¿La gente tiene que esperar 12 años para tener policía confiable?
¿A quién le va a llamar el ciudadano cuando lo estén robando o cuando lo estén secuestrando? si sabe que su policía no es confiable.
Hay alguna otra prioridad en sus gobiernos mayor que ésta, más apremiante, más urgente?
De cuánto es, Secretario Ejecutivo; de cuatro meses, para hacer una poderosa fuerza de control de confianza en el país, que nos de las policías que necesitamos?
¿Y qué hacemos con los policías que reprueben?
"No podemos dejar al zorro dentro del corral de las gallinas; tienen que salir los malos policías de los cuerpos policiacos."
El Presidente Calderón en la XXXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Ciudad de México, 31 de octubre del 2011
Señor Diputado Emilio Chuayffet Chemor, Presidente de la Cámara de Diputados.
Señor Senador José González Morfín, Presidente de la Cámara de Senadores.
Señora y señores Gobernadores, y Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Señor ingeniero Héctor Larios Santillán, Coordinador del Observatorio Ciudadano de la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.
Doctor Eduardo Sojo Garza-Aldape, Director del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Doctor Raúl Plascencia, Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Señoras y señores Secretarios, integrantes de este Consejo de Seguridad.
Señoras y señores Secretarios de Seguridad Publica y Procuradores Generales de Justicia, integrantes del Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Distinguidos Legisladores que hoy nos acompañan.
Señoras y señores representantes de los medios de comunicación.
Señoras y señores:
Bienvenidos todos, a esta XXXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Hoy, nuevamente, estamos reunidos los responsables de garantizar la seguridad de los mexicanos, para analizar los avances que se han presentado en esta tarea, a partir de nuestra última Sesión de Consejo, realizada en junio pasado.
Estos han sido días y meses muy complejos. En estos cuatro meses, el país ha vivido momentos terribles, como el infame homicidio de más de 50 personas en el Casino Royale, en la Ciudad de Monterrey; o actos criminales en la zona de La Laguna, que tuvieron un altísimo impacto mediático por la forma en que se desarrollaron; o el recrudecimiento de violencia criminal, realizada por grupos de delincuencia, en los estados de Veracruz, o de Guerrero.
También, en estos meses, hemos seguido con los diálogos con la sociedad y, en ellos, ha quedado claro que existe un consenso entre los mexicanos de que la inseguridad y la violencia criminal son el desafío más grande que enfrenta el país.
La responsabilidad de quienes estamos aquí reunidos, es ofrecer la seguridad que demandan los ciudadanos, a través de los componentes de la estrategia de seguridad. Enfrentar, sí, someter a los delincuentes pero, al mismo tiempo, construir y reformar, fortalecer las instituciones de seguridad y justicia y, sobre todo, reconstituir el tejido social, a través de oportunidades para el desarrollo.
Nos ha quedado claro, además, que una tarea prioritaria es visualizar a las víctimas como lo que son; seres humanos con historia, con dignidad, con nombre y con familia.
La sociedad está preocupada y con toda razón, por el tiempo que nos está tomando a las autoridades dar solución a este problema. No podemos defraudar a la ciudadanía.
En la crítica situación que enfrentaron diversas ciudades y entidades, las autoridades de Veracruz, de Guerrero y de la Comarca Lagunera demandaron el auxilio de las Fuerzas Federales para restablecer condiciones mínimas de seguridad y contribuir, así, al fortalecimiento institucional indispensable en esas ciudades y regiones.
En solidaridad con esas familias que no merecen estar bajo el yugo de los delincuentes, en atención a la petición de las autoridades, el Gobierno Federal organizó e implementó los Operativos Veracruz Seguro, Guerrero Seguro y La Laguna.
Se trata de respuestas contundentes a la acción artera de los delincuentes. Y en los tres casos, esos operativos comienzan a arrojar, así sea de manera incipiente, algunos resultados.
Ese es el llamado de la sociedad, el que nos ha llevado, también, a dar un paso fundamental para la atención de las víctimas de la violencia criminal.
Con la puesta en marcha de la Procuraduría Social de Atención a Víctimas de la Violencia, PROVICTIMA, estamos dando un paso adelante en ese objetivo.
Como señalamos en la reunión anterior, los Gobiernos de todos los niveles tenemos que incrementar los esfuerzos que estamos realizando para apoyar a aquellos que sufren más por la acción de los criminales.
Tenemos que ser sensibles al dolor de las víctimas de la violencia criminal. Eso es lo que nos está exigiendo la sociedad y tenemos la obligación ética de ofrecerles una respuesta, y una respuesta efectiva de todos los órdenes de Gobierno y de todos los Poderes.
No podemos permitir que las víctimas de la violencia sufran, además, por la negligencia, por la insensibilidad o por la franca prepotencia, en algunos casos, de elementos de autoridad.
PROVICTIMA estará abocada a ofrecer a las víctimas de la violencia el apoyo psicológico, moral y legal tan necesario, bajo las terribles circunstancias que vive quien ha perdido un padre, un hermano, una hija por la acción de los criminales, o quien padece la pena de no saber qué ha sucedido con un familiar o un amigo desaparecido.
Entre otras muchas acciones, el personal de la Procuraduría Social acompañará a los ciudadanos a lo largo de los procesos que deban seguir, independientemente de que se trate de procesos Federales o locales.
Por ello, quiero pedirles de la manera más atenta a la señora y a los señores Gobernadores y al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, su apoyo para sensibilizar a las autoridades de primer contacto, no sólo para que brinden su respaldo al trabajo de la Procuraduría Social, sino para que ofrezcan el trato digno y humano que merece toda persona y, particularmente, quienes se acercan a ellos buscando justicia.
Y, de serles posible, que organicen esfuerzos similares en sus propias entidades para todas las personas que han sufrido la pérdida o desaparición de un ser querido o que han sido víctimas de la violencia criminal.
Que encontremos los mecanismos de cooperación institucional que nos permitan generar un sistema integral para la atención de las víctimas de la violencia criminal a nivel Federal y, también, a nivel de todas y cada una de las entidades federativas.
La lucha por la seguridad y por la construcción de un México de instituciones sólidas, donde se cumpla la ley y donde todos vivamos seguros, requiere de un compromiso decidido de todas las autoridades.
A lo largo de esta jornada, vamos a analizar el cumplimiento de los compromisos que hemos realizado, tanto en el seno de este Consejo, como en el Acuerdo por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.
Quiero destacar algunos de los puntos que se estarán evaluando el día de hoy.
En primer lugar. En la sesión anterior hicimos el compromiso de redoblar los esfuerzos para combatir, de manera conjunta, los delitos que más lastiman a la población. El robo, el secuestro, la extorsión, incluyendo la extorsión telefónica, el homicidio y la trata de personas.
El reducir estos crímenes, independientemente de la competencia que la ley establezca sobre su naturaleza local o Federal, son el reducir estos crímenes es y será ahora prioridad del Gobierno Federal en materia de combate a la delincuencia.
Los criminales deben saber que quienes más lastimen a la sociedad a través de estos delitos, y quienes sean más violentos encontrarán, también, las respuestas más contundentes del Gobierno Federal y, estoy seguro, de los gobiernos de las entidades federativas.
Es evidente la urgencia de generar compromisos puntuales, a través de diagnósticos claros y realistas de la problemática criminal en México. Como se verá, en su momento, si bien ha habido avances sustanciales en varias acciones, en muchos casos las denuncias por estos delitos no se concretan por desconfianza ciudadana, y en otros simple y sencillamente no se resuelven.
Nuestro deber es proteger a la población, y cada una y cada uno de nosotros debe asumir la tarea que le corresponde en esta tarea. Ni más de lo que le corresponde, ni menos de lo que le corresponde.
En segundo lugar. Es indispensable avanzar en el registro y en la atención de los homicidios dolosos, y de los casos de personas no localizadas.
Yo quiero reconocer el esfuerzo de las procuradurías estatales por el trabajo que han realizado en la aplicación del Protocolo para el Tratamiento e Identificación Forense.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. En muchos de los casos de homicidio doloso que se registran en el país, no se tiene la certeza de que se cuente con la averiguación previa respectiva.
Debemos redoblar esfuerzos, cada uno dentro de nuestro ámbito de competencia, no sólo para revertir esta situación, sino para realizar, en la medida de lo humanamente posible, las investigaciones que permitan aclarar todos y cada uno de los casos, y ofrecer a los familiares de los fallecidos o desaparecidos, la justicia que merecen. Este es un paso fundamental para avanzar en la visibilización de las víctimas.
Cada persona, independientemente que haya estado involucrado o no en alguna actividad al margen de la ley, y particularmente las víctimas inocentes, deben ser plenamente identificadas, porque tienen nombre, apellido, familia y dignidad. Se trata de padres, de hermanos, de hijas e hijos, de mexicanas y mexicanos que merecen, precisamente, ese trato conforme a la dignidad humana.
Debemos cumplir con la tarea, de que todo crimen que se cometa en México sea investigado adecuadamente por la autoridad responsable y que a tal averiguación corresponda una investigación seria y profesional que permita atrapar y sancionar al delincuente. Sé que es una tarea abrumadora, pero ineludible.
A las dependencias Federales he instruido que, en el ámbito de su competencia, no sólo se conduzcan estrictamente conforme a la ley, sino que particularmente en los casos de víctimas inocentes o de víctimas de probables casos de abuso de autoridad, las pongan en conocimiento de la autoridad competente, investiguen exhaustivamente lo que a cada dependencia corresponde y establezcan las sanciones correspondientes. La misma invitación hago a las autoridades locales.
No sólo a conducirnos conforme a la ley, sino a que se investiguen todos y cada uno de los casos, particularmente en los casos de víctimas inocentes y de probables eventos de abuso de autoridad, y se actúe en consecuencia.
Por ello, también me parece muy importante que en esta sesión se discutan y ojalá se alcancen acuerdos para que, entre otras, la Comisión Nacional de Derechos Humanos participe en una evaluación interinstitucional con la Procuraduría General de la República y con las procuradurías de justicia de los estados para evaluar estrictamente las acciones que nos permitan, precisamente, atender todos los casos de homicidios dolosos y de personas no localizadas.
En tercer lugar. Quiero referirme a la importancia de avanzar a paso cada vez más veloz en la evaluación de las corporaciones policiacas y ministeriales.
Hemos respondido, con el apoyo de Fuerzas Federales, a las peticiones de auxilio de las entidades federativas. Pero esto no es, ni puede verse como una solución de fondo o de largo plazo.
Es indispensable acelerar el paso en la depuración y profesionalización de todo el personal policial y ministerial, comenzando por los altos mandos y los mandos medios,
Yo reitero mi exhorto, y a la vez refrendo el apoyo de la Federación, para que la evaluación de mandos medios y superiores, y por lo menos la mitad de los elementos operativos estatales y municipales, se complete a más tardar en mayo del próximo año.
Es satisfactorio saber que ya hay estados que han completado esta tarea, y reconozco la labor conjunta que se está realizando entre las dependencias del Gobierno Federal y en las entidades federativas para acelerar el proceso en el resto, pero es de la mayor relevancia apurar el paso.
Es fundamental que todos los estados sin excepción, cuenten con un Centro de Evaluación y Control de Confianza y los que aún no lo tienen, cuenten con esa instancia a la brevedad, y que en aquellos donde ya están acreditados los centros, se incremente la capacidad instalada para adecuarla a la meta sugerida.
En cuarto lugar. Quiero referirme a un delito particularmente gravoso para los mexicanos, y en concreto a la situación de las unidades especializadas en combate al secuestro.
Hoy, se presentarán, seguramente, avances importantes. Sin embargo, hay también problemas puntuales qué atender.
Es necesario, por ejemplo, que cada unidad cuente con el personal y el equipo necesario para atender este delito, de acuerdo con el tamaño del problema en cada entidad, que se comporta de manera desigual; es decir, tiene el delito de secuestro una presencia diferente en regiones y entidades del país.
Es, también, indispensable, avanzar en la capacitación y depuración del personal que labora en estas unidades.
Aquí, quiero destacar que existe un avance importante en las evaluaciones de control de confianza, y que también varios de los estados que han avanzado más en sus unidades antisecuestro, son también, los estados que comienzan a hacer retroceder el delito de secuestro.
A pesar de ello, hay por lo menos 150 elementos que no aprobaron sus evaluaciones y que siguen laborando en las Unidades Antisecuestro.
Más allá de completar este proceso, debemos recordar que no hay otro elemento de avance que interese más a la ciudadanía que la reducción real del número de secuestros que, en elevado número, se siguen cometiendo en el país.
Y en quinto lugar. Necesitamos ser mucho más estrictos y jerárquicos en el ejercicio del presupuesto.
En los últimos años se han multiplicado los recursos que la Federación transfiere a los estados para la reconstrucción de instituciones de seguridad y justicia. Para 2012, se tiene contemplado, en el Paquete Presupuestal, transferir más de siete mil 300 millones de pesos, a través del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública, además de 4 mil 450 millones para los municipios, a través del SUBSEMUN.
Es necesario trabajar para que estos recursos puedan reflejarse en resultados efectivos, sin considerar otros fondos para la seguridad, o bien, otros fondos de aportaciones que incluyen, entre sus objetivos, el rubro de la seguridad.
En suma, es claro, amigas y amigos, que en la construcción de un México de instituciones y de leyes, no existen ni atajos, ni salidas fáciles. Tenemos que avanzar juntos para consolidar la Nación de paz, con justicia duradera, que los mexicanos anhelan y con todo derecho demandan.
Señoras y señores:
Un elemento fundamental para fortalecer el trabajo que realizamos por la seguridad, es el diálogo con la ciudadanía. Hace tres semanas, tuve un nuevo encuentro con diversas organizaciones de víctimas de la violencia.
Ese diálogo nos ha dejado mensajes muy claros: La sociedad nos exige, a todos, cortar de tajo con la corrupción que impide el acceso a la justicia, y demanda de nosotros mayor coordinación y, también, mayor eficacia y transparencia en la lucha por la seguridad.
Muy puntualmente, nos han pedido avanzar en la recomposición de las instituciones de seguridad y justicia, y que todos los que tenemos tareas de Gobierno, sin ninguna excepción, asumamos la responsabilidad que en ello nos corresponde.
Yo quiero invitarles a que renovemos el compromiso de gobernar con y para los ciudadanos, y a que busquemos mecanismos para escuchar el llamado de la sociedad. Así como ya lo están haciendo, desde luego, diversas entidades federativas, con foros de consulta, es indispensable que se multipliquen los encuentros con la sociedad en todo el país, porque, en democracia, el diálogo con los ciudadanos debe ser la regla y no la excepción.
Deseo, auguro, el mayor éxito de la reunión de este Consejo, y estaremos muy atentos a sus participaciones y a sus indicaciones.
Muchas gracias.
***
Segunda intervención del Presidente Calderón (en el debate que se estaba dando entre los gobernadores, del Estado de México; Baja California, Oaxaca; Morelos; Guerrero y Distrito Federal, quienes Marcelo Ebrard, acusaron "cuellos de botella" en materia de depuración policial.
Yo quisiera intervenir, Secretario.
Señoras y señores Gobernadores.
Este es un tema vital para la seguridad del país. Es vital, seamos francos; no existen cuerpos policiacos confiables en las entidades de la República, no en todas.
Ese es el problema de la seguridad en México, esa es la prioridad número uno.
Segundo. Construir cuerpos confiables, empezando por los policíacos, todavía falta hablar de Ministerios Públicos, judiciales. En fin. De policía nada más.
Sí implica un verdadero cambio de paradigma en la Administración Pública y en la seguridad pública. No hay posibilidad de reducir los índices de criminalidad en México si no hay policía confiable.
Vean los estados cómo están.
Viene una crisis en materia de seguridad, porque la dinámica delincuencial tiene otro ritmo. Ahí sí ha habido un cambio de paradigma brutal que quizá no hemos asumido todavía; la criminalidad cambió, se hizo mucho más violenta, mucho más agresiva, copó a los municipios, a muchas entidades.
Y lo que tiene que cambiar, también a ese ritmo o mayor, es la institucionalidad. Y ese cambio no es condición suficiente, pero sí es condición necesaria que tengamos policías confiables.
La vía para tener policías confiables la estableció la Ley de Seguridad Pública en el año 2008, vigente a partir de 2009. Y la vía es, precisamente, desde arriba hacia abajo, iniciar un proceso de depuración, a través, entre otras cosas, de instrumentos de control de confianza.
Yo comparto de que hay que revisar, si se requiere para todos los niveles, el mismo rigor de confiabilidad, cosa que ya se está haciendo. No entendí, finalmente, si se va a presentar o no, los cambios a esos parámetros ahora. En fin. Pero habrá que revisar.
Lo que sí, estimada Gobernadora, Gobernadores; tenemos que tener en cuenta de que este problema medular lo tenemos que resolver ahora, y México no puede esperar a que se limpien los cuerpos policiacos al ritmo en que vamos ahora.
Decía el Gobernador Eruviel con mucho tino: A este ritmo va a tomar 12 años limpiar la policía. No sé si se refería a la del Estado de México o a alguna otra.
La pregunta es: ¿La gente tiene que esperar 12 años para tener policía confiable? Hay alguna expectativa de que pueda mejorar la seguridad si no tenemos policía confiable. ¿A quién le va a llamar el ciudadano cuando lo estén robando o cuando lo estén secuestrando?, si sabe que su policía no es confiable. Y, también, lo sabemos nosotros, aquí entre nos; sabemos que muchos delincuentes están metidos a la policía y están protegidos por la policía.
Ese es el problema medular de las ciudades que tienen mayor crisis de seguridad en este momento. Y hablo por los estados que tienen crisis de inseguridad, pero los que no la tienen, el día que les llegue no van a tener policía para enfrentarla.
Qué es lo que ha pasado.
Es como el ranchero que tiene ahí una escopeta vieja en el clóset, y a la hora que tiene que sacar la escopeta, la escopeta no funciona. Así ha pasado con muchos estados que eran muy tranquilos, muy pacíficos. De repente entra una crisis de inseguridad, porque una banda se metió, en este afán de control territorial, porque la otra se metió a perseguir a esta, porque se están peleando, porque ya empezaron a hacer su labor de secuestrar, de extorsionar, de cobrar derecho de piso.
A la hora que el estado quiere usar la policía, no funciona.
¿Qué pasa después?
Vienen con el General Secretario, vienen con un servidor o el Secretario de Gobernación: Por favor, ayúdennos y manden un operativo. Y ahí va el operativo. Vamos, pero nos critican: No es nuestra función, cómo es posible que las Fuerzas Armadas estén haciendo labores de policías, etcétera, etcétera.
Vamos a apoyarlos, porque la gente merece que la apoyemos. Pero, por favor, inicien un proceso de depuración policiaca tal y como lo mandata la ley, no es ocurrencia del Presidente.
La ley nos obliga a todos tener policías confiables en enero del 2013.
Qué pasa.
Quedamos, en seis meses ya habremos formado equis número de policías. Yo debo reconocer que hay Gobernadores, incluso, en los operativos más recientes, que sí están haciendo ese proceso de formación, a toda prisa y como se quiera, pero formación de nuevos cuadros policiacos.
Pero ha habido casos en que pasan seis meses y luego prorrogamos el apoyo otros seis meses, y ya pasó un año, prorrogamos otro año, y llevamos tres años, y todavía no se ve claro cuándo van a empezar a revisar en serio a sus policías.
Esta situación, amigas y amigos, solo exacerba las condiciones de inseguridad del país. Necesitamos verdaderamente cambiar este paradigma. Si al ritmo, con los instrumentos que tenemos, no vamos a lograr la meta, que es la tesis que se está sosteniendo, la solución no es cambiar la meta; la solución es cambiar los instrumentos que tenemos.
Es decir, si vamos a tener policía confiable en 12 años, la solución no es cambiar lo que dice la ley, que la tengamos en uno; la solución es cambiar los instrumentos para tenerlos en ese año.
Si se pueden depurar, y que se ha hecho, además, un trabajo excepcional en varios estados. Si se pudieron hacer evaluaciones a 12 mil policías, o a 10 mil, sé que falta mucho por hacer las 40 mil. Pero lo que se necesita, en todo caso, es cuadruplicar esa capacidad.
Sí, efectivamente, en lugar de un Centro de Control de Confianza, hacer cuatro Centros de Controles de Confianza. Y esto es, un poco, el planteamiento que yo creo que hay que hacer: No ceder en la meta de darle a la gente policía confiable. Esa es nuestra obligación ética, legal, me parece que constitucional. Esa es la principal obligación de un gobernante.
Yo pregunto: ¿Hay alguna otra prioridad en sus gobiernos mayor que ésta, más apremiante, más urgente? En muchos casos, quizá, pero yo veo que en el país, lo más urgente es esto.
Qué se puede hacer para romper el cuello de botella. Estoy de acuerdo. Revisemos los procedimientos y los requisitos. Pero también, amigos, podemos hacer cambios institucionales en cada estado para que eso se dé.
Por ejemplo. Qué se requiere para poder tener poligrafistas. Todas las universidades estatales tienen escuelas de psicología, todas tienen escuelas de medicina, todas tienen escuelas de trabajo social.
Y como bien dijo el señor Gobernador de Colima: Lo que necesitamos es alrededor de 600 poligrafistas. No podremos encontrar 600 muchachos, de ellos, en todo el país, a los que les demos una capacitación. ¿De cuánto es, Secretario Ejecutivo; de cuatro meses, para hacer una poderosa fuerza de control de confianza en el país, que nos de las policías que necesitamos? Es el cambio de paradigma que tenemos que hacer.
Sí, es cierto, es frustrante, más que para el Presidente, creo que para el país, que se hagan compromisos que luego no se cumplen. Pero, yo creo que lo que tenemos que hacer, es tomar este sentido de urgencia que todos tenemos, y traducirlo en cambios paradigmáticos en la manera de gobernar, romper la inercia.
La ley está desde el año 2008. El compromiso estaba ahí. Muchos de ustedes van llegando a la oficina, y yo lo entiendo perfectamente. No fue su responsabilidad. Pero ahora que la tenemos, lo que tenemos que hacer es, si la meta está aquí, tenemos que hacer un cambio de trayectoria tal, que alcancemos la meta.
Este es el punto de vista. Qué pasa si no logramos tener policías confiables. La problemática en seguridad va a seguir y va a crecer.
Comentábamos en alguna otra reunión, la necesidad de revisar nuestras gráficas porque faltan algunos datos de matizar, de precisar, de atemperar. Pero, también, comentarios escuche de: Qué van a decir en mi estado, van a decir que tengo un problema de inseguridad. Pero sí paralelamente estamos viendo que no se avanza en esta materia de control de confianza; es obvio y lógico que los problemas de inseguridad van a ser crisis.
Hay estados que han completado y han hecho verdaderos modelos, por ejemplo, de unidades antisecuestro. Pero también es cierto que hay entidades que todavía no cuentan con unidades antisecuestro debidamente certificada, estados que aún no cuentan con Centro de Control de Confianza, no sólo que no han podido revisar a sus policías, sino que todavía no han podido arrancar el centro y revisar a los mismos del centro.
Otro comentario, finalmente, que es un viejo debate en estos consejos: ¿Y qué hacemos con los policías que reprueben?
Admito que es una preocupación para todos, para lo que hay que buscar alternativas cuando salgan de la policía.
Pero creo, amigas y amigos, que lo peor que podemos hacer es dejarlos dentro de la policía, que es, en general, lo que estamos haciendo. En muchos, ya no en tantos, debo decir que habido grandes avances en varios estados.
Pero qué pasa con ese policía que se queda.
Él es el que el recibe las llamadas de emergencia en el C-4 y, como está, hay un gran riesgo de que este coludido con algún criminal.
Él mismo es el que reporta: Oye, la señora de la tienda que estás extorsionando ya te está poniendo el dedo.
Inmediatamente habla, a lo mejor desde el mismo teléfono el criminal o a lo mejor el mismo policía, diciendo: Oiga, señora, ya supe que fue con el chisme y me la va a pagar.
O policías que están secuestrando, viene la denuncia y como no hay confiabilidad en la policía, ahí mismo saben y negocian desde las comandancias cuánto tienes que pedirle a la señora esta.
Se los digo, de veras, de corazón. Después de años de estar viendo este fenómeno, no podemos dejar al zorro dentro del corral de las gallinas; tienen que salir los malos policías de los cuerpos policiacos.
Probablemente nos quedemos con policías más pequeñas. Es mejor tener una policía pequeña confiable, que multitudinaria y totalmente entregada al crimen.
Lo que ocurre en muchas ciudades, y nos los reprochan con toda razón, en tramos carreteros. Asaltos que se cometen por los propios policías, estatales o Federales, violaciones en carreteras, a partir de detenciones de patrullas.
¡Ese es el México real, señores!
Quizá, ojalá tuviéramos lo que yo comparto con ustedes. Toda la política social, hemos incrementando el esfuerzo en universidades, a ustedes le consta, hemos tratado de generar más espacios educativos, hemos hecho los espacios públicos, todos hemos trabajado en política social. Pero mientras, mientras, lo que más nos obliga como gobernantes, es una policía confiable, es lo primero que debiéramos hacer.
Desde luego, combatir a los criminales. Yo entiendo que hay criminales que tienen tal poder que superan las capacidades locales, y ahí seguiremos sirviendo, desde luego, en el mando Federal.
Pero sí es muy preocupante que el Ejército, o la Policía Federal, o la Marina, tengan que estar seis meses, ocho meses, 14 meses, un año, dos años, tres años, y no aparece la fuerza local que va a reemplazar, desde la autoridad civil, a las Fuerzas Federales.
Yo les pido simplemente. Con mucho gusto yo estaría de acuerdo en que este punto. Yo desde luego, sostendré mi invitación a los Gobiernos a que, en mayo del año que entra, se tengan los mandos superiores y medios totalmente verificados, conforme a la ley, y por lo menos la mitad de los mandos operativos.
Pero, evidentemente, esto es algo que cada quien tendrá que asumir en el ámbito de su competencia.
Ahora. Lo que yo no puedo obligar en ese sentido. Lo que la ley sí obliga, es a que en enero de 2013, sin falta, todos los policías estén certificados. Entonces, yo plantearía al pleno de este Consejo, démonos este espacio que ustedes están planteando, de dos semanas nuevamente, sugiero tres semanas máximo.
Yo lo que pediría, es que cada Gobernador o Gobernadora plantee cómo va a hacer para cumplir su meta en enero de 2013. Si necesita otro Centro de Control de Confianza. Cómo va a construir ese Centro de Control de Confianza.
Yo creo que pueden encontrar perfectamente esos psicólogos, médicos, trabajadores sociales que se pueden entrenar y capacitar como polígrafos profesionalmente, y que pueden integrar un Centro de Control de Confianza.
Por eso yo hablaba el otro día, Gobernador, de hacer uno en Acapulco, además, del que tiene que hacerse o está hecho en el Gobierno del estado.
Por qué.
Porque la problemática es de los acapulqueños, y con mucho gusto vamos, y con mucho gusto hacemos un despliegue enorme de policías y soldados, pero lo que hacen falta son policías confiables en Acapulco.
Y sí, a lo mejor es pretencioso querer tener una policía como la Suiza. Yo honestamente como mexicano, no veo por qué un mexicano no puede aspirar a tener la mejor policía del mundo en su municipio, en su estado y en el país.
Sí, tenemos distintos niveles de desarrollo, pero nuestra gente tiene el mismo derecho que aquellos ciudadanos. Y a la mejor podremos dejar de hacer muchas tareas en el Gobierno, pero si algo no le podemos fallar a la gente, es en esta materia de seguridad.
Hay un sentido de urgencia, un sentido de preocupación. Entiendo que no podemos, tampoco, plantear metas irracionales, como si no hubiera obstáculos de fondo que hay que superar y por eso mismo, a la luz de los elementos que tenemos, pongamos una planeación de metas, pero también entendamos que la clave no es tirar, como dijo el Gobernador de Baja California, el bote para delante.
La clave, es tener una meta y ver qué tenemos que hacer para escalar nuestras capacidades. Presupuestalmente, sí quiero advertirlo, presupuestalmente no hay ni puede haber problema, porque cualquier centavo que se utilice para Centros de Control de Confianza, es un centavo plenamente disponible de los fondos Federales.
Y si no es así. Yo le pido, Secretario, que de una vez lo hagan así, pero para contratar poligrafistas, para hacer el Centro de Control de Confianza; que haya absoluta disposición para eso.
Presupuestalmente para Centros de Control de Confianza, no habrá ningún problema. Yo lo garantizo, pero yo les pido, por favor, que veamos que estos dos años que ya han pasado, desde que se publicó la ley, han sido dos años, en muchos casos, perdidos.
La experiencia por lo menos que hemos acumulado, que nos lleve hoy, ahora sí, a rectificar ese camino y a cumplirle con la ley a la gente que hace rato está esperando esa policía confiable. Y la verdad, ya no pueden esperar más la ciudadanía de muchos lados.
Este es mi punto, Secretario.
**
Última intervención del Presidente Calderón en la XXXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública
De lo que recojo, tal vez ayudaría poner dos acuerdos adicionales a los que se han planteado.
Uno en este sentido. Lo propuesto por el Gobernador Oliva, que diga que. Voy a proponer, incluso, que celebremos otra reunión del Consejo de Seguridad Pública en el mes de diciembre, antes de terminar el año, tanto para presentar ya la información homologada con los criterios técnicos, estadísticos que se hablaban al inicio de esta sesión, como también para hablar de estos dos temas y presentaría la propuesta de acuerdo con los siguientes términos.
Que cada estado, a esa reunión, digamos, un plazo de cuatro semanas, vamos a decirlo así, cada estado presentará un calendario programático, entre paréntesis: ruta crítica, que le permita cumplir con el mandato establecido en la ley de contar con la totalidad de los elementos evaluados en enero de 2013. Eso por una parte.
Y, por el otro, el segundo acuerdo es, en el mismo plazo, es decir, estas cuatro semanas, a la sesión de diciembre, la Secretaría Técnica presentará al Consejo una propuesta que permita adaptar el grado de control de confianza acorde con el nivel de responsabilidad del elemento evaluado.
Entonces, hacemos las dos cosas, las tres. Cada quien presenta, y por eso aquí se retoma la propuesta de que se analice la situación de cada estado, qué pasos tiene que dar para llegar a la meta en enero de 2013.
En el caso de Aguascalientes, como vimos, por ejemplo, probablemente, lo único que tiene que hacer es seguir ya con el procedimiento establecido y es el caso creo que de otros estados más.
En el caso de que haya otros estados que necesiten ampliar marginalmente sus capacidades, tendrán que reclutar más poligrafistas y habrá otros que, incluso, se tendrán que multiplicar las capacidades; es decir, crear réplicas de Centros de Control de Confianza, para lo cual implicará hacer un diseño de dónde se van a tener los profesionistas, de dónde pueden salir, quién los puede capacitar.
Otra cosa que no se ha mencionado aquí, pero lo menciono de una vez. Yo creo que es válido, por ejemplo, incorporar la posibilidad de que terceros realicen las pruebas de control de confianza, empresas especializadas, por ejemplo, u otras dependencias, u otros estados.
Eso creo que la Secretaría Técnica lo puede presentar. Por una parte.
Y, por la otra. Entonces, cada estado presenta en diciembre cómo va a ser su próximo año para llegar a la meta de tener policía confiable y, por la otra, que en ese lapso se presente la propuesta, recogiendo lo que se ha comentado hoy aquí, tanto por el Secretario García Luna, como por el Gobernador de Guanajuato, que haya un régimen o un requisito de control de confianza acordes con el nivel de responsabilidad.
Evidentemente, quien tenga el mando requiere, también, el máximo rigor en control de confianza y quien tiene un puesto operativo de cero responsabilidad o de muy poca, tendrá obviamente mucho menos, pero creo que eso más vale definirlo técnicamente y que la Secretaría haga un estudio cuidadoso de qué es lo que conviene, finalmente, a estos propósitos.
Esa es la consideración que pido, Secretario, que la pongas a valoración de la mesa.
(DECLARATORIA DE CLAUSURA)
Creo que fue una discusión muy enriquecedora este Consejo. Simplemente voy a hacer la declaratoria de clausura correspondiente.
Siendo las 14 horas con 48 minutos del 31 de octubre de 2011, declaro clausurados los trabajos de la XXXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Muchas gracias.
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