Publicado martes 02 de octubre 2012 en el Diario El Correo
Se ha llamado un nuevo concurso para designación de servidoras y servidores judiciales, claro, previamente hubo que abrir espacios para queden vacantes, se valió de sumarios en donde no existió decoro, decencia y dignidad no sólo para abrirlos sino que para resolverlos.
Esto nos permite reflexionar de lo expuesto en el Foro en el mes de Julio del 2012 en la Universidad Nacional de Piura, de la República del Perú estando como exponente el Dr. Freddy Mory Príncipe dijo textualmente lo siguiente: “(…) el hecho de que un fiscal o juez no tenga quejas o denuncias o que no sea sancionado por su institución, no significa que ese funcionario sea laborioso, honorable y que proceda con rectitud en el cumplimiento de sus obligaciones. La ausencia de sanciones disciplinarias no es razón suficiente para que la sociedad piense que está frente a un funcionario honesto porque el poder de la corrupción blanquea también los expedientes personales (…) De hecho, existen fiscales y jueces de todos los niveles que a pesar de no ser quejados ni denunciados y de tener limpio su expediente personal viven en la otra rivera de la legalidad camuflados con la imagen de abnegados constructores de la democracia con justicia para todos (…) se las ingenian para ser calificados como dinámicos, pacíficos, tratables, prudentes, generosos con los caídos en desgracia, ajenos al conflicto y a la diatriba…”
No
olvidamos que el sistema procesal es un
medio para la realización de la justicia,
desde ese lugar los
nuevos jueces y juezas deberán aplicar
una adecuada gestión del despacho judicial, orientada a transparentar sus
actuaciones judiciales con la participación activa de los abogados (a) y los
propios justiciables, a fin de que con decencia, decoro y dignidad consigan una
justicia rápida y eficaz, con fallos de calidad y motivación jurídica para que
puedan alcanzar a gozar de credibilidad y legitimidad social, pues cada sentencia debe hacerlos dignos de la profesión por la que
optan.
En este concurso es
importante que Director Provincial Consejo de la Judicatura, medios de
comunicación y postulantes reflexionen con este pasaje que nos trae Paulo
Coelho “El Alquimista” . Cuenta una vieja historia árabe que una vez dos niños uno rico y el
otro pobre volvían del mercado. El rico llevaba galletas untadas con miel, y el
pobre llevaba un trozo de pan duro. Si haces el perro, te dejo comer de mis
galletas –dijo el rico-. El niño pobre aceptó y, a cuatro patas y en medio de
la calzada, se puso a comer las galletas del niño rico. El sabio Fath, que
contemplaba la escena, comento: -Si este
niño pobre tuviese un poco de dignidad, al final encontraría una forma de ganar
dinero. Sin embargo, prefiere convertirse en el perro del niño rico para comer
sus galletas. Mañana, cuando sea grande, hará lo mismo por un cargo público y
será capaz de traicionar a su país por una bolsa de oro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario