17 oct 2011

Presidente Calderón, el PRI y The New York Times

Presidente Calderón, el PRI y The New York Times
Precisiones y cabeceo: Una frase fuera de contexto llega a ofender.
http://www.ricardoaleman.com.mx
¿Qué fue lo que el Presidente Calderón le dijo al Times y que dicen que dijo?
El contexto...
Este domingo 16 de octubre el rotativo The New York Times publicó en su página 6ª una entrevista al Presidente Calderón. El jefe del Ejecutivo fue cuestionado sobre el posible regreso del PRI a Los Pinos y por un probable pacto de éste con el crimen organizado, a lo que respondió: "Depende quién sea. Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con la política que yo tengo, o al menos ellos lo dicen en secreto, mientras que en público ellos pudieran decir otra cosa".
Dice la nota que publicó el periódico Reforma en su versión electrónica el domingo 16 de octubre firmada por el corresponsal de Washington DC José Díaz Briseño:
"Según extractos de la entrevista concedida a los tres corresponsales del diario en México y presentada ayer en su portal de internet, Calderón respondió que muchos priistas coinciden en privado con su estrategia antinarco, pero que preferirán no decirlo públicamente. Sin embargo, a pregunta sobre el posible regresó del PRI a la Presidencia en 2012, el Mandatario fue más allá al asegurar que si bien hay muchos priistas que coinciden con su estrategia anticrimen hay otros cuya visión es la de regresar a lo que llamó "pactos del pasado" con los narcotraficantes.
"Depende quien sea. Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con la política (contra el crimen organizado) que yo tengo, o al menos ellos lo dicen en secreto, mientras que en público ellos pudieran decir otra cosa", dijo Calderón según los extractos que el Times puso a disposición.
"Hay muchos en el PRI que piensan que los arreglos del pasado (con el crimen organizado) podrían funcionar ahora. Yo no veo cómo pueda lograrse un arreglo, pero es una mentalidad que muchos de ellos tienen. Si esa opinión prevalece esto me preocuparía", agregó Calderón. (Hasta ahí la cita de Reforma).
En efecto, la entrevista fue concedida al corresponsal del Times en México y podía leerse el sábado 15 de octubre en su portal de internet.
Sin embargo, el periódico neoyorquino nunca puso toda la declaración de la entrevista que su corresponsal le hizo al Presidente mexicano. Y tiene lógica. Normalmente una entrevista se edita sin perder el sentido, pero por lo delicado del tema en esta ocasión debió de haberla publicada completa. Por precisiones de la vocería presidencial -después de muchas reacciones por lo declarado- sabemos que la pregunta si fue correcta pero no la respuesta.
 La pregunta en ingles tal y como la publicó el Times en su versión electrónica fue:
--On the prospect that the Institutional Revolutionary Party, or PRI, which dominated Mexico for decades, might return to power and fall into a corrupt relationship with organized crime.
La respuesta tal y como se publicó en el Times fue:
-It depends on who it is. There are many in the PRI who agree with the policy I have, at least they say so in secret, while publicly they may say something else. There are many in the PRI who think the deals of the past would work now. I don't see what deal could be done, but that is the mentality many of them have. If that opinion prevails it would worry me. (Hasta ahí).
 Pero en la transcripción completa que el Times no publicó, y que difundió ayer la oficina presidencia mediante un comunicado es:
 -El PRI tiene esa reputación, ¿se preocupa usted de que ellos tuvieran la oportunidad de tener la Presidencia de nuevo?
La respuesta del presidente Calderón fue, según la vocería fue: " Pues depende de quienes, ¿no? Pero pues ahora sí que, pues es cosa de examinar las prácticas de cada partido político. Hay mucha gente en el PRI que coincide con la política que yo tengo, por lo menos lo dicen en corto, como decimos, aunque públicamente digan otra cosa. Y hay mucha gente en el PRI que piensa que los arreglos de antes funcionarían ahora, pues es el caso del ex Gobernador de Nuevo León, ¿no? De Sócrates Rizzo, que tiene unas declaraciones maravillosas. Dice: nosotros nos arreglábamos con los criminales y no pasaba nada. Si eso lo pensaran aplicar hoy, el único arreglo posible es dejarles esta casa, y la única discusión es si se la dejan al "Chapo" o a Los Zetas. Yo no veo qué arreglo puedan tener, pero esa es la mentalidad que campea en muchos de ellos, no digo que en todos. Si prevaleciera esa corriente de opinión, ahí sí me preocuparía. Si en cambio prevalece la corriente que piensa que la ley tiene que cumplirse, que el Estado no puede transigir ni claudicar ante criminales, y que, vaya, yo creo que si a un ciudadano americano le digo que aquí en México todavía discutimos si el Gobierno tiene que combatir a los criminales, se sorprendería de qué está pasando. Pero sí, en México hay que sostener todavía la tesis de que el Gobierno tiene que combatir a los criminales"
 En efecto, el presidente se refería a las declaraciones del ex gobernador Sócrates Rizo, frases que el Times no publicó.
 Recordemos que el pasado 23 de febrero durante una conferencia en la Universidad Autónoma de Coahuila. El exgobernador de Nuevo León dijo: "De alguna manera se tenía resuelto el problema del tránsito, pero había un control, y había un Estado fuerte y un Presidente fuerte y una Procuraduría fuerte y había un control férreo del Ejército. De alguna manera les decían: 'tú pasas por aquí, tú por aquí, pero no me toques estos lugares. Lo que cuentan 'los viejos' es que había un control desde el Gobierno, el Ejército controlaba"
 ¡Y las cabezas de varios medios fueron contundentes!
 Escribe Héctor Aguilar Camin en su columna Día con Día en Milenio Diario:
"Cabecea un periódico mexicano: "Piensan en narcopacto en el PRI: Calderón". Cabecea otro: "Hay priistas que quieren pactar con el narco", y en su página interior: "Priistas quieren regresar a pactos del pasado: Calderón".
Y precisa "Pero no es eso exactamente lo que dijo Calderón".
Agrega "Las cabezas vienen de una entrevista con el presidente Calderón y de una nota publicadas en The New York Times. De la entrevista sólo tenemos los extractos que el propio diario hizo, no la entrevista completa. (...) Quien habla de que el PRI, en caso de volver al poder, puede "caer en una relación corrupta con el crimen organizado", es el diario mneoyorquino.
 ¡Obviamente las cabezas generaron muchas reacciones!
Desde hace tiempo muchos políticos sólo leen las cabezas de los medios.
Evidentemente el Times no publicó todo y ese fue el problema que generó un ruido tremendo.
 Y como era de esperarse el primero en reaccionar fue el PRI
De inmediato emitió el siguiente comunicado: 127 – 2011, firmado el mismo 16 de octubre de 2011:
 "Respecto a las recientes declaraciones del Presidente de la República a un diario norteamericano, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI señala con puntualidad:
Refrendamos el compromiso del partido y sus gobiernos, con el combate frontal y eficaz en contra del crimen organizado. Combate que para el PRI se mide solo con los resultados que puedan percibir los ciudadanos.
Lamentamos que en el ocaso de su administración, el Jefe del Estado Mexicano aventure señalamientos genéricos, tratando de estigmatizar a nuestro partido sin otro sustento que sus propios dichos.
El titular del Ejecutivo Federal ha presumido la cooperación con gobiernos estatales emanados de todas las fuerzas políticas, para mejorar la seguridad. Por ello parece extraño que dentro del territorio el discurso sea uno, y más allá de las fronteras se transforme en un ataque preelectoral.
El Presidente de la República debería estar para dar respuesta a la demanda de los mexicanos por restaurar la seguridad personal y familiar y por la certeza de poder ejercer las libertades individuales y políticas.
Por el contrario, las declaraciones infundadas y engañosas del Presidente Felipe Calderón atentan contra el principio de imparcialidad al que como servidor público lo obliga la Constitución General de la República, y constituyen una intromisión en el proceso electoral federal que inició el pasado 7 de octubre, frente a lo cual en breve el PRI procederá ante las instancias legales correspondientes. Cabe recordar que, lamentablemente, en el pasado el Presidente de la República ya ha violado la Constitución en materia electoral, según lo determinó el Tribunal Electoral de la Federación.
La atención al problema del crimen organizado tiene que estar al margen de las contiendas democráticas y de las legítimas diferencias políticas entre los mexicanos. Hacemos un llamado institucional, una vez más, a que el Licenciado Felipe Calderón Hinojosa se asuma como lo que es: Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Por mandato legal Presidente de todos, y no sólo de sus correligionarios. "(hasta ahí el comunicado).
Por su parte legisladores federales de ese instituto político le echaron leña al fuego. Repudiaron las acusaciones del Presidente Calderón y le pidieron incluso las pruebas concretas de sus señalamientos.
La diputada y secretaria general Cristina Díaz exigió al titular del Ejecutivo rectificar su posición y reconocer que su partido lo ha respaldado en la lucha contra el crimen organizado. "Solamente se puede entender en el marco de la irresponsabilidad y de la ligereza, lo declarado por el Presidente. Lamentamos profundamente que iniciando el año electoral confirme una vez más que pretende actuar como el gran elector y que ponga en duda el apoyo que ha tenido por parte del PRI en contra de este flagelo", dijo.
El vocero del PRI en el Senado, Carlos Jiménez Macías, consideró que las expresiones de Calderón son temerarias y sólo revelan su desesperación ante al fracaso de su estrategia contra el narcotráfico. Señaló que Calderón aporte pruebas o se retracte; en tanto.
Para Carlos Flores Rico, las declaraciones del presidente son un puñado de ocurrencias dogmáticas, temeridades, puro militarismo electorero.
Por su parte el diputado Canek Vázquez acusó al Presidente de comportarse como un bravucón. "Las declaraciones son irresponsables y bravuconas. Corresponden al jefe de un partido político y no a un Jefe de Estado. No se vale que lance la piedra y esconda la mano, debería dar nombres de a quiénes se refiere", retó.
El vicecoordinador del tricolor en la Cámara de Diputados, Carlos Flores Rico, advirtió que, en la lucha contra el crimen, a Calderón no sólo se le está agotando el tiempo, sino también los argumentos. "No hay evidencia que permita asegurar, desde una posición oficial, que los pactos hayan sido alguna vez instrumentos de política pública de Gobierno alguno", dijo.
El vicepresidente de la Fundación Colosio, Samuel Aguilar, acusó que el Calderón busca reventar el proceso electoral. "Es un golpe demasiado bajo, él dice que es abogado ¿no? Pues que presente las pruebas de sus acusaciones", retó.
El ex presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, pidió a Calderón que en lugar de encabezar una batalla electoral, cumpla con sus obligaciones como titular del Ejecutivo. "Lo que el PRI le pide al Presidente es que rectifique una fallida estrategia, que corrija su fracaso, no que pacte con el crimen", aclaró.
El diputado Sebastián Lerdo de Tejada afirmó que la acusación de Calderón es falsa.
El diputado Heliodoro Díaz consideró que las expresiones del Presidente son producto de su "ánimo electorero". "Ya no sabe cómo bajar al PRI y además de la agresión, se entrega a Estados Unidos", criticó.
Y muchas más, y las que sumen.
 Este lunes el secretario de Gobernación José Francisco Blake hizo las siguientes precisiones, que vale la pena –al igual que el comunicado del PRI-, transcribirlos completos:
"Los he citado y les agradezco el día de hoy para hacer algunos comentarios en relación a la entrevista concedida por el Presidente de la Republica al diario The New York Times, el 28 de septiembre del año en curso, que ha generado y ha suscitado una serie de comentarios, de reflexiones y de opiniones públicas de diferentes actores, analistas políticos y de la sociedad.
En primer lugar, quiero decir que durante la entrevista los periodistas Randal C. Archibold y Elisabeth Malkin cuestionaron, intensamente al Presidente de la República, sobre la Estrategia de Seguridad, sobre las críticas que se han también venido señalando a la misma.
En ese sentido, en primer lugar quiero mencionar que el Presidente no dijo algo que no se hubiera dicho ya con anterioridad, particularmente, la permisibilidad, las faltas de acción y las omisiones que ha venido debilitando a las instituciones de nuestro país y que ha sido un factor en el a Estrategia en Materia de Seguridad; es decir, fortalecer las instituciones encargadas de brindar la seguridad.
Segundo, lo sabemos, el crimen potenció y creció en este país gracias a esa complicidad y a esa simulación establecida por muchas décadas, que carcomió a las instituciones de seguridad y fortaleció al crimen organizado.
Por ello, en relación a una pregunta explicita hecha por los corresponsales del diario al Presidente en que señala que si le preocuparía que el PRI que tiene esa reputación tuviese la Presidencia de la República de nuevo, insisto, pregunta que le hacen los corresponsales, el Presidente señaló, primero, y contestó que depende de que grupo de priistas prevaleciera.
Y aquí quiero señalar y subrayar que la contestación del Presidente dijo que hay muchos priistas que consideran que la política del combate al crimen organizado es correcta, que piensan que la ley tiene que cumplirse y que el Estado no puede transigir, ni claudicar ante los criminales.
Pero también el Presidente respondió concretamente que algunos miembros del PRI, en particular como el señor Sócrates Rizzo sostienen que con anterioridad se pactaba o se acordaba con los narcos y que algunos son todavía partidarios de esta tesis; tesis que quiero citar y referirme.
El ex gobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo en una conferencia ante estudiantes de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila, manifestó en febrero del 2011 lo siguiente:
"De alguna manera se tenía resuelto el problema del tránsito de la droga, pero había un control y había un Estado fuerte y un Presidente fuerte, y una Procuraduría fuerte, y había un control férreo del Ejército. Lo que controlaban los gobiernos priistas era que ese tráfico no perturbara la paz social, de que de alguna manera se les decían: Tú pasas por aquí, tú por aquí, tú por aquí, nada más no me toques aquí estos lugares", cierro la cita de los comentarios que hizo entonces el ex gobernador Sócrates Rizzo.
Ahora bien, el Presidente nunca afirmó que fuera una postura del PRI pactar con el narco, fue el reportero de The New York Times, como está en la versión estenográfica, quien afirmó que el PRI tiene esa reputación. Por lo mismo es falso que el Presidente haya acusado al PRI como institución o la mayoría de sus miembros de tener la intención de pactar, sino que aludió en concreto a estos priistas que sostienen esta tesis.
Cuarto, quiero remarcar que en este país, es deber del Estado mexicano combatir a los criminales y que no es una opción quien simula, quien es omiso, quien pacta con el crimen se convierte en su cómplice y, por tanto, se convierte también en un criminal.
Esa es la razón por la que hemos sostenido y lo hemos dicho, no solamente en los diálogos, sino en la narrativa misma de la seguridad pública, que a los criminales se les combate con la fuerza de la ley, con las instituciones del Estado y que necesitamos seguir escalando en las capacidades y en la fortaleza institucional que este país requiere; que necesitamos continuar y seguir trabajando en la recuperación del tejido social, fundada en los valores, y que necesitamos seguir trabajando en la cooperación internacional como un instrumento de corresponsabilidades de combate a la criminalidad en aquellos temas que rebasan las fronteras de nuestro país."
Es bueno hacer estas precisiones.
Los dirigentes del PRI tienen razón en molestarse, pero deben darse cuenta que gran parte de la culpa es de las cabezas de los medios. Y sería muy bueno que leyeran la entrevista completa del periódico The New York Times y el reportaje que lo acompaña, por lo que me permito compartirla en este espacio (en inglés) tal y como se publicó en la versión electrónica.
 Vale la pena intentar leerla en inglés.
También en la vocería de la presidencia deben ser más cuidadosos, debieron salir a precisar la entrevista desde la noche del sábado cuando ya circulaba en la versión electrónica.
Pasaron muchas horas y por eso la molestia también.
¡El horno no está para bollos! ¿O si?

October 15, 2011
Excerpts From an Interview With President Felipe Calderon
The following are excerpts from an interview of President Felipe Calderón by The New York Times, as recorded, translated and condensed by The Times:
-On the hunt for Joaquín Guzmán, the most-wanted drug lord, known as El Chapo, who has eluded capture since escaping from prison in Mexico in 2001.
The Mexican Army probably a couple of times has been in the place where hours before Chapo was. But sooner or later he will fall as well as other leaders.
-On decriminalization and whether his call for "market alternatives" to curb drug organizations' profits is a step toward that.
-I think the responsibility of policy makers in the United States or members of Congress is to explore all alternatives that may allow the flow of money to be reduced. They come and tell me they have a policy to keep young people away from drugs, and what I see are all the stereotypical examples. From Michael Phelps, an Olympic champion, smoking marijuana, to the most admired American actors happily smoking marijuana and cocaine on screen. Instead of warning about the health risks of taking drugs, there is powerful lobby to declare that marijuana is medicinal and that makes young people think it is good.
-On the reduced flow of migration to the United States and its impact.
-I hope it changes the perception there is about us, because as you have published, as studies by Princeton and other universities have demonstrated, the net migration rate has been reduced not only to its lowest level, but nearly to zero. And I admit, it's not only because of the opportunities that we've generated, but perhaps also as a result of migration policy, of the economic crisis, of fear of organized crime, but also because of the hospitals, the more than 1,000 hospitals and clinics we've created, the 800,000 jobs that we're generating annually, the universities we've built that I already mentioned, nearly 100 new ones, and as you write in that very good article, young adults now have opportunities they didn't have before. I hope this changes the prejudice which nearly borders on fanaticism, that Mexicans are harming the United States economy or its society. Not even before, when migration was higher.
-On the closing wage gap between Mexico and China.
-I don't think that the wage differential, the reduction in the wage differential between China -and Mexico, is necessarily damaging. It has also signified a decrease in China's competitiveness in Mexico's favor. Many companies which left to China are now trying to establish themselves in Mexico, and it's not to build up, because salaries in China, in spite of the decrease in the wage differential, are still substantially lower. I would say in some cases, even inhumane. Salaries in Mexico are still higher, however, be it because of elevated transportation costs as a result of the price of fuel, or be it, also, because of the rise in real competitiveness in Mexico. Today, it is much more profitable to invest in Mexico, and that is our alternative for the future.
-On whether he will be remembered for the surging violence in Mexico.
-It's possible some will remember me for that or will want me to be remembered for that. But if Mexico triumphs as I am sure it will, if Mexico has new institutions in the future, if Mexico subdues the criminals, if Mexico reconstructs its social fabric there will also be those that remember me as the president who dared to take on the criminals and indicate the long path of institutional reconstruction of the country.
-On the prospect that the Institutional Revolutionary Party, or PRI, which dominated Mexico for decades, might return to power and fall into a corrupt relationship with organized crime.
-It depends on who it is. There are many in the PRI who agree with the policy I have, at least they say so in secret, while publicly they may say something else. There are many in the PRI who think the deals of the past would work now. I don't see what deal could be done, but that is the mentality many of them have. If that opinion prevails it would worry me.
-On his hopes that his reforms will outlast his presidency.
-Building a new legal framework, a new legal scaffolding is what will allow the security strategy to become state policy and not an issue for this president and not another.
-On delays in reworking the economy and attracting more foreign investment.
Have we done enough? Of course not. What Mexico needs are structural reforms. Although those don't just depend on the president. We have a Congress in which the parties or the party that has a majority — for all it presents itself as modernizing in the world — is still terribly obsolete in economic terms. The possibilities of opening up energy have been closed off. The possibilities of a labor reform have been closed off. Well, I think that economic modernity should be reflected in deeds rather than speeches.
Y un reportaje firmado por This article is by Randal C. Archibold, Damien Cave and Elisabeth Malkin.
Mexico's President Works to Lock In Drug War Tactics
This article is by Randal C. Archibold, Damien Cave and Elisabeth Malkin.
MEXICO CITY — As the twilight of his presidency sets in, President Felipe Calderón of Mexico is striving to lock in the militarized approach to drug cartels that has defined his tenure, pushing aside public doubts and pressing lawmakers to adopt strategies he hopes will outlast him.
Mr. Calderón has recently stepped up calls for Mexico's Congress to approve stalled initiatives to remake state and local police forces, codify the military's role in fighting crime and broaden its powers, toughen the federal penal code and tighten laws to stop money laundering.
At this pivotal point, with violence swelling and presumptive candidates jockeying for position ahead of Mexico's presidential election in July, Mr. Calderón has limited time to make the case that his strategy has worked.
He insists that the country will eventually become more secure, although about 40,000 people have been killed since he declared his war against organized crime. He began waging it shortly after taking office in 2006 as violence climbed, and he has continued pressing his offensive against drug organizations as they have splintered and descended into bloody infighting over territory and criminal rackets.
But in a wide-ranging interview, he could not say that his approach had made Mexico safer.
"What I can say is Mexico will be safer," he said, "and to have not acted, it would have deteriorated much more."
It is a nuanced, difficult argument to make as his party, the right-of-center National Action Party, faces the real prospect of losing the presidency, raising the question of whether Mr. Calderón's approach will continue after his six-year term ends next year. Term limits prevent him from running again.
The killings in Mexico have reached such a point, analysts say, that no matter who wins the election, there will be intense pressure for a new course to somehow ease the violence without giving in to the cartels. The new president will also face demands from the United States, which has invested heavily in personnel, equipment and expertise and whose political leaders worry about the growing reach of transnational gangs.
"There seems to be a growing consensus that there needs to be a more refined strategy, a more targeted strategy, a more nuanced strategy," said Eric Olson, a senior associate at the Woodrow Wilson International Center for Scholars. "It's anybody's guess what that will be."
The inability to control the violence, with fresh horrors nearly every week, has rattled even some admirers in the United States Congress, who have begun to question publicly whether Mr. Calderón's strategy — supported by the $1.4 billion in anticrime aid the United States is providing through the multiyear Merida Initiative — is making progress.
"I admire him for taking them head on, which is a very dangerous thing to do," said Representative Michael McCaul, a Texas Republican on the House Committee on Homeland Security. "He is the first president to confront the problem and do something about it. But has it been 100 percent successful? Not at all. It seems to keep getting worse."
The Obama administration, too, while consistently praising Mr. Calderón for taking on the cartels and making some gains against its leaders, has remained concerned about the violence, the spread of Mexican drug gangs into Central America, and the slow pace of strengthening law enforcement and judicial institutions.
"Mexico's military and police still struggle to break the trafficking organizations or contain criminal violence," Philip S. Goldberg, an assistant secretary of state, testified in a House hearing on Thursday. He also said that "rising violence is taking a toll on public perceptions of the government's ability to defeat the trafficking organizations."
As he took stock of his presidency, Mr. Calderón emphasized what he considered his triumphs, including creating jobs, expanding health care, arresting or killing more than two dozen cartel leaders, and pushing efforts to build trustworthy police and judicial institutions, as well as social programs to fight the root causes of crime.
Still, coming close to self-criticism for someone who has typically blamed the United States or Mexican lawmakers for what goes wrong, Mr. Calderón said he would have shored up state and local police forces that were now overwhelmed as well as hobbled by inexperience, lack of training, incompetence and corruption.
"We would have done it in a more aggressive, much more determined way from the start," he said.
No doubt, especially outside Mexico, Mr. Calderón, whom American officials credit for raising cooperation with United States law enforcement agencies to extraordinary levels, has won praise for taking on the fight and steering the Mexican economy through the global financial crisis.
"He has done amazing things for Mexico," said Susan Segal, president of the Americas Society in New York, which gave Mr. Calderón an award last month to a standing ovation. "Mexico has some of the best economic management in the world, and this is the first time Mexico has taken on a lot of really bad people."
But back at home his approval among voters, 53 percent, according to a recent poll, has fallen to a point lower than the ratings for any recent Mexican president at this point in the six-year term.
"He has not been able, maybe because it has been very difficult to impossible, to explain to Mexicans why the security fight is worth fighting," said Luis de la Calle, Mexico's under secretary for international trade from 1999 to 2002.
While Mr. Calderón is barred by law from publicly endorsing a candidate, associates have said he favors his former finance minister, Ernesto Cordero, who has suggested keeping the current public security minister in his cabinet and promises to continue the administration's economic policies. But Mr. Cordero trails most of the other candidates.
Instead, the party that dominated Mexico for 70 years, the Institutional Revolutionary Party, or PRI, could well return to the presidency, invoking a time when criminal organizations and government officials kept the peace but corroded the political system. The party's presumed front-runner for the nomination, Enrique Peña Nieto, leads most polls significantly, though political analysts caution against giving that too much weight so early in the process.
Mr. Calderón looked disgusted at the mere mention of the PRI. When told that Mr. Peña Nieto had criticized the deployment of the military in a recent BBC interview, saying it showed a lack of planning, Mr. Calderón scoffed.
"Imagine me, president of Mexico, waiting 5 or 10 years" to take action "while criminals come to your house, taking advantage of people, taking governments they wanted," he said. "It's absurd."
Mr. Calderón has also warned American legislators about his political rivals.
"He said the PRI candidate is going to be weak on this issue and sleep in the same bed as the cartels," said Mr. McCaul, the Texas Republican.
Mr. Peña Nieto declined to comment, but in interviews with local news media he has not outlined a plan drastically different from Mr. Calderón's.
That may reflect the public mood, with polls like one by the Pew Research Center conducted last spring showing that while only 45 percent think the government is making progress in its campaign against drug cartels, 83 percent support the use of the military in the crackdown.
One change Mr. Calderón has pressed for would give the president wide latitude to declare a state of emergency and suspend constitutional guarantees, provoking criticism that the plan would worsen abuses by the military.
Locking in the changes he seeks and solidifying his legacy may be difficult because Mr. Calderón, who won a narrow victory in 2006, faces a divided legislature whose members are already focusing on next year's election. Efforts to revamp local and state police forces under a unified command have languished for months.
Mr. Calderón has toured Mexico and the United States, trumpeting economic gains, the expansion of health care to most Mexicans, and the construction of roads and hundreds of hospitals.
He has remained steadfast in his relationship with the United States, despite obvious friction. While he pushed for the ouster of the previous American ambassador, who had derided Mexican law enforcement and military agencies in diplomatic cables, he declined to criticize the United States over a program known as "Fast and Furious" in which American agents lost track of weapons they had allowed to cross into Mexico, with dozens ending up at crime scenes.
Mr. Calderón said he learned of the program just after meeting with Mr. Obama in Washington, from a newspaper account. It troubled him, he said, but lashing out at the United States would not serve Mexico's interests.
"If I take the bait and go against President Obama, against the A.T.F.," the Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives, "the only thing I'm doing is weakening what I know are true allies and falling into the strategy of those who are really damaging Mexico, such as gun dealers."
All in all, Mr. Calderón said he made no apologies.
"I don't heed what they say in the polls," he said. "Mexico must be cleaned up, and it is up to me to do it."

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