28 ago 2024

Las columnas políticas hoy, miércoles 28 de agosto de 2024

TEPJF se encamina a dar razón al INE en asignación de plurinominales, llegó la hora cero, a partir de las 18 horas.

El anteproyecto que votará este miércoles  confirma la sentencia del Consejo General del INE para otorgar supermayoría en la Cámara de Diputados a Morena, PT y PVEM.

El proyecto del magistrado Felipe de la Mata, que analizó las impugnaciones del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, plantea rechazar todos los asuntos planteados por la oposición sobre los temas de sobrerrepresentación y analizar la repartición por coaliciones, no por partidos.

¿Qué dice acerca de la sobrerrepresentación?

El anteproyecto agumenta que exigirle a la coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por Morena, PT y PV, la postulación de 200 candidaturas de manera individual no es razonzable. "Distorsionaría el sistema jurídico de las coaliciones y, es más, sería jurídicamente imposible".

Esto implicaría la duplicidad de postulaciones y una inequidad en la contienda porque se tendrían 2 candidaturas por el mismo cargo, una de manera individual y otra por la coalición.

En el caso de la sobrerrepresentación, Morena no rebasa el límite constitucional al no alcanzar las 300 diputaciones por ambos principios, porque Morena solo alcanzaría las 236 curules de forma individual.

En otra de las demandas se alegó que debía aplicarse un criterio de la SCJN  sobre gobernabilidad, que establece que no debe hacer literalmente, sino de conformidad con los fines y objetivos que se persiguen con los principios de la representación proporcional y el valor del pluralismo político.

El proyecto también declara infundada esta demanda, al señalar que se trata de situaciones jurídicas distintas.

Sobre los límites de la sobrerrepresentación, los partidos argumentaron que la coalición Sigamos Haciendo Historia obtuvo un 54% de los votos, que se convierte en un 73% de las curules en la Cámara de Diputados, a lo que el proyecto responde que la interpretación que se ha hecho y está establecida en la Constitución debe ser por partidos políticos.

Mmm.

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Templo Mayor/ REFORMA

NO SE LO DIGAN a nadie, pero Octavio Romero no ha logrado encontrar acomodo en el equipo de Claudia Sheinbaum. En las filas de la 4T se viene comentando desde hace días que el tabasqueño pasaría de la dirección de Pemex a la del Infonavit.

SIN EMBARGO, todo indica que su nombramiento está, por lo menos, atorado. Pero en una de ésas a lo mejor y ya hasta se frustró. La razón es porque el Infonavit no es una dependencia como las demás: tiene un Consejo de Administración y una Asamblea General, los cuales están integrados a partes iguales por representantes del gobierno, los trabajadores y la iniciativa privada.

Y QUE TANTO del lado empresarial como del sindical hubo señales de rechazo en contra de la designación de Romero, que dejará a Pemex como la petrolera más endeudada del mundo y como la menos productiva.

ENTRE las filas morenistas se decía que el propio AMLO le había encargado a Sheinbaum darle cobijo en la nómina a su viejo amigo. Pero que la Presidenta electa no lo quiere en Pemex y que la idea de pasarlo al Infonavit, al menos por ahora, no ha prosperado.

A PROPÓSITO de Petróleos Mexicanos, resulta interesante ver lo que su próximo director, Víctor Rodríguez Padilla, y la propia Claudia Sheinbaum pensaban sobre su operación en el tema del gas natural.

EN UN TEXTO que escribieron en conjunto hace ya 20 años, ambos académicos criticaban de Ernesto Zedillo lo que hoy hace Andrés Manuel López Obrador: extraer petróleo imparablemente, sin tener infraestructura para recolectar y aprovechar el gas asociado que se desperdicia quemándose al aire.

ES POSIBLE que en ese artículo se puedan encontrar algunas pistas de lo que viene para Pemex: un replanteamiento de las inversiones en la empresa, sí buscando la autonomía energética, pero reconociendo las complejidades del mercado y las limitaciones de la petrolera.

HUBO LLANTOS, hubo porras, hubo aplausos cuando Norma Piña salió de su oficina y se encontró con los trabajadores del Poder Judicial haciéndole valla. El mismo día que el presidente de la República dijo que debía ser sometida a juicio político, en los pasillos de la Suprema Corte se escuchaba el coro: "No estás sola, no estás sola".

CONVOCADA COMO protesta silenciosa, la manifestación de los empleados de la Corte se mantuvo en paz y tranquilidad, inclusive cuando Netzaí Sandoval, de la ponencia de Lenia Batres, fue a provocarlos diciéndoles: "¿Les traigo una silla?". Por cierto, la autoproclamada "ministra del pueblo" no se animó a presentarse.

QUIENES sí lo hicieron fueron las ministras guindas (de ese color iban vestidas ambas), Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, para las cuales sólo hubo un frío y respetuoso silencio.

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El bofetón de Adán Augusto

Bajo Reserva/ EL UNIVERSAL

Vaya ridículo que hizo el senador Manuel Velasco, del Partido Verde Ecologista de México, quien aseguró el lunes que la autollamada Cuarta Transformación en el Senado (Morena, Verde y PT) ya tenía amarrados los tres escaños que le hacen falta para alcanzar la mayoría calificada en el Senado. Nos dicen que don Manuel, que piensa que se manda solo, recibió ayer un guantazo por abrir la boca sin permiso. El virtual coordinador de la bancada de Morena, Adán Augusto López, tuvo que salir a propinarle un bofetón y enmendarle la plana a su aliado verde. Negó que su partido tenga ya en la bolsa a los tres senadores de oposición que les darían la mayoría. “No vamos a comprar los votos que nos faltan, eso era en otros tiempos”, dijo don Adán. Al parecer, nadie le avisó al senador Velasco, que ya se están viviendo otros tiempos.

El reparto de los huesos

Hoy, la bancada de diputados de Morena procederá al reparto de huesos para la 66 legislatura. En su segundo día de reunión plenaria, las y los diputados elegirán a la persona que presidirá la Mesa Directiva, y aunque se perfila Ifigenia Martínez, no se descarta a Olga Sánchez Cordero. También elegirán al vicecoordinador, y para ese cargo, nos dicen, encabezan las preferencias Alfonso Ramírez Cuéllar y Pedro Haces. Además, se elegirán a quienes presidirán las 24 comisiones que le corresponden a la bancada guinda para esta Legislatura. Pronto se sabrá si hubo una repartición tersa, o si desde el primer día comienzan los pleitos internos. Por lo pronto, Claudia Sheinbaum ya les pidió a sus diputadas y diputados evitar el sectarismo ¿le harán caso?

Bancada panista en el Senado, lista para la batalla

Como se lo adelantamos hace unos días, Guadalupe Murguía Gutiérrez, se convirtió ayer en la primera mujer en la historia del Partido Acción Nacional que coordinará al grupo parlamentario panista en el Senado. Con la senadora, hará mancuerna en la coordinación el experimentado político mexiquense, Enrique Vargas, quien será el vicecoordinador de la bancada. Doña Guadalupe y don Enrique tendrán que hilar fino para coordinarse con el resto de la oposición y realizar la nada sencilla tarea de hacer frente a la aplanadora morenista que está a la conquista de voluntades que le den la mayoría calificada que le permita hacer los cambios constitucionales que pretenden llevar a cabo en la próxima legislatura que está por iniciar.

Dejan esperando a gobernador de Tabasco bajo el sol

Nos comentan que ayer al mediodía el gobernador de Tabasco, Carlos Merino, se estuvo paseando por los alrededores de Palacio Nacional. Don Carlos estuvo parado por un buen rato en el acceso de la calle de Moneda en busca entrar al recinto histórico. Sin embargo, elementos de la Guardia Nacional quienes resguardaban la entrada le impidieron el acceso a él y a integrantes de su equipo, debido a que no aparecía en el listado de visitas registradas. Por casi 20 minutos, nos detallan, el gobernador y paisano del presidente López Obrador tuvo que estar parado bajo el sol esperando que le dieran acceso. Será que el gobernador no tiene claro que en ese palacio solo hay un tabasqueño que puede entrar sin esperar bajo el rayo del sol.

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Confidencial/El Financiero

PRD, la despedida

Calificado como el “cierre de un ciclo de vida y apertura de uno nuevo”, el PRD de los Chuchos se despide para iniciar un proyecto distinto. Jesús Zambrano, presidente del sol azteca, admitió que “no es sencillo hacer un ‘corte de caja’ sobre el PRD después de más de 35 años de existencia, pero es necesario como responsabilidad ante el país, ante nuestros electores y de cara a nuestra militancia”. Y el sonorense, quien fuera guerrillero en los 70, aún suspiró: “No nacimos ayer ni estamos muertos. Tampoco moriremos mañana. Seguiremos en lucha”... ¿Será?

‘Defensa de soberanía’, doble rasero

Parece cuando menos extraño el parámetro con el que el Presidente escoge envolverse en la bandera ante los reclamos de Estados Unidos. Cuando Trump se lanzaba contra México, e incluso obligó al país a mantener a los migrantes bajo amenaza de implementar aranceles, López Obrador ni chistaba. Ahora, ante los reclamos por la reforma al PJ, pone en “pausa” la relación (figura diplomática inexistente, por cierto). A pesar del reproche, mister Ken se mantuvo firme y, aunque dijo respetar la soberanía mexicana, hizo pública nuevamente la preocupación de su gobierno por las reformas a la judicatura. A ver qué sale hoy de la política exterior a contentillo.

Ambigüedad diplomática

Y hablando de incongruencias en la diplomacia mexicana, ayer la canciller aplicó esa de que ‘como digo una cosa, digo otra…’. Y es que en su post, por una parte Alicia Bárcena dijo respaldar al Presidente “por comentarios injerencistas de embajadas de EU y Canadá”. Agregó incluso que “las decisiones sobre México las toman las mexicanas y mexicanos”. Pero, por otra parte, sostuvo que “nuestra relación con amigos y vecinos de Norteamérica es prioritaria y fundamental, y a nivel cotidiano sigue fluida y normal”. Es decir, es una pausa sin pausa.

Caso Ayotzinapa: ‘Con este gobierno terminamos mal’

Ayer se realizó lo que sería la última reunión del presidente López Obrador con padres y madres de los 43. Los familiares de los normalistas de Ayotzinapa salieron desilusionados de Palacio Nacional y ya no tienen más ánimo de ver al mandatario, pues, de acuerdo con su representante legal, Vidulfo Rosales, no hubo acuerdos ni resultados, sólo confrontación. “Con este gobierno terminamos mal”, lamentó el abogado, por lo que descartó un siguiente encuentro. Aun con la ruptura, AMLO se comprometió a enviar su último informe en septiembre. Los deudos ahora buscan anclar su esperanza en el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Ve AMLO venganza contra Corral

Desde que se puso la casaca guinda de Morena, el expanista Javier Corral se “purificó”. Su maniobra de unirse a la ‘4T’ fue más eficaz que todos los amparos que pudieron haberle dado los jueces federales para librar la acusación de peculado por 98 millones de pesos en su contra. Desde el 14 de agosto, cuando Corral fue literalmente rescatado por el fiscal Ulises Lara en un restaurante de CDMX, el presidente López Obrador ha salido en defensa del chihuahuense. Que es perseguido político, que hay complot en su contra, que se trata de una venganza política… “No querían que llegara al Senado”, dijo ayer el mandatario. Lo cierto es que ya hasta su credencial de legislador le dieron y, con ello, su fuero.

Por un Congreso productivo

Los nuevos diputados, de diversos partidos, vienen con ganas y ánimo de trabajar –según dijeron–, para ser, ahora sí, un Congreso “productivo”. Y no tanto se refirieron a esto por el gran número de reformas que esperan aprobar, con la supermayoría calificada que la ‘4T’ ya casi tiene en la bolsa, sino porque, para empezar, planean desechar del llamado “reglamentito” las “sesiones semipresenciales”. Con ello quieren dejar atrás –dicen– “las votaciones desde restaurantes, bares, hoteles, la playa o hasta desde las fiestas”. “Ojalá se hagan esas modificaciones para que las sesiones, en el pleno y en comisiones, sean más productivas”, confirmó Braulio López Ochoa, de MC.

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Razones

 Reforma judicial: ceguera y mentiras/Jorge Fernández Menéndez

Excelsior

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que pondrá en pausa (lo que eso quiera decir) la relación con las embajadas de Estados Unidos y Canadá por las críticas que los representantes de ambas naciones han hecho a la propuesta de reforma judicial y particularmente a la peregrina idea de hacer elegir jueces, magistrados y ministros por voto popular.

Tendrá que poner en pausa prácticamente toda su relación con los países democráticos, sus instituciones y sus medios, porque absolutamente todos los medios de referencia a nivel mundial: De The Washington Post a The New York Times, de Le Monde a The Economist, de The Wall Street Journal a El País, han criticado duramente esa iniciativa de reforma, lo han hecho organizaciones empresariales nacionales y extranjeras, funcionarios de la ONU, de organismos judiciales y de abogados de varios países.

La única respuesta de la futura administración federal ante esa avalancha de descalificaciones ha sido de una simpleza absoluta. Marcelo Ebrard, el influyente próximo secretario de Economía le escribió un mensaje en tono burlón a Ken Salazar diciéndole, en otras palabras, de qué hablaba si en Estados Unidos se eligen los jueces por voto desde hace décadas. Lo mismo le dijo a los empresarios del Consejo Mexicano de Negocios, agregando a Japón como un país que elige sus jueces. Arturo Zaldívar ha comparado esta reforma con la que propone Joe Biden, que no transitará en Estados Unidos, porque no tiene los votos para ello.

Pero ninguno de los dos está diciendo la verdad o dicen una verdad a medias: los jueces que se eligen en Estados Unidos o Japón son para cuestiones civiles y estrictamente locales, y no en todos los casos, en sistemas judiciales y de procuración de justicia muy diferentes al nuestro, también se eligen fiscales para ciertos niveles. Aquí de lo que estamos hablando es de elegir por voto popular sin condiciones casi de ningún tipo jueces, magistrados, ministros, para delitos federales, definir desde la constitucionalidad de las leyes hasta los delitos de crimen organizado. En Estados Unidos se elige a los jueces que imponen multas de tránsito, condenas por violencia familiar y en el mejor de los casos divorcios simples. Aquí se pretende elegir por voto y sin condiciones a los que decidirán extradiciones, delitos graves, tráfico de personas, constitucionalidad de las leyes. Ni remotamente en el ámbito federal de Estados Unidos se eligen los jueces federales, los magistrados o ministros.

Es más, en nuestro caso, imitando a Estados Unidos, la reforma de la justicia, si se quisiera hacer realidad la mejora del sistema, tendría que comenzar por donde peor está, que es en el ámbito local, para ir transformando todo el sistema.

Elegir jueces, magistrados, ministros para atender los delitos federales sobre todo en la coyuntura de seguridad pública, interior y nacional que estamos viviendo, será una tragedia.

Olvidemos por un momento el procedimiento: como están las cosas, con paro de trabajadores y jueces, con una reforma constitucional que no tiene contempladas todavía las, por lo menos, 18 leyes secundarias que se requieren y con una elección incierta hasta junio del año próximo, no tendremos un sistema de justicia funcionando durante meses, habrá un vacío de consecuencias insondables en muchos sentidos, desde los individuales hasta los colectivos, desde los civiles hasta los empresariales.

Tampoco es verdad que lo que propone Biden se parece a lo que está por votarse en el Congreso mexicano. Biden lo que quiere es que los ministros de la Corte Suprema estadunidense no tengan esos cargos a perpetuidad, como ahora lo tienen, sino por un periodo determinado de tiempo, unos 12 años. Quiere que haya un código ético obligatorio para sus miembros y ampliar la Corte (exactamente lo contrario de lo que quiere López Obrador). No tiene nada que ver con lo propuesto en nuestro Congreso.

Pero no sólo eso: nuestros convenios internacionales, como el T-MEC, el más importante de ellos, establecen normas que son de carácter obligatorio (y los tratados como el T-MEC tienen el mismo nivel que la Constitución en esos temas) y, por ende, son convenios que ponen límites a la soberanía (un concepto que en la actualidad tiene connotaciones diferentes de las que tuvo en el siglo pasado o antepasado, como lo interpreta el presidente López Obrador), como la existencia de instancias regulatorias autónomas en ámbitos energéticos, de competencia, de telecomunicaciones y muchos otros, que deben ser respetados y que explican por qué se conformaron las mismas en nuestros país.

Desaparecerles viola el tratado. También lo viola no contar con un sistema de justicia autónomo y confiable. En economías tan integradas como las que tenemos con Estados Unidos y Canadá no podemos jugar cambiando las reglas unilateralmente sin esperar en respuesta reacciones similares. Si se implementa la reforma como está planteada, nuestros socios tomarán medidas, algunas inmediatas, pero sobre todo cuando se haga la revisión del T-MEC, que iniciará en 2025 y que finalizará en 2026. Y, simplemente pueden abrogarlo. Olvidémonos entonces del nearshoring que el país estaría en capacidad de generar.

No se entiende porque no hay una comprensión en Palacio Nacional del mundo actual. Porque tenemos un Presidente que no viaja, que no lee la prensa internacional, que no tiene interlocución cotidiana con otros mandatarios, que cree que la comunicación actual entre naciones y gobiernos se hace enviando cartas. Es como en aquel chiste donde un conductor que va en sentido contrario en una autopista al escuchar la noticia por radio exclama asombrado, que no es uno, son miles.

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Las innovadoras pausas obradoristas/Jorge G. Castañeda

El Universal, | 28/08/2024 |

López Obrador pasará a la historia de la diplomacia como un creador imaginativo y audaz de conceptos y visiones. ¡Qué Talleyrand, Metternich o Kissinger, ni que nada! La extraordinaria idea de “pausa” en las relaciones diplomáticas, a diferencia de la panoplia de instrumentos con los que cuentan los gobiernos para manifestar su disgusto con sus pares en otros países, es absolutamente genial. Como lo es la brillante idea de que un tratado internacional, por lo menos los que firma México, no implica cesión alguna de soberanía, forzosa o consentida. Quisiera compartir con los lectores algunas de mis reflexiones preparatorias sobre estos hallazgos, verdaderas perlas de sabiduría y sofisticación intelectual, para mi clase de Diplomacia en Sciences Po en París.

Desde que se inauguran las relaciones entre Estados como hilo conductor de la vida internacional con el Tratado de Westfalia de 1648, los sucesores de Richelieu han dispuesto de varias herramientas para enfriar, o cancelar las relaciones con otros Estados. Hoy en día, se parte de la nota verbal, un non sequitur en apariencia, donde un embajador o un funcionario de cancillería comunica a un interlocutor de determinado nivel un disgusto, una propuesta, o una simple información, oficial, pero a la vez disimulable por no tratarse de algo escrito. Enseguida viene la nota diplomática, como la que la SRE le entregó al gobierno de Estados Unidos hace poco a propósito del apoyo de USAID a MCCI.

La siguiente etapa consiste en convocar al embajador del país objeto del malestar para comunicárselo, pero ya en persona, permitiendo, o casi obligando, a una respuesta. Después viene la llamada a consultas al embajador propio: digamos, para López Obrador, traer a Esteban Moctezuma de Washington, como muestra de molestia o franco descontento. Luego procede el retiro de embajadores, ya como parte de una escalada posiblemente sin retorno. Es la situación actual de López Obrador con Perú.

Y por último, desde luego, se cuenta con la opción de la ruptura de relaciones diplomáticas, utilizada por México con Chile en 1973, con Nicaragua en 1979 y Ecuador en 2024. En estos casos, otro gobierno suele ocuparse de los “intereses” de ambos países distanciados. Existe una fórmula intermedia que utilizó Estados Unidos con Cuba entre 1978 y 2015, cuando en ausencia de relaciones diplomáticas, se abrieron sendas “secciones de intereses” en ambas capitales.

Antes de la revolución copernicana de López Obrador, el concepto de “pausa” no había ingresado al léxico o a la práctica de la política exterior de los países del mundo. En los anales de historia de la diplomacia figura ya el momento estelar de México cuando nuestro Presidente inaugura una “pausa” en las relaciones con España, después de que el Rey y el gobierno se negaron a responder a la memorable filípica mexicana exigiendo una disculpa por la Conquista y la colonización. En todos los continentes se convocaron seminarios, conferencias y ensayos por expertos para disecar el contenido profundo de esta mayúscula innovación, y analistas de cancillerías en el mundo entero buscaban replicar la medida, cuando fuera pertinente.

Pero ahora la “pausa” ya ha adquirido cartas de nobleza diplomáticas, al aplicarse a las embajadas de Estados Unidos y Canadá en México. Nadie había previsto que la “cláusula AMLO” no se limitaba únicamente a países y gobiernos. Ahora funge también para representaciones diplomáticas. Me han llegado innumerables correos desde ayer inquiriendo sobre el sentido exacto de la medida. Por ejemplo: ¿Implica que el Presidente ya no recibirá a Ken, o que simplemente dejará de llamarlo por su nombre de pila? ¿La SRE recibirá a funcionarios de la embajada, o tendrán que pasar por algún intermediario? ¿Cesará la construcción de la nueva sede en la colonia Irrigación, en Ciudad Slim, o proseguirá, pero únicamente con trabajadores hondureños, venezolanos o cubanos? ¿Viajarán cada semana las mismas decenas de funcionarios mexicanos a Washington o Nueva York, haciendo extensible la “pausa” allende el Bravo? ¿Se interrumpirán los servicios de agua, luz, alcantarillado y basura a la actual embajada en Reforma, y a la residencia de Ken en Las Lomas, o seguirán llegando las pipas? Y por último, y sin duda es lo más importante, los representantes de las susodichas embajadas ¿recibirán invitaciones al grito en Palacio el 15 de septiembre, o en su caso a Dolores Hidalgo, y al desfile del 16? Le prometí a mis interlocutores responder lo más pronto posible.

Una reflexión adicional sobre otra ruptura epistemológica propuesta por AMLO. En principio, y justamente desde del Tratado de Westfalia, todo tratado internacional, incluyendo los de paz, implica alguna cesión consentida de soberanía. Hasta el siglo XIX, tratándose más de acuerdos que ponían fin a una guerra, las cesiones eran asimétricas, entre ganador y perdedor. A partir del Congreso de Viena, y sobre todo de finales del mismo siglo, surgieron convenios multilaterales vinculantes, con cesiones importantes de soberanía. El acuerdo que crea la Liga de las Naciones es uno de ellos; la Carta de San Francisco de las Naciones Unidas es otro, y en fin, hasta el Tratado de Límites y Distribución de las Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos de 1944 es uno más.

Cada país establece la jerarquía de sus compromisos internacionales de esta naturaleza. Estados Unidos casi sistemáticamente rechaza cualquier superioridad de algún instrumento internacional por encima de su constitución. Los países de la Unión Europea, no. Inglaterra, para su desgracia, sí, y así sucesivamente. De allí, por ejemplo, que los Tratados de Roma y Maastricht sean, justamente tratados, y el TLCAN y el TMEC lo sean para México, pero no para Estados Unidos. Son solamente un acuerdo: NAFTA (agreement) y USMCA (agreement).

Si López Obrador quiere colocar la soberanía por encima de cualquier tratado, y hacer caso omiso de la modificación constitucional que ubica los tratados al mismo nivel que las leyes mexicanas, puede tratarse de otra renovación diplomática: los tratados que no valen. Pero prefiero que ya no nos dé tanta chamba a los exégetas; a este ritmo acabaremos agotados.

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¿Primera presidenta o primera rehén?/Salvador García Soto

El Universal, | 28/08/2024 |;

En el fuerte dilema que enfrenta en estos momentos la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, entre su lealtad incondicional al presidente y las amenazas de tormenta financiera y salida de inversiones que podría traer la aprobación de la Reforma Judicial el próximo 1 de septiembre, parece que la doctora ya tomó una primera decisión que apunta más a la cordura y a la mesura para allanar y facilitar el arranque de su gobierno.

El anuncio que ayer hizo el futuro líder de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, al salir del encuentro privado que sostuvieron los diputados morenistas con Sheinbaum, de que la doctora les pidió no incluir a la Reforma Judicial en el primer paquete de reformas lopezobradoristas que serán aprobadas en el arranque de la LXVI Legislatura y posponer y ampliar su discusión y debate entre los mexicanos, representa toda una señal de que la futura mandataria ya evaluó los efectos negativos que en materia económica y de inversiones traerían los cambios al Poder Judicial de la Federación, amén del impacto en las relaciones comerciales y diplomáticas con Estados Unidos y Canadá.

"Lo que la Presidenta electa ha sugerido al grupo Parlamentario es que sea cuidadoso con toda la etapa procesal, que no se vulnere ninguna etapa procesal y que no se precipiten, sino que observemos estrictamente la ley. Es una sugerencia que nos parece correcta. A pesar de que puede darse una segunda sesión el 1 de septiembre, no quiere decir que ese día se vaya a aprobar la reforma al Poder Judicial, vamos a dar los plazos de la publicidad, la deliberación, la discusión en lo general, la discusión en lo particular, para hacer amplio el debate, que sepan todos los mexicanos de lo que estamos hablando, es la sugerencia de la presidenta Claudia Sheinbaum", dijo ayer Monreal.

En espera de la reacción que tenga hoy el presidente López Obrador en su mañanera, y de saber si esta petición de la doctora a los futuros diputados fue una decisión autónoma o si tiene el consenso de su jefe político, lo que es un hecho es que anoche, cuando Monreal salió a hacer esa declaración, la noticia corrió como reguero de pólvora y fue todo un mensaje para frenar el nerviosismo en los mercados, que ya reportaban anoche al dólar en 20.60 pesos, y para tratar de distensar las presiones nacionales y extranjeras sobre el contenido de la reforma, particularmente en lo que respecta a la elección por voto de jueces, magistrados y ministros.

Pero también se puede interpretar la decisión de Claudia Sheinbaum --que en realidad regresa a su postura original de dar más tiempo a la discusión y debate de la Reforma Judicial, antes de que AMLO la presionara y la hiciera cambiar de opinión— como un primer intento de deslinde o de tomar distancia de las posiciones tan radicales y extremas que  está asumiendo el presidente en su último mes al frente de la Presidencia.

Porque en medio del coro de señales, advertencias y cuestionamientos al contenido de su Reforma al Poder Judicial, que propone elegir a los juzgadores federales por voto popular, el presidente lejos de valorar y escuchar tantos y tan variados cuestionamientos desde dentro y fuera del país, ha comenzado a utilizar el discurso patriotero y de soberanía para no atender los argumentos de quienes expresan dudas, temores y hasta peligros en su reforma constitucional.

El colmo fue la absurda declaración de López Obrador de “poner en pausa” las relaciones con los embajadores de Estados Unidos y Canadá “hasta que aprendan a respetar nuestra soberanía”, esto luego de que el embajador Ken Salazar, y también el embajador de Canadá, Graeme Clark, expresaran las dudas y temores de sus dos países ante estas reformas judiciales, aduciendo incertidumbre para las inversiones e incluso riesgo de permanencia del TMEC con México.

La nota diplomática del Departamento de Estado de Estados Unidos, con la que ayer respondieron al presidente mexicano y a sus críticas y señalamientos de injerencismo en contra del embajador Salazar, dejó en claro que la Casa Blanca no está jugando con este tema ni acepta ninguna acusación de injerencia ilegal en asuntos internos de México, más allá de defender los intereses de sus inversionistas y el derecho que tienen a la certidumbre legal y jurídica para invertir su dinero en nuestro país.

Es en todo ese escenario, que ya se empieza a perfilar un arranque complicado para la administración de Claudia Sheinbaum, con amenazas de inestabilidad financiera y cancelación de inversiones y proyectos, y con los pronósticos de las calificadoras internacionales de una posible recesión técnica en la economía mexicana para el 2025, que la petición que le hace ayer la presidenta electa a los diputados de Morena, es valorada como un gesto de prudencia y de que la doctora y sus asesores sí se están tomando en serio los señalamientos y advertencias sobre un impacto negativo de la Reforma Judicial a la economía y la estabilidad financiera mexicanas.

Está muy claro, pues, que en el dilema de si quiere ser “la primera presidenta” de México, que pueda iniciar su gobierno en condiciones estables y de certeza financiera y económica, o si prefiere ser “la primera rehén” de un presidente saliente que se niega a reconocer que los efectos y consecuencias de sus decisiones ya no le afectarán a él, pero sí a su sucesora, a la que tanto dice querer que le vaya bien, Claudia Sheinbaum Pardo ha dado un primer paso, tibio y aún no muy abierto, pero al final primer paso, para convertirse en la primera presidenta mexicana que pueda tomar sus propias decisiones. Ahora solo falta ver cómo le cae eso al inquilino del Palacio.

NOTAS INDISCRETAS…   Aún no comienza la nueva legislatura en el Senado y ya empiezan los roces entre Morena y sus aliados. Ayer Adán Augusto López, quien será el coordinador de la bancada morenista, salió a corregirle la plana y a cuestionar las declaraciones de su aliado del PVEM, Manuel Velasco, quien declaró el lunes que ya tenían casi amarrados, “en un 99.9%” a los tres senadores que le faltan a la bancada oficialista para tener mayoría absoluta también en la Cámara de Senadores. “Nosotros somos políticos profesionales y entendemos cuál es nuestro papel en este parlamento, que es la tradición parlamentaria en prácticamente en todos los países democráticos del mundo, pues se busca la construcción de mayoría”, dijo Adán Augusto, quien pareció cuestionar los métodos de operación del líder de los senadores verdes y negó que haya buscado a los senadores del PRD para llevárselos a Morena. Ayer buscamos al senador Velasco Coello para pedirle su opinión de los comentarios en su contra del líder de Morena, y cercanos suyos nos contestaron que “será el próximo jueves cuando el senador le responda al señor López” y lo hará con una carta en la que, nos dicen sus allegados, demostrará que tiene los números que dijo y que él no ha mentido. ¿Será que Velasco ya convenció a los dos perredistas y a un senador o senadora más de la oposición para llevárselos, pero al Verde y no necesariamente a Morena? Porque de ser así, el líder de la bancada pevemista estaría dando un doble golpe y de paso una exhibida total a Adán Augusto, porque si logra los tres senadores, la bancada del PVEM pasaría de 14 a 17 senadores y se convertiría así en la tercera fuerza política en el Senado, desplazando al PRI que sólo tiene 15 senadores, después de haber expulsado al sonorense Manlio Fabio Beltrones. ¿Quién gana este escarceo verbal y de ajedrez político el tabasqueño Adán o el chiapaneco Velasco?... Y hablando de bancadas, ayer la de Morena en San Lázaro, eligió por unanimidad a Ricardo Monreal como el coordinador de los diputados guindas y con eso canceló la posibilidad de disputas internas. Eso sí, la parte de los morenistas que convocó Citlalli Hernández el lunes por la noche en la colonia Condesa, definió cuáles comisiones se repartirán y quienes ocuparán las posiciones de la mesa directiva. Y en lo que se interpretó como un golpe a Monreal y una instrucción de la doctora Sheinbaum, la vicecoordinación parlamentaria de los diputados morenistas fue para Alfonso Ramírez Cuéllar y no para Pedro Haces, como se perfiló en la comida que éste último hizo en su rancho del Ajusco el pasado viernes. En todo caso, ayer el diputado electo Pedro Haces le dijo a este columnista que “nunca busqué ser vicecoordinador, ni tenía ningún interés en la posición. Yo tengo muchos asuntos que atender en la CATEM y en mis otras actividades y mi relación con Monreal no depende de una posición o un cargo”, dijo el también empresario y líder sindical. “Es falso que la doctora me haya vetado o se haya molestado por la comida que organizamos. Fue solo una reunión de amigos, para romper el hielo entre los nuevos diputados y no tuvo ninguna otra intención política”, dijo Pedro Haces. O sea, que como decía el Chavo del 8, “al cabo que ni quería”… Donde también hubo ayer una reunión un tanto apurada, fue en el grupo mayoritario de Morena en el Congreso de la  CDMX. Aunque no se informó oficialmente del motivo de la reunión de los futuros diputados morenistas, asistentes al encuentro nos dicen que buscan cambiar la ley para que Ulises Lara, el fiscal rescatista de políticos corruptos y en apuros, quede confirmado ya como titular de la Fiscalía y no como un simple encargado de despacho. El tema es que, si se modifica la ley y se designa fiscal a UIises, se le estaría imponiendo a la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, el nombramiento de Ulises, cuando ya se decía que ella iba a proponer a Bertha Alcalde como la nueva fiscal capitalina. ¿Albazo morenista a Brugada? Claramente… Giran los dados. Escalera Doble.

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Uso de Razón

No te preocupes, Rocha Moya/Pablo Hiriart

El Financiero, 

El espaldarazo del Presidente de la República al gobernador de Sinaloa ha sido el más vigoroso y contundente que ha dado a cualquier pillo de su administración. Y ha dado muchos.

Ahora que la Fiscalía General de la República evidenció la fabricación de las autoridades sinaloenses para simular que el asesinato del exrector Héctor Melesio Cuén fue en un lugar distinto al señalado por Ismael el Mayo Zambada, el Presidente fue a darle su respaldo personal al gobernador Rocha Moya.

No fue solo. Llevó a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien había dado por finalizados sus recorridos por el país en compañía de López Obrador.

Comprometió a la próxima presidenta de México en la protección al gobernador que ganó las elecciones con el respaldo activo del Cártel de Sinaloa, le pidió la renuncia al fiscal del estado y puso en su lugar a una incondicional que debió renunciar porque la FGR descubrió las turbiedades en el caso del crimen contra Cuén.

La comprometió a respaldar al gobernador que mantuvo, con cargo al erario, una escolta de la Judicial del estado para proteger al Mayo Zambada. Cuén lo había hecho responsable si algo le ocurría.

El mensaje del presidente López Obrador fue lo suficientemente claro para que lo escucharan en la Fiscalía General de la República, que investiga el caso, y en la embajada de Estados Unidos, país que tiene en su manos al Mayo Zambada.

“Tiene todo nuestro apoyo el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha”, dijo el Presidente junto a Rocha Moya y a Claudia Sheinbaum.

La defensa de AMLO al mandatario sinaloense será, pues, hasta donde tope. Sus razones tendrá, aunque comprometer así a su sucesora en un caso criminal sujeto a investigación en México y en Estados Unidos es una imprudencia que la perjudica a ella y al país.

Desde que se llevaron a Zambada a Estados Unidos, López Obrador se ha envuelto en la bandera y desafía al gobierno del país vecino como no lo había hecho en todo su sexenio.

Cada vez que autoridades o políticos estadounidenses lo señalaban a él y a su gobierno, López Obrador se escurría por la tangente: no voy a caer en provocaciones, son tiempos electorales allá, son tiempos electorales acá…

Hasta que se llevaron ante la justicia de Estados Unidos al líder del Cártel de Sinaloa, a pesar de contar con la escolta que pagaba el gobierno del estado y la protección de un ejército irregular de pistoleros a sueldo del narco.

Ahora sí, al Presidente le preocupó la soberanía y provoca un conflicto con Estados Unidos de consecuencias imprevisibles. Ninguna positiva.

Pausó la relación con la embajada de Estados Unidos porque consideró una “injerencia inadmisible” que por su conducto el Departamento de Estado haya manifestado su preocupación por la reforma al Poder Judicial.

Nuestros socios del T-MEC tienen todo el derecho a opinar que tal o cual medida del gobierno mexicano lastima la relación comercial.

López Obrador sí ha interferido en los asuntos políticos internos de Estados Unidos: fue a la Casa Blanca a dar su respaldo, dar su apoyo y agradecimiento a Donald Trump en la campaña presidencial pasada.

Respaldó a Trump cuando sus partidarios asaltaron el Capitolio con saldo de muertos y heridos.

En las elecciones intermedias llamó a no votar por los republicanos.

Y ahora AMLO se acuerda de la “defensa de la soberanía nacional” con la coartada de las dudas que expresan nuestros socios por la reforma judicial, porque les afecta.

¿Soberanía?

Como Presidente cedió soberanía territorial y política al narcotráfico y a otras ramas del crimen organizado, mientras seguía mandándoles abrazos y les dispensó un trato con la cortesía que no tuvo hacia quienes lo critican.

Chiapas no estaba así cuando López Obrador asumió la Presidencia. Había pobreza, como la sigue habiendo, pero existía estabilidad política y un aceptable orden.

En el actual gobierno se descompuso Chiapas.

¿Y la soberanía, Presidente?

El gobierno fue borrado, y la “soberanía” en la frontera sur del país se la disputan las grandes bandas del crimen organizado.

Se argumenta, con razón, que cabe esperar que la presidenta Sheinbaum recupere para el Estado el control del país, y que evite un choque con Estados Unidos.

Las señales que ha dado no son buenas, pero gobernará al país.

Ella no tiene compromisos con los asesinos de Cuén, ni con los cárteles, ni con gobernadores apadrinados por el narco.

Con la única banda que debe estar comprometida es con la que traerá terciada al pecho a partir del 1 de octubre, por seis años completos.

Aunque a López Obrador aún le faltan 34 días de gobierno. Una eternidad para seguir haciendo daño. Daño irreversible.

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Estrictamente Personal

El Nerón de Macuspana/ Raymundo Riva Palacio

El Financiero, 

Como lo hizo con España y Perú, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso en pausa la relación con Estados Unidos y Canadá. Tan ridículas las primeras –porque lo único que detuvo fue su comunicación personal– como las segundas, aunque éstas todavía fueron más allá, porque no lo hizo con los gobiernos de Joe Biden y Justin Trudeau, sino que la personalizó en las oficinas que encabezan los embajadores Ken Salazar y Graeme Clark. No quiere saber nada de ellos, por ahora, pero más allá, business as usual.

López Obrador reconoce sus alcances y conoce a su gente. Su mensaje a la gradería busca que le aplauda y juntos enarbolen el estandarte nacional, con un nacionalismo cosmético que convenientemente evade el fondo, porque si estuviera hablando desde la indignación de un jefe de Estado que piensa que agredieron al país y no solamente que le llevaron la contraria a sus deseos, la intromisión en los asuntos internos de México, que a su parecer cometieron los embajadores, sería suficiente motivo para declararlos personas non gratas.

Obviamente, eso, no va a suceder.

Sin embargo, mostró lo que es: un neófito en las relaciones internacionales y un chivo en la cristalería del mundo con una prolija locuacidad de pandillero. López Obrador, que se ha metido en los asuntos internos de otras naciones –Argentina, Bolivia, Ecuador, Israel o Estados Unidos, por mencionar algunas–, se siente agraviado porque los gobiernos de Biden y Trudeau, con quienes tiene firmado un acuerdo comercial, advirtieron que la reforma al Poder Judicial violaba sus compromisos, insultando de paso a Canadá, al sugerir que, por sumarse a la queja, no porque tuviera una preocupación legítima, era un “Estado asociado” estadounidense.

Pero el no comer fuego, tampoco significa que no está jugando con fuego con su determinación de sacar adelante una reforma judicial que día a día va sumando críticas en México y en el mundo, con consecuencias directas sobre la economía. López Obrador, que sí entiende lo que pasa, hizo un andresmanuelazo: negó que la depreciación en el tipo de cambio tuviera que ver con la reforma judicial y siguió descuidando sus palabras. En las gráficas de los mercados de divisas se aprecia que cuando habló de la “pausa” con las embajadas norteamericanas provocó una brusca caída ante el dólar, que a media mañana había roto el techo de las 20 unidades en el mercado interbancario y llegó a cotizarse en la venta en ventanilla a 20.14 por dólar.

López Obrador se va a tratar de sacudir el hecho de que lo que hace y dice sí está teniendo efectos contraproducentes para los días restantes de su sexenio, y para al menos el arranque de la próxima administración de Claudia Sheinbaum. No sería tan grave ni causaría daño real al país el que denuncie lo que quiera, que invente enemigos para buscar cohesión, que ataque a quienes odia para desviar las miradas y que grite y sermonee desde el atril de Palacio, porque no pasa del discurso. Lo que sí genera un daño a los mexicanos es que mienta y desinforme, pero lo hace para que no perder el consenso y mantener el apoyo para su reforma judicial.

Es el caso de su crítica a las calificadoras, que si bien es cierto que su papel en el mundo no ha sido lo más honorable ni certero –ya provocaron en este siglo una crisis financiera mundial por su complacencia con el exceso de bonos chatarra, que llevó a la recesión en 2007-2008–, como ha sucedido en la forma como han ido retrasando una baja en la calificación del grado de inversión de Pemex, que llevaría a una reducción en el grado de inversión soberano, siguen siendo quienes marcan la pauta a los inversionistas. López Obrador dijo que “no hay que tomarlas en serio”, porque no dijeron nada cuando se condonaban impuestos a las grandes empresas, a los bancos y a las corporaciones, lo que generaba una fuga de capitales.

El Presidente se refería, sin mencionarlas por nombre, a Moody’s y a Fitch Ratings, que han expresado en los últimos días críticas a la reforma judicial, y planteando escenarios negativos en caso de que se apruebe. Pero los elementos para descalificarlas no tienen que ver con el trabajo que hacen, ni son los datos que revisan para hacer sus evaluaciones. Tampoco es correcto, como dijo, que no afectaría a México porque su economía es muy fuerte. Si las calificadoras bajan su grado de inversión, las posibilidades de acceder a recursos en los mercados se limitan y se encarecen porque se eleva el costo por el riesgo país. En otros casos, como es el de varios de los más grandes fondos de inversión, tienen como política sacar su dinero de un país que no tiene el grado de inversión.

López Obrador, como siempre, está doblando la apuesta y apurando a que la reforma judicial no se atore y se apruebe en el Congreso en los primeros días de septiembre. De ahí quisiera que casi en automático se aprobara en el Senado para enviarla a los Congresos locales en el país, donde se necesita la aceptación de la mitad, más uno, de las legislaturas, con lo cual podría firmar la ley y publicarla en el Diario Oficial de la Federación. Hasta hoy, el plan no tiene alternativas, sin importarle las crecientes críticas y protestas contra la reforma judicial, como ayer, que a la condena que hicieron dentro de la Suprema Corte sus trabajadores, se sumó una carta de la Asociación Internacional de Jueces y una declaración de varios de los principales miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.

El Presidente cree que todo es contra él, y su narcicismo no le permite ver que el temor se centra en que la reforma judicial cancele la certidumbre jurídica en la duodécima economía más grande del mundo, que también es una de las tres patas del principal mercado comercial del mundo, que es a lo que están reaccionando gobiernos, políticos, organizaciones internacionales y mercados.

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El asalto a la razón

Legalidad, el lado flaco de AMLO/Carlos Marín

Milenio,

Por primera vez en 200 años de historia republicana, el pleno de la Suprema Corte suspendió ayer su sesión en solidaridad con su planta laboral, que respalda la protesta de los aproximadamente 55 mil trabajadores y casi mil 700 jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación contra la destructiva reforma constitucional que se avecina.

La insensata embestida presidencial contra ese contrapeso que veía rechinando de limpio durante la gestión de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea se antoja tan personal que con frecuencia la centra en la ministra Norma Lucía Piña Hernández y ha llegado a tal grado que el mandatario, también ayer, afirmó que la señora merece ser procesada por haberle dado entrada a dos expedientes que, según él, debió rechazar.

Sin ser abogado y a pesar de tener una deplorable “consejería jurídica”, arriesgó frases tan contradictorias como éstas:

“Es como si usáramos la ley al pie de la letra, como dicen los conservadores, que ‘la ley es la ley’. Acaba de permitir la presidenta de la Suprema Corte entrada a dos expedientes que debió, en términos estrictamente legales, rechazar (…). ¿Qué procedería en este caso? Pues denunciarla y pedir juicio político…”, aventuró en la mañanera.

Su guerra contra el Poder Judicial traiciona el compromiso que asumió al recibir su constancia de legitimidad el 8 de agosto de 2018:

“Actuaré con rectitud y con respeto a las potestades y soberanía de los otros poderes legalmente constituidos. Ofrezco a ustedes, señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en sus resoluciones. En el nuevo gobierno el presidente no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes, ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes…”, dijo entonces.

Lo de someter a juicio a la ministra es por dos expedientes relativos a impuestos “y aun cuando debió rechazar la entrada de esos recursos, porque no proceden, de manera arbitraria no solo les da entrada, sino que uno menor, creo que de dos mil millones, se lo entrega a una ministra más decente (la plagiaria Yasmín Esquivel), y el de los 33 mil millones a un ministro que siempre ha defendido a potentados…”.

Entrevistada por Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, la ministra dio un curso exprés de Derecho sobre si debió rechazar esos recursos:

“No, porque la Constitución establece determinados supuestos para que se puedan admitir, para que procedan esos amparos directos, entre otros que se toquen temas de constitucionalidad de leyes, y esto es competencia de revisión en la Corte”, dijo.

Y contra los acuerdos que se emiten conforme a la ley, “como contra todas las resoluciones —salvo las terminales—, procede un recurso de reclamación” ante cualquiera de las salas de la Corte...

¡Ouch!

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La viabilidad política de la ultraderecha en México/Bernardo Barranco V.

La Jornada, 

Ell resultado electoral de junio de 2024 transformó radicalmente el horizonte político de México. El triunfo demoledor de Morena y sus aliados quebrantó profundamente a los partidos que integraron la oposición. Ahora sufren una crisis anímica y de brújulas extraviadas. Ideológicamente la oferta extraña de alianza de PRI, PAN y PRD fracasó. Las históricas derrotas se decantaron en descalabros de identidad y tradición de los partidos. El pragmatismo del PAN, por ejemplo, lo llevó a condescender con principios ideológicos antes inimaginables. Su rechazo al aborto se matizó durante la campaña. El PAN se corrió más al centro. Ahora muchos militantes plantean recuperar la llama original del panismo como una corriente conservadora socialcristiana.

Bajo esta premisa, Eduardo Verástegui fundamentó su discurso fundacionista de un nuevo partido de la ultraderecha. Afirmó en el discurso de clausura de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el pasado fin de semana en la CDMX: “Nos encontramos en un momento crucial de nuestra historia y México nos llama a poner en acción nuestro amor por nuestra nación. Llegó la hora de actuar, pero no en una película, sino en la vida real. Actuar con valores en el día a día. México es una nación forjada en las luchas… Los valores que han sido el faro, que han guiado a nuestra nación durante décadas, están siendo desafiados por ideologías que buscan imponer los mismos políticos de siempre”.

Verástegui, en un video de hace meses, sostuvo: Sueño un México que le permita a Dios ser el centro de nuestra nación. Es una afirmación provocadora, anticlimática en términos de laicidad. Es el lanzamiento oficial del partido de Verástegui. Aunque ya lo había anunciado, formaliza ahora ante sus aliados y padrinos la creación un partido de ultraderecha en México. Verástegui no va solo; tendrá el apoyo del catolicismo y pentecostalismo conservador estadunidense. En su intervención volvió a criticar al gobierno catalogando a sus miembros de zurdos corruptos, y a la oposición de inexistente, llamándola opoficción. En el país, dijo, no hay una verdadera opción de derecha. El PAN es un partidito de derechita cobarde, ha perdido el rumbo, ha declinado sus orígenes, ha extraviado su identidad. Por ello, sigue Verástegui: “Debemos reconstruir la derecha… construir un movimiento conservador que promueva la libertad y la defensa de los valores mexicanos”. Prometió que muy pronto se iniciará la restauración, ojo con este término, de un nuevo partido: Verás que sí, en consonancia con su apellido. La creación de la nueva plataforma política descansará en el Movimiento Viva México y en agrupaciones civiles vinculadas al Yunque.

Al señalar que la derecha está huérfana, Verástegui reconoce el fracaso de muchos ultraderechistas católicos que venían del Yunque, de los Tecos y de otros grupos políticos de extrema derecha que eligieron afiliarse al PAN desde fines del siglo pasado, sobre todo en el periodo de Vicente Fox, y terminaron por conformar el ala más dura de ese partido. Muchos terminaron mimetizándose de la cultura política de corrupción y privilegios. La opción conservadora se fue debilitando por las tentaciones pragmáticas y jugosas prerrogativas adormecedoras. También inhibió la construcción de movimientos de extrema derecha en México.

Muchos analistas e historiadores ven poco viable que cuaje una opción de extremismo político católico. Estos movimientos fueron derrotados cultural, ideológica y militarmente desde el siglo XIX por los liberales. En el siglo XX la guerra cristera fue sometida por los militares sonorenses, actores y herederos de la Revolución Mexicana.

Otros analistas reprochan la política cultural y moral del presidente Andrés Manuel López Obrador como conservadora. Éste reivindica la familia tradicional, se ha enfrentado al feminismo, en sus primeros tres años enalteció los valores religiosos y bíblicos; colmó a los ciudadanos con la Cartilla moral, de Alfonso Reyes; enalteció la economía moral y casi no se involucró en temas como el aborto y los derechos de las minorías sexuales. ¿Para qué crear un partido radical si el Presidente ha secuestrado parte de sus causas?

Como buen actor, Verástegui ha construido un personaje. Su libreto se fundamenta en la crisis de los partidos opositores. Su irrupción, no es un accidente, es reflejo de una atmósfera del fin e inicio de nuevos ciclos en la vida política de la nación. Verástegui no está solo, cuenta con la red de apoyos políticos y financieros de Donald Trump. Dispone de la solidaridad de Jair Bolsonaro, Giorgia Meloni, Steve Bannon, Salvador Abascal, Marine Le Pen, Lech Walesa, Javier Milei, el senador Ted Cruz, el presidente de Hungría, Viktor Orban, y Ricardo Salinas Pliego, entre muchísimos otros.

En el mundo entero la ultraderecha es una amenaza real. Parte de supuestos como la decadencia moral de las sociedades contemporáneas y la necesaria recuperación de los valores religiosos fundantes para que Dios actúe y sea el centro de la historia. Y nos preguntamos ¿por qué México parece ir en sentido contrario? ¿Por qué es remoto pensar que se erija con peso electoral la ultraderecha? Desde mediados del siglo XX parece que nos hemos vacunado ante el radicalismo de las derechas. Bueno, eso decían en España y Vox es una amenaza latente. También en Argentina: siete meses antes de las elecciones era un absurdo pensar que Milei sería presidente.


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