8 feb 2017

“El TLC quedará, básicamente, como está ahora”


“El TLC quedará, básicamente, como está ahora”
Luis Téllez, exministro en dos Gobiernos mexicanos, se muestra optimista sobre la relación con EE UU y llama a evitar una guerra comercial
Nota de IGNACIO FARIZA/
El País, México 8 FEB 2017

Luis Téllez, este miércoles en la Cámara Española de Comercio en México.
Los discursos optimistas suenan extemporáneos en el México de la era Trump. La palabra crisis se ha convertido en moneda de cambio común en las conversaciones de ciudadanos de a pie, políticos y empresarios, pero la economía –pese a los recientes recortes en las previsiones de crecimiento– aguanta en terreno positivo. Por eso, en pleno huracán procedente de su vecino del norte, del que dependen el 70% de las exportaciones mexicanas, cualquier alocución positiva sobre el medio y largo y plazo de la segunda mayor economía latinoamericana, como la pronunciada este miércoles por Luis Téllez Kuenzler, presidente de la consultora Everis en México y exsecretario (ministro) en los Gobiernos de Ernesto Zedillo (PRI) y Felipe Calderón (PAN), destaca como una rareza digna de mención: "Soy optimista sobre lo que México puede sacar en la negociación del TLCAN; hay enormes intereses en juego y estoy seguro de que esos intereses se van a estudiar", ha subrayado en una conferencia en la Cámara Española de Comercio en la Ciudad de México.

"Creo que se llegará a un acuerdo en el que el TLCAN quedará básicamente como está; que permitirá a Trump salir victorioso frente a su opinión pública y a México, mantener el tratado", ha apuntado el empresario. A su juicio, los mayores cambios se concentrarán en dos capítulos: el energético y las reglas de origen. "Si se superan los obstáculos, pienso que incluso podríamos firmar un nuevo acuerdo con EE UU y Reino Unido [tras su salida de la UE] al mismo tiempo", ha aseverado. "Lo más negativo para ambos países sería acabar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) [en caso de ruptura del tratado, las relaciones comerciales entre México y EE UU pasarían a regirse por la normativa de este ente] y, por supuesto, una guerra comercial".
Téllez sabe de lo que habla cuando valora el efecto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sobre la economía mexicana. En 1993, un año antes de su entrada en vigor, fue el encargado de negociar los capítulos agrícolas del acuerdo y desde entonces ha estado vinculado, bien desde la óptica política bien desde la empresarial, a un pacto que "ha permitido un crecimiento exponencial de las exportaciones y un importante aumento del bienestar de los mexicanos".
La visión clásica, ricardiana, del comercio internacional ya no tiene cabida en la realidad actual de los intercambios entre EE UU y México. Las cadenas de suministro son extremadamente complejas y, en casos como el de la industria de electrodomésticos, casi la mitad de los insumos de los productos que se ensamblan en el país latinoamericano para su venta en EE UU, proceden, a su vez, de su vecino del norte. "Deshacer esas cadenas tendría un impacto muy negativo sobre el PIB de ambos países y traería problemas muy serios sobre la oferta de bienes como refrigeradores o aires acondicionados, que no podrían producirse durante un tiempo". Por eso, aunque "nunca" imaginó ver el panorama actual en EE UU –"en solo tres semanas de presidencia ha creado un lío monumental en todo el mundo", subraya–, Téllez cree que la razón acabará imperando.
Aunque su punto de vista es, en términos generales, optimista sobre el futuro de la relación México-EE UU, Téllez incide en las diferencias entre la actual Administración estadounidense y sus predecesoras: "Nuestros interlocutores, empezando por el presidente, no están en una posición de colaboración. Su actitud es agresiva y eso hace que la negociación [del TLCAN] sea sumamente compleja; México está negociando con alguien que no sabemos cómo va a reaccionar", ha señalado. "Trump y algunos de sus asesores tienen una visión completamente mercantilista del déficit comercial, y eso les está metiendo en asuntos muy complejos".

El presidente institucional de Everis ha recordado dos hitos de las últimas décadas en los que EE UU actuó como fiel aliado de su país, en contraste con el momento actual: el plan Brady de reestructuración de la deuda de varios países latinoamericanos en la década de los ochenta y el rescate financiero mexicano de 1995, meses después del tequilazo, que corrió a cargo, en gran medida, de EE UU. Hoy, la situación es completamente distinta: "Para ver una situación tan compleja de las relaciones bilaterales hay que remontarse al conflicto petrolero de 1927 que a punto estuvo de desembocar en una invasión estadounidense". En esta tesitura, Téllez ve en el resurgir del antiamericanismo en México uno de los principales riesgos de cara a las elecciones de 2018: que una "corriente populista", en referencia implícita a Andrés Manuel López Obrador (Morena), pudiera hacerse con la presidencia.

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