Francisco
regresando a Roma
Francisco
responde a las preguntas de los periodistas tras su breve visita a las
instituciones europeas. Estas son las respuestas
Por GIACOMO
GALEAZZI
DESDE
EL VUELO ESTRASBURGO-ROMA
Visiblemente
satisfecho por el entusiasmo suscitado en Estrasburgo durante su visita al
Parlamento Europeo y al Consejo de Europa, durante el vuelo de regreso a Roma
el Papa respondió a las preguntas de los periodistas.
–Sus
palabras sobre la fuerza real de los pueblos y sobre los poderes
multinacionales. ¿Podemos decir que usted es un Papa social-demócrata?
¡Querido,
esto es reduccionismo! Así me siento en una colección de insectos, ahí… ¡este
es un insecto social-demócrata! No sé si Papa social-demócrata o no… no, yo no
oso calificarme en una u otra parte, yo oso decir que esto viene del Evangelio,
este es el mensaje del Evangelio que toma la doctrina social de la Iglesia. Yo,
en esto y en otras cosas sociales o políticas que he dicho, nunca me he alejado
de la doctrina social de la Iglesia, que viene del Evangelio y de la tradición
cristiana… Esto que dije sobre la identidad de los pueblos es un valor
evangélico; en este sentido… ¡Pero me hiciste reír, gracias!
–No
había casi nadie por las calles de Estrasburgo; la gente se decía
desilusionada. ¿Se arrepiente de no haber ido a la catedral de Estrasburgo, que
festeja el milenario? ¿Cuándo visitará por primera vez Francia, tal vez
Lissieux?
–No
está programado todavía, pero hay quei r a París. Claro. Y luego hay una
propuesta de ir a Lourdes… Yo pedí una ciudad a la que no hubiera ido ningún
Papa, para saludar a los ciudadanos. Pero no está preparado. En relación con
Estrasburgo, la cosa se pensó, pero ir a la catedral era como hacer una visita
a Francia, y este fue el problema…
–El
concepto de transversalidad que ha citado. Se refirió a los encuentros con
jóvenes políticos de diferentes países y habló sobre la necesidad de una suerte
de pacto entre generaciones. Curiosidad personal: ¿es cierto que usted es
devoto de San José?
–Sí,
cada vez que le pido una cosa, San José me la ha dado.
Lo de la transversalidad
es importante. Lo he visto en mis diálogos con los jóvenes políticos, aquí y en
el Vaticano, de diferentes partidos y naciones, que ellos hablan con una música
diferente y que tiende a la transversalidad. Es un valor, ellos no tienen miedo
de salir de la propia pertenencia, sin negarla, sino de salir para dialogar, y
son valientes; por eso creo que debemos imitar esto, y también el diálogo
intergeneracional… Pero este salir para encontrarse con las personas y
dialogar… Es lo que necesita Europa hoy.
–Usted
habló sobre los pecados de los hijos de la Iglesia en su segundo discurso.
¿Cómo recibió la noticia del caso granadino, que usted, de alguna manera, hizo
surgir a la luz?
–Yo
la recibí y leí eso; llamé a la persona y le dije: “Tú mañana vas a ver al
obispo”. Y le escribí al obispo para que comenzara el trabajo, hacer la
investigación y seguir adelante. ¿Cómo la recibí? Con gran dolor, gravísimo
dolor. Pero la verdad es la verdad, y no debemos esconderla.
–Usted
habló tanto de la amenaza terrorista como de la amenaza de la esclavitud.
Actitudes típicas del Estado Islámico que amenazan a gran parte del
Mediterráneo, Roma e incluso a su persona. ¿Usted cree que con estos
extremistas es posible llegar a un diálogo, o es una frente perdido?
–Yo
nunca doy por perdida ninguna cosa, nunca. Tal vez no se puede tener un
diálogo… Pero nunca cierro una puerta. Es difícil, podrías decir casi
imposible, pero la puerta siempre está abierta, ¿no? Usted usó dos veces la
palabra amenaza. Es cierto, el terrorismo es una de las tantas que amenazan.
Pero la esclavitud es una realidad inserta en el tejido social de hoy. EL
trabajo esclavo, la trata de personas, el comercio de niños… Es un drama, ¡no
cerremos los ojos ante esto! La esclavitud, hoy, es una realidad, La
explotación de personas… En cambio, la amenaza de estos terroristas… pero
también hay otra amenaza, el terrorismo de Estado, cuando las cosas suben,
suben, suben, y cada Estado, por su cuenta, se siente con el derecho de
masacrar a los terroristas, y con los terroristas caen muchos que son
inocentes… Y esto es una anarquía de alto nivel, que es muy peligrosa. Con el
terrorismo se debe luchar, pero repito lo que he dicho: cuando se debe detener
al agresor injusto, se debe contar con el consenso internacional. Ningún país
tiene el derecho, por cuenta, de detener a un agresor injusto.
–No
lo sé, de veras… creo que viajo con las tres cosas… ¿pero, de dónde te vino
esta pregunta? Me obliga a pensar un poco… La memoria es la de arzobispo de
Buenos Aires, Pero esto ya no existe… Ahora soy obispo de Roma y sucesor de
Pedro. Creo que viajo con esa memoria, pero con esta verdad. Para mí, Europa en
este momento me preocupa, para ayudar a que salga adelante, y esto como obispo
de Roma y como sucesor de Pedro… Soy romano.
Gracias
por su trabajo; esta fue una jornada fuerte. Y no se olviden de rezar por mí.
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