Los migrantes inundan las ciudades de México
(Meghan Dhaliwal para The New York Times)
POR KIRK SEMPLE
Tomado del Clarin, FEBRERO 6, 2017
TIJUANA, México — Aun antes de que el presidente Donald J. Trump decidiera construir el muro, esta ciudad fronteriza mexicana ya estaba abrumada.
El año pasado empezaron a llegar tantos inmigrantes haitianos con esperanzas de cruzar a Estados Unidos que iglesias, salas comunitarias, estancias de programas extracurriculares y ciudadanos particulares abrieron sus puertas para alojarlos, alimentarlos y vestirlos.
En un albergue, unos 250 hombres, mujeres y niños comparten dos inodoros y una ducha. Cuatrocientos están abarrotados en una iglesia. En un comedor de beneficencia duermen cientos en pasillos, en una alacena y un terreno ubicado al fondo.
Ahora, algunos funcionarios y activistas temen que los planes de Trump de endurecer la frontera, restringir la inmigración e incrementar las deportaciones puedan estimular crisis migratorias en pueblos y ciudades a lo largo de la frontera y en todo México.
A medida que más migrantes son bloqueados en la frontera estadounidense y más inmigrantes indocumentados sean deportados de EE.UU., las comunidades fronterizas de México podrían verse abrumadas; los albergues migratorios están atestados y las filas de desempleados se agrandan.
“Nos preocupa”, afirmó Christopher Gascón, jefe de la oficina en México para la Organización Internacional para las Migraciones. “La forma en que México pueda manejar eso va a ser un área de preocupación completamente nueva. No creo que haya capacidad para asimilarlos a todos”.
Un número creciente de personas circula hacia el norte desde Centroamérica, huyendo de la violencia y la pobreza de sus países. Casi 409 mil personas fueron atrapadas tratando de cruzar ilegalmente la frontera suroeste de EE.UU. el año pasado.
Los cambios en la política estadounidense durante la administración Obama ya contribuyeron a la oleada de migrantes haitianos, así como a una ola de migrantes cubanos. Miles de cubanos se quedaron varados en México y Centroamérica en enero luego de que el gobierno de Obama pusiera fin a una política que los favorecía.
La Organización Internacional para las Migraciones estima que entre 400 y 500 mil migrantes indocumentados transitan por México cada año, casi el 90 por ciento de ellos centroamericanos.
Migrantes haitianos, que viajan desde Brasil, empezaron a llegar a esta ciudad fronteriza la primavera pasada. Durante un tiempo, los haitianos tuvieron poco problema para cruzar hacia los Estados Unidos.
En reconocimiento de los problemas en Haití tras el terremoto de 2010, las autoridades fronterizas estadounidenses permitieron a los haitianos indocumentados entrar bajo una disposición de visa humanitaria, con permiso para permanecer por hasta tres años.
Luego, a finales de septiembre, la administración Obama anunció de repente que reanudaría plenamente las deportaciones de haitianos, con la esperanza de que el cambio de política disuadiera a más haitianos de emigrar. Sin embargo, los haitianos siguieron llegando.
Ahora hay unos 4500 haitianos en baja California. La carga de albergar, alimentar, vestir y cuidarlos recayó en grupos de la sociedad civil y particulares.
“Para mí, la peor parte es la omisión del gobierno federal”, dijo Soraya Vázquez, una de las nueve mujeres que dirigen el comité estratégico de Ayuda Humanitaria Tijuana, en referencia al gobierno mexicano. “Tiene que reconocerlo como una crisis humanitaria”.
En una mañana reciente, ella y Adriana Reyna se subieron a la camioneta de Adriana e hicieron un recorrido por varios albergues en Tijuana. En la Iglesia Cristiana Embajadores de Jesús, que alberga a cientos de personas, una niña haitiana de 1 año y medio se había caído.
Sus padres estaban preocupados de que se hubiera fracturado un hueso.
Entonces, las mujeres llevaron a la niña a una clínica cercana donde arreglaron que la evaluaran de manera gratuita, luego llegaron a una farmacia para comprar algunos medicamentos.
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