21 abr 2025

Silencio amigos, ha muerto el papa Francisco/ Fred Alvarez Palafox

Silencio amigos, ha muerto el papa Francisco/ Fred Alvarez Palafox

@fredalvarez

El papa Francisco nunca dejó de tener el control de su pontificado, incluso el domingo 20 de abril hizo un gran esfuerzo y salió al balcón de la basílica de San Pedro para impartir la bendición "Urbi et Orbi". | Fred Álvarez

La Silla Rota,  21/4/2025 · 11:02 hs:


Todo tiene su tiempo, dice Eclesiastés.

 El papa Francisco murió a la edad de 88 años, fue el número 266, el primer americano, el primer jesuita en la historia del papado, el que llegó al Vaticano del fin del mundo que rompió reglas y abrió la Iglesia como nunca antes, no le dio tiempo de hacer más cosas, además no pudo regresar a Buenos Aires como siempre lo deseó.

Las campanas de la Basílica de San Pedro sonaron 88 veces mientras miles de fieles se congregaban en la Plaza del Vaticano.

Debo reconocer que me equivoqué, cuando dije que había papa para rato, lo hice para callar a vaticanistas que apostaban que no saldría vivo del hospital Gemelli, y lo colocaban en la Patria Celestial. Incluso en marzo sonaron campanas de precónclave, soltaron algunos nombres de posibles sucesores, no vale la pena mencionarlos hoy.

Francisco llegó al hospital Gemelli el 14 de febrero con una insuficiencia respiratoria aguda y una neumonía bilateral severa, y estuvo dos veces en peligro de muerte. Incluso él mismo le dijo a la presidenta de Italia, el de arriba no me quiere todavía allá, me quiere acá en la Tierra.

Nunca fue intubado y siempre permaneció lúcido y trabajó en el Gemelli a su manera, nunca dejó de tener el control de su pontificado, incluso ayer domingo 20 de abril hizo un gran esfuerzo y salió al balcón de la basílica de San Pedro para impartir la bendición "Urbi et Orbi" a Roma y al mundo. “Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”, fueron las breves y últimas palabras del líder religioso.

Después envió este post que se volvió viral: 

Horas después a las 9:45 de la mañana, el cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Cámara Apostólica, anunció desde la Casa Santa Marta el fallecimiento: "A las 7:35 de esta mañana [1:45 hora de México], el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia.

Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino".

En 12 años de pontificado hizo muchas cosas, y quedaron muchos pendientes.

Será sepultado no el Vaticano, sino en la Iglesia Santa Maria la Mayor, el templo más grande de las dedicadas en Roma a la Virgen María, de la cual Francisco era un fiel seguidor. En ese lugar están sepultados varios papas, entre ellos Clemente VIII, Paulo V y San Pío V.

(Dice el testamento espiritual del Papa Francisco redactado  en Santa Marta el 29 de junio de 2022, dice: 

Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura.

Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.

Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados.

Pido que se prepare mi sepulcro en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto.

El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.

Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, que será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.

Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.

Santa Marta, 29 junio 2022

FRANCISCO..)...

Nos enteramos que las modificaciones en la normativa agilizarán tanto las exequias como la convocatoria de los cardenales para el próximo cónclave. El Colegio sobrepasa el número máximo de 120, pero lo resolverán.

Su visita a México

Francisco estuvo en México en febrero de 2016, fueron seis largos días, en lo que fue el décimo segundo viaje de su pontificado y el cual le marcó su vida.

Fue una agenda intensa. Llegó puntual a todas las citas, desde su llegada al aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México la tarde noche del viernes 12 de febrero, hasta su partida la tarde noche del miércoles 17 de febrero de 2016, del aeropuerto internacional de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Aquella visita pastoral -y política, también- no sólo será recordada por los duros discursos contra la violencia, la trata de personas, los desaparecidos, el crimen organizado y sobre todo por la discriminación a indígenas -que ofreció en San Cristóbal de las Casas, Chiapas-,  sino también por peculiares momentos -algunos de ellos conmovedores- que quedaron grabados en la memoria de los mexicanos y de millones de personas que siguieron de cerca las actividades.

Todos los discursos en México fueron congruentes y tuvieron una lógica a raíz de los lugares donde estuvo. Así en Palacio Nacional se comportó como jefe de Estado y en todos los demás fue un pastor que se reúne con sus fieles.

Más allá de los datos duros hay varios momentos de la visita del papa que fueron clave desde mi punto de vista: el encuentro en Palacio Nacional fue un mensaje directo, no habló de más ni de menos. Sabía a lo que iba y con quienes se encontraba: además esta visita no era ni oficial, ni de Estado, aunque aceptó recibir el trato con el protocolo de Jefe de Estado, fue un momento histórico ya que se convirtió en el primer papa en la historia ingresar al Palacio Nacional. Ahí expresó sus primeras palabras: “Vengo como misionero de paz y misericordia”, pero también denunció que los privilegios llevan a la corrupción y al narcotráfico. 

La nota en algunos medios fue que algunos gobernadores besaron el anillo del Pescador como si fuera pecado: “¡Se violentó el Estado laico, gritaron muchos!”, principalmente en las redes sociales. Nada que ver.

Al salir del Palacio Nacional, se dirigió con sus hermanos obispos y les habló duramente, para muchos fue un regaño: "si tienen que pelearse, ¡peléense!, si tienen que decirse cosas, ¡díganselas, pero como hombres en la cara!, como hombres de Dios que van a hablar juntos y discernir juntos, y si se pasaron de la raya ¡a pedirse perdón!”, les dijo a los 134 obispos mexicanos. 

A todos les leyó la cartilla. Ese fue el discurso más largo en toda su gira. Todo mundo pensaba que el mensaje sería privado, pero fue trasmitido por televisión a Roma y al mundo.

La visita a la Basílica

Por la tarde acudió a la tan esperada visita que hizo a la Virgen de Guadalupe, patrona de México y América. De hecho esa visita fue el principal objetivo de estar en la Ciudad de México.

Tenía emoción de estar en ese lugar sagrado y sobre todo el dejarse mirar por la Virgen de Guadalupe. Pensamos que sería un encuentro privadísimo, pero todos lo pudimos ver, de hecho dedicó más tiempo a la Virgen que a la reunión con presidente Peña Nieto. En ese lugar el papa jesuita rezó a solas frente al ayate de Juan Diego. Estuvo en la bóveda durante 20 minutos, tiempo en el que los más de 30 mil asistentes a la Basílica guardaron silencio sepulcral, con excepción de los comentaristas de TV que se encontraban presentes cubriendo el acto. 

Al día siguiente estuvo en el Centro de Estudios de Ecatepec, Estado de México. Fue la misa más concurrida, participaron más de 300 mil fieles -yo era uno de ellos-, afuera del lugar se quedaron miles y miles de personas que no tenían boleto para entrar al predio resguardado por un fuerte dispositivo de seguridad, a cargo del Estado Mayor Presidencial.

Como era domingo, tocó el rezo del Ángelus. Ahí Francisco alentó a los mexicanos a hacer de esa nación una “tierra de oportunidad”. 

Por la tarde acudió al Hospital Infantil de México Federico Gómez en la colonia doctores de la Ciudad de México. Ese encuentro con enfermos fue conmovedor, primordialmente cuando una jovencita le preguntó al papa si le autorizaba darle un regalo, y éste fue una melodía: “El Ave María de Schubert“. 

Francisco dedicó el tiempo suficiente para escuchar la melodiosa voz de la joven, después de haber compartido y abrazado a otros infantes enfermos. Mucha gente que vio la escena, se le salieron las lágrimas. ¡Pegó fuerte! 

La estancia en Chiapas y el perdón

La visita que hizo a Chiapas, y en particular a San Cristóbal de las Casas estuvo cargado de magia y mucha emoción: fue un encuentro inédito. El servicio religioso por su colorida vista, me evocó al cuento de las 1001 noches: el altar dispuesto para la ocasión es una reproducción de la catedral de San Cristóbal y en él se pudo comprobar la belleza de los ornamentos litúrgicos preparados por los indígenas con sus típicas decoraciones geométricas de pirámides, flores, animales, y un largo etcétera. 

El papa utilizó una mitra, casulla y el báculo con motivos indígenas y en lugar de usar el incensario común empleó un sahumerio de barro. Alabó la relación que los pueblos indígenas tienen con la naturaleza y recordó que muchas veces no han sido comprendidos por la sociedad. 

Especial fue también el momento cuando citó un texto del Popol Vuh -libro sagrado maya- para hacer énfasis al anhelo indígena de libertad. La primera lectura fue leída en Ch´ol, el salmo en Tzotzil y castellano, el Evangelio en Tzeltal y el Padre Nuestro fue cantado en Tzotzil. Esa vez fue a  orar a la? tumba del obispo Samuel Ruiz García, el denominado “Tatic“ algo que nadie hubiéramos imaginado hace años. 

La agenda fue intensa, y se despidió de México en Ciudad Juárez. Fue a la frontera para abrazar y dar consuelo a un grupo representativo de los casi 250 mil internos que hay en las más de 400 cárceles del país. 

“Bendito sean los pies que vienen en el nombre de Dios”, dijo Evila Quintana Molina, quien fue la encargada de dar el recibimiento y emitir testimonio en representación de los internos. Esa mujer nos conmovió a todos cuando dijo.: “Santo Padre, Francisco, es para mí un honor ser la voz que representa los miles de hombres y mujeres que nos encontramos tras los muros y rejas de una prisión enfrentando procesos o cumpliendo alguna sentencia que por errores o malas decisiones cometidas en el pasado nos trajeron a este lugar”. “El día que me dieron mi sentencia” –subrayó- “alguien me dijo, ya no te preguntes más ¿Por qué estás aquí? Mejor pregúntate ¿Para qué estás aquí?”. 

 El papa le respondió entonces y lo marcó para todo su pontíficado: "Cuando entro a una cárcel, me pregunto, Señor, ¿por qué ellos y no yo?”. 

De hecho lo volvió a decir apenas el pasado jueves 17 de abril cuando  acudió a visitar a  presos a la prisión Regina Coeli: “Cada vez que entro en un lugar como este me pregunto por qué ellos y no yo", reflexionó ante los micrófonos.

Comentó ese día que estaba viviendo esta Semana Santa de manera distinta, complicada por su convalecencia… fue auténtico: “vivo esta Pascua como puedo”, dijo, y esa frase preocupó a muchos fieles, tenían razón.

La emotiva despedida en Ciudad Juárez

Se despidió con un servicio religioso muy emocionante, no tan grande como el de Ecatepec, pero con un enorme significado. 

La homilía era esperada. El tema era hablar de la migración y de las leyes injustas, de la tragedia de migrantes, hombres y mujeres pobres que no quieren ir a la frontera por gusto. Como lo dijo días antes en Ecatepec: “Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar“. 

La imagen del papa sobre una plataforma coronada por una enorme cruz negra, a pocos metros del Río Bravo y de la valla metálica que separa Ciudad Juárez de El Paso, Texas en una de las fronteras más militarizadas del mundo le dio la vuelta al mundo.

Juan Omar Fierro, escribió una crónica para el periódico El Universal, y la analogía de Juárez con Nínive es elocuente: “Ciudad Juárez se convirtió en la bíblica ciudad de Nínive en palabras del papa Francisco. Condenada a la autodestrucción por la violencia de sus habitantes, Juárez-Nínive fue la parábola perfecta para que el Pontífice enviara un mensaje sobre el resurgimiento de la ciudad que en los años 2010 y 2012 fue considerada la más violenta del mundo. 

El mensaje estaba viéndose en vivo por millones de personas y sobre todo por la población católica de EU.

Dijo el papa sobre la migración en su homilía: “Aquí en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio de tráfico humano, de la trata de personas. 

Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza, sino que además tienen que sufrir todas estas formas de violencia. Injusticia que se radicaliza en los jóvenes, ellos, carne de cañón, son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas. ¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes les han arrebatado injustamente la vida!“. 

En ese momento la voz del papa se escuchó fuertemente allende la frontera: “¡No más muerte ni explotación! Siempre hay tiempo de cambiar, siempre hay una salida, siempre hay una oportunidad, siempre hay tiempo de implorar la misericordia del Padre”. 

Dijo al despedirse, que el pueblo mexicano no se puede explicar, y que hasta los criminales hicieron un pacto de no agresión mientras él estuviera ahí.

Al dar las gracias por haber realizado esta visita pastoral subrayó que México es una sorpresa, y leyó  el poema “Hermandad” del poeta Octavio Paz que dice:?

“Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. 

Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. 

Sin entender comprendo: también soy escritura 

Y en este mismo instante alguien me deletrea“ 

Y agregó “tomando estas bellas palabras, me atrevo a sugerir que aquello que nos deletrea y nos marca el camino es la presencia misteriosa pero real de Dios en la carne concreta de todas las personas, especialmente de las más pobres y necesitadas de México”. 

Y parafraseó a Paz:?”La noche nos puede parecer enorme, y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian la esperanza”. 

Francisco reconoció que esos seis días lo emocionaron mucho y que incluso estuvo a punto de llorar… 

Ya de regreso a Roma, en el avión de Aeroméxico, les dijo a los periodistas: ?“Quiero decir también una cosa justa sobre el pueblo mexicano. Es un pueblo de una riqueza muy grande. Es un pueblo que sorprende. Tiene una cultura milenaria. Es un pueblo de una gran fe, aunque ha sufrido persecución religiosa, hay mártires. 

A un pueblo no se lo puede explicar simplemente porque la palabra pueblo no es una categoría lógica, es una categoría mítica. 

El pueblo mexicano no se puede explicar, esta riqueza, esta historia, esta alegría, esta capacidad de hacer fiesta en estas tragedias de las cuales ustedes me preguntaron. 

Yo no puedo decir otra cosa que esta unidad, que este pueblo haya logrado no fracasar, no terminar, con tantas guerras y cosas, cosas que suceden ahora, pero ahí en Ciudad Juárez había un pacto de 12 horas de paz por mi visita, después volverán a luchar entre ellos, los traficantes. 

Un pueblo que aún tiene esta vitalidad solamente se explica por Guadalupe, y yo les invito a estudiar seriamente el hecho de Guadalupe, dijo el papa a periodistas”.

Desde mi óptica esa gira fue de las mejores de su pontificado, lo marcó y jamás se olvidó de México y de los mexicanos Ustedes tienen madre -la Virgen- dijo una y otra vez. 

Los seis días que el papa estuvo en México fueron una auténtica fiesta. Más de 50 millones de mexicanos lo vimos por televisión, otros tantos millones lo vieron en EU y en el mundo en general. 

Tuvo reuniones privadas, pudimos saber del encuentro con jesuitas y miembros del Opus Dei, descubrimos que el papa también es adorador del santo Escriba de Balaguer. A los jesuitas les pidió que trabajen por la causa de canonización del padre Pro, asesinado en 1927 durante las persecuciones anticatólicas llevadas a cabo por el régimen anticlerical de Plutarco Elías Calles. Los jesuitas le regalaron una reliquia del religioso.

Descanse en paz el papa Francisco, duele el alma.


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