
Según, Peter Brennan -uno de los excomulgados- de Nueva York, sostieneque hay en el mundo más de 125,000 sacerdotes casados a quienes la Iglesia Católica rechaza cuando, al mismo tiempo, encara una escasez de sacerdotes que podría dejarla sin pastores en 20 años.
"El matrimonio es un sacramento y es una vocación más alta que el celibato", agregó Brennan. Este es lema que defiende Milingoy la organización que él mismo fundó el pasado mes de julio, bajo el lema de "Married Priests Now!" (¡Curas Casados Ya!).
Su caso ha reavivado el debate sobre el celibato en la Iglesia Católica y la situación de los alrededor de 100,000 curas católicos que, según fuentes religiosas, están casados. De esa cifra, unos 20,000 viven en Estados Unidos, 10,00 en Italia y 6,000 en España, según las asociaciones de sacerdotes casados.

Los sacerdotes católicos son unos 400,00, lo que supone, según las cifras de esas asociaciones, que el 25 por ciento no respeta la normativa difundida por la Santa Sede.
¡El asunto dara de que hablar!
Por lo pronto comparto la:

La Santa Sede ha seguido con profunda preocupación la actividad comenzada recientemente por monseñor Emmanuel Milingo, arzobispo emérito de Lusaka, con una nueva asociación de sacerdote casados, sembrando división y desconcierto entre los fieles.
Exponentes de la Iglesia de diferentes niveles han tratado de contactar en vano al arzobispo Milingo para disuadirle de proseguir con sus acciones, que causan escándalo, sobre todo entre los fieles que han seguido su ministerio pastoral a favor de los pobres y enfermos. Teniendo en cuenta la comprensión manifestada, incluso recientemente, por el sucesor de Pedro a este anciano pastor de la Iglesia, la Santa Sede ha esperado con paciencia vigilante la evolución de los acontecimientos, que por desgracia han llevado al arzobispo Milingo a una condición de irregularidad y de progresiva ruptura abierta con la comunión de la Iglesia, en un primer momento con el pretendido matrimonio y después con la ordenación de cuatro obispos, el domingo 24 de septiembre en Washington D.C. Con este acto público, tanto el arzobispo Milingo como los cuatro ordenados han incurrido en la excomunión «latae sententiae», prevista por el canon 1382 del Código de Derecho Canónico. Además, la Iglesia no reconoce y no pretende reconocer en el futuro estas ordenaciones ni ninguna de las ordenaciones que de ellas se deriven, y considera que el estado canónico de los cuatro presuntos obispos es el mismo en el que se encontraban antes de la ordenación.
La Sede Apostólica, preocupada por la unidad y la paz del rebaño de Cristo, había esperado que la acción fraterna de personas cercanas al arzobispo Milingo sirviera para un replanteamiento y para su regreso a la plena comunión con el Papa. Por desgracia, los últimos sucesos han alejado estas esperanzas. En momentos de sufrimiento eclesial como éste debe intensificarse la oración de toda la comunidad de los fieles. [Traducción del original italiano realizada por Zenit]

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