7 oct 2019

El caso de Medina Mora en columnas, hoy

El PAN exigió al ministro Eduardo Medina Mora que remita al Senado el alcance con la explicación de las causas graves que originaron su renuncia, al sostener que el Ejecutivo “operó a base de filtraciones y amenazas” para presionarlo a dejar el cargo, por lo que además de atentar contra la autonomía e independencia de la SCJN, hay un fraude a la Constitución al no cumplir con el requisito del artículo 98.
En un comunicado, el dirigente Marko Cortés señaló que es violatorio de la Constitución la “aceptación” inmediata de la renuncia por el Ejecutivo cuando el ministro no expone la causa grave por la que toma esa decisión.
Recordó que la Constitución exige que Medina Mora aclare suficientemente las razones de su dimisión, porque su carta no tiene fecha, ni se indica ninguna causa específica.
“Por el contrario, fue el Presidente de la República quien de manera inmediata pretendió exponer la causa grave y aceptó la renuncia emitiendo adjetivos y aseveraciones que de ninguna manera le corresponde expresar; ante ese panorama podríamos estar en el supuesto inaplicable en este caso, de fraude a la ley para la concreción de un despido”.
El tema en la mañanera de hoy:
Dijo AMLO, -"Ahora que pasó esto del ministro Medina Mora hay quienes sostienen que es una venganza política. No, nada de eso, es una investigación y él tomó libremente su decisión de renunciar. Yo no di instrucciones de que se le acosara para que renunciara, es una investigación que tiene la Fiscalía General.
Pero antes, imagínense, si un servidor público de alto nivel tenía influencias, ¿cuándo le iban a hacer algo? solamente que cayera de la gracia de los poderosos y ahí sí le fabricaban delitos y todo....
INTERLOCUTORA: La segunda pregunta, presidente, justamente sobre este asunto de la Corte.
Sus opositores han expresado la preocupación de que desde el Poder Ejecutivo usted pueda apoderarse de la Corte por los nombramientos que le corresponden hacer en este sexenio. Hablan de una Corte a modo del Ejecutivo.
¿Qué responde a estas críticas?
PRESIDENTE: Pues que no soy como ellos, soy demócrata.
Y lo que sí es que vamos a proponer a gente honesta, porque los conservadores son muy corruptos, les gusta mucho el dinero, yo creo que el dios de los conservadores es el dinero; y además de ser reaccionarios, son corruptos, ocupan los cargos para enriquecerse.
Piensen en un abogado famoso, conservador.
PREGUNTA: (inaudible)
PRESIDENTE:  No, no, no. Y ese conservadurismo es muy hipócrita, esa es su doctrina, la hipocresía. Entonces, llenaron el gobierno, tomaron los poderes, confiscaron todos los poderes durante el periodo neoliberal, tenían el control en las cámaras, imagínense lo que llegaron a hacer, modificaron la Constitución para permitir el saqueo.
En el Poder Judicial lo mismo. No se va a olvidar que cuando se pidió que se consultara lo de la Reforma Energética en el Poder Judicial, por consigna -aunque reunimos las firmas- rechazaron nuestra petición; bueno, hasta hace poco había un teléfono del presidente de la Corte al presidente de la República, y por ahí se daban las instrucciones. Ya se les olvidó.
INTERLOCUTORA: ¿Ya no hay ese teléfono?
PRESIDENTE: Pues a lo mejor existe, pero yo no lo he usado.  Fíjense que existe la red y tengo mi IPhone 21. No la uso....
INTERLOCUTORA: Pero entonces ¿los perfiles van a ser gente cercana a usted.
PRESIDENTE: Muy buenos perfiles.
INTERLOCUTORA: ¿Pero cercanos a usted?
PRESIDENTE:  Gente honesta, que no sean corruptos.
INTERLOCUTORA: ¿De carrera o externos?
PRESIDENTE:  Sí, profesionales de acuerdo a los requisitos y con el distintivo de la honestidad, que no sean mercaderes, que no sean traficantes de influencia, que sean gentes honestas.
PREGUNTA: (inaudible)
PRESIDENTE: Todavía falta que el Senado resuelva sobre la aceptación de la renuncia y luego vemos nosotros. Tengo tiempo para decidirlo.
Las columnas políticas, hoy lunes 7 de octubre de 2019..
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BAJO RESERVA /El Universal
Quieren evitar un ministro afín a AMLO
Nos dicen que la oposición en el Senado analiza la ruta para la aprobación y designación del nuevo ministro, dado que la Constitución no señala si para aceptar la renuncia es necesario el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes o sólo con mayoría simple; además de que el Senado está facultado para llamar a una reunión al ministro Eduardo Medina Mora para conocer las causas de su renuncia, por lo que no ven bien las prisas con las que Morena quiere aprobar su dimisión el martes 8 de octubre, ya que desde su perspectiva el Senado debe de analizar las “causas graves” por las cuales dimitió.
Nos hacen ver que el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, deberá hacer trabajo político, pues si bien la aceptación de la renuncia podría ser avalada por mayoría simple, no la elección del nuevo ministro donde requiere de por lo menos nueve votos de la oposición. Ahora podrían rechazar la primera terna sin importar que su composición sea de mujeres, porque la prioridad ya no es la paridad, sino el equilibrio en el Poder Judicial.
Monreal busca no ignorar a la oposición
Nos dicen que si algo ocupa al coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, no es la elección del nuevo ministro, sino conseguir la mayoría calificada para avalar el dictamen sobre revocación de mandato y consulta popular, que se tiene previsto discutir y aprobar en el pleno a más tardar el próximo jueves 10 de octubre.
Nos comentan que hasta ahora la oposición dejó en “veremos” su voto, debido que en comisiones se acordó hacerle unos cambios a la redacción, por lo que si no los incluye en otras discusiones —o los ignora por completo—, Monreal Ávila no podrá lograr la mayoría que tanto anhela y que le genera más puntos a su favor con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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RAZONES/La Razón
Los tuis del ministro
Buen debate el que armó el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, con una serie de tuits acerca de la Corte, la cual, aclaró, “no es ni puede ser partido de oposición”. En respuesta a sus críticos por lo escrito indicó en otro tuit: “nadie ha acreditado que la Corte no es independiente, ni que antes se hubiera llevado a cabo un esfuerzo de transformación del #PJF como el que impulsamos ahora”. Luego, ante la nueva vertiente de debate, el concepto “transformación”, ayer agregó un argumento académico: “afirma Pius Langa, especialista en constitucionalismo transformador y expresidente de la Corte Constitucional Sudafricana, que no hay transformación social posible sin colaboración entre poderes. Esto no altera la separación y autonomía de cada uno. Coincido con él”. Sin duda, sus mensajes serán referenciales.
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SACAPUNTAS /El Heraldo de México..
Lista, la salida de Medina Mora
Luego de la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora, que ya fue aceptada por el Presidente, el balón está en la cancha del Senado con la mayoría de Morena, encabezada por Ricardo Monreal. Se espera que sea en la sesión de este martes cuando los legisladores aprueben la dimisión. Ahora sólo queda esperar la terna que envíe el jefe del Ejecutivo federal.
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Con la Corte en un puño, AMLO tiene el poder total
ITINERARIO POLÍTICO/RICARDO ALEMÁN 
El Debate,  07 DE OCTUBRE DE 2019;
Más que la prensa mexicana y que los opinantes nacionales, los medios extranjeros alertaron del riesgo de una potencial dictadura de López Obrador a causa de la colonización del Estado todo.
Y es que con la prematura y forzada renuncia de Eduardo Medina Mora a un lugar en la Suprema Corte, el presidente mexicano se convierte –en los hechos–, en un rey que tiene en un puño los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; además de que mangonea a su antojo a medios y empresarios.
Es decir, que la prensa extranjera, con más claridad que los medios mexicanos, entendió que en México asistimos al fin de los contrapesos, de los equilibrios democráticos y que avanzamos en dirección al indeseable esquema del poder en manos de un solo hombre, antesala de una dictadura.
Y sin duda que se trata de una situación política extrema; acaso la mayor crisis del Estado mexicano en décadas, que augura tambores de guerra.
Por donde se quiera ver, no es común y menos deseable la renuncia prematura de un ministro de la Corte, sobre todo porque hoy nadie conoce, a ciencia cierta, los motivos que empujaron la dimisión de Medina Mora al codiciado puesto de ministro de la Suprema Corte de Justicias de la Nación.
¿Qué pasó? ¿Por qué renunció Eduardo Medina Mora? ¿Fue presionado por el Poder Ejecutivo? ¿Fue chantajeado por “los hombres del presidente”? ¿Es una ficha de cambio para entregar La Corte al presidente Obrador, a cambio de impunidad para un ministro corrupto? ¿Es culpable Medina Mora de las tendenciosas acusaciones de corrupción en su contra?
Hoy nadie tiene respuesta a las interrogantes anteriores.
Lo que si sabemos, sin embargo, es que debido a lo precipitado de la renuncia de Mora, ninguna de las partes respetó el mandato constitucional; ni el ministro saliente, ni el presidente Obrador y menos el Senado.
¿Y cuál mandato constitucional fue violentado?
1.- Resulta que el Constituyente y el Constituyente Permanente –es decir, quienes redactaron y aprobaron el artículo 98 constitucional y quienes lo han modificado–, siempre cuidaron que los ministros de La Corte quedaran a salvo de la tentación autoritaria de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
2.- Por eso, el párrafo tercero del artículo 98 Constitucional, estableció que “la renuncia de los ministros de la Suprema Corte de Justicia solamente procederá por causas graves; serán sometidas al Ejecutivo y, si este las acepta, las enviará para su aprobación al Senado”.
3.- Es decir, que “la renuncia” del ministro Medina Mora a su cargo en el Máximo Tribunal del país, debió explicar las “causas graves” que lo llevan a dejar esa posición.
4.- Sin embargo, la carta que Medina Mora envió al presidente Obrador –para informar su renuncia–, no establece las “causas graves”.
5.- Y llama poderosamente la atención que el ministro renunciante haya excluido ese requisito –las “causas graves” de su renuncia–, en la carta enviada al presidente. ¿No es Medina Mora un experto en la Constitución?
6.- Peor aún, ¿de verdad no sabía Medina Mora que es un requisito de procedencia la explicación de las causas graves que motivaron su retiro?
7.- Pero lo más preocupante es que si no existieron causas graves para el retiro del ministro de la Corte, resulta que no era y no es procedente la renuncia y, por tanto, el presidente López debió rechazar la solicitud de dimisión del ministro.
8.- ¿Entonces, por qué aceptó el presidente Obrador la renuncia? ¿No sabía lo que dice el 98 constitucional? ¿No tiene consejeros jurídicos para que le expliquen esos detalles de su desempeño?
9.- Y para que se entienda la gravedad del asunto vale recordar que, por ejemplo, el mismo requisito se impone en el artículo 86 constitucional para la renuncia del presidente; es decir, “causas graves”.
10.- Queda claro, por tanto, que son muchas las evidencias de que el ministro Medina Mora fue presionado para renunciar, sea a cambio del perdón, sea por otra causa.
Pero lo más grave de todo es que con el control total del Poder Judicial por parte del presidente, serán letra muerta el Juicio de Amparo, las Acciones de Inconstitucionalidad, las Controversias Constitucionales y, por ejemplo, nadie podrá combatir la inconstitucional Ley de Extinción de Dominio.
Sí, le guste o no a muchos especialistas, cada día estamos más cerca de cruzar la delgada línea que separa a la democracia de la dictadura.
Al tiempo.
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Orgullo de ser policía | Manuel Mondragón y Kalb
El Universal,
El título de este artículo se debe, entre otros motivos, a la transformación de mi persona de médico a policía, y con ello, el entendimiento de lo que significa ser y actuar como tal.
Pertenecer a las fuerzas armadas de mi país como médico naval de la Secretaría de Marina Armada de México, me permitió sentir pleno orgullo de portar el uniforme y conocer el compromiso que ello implica. Asimismo, me ayudó a abordar mi responsabilidad como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. Muy honrado, aparecí y actué avituallado como mando policial, hecho que nunca supuso una carga; antes bien, reforzó en mi la capacidad de demostrar a través de mi persona, el carácter insigne de una indumentaria que representa a la autoridad. Igualmente importante fue el hecho de que mis compañeros policías observasen en mí al jefe que se identificaba con ellos y se comportaba a la altura de los valores significados en cada botón, escudo y emblema del atuendo.
Fui recibido así en todos los actos oficiales de mi país y en no pocas circunstancias de orden internacional, con gran satisfacción y reconocimiento. ¿Por qué no hacerlo? ¿Acaso no era yo igual a los policías de mi corporación?
Mi vocación humanista y social me recordaba que era uno de ellos y, en todo caso, si mis conocimientos fuesen superiores, me resultaba insoslayable proyectar dichos saberes, ser ejemplo y fomentar desde el mando la superación de mis casi 80 mil compañeros de corporación en la Ciudad de México y 30 mil en la Policía Federal cuando me desempeñé como Comisionado Nacional de Seguridad. En todos hay necesidades, sentimientos, gustos y satisfactores, con diversos matices, pero con un origen en común. En consecuencia, emanaba la obligación sentida de atender y ofrecer alivio, actuar con firmeza, pero con afecto y comprensión.
Nunca hubo ocasión para denostar a nadie, entiéndase bien, y tampoco se recriminó o imputaron culpas por situaciones pasadas. Antes bien, nos entregamos al análisis de las causas de los delitos a través del conocimiento y estudio de índices, indicadores y el lugar donde se manifestaba la incidencia; siempre propusimos soluciones.
Hemos insistido en que la mayoría del personal policial, así como las llamadas cofradías, hermandades, mafias, etcétera, no responden más que al reflejo de los intereses de ciertos grupos y sus mandos, los que encuentran la oportunidad de actuar al amparo de la corrupción para obtener recursos al margen de la legalidad.
Confieso que tuve la afortunada respuesta de los policías, rasgo que se sumó a la atingencia de la operación que asumí como titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de la Comisión Nacional de Seguridad. A todos ellos, bajo mi mando, mi cariño y reconocimiento como seres humanos con quienes crucé órdenes y también afectos.
Ahora bien, nos encontramos en las primicias de conjuntar el mando total de la seguridad pública en una Policía Única para el ámbito federal. Se propicia que los agrupamientos de la Policía Federal se sumen a contingentes que provienen del Ejército Nacional y la Armada de México, en espera de que este proceso funcione.
Policías, soldados y marinos han sido reclutados, capacitados y desarrollados en ámbitos diversos y dirigidos a resolver objetivos distintos con acciones incluso opuestas. Con ello quiero decir que vocación y formación son diferentes.
Me inquieta que los tres cuerpos se subsuman en uno solo, pero más todavía el que respondan a un mismo representante de cualquiera de ellos: ¿sabrá establecerse el mando en estas circunstancias?; ¿podrá dar cauce a sus órdenes?; ¿tendrá la capacidad para la integración y comprensión con todo su personal? El liderazgo que habría de ejercer exige las características y facilitadores tendientes a la solución de las premisas anotadas y para ello, no basta el simple nivel o grado ostentado por la persona. Todo esto, además, si ya se tuviera claro el qué, cómo, cuándo y dónde actuar.
Estoy cierto que los mandos, hoy escasos, deben participar con calidad y número suficientes para resolver la seguridad en los términos que el país exige; pero esto demanda tiempo pues la formación integral que permita predicar con el ejemplo, implementar acciones efectivas y ofrecer el trato institucional requerido, no se adquiere de la noche a la mañana.
Los mandos policiales deben observar en todo momento los más altos valores humanos y al respeto perenne hacia rasgos como lealtad, obediencia, respeto, probidad y honor.
Más que nunca, es preciso apoyar a las fuerzas armadas y policías: su labor y compromiso es fundamental. Hago votos para que nos encontremos en el camino de las respuestas y los resultados tan anhelados por México: ciudadanos y familias requerimos de nuestros policías. Ellos habrán de ser ejemplares a nivel federal, en los estados de la república y en las alcaldías del país.
Con profunda satisfacción y orgullo, me refiero a la designación otorgada por la autoridad al licenciado Omar Hamid García Harfuch. Ratifico que ha sido uno de mis mejores colaboradores y compañeros de trabajo, quien heredó múltiples cualidades de lealtad a la patria, conocimiento y fortalezas; subrayo estos rasgos que engloban los más altos valores humanos.
Hago votos para que las fuerzas policiales bajo su mando le respondan y que la sociedad en pleno comprenda que unos con otros, podemos ser un gran círculo virtuoso, para encausar a nuestra capital hacia la mejor seguridad.
Excomisionado nacional de Seguridad y excomisionado nacional contra las Adicciones.
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Superpoderes de Medina-Mora
EL ASALTO A LA RAZÓN/CARLOS MARÍN
Milenio
La UIF le atribuye también al renunciante titiritear a ministros, magistrados y jueces.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo, destila insinuaciones, interpretaciones y afirmaciones disparatadas, ajenas por completo a su función, delatando una linchadora vocación inquisitorial que implica un preocupante desprecio por el civilizatorio nuevo sistema penal acusatorio y su piedra de toque: la presunción de inocencia.
Más allá de que los señalamientos de probable enriquecimiento ilícito contra Eduardo Medina-Mora pueda sustentarlos la UIF; de que sean verificados por la Fiscalía General de la República y resulten convincentes ante el Poder Judicial para sustentar una eventual sentencia de culpabilidad, Nieto se pasa de imaginativo al asegurar que el implicado, hace cuatro meses, impulsó una jurisprudencia que han aplicado jueces “afines al todavía ministro” para liberar alrededor de dos mil millones de pesos a favor de personas acusadas de delincuencia organizada en las variantes de trata, corrupción y narcotráfico.
La Jornada del sábado: “Medina-Mora propuso un criterio jurídico a partir del cual, si una solicitud de bloqueo de cuentas –de una persona que enfrenta un juicio– viene de una instancia del exterior, tiene validez constitucional. Pero si esa solicitud proviene de una dependencia nacional como la UIF, que desarrolla una investigación, deja la posibilidad abierta para que un juez de distrito conceda la petición”. Nieto Castillo aseguró que MM protegía “a personas o grupos relacionados con el gobierno anterior”, pero atajó: “No puedo dar los datos”, para seguir patinando: “Muchos jueces han considerado que es preferente para la sociedad mantener los bloqueos de las cuentas. Pero también hemos tenido muchos jueces cercanos al ministro Medina-Mora que ordenaron la liberación de las cuentas de quienes enfrentan las acusaciones..”.
Y no pudo contenerse: “La valoración personal que yo tengo es que Medina Mora nunca debió haber sido ministro; no tiene la facultad ética ni el conocimiento jurídico para ser ministro de la Suprema Corte”.
Tamaño despropósito fue tema editorial en la Rayuela de ayer del mismo diario: “Si solo usara la Inteligencia, los dichos de Santiago Nieto no se leerían como venganza y persecución”.
Y es que, por más que un ministro impulse lo que quiera, las decisiones de la Corte son colegiadas.
Con su misma lógica (usurpa el sospechosismo, propio del Ministerio Público), Nieto debiera culpar también a los ministros que avalaron ese desbloqueo y pedirle a la Fiscalía que persiga a los jueces “cercanos” a Medina-Mora.
Peor aún: con su “razonamiento”, se llegaría a la insensatez de incriminar al presidente de la Corte (y compañero de páginas en MILENIO), Arturo Zaldívar, porque las resoluciones de los jueces en que han estado liberando a los asesinos de Los 43 se basan en jurisprudencias y criterios que impulsó en la Primera Sala como ponente. Ajá. Pero, ¿Zaldívar los liberó…?
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Renuncia, o cárcel para ti y tus hermanos | Carlos Loret de Mola
ElUniversal
Historias de Reportero
Dos distintas fuentes confiables con acceso privilegiado a los más altos círculos del poder me confirman que hace unos días, el polémico ministro Eduardo Medina Mora recibió un mensaje desde la élite del Ejecutivo: renuncia a tu asiento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o los procesos que se han abierto en la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República conducirán a tu encarcelamiento y el de tus hermanos.
Medina Mora no la pensó. Sacó la bandera blanca y en una carta sin fecha y de dos párrafos que no explican el por qué de su salida, presentó su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El jueves que sucedió esto, me cuentan, el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, tuvo que hacer una visita a Palacio Nacional.
Vale la pena recordar que la llegada del presidente López Obrador al poder pareció condenar desde un inicio los destinos de Medina Mora. Fueron acérrimos rivales políticos. Era públicamente conocido.
Medina Mora, quizá preocupado por que el presidente AMLO y los suyos hurgaran en su historia como funcionario federal durante tres sexenios consecutivos, aceptó la primera petición que le llegó de Palacio Nacional en la recta final del año pasado: votar por Arturo Zaldívar para que fuera presidente de la Corte. Se resistió, pero por poco tiempo. Le hablaron fuerte y entendió.
Se interpretó siempre que él votaría como parte de un bloque anti-Zaldívar (un bloque que se asumía en contra del presidente López Obrador) con los ministros Luis María Aguilar, Alfredo Gutiérrez, Alberto Pérez Dayán, Jorge Mario Pardo y Margarita Luna. Calculaban que con el voto de Medina Mora tendrían seis de los once posibles, y uno de este grupo podía ser presidente de la Corte (Gutiérrez, Pérez Dayán o Pardo).
Pero desde Palacio Nacional se activó la operación política a favor del ministro Arturo Zaldívar, más cercano al nuevo gobierno tanto en lo personal como en el discurso. Y así, tras esa resistencia inicial que fue hábilmente desactivada desde el poder, el ministro Medina Mora comprometió su voto para Zaldívar.
A partir de ahí se cristalizaron dos grupos antagónicos de ministros, que ya venían teniendo diferencias. La elección del nuevo presidente de la SCJN, en el contexto de la llegada al poder del presidente AMLO, fue punto de quiebre. Y en el bloque derrotado hubo quien se preguntó qué le sabía el nuevo gobierno al ministro Medina Mora, que lo habían hecho cambiar su voto.
Ya sin el voto de Medina Mora, la ministra Margarita Luna también avisó que votaría por el ministro Zaldívar, quien así sumaba siete. Victoria holgada.
Llegó el día de la votación. Triunfó el ministro Zaldívar con siete votos. El ministro Gutiérrez tuvo dos votos: el suyo y el del ministro Pérez Dayán. El ministro Pardo tuvo también dos: el suyo y el del presidente saliente Luis María Aguilar.
Todo lo anterior, según varias fuentes de primer nivel con las que he hablado para reconstruir esta historia.
La salida de Medina Mora abre la puerta para que el presidente López Obrador coloque en la Corte a otro personaje cercano a él y vaya blindando su proyecto de nación, tomando el control del Poder Judicial.
SACIAMORBOS. Defender la autonomía del Poder Judicial, expresar una preocupación por el debilitamiento de los contrapesos al presidente López Obrador, no es defender a Eduardo Medina Mora. Claro, eso es lo que quieren hacer creer desde Palacio Nacional. Es cierto que muchos presidentes postularon aliados para ser ministros, pero México ya no quiere esas complicidades y por eso votó como votó… Parece que lo están traicionando.
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Eduardo Medina Mora/Salvador Nava Gomar
El Financiero.
salvadoronava
Renunció el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Algo insólito y grave, deshonroso para el alto tribunal y un punto de quiebre para la división de poderes. No hay razones públicas de lo sucedido, pero la gravedad es requisito indispensable para que el presidente acepte la renuncia y el Senado la avale.
El propio Andrés Manuel López Obrador dijo en conferencia mañanera que el ministro atenderá las denuncias que enfrenta. Se dice que hay temas de lavado de dinero y depósitos inexplicables que no corresponden con sus ingresos de funcionario. La Unidad de Inteligencia Financiera detectó movimientos y denunció. Viene un proceso. Ignoro la situación fáctica y legal, pero supongo que algo grave debe haber para renunciar así al más alto honor de servicio público que un jurista puede desempeñar.
Ave de tempestades, Eduardo Medina Mora se fue como llegó: atacado y señalado. El proceso de su nombramiento causó revuelo en sus adversarios y los medios. Cuestionado por su cercanía con Enrique Peña Nieto y su equipo jurídico, salieron a la luz favores personales del abogado al político que llevaron al presidente a pedir a ciertos senadores la aprobación de Medina como un favor personal. Cuentan también que fue tan turbulento ese proceso de designación, que el propio Medina Mora pidió a Peña desistir. Peña insistió y logró la alta magistratura de su amigo, que hay que decir, méritos y conocimiento tenía: Eduardo Tomás Medina Mora Icaza fue embajador en Estados Unidos y el Reino Unido, Procurador General de la República, Secretario de Seguridad Pública y Director General del CISEN.
Importante representante de regímenes anteriores, es fácil suponer la enemistad con el presidente y muchos de sus colaboradores. La información que Medina manejó, seguramente incluía los movimientos del entonces empecinado e incómodo López Obrador.
Para ser ministro se requiere tener 35 años cumplidos, más de diez años con título de abogado y tener buena reputación. La resistencia al nombramiento de Medina Mora apuntaba a que no reunía el último requisito.
Fue un servidor público eficaz y estuvo en la cúpula de las áreas de seguridad, inteligencia, procuración de justicia, cancillería y jurisdiccional. Hombre culto, de trato muy afable y extraordinariamente bien relacionado, que deberá aclarar las razones de su renuncia. Pronto se tendrán elementos para concluir si es verdad que hubo un arreglo político con el gobierno: renunciar para eludir un proceso penal y que el presidente de la República proponga a quien lo sustituirá.
La Corte se integra por 11 ministros que duran en su encargo 15 años. Su proceso de designación se conforma con la terna que envía el presidente de la República al Senado, que elige de entre las tres propuestas, en votación de dos terceras partes, a quien será ministro. El escalonamiento de sus integrantes obedece, entre otras razones, a que ningún presidente pueda tener una mayoría significativa de propuestos. De acuerdo con el calendario de terminación de encargo, lo ordinario es que en cada sexenio presidencial, el primer mandatario proponga a dos o tres ministros. Con el sustituto de Medina Mora, el presidente López Obrador sumará a cuatro integrantes propuestos por él, contando al que nombrará al término del periodo del ministro Fernando Franco.
Además, en la especulación de afines, contrapesos, liberales y conservadores, gobiernistas, o como sea que se lleva a cabo el cómputo de las votaciones de las señoras y señores ministros, muchos consideran que AMLO tiene ya a un bloque duro en la Corte, empezando por su presidente, quien ha manifestado muchas coincidencias ideológicas con los postulados del gobierno.
¿Cuál es el problema con ello? ¿Por qué muchos aseveramos que peligra el balance propio de la división de poderes? Si el bloque duro fuera verdad, la acción de inconstitucionalidad, una de las funciones claves de la Corte, quedará a la deriva. Este recurso procesal sirve para proteger a las minorías parlamentarias frente a una decisión de la mayoría que apruebe una ley inconstitucional. Para que una norma sea declarada inconstitucional y por tanto se expulse del ordenamiento jurídico, se requiere la votación de ocho de 11 ministros de la Corte.
Morena tiene una posición mayoritaria en las cámaras del Congreso de la Unión y la mayoría de las legislaturas locales. Algunas iniciativas en su ideario son francamente inconstitucionales, como la Ley de Extinción de Dominio y las nuevas propuestas fiscales. Sin contrapeso en la Corte, la división de poderes cede a su función vital de controlar el poder, paradigma básico de la democracia. Saque sus conclusiones...
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Preocupación por la Corte/Jesús Silva-Herzog Márquez
Reforma, 07 Oct. 2019
Tiene razón el presidente de la Suprema Corte cuando advierte que el tribunal no es ni debe ser oposición. Por supuesto que ésa no es su labor. No corresponde a los jueces reparar las fallas de la representación ni llenar el vacío de los partidos. Su tarea es muy distinta, pero no por ello deja de ser crucial. En cualquier democracia el decoro, la autonomía, el rigor del último tribunal es esencial para mantener el equilibrio entre el poder de las mayorías y los derechos de cada quien. En nuestro contexto, la responsabilidad del tribunal se afila por la conformación de un poder avasallante que se ha empeñado en hostigar cualquier cápsula de autonomía. La preocupación por la independencia del tribunal no es solamente legítima, sino fundada.
Por su respaldo electoral, por la solidez de su mayoría parlamentaria y por la suerte el presidente López Obrador está en condiciones de rehacer la Suprema Corte de Justicia. La aplanadora política puede deshacerse del freno judicial. El hecho es inquietante porque en un tribunal constitucional deben confluir no solamente distintas lecturas de la ley, sino también tiempos distintos. El equilibrio interno depende, entre otras cosas, de la imbricación de calendarios. Si los órganos representativos expresan un instante de la voluntad electoral, el tribunal supremo ha de entretejer generaciones. Que una coalición mayoritaria pueda rehacer por sí misma a un tribunal constitucional es, en cualquier democracia, una anomalía que debería despertar alertas. Habría sido preocupante con Fox y lo es hoy también con López Obrador.
A la preocupación genérica hay que agregar las señales que se proyectan desde los dos poderes. Las planas de este diario podrían llenarse si hiciéramos colección de los insultos que ha proferido el Presidente contra los jueces que han osado contrariarlo. Con su notable creatividad literaria ha usado mil nombres para señalarlos como corruptos: ministros maiceados, alcahuetes, achichincles al servicio de la mafiadelpoder. En una arenga de campaña preguntó a sus simpatizantes: "¿Saben de algo que hayan hecho los de la Suprema Corte en beneficio de México? ¿Se han enterado de algo que hayan resuelto a favor del pueblo?". Él mismo respondió de inmediato: "¡Nada!". Debe decirse que la retórica presidencial expresa una convicción auténtica y profunda: que la democracia no tiene más que un motor y ese motor es la voluntad popular. Los contrapoderes, los vericuetos procedimentales, los derechos son, en realidad, obstrucciones de "leguleyos". Es la simpleza de creer que la democracia es solamente que mande el pueblo, la fe en un pueblo infalible y la arrogancia de suponerse encarnación de ese pueblo. Un tribunal constitucional independiente desentona irremediablemente con esa teología.
También son inquietantes los mensajes del otro presidente, el de la Suprema Corte. Unos días después de la elección presidencial, el ministro que entonces aspiraba a presidir el tribunal publicó un artículo lamentable en el diario Milenio. Pedía al Poder Judicial que escuchara el mensaje de las urnas. El ministro se convertía en intérprete de la voluntad electoral para pedir que los jueces acompañaran la agenda del nuevo gobierno. Lo decía así, literalmente: "debemos acusar recibo de los mensajes de las urnas". La petición me parece no solamente equivocada sino escandalosa. Al juez constitucional no le corresponde ratificar la voluntad de la mayoría sino hacerla pasar rigurosa y estrictamente por el filtro de la Constitución. Aquel artículo de Arturo Zaldívar, escrito ciertamente con el pudor de defender ritualmente la independencia del Poder Judicial, era una franca invitación a servir a un nuevo régimen. Buscar sintonía con el poder que despuntaba. Por eso inquieta leer al presidente de la Suprema Corte de Justicia descalificar a quienes expresan preocupaciones por la independencia del Poder Judicial, con las mismas palabras que usa el presidente de México para deslegitimar a sus críticos. ¿Dónde estaban antes?, pregunta el presidente de la Corte. Peor aún, el ministro presidente suscribe una de las líneas más aberrantes de la intolerancia lopezobradorista: quienes nos cuestionan no merecen respeto porque sus críticas son, casi siempre, interesadas. ¡Así lo escribió quien preside hoy la Suprema Corte de Justicia de la Nación!
El presidente de Corte ratifica que hay buenas razones para estar preocupados por el futuro del tribunal.
http://www.reforma.com/blogs/silvaherzog/






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Mañanera del miércoles 24 de abril de 2024

Conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador del 24 de abril de 2024 PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Ánimo. Buen...