Las columnas políticas hoy, a 16 de octubre de 2016..
Frentes Políticos&Excelsior
I. Pericia. Enrique Peña Nieto, primer mandatario, logró con el Pacto por México no sólo revolucionar la política del país, sino que pudo haberlo rescatado y dejar un legado perdurable de reformas, consideró Jonathan Tepperman, el editor gerente de Foreign Affairs, en un artículo para The Washington Post. Comparó que el pacto alcanzado entre el PRI, el PAN y el PRD equivaldría a que EU pasara una reforma migratoria, bancaria y de financiamiento electoral. El mayor éxito de Peña Nieto fue algo que muchos gobiernos sólo sueñan: resquebrajar el estancamiento político que había paralizado al país durante años, escribió. Y es la voz de la experiencia, no cualquier hijo de vecino.
II. Caminos correctos. Un sector enorgullece a la nación. México vive el momento más emocionante en el mercado de las telecomunicaciones a nivel mundial, por lo que se ha vuelto un destino atractivo para las inversiones, aseguró Juha Petri Sipilä, primer ministro de Finlandia, de visita oficial. Consideró que México está listo para adoptar las más avanzadas tecnologías de la comunicación e información en un futuro próximo y “estamos seguros de que esta transformación ocurrirá pronto”. El mundo estará muy impresionado cuando México modifique su Constitución para elevar el acceso de conectividad como un derecho fundamental, admitió. Y este acierto es una realidad.
III. Se esperaba. Después de tantos meses de amagos a Guillermo Padrés, el exgobernador panista de Sonora, le dieron el tiempo suficiente para desvanecerse. Ahora que un juez federal concedió una orden de aprehensión a la PGR contra Padrés, la Interpol emitió una ficha roja para buscarlo en más de 190 países, arrestarlo y extraditarlo a México. Se le acusa de defraudación fiscal y operación con recursos de procedencia ilícita por más de 8.8 millones de dólares. Podría haber escapado hacia Belice, Guatemala, Estados Unidos, Europa, Centro o Sudamérica. Le detallan una carpeta de investigación especial por enriquecimiento ilícito. ¿Quiénes lo ayudaron a irse? Temporada de caza.
IV. Lastre. Renato Sales Heredia, comisionado Nacional de Seguridad, adelantó que entre enero y febrero de 2017 se prevé extraditar a Estados Unidos a Joaquín Guzmán, El Chapo. Entre lo nuevo, ha pedido convivir con otros internos, pero no se le autorizará por cuestiones de reglamento y porque, además, “no está en un hotel de cinco estrellas”, dijo el funcionario. Aseguró que con la vigilancia que tiene es incapaz de operar el Cártel del Pacífico desde dentro del penal, en Ciudad Juárez. José Refugio Rodríguez, abogado de El Chapo, negó una pronta extradición. El Chapo debe irse cuanto antes. Su poder debilita a las instituciones. ¿No lo querrán comprobar de nuevo? ¿O sí?
V. Competencia. No es una sorpresa que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con tanto tiempo en el olvido, vuelva a la vida pública. Si la democracia mexicana prevé a las candidaturas independientes, fácil se les hizo anunciar que tienen todo el derecho de postular la suya para las presidenciales del 2018; y será una mujer indígena. El acuerdo lo tomaron los jefes del grupo armado en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, entre ellos, el subcomandante Marcos, y los líderes del Congreso Nacional Indígena. Con una puerta tan ancha caben más y es la hora de apuntarse. La ilusión no daña a nadie; partidos tienen tiempo para reconquistar a los votantes. ¿Podrán?
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Templo Mayor de Reforma
VAYA LÍO en el que se metió el representante de México ante la Unesco, Andrés Roemer.
FUE LLAMADO a consultas por la SRE después de que México votó en favor de una resolución sobre la preservación del patrimonio cultural y religioso en Jerusalén... pero Roemer anduvo diciendo que él personalmente quería votar en contra.
EL ASUNTO es que la comunidad judía no está de acuerdo con esa resolución que reconoce la herencia cristiana y musulmana en la ciudad santa, y Roemer quiso quedar bien con todos... y no quedó bien con nadie.
EL HECHO es que se salió de la sesión a la hora de la votación para no comprometerse pero, al final, México acabó votando a favor, lo que causó el enojo de la comunidad judía contra Roemer.
PARA acabarla, dijo que renunciaría a su cargo y luego se arrepintió. Total que acabó como el cuetero y dicen que, lo más seguro, es que acabe perdiendo el trabajo.
QUEDA CLARO que la subcomisión de Examen Previo de la Cámara de Diputados acumula un "pequeño" rezago en el tema de las demandas de juicio político.
YA SE SUPO que tienen atorados -ahí nomás- ¡352 expedientes! que se acumulan desde hace 13 años.
POR CIERTO, en ese grupo de trabajo se comenta que así como hay algunas peticiones que ya prescribieron hay otras que están vivas y muy bien fundamentadas.
Y QUE una de ellas es en contra de un senador panista que toca el piano, le va a las Chivas y cuyo nombre comienza con J... y termina con ...avier Lozano.
PARA RIPLEY'S. Los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán no sólo se deslindan en una carta de la emboscada en la que fueron asesinados cinco militares en Sinaloa, también exhortan a las autoridades a procurar justicia en favor de los afectados.
LOS HERMANOS Iván y Alfredo acusan a las autoridades militares de involucrarlos con información errónea y aseguran que nunca han peleado contra el gobierno... ni quieren hacerlo.
BUENO, hasta se dan el lujo de proponer que se haga una "investigación científica" de lo sucedido.
EN TÉRMINOS cinegéticos es un clásico caso en el que los patos ¡le tiran a las escopetas!
EN LA Cámara de Diputados cuentan que así como la legisladora María Elena Orantes se cambió del PRI a Movimiento Ciudadano, ahora está a punto de cambiar la "ciudadanía" de chiapaneca a hidalguense.
SEGÚN ESTO, en cada reunión en la que participa presume que este o aquel asunto ella ya lo vio con "Miguel", refiriéndose al secretario de Gobernación y ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong.
QUÉ confiancitas, pues.
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Seguridad: pasado y presente/Luis Rubio
Reforma, 16 Oct. 2016
En su Testamento político (1640), el cardenal Richelieu sostiene que los problemas del Estado son de dos clases: fáciles o insolubles. Los fáciles son los que fueron previstos. Cuando le estallan en la cara, ya son insolubles. Esa es la historia de la seguridad en el país. El sistema de seguridad que existió entre los cuarenta y los setenta del siglo pasado funcionó porque respondía a las peculiares circunstancias de aquella era y nunca se adecuó, o transformó, para responder a lo que vino después: le estallaron al gobierno en la cara y todavía no reacciona.
"El pasado -dice un aforismo- es otro país. Ahí se hacen las cosas de manera distinta". En efecto, hasta el pueblo más modesto en los cincuenta contaba con tres instituciones bien establecidas: la Iglesia, el IMSS y el PRI. Aunque la Constitución decía que éramos un país federal, esas instituciones eran testigos de la absoluta centralización del sistema de gobierno: desde el binomio PRI-presidencia hasta la más modesta representación local, los tentáculos del sistema abarcaban y cubrían a toda la población del país, hasta en el pueblo más recóndito. La información fluía en ambas direcciones y las reglas eran claras: nadie dudaba quién mandaba.
Por supuesto que existía cierto grado de autonomía local (no era un sistema soviético), pero las formas y la centralización se reproducían a todos los niveles, permitiendo un control efectivo del territorio. La ventaja del sistema era evidente y se observaba en la paz que reinaba en la mayoría del país: cuando se presentaba un problema, el sistema respondía con eficacia, con una unidad de mando vertical. Los sistemas autoritarios se gobiernan con pocas instituciones y escasas reglas: basta la voluntad del gobernante en turno para imponer su voluntad, arbitraria o no, sobre el resto.
Funcionó mientras funcionó. El sistema era eficaz pero nunca fue flexible y su capacidad de adaptación acabó siendo prácticamente nula. Su gran virtud fue que creó condiciones para la prosperidad económica; pero esa prosperidad cambió a la sociedad mexicana y exigió la adopción de un marco económico dinámico que respondiera a un mundo que no dejó de transformarse. Así, la sociedad de los sesenta comenzó a exigir satisfactores sociales y políticos que el viejo sistema era incapaz de proveer y las crisis económicas obligaron a la liberalización, lo que virtualmente eliminó la capacidad de control vertical que había funcionado en las décadas anteriores. Es decir, el éxito del viejo sistema acabó minando su viabilidad, en todos los órdenes.
La seguridad se ejercía de manera vertical y se instrumentaba a través de los actores locales, al grado en que el propio gobierno administraba la delincuencia. Era un sistema primitivo para un país pequeño, relativamente poco poblado y sin mayores contactos con el resto del mundo. Esas circunstancias cambiaron: la población casi se quintuplicó (25 millones en 1950 vs. 119 en 2015), los niveles educativos se elevaron y con ello se alteró cualitativamente la demanda de satisfactores. Todo esto fue erosionando la funcionalidad y eficacia del sistema de seguridad, hasta que éste se colapsó.
En los noventa comenzamos a observar un crecimiento dramático de la delincuencia y los secuestros. Luego vino la letal combinación de un cambio político estructural (el "divorcio" del PRI y la presidencia con la derrota del PRI en 2000), la incomprensión del momento por parte de Fox (y su desdén por gobernar) y el crecimiento del crimen organizado, en buena medida debido al éxito de los americanos en cerrar la entrada de drogas por el Caribe y el control que logró el gobierno colombiano de sus mafias de narcotraficantes, cuyos beneficiarios fueron las mafias mexicanas, que tomaron control del negocio.
Todo esto ocurrió justo cuando el viejo sistema de seguridad se colapsaba y los gobernadores le quitaron la chequera a Hacienda y, en lugar de construir un sistema moderno de seguridad a nivel local, dispendiaron o robaron esos dineros. Es decir, lo que ya no funcionaba bien prácticamente desapareció y nada se construyó en su lugar.
Llevamos dieciséis años desde que comenzó esta nueva etapa y todavía no existe un reconocimiento de dos cosas elementales: primero, que el objetivo del sistema de seguridad debe ser el de proteger a la población. Así de básico. Segundo, que la fuerza federal puede servir para atajar el problema pero sólo una capacidad local, de abajo hacia arriba, va a resolver el problema de seguridad en el largo plazo. Las propuestas de mando único o compartido sólo funcionarán en la medida en que se conciban como un medio para construir capacidad local. La seguridad es de abajo hacia arriba o no existe.
Estos principios son iguales para estados con problemas relativamente menores como Querétaro que para los que viven en el mundo de la criminalidad como Guerrero o Tamaulipas. Lo específico cambia, pero lo genérico es igual: nuestro problema es de ausencia de gobierno, de capacidad de gobierno, en todo el territorio nacional. Cada caso requiere atención particular, pero lo relevante es para todo el país: las reformas estructurales son necesarias, pero sin seguridad, jamás arrojarán los beneficios que prometen.
@lrubiof
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