23 feb 2010

Héctor Orozco del SAE

Georgina Morett
Entrevista: Héctor Orozco • Directivo del SAE
“En 72 horas se operó la liquidación de Luz y Fuerza”
Tras la expedición del decreto de extinción, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes sólo contó con tres días para elaborar casi 90 mil cheques para indemnizar a 44 mil ex trabajadores y 24 horas para pagar a 20 mil jubilados.
Milenio Diario, 2010-02-22•
La madrugada del domingo 11 de octubre de 2009 significó para todos la hora cero. “Nosotros nos enteramos prácticamente al igual que todo el mundo, con la expedición del decreto”, revela Héctor Orozco, directivo del SAE, dependencia encargada de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro.
El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), sólo tuvo 72 horas para elaborar casi 90 mil cheques para indemnizar a 44 mil ex trabajadores y 24 horas para el pago de los 20 mil jubilados.
Esta fue la primera experiencia de una liquidación sin un diagnóstico previo, sin un acto de entrega-recepción, sin inventario; en sí, sin información, sólo existía una lista de los trabajadores con su salario y antigüedad. Así inició el proceso de liquidación de Luz y Fuerza del Centro, todavía muy pronto para determinar cuándo culminará.
Héctor Orozco, director corporativo del Proceso de Empresas del SAE, explica en entrevista con MILENIO cómo fueron esos primeros momentos en los que, al igual que el resto de la población, ellos se dan cuenta de lo que será su trabajo con la lectura del decreto.
-¿Con cuánta anticipación les avisaron?
-Para fines prácticos, nosotros nos enteramos al igual que todo el mundo con la expedición del decreto.
-¿No se trabajó nada antes?
-Sí, sabíamos que pudiera venir un proceso de desincorporación importante, que teníamos que estar listos y preparados para coordinarnos con otras instancias del gobierno en alguna operación que involucraba alguna empresa y en ese sentido sí tomamos algún tipo de previsión administrativa.
-¿En qué se prepararon?
-Nos preparamos para hacer un diagnóstico, pero cuando leemos el decreto entendemos que las circunstancias son diferentes que no hay espacios, ni tiempos para hacer diagnósticos, que hay que operar.
-¿Es la primera vez que sucede así?
-Sí, en la noche en que se publica el decreto leemos las bases, y entonces entendemos claramente que se trata de un tema muy importante muy diferente a los que habíamos operado, que el SAE tenía enfrente una gran responsabilidad, y por lo tanto teníamos que actuar coordinadamente con otras instancias para que en el granito de arena que le toca al SAE actuara a la altura de las circunstancias.
-
-No.
-¿De alguna otra autoridad?
-No.
-¿Con quién trató?
-Nos entregaron ex funcionarios de Luz y Fuerza una lista de nómina con los trabajadores que estaban dados de alta y se elaboraron las indemnizaciones, que significaron 90 mil cheques en tres días.
Uno de los principales retos a resolver por el gobierno federal es el fondo de pensiones que “estimo debe valer algo superior a los 200 mil millones de pesos”, mientras que los activos de Luz y Fuerza que pudieran realizarse ascenderán a 100 mil millones, comenta Orozco y acota que esto es una demostración de que la empresa no era financieramente viable.
Los funcionarios del SAE han liquidado 17 empresas públicas, pero Luz y Fuerza tenía sus propias complicaciones. No se contaba con un registro de los activos, no se dio un tiempo previo para hacer un diagnóstico y es la que ha tenido un “impacto mediático mayor”, reconoce el funcionario.
Y así comienza una carrera que en sus inicios tiene totalmente claros los plazos fatales, el primero, el lunes 12 de octubre que hay que pagar a los 20 mil jubilados , y el segundo, el miércoles 14 que hay que empezar las liquidaciones de los 44 mil ex trabajadores.
-¿Qué implicó esta logística?
-Imprimir 90 mil cheques en 72 horas no es una cosa fácil. Teníamos que estar listos para pagarles a todos el primer día. Escoger los lugares que cumplieran con condiciones mínimas; que tuvieran condiciones mínimas de seguridad y las facilidades administrativas del caso.
Cada uno de estos centros de pago debía tener un representante liquidador, uno de la Junta de Conciliación y Arbitraje, personal administrativo; cada uno de estos pagos debía tener un convenio y la gente tenía que aprender a hacerlo, porque no era experta.
Además, teníamos que tener una comunicación permanente, porque fue un tema que ocupó un espacio importante en la opinión pública y en la prensa.
Con proporciones guardadas, es como armar un banco de pago con 23 sucursales, fueron 23 centros de pago y somos funcionarios públicos que tenemos que dar cuenta de cada peso y centavo.
La empresa, que de acuerdo con el Diario Oficial, “tendrá las más amplias facultades” para la liquidación de la CFE partía de cero el 11 de octubre.
Orozco explica que tradicionalmente para recibir una liquidación se elabora un diagnóstico previo que puede tardar más de un mes, en el que se deja clara “la situación financiera, jurídica, fiscal, administrativa o incluso, si hay residuales operativos, contingencias, es decir el estatus de la empresa, su alcance nacional, dónde están sus recursos. Pero aquí no hay eso, esa es la gran diferencia en el proceso de liquidación de Luz y Fuerza”.
-¿Se les entrega un listado de los activos o se responsabilizan de un fantasma?
-Es muy complejo. El problema siempre ha existido, no se tenía un registro detallado de los activos, esa es la verdad; no es una opinión, es un hecho, así lo dicen los informes de auditoría.
El directivo del SAE explica que ha tenido entrevistas con ex funcionarios de Luz y Fuerza del Centro para que le informen de los temas urgentes e importantes, como qué juicios había, con qué abogados, dónde están las bóvedas de seguridad, etcétera.
Ahora, comenta, las cosas se han ido acomodando. A cuatro meses de esa noche en que la Policía Federal tomó las instalaciones de Luz y Fuerza ni siquiera es posible determinar cuándo culminará el proceso.
Georgina Morett
¿Hubo algún momento de un acto de entrega recepción del entonces director de Luz y Fuerza?

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