12 feb 2008

Tráfico de armas en México

Buena la columna Razones de Jorge Fernández Menendez de este martes 12 de febrero publicada en Excelsior.

Camilo Mouriño, en conferencia de prensa, acompañado del gabinete de seguridad, dijo el pasado 4 de febrero, que en los 14 meses de la administración del presidente Calderón se han dañado las estructuras del crimen organizado, al grado de que se aseguraron "4 mil 451 armas cortas y 4 mil 447 armas largas. 663 mil 913 municiones y 484 granadas".
En efecto, el esfuerzo del gobierno de Felipe Calderón es loable, pero falta mucho por hacer; el combatir el tráfico de armas no es fácil, se requiere necesariamente de cooperación internacional, es delincuencia organizada. Según Moíses Naím la venta ilícita de armas es de 10 mil millones de dólares anuales; para el exsecretario General de la ONU, Kofi Annan, el comerico ilegal suma 4,000 millones de dólares.
Ese es el quid y, más de EU. Creo que les ha faltado contundencia. Tienen un norme presupuesto para inteligencia y por supuesto que saben la ruta de las armas.
Por lo menos hace dos años, México ha pedido apoyo a las autoridades de Washington para ejercer un mayor control en el tráfico de armas que son utilizadas por los grandes cárteles.
Hay en aquel país (hasta hace tres años) casi 55 mil comerciantes de armas. Son muchas sin duda, pero el consulo es que hace 14 años -en 1994- había 245, 628 comerciantes registrados.
La mayor reducción se dio en California, donde se paso de 20,148 licencias en 1994 a 2,438 en el 2005, lo que representa un descenso del 88%; en Texas, se paso se registro un descenso del 76% y en Nueva York, el descenso fue del 79%.
Pero, el descenso en comerciantes de armas no nos nos dice mucho; es sólo un indicador, que sirve de consuelo, pero en nuestro caso han aumentado considerablemente, hay en este momento muchos tráficantes de armas, y es fácil adquirirlas. Tanto en EU como en tras artes del mundo.
En el periodo del presidente Bill Clinton (1992-1996) se aplicó un control más estricto a la concesión y tenencia de licencias de armas y como resultado, la emisión de permisos para comerciar con armas descendió de forma notable. Pero, faltaron normas más estrictas para la obtención y tenencia del permiso federal.
Hace, dos meses, el Congreso norteamericano aprobó la primera ley de control de armas, asuntoque no se abordadaba desde la época de Clinton.
La legislación aprobada por el Senado el miércoles 19 de diciembre -después de recibir el visto bueno de la Cámara de Representantes- aporta fondos para mejorar el Sistema Nacional Instantáneo de Control de Antecedentes Criminales (NICS), principal sistema de control de antecedentes para compras de armas.
La medida también estrecha los mecanismos para evitar que personas con problemas mentales puedan comprar armas.
''Una base de datos federal y creíble que aporte controles de antecedentes precisos beneficia a todos'', indicó entonces, el senador Patrick Leahy, uno de los legisladores que propuso el proyecto de ley, el cual presentó poco después del más sangriento tiroteo en un recinto universitario en la historia de Estados Unidos.(el de Virginia). Pero la iniciativa fue manoseada y tras numerosos cambios en su texto, fue apoyada por la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), que defiende el derecho de los estadounidenses a portar armas.
Y "El producto final (fue) una victoria para los dueños estadounidenses de armas'', indicó la NRA.
Kristen Rand, directora del Centro de Políticas sobre la Violencia, que defiende un mayor control de las armas, dijo n dciembre que la legislación fue "secuestrada por el grupo de cabildeo de las armas y ahora podría ser más dañina que beneficiosa''. Ya que "e lugar de enfocarse en mejorar las leyes actuales que prohíben a la gente con problemas de salud mental comprar armas, la ley desperdiciará millones de dólares de los contribuyentes en restaurar los privilegios (de poseer armas) a personas decididas a convertirse en un peligro para ellos mismos u otros''.
Reconoció entonces Kristend Rand que la nueva ley más bien fue un retroceso debido que: "en algún momento fue una solución, pero ahora la ley es parte del problema''.
La columna de Jorge:
Las armas las carga el diablo....y se compran en Texas.
Razones/Jorge Fernández Menéndez
Publicado en Excelsior, 12/02/2008;
No son sólo las armas las que alimentan o dan poder al narcotráfico o al crimen organizado en general: el verdadero poder está en su capacidad de penetración en los distintos estratos sociales, en su capacidad de cooptación e intimidación, se encuentra en el dinero que el negocio genera y la posibilidad de corromper con él. Pero tampoco nos engañemos, uno de los principales instrumentos que le permiten ejercer ese poder es el de las armas. Con las armas se intimida y asesina, se toma el control de algunas zonas, se genera incluso una cultura del miedo y la imitación que le da a los delincuentes la posibilidad de mimetizarse, intimidar, establecer sus zonas de poder.
Que las armas no son todo lo demuestran los datos de las áreas de seguridad del gobierno federal: desde diciembre de 2006 hasta hoy, los grupos del Golfo, con sus sicarios denominados Los Zetas, han sido la organización criminal a la que más armas se le han incautado. Son también las de mayor potencia de fuego y más letales: a ellos se les han incautado cohetes antitanques M72 y AT4, lanzacohetes RPG7, lanzagranadas MGL de 37 mm, aditamentos para lanzagranadas de 37 y 40 mm, granadas de ese calibre, granadas de fragmentación, fusiles Barret de calibre 50, pistolas y ametralladoras de nueva generación, como las armas belgas Herstal, conocida como la Five Seven, cuyas municiones pueden atravesar blindajes y son conocidas en Estados Unidos como matapolicías. Menos armamento tienen los grupos de los Arellano Félix, actualmente en una cierta decadencia por la detención de sus líderes y la ocupación de algunos de sus territorios por grupos del Golfo, a quienes se les ha decomisado fusiles Barret, lanzacohetes y subametralladoras Herstal. Paradójicamente, el que aparece como el grupo más poderoso del narcotráfico en México, el llamado cártel de Sinaloa, el que ejerce mayor control sobre distintas zonas, resulta el que utiliza armamento más convencional: normalmente, se le han incautado armas cortas y fusiles de asalto del tipo AK47 y ocasionalmente lanzagranadas y granadas de 37 mm.
El poder real de los grupos no lo determina su armamento, pero ese volumen y calidad de armas habla de la capacidad de generar violencia de cada una de las organizaciones y de su capacidad desestabilizadora.
No estamos hablando de cosas menores: en 2007 fueron incautadas cuatro mil 333 armas cortas, cuatro mil 205 armas largas; una cantidad impresionante de municiones: 706 mil 170 y, el dato más sugestivo, es el número de granadas: 518, cuando en los seis años anteriores nunca se habían incautado más de 60. Tampoco es una distribución generalizada: la gran mayoría de las armas y las municiones se han encontrado, con un margen muy amplio con respecto a los otros estados, en Tamaulipas y Michoacán (un porcentaje que se acrecienta en forma notable por los decomisos de armas de la semana pasada en la primera entidad) y también ha habido decomisos considerables en Sonora, Chihuahua, Jalisco, Veracruz y Guerrero. En cantidad de armas, el mayor número se ha encontrado en Tamaulipas; de municiones, en Michoacán.
El control del armamento de los grupos del crimen organizado es esencial para mantener la estabilidad y la vigilancia en las distintas zonas del país. Como señalábamos, no hay una relación directa entre el poder real de una organización y su poder de fuego, pero sí de su capacidad e intención de generar violencia y desestabilizar a la sociedad.
Por eso, según lo apuntábamos al principio del año, es tan importante el operativo que se realiza desde enero en Tamaulipas, en tres zonas del estado: uno en Nuevo Laredo y su área de influencia, otro en Tampico y Altamira y, un tercero, el más amplio, que abarca el triángulo Reynosa-Matamoros-San Fernando, en busca de ahogar las actividades de los grupos ligados a Los Zetas. Los decomisos de la semana pasada, pero sobre todo el del arsenal de Miguel Alemán, son clave en ese sentido: no sólo al tratarse del mayor arsenal incautado en los últimos 20 años (sólo comparable al que se encontró en el rancho El Búfalo, de Caro Quintero, en los 80), sino por la enorme capacidad de fuego de las armas incautadas. Pero también porque el lugar donde se encontraron lo consideran las autoridades uno de los principales centros operativos de esa organización y allí había desde armas hasta drogas, desde un lugar de refugio hasta un centro de entrenamiento.
Hay distintos métodos para medir la lucha contra el crimen organizado: uno es el número de víctimas, el de muertos o atentados; otro, el de la detención de capos o los decomisos de droga. Todos son importantes y deben ir mostrando algo, pero el de las armas, que no hemos utilizado casi nunca, resulta clave sobre todo en términos de la tranquilidad de la ciudadanía, de la generación de violencia, así como de la capacidad de intimidación y desestabilización. Y es más importante aún, porque la mayor parte de estas casi diez mil armas decomisadas el año pasado, ese medio centenar de granadas, esas más de 700 mil municiones, en su mayor parte no vienen de México: son importadas, legal o ilegalmente de Estados Unidos, que se ha convertido en el principal proveedor para el crimen organizado. Y el más importante centro de introducción de esas armas se da en la frontera entre Texas y Tamaulipas donde, del otro lado de la frontera hay centenares de lugares de venta de armas de todo tipo. Y se podrá argumentar que algunas de ellas son originalmente para autodefensa, mas la falta de control del otro lado se demuestra, por ejemplo, con la entrada de armamento que incluso en ese país está prohibido. En torno a las armas, se da una de las batallas clave contra el narcotráfico y demanda acuerdos realmente de fondo con la Unión Americana.

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