“...El
viento no escucha. No
escuchan
las piedras, pero
hay
que hablar, comunicar,
con
las piedras, con el viento....” José Hierro.
Dejé
un instante de pensarte. Había
sucedido
algo en ti cuando volviste.
Venías
más nostálgico, más triste,
seco
tu sol que iluminó mi día.
Alguien
-sé quién- que yo no conocía,
alguien
que calza sueños de oro, y viste
almas
dolientes, te pensó. Caíste
al
pozo donde muere la alegría.
¿Por
qué fuiste pensado, malherido,
pensamiento
de amor? ¿Cómo han podido
pasarte
el corazón de parte a parte?
¿Por
qué volviste a mí, sufriendo, a herirme?
¿No
recuerdas que tengo que ser firme?
¿Es
que no ves que tengo que matarte?
De
"Cuanto sé de mí" 1957
***
Si soñaras siempre, si amaras...
Si soñaras siempre, si amaras...
Si
soñaras siempre, si amaras
olvidándote,
abandonándote...
Pensaría
por ti las cosas
dejando
que me las soñases.
Con
mi velar y tu soñar
el
camino sería fácil.
Yo
daría los nombres justos
a
los sueños que deshojases.
Encontraría
para ellos
la
voz que los encadenase,
la
forma exacta, la palabra
que
los llena de claridades.
Me
acercaría hasta ti como
si
fueses una orilla madre.
Y
qué descanso dar al alma
sombras
que el alma apenas sabe.
Yo
no diría de ti: era
blanca
y hermosa y joven y ágil;
tenía
bellos ojos tristes
abiertos
sólo a realidades
Yo
diría de ti: es mi fresca
raíz
que de los sueños nace,
la
música de mis palabras,
el
hondo canto inexplicable,
la
prodigiosa primavera
que
en las hojas recientes arde,
el
corazón caliente que ama
olvidándose,
abandonándose.
Tú
lo sabrás un día. Entonces
será
demasiado tarde.
De
"Alegría" 1947
**
Así era
Canta,
me dices. Y yo canto.
¿Cómo
callar? Mi boca es tuya.
Rompo
contento mis amarras,
dejo
que el mundo se me funda.
Sueña,
me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá
no soñara nunca!
No
recordarte, no mirarte,
no
nadar por aguas profundas,
no
saltar los puentes del tiempo
hacia
un pasado que me abruma,
no
desgarrar ya más mi carne
por
los zarzales, en tu busca.
Canta,
me dices. Yo te canto
a
ti, dormida, fresca y única,
con
tus ciudades en racimos,
como
palomas sucias,
como
gaviotas perezosas
que
hacen sus nidos en la lluvia,
con
nuestros cuerpos que a ti vuelven
como
a una madre verde y húmeda.
Eras
de vientos y de otoños,
eras
de agrio sabor a frutas,
eras
de playas y de nieblas,
de
mar reposando en la bruma,
de
campos y albas ciudades,
con
un gran corazón de música.
De
"Alegría" 1947
**
El buen momento
Aquel
momento que flota
nos
toca de su misterio.
Tendremos
siempre el presente
roto
por aquel momento.
Toca
la vida sus palmas
y
tañe sus instrumentos.
Acaso
encienda su música
sólo
para que olvidemos.
Pero
hay cosas que no mueren
y
otras que nunca vivieron
y
las hay que llenan todo
nuestro
universo.
Y
no es posible librarse
de
su recuerdo.
De
"Alegría" 1947
***
La mano es la
que recuerda...
La
mano es la que recuerda
Viaja
a través de los años,
desemboca
en el presente
siempre
recordando.
Apunta,
nerviosamente,
lo
que vivía olvidado.
la
mano de la memoria,
siempre
rescatándolo.
Las
fantasmales imágenes
se
irán solidificando,
irán
diciendo quién eran,
por
qué regresaron.
Por
qué eran carne de sueño,
puro
material nostálgico.
La
mano va rescatándolas
de
su limbo mágico.
De
"Cuaderno de Nueva York" 1998
**
No
quiero que desgranes tu pasado en mis manos,
porque
sólo el presente ofrece carne viva.
Sería,
recordar, sentir dolores de otros
doliendo
en nuestras vidas.
(...)
Quisiera
preguntarte; pero yo me someto.
Contengo
la pregunta con la mano en la herida.
No
quiero que desgranes tu pasado, que tornes
a
lo que no se olvida...."
José
Hierro del Real. Poeta español nacido en Madrid en 1922, y difunto en
diciembre de 2002, conocido como José Hierro o Pepe Hierro, fue un poeta
español. Pertenece a la llamada primera generación de la posguerra dentro de la
llamada poesía desarraigada o existencial (publicó en las revistas Espadaña y
Garcilaso).
En
sus primeros libros, Hierro se mantuvo al margen de las tendencias dominantes y
decidió continuar la obra de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Pedro
Salinas, Gerardo Diego e, incluso, Rubén Darío. Posteriormente, cuando la
poesía social estaba en boga en España, hizo poesía con numerosos elementos
experimentales (collage lingüístico, monólogo dramático, culturalismo
Su
obra abarca temas sociales y de compromiso con el hombre, el paso del tiempo y
el recuerdo, como puede observarse en su
bello «Cuaderno de Nueva York» y «Alegría», dos de sus publicaciones más
importantes.
Durante
la guerra civil se dedicó a actividades clandestinas que motivaron su
encarcelamiento en 1939. Después de ser
liberado en 1942, se desempeñó en diversos oficios durante varios años,
hasta radicarse en Madrid, donde inició entonces una larga carrera como escritor, jalonada por
numerosos premios y distinciones entre los que se destacan: Premio Adonais
1947, Premio Nacional de Literatura 1953, Premio Nacional de la Crítica 1957,
Premio March de Poesía en 1959, Premio
Príncipe de Asturias en 1981, Premio Nacional de las Letras Españolas en 1990,
Premio Reina Sofía 1995,
Premio
Europeo de Literatura Aristeión 1999, Premio Cervantes de las Letras 1999,
Doctor Honoris Causa de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo 1995,
Miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1999. En 2002 fue nombrado "Doctor Honoris causa" por la
Universidad de Turín. En 2002 el Ayuntamiento de Madrid le concedió la Medalla
de Oro de la ciudad.
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