2 nov 2008

Bruce Riedel

Ricard González ENTREVISTA a BRUCE RIEDEL, ASESOR DE OBAMA.
Publicado en el portla de El Mundos; domingo 02/11/2008 18:28 (CET)
A pesar de haber hecho del cambio en Washington su 'mantra' personal, Barack Obama sabe que debe contar con el apoyo de aquellos que han trabajado en la Administración pública durante las últimas décadas. Entre ellos, Bruce Riedel, que se retiró de la CIA en 2006 después de casi 30 años de servicio y con un premio honorífico del Departamento de Estado. Una de sus áreas de especialización es Pakistán, por lo que su conexión con la campaña de Obama estas semanas es realmente fluida.
-¿Cuál es su evaluación del proceso de transición democrática en Pakistán?
-El país está atravesando un proceso complejo y difícil. Ya ha transitado este camino tres veces anteriormente y todas ellas acabaron en una dictadura militar. El país sufre una crisis económica severa, además de los golpes de una poderosa insurgencia en las zonas tribales. Y al igual que en el pasado, el Gobierno es inestable y no controla al Ejército ni a los servicios secretos.
-¿Hay pues alguna razón para el optimismo?
-Sí, los principales actores internacionales, como EEUU, Arabia Saudí e incluso la India y China, están interesados en el éxito de este Gobierno porque temen que Pakistán se convierta en un estado fracasado que perjudique su propia estabilidad.
-¿Cuáles han sido los principales errores de la política estadounidense hacia Pakistán?
-El principal ha sido poner todos los huevos en la cesta de Pervez Musharraf, un dictador que incumplió sus promesas y rompió el Estado de derecho y la sociedad civil. Eso no ha sido precisamente de ayuda para el país en su lucha contra el extremismo islámico de Al Qaeda y los talibanes.
-¿Qué oportunidades proporciona en la lucha antiterrorista la
elección de Asif Ali Zardari como presidente?
-Zardari es un líder político astuto que ha visto a su mujer morir por la causa de un Pakistán democrático y un islam moderado y tolerante. Ya en su discurso inaugural, incidió en un punto clave para el éxito de la lucha contra el extremismo: Pakistán no participa en ésta por por el bien de EEUU, como piensa la mayoría de la población, sino del propio país. Es fundamental que Zardari cambie este punto de vista entre los ciudadanos paquistaníes. El papel del presidente no es nada fácil, porque debe satisfacer a la vez a la calle y a EEUU.
-George W. Bush ha autorizado en las últimas semanas incursiones terrestres del Ejército de EEUU en Pakistán. ¿Cree que estas acciones son legítimas?
-Sí, pero sólo en una situación excepcional. Por ejemplo, si se tiene concimiento del paradero de algún líder de Al Qaeda y el Gobierno paquistaní se resiste a actuar. Hay que entender que no existe una salida unilateral al problema en las zonas tribales. La colaboración con Islamabad es imprescindible y estas incursiones la perjudican enormemente.
-¿Qué diferencia a
John McCain y Barack Obama respecto a Pakistán?
-El senador McCain fue un firme defensor de la política de Bush de apoyo total a Musharraf. Obama, en cambio, hace ya dos años llamó a un cambio de relación con Pakistán que no estuviera basada sólo en Musharraf y en la ayuda militar, sino en las fuerzas democráticas paquistaníes. Por ejemplo, los senadores Obama y
Joe Biden patrocinaron una ley en discusión en el Senado que triplica la ayuda económica a Pakistán, que ascendería a más de 10.000 millones de euros para la próxima década. Por tanto, una presidencia de Obama traería un cambio sustancial en la política de EEUU hacia Pakistán.
-La Administración Bush acusó al ISI, los servicios secretos paquistaníes, de estar detrás del

atentado contra la embajada india en Afganistán. ¿Lo cree posible?
-No sé si las acusaciones son ciertas, pero está claro que el juego del Ejército paquistaní en Cachemira y Afganistán es complejo y mantiene contactos con grupos extremistas. El nuevo presidente debe dejar muy claro al Ejército que este doble juego se debe terminar. Pakistán es el país más peligroso del mundo y su estabilidad crucial, por la existencia en su suelo de bases de Al Qaeda, de armas nucleares, y de un vacilante proceso de democratización con resonancias en el conjunto del mundo musulmán.
-¿Existe realmente el peligro que Pakistán caiga bajo la órbita de los extremistas islámicos?
-No a corto plazo; los islamistas sacaron un resultado muy malo en las últimas elecciones. Pero a largo plazo, si Pakistán no es capaz de desarrollar una sociedad civil y un Estado de derecho fuertes, la alternativa islamista radical puede volverse muy real.

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