El mito del fin del
mundo/ Henry Kamen es historiador
británico. Su último libro es El rey loco y otros misterios de la España
imperial (La Esfera de los Libros, 2012).
La Vanguardia, 21 de diciembre de 2012;
El Mundo tal como lo conocemos está programado para que
acabe hoy viernes. Más exactamente, el mundo terminará el 21 de diciembre de
2012, cuando un ciclo de 5.125 años conocido como la Cuenta Larga en el
calendario maya llegue a su fin. Millones de personas no dudan de ello, y ya se
están preparando para el suceso. En un pequeño pueblo situado en las Montañas
Rocosas, las tiendas se están quedando sin suministros. En todas partes, la
gente está comprando alimentos en cantidades. En una ciudad industrial al este
de Moscú, los habitantes aterrorizados han acaparado cerillas, queroseno,
azúcar y velas. En Siberia, los ciudadanos han acopiado alimentos y velas para
sobrevivir un período sin luz, siguiendo las instrucciones de un monje tibetano
llamado El Oráculo de Shambhala. El pánico en partes de Rusia es tan grande que
políticos, clero y psiquiatras han salido en la televisión para
asegurar a la
opinión pública que no pasará nada, aunque un ministro ha declarado que los
rusos aun así están expuestos a «ventiscas, tormentas, tornados, inundaciones,
problemas con el transporte y abastecimiento de alimentos, averías en el
suministro de agua, electricidad y calefacción». Es decir, la vida de cada día
para un ruso, pero no el fin del mundo. El patriarca de la Iglesia ortodoxa de
Ucrania recientemente emitió un comunicado asegurando a los fieles que «el Día
del Juicio Final seguramente vendrá», pero vendrá provocado por el deterioro
moral de la Humanidad, no por el «desfile de planetas o el final del calendario
maya». Según una encuesta reciente, más de una de cada 10 personas en el mundo
piensa que el calendario maya apunta hacia Armagedón. Una encuesta de Reuters
de este año halló que una de cada siete personas cree que el mundo terminará
durante alguna etapa de su vida, eso si no sucede esta semana.
El hecho es que no hay escapatoria. Al parecer el único
lugar de la Tierra que sobrevivirá es un pueblecito occitano cerca de los
Pirineos franceses. El mes pasado, el alcalde de Bugarach, un pueblo al pie de
las montañas de Corbières en el distrito sur de Aude, alertó a las autoridades
después de que leyera en Internet que los que creen en el Apocalipsis planeaban
refugiarse allí en 2012. «Algunos sitios web en Estados Unidos están vendiendo
entradas para venir aquí», dijo el alcalde. «Somos sólo 200 habitantes; no
queremos de 2.000 a 3.000 utópicos en Bugarach». Estuve en Corbières hace algún
tiempo y encontré su vino delicioso. Los que ahora están interesados por la
zona no les preocupa demasiado el vino.
Algunos websites franceses e internacionales devotos del
Apocalipsis afirman que la montaña cerca de Bugarach es un lugar sagrado que
les protegerá del fin del mundo. Algunos incluso creen que en el Día del Juicio
Final – es decir, hoy viernes- serán secuestrados por un grupo de
extraterrestres que viven en el interior de la montaña. Bugarach y sus
alrededores aún guardan rastros significativos de sectas religiosas medievales,
incluyendo los cátaros, quienes construyeron admirables castillos cerca de
allí. Unos kilómetros más allá se encuentra la aldea de Rennes-le-Château,
cuyos tesoros supuestamente escondidos han inspirado a muchos autores
internacionales, incluyendo a Dan Brown, autor de El Código Da Vinci, y Steven
Spielberg, director de Encuentros en la Tercera Fase. Al menos eso es lo que se
rumorea.
Muchos se reirán de todo el tema, y ha habido artículos en
los periódicos diciendo que todo es falso. El tema no es ése. Toda la cuestión
debe tomarse muy en serio, porque puede haber repercusiones. Este año, una
encuesta a 16.000 adultos en 21 países, halló que casi el 10% había
experimentado miedo o ansiedad sobre la posibilidad de que el mundo terminara
en diciembre de 2012. Como resultado, los científicos de la NASA han analizado
a fondo la posibilidad de que la Tierra termine esta semana, y concluyen que el
21 de diciembre de 2012 no será más que un solsticio normal de diciembre.
Decidieron investigar porque su web ha recibido desde 2007 más de 5.000
preguntas del público sobre el tema, algunos preguntando si debían matarse a sí
mismos, a sus hijos o a sus mascotas. La histeria colectiva posiblemente podría
ocurrir esta semana en algún lugar del mundo. El Vaticano también está
preocupado. El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, ha publicado un
artículo de uno de sus astrónomos, jesuita, bajo el titular «El fin que no
vendrá… al menos por ahora».
No hace falta decir que los seres humanos también hemos
decidido destruirnos a través de la masiva actividad criminal. Existen temores
de que los delincuentes cibernéticos intenten atacar a servidores de internet y
otros medios de comunicación, así como a los bancos y centros de seguridad de
EEUU, para que todo el volumen de la información y comunicación caiga en el
caos. El Departamento de Seguridad Nacional ha advertido de los planes que el
grupo de hackers conocido como Anonymous ha preparado para montar un Proyecto
Mayhem (es decir, Caos), que podría traer ataques cibernéticos, previstos para
el 21 de diciembre de 2012.
Aquellos que investigan lo que está sucediendo descubrirán
repetidas referencias al calendario maya y a supuestas profecías mayas sobre el
fin de los tiempos. Varios expertos sobre los mayas han escrito libros,
sugiriendo que el calendario maya señalaba una aniquilación de nuestro mundo
actual, en diciembre de 2012. Otros expertos coinciden en que el calendario
podría sugerir que algo iba a ocurrir, pero que no había ninguna indicación de
una catástrofe; y que el fin de un ciclo calendario simplemente significa, como
con nuestro calendario gregoriano, el comienzo de otro. Sin embargo, el miedo
(¿o la esperanza?) de una destrucción apocalíptica repentina parece estar
profundamente arraigado en la mente humana. Todos recordamos la inquietud con
que nos enfrentamos a la medianoche, justo antes del año 2000. Muchísimos
esperarán el día 21 con el mismo temor. Y quizás tengan razón. Recordemos que
la fecha no es simplemente un fenómeno del calendario maya. Por mi parte, he
investigado las profecías de Nostradamus, y casi no hay duda de que también
tenía teorías acerca de esta fecha. Para Nostradamus el temor estaba en la
aparición de la Gran Bestia, que en el Libro del Apocalipsis lleva el número
999 (o, alternativamente, 666) en la frente. El triple número es la clave del
misterio. Si tenemos en cuenta la fecha de la era cristiana de 21.12.12, que es
la fecha del viernes de esta semana, debería causar estremecimiento que cada
cifra se repita tres veces, y que multiplicando cada grupo de cifras por tres
nos dé 999, el número de la Bestia y que multiplicando sólo dos grupos juntos
nos dé 666, que es también el número de la Bestia.
Tal vez nada ocurra, pensará la gente racional. ¿Pero
podemos realmente descartar la posibilidad del desastre? La respuesta bien
puede proceder de la montaña de Bugarach. Según un seguidor francés de lo
esotérico: «El 21 de diciembre, la montaña se abrirá y desde las entrañas de la
tierra surgirá un inmensa nave, enterrada durante eones, que subirá a bordo a
todos los humanos que más merezcan salvarse del cataclismo predicho por los
mayas». Los cielos estarán despejados para la nave, porque algunas compañías
aéreas han dispuesto ese día en especial para convocar una huelga, por lo que
no habrá aviones que impidan el paso. El 21 de diciembre, por tanto, marcará el
fin de una era mala y el comienzo de una nueva. Uno de los hombres que predica
esto a sus seguidores es Kalki Bhagwan, un famoso gurú en el sur de la India,
que dice que el año 2012 marcará el fin de la era de Kali Yuga y el comienzo de
una nueva era. Sólo nos queda esperar y ver.
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