El pleno del Senado de la República, rechazó hoy las modificaciones constitucionales que permitirían la reelección consecutiva de legisladores.
El dictamen era de segunda lectura –la primera se dio el 30 de noviembre pasado- de las Comisiones unidas de Puntos Constitucionales; y de Estudios Legislativos, Segunda.
El proyecto de decreto eran reforman los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Tras un intenso debate casi cuatro horas- incluyendo un breve receso-, se votó el dictamen y con 51 sufragios a favor, 51 en contra y una abstención fue desechado; aunque hubo empate, por tratarse de una reforma Constitucional, la iniciativa necesitaba el respaldo de por lo menos las dos terceras partes de los legisladores (85) para ser aprobada
La mayoría de los senadores priistas habían anunciado en días anteriores que votarían en contra de la iniciativa al emitir un "voto de arrepentimiento" contra su primera intención.
Y es que el dictamen fue aprobado desde el 30 de noviembre del 2004 con las firmas 89 senadores del PRI, PAN, PRD y PVEM.
Y no fue sino hasta este jueves 10 de febrero cuando se acordó la discusión en segunda lectura.
Esta tarde el presidente del Senado, Diego Fernández de Cevallos acató la instrucción constitucional y dio muerte al “histórico” proyecto; curiosamente regresó el dictamen nuevamente a las comisiones en donde podría esperar tiempos mejores.
¡Lástima!
Señaló el presidente: “devuélvase a comisiones para los efectos procedentes. En atención, si como fue rechazado en términos del 117* se está regresando a comisiones, pero eso no quiere decir que el asunto continúe, concluye de esa manera. Les pido su consideración y fue un excelente debate y vamos a otro asunto.”
¡Y en efecto fue un excelente debate!
Insisto: ¡se perdió una excelente oportunidad histórica la legislar!
Comparto con Ustedes el debate completo de hoy.
Es la versión estenográfica del Senado, asi como el dictamene aprobado el 30 de noviembre del 2004.
Juzguen quien tiene la razón.
¡A mí en lo personal no me convencieron!
¡La carrera por el 2006 ha contaminado al Congreso!
Un dato: la prohibición de la reelección de legisladores quedó establecida en la Constitución en 1933; en 1964 varios partidos impulsaron la primer reforma constitucional para permitir la reelección, entonces fue aprobada en la Cámara de Diputados, sin embargo, el Senado lo rechazó; 41 años después se vuelve a presentar la oportunidad, otra vez es el Senado lo vuelve a rechazar .
Hicieron uso de la tribuna Dulce María Sauri Riancho, PRI: en contra; César Jáuregui Robles, PAN: a favor; Humberto Roque Villanueva, PRI: en contra; Demetrio Sodi de la Tijera, PRD: a favor; Genaro Borrego Estrada, PRI: a favor; César Raúl Ojeda Zubieta, a favor; Sara Isabel Castellanos Cortés, PVEM: en contra; Silvia Hernández Enríquez, PRI: en contra; Jorge Zermeño Infante, PAN: a favor; Luisa María Calderón Hinojosa, PAN: a favor; Óscar Cantón Zetina, PRI; en contra; Ricardo Gerardo Higuera, PRD: a favor; David Jiménez González, PRI: en contra; Javier Corral Jurado, PAN: a favor;
Fred Alvarez
*El artículo 117 del Reglamento para el gobierno interior del Congreso General de los EUM señala: “declarado un proyecto suficientemente discutido en lo general, se procederá a votarlo en tal sentido y, si es aprobado, se discutirá en segunda lectura en particular. En caso contrario se preguntará, en votación económica, si vuelve o no todo el proyecto a la Comisión. Si la resolución fuere afirmativa, volverá en efecto para que lo reforme, más si fuere negativa, se tendrá por desechado”.
VERSIONES ESTENOGRAFICAS
SESION PÚBLICA ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES, CELEBRADA EL MARTES 10 DE FEBRERO DE 2005.
PRESIDENCIA DEL CIUDADANO SENADOR DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: (12:10 horas)
Honorable Asamblea, buenos días. De acuerdo al sistema electrónico informo que se encuentran 67 ciudadanos senadores.(….) (después fueron llegando senadores a la sesión)
Tenemos en seguida la segunda lectura a dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, y de Estudios Legislativos, Segunda, con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 59, y 116 constitucionales.
Debido a que el dictamen se encuentra publicado en la Gaceta Parlamentaria de hoy, consulte la Secretaría a la asamblea, en votación económica, si se omite su lectura.
-LA C. SECRETARIA CASTELLANOS CORTES: Nuevamente les consulto, compañeros, en votación económica, si se omite la lectura del dictamen.
Quienes estén por la afirmativa, favor de manifestarlo. (La asamblea asiente).
Quienes estén por la negativa, favor de manifestarlo. (La asamblea no asiente).
Sí se omite la lectura, señor presidente.
-Quienes estén por la negativa. (La asamblea asiente)
-Sí se omite la lectura, señor Presidente.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Para presentar una moción suspensiva sobre el tema, tiene la palabra el Senador Ricardo Gerardo Higuera.
-EL C. SENADOR RICARDO GERARDO HIGUERA: Con su permiso, señor Presidente, muchas gracias.
He solicitado el uso de la palabra para presentar una moción suspensiva sobre este importantísimo tema de la reelección legislativa.
Quiero aclarar de entrada que es cierto que la tendencia internacional es la reelección legislativa que en América Latina sólo Costa Rica y México no la tienen, sin duda alguna la reelección legislativa permite la profesionalización del Poder Legislativo, permite una mejor rendición de cuentas y hay un amplio apoyo de especialistas, de organizaciones en nuestro país para la reelección legislativa, se han inscrito libros importantes en algunos tiempos, sin embargo, tengo algunas consideraciones para que no fuera hoy la votación de este dictamen.
Por este conducto, haciendo uso de la facultad que me confieren los artículos 109 y 110 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, acudo a esta tribuna para presentar una moción suspensiva respecto de la discusión del dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda que contiene Proyecto de Decreto por el que se reforman los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativo a la reelección legislativa bajo las siguientes consideraciones:
En la coyuntura política por la que actualmente transita el Estado Mexicano, definida por la renovación paulatina de la estructura del Poder Político Mexicano y de las instituciones que lo amparan y marcado por una clara redefinición del lugar que ocupa el Congreso de la Unión en el ejercicio del Poder Público representativo, la reelección de los Diputados y Senadores, reviste, sin duda un tema toral en la discusión de las medidas legislativas esenciales para el fortalecimiento de la democracia mexicana.
Como hemos podido verificar son crecientes las voces académicas, políticas e intelectuales que sugiere la reelección de legisladores como mecanismo para la profesionalización de este poder, para la reivindicación de la representación popular frente a la burocratización de los partidos políticos, así como para fomentar un mayor acercamiento de los legisladores hacia la ciudadanía que representa.
Sin embargo, considero que la coyuntura política por la que atraviesa nuestro país, no permite una discusión objetiva del tema, sino que establece el grave riesgo de politización de esta sensible materia.
Por otra parte, no parecer ser la reelección legislativa una reforma que por sí misma genere los efectos deseados por todos quienes apoyamos esa medida, se requiere la creación de un diseño institucional, integral, que permita avanzar en forma conjunta en la reforma del Estado Mexicano.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, someto a la consideración de esta Honorable Asamblea, la siguiente moción suspensiva:
UNICO.- Se suspende la discusión del dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda que contiene Proyecto de Decreto por el que se reforman los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativo a la reelección legislativa a efecto de que sea regresado a dichas comisiones dictaminadoras.
Es cuánto, señor Presidente.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Gracias.
Informo a la asamblea que dado que nuestro reglamento en su artículo 110 señala expresamente que para este tipo de asuntos se escuchará la proposición y enseguida se preguntará si hay impugnación, en caso de haberlo, se concederá el uso de la palabra a un impugnador.
Entonces les ruego a los compañeros que desean impugnar la proposición, que se pongan de acuerdo para que suba uno de ustedes.
El Senador Demetrio Sodi de la Tijera tiene la palabra en contra de la moción suspensiva.
-EL C. SENADOR DEMETRIO SODI DE LA TIJERA: Con su permiso, señor Presidente.
Compañeras y compañeros legisladores: Yo estoy de acuerdo con la moción suspensiva por varias razones. . .
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Les ruego a los compañeros y compañeras, dejen el resto de los asuntos para momentos posteriores para atender los argumentos del Senador Sodi con atención.
-EL C. SENADOR DEMETRIO SODI DE LA TIJERA: Gracias, señor Presidente.
Compañeras y compañeros: Es un tema muy importante, porque no es un tema que estemos sacando la discusión, sin haber hecho un trabajo previo, habiendo llevado a cabo durante los últimos dos años o año y medio, una serie de reuniones, una serie de seminarios, hemos pedido la opinión de gente de todos los sectores, de la academia, hemos estado debatiendo, entonces no es posible en este momento que ya está un dictamen, que había el compromiso desde el año pasado de traerlo, hacerlo de primera lectura y de votarlo en las primeras sesiones de este periodo de sesiones, no es posible que dejemos pendiente un tema tan importante. Yo creo que este, desde nuestro punto de vista, el punto de vista es el tema más importante que tiene que ver con el fortalecimiento de nuestra democracia y con el fortalecimiento del Poder Legislativo.
Yo creo que si vemos cuál ha sido el balance legislativo de estos casi ya 5 años de trabajo, ha sido muy negativo, hemos dejado en moción suspensiva, de facto la reforma eléctrica, hemos dejado moción suspensiva de facto, la reforma laboral, la reforma energética, la reforma del Poder Legislativo, la reforma de seguridad, la reforma de justicia, porque no mejor hacemos una moción suspensiva del Congreso, si no nos dedicamos a tocar los temas fundamentales, yo creo que de veras estamos yendo en contra del interés nacional, no es posible que un tema como la reelección o como todos los temas que hemos mencionado, simplemente sean moción suspensiva.
Estamos como senadores, nos queda un año de trabajo, y el balance legislativo del Senado de la República, es muy negativo; es muy negativo, porque los temas fundamentales de la nación los hemos ignorado, entonces no vale que en este momento nos presentemos a presentar una moción suspensiva. Yo creo que si es un tema nacional, no le tengamos miedo.
Yo convocaría a los senadores y senadores del PRD, a los senadores y senadoras del PRI, a que no le tengamos miedo al debate, que le entren al debate, si tienen argumentos para oponerse a la reelección, entren al debate.
Con todo respeto, ya no basta que ha habido varios legisladores que hemos estado en los últimos dos años discutiendo el tema, y hay diferencias, hay puntos de vista diferentes que la población tiene el derecho de conocer y no podemos negarle a la población el derecho de conocer cuál es la opinión de los legisladores y cuál es la opinión de cada partido,
Simplemente el día de ayer un grupo importante de intelectuales y académicos hicieron una solicitud al Congreso para discutir y aprobar la reelección. No vale que el Congreso mexicano, no vale que el Senado de la República deje otra vez con moción suspensiva un tema fundamental para la vida nacional.
Muchas gracias.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Gracias. En atención a la solicitud de uno de los coordinadores de un grupo parlamentario, avalada por el resto, esta Presidencia declara un receso de media hora en los trabajos del Senado. Quince minutos. (fue realmente de 35)
(RECESO)
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Compañeros y compañeras les ruego ocupar sus lugares para reiniciar la Sesión, a nuestros amigos periodistas e invitados les rogamos también tomen sus lugares.
-Se reanuda la sesión. Compañeras y compañeros, agotados los supuestos del artículo 110 de nuestro reglamento, vamos a proceder a la votación de la moción suspensiva presentada por el Senador Ricardo Gerardo Higuera.
-Esta Presidencia ha determinado que la votación sea nominal a través del sistema electrónico. Para tal objeto, sí, Senador Ojeda ¿con qué objeto?
-EL C. SENADOR CESAR RAUL OJEDA ZUBIETA (DESDE SU ESCAÑO): Para hechos, señor Presidente.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Para rectificación de hechos tiene la palabra el Senador César Raúl Ojeda Zubieta, subcoordinador del Grupo Parlamentario del PRD.
-EL C. SENADOR CESAR RAUL OJEDA ZUBIETA: Muchas gracias por su generosidad. Compañeras y compañeros legisladores: solamente para precisar la intención y el interés de nuestro grupo parlamentario cuando planteó esta propuesta de moción suspensiva, planteada por el compañero Ricardo Gerardo Higuera.
Era en el ánimo de tratar, de evitar que una ley en donde mucha gente está avalando su avance por las condiciones que se mostraba previo a la votación pudiera ser enterrada cuando nosotros pensamos que hay posibilidades a partir de profundizar en una serie de reformas, por ejemplo: la Reforma Integral del Sistema Político Mexicano, la Reforma de Medios, que pudiera irse en un paquete de tal naturaleza, que no se diera sólo con un elemento, que hay que decirlo con toda honestidad controversial, porque si bien casi de manera uniforme, por ejemplo, mi bancada respalda la idea de la reelección, aunque habemos senadores que estamos en contra; lo cierto es que es un tema que para la sociedad tiene muchos puntos todavía de cuestionamiento.
Ese era el propósito de nuestra participación, por lo tanto nosotros vamos a dejar, como lo vamos a hacer también en el debate sobre el tema de la reelección, o no, porque todo parece indicar por los acuerdos que han tomado las bancadas que se va a rechazar la propuesta de la moción suspensiva y yo le pediría a nuestro compañero Ricardo Gerardo Higuera si no tiene ningún impedimento que en el ánimo de avanzar en este debate, al que nadie rehuye, que eso que quede muy claro, retiremos la propuesta de la moción suspensiva para avalar el tránsito de esta discusión en el entendido que ya los priístas y los panistas han acordado participar en el debate.
Nuestra fracción mayoritariamente está a favor de la reelección, habemos muy pocos que estamos en contra, y aquí argumentaremos por qué estamos en contra. Por su atención, muchísimas gracias.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Se pregunta al proponente si retira la proposición.
-EL C. SENADOR RICARDO GERARDO HIGUERA (DESDE SU ESCAÑO): Está retirada la proposición.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Está retirada la proposición. En tal virtud está a debate el proyecto de dictamen.
-Se abre el registro de oradores: la Senadora Dulce María Sauri, ¿En qué sentido, Senadora?
-LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO (DESDE SU ESCAÑO): En contra.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: En contra. Vamos a levantar la lista de los compañeros y compañeras a favor y en contra: la Senadora Sauri en contra, César Jáuregui a favor, Roque en contra, el compañero Cantón Zetina en contra, Genaro Borrego a favor, el compañero David Jiménez en contra, Demetrio Sodi a favor.
-Vamos a proceder a levantar la lista, luego les indicaremos el orden. El compañero Jorge Zermeño a favor, un voto particular de la Senadora Calderón, Lydia Madero a favor, Marco Antonio Adame a favor, la Senadora Silvia Hernández en contra, el Senador Corral a favor, Salvador Becerra a favor, César Raúl Ojeda en contra, el compañero José Bonilla en contra, Senador Fernández a favor.
-Gracias. En contra nuestro compañero Marcos Cruz ¿Nadie más? Bien, por lo pronto tiene la palabra, para iniciar el debate, la Senadora Dulce María Sauri Riancho en contra, para argumentar en contra del dictamen.
-Si les parece y en virtud de la cantidad tan grande de oradores, vamos a darles cinco minutos para que razonen su voto. Gracias.
-LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO: Señor Presidente quiero pedir su licencia, porque dado que estoy abordando en este momento la tribuna no puedo compactar mi intervención al tiempo por usted requerido y solicito me dispense no ceñirme a ese tiempo.
Este día…
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: ¿Con qué objeto, Senador Cantón?
-EL C. SENADOR OSCAR CANTON ZETINA (DESDE SU ESCAÑO): Señor Presidente, este es un tema de demasiada importancia, debemos tener el tiempo prudente para discutir y creo que es conveniente que cada orador haga uso de diez minutos.
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Vamos a iniciar con lo establecido en el reglamento, son diez minutos, rogándole a todos los compañeros y compañeras que intenten ajustarse a unos cinco minutos para darle fluidez a nuestro debate.
-Adelante, Senadora Sauri.
-LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO: Este día la Cámara de Senadores realiza un debate postergado por casi 40 años. El viernes 24 de septiembre de 1965, en su sesión ordinaria presidida por el Senador Jesús Romero Flores, Constituyente, y actuando como Secretario el Senador yucateco, Carlos Loret de Mola, el Pleno decidió no aprobar la iniciativa proveniente de la Cámara de Diputados para reformar el artículo 59 Constitucional.
En el Diario de los Debates consta el texto del dictamen, mismo que fue aprobado sin discusión alguna por unanimidad de 47 votos. Desde luego, el contexto general y las condiciones de funcionamiento del sistema político han cambiado profundamente, por eso el análisis y discusión sobre la reelección continua de legisladores tienen sus viejos y sus nuevos argumentos: el fortalecimiento político de la Cámara de Diputados, el logro de bases más sólidas para el equilibrio de los Tres Poderes de la Unión, el mejoramiento de los cuadros legislativos, una más eficaz coordinación entre ambas Cámaras del Congreso eran las razones de entonces.
El profesionalismo y la rendición de cuentas son los argumentos de ahora.
En el largo e intenso camino de estudio de las iniciativas sobre la reelección continua, en particular la de abril del 2003, muchas fueron las voces escuchadas y las razones esgrimidas. El interés social expresado a través de los medios de comunicación sobre la reelección continua de legisladores, creo que corresponde a una moda y a una necesidad.
Moda, pues cíclicamente se había manifestado interés en sondear a la sociedad acerca de su sentir, respecto a la reelección, referido después de la iniciativa 64-65 al Presidente de la República.
Necesidad que aparentemente ahora se presenta para la reforma en materia de reelección continua de legisladores que tiene que ver con la creciente inconformidad social, respecto al funcionamiento del Poder Legislativo en su conjunto y el los legisladores en lo individual.
La sociedad, la gente, los ciudadanos no están satisfechos en la forma que funciona el gobierno, sea éste el Ejecutivo Federal o el Congreso de la Unión.
Sin pretender abordar aquí las causas y su explicación de este malestar social, reflejado por los medios de comunicación y potenciado por el Presidente de la República para poder justificar sus propios errores e ineficiencias, el hecho es que por vez primera en muchos años existe el compromiso y la obligación por parte del Poder Legislativo y, en particular, del Senado de la República de generar un amplio debate sobre este tema.
Los argumentos y razones de este largo debate los agrupé y les puse el nombre de “ilusiones”, porque a mi juicio entremezclan estereotipos, necesidades, aspiraciones y análisis. Estas seis ilusiones son:
Primera.- El legisladores independiente y la rendición de cuentas. Se asume que al existir un Poder Legislativo con reelección continua, los legisladores responderán únicamente a los intereses de sus electores, pues sólo estos tendrán la posibilidad de ratificarlos con su voto.
Poco se ha debatido sobre el riesgo que representan los poderosos e influyentes grupos de poder y de interés, con importantes recursos económicos para asegurar la reelección de los legisladores que le son afines y eliminar a los que le son incómodos. Intentarían y eventualmente lograrían cortar a grupos de legisladores para representar y proteger sus intereses, muy probablemente en demérito de los intereses colectivos de amplios grupos sociales.
Segundo.- El legislador ciudadano. Se presume que al existir reelección continua los legisladores establecerán relaciones políticas cercanas a sus electores y lejos de los intereses de los partidos políticos, “partidocracias clientelares”, se les llama. Es factible suponer que los mecanismos de negociación política y los canales de expresión de las demandas de las organizaciones populares, obreras, campesinas se trasladarían al Congreso de la Unión y se reflejarían en su relaciones con la administración pública. Podríamos ver nacer una nueva categoría política, el denominado “clientelismo legislativo”.
Tercero.- La profesionalización de los legisladores. Quizás sea esta la más difundida ilusión, pues parte de la creencia ampliamente difundida de que los legisladores no tienen conocimiento de los temas que manejan, porque no tienen tiempo de aprender.
Ese estereotipo ha sido cultivado por el Ejecutivo Federal para erosionar la imagen del Congreso ante la sociedad.
Sin dejar a un lado la necesidad de fortalecer la profesionalización, vale la pena detenerse a pensar si esta justa demanda de la sociedad se resolvería por la permanencia de individuos en sus cargos o si tiene que ver, principalmente, con el diseño y operación institucional del propio Poder Legislativo.
Cuatro.- Sólo es reelección legislativa. Los defensores de la reelección inmediata aseguran que esta sólo se plantea para los legisladores federales, incluso el dictamen lo establece con claridad y deja libre la situación de definición en las constituciones de los estados a los congresos de las entidades federativas. De ninguna manera evolucionaría hacia una reelección presidencial.
No podemos dejar de considerar que en el mediano plazo muy probablemente surgiría el tema de la reelección del Ejecutivo. Ya se ha planteado la demanda de reelección continua de presidentes municipales, después puede presentarse como una necesidad la reelección del Presidente de la República con argumentos quizá muy semejantes a los que ahora se presentan: Rendición de cuentas, decisión de los electores, premio a la eficacia de sugestión, entre otros.
La reelección continua de legisladores abre paso en forma por demás natural a la reelección presidencial, tal como ha sucedido en los últimos años en Perú, Argentina, Brasil, Colombia por sólo mencionar algunos ejemplos de América Latina.
Cinco.- Así sería más fácil construir acuerdos. Es indispensable analizar los cambios en la interacción entre el Poder Legislativo y el Presidente de la República, a partir de la reelección inmediata de diputados y senadores. Sería ante un Congreso de la Unión, con un porcentaje importante de sus integrantes reelectos en sus cargos, donde rendiría protesta el Presidente de la República Interino constitucionalmente para buscar la reelección. El llega para irse en 6 años, nosotros, al menos un buen número, permanecerán en sus cargos una vez que el Presidente de la República se haya ido.
Seis.- La ilusión de ser iguales al resto del mundo. Se ha subrayado que solamente México y Costa Rica prohíbe la reelección continua de legisladores. Curiosamente son, asimismo, los dos países de mayor estabilidad política en América Latina y el Caribe en la segunda mitad del siglo XX. Ser diferentes en cuanto al sistema electoral mixto desde 1962, cuando se creó la figura de diputados de partido, también nos ha distinguido. Lo importante es cambiar porque ese cambio le sirve a la sociedad mexicana, no solo por dejar de ser distintos.
Hasta aquí he abordado la reelección continua de legisladores en forma aislada del contexto político del país. La demanda social más sentida es que el gobierno funcione bien.
Por tanto, la pregunta pertinente es: ¿Sirve la reelección continua para que el gobierno esté a la altura de las expectativas de la gente o es tan solo un distractor y paliativo para no enfrentar los graves problemas que padecemos.
Hay que señalar con claridad que el actual sistema político, el que conocemos desde 1917 en su vertiente jurídica y desde 1929 en la política, muestra cada vez con mayor intensidad signos de agotamiento y de disfuncionalidad. No es posible en la actual etapa de desarrollo del país imaginar siquiera la recreación de los elementos fundamentales que le permitieron a ese sistema político conformar y hacer funcionar eficazmente un régimen presidencial y un partido hegemónico mayoritario.
Si estamos de acuerdo en que las mayorías relativas, los gobiernos divididos y la pluralidad son característicos del actual etapa política del país, es indispensable tomar en cuenta estos factores antes de decidir sobre la reelección continua de legisladores.
¿Es útil y funcional la reelección continua para enfrentar los retos del sistema político constitucional en el futuro inmediato?
El primer reto, la estabilidad política y la relación entre el Ejecutivo y el Poder Legislativo. En los últimos años esta relación con los partidos políticos, los ciudadanos que militan en ellos y sus representaciones en el Congreso de la Unión ha sido de una constante confrontación. Hasta ahora los mecanismos constitucionales existentes, han permitido administrar y resolver los conflictos entre poderes, pero no han sido suficientes para resolver y trascender los conflictos de intereses entre los principales actores políticos del sistema. La reelección continúa no solo no contribuye a mejorar la relación, sino puede pensionarla aún más.
2.- La conformación de mayorías sustentables para gobernar. Existe un consenso en la necesidad de transitar de un sistema presidencial fuertemente centralizado en la figura del Presidente de la República, hacia un régimen semipresidencial en que el Poder Legislativo tenga corresponsabilidad en la ejecución de sus decisiones, a través de la obligación de formar gobiernos en función de la integración de una mayoría.
En un nuevo régimen político constitucional de estas características, la reelección continua tendría un propósito y una perspectiva diferentes.
3.- Definición de un nuevo modelo de sistema político. En 1929, ante los escenarios inéditos que vivió el país, la institucionalización política generó un modelo que creó las condiciones de estabilidad y certidumbre que permitieron el desarrollo y crecimiento económico de México a lo largo del siglo XX. Ahora, el reto más importante es reconocer que al igual que 1929, México se encuentra en los albores de un gran cambio.
Que el próximo sexenio será, o el de la transición pactada o el de la descomposición política.
Que esta gran reforma del Estado deberá definir una nueva dinámica para el Poder Legislativo, y en ésta la reelección continua de legisladores.
Hace 72 años, en la Convención del Partido Nacional Revolucionario en Aguascalientes, el General Manuel Pérez Treviño --su presidente-- señaló respeto a la propuesta de rechazo a la reelección continua que el Partido Nacional Revolucionario finalmente aprobó.
Dijo el General Pérez Treviño: “Venimos a quemar un derecho en aras de un principio”.
Ahora, les propongo compañeros senadores, que el derecho de la sociedad de tener un Poder Legislativo fuerte, que funcione a su favor, no quede limitado a la reelección continua de sus integrantes.
El mismo Vicente Lombardo Toledano, iniciador de la reforma de 1964-65, argumentaba: “Cuando un parlamento no influye en la marcha de la sociedad; cuando no prevé el futuro y no traza caminos para el porvenir, es un parlamento pequeño, infructuoso, que en lugar de ayudar al gobernante, lo estorba”.
Concentrémonos a fuerza en nuestro compromiso en cumplir para hacer un gran parlamento para una gran nación.
Entonces, sólo entonces, la reelección continua se dará por añadidura.
Muchas gracias. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE CARDENAS HERNANDEZ: Gracias, senadora.
Para razonar su voto en pro del dictamen, el senador César Jáuregui Robles, del Grupo Parlamentario de Acción Nacional.
-EL C. SENADOR CESAR JAUREGUI ROBLES: Muchas gracias, señor Presidente. Y estando en consideración que nos encontramos ante una reforma de tal trascendencia, pues es menester que cumplamos a cabalidad con los extremos que marca nuestra reglamentación, no simplemente viniendo a fijar un posicionamiento, sino verdaderamente entrando en consideración con los asuntos de fondo, que como bien ha planteado la senadora Dulce María Sauri, son verdaderamente importantes para la buena marcha del país.
Yo coincido, y qué bueno que este Congreso se haya atrevido a dar una discusión, porque si no podría ser, como decía Lombardo Toledano: “Un Congreso chiquitito, que en 40 años no se ha atrevido a dar la discusión sobre este tema, convirtiendo la reelección inmediata de los legisladores en un tema tabú o en un mito”.
Y ciertamente, en la Convención del Partido Nacional Revolucionario, en 1932, se trastocó totalmente un esquema jurídico importante que había formado una tradición legislativa en nuestro país.
Ni en la Constitución de 1824, ni la de 1836, ni la de 1843, ni la de 1847, ni la de 1857, y menos aún, la actual Constitución vigente de 1917, establecieron la prohibición o la limitante de la reelección inmediata de los legisladores.
Fue una circunstancia --como bien señaló la senadora Dulce María Sauri--, situación política del momento, de la hegemonía que se vivía en aquel entonces, de dar cauce a postulados y principios revolucionarios, que hoy no discuto, pero que serían verdaderamente opinables la trascendencia de esos motivos, pero en donde esas mismas discusiones se daba la pauta y se cuestionaban los agravios que pudieran generarse para un Congreso, que como el nuestro, tiene que ser una institución al servicio de la sociedad, porque ahí había voces importantes, la del propio General Pérez Treviño, cuando advertía en la plataforma, que respecto de la reelección, hoy venía a romper con esa tradición legislativa a la que he hecho mención anteriormente. Y esa tradición, sin embargo, decía él: “Tiene que dar pausa en el derecho y las libertades del individuo, a los derechos de las multitudes que hoy se acogen a los principios revolucionarios.
Romántico, interesante, importante, histórico, justificado, tal vez. ¿Tiene cabida hoy en el sistema político actual? Me parece que no. Inclusive, los propios legisladores del Partido Nacional Revolucionario, como Gonzalo Bautista, en 1933, al discutir este tema, advertía de los riesgos que podía producir para la Cámara de los Diputados el adoptar esa medida, que de alguna manera podía constituir una regresión, y decía él: “Si bien actúa la Cámara de Diputados, no tienen realidad los elementos de fuerza necesaria para equilibrar su poder con el Poder Ejecutivo, sí las distintas reformas, que se refieren, principalmente, a la organización del Poder Legislativo, a su fuerza intrínseca, a su vida misma, han venido determinando una depresión todavía mayor”.
Y si nosotros, los legisladores, no procuramos equilibrar la fuerza del Poder Legislativo con la del Poder Ejecutivo, tengo la seguridad de que más tarde, no solamente el país se manifestará como ahora por la no reelección inmediata de los miembros del Poder Legislativo, sino que en un plebiscito, yo diría, que quizás, trasladándola hoy en una encuesta, podría manifestarse la opinión nacional en contra de la existencia del propio Poder Legislativo. Y esos son los retos de cuando los parlamentarios desconocen su esencia de representación.
Nosotros nos servimos y nos debemos a una sociedad, y no a una coyuntura que busca una relación Ejecutivo-Legislativo, que verdaderamente traslade los intereses de la sociedad, sino que, profundamente reconozca las inquietudes y los problemas que se viven, como la pobreza, la inconsistencia del crecimiento, la insuficiencia de la generación del empleo y, desde luego, todos los temas que aquí dentro de la reforma del Estado han estado presentes.
A mí me parece que hoy estamos acabando con un mito, el mito de la reelección que durante 40 años, y bien decía Dulce María, y yo me atrevo a recordar esa expresión, de reivindicar el derecho a discutir de los parlamentarios, porque hoy en día, aún a pesar de tener posiciones antagónicas, hay que reconocer que estas se producen con libertad, y que se escuchan, y que será la congruencia y la confianza en las disposiciones que cada uno tengamos con nuestra conciencia, donde demos paso, no solamente a los intereses personales o de grupo, sino a los verdaderos intereses de la nación.
Porque también hay que decirlo, la ideología, la doctrina, los documentos básicos y las plataformas de todos los partidos políticos, en no pocas ocasiones, han expresado su prohibición a dar paso a esta reelección inmediata de los legisladores.
Pero si estamos verdaderamente comprometidos con un interés nacional, entenderemos que estos son documentos básicos que tienen su connotación en un ámbito totalmente electoral, ideológico y partidista, pero nunca podrán ser trasladados a las leyes orgánicas o a las reglamentaciones de los Congresos, donde se vive la realidad cambiante, permanentemente, y donde no obtener una mayoría absoluta ningún partido, es obligada la sesión de posiciones en busca de la generación del acuerdo.
Ya los absolutismos aquí no tienen cabida. Y enhorabuena que nuestra democracia se ha consolidado ante ese hecho. Pero será, precisamente, la responsabilidad, que como legisladores traslademos, y concretemos en acuerdos legislativos, y no solamente en un parlamentarismo estéril, que mucho discute, pero que no produce nada, verdaderamente estaremos cumpliendo con el pueblo de México.
Que no haya ilusiones. Y yo me atrevería, y aquí sí tendría que refutar todos los argumentos que la senadora Dulce María Sauri ha establecido, con mucha inteligencia, tengo que reconocer, solamente trasladarme, por la estructura del tiempo, a las democracias modernas. Si esto fueran ilusiones, los países que hoy desarrollan; los países que hoy tienen progreso, los que dan satisfacción a sus pobladores; los que evitan que se tengan que ir de migrantes a otros lados; los que verdaderamente tienen estas instituciones. Y nosotros no podemos, de ninguna manera, enorgullecernos de ser la extravagancia política, que como decía Norberto, existe, al tener este chipote constitucional, porque ya adelanté que no es, de ninguna manera, tradición jurídica, como vamos a salir adelante. Es verdaderamente, innovando las instituciones dentro de un modelo de parlamentarismo como ustedes lo consideren conveniente, acompañando las medidas que a esta situación aislada se tienen que, necesariamente establecer: si la ampliación de los períodos legislativos, si la jefatura del gabinete, si la rendición de cuentas, si el acabar con la hiperinflación de comisiones que hoy en día tenemos, y que muchas veces generan solamente acuerdos Ligth, que no producen, que no concretan porque no hay vinculación, que no le hemos dado en el fortalecimiento, es entonces cuando estaremos verdaderamente hablando de lo que hoy todavía yo considero, a pesar de las buenas intenciones, un solo nombre “Poder Legislativo”.
Verdaderamente empoderar el poder de los parlamentarios, es hablar de darles vigor, de darles fortaleza frente a las instituciones. Y eso lo vamos a lograr, fundamentalmente, si nos atrevemos a dar el paso de las necesarias reformas, que siendo mito en el pasado, hoy irán cayendo una por una.
Y cómo no hablar de que en estas ilusiones del aprendizaje o de la rendición de cuentas que han hablado los que me antecedieron en el uso de la palabra, si ese no es el problema; el verdadero problema es la falta de estímulo o la ausencia de condiciones para generar una vinculación estrecha con la sociedad.
No son pocos los legisladores que han advertido de los riesgos de no establecer en este Período Ordinario de Sesiones las necesarias reformas que nos están reclamando, porque advierten: “Que adelantada como está la sucesión presidencial difícilmente vamos a poder establecer en el próximo año, donde tenemos todavía dos Períodos de Sesiones, acuerdos fundamentales, porque el proceso y los comicios todo lo contaminan”.
Estar hablando de un año sabático con un año de anticipación, precisamente porque no hay ese vínculo con la sociedad, es un gasto y un desperdicio que la sociedad, hoy en día, no se puede dar el lujo de tener.
Es verdaderamente desastroso que dentro de una reelección se hable de un gobierno funcione bien.
Yo no me preocuparía tanto por el Gobierno, me preocuparía por darle atribuciones al Senado de la República en materia de fiscalización del gasto; me preocuparía porque el Congreso funcione bien, antes de pensar en que funcionen bien los demás.
Yo considero que sí, y aquí coincido con la senadora Dulce María Sauri, que el sistema político está agotado, y que tiene visos de defunción, y lo mejor que podemos hacer, es darle al actual modelo cristiana sepultura; quizás habrá reformas muy interesantes. Yo estaría avalando muchas de ellas, pero por la complejidad de sacar adelante todas y cada una de ellas, hoy sólo estamos tratando una reforma aislada, que no es, de ninguna manera, punto de destino, es punto de partida de las reformas que parten de modernización del Congreso y, desde luego, hay situaciones que a nosotros nos gustaría destacar.
Por ejemplo, que decir de todos y cada uno de ustedes, que a lo largo del transcurso de estas legislaturas, han adquirido una experiencia en la cual yo estoy seguro que todos tienen una historia grande o pequeña que contar, y que mucho serviría para la marcha de la República.
Sin embargo, en aras de tener verdaderamente un Congreso que tenga una ley abstracta y que cumpla con un deber ser, no atendiendo un propósito personal o de grupo, hay que legislar en abstracto, para la siguiente generación de los parlamentarios.
Y con esto terminaría. Acogiéndonos al espíritu de Don Efraín González Luna, en el sentido de que nosotros hoy somos trigo de prueba en el molino de la historia; para otros, la harina y el pan. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, senador César Jáuregui.
Y a continuación tiene la palabra el senador Humberto Roque Villanueva, del Partido Revolucionario Institucional.
-EL C. SENADOR HUMBERTO ROQUE VILLANUEVA: Con su permiso, señor Presidente.
Dado que mi compañera Dulce María, fue, en mi opinión, bastante explícita en el conjunto de argumento en contra de la reelección sucesiva, me voy a concretar, exclusivamente, a algunos puntos doctrinarios y remataré con alguna reflexión histórica.
La doctrina que le quiere dar al Poder Legislativo la fuerza, no surge con el principio de la reelección; --y aquí hay gente que conocen mucho la ciencia política-- surge en Inglaterra con ese gran parlamentario --por cierto conservador—que fue Edmund Burke; él es el autor de la teoría, de que quienes somos electos para un Parlamento, tenemos por delante nuestra responsabilidad nacional y después la estrictamente local por la que fuimos o en la demarcación por la que fuimos electos.
No quisiera, ni Burke, ni nosotros que hubiera un choque; quisiéramos que siempre hubiera una gran compatibilidad entre el interés nacional y el interés local; lamentablemente ese mundo ideal no existe, y nos lo demostró acertadísimamente ese gran rector de la Universidad de Princeton, que después fue Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, que fue Woodrow Wilson, quien demostró que en Estados Unidos, justamente no tenían en aquel entonces un problema fiscal, porque los señores representantes pedían a título de protección a la industria una serie de impuestos que se aprobaban por intereses de su distrito; y de esta manera armaban el Presupuesto de Egresos de la nación, en función, justamente, de lo que eran los intereses locales.
Por qué era importante definir en Burke, y por qué afortunadamente un gran politólogo norteamericano, probablemente más allá de Huntington, el que ha obtenido las mayores preseas internacionales en la materia económica… en la materia académica, Karl Deutsch, que seguramente han leído muchos aquí presentes; él logró trasladar la teoría de Burke, justamente al momento que vivía Estados Unidos de Norteamérica. Y demostró, como hubiera demostrado cualquier Aristóteles moderno, con lógica pura, que no es posible, al mismo tiempo, tener profesionalismo y rendición de cuentas y a la vez, siempre hacerle caso a los intereses locales. Y entonces él define muy bien -Deutsch-, él dice: puede haber, como se quejaba justamente Burke, y que por cierto es un mensaje histórico que dirigió a sus electores en Bristol, se quejaba, por supuesto, en aquel entonces Burke, de que no se le permitiera libertad en el Parlamento Inglés; y dice Deutsch con mucha razón: los legisladores norteamericanos, efectivamente, operan como cabilderos entre los intereses locales y los intereses del Congreso o del gobierno norteamericano. Y dice, pero con meridiana claridad, aquel legislador --está hablando de Estados Unidos, paradigma para muchos-- norteamericano que se quiera reelegir, necesariamente tiene que conciliar los intereses de sus principales financieros; tiene que estar atento, no al cúmulo de votantes potenciales o reales que tenga en su distrito, no; aquellos que influyen a través de su opinión o de su dinero.
Y por supuesto, esto no quedó en la teoría de Deutsch, por ahí distribuido, algún artículo de Grayson, también norteamericano, que nos lo lleva a la práctica, y nos dice, claramente, basado en la experiencia norteamericana, un legislador que pretende reelegirse, recibe tres veces más financiamiento que apenas alguien que aspire a la posición.
Entonces, a mí me queda muy claro, que más que profesionalismo y más que rendición de cuentas, lo que se obtiene con la reelección, algunos pensaran que no es malo, es, una vinculación extraordinaria con los intereses económicos locales.
Pero vayamos a un tema que nos debe preocupar, porque es de actualidad.
El tema fiscal. Alguien piensa, diría Dulce María, es una de las ilusiones, que con la reelección legislativa vamos a crear un conjunto de profesionales de la legislación, todos muy serios, que van a buscar siempre el bien del país y jamás van atentar contra sus propios intereses. Bueno, lamentablemente, probablemente uno de los mejores Premios Nobel de Economía, James Buchanan, demostró exactamente lo contrario y el señor ganó el Premio Nobel.
Demostró que en Estados Unidos el déficit fiscal, está plenamente vinculado al principio de la reelección sucesiva, y la lógica no admite discusión; pregunta Buchanan, y lo escribe por supuesto, dice: que legislador quiere cobrar impuestos y no subir el gasto. Lo ideal para un legislador que se quiere reelegir es, no meterse con el tema de los impuestos y sí meterse con el tema del gasto.
Para que vean que no estamos hablando de teoría, el distinguido coordinador del PAN, en la Cámara de Diputados, se quejó de que había habido una orgía presupuestal en la Cámara de Diputados; porque los diputados defendían dinero para sus distritos; pues si lo defienden ahora, imagínense lo que lo van a defender cuando haya reelección.
Pero no solamente es eso. Yo quiero decirles, que no solamente es Buchanan, porque dirían, bueno, este senador Roque siempre nos traer a los Nobel, pero todos son extranjeros; no, les voy a citar, y además siento que en el PAN lo conocen bien. A un distinguido académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México, a Isaac Katz, quien sostiene en una extraordinaria ponencia, que efectivamente pudiera tener ventajas la reelección legislativa.
Pero dice, cuidado con el tema fiscal, lo dice Katz, si nos atrevemos a ir por la reelección legislativa, él sugiere, que se pongan dos candados constitucionales.
Primero, que los legisladores reelectos o el nuevo Congreso, donde hubiera reelección sucesiva, no pueda disponer libremente de la cifra del déficit público.
Y segundo. Que tampoco pueda disponer con libertad, como aspira nuestra actual legislatura en la Cámara de Diputados, a modificar el Presupuesto en los términos de incrementar el gasto; así sea en detrimento de otras partidas.
Entonces, Buchanan, a nivel Estados Unidos, y Katz, a nivel de México, advierten el riesgo, sin lugar a dudas, de la irresponsabilidad fiscal a través del mecanismo de la reelección legislativa.
Pero a mí me preocupa, como a todos los que buscamos reformas político-electorales, el tema de la equidad. Y creo que en el momento en que, efectivamente, los intereses económicos locales, premien por la vía de la reelección a quienes estén de acuerdo con ellos, vamos a actuar en demérito de los intereses nacionales y en demerito del espíritu democrático que presupone que un hombre es un voto, que presupone que nosotros votamos en función de la conciencia y en función de la racionalidad y no en función de los spot publicitarios.
Pero déjenme decirle que casi como remate de esta intervención me asaltan dos cosas que pudieran ser interesantes. ¿Por qué insistimos tanto en la reelección legislativa como mecanismo de rendición de cuentas y no nos hemos planteado la contraria?: La revocación del cargo. La revocación del mandato. ¿Por qué estamos preocupados de premiar al término del periodo legislativo alguien que lo hizo bien y lo estamos preocupados, como sí los norteamericanos, de tener un artículo en la Constitución que dice: en qué condiciones se le retira el cargo al presidente de la República, al gobernador, acaba de suceder en California; por qué nos preocupamos tanto de estimular la reelección y tampoco de buscar rendición de cuentas, a través del principio de la revocación del mandato que tienen en muchos países.
La última reflexión. Yo respeto y veo aquí a Cecilia Romero y me acuerdo de América Latina, respeto mucho a todos los países de América Latina, pero no puedo dejar de reconocer la falacia del argumento de que nada más México y Costa Rica están ausentes del sistema de la reelección sucesiva; Porque si así fuera yo tendría que felicitar a México y a Costa Rica, los dos países más estables de toda la región.
Y concluyo con una frase que seguramente le dolió mucho y lo digo con el mayor respeto a los políticos argentinos y que alguna vez lo platicábamos con Germán Sierra. Hubo un momento en un país que por supuesto tiene reelección legislativa en que los argentinos acuñaron y lema terrible que debiera ser un mensaje para esta sesión: ese lema fue: que se vayan todos (Aplausos)
EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor senador Roque Villanueva.
A continuación se concede la palabra al senador Demetrio Sodi de la Tijera, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
EL C. SENADOR DEMETRIO SODI DE LA TIJERA: Con su permiso, señor presidente; compañeras y compañeros senadores:
Yo quisiera dividir en dos lo que voy a presentar aquí y centrarme un poco en los argumentos que ha esgrimo tanto la senadora Sauri como el senador Roque, porque me convencen sus argumentos a favor de la reelección. Creo que todos los argumentos que han dado fortalecen realmente la idea de que en este momento se votara la reelección legislativa por la mayoría de los senadores que estamos aquí presentes.
Voy a empezar dos cosas de Humberto Roque realmente el déficit tiene que ver con la reelección. Claro, claro.
Que el déficit tiene que ver con la reelección, entonces Estados Unidos tiene una vocación al déficit que tiene que ver con el sistema financiero norteamericano que puede estar permanentemente en déficit por el volumen y la fuerza que tiene el sistema financiero, pero si esto fuera cierto hubiera déficit en todo el mundo, porque en todo el mundo hay reelección y hubiera déficit en todos los países europeos, hay en déficit que autoriza el acuerdo que tiene la Comunidad europea. Isaac Katz que el buen amigo mío tiene una visión muy limitada en términos de una visión ciento por ciento neoliberal de la economía nacional. Pero usted dice, el senador Roque y yo coincido: si ese fuera el riesgo aprobemos la reelección y aprobemos que dice Isaac Katz. Si la reelección tiene el riesgo de esto vacunemos la reelección, vacunemos el déficit con las dos propuestas que usted hace.
Es decir, lo que usted propone si es cierto y estamos de acuerdo eso no podría impedir su voto a favor de la reelección, simplemente igual que el caso de la revocación de mandato, legislemos las tres, si nadie está pidiendo que esta es la única legislación, es el primer paso de un proceso para ir fortaleciendo al Poder Legislativo.
Se da otro argumento que también lo dio al senadora Sauri, esto llevaría a los legisladores que se quieren reelegir a depender de los grupos económicos y a solicitar dinero para poder reelegirse. Yo creo que es totalmente al revés, totalmente al revés, y no nos comparemos nada más con la economía norteamericana; el Congreso norteamericano es un congreso eminentemente capitalista así fue creado, así fue construido, así representan. Es al revés, los legisladores que se puedan reelegir tienen la ventaja, tienen autonomía por el conocimiento que tiene la gente de ellos, por la presencia que tiene la opinión pública para no necesitar apoyos externos.
Quiénes requieren apoyos externos los que no tiene opinión pública, los que no tiene nombre ante la gente. Un legislador el propio senador Roque, el senador Bartlett y la senadora Sauri, ellos no requieren apoyos de nadie, ellos son personajes políticos, son personajes políticos en sus estados, que con la carrera política que han llevado a cabo, tienen la suficiente fuerza y la autonomía para poder legislarse y para poder reelegirse sin necesidad de ningún apoyo económico.
Ese argumento es totalmente contrario, contrario a la realidad. La reelección da autonomía de cualquier interés económico, porque tenemos la seguridad de una carrera legislativa. Y no lo que pasa ahora que todos los legisladores están todos preocupados, estamos preocupados y después del 2006 qué.
Y entonces se convierte en un brincar de Cámaras o brincar al Poder Ejecutivo o brincar, como pase últimamente a ser cabildeadores, muchos o a ser empresarios o ser miembros de una empresa privada después de ser legisladores. Es totalmente al revés, el argumento que ustedes dan sería una razón para votar a favor de la reelección legislativa.
Otros argumentos. Los distanciaría de los partidos, dice la senadora Sauri, entre sus argumentos dice: el legislador independiente, hablaba de intereses económicos, y hablaba también de la cuestión de los partidos. Si analizamos que ha pasado en estos últimos cinco años y sin afán de aquí tratar de condenar lo que hemos hecho, hemos sido un Congreso muy poco efectivo. Los principales temas nacionales no los hemos podido o no hemos querido abordarlos.
Y ahí están y podemos decir lo que sea, no sea la reforma eléctrica o fiscal que proponía el Gobierno, pero alguna podría haber sacado, alguna reforma laboral, alguna reforma de pensiones, alguna reforma del Poder Legislativo, alguna reforma electoral, alguna reforma realmente trascendente para el país. Y por qué no han salido.
Y yo sí creo que en mucho por la presión que ha habido por parte de los partidos y porque la agenda política nacional la han fijado los partidos políticos y no el Poder Legislativo.
Y cada vez hay un intento de llegar a un acuerdo, siempre hay la presión de los partidos para no poder llegar a ese acuerdo.
Porque la lógica de los partidos, la lógica de la competencia electoral y la lógica del Congreso es la lógica de la coincidencia. Los legisladores tendremos que tratar de dejar de lado las diferencias que tienen los partidos, inclusive en sus documentos para buscar coincidencias sobre todo en un país plural en que nadie tiene mayoría. Entonces no se trata de una independencia, de un choque contra los partidos, se trata de una autonomía en el voto. Y les voy a poner un caso que demuestra en esta sesión, como van a votar ustedes, que esto es cierto. Hay más de 30 senadores priístas y senadoras que están de acuerdo con la reelección, que firmaron el dictamen, pero no van a votarlo por lo que les digan en los partidos, no van a votarlo por el rechazo que van a tener en la Asamblea. O no van a votarlo porque que tal si lo votan aquí la Cámara, el Senado de la República, y eso se aprovecha para toda la competencia político-electoral para las candidaturas a la Presidencia, que puedan ser negativa para los del Senado y positiva para los del partido.
¿Por qué se bloqueó la reforma fiscal y la reforma energética?
Por un pleito entre Madrazo y Elba Esther.
Es decir, si queremos realmente y es el tema. Queremos un Congreso más eficaz, sin pelearnos con los partidos, tenemos que dejar de lado las prioridades y las luchas electorales para centrarnos en el tema legislativo.
Yo -de veras-, todos los argumentos que se han dado son a favor de la reelección legislativa. Simplemente en la vida política nacional hoy estamos cayendo, pasamos de un presidencialismo a un control del poder por parte de los gobernadores.
Y hace falta un contrapeso en el Congreso, hace falta legisladores, diputados, senadores con presencia política para poder delimitar, inclusive a la hora de decidir a los candidatos para sucesión, los gobernadores imponen, porque no hay un Congreso y no hay legisladores que tengan la carrera política para poder aspirar también a una competencia libre.
¿Qué es lo que hemos visto? Imposición de los gobernadores sobre los candidatos. Y a pesar de que hay más experiencia en muchos senadoras y senadores, la fuerza de los gobernadores los elimina de la lucha política.
¿Qué pasa en otros países donde hay reelección? Los senadores, los diputados, con contendientes verdaderos en la lucha política local.
Yo siento que por donde le veamos y si partimos de la base que el Congreso no esta funcionando como debería, no le tengamos miedo a la reelección, y tampoco podemos decir nomás Costa Rica y México.
Yo no sé de Costa Rica, pero México no fue un ejemplo de democracia durante 70 años, y ahí hay un problema que ahí sí tenemos una visión radicalmente diferente el PRD, el PAN y el PRI.
Para nosotros los 70 años de estabilidad, fueron a costa de la democracia, los 70 años de estabilidad fueron a costa de los derechos políticos de los mexicanos.
Los 70 años de estabilidad fueron a costa de la división de poderes, los 70 años de estabilidad, fueron propiciando el autoritarismo, el presidencialismo, el centralismo.
Por eso la reelección es importante, porque estamos en una nueva etapa de la vida política nacional, porque en este momento estamos viviendo una verdadera democracia y en este momento requerimos un Congreso fuerte, legisladores fuertes, con experiencia, con autonomía, capaces de jugárselas por el país y para eso, se requieren legisladores que tengan la seguridad de que sí votan por México, van a poder continuar en su cargo y seguir votando por México.
Muchas gracias.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor Senador.
Dígame señor Senador Roque.
-EL C. SENADOR HUMBERTO ROQUE VILLANUEVA: (Desde su escaño) Para alusiones personales.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Tiene usted la palabra para alusiones personales.
En virtud de que es amplia la lista de oradores, vamos a pedirle muy respetuosamente al señor Senador Roque, que sea muy breve en la respuesta a su alusión.
-EL C. SENADOR HUMBERTO ROQUE VILLANUEVA: Será más breve que lo que dure la votación, no se preocupe señor Presidente.
Nada más para aclarar el tema del déficit, evidentemente el estudio lo hizo Buchanan y lo hizo basado en series históricas muy amplias.
Hay una excepción notable, en donde pudiera haber el choque de cómo es posible que había reelección legislativa en Estados Unidos y sin embargo, se generó un enorme superávit en la época de Clinton, pero bueno pues eso es cuestión de conocer y leer un poco los periódicos para saber que la razón por la que se generó ese superávit en la época de Clinton, no fue la responsabilidad por supuesto fiscal de los legisladores, yo diría que ni siquiera la de Clinton, fue el hecho elemental de que se había acabado la Guerra Fría, había un gran presupuesto en defensa, que se pudo aplicar entre otras cosas a pagar el déficit fiscal y en otras serie de programas.
Pero, debo aclararle a mí amigo Demetrio y desde luego ahí están las cifras y ahí están la parte que podamos estudiar de Costa Rica, que en América Latina sigue habiendo déficit y también en Europa, y que nadie respeta el tres por ciento y que bueno que no lo respeten.
Entonces no hay tal asociación de que nada más Estados Unidos, porque es el emisor universal del dólar, se pueden dar el lujo, el déficit, no, que lea mi querido amigo Demetrio lo que dice el Fondo Monetario Internacional y los Europeos, sobre la necesidad de que Estados Unidos corrija el déficit y por supuesto, no va ayudar precisamente los norteamericanos legisladores que se quieran reelegir a combatir dicho déficit.
Y concluyo nada más con una cita de Costa Rica, el único país, ahí sí, cuando menos en América Latina que ha legislado, que no puede pasar de cierto límite el déficit, curiosamente es Costa Rica sin reelección legislativa.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor Senador Roque.
A continuación tiene la palabra el señor Senador Genaro Borrego Estrada, en pro del dictamen.
-EL C. SENADOR GENARO BORREGO ESTRADA: Con su permiso señor Presidente.
Compañeras y compañeros Senadores:
Quisiera si me lo permiten iniciar mi intervención haciendo una precisión que creo es pertinente en este momento; no estoy de acuerdo con la reelección ni ahora, ni mañana, ni nunca del Presidente de la República.
Sin embargo, sí estoy a favor, en concordancia con el espíritu original de nuestra trayectoria constitucional y de la Constitución del 17, y de los principios fundamentales del funcionamiento cabal de la república, con la reelección continua de los legisladores.
También si me lo permiten, quisiera decirles a mis estimados amigos y amigas de mi Grupo Parlamentario, que lamento en verdad, no coincidir en esta ocasión con mi grupo parlamentario, pero tengo claro que mucho más lamentaría no coincidir con mis convicciones sobre todo en un tema que no tengo ninguna duda en que se trata de un tema de carácter histórico.
Dos enfoques son obligados en el debate de esta cuestión, el enfoque histórico, el análisis de la situación histórica de inicio y al término del siglo XX y también el análisis de la coyuntura política en la que vivimos, y de las perspectivas futuras de la propia situación política que deseamos.
El análisis histórico.
Es verdad que la no reelección fue una proclama revolucionaria, tratándose de la Presidencia de la República, ya se mencionó aquí que la Constitución de 17, no prohíbe la reelección continua de los legisladores.
Es a partir de evidencias históricas, documentadas de lo que ocurre después de 1929, a partir de la muerte de Álvaro Obregón, quien había agrupado en torno suyo a las principales fuerzas revolucionarias, a su muerte esta precariedad en la cohesión de estas fuerzas se rompe y comienza haber en todo el país, riesgos muy graves de inestabilidad.
Solamente para mencionar alguna, entre 29 y 30, los intentos de rebelión contra Calles, contra Ortíz Rubio, por Saturnino Zedillo, apoyados por los gobernadores de Aguascalientes, de San Luis, de Michoacán, de Veracruz, de Tabasco y de Yucatán.
Había entonces una muy precaria estabilidad política en el país, y surge ante esas circunstancias, ante ese fermento de la situación política de aquel entonces, la determinación de iniciar un sistema político que garantizara estabilidad y que hiciera posible el avance de un proyecto que había costado sangre de millones de mexicanos.
Es así como se toma la determinación de centralizar el poder, en 1933 se toman tres decisiones fundamentales, ahora se llamarían cambios estructurales.
Tres, simultáneamente, una, la prohibición de los partidos regionales, dos, la recaudación fiscal plenamente centralizada en el Gobierno Federal. Es decir, la prohibición de hacer recaudación fiscal en las entidades.
Y tres, la prohibición de la reelección continua de legisladores. Son tres medidas políticas estructurales, de fondo que se toman prácticamente de manera simultánea, con una sola orientación, con una sola intencionalidad, centralizar el poder porque así convenía a los elevados intereses de la nación y de la república, cuestión por cierto que no es cuestionable -cuando menos desde mi punto de vista-.
Era necesario, eso era un imperativo nacional, garantizar la estabilidad y era un imperativo nacional, en ese momento y en esas circunstancias, la concentración, la centralización del poder y también el debilitamiento de las maquinarias políticas locales.
Ese sistema político que prevaleció en México por décadas y en el cual participamos tenía como claro punto de apoyo la centralización del poder - lo subrayo - en la figura del Presidente de la República.
No es el momento para señalar aquí si eso ha sido para bien o no del país, eso es otro debate, fue un hecho. La piedra angular del sistema era el poder del Presidente de la República y ese poder la base de la estabilidad de la nación.
El Presidente en turno entonces, con la prohibición de la reelección continua, tenía la posibilidad de orientar, de inducir las decisiones, las determinaciones de un partido prácticamente único para que la conformación de las Cámaras estuvieran alineadas a los intereses del Presidente de la República en turno.
Así fue, así lo vivimos muchos de los que estamos aquí. Tenemos evidencias de eso, tenemos testimonios directos y personales de que así fue, así fue - lo subrayo - en el pasado.
¿Cuál es la situación de la coyuntura actual?
Que ese sistema, que no es el momento de juzgar si fue positivo o negativo para México, ese sistema ya no existe. Ese sistema basado en la centralización del poder, en la figura del Presidente de la República ya no existe y ya no existirá.
Es menester, por tanto, en coherencia con el espíritu original de los principios de la República, no los principios de ningún partido, los principios de la República, redistribuir el poder en los espacios institucionales y ciudadanos que les corresponde. Estamos en los momentos en donde es indispensable y necesario, también incluso para la estabilidad del país, la redistribución institucional y ordenada del poder en coherencia con las estructuras institucionales que están diseñadas desde su origen en nuestro sistema republicano.
De tal manera que el poder del Poder Legislativo sea verdadero, genuino, auténtico, en donde funcione la división de poderes, donde nuestra democracia sea eficaz, produzca bienes públicos, genera políticas públicas pertinentes y provechosas para la comunidad y en coherencia con las demandas y con las exigencias de la ciudadanía.
Hay ahora un reclamo generalizado que no podemos ocultar. La ciudadanía le exige, nos exige a los legisladores, calidad en el desempeño legislativo; funcionalidad en la toma de decisiones sobre políticas públicas; nos exige información a los electores sobre nuestro respectivo desempeño.
En la necesaria redistribución del poder, antes centralizado en la figura del Presidente, hay una exigencia que debemos tomar en cuenta de manera fundamental, el ciudadano exige y tiene derecho a más poder. Y esa es la esencia y ese es el fondo de esta medida que estamos ahora debatiendo y en la cual estoy utilizando la tribuna para hablar en pro, el fundamento de hacer posible la reelección inmediata de los legisladores es darle más poder al ciudadano; no tan sólo para elegir, sino también para calificar y para estar en condiciones de exigir a su representante, a su legislador, un buen desempeño.
Cuántas veces escuchamos a los legisladores, los vi cuando hicieron la campaña y no los volví a ver, se fueron a la Ciudad de México y no volvieron a estar ni en sus distritos ni no volvieron a estar en sus comunidades que con tanto ahínco y con tanto tesón recorrieron durante su campaña, ¿por qué? Porque no existe el incentivo para hacerlo, porque no hay un incentivo de vinculación continua, permanente, genuina, entre el legislador, el representante y el ciudadano. Porque da igual rendir cuentas que no rendir cuentas, ir al Distrito que no ir. Está en el espacio de la ética política de cada quien ir o no ir; escuchar o no escuchar. Al fin ya soy legislador y de aquí nadie me mueve y por lo tanto no voy.
Los partidos políticos, asimismo con la medida de la reelección, se convierten en promotores de las demandas de la ciudadanía, no hay una dicotomía ni un bis a bis entre el principio de la posibilidad de la reelección legislativa continua con el poder de hacer valer en los procesos legislativos los principios y las plataformas de los partidos políticos. Hay mejores carreras parlamentarias y sobre todo claramente en la construcción de incentivos que está reclamando la ciudadanía a la cercanía con la gente, al buen desempeño legislativo, a la honestidad, porque con la posibilidad de la reelección al legislador sí le importa mostrarse y ser honesto y transparente, porque se sabe que está observado y que de eso depende su posibilidad de reelegirse o no reelegirse.
Ahora, en las condiciones actuales, hay muchos más riesgos de caer atrapado en los intereses de grupo, sobre todo económicos.
Con la posibilidad de la reelección la gente hace escrutinio de los legisladores. Sabe quién se ha enriquecido y quién no se ha enriquecido. Sabe quién tiene una remuneración exclusivamente de parte del Poder Legislativo al que sirve y quién no tiene elementos para poder calificar y para poder juzgar.
Y por último, los partidos finalmente tienen el candado. Si un partido político no postula a un candidato en un proceso electoral, aún cuando existe el derecho a la reelección, ese legislador no se va a reelegir. Los partidos políticos siguen teniendo en su poder la posibilidad de postular o no postular a los candidatos; pero la democracia gana porque los partidos políticos estarían obligados a postular candidatos con mayores posibilidades de ganar, con mejores vínculos y de más alto prestigio y calidad con la ciudadanía.
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Señor senador, le ruego concluir.
-EL C. SENADOR GENARO BORREGO ESTRADA: Que se vayan todos.
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Le ruego concluir.
-EL C. SENADOR GENARO BORREGO ESTRADA: Es muy válido, es muy válido lo que aludía mi compañero Roque sobre esa proclama tan triste respecto de los políticos que se llevó a cabo en Argentina de que se vayan todos.
La reelección continua de legisladores permitiría que se queden los que valen. Que se vayan los incompetentes, los indolentes, los deshonestos e irresponsables. Gracias. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE DEVALLOS RAMOS: Gracias señor senador Borrego Estrada. A continuación tiene la palabra el senador César Raúl Ojeda Zubieta, para hablar en contra del dictamen.
-EL C. SENADOR CESAR RAUL OJEDA ZUBIETA: Con su permiso compañero presidente. Compañeras y compañeros legisladores.
Parte de los argumentos que aquí hemos escuchado, no de ahora, sino que en los corrillos de nuestra Cámara de Senadores,…..
-EL C. PRESIDENTE: Permítame, señor senador. Yo quisiera llamar la atención a nuestros compañeros de que un espléndido debate, de la mayor trascendencia como el que está, nos debe obligar a todos al mayor de los respetos para el orador, poner la mayor de las atenciones porque se va a tomar una decisión de mucha trascendencia para el país. Les ruego su comprensión, y que todos, incluyendo al personal de apoyo, ocupe sus lugares. Gracias.
-EL C. SENADOR CESAR RAUL OJEDA ZUBIETA: Gracias a usted, compañero presidente. Se dice que un tema central por lo que debemos impulsar la reelección de legisladores es la profesionalización que se pierde mucho tiempo cuando se ingresa a las cámaras en aprender tanto el proceso legislativo como plantear las temáticas, y yo creo que este es un argumento que no se sustenta, porque partimos del principio de que quienes llegamos aquí lo hacemos a partir de un conocimiento de la realidad que tenemos identificada la problemática, y que podemos en un momento dado plantear nuestras preocupaciones, derivada de la percepción ciudadana, y con el cuerpo de asesores profesionales, espléndidos, de excepción, que tenemos en el Senado de la República, y que ojalá, y aquí vaya un reconocimiento de todos, más allá de este debate, ojalá sigamos impulsando esa profesionalización de quienes están metidos precisamente en la tarea parlamentaria, y nos aporta los elementos técnicos para que podamos presentar las iniciativas que por responsabilidad social traemos precisamente a estos espacios.
¿Reelección por reclamo de quién? Se dice aquí que es una percepción generalizada de que se quiere el debate. Yo no desconozco los méritos de los impulsores ciudadanos, por ejemplo donde hay gente de primera, gente muy respetable, pero que al final de cuentas son exactamente igual a cualquier otro ciudadano en temas de esta naturaleza.
Aquí sus virtudes reconocidas suman exactamente lo mismo que aquel compañero que en el lugar más recóndito de nuestra patria nos dio su respaldo y votó en nuestro favor. Y ahí viene la pregunta sustancial, porque en este debate me parece que hemos perdido de vista al factor fundamental, el ciudadano.
¿Dónde queda el ciudadano en este debate? ¿O vamos a seguir las elites imponiendo decisiones porque desde nuestra óptica esto es lo más conveniente? ¿Este es el argumento central?
Vamos en nuestros nuevos tiempos que celebramos, y que mucha gente identifica como un renacer o una esperanza de nuestra incipiente democracia que se inaugura para algunos, para otros pensamos que fue un trabajo consistente de muchos, inclusive de muchos desde adentro, que impulsaron esta transformación democrática por un sentido de responsabilidad, entendiendo a la realidad del país.
¿Pero vamos a seguir arrastrando las viejas prácticas en estos nuevos tiempos? ¿Vamos a imponer unos pocos una decisión de esta naturaleza a todo un conglomerado social, que si no mienten las encuestas, y creo que aquí muchos por experiencia podemos decir, no mienten, porque a mí me dijeron cuánto me llevaban, no les creí? Pero en la primera fue otra, no entremos a ese tema porque nos vamos a pelar, así que centrémonos en el tema.
Hay una clara percepción ciudadana. El 85 por ciento de la gente dice: oiga, espérese, este tema nos concierne, y a mí me preocupa que tomemos una decisión de esta naturaleza sin que vayamos, como era nuestra intención, a buscar otros acuerdos que en su conjunto nos den garantía de que una decisión de esta naturaleza no pudiera ser contraproducente para nuestra incipiente democracia, porque aquí me viene a mí a colación el caso respetable, ayer lo vivimos, tuvimos un debate muy interesante con los dueños, o al menos con sus representantes, muchos eran dueños de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, donde nos decían, textualmente que sin ellos la posibilidad de impactar a los ciudadanos difícilmente se alcanza.
¿Qué pasaría si uno de nosotros, por ejemplo no fuera bien visto y más allá de su talento, de su entrega, de su entereza, de su vocación, de su responsabilidad no contara con el respaldo de los medios y no tuviéramos algo para poder equilibrar esta realidad, pues simplemente, no quiero decir el nombre de quien estoy pensando, pero lo estoy viendo, pues nunca tendría posibilidad de reelegirse si no cuenta precisamente con el favor y el respaldo de estos grupos que, sin lugar a dudas, en este momento tienen una gran capacidad de influencia.
Y qué diría el ciudadano, bueno, ya reformaron la ley los señores legisladores, ya se van a reelegir, y nosotros qué, qué pasa con las otras reformas pendientes. ¿Nos van a creer que es en el ánimo de construir mejores leyes para que este país y ellos, particularmente tengan mejores condiciones de vida? Les digo con toda honestidad, que eso no se la traga nadie.
Sin dejar de reconocer lo legítimo de este propósito me parece que un tema de esta naturaleza tiene que venir acompañado con grandes reformas que alienten la verdadera reforma de fondo del sistema político mexicano, un paquete integral que abarque desde reforma electora, reforma de la Ley de Radio, que la ciudadanía lea que no sólo logramos acuerdos cuando el beneficio es sólo nuestro, no nos van a creer otro argumento, no nos van a creer que es en el afán de profesionalizar, y sí en cambio no tenemos la misma capacidad para consensar otros que son de su verdadero interés.
Pero como el interés es el ciudadano, yo propongo aquí respetuosamente un procedimiento que puede darnos la pauta para comportarnos acorde de la percepción ciudadana. Yo convocaría a que nos pusiéramos de acuerdo las fracciones parlamentarias, la Junta de Coordinación e impulsemos con recursos del Senado un referéndum, que nos diga la gente qué es lo que quiere en un tema de esta naturaleza, porque no es un tema menor, si algunos estamos reclamando, por ejemplo, en un caso que parece trivial como la Ley de Juegos y Sorteos, la instalación de casinos, que es un tema que desde mi óptica ameritaría la opinión de especialistas, de la sociedad, de todo mundo, y estamos argumentando esto, cómo un tema de esta naturaleza donde tenemos en contra al 85, 90 por ciento de los ciudadanos, donde tenemos en contra, y no sería en este caso mi preocupación mayor, me interesaría la percepción ciudadana en muchos casos la opinión del partido, de nuestros partidos o de nuestra militancia. ¿Cómo avanzar en un tema de esta naturaleza tan sensible que nos beneficia o que podamos, reconociendo los argumentos centrales, sobre todo los aquí planteados por Demetrio y César Jáuregui, que pudiera ser algo de importancia mayor, cómo hacerlo si no vamos a una reforma de fondo? ¿Cómo explicar ante la gente que atendimos su voluntad, cuando nos está indicando que el 90 por ciento no lo quiere?
A mí me parece que debemos atender esta percepción, no le digamos: oye, pensamos por ti, como ayer alguien en la reunión de la Cámara nos dijo: es que hay que ayudarlos porque no tienen la capacidad para plantear, esto por favor no es aceptable en esta democracia.
Tenemos que ir, por supuesto, a grandes reformas, pero ninguna en contra de la voluntad mayoritaria de los mexicanos. Por su atención, muchas gracias. (Aplausos).
-EL C. PRESIDENTE: Gracias a usted, señor senador Ojeda Zubieta. Y a continuación tiene la palabra la senadora Sara Isabel Castellanos Cortés, para referirse al mismo asunto. Y le vamos a pedir a ella y a los demás oradores, por respeto al tiempo de todos, y por favorecer al debate, que así como este último orador, el señor senador Ojeda, se sometió al tiempo con mucho rigor, que todos lo hagamos para evitar que se vaya yendo el debate a la fatiga o al desinterés. Les ruego su comprensión, por favor.
-LA C. SENADORA SARA ISABEL CASTELLANOS CORTES: Con mucho gusto, señor presidente, y gracias. Compañeros senadores, de manera reiterada, a lo largo de las últimas legislaturas y a partir de la apertura política y transición democrática que vive nuestro país desde hace algunas décadas, entre otros temas, se ha venido planteando en el marco de la reforma del estado, la necesidad de revisar el marco constitucional que regula la posibilidad de reelección de los representantes populares que integran el Congreso de la Unión para ser refrendados por el voto ciudadano en mandatos y periodos consecutivos.
Por diversas circunstancias, casi siempre, fruto de la coyuntura y las condiciones específicas en nuestro sistema político, el debate sobre este tema ha sido diferido, sin embargo, parece que el momento de definir claramente nuestras posiciones al respecto, ha llegado.
Es claro que el largo proceso de maduración de nuestra democracia y de la sociedad mexicana y su clase política, nos permite hoy, afrontar el reto de tomar decisiones fundamentales para la vida nacional, sin refugiarnos a los tabú’s del pasado, ni temer al futuro y mucho menos eludir la realidad del presente con un falso debate.
De esta forma hoy que en esta sesión se somete a consideración de esta soberanía, una decisión fundamental para el fortalecimiento de los órganos de la representación nacional y la mejor conducción del Poder Político en México, resulta claro que el debate abierto y franco que se realice en esta tribuna de cara a la nación y sin falsas valoraciones de rentabilidad mediática o electoral. Será determinante para la consolidación democrática el mejor equilibrio de poderes y el futuro de nuestro país, en tanto nos permitirá modernizar, de una vez por todas, las funciones fundamentales del Poder Legislativo bajo el supuesto básico de la profesionalización de la política y la revaloración del voto ciudadano como mecanismo fundamental de premio o castigo a quienes se designa como sus representantes.
Los legisladores y todo aquel que represente la voluntad soberana del pueblo, precisamente en el ejercicio de este mandato, está obligado a rendirle cuentas de su gestión y sus actividades públicas, sin embargo, en un sistema que establece el monopolio partidista para el acceso a los cargos de elección es común, que los legisladores no se sienten sujetos y comprometidos directos con el interés de sus representados, responsabilidad que se asume a través de los partidos políticos, sus estructuras parlamentarias y la plataforma electoral.
A este fenómeno se le ha reconocido como el principio de la responsabilidad invertida, así, la llamada responsabilidad invertida, genera que un representante popular identifique a un partido político, grupo en el poder o algún personaje relevante, como el sujeto a quien debe de rendirle cuentas, dándole la espalda a los electores. Esta deformación de nuestro sistema político, se ha hecho más evidente con el paso del tiempo, afortunadamente el desarrollo de la democracia mexicana está transformando esta circunstancia y uno de los mecanismos que se estima necesarios al efecto, es la posibilidad de la reelección legislativa en periodo inmediato.
Como resulta evidente, bajo nuevas reglas de elección y permanencia en el mandato popular, forzosamente se deberían establecer también nuevos mecanismos ciudadanos para la evaluación, calificación y ratificación del trabajo de los legisladores, dejando atrás las tentaciones de servir en exclusiva a círculos oligárquicos y distantes de los intereses populares, de esta forma, la profesionalización del trabajo parlamentario, su presencia real y sentido social será la clave para su calificación y posibilidad de reelección.
En las modernas democracias está demostrado que la reelección de los legisladores permite, además de un contacto más estrecho y permanente con los ciudadanos y sus necesidades, la continuidad de proyectos legislativos que trascienden a un ejercicio legislativo y sobre todo, otorga un mayor grado de autonomía personal en el diseño de proyectos tan importantes como el Presupuesto de Egresos de la Federación, de esta manera, se fortalece el llamado equilibrio de los poderes de la unión.
Debemos también considerar que los argumentos históricos en contra de la reelección ya no aplican en la renovada vida política de México, la histórica frase de Francisco I. Madero, Sufragio Efectivo no Reelección, se enarboló para combatir un sistema corrompido por la perpetuación del General Porfirio Díaz en el Poder, hace ya casi un siglo, pero en ningún momento se contempló en sus objetivos políticos que se abarcara a los integrantes del Congreso de la Unión, ideario que así fue recogido y plasmado en la Constitución de 1917 en donde sólo se estableció como principio inamovible la no reelección para el Titular del Poder Ejecutivo.
La reelección legislativa inmediata debe ser hoy en día, parte fundamental de la reforma del estado, sólo México y Costa Rica carecen de esta figura mientras que en 17 países de América existe la reelección por un periodo consecutivo.
La reelección de los senadores y diputados al Congreso, plantea el compromiso y la responsabilidad de magnizar nuestros esfuerzos para lograr afianzar la democratización del país en todos sus niveles, esta reforma es necesaria y natural si se quiere avanzar y pertenecer al grupo de países que no son económicamente fuertes, sino que viven una democracia plena y que dan garantías a sus gobernantes.
No obstante, y derivado precisamente de nuestra historia, quedan pendientes la reflexión sobre el alcance y las formas posibles de elección y reelección de los legisladores de mayoría relativa y los de representación proporcional, especialmente en el ánimo de conciliar adecuadamente los principios que sustentan ambas figuras.
En este orden de ideas, el Grupo Parlamentario del Verde Ecologista, está consciente de que aprobar la reelección por sí misma, puede generar el sentido inverso de lo que se desea, acabar con el monopolio de los partidos sobre la representación popular.
Consideramos que la profesionalización de los parlamentarios no debe depender única y exclusivamente a la duración en el ejercicio del cargo de elección, sino que debe ser de electorado el que defina el tiempo en que deba permanecer en su ejercicio el legislador; es decir, debe ser indefinido el término de la permanencia, pues de lo contrario, sería sólo una ampliación de los actuales plazos en el cargo y no se cumpliría con la finalidad de la reforma y de la voluntad popular, esto sería una verdadera democracia.
Por esta razón debemos iniciar un debate intenso sobre el número de legisladores y la manera en que acceden al poder, debemos fijar las modificaciones propuestas el día de hoy como punto de partida y comprometernos a realizar una reforma legislativa más amplia, que dé certeza, transparencia y legalidad a la reelección.
En conclusión, compañeros, estimamos fundamental el que se encuentre una solución legislativa moderna, acorde con nuestra propia realidad nacional, que equilibre adecuadamente los legítimos intereses de la pluralidad política y partidista con las necesidades objetivas de la representación ciudadana.
Compañeros, por su atención les agradezco la atención que algunos compañeros tuvieron con una servidora. Gracias.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias Senadora.
A continuación se concede la palabra a la Senadora Silvia Hernández para hablar en contra del dictamen.
-LA C. SENADORA SILVIA HERNANDEZ ENRIQUEZ: Compañeros, señor Presidente, señor Presidente, formo parte de un grupo de compañeros de mi partido que sostenemos que el sistema político mexicano debe ir hacia la reelección.
Estamos convencidos que la reelección de los legisladores federales, de los legisladores locales y de los presidentes municipales es un paso que hay que dar para la maduración de las instituciones en México.
No me ha pedido, sin embargo, mi grupo de compañeros que venga yo aquí a dar nuestros elementos sobre las ventajas de la reelección, porque otros ya lo han hecho de manera excelente.
Sino a que comente con ustedes y les exprese que con la claridad y el convencimiento de que la reelección es adecuada para México queremos, y así lo haremos, emitir un voto en contra del dictamen.
¿Por qué razón? Daré dos o tres que me parece que son las que ejemplifican el motivo de nuestro voto, aunque, desde luego, señor Presidente, haré entrega, de manera muy formal, de un documento con las firmas que, de cuyos nombres quiero mencionar ahora: Georgina Trujillo, Carlos Chaurand, Emilio Gamboa, Héctor Michel y yo misma.
Estoy segura de que la Asamblea ha advertido con claridad que el texto que se propone nos lleva a la reelección inmediata de los senadores de la República por una vez, y de los diputados federales hasta por tres veces. En un escenario en el que hubiera legisladores siempre reelectos así, desde luego podríamos tener con un Congreso que tenga una legislatura homogénea durante doce años, ese es un punto importante.
Sin embargo, el proyecto de decreto señala y se desprende del mismo que los congresos locales tendrán, de acuerdo a su soberanía, la posibilidad de varias cosas: un diputado local, si así lo decide su Congreso, podría una, si el Congreso decide podría no reelegirse jamás, porque los congresos locales podrían decir no a la reelección.
Un Congreso local podría decir sí a la reelección por una vez, otro podría decir por veinte veces, otro podría decir hasta los 70 años. La soberanía de los congresos permitiría que en un cierto escenario nos encontráramos con 31 fórmulas distintas en los estados; esto significa que, por un lado, ahora estamos avanzando en tener un Congreso Federal que puede tener hasta doce años, pero podríamos tener en Aguascalientes no reelección y en Querétaro reelección limitada.
¿Es eso lo que realmente queremos los que estamos a favor de la reelección? ¿Es eso lo que buscaríamos quienes queremos que el país mantenga esta estructura política de homogeneidad que, por cierto, ahí tenemos clara en el 115, en el 116? Yo estoy segura que no y mis compañeros y yo así lo pensamos.
Por otro lado, este proyecto de decreto es absolutamente omiso en materia de presidentes municipales. Los presidentes municipales tienen 36 meses desde el momento en que son electos, hasta que se tienen que ir. Si en algún momento el tema de la reelección ha conseguido un consenso ha sido hace algunos años cuando se habló de una posible iniciativa del Ejecutivo para la reelección de los presidentes municipales.
Miren ustedes qué pasaría si ahora aprobamos este proyecto de decreto ¿Qué sería? ¿Podríamos ir a dar la vuelta a los estados y después pronto tener elección, reelección en el Congreso Federal y una variedad de o no reelección o muchas reelecciones en los estados? Eso consideramos en este grupo, que no es sano de manera alguna.
Por último, quisiera señalar, derivadamente del proyecto la Asamblea Legislativa, la del Distrito Federal, también puede reelegir a los representantes ante la Asamblea desde una hasta tres veces. También queda claro que este Congreso podría ajustarse, se tendría que ajustar al texto del decreto; pero hay una grave omisión en este decreto, la omisión de que los integrantes a la Asamblea de Representantes no tienen en ningún lugar claridad de que no podrían ser ellos mismos los que ahora están ante la Asamblea los que pueden ser sujetos de reelección.
Quiero decir, igualmente, que en el artículo vinculado con los estados o en la expresión vinculada con los estados también puede darse ese el caso, que los diputados locales actuales puedan ser ellos mismos reelectos o podrían nunca ser reelectos de acuerdo con los estados.
Sí, Senador ¿Usted me va hacer alguna pregunta?
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Permítame, Senadora. Con la súplica a la Senadora que nos diga si admite la pregunta y en su caso que ésta sea breve y la respuesta también.
-LA C. SENADORA SILVIA HERNANDEZ ENRIQUEZ: Sí, señor, con mucho gusto la admito y desde luego será breve.
-EL C. SENADOR DEMETRIO SODI DE LA TIJERA: Sí, muy breve. Yo en lo personal presiento que lo que comentamos durante todo este debate, el tema de la reelección, que las tres propuestas que usted hace estaríamos totalmente de acuerdo.
Mi pregunta es: ¿Si en este momento, previo consenso en la Asamblea, se incluyera lo que sería la posibilidad de reelección de los diputados locales con un plazo determinado, de la Asamblea de Representantes y presidentes municipales ustedes mantendrían, como lo dice, su voto a favor del dictamen o que lo regresáramos a Comisiones con el compromiso de que en una semana volvemos a traerlo con estos cambios?
Es que es importante, porque de esta manera podemos asegurar una mayoría, porque según lo que usted manifiesta varios senadores y senadoras del PRI con estos cambios estarían de acuerdo. Y yo creo que todos estamos de acuerdo en que se incluya esto.
Mi pregunta es: ¿Si usted mantendría su voto con estos cambios?
-LA C. SENADORA SILVIA HERNANDEZ ENRIQUEZ: Compañero, este dictamen se ha estudiado mucho tiempo y nos parece que si bien es una vía del procedimiento legislativo hacer esta oferta no coincidiríamos con ella por una razón, Senador.
Es hacer legislación sobre las rodillas, estamos hablando de incluir una reforma para la reelección de los presidentes municipales que en esta Legislatura no ha tenido consideración alguna. Si en este momento dijéramos que si la hubiera, no sabemos en qué términos, no sabemos cómo diría el texto, sería excedernos en algo que ahora queremos plantear.
Nosotros queremos decir: sí tenemos que ir a la reelección, pero planteado como está se vuelve un elemento aislado, no solamente aislado, porque la Asamblea sabe que soy de la posición de que en la política cuando no se puede todo se puede avanzar poco a poco. Pero el efecto, veo la cara de Cecilia Romero que es muy expresiva, pero el efecto de en este momento y de aprobar este dictamen sin poder comprometernos a que pude ir al texto la obligación en los estados, de que tendría que ser no los actuales, sí hasta tres años y la claridad de que haya homogeneidad, eso nos haría un efecto enormemente distorsionante.
Vuelvo a insistir, podríamos tener el caso de un Congreso Federal de 12 años y 31 fórmulas distintas. No hagamos esto sobre las rodillas, hemos comentado nuestros argumentos con nuestros compañeros de otros partidos, los conocen anticipadamente, no queremos sorprender con una posición ahora, ratificamos nuestra posición a favor de la reelección y, sin embargo, por los motivos que aquí exponemos nos parece que tenemos que votar en contra del dictamen y así lo haremos.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, Senadora. A continuación tiene la palabra el Senador Jorge Zermeño Infante, para hablar en pro del dictamen. Le vamos a pedir de igual manera al señor senador que hiciera un esfuerzo por concluir antes de los 7 minutos.
- EL C. SENADOR JORGE ZERMEÑO INFANTE: Gracias, señor Presidente: Yo quisiera dejar un testimonio como Coordinador del grupo parlamentario del PAN aquí en el Senado, decirles que para esta votación trascendente e importante cada uno de los senadores y senadoras del PAN habrán de emitir su voto en conciencia y con entera libertad. Porque en éste, como en cualquier otro tema, no podemos admitir que la línea, que los intereses partidistas, que los cálculos electorales, que las encuestas sobre temas que en ocasiones no se conocen adecuadamente puedan influir en lo que como legisladores con responsabilidad pensamos que es bueno México, que es bueno para las instituciones.
Porque estamos convencidos de que debe ser el juicio ciudadano el que decida en las urnas quién debe ser su representante, quién pueda permanecer o no permanecer. Que sean los ciudadanos los que efectivamente censuren, acepten o rechacen aquéllos que aspiren a representarlos con dignidad. Para nosotros es importante que ser ciudadanos.
Cuando se habla de posibilidad de reelección y vemos estadísticas a nivel mundial, podemos encontrar que no más del 20% de legisladores acceden a estos cargos. Y esto es claro, porque aquél que no hace un buen trabajo, que no rinde cuentas, que no tiene vocación de servicio, seguramente no tendrá cara con qué presentarse frente a los electores. Pero también los electores sabrán valorar a esa candidatura si le otorgan o no la confianza de una adecuada representación.
Decir que solamente dos países en el mundo no aceptamos esta posibilidad de reelección, pues francamente es para analizar si efectivamente los tiempos pasados en donde había un Congreso servil, un Congreso sumiso al Ejecutivo, si todavía esos tiempos merecen que esa mala imagen que muchas veces generó el Congreso de la Unión pueda seguir siendo útil para estos propósitos.
Hace rato se mencionaba en aquélla discusión del 64, cuando todos los diputados de todos los partidos, incluyendo el PRI, apoyaron la reelección en Cámara de Diputados, por ahí alguna frase de Lombardo Toledano, cuando se refería al Senado de la República y se preguntaba: “¿Qué hacemos con el Senado? ¿Lo alquilamos? ¿Lo vendemos? ¿Lo rifamos?”. Esas eran las expresiones de los políticos hacia una Cámara que como allá en el siglo XIX por ahí alguien decía: “Cuartel de invierno de todas nuestras nulidades políticas”. Esa imagen de desprestigio de un Poder Legislativo la hemos revertido con un Congreso plural, pero tenemos que revertirla con valor, tenemos que revertirla con trabajo, tenemos que revertirla con acciones que permitan que el ciudadano sepa qué hace cada uno de sus representados.
Y cuando aquí se dice que habrá más gestoría o que estarán más preocupados los legisladores por estar llevando a cabo obras, servicios o trabajos para los mayores intereses, yo les diría y esto lo hemos visto todos: Los grandes intereses económicos en este país actúan en el Congreso con o sin reelección. No es de ahora. Tenemos que enfrentar este tipo de temas.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Permítame, Senador.
Dígame, Senadora.
- LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO (Desde su escaño): Si me permite una pregunta el orador.
- EL C. SENADOR JORGE ZERMEÑO INFANTE: Con mucho gusto.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Por favor, Senadora.
- LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO (Desde su escaño): Quiero saber si sabe el sentido del voto de su grupo parlamentario el 27 de diciembre de 1964, cuando se discutía en el Pleno de la Cámara de Diputados la iniciativa de reforma al artículo 59.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, Senadora.
- EL C. SENADOR JORGE ZERMEÑO INFANTE: A favor, a favor de la reelección, señora Senadora.
Y lo dije hace rato, fue votada por los diputados del PRI, del PAN, del PARM y del PPS, que en ese entonces conformaban la Cámara de Diputados. Por cierto, eran 20 diputados del PAN, porque solamente el tope de diputados de partido le permitía a nuestro partido esa cantidad.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Quedó desahogada su interpelación.
Dígame Senadora.
- LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO (Desde su escaño): Señor Presidente, muy rápido hacer el comentario en referencia a un documento denominado “Crónica de un debate memorable del doctor en Derecho Manuel Barquín Alvarez, que menciona a la letra:…
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Pero permítame, Senadora. Su interpelación ya fue respondida.
Ahora, si usted desea formular otra, necesito preguntarle al orador si la acepta o la rechaza.
Por favor, Senador.
- EL C. SENADOR JORGE ZERMEÑO INFANTE: Sí la acepto.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Por favor, Senadora.
- LA C. SENADORA DULCE MARIA SAURI RIANCHO (Desde su escaño): Gracias.
De acuerdo a este artículo que cité, se menciona: “La modificación fue aprobada conforme al dictamen de las Comisiones Unidas por 162 votos a favor y 28 en contra, entre los que se consideraron los de Acción Nacional”. Solamente quería hacer esa acotación.
- EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Sí, nada más quiero precisar que no se trata de una pregunta, sin embargo, tiene facultad el Senador para hacer referencia a ella.
- EL C. SENADOR JORGE ZERMEÑO INFANTE: Pues yo le pediría que fuéramos al Diario de los Debates, revisáramos los votos. Y yo recuerdo una participación de quien era coordinador de los diputados del PAN, Adolfo Chistlieb Ibarrola, precisamente hablando en favor de la reelección.
Pues yo creo que se han dado muchos argumentos sobre este tema. Y por supuesto que yo coincido con quienes piensan que fortalecer nuestras instituciones, que profesionalizar el trabajo legislativo es una de las posibilidades precisamente de esta reforma que posibilita, porque no es automática la posibilidad de que diputados o senadores puedan acceder a enfrentar al electorado y buscar su reelección.
Cuando se aduce que una reforma como éstas puede traer la posibilidad de que se reforme también la Constitución para que el Presidente de la República busque su reelección, queremos también dejar en claro que en el caso nuestro jamás Acción Nacional ha presentado ni lo haremos, en este caso, en este tema, pensando en la posibilidad de reelección presidencial. Pero sí consideramos que debe abrirse la posibilidad de que diputados locales, de que alcaldes puedan tener la posibilidad también cuando hacen un buen gobierno de repetir en sus cargos. Y esto le ahorraría al país muchos recursos, muchos recursos que se pierden en el aprendizaje, porque eso es cierto. Lo sabemos quienes hemos sido legisladores, quienes hemos sido diputados o senadores. Sabemos también toda esa cantidad de recursos económicos y humanos que se pierden y que el país paga por falta de conocimientos, de experiencia que sería conveniente que pudiéramos analizarlas adecuadamente en un tema como éste.
No creo que sea, pues, un tema de moda, sino más bien una necesidad. Y afrontarla, enfrentarla y votar en conciencia. No esperar a ver qué nos puedan decir encuestas sobre un Congreso o sobre la labor o el trabajo legislativo que tiene, por cierto, muy malas calificaciones.
Es necesario que con valor enfrentemos las cosas. Y como se ha dicho, yo no quisiera que nos dijeran como en Argentina: ¡Que se vayan todos! Había otras condiciones, había otros elementos, había una grave irritación hacia toda la clase política en ese país. No creo que sean las condiciones. Pero, por supuesto, yo coincido en que se queden los que tengan vocación, los que tengan capacidad, los que tengan valor de enfrentar a sus electores para informarles y decirles qué hicieron o qué dejaron de hacer; para que expliquen sus votos; para que expliquen su actuación, y para que busquen con honestidad el apoyo, que estoy seguro, que muchos buenos legisladores como ustedes, habrán de lograr, si esto se pueda dar.
Pero también que quede claro, esta reelección no es para nosotros; que quede perfectamente claro, no hay un interés aquí de ningún legislador para buscar una reforma a conveniencia, esta reforma será para otros.
Y por cierto, creo que en el PRI habrán de tener una asamblea en próximos días.
Yo creo que a quienes aspiren, en su partido, a tener la posibilidad de ser legisladores, creo que les dejarán un mejor espacio para que puedan ser legisladores, y para que puedan reelegirse si hacen las cosas adecuadamente.
Muchas gracias. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor senador.
Tiene la palabra la senadora Luisa María Calderón, para referirse al mismo asunto.
Permítame, senadora.
Debo aclarar, algunos senadores que me comentan desde lejos, algo, y que no entiendo con claridad, que habida cuenta de que se trata de una lista absolutamente desproporcionada, con muchos más a favor que en contra; hemos estado teniendo que hacer ajustes de los comparecientes. Y está a punto, esta Presidencia, de consultar a la Asamblea si tiene suficientemente discutido el asunto. Empero, están algunos objetantes incluidos en la participación.
Tengan la bondad de esperar su turno, para que podamos concluir este debate como empezó, de excelencia.
Por favor, senadora.
-LA C. SENADORA LUISA MARIA CALDERON HINOJOSA: Gracias, señor Presidente.
Y además agradezco que me dé turno después de mi coordinador porque, a él debo agradecer el respeto que tiene con todos los integrantes de su grupo parlamentario.
Y también que me dé este turno, porque aún estoy, con toda mi actitud, tratando de ser convencida. Sin embargo, en este momento quiero razonar mi voto de abstención.
Para Acción Nacional, la democracia es la organización racional de libertades con base en la ley; es distribución equitativa del saber, del tener y del poder.
Para realizar los cambios legislativos que nuestra democracia requiere para ser eficaz, para tomar las decisiones que exige el bien común, para permitir que hombres y mujeres vivan su libertad con responsabilidad social, para lograr que la república prospere en la democracia y que ambas hagan avanzar a la justicia, para eso hemos sido a elecciones legislativas, en especial a las del año 2003.
En ese proceso, en la plataforma legislativa, que entonces ofrecimos a la ciudadanía, nos comprometimos a legislar para que los ciudadanos puedan tener control sobre sus representantes a través de la reelección consecutiva de legisladores.
También nos comprometimos en esta legislatura a ampliar las facultades del Congreso para clasificar y sistematizar sus potestades en función de control y fiscalización, y en sus funciones legislativas y jurisdiccionales con el fin de facilitar la colaboración de los poderes de la unión.
Pero junto con estas dos muy importantes reformas, también nos comprometimos a lograr un régimen de incompatibilidad de los legisladores.
Creo, firmemente, que el Poder Legislativo tiene que fortalecerse, y que para lograrlo, son necesarias reformas que promuevan la profesionalización de los legisladores.
Creo también que el legislador debe sobreponer a cualquier acción el interés general de la nación como se establece en el dictamen que estamos discutiendo.
Pero también creo y estoy convencida, de que para fortalecer, efectivamente, al Poder Legislativo y establecer medidas para que en cada acción legislativa subyazca el bien común, no basta una reforma aislada.
Estoy convencida de que se necesita más de una reforma, y que esa debe ir acompañada de un marco que acote y delinee lo que verdaderamente debe ser la tarea legislativa.
En un contexto en el que prevalece el mercadeo político por encima del bienestar de las personas, puede ser que la reforma que ahora se somete a votación traiga a consecuencias no intencionales, sin reformas consecuentes que acoten la labor del legislador, que lo obliguen, efectivamente, a rendir cuentas ante su electorado; que lo obliguen a hacer transparentes sus actividades.
¿Quién nos dice, que en vez de lograr la profesionalización, no estaremos incentivando las tareas de gestoría que se alejan de la verdadera responsabilidad del legislador, y que son mucho más redituables, electoralmente hablando?
Creo, firmemente, que la reelección es un instrumento de rendición de cuentas, pero no es el único. Y es nuestra responsabilidad hacer reformas integrales que permitan un conjunto de acciones que logren la verdadera profesionalización en las tareas legislativas.
Hacer bien concreta y cotidiana la división de poderes, ha sido un proceso nuevo a partir del voto que divide al Poder Legislativo en grupos más equilibrados. Pero el respeto a la separación de los poderes aún no es real.
Muchas de las actividades de representación de los legisladores, son más de gestoría ante el Poder Ejecutivo, que de construcción de marcos legales que ayuden al bien común.
Paradójicamente, a mayor gestión demandada por la pluralidad y la competencia democrática electoral, menor democracia en el ejercicio del Poder Ejecutivo, quien en los distintos órdenes de gobierno, se ve cada vez más presionado a responder a demandas partiditas hechas desde los legisladores, que al cumplir con una planeación democrática.
La lealtad por favores hechos sigue siendo el costo de un voto. No lo es, lamentablemente, todavía el cumplimiento de la tarea legislativa.
Y si bien es cierto, que el ejercicio libre de la comunicación de los medios, nos ha puesto en la política en la agenda de la ciudadanía, no están siguiéndonos por nuestro ejercicio legislativo, son los conflictos políticos los que venden nota, no las consecuencias que sobre la ciudadanía tendrá tal o cual reforma legislativa o ley nueva.
Una de las intenciones de las reformas que hoy discutimos, es permitir la profesionalización del legislador; pero la profesionalización no deviene de la simple permanencia en un cargo público; la profesionalización tiene que ver con resultados que responden a las facultades, que por ser legislador, se adquieren constitucionalmente.
El legislador debe ser sensible a las necesidades comunitarias e individuales de los ciudadanos, y atenderlas a través de pertinentes reformas legislativas que las resuelvan.
Profesionalizar al Poder Legislativo, tiene también que ver con modificar las normas que lo rigen para permitir transparencia, eficacia, responsabilidad y constante comunicación con la ciudadanía a la que representa para saber si el trabajo que se realiza es efectivo o no.
Tenemos pendientes, en esta propia Cámara, en esta legislatura, Iniciativas que tipifican como delito algunas conductas del legislador, para transparentar el proceso de dictamen, para regular la recepción de opiniones de los ciudadanos y el cabildeo, para acelerar la discusión y aprobación de leyes.
No hemos discutido la reducción de legisladores, no la disminución de representación proporcional; tampoco hemos asumido normas que nos permitan ser transparentes en la distribución y uso de los recursos, ni siquiera como se hace en la Cámara de Diputados.
Todas estas normas fortalecerían al Congreso, y luego, teniendo un Congreso fuerte, bienvenida la reelección.
Y sólo una acotación a mi amigo Sodi, y alguien más que habló de Costa Rica.
Costa Rica, que es la única nación que no admite la reelección, es en Latinoamérica la democracia más consolidada, y además no se deja acotar por el Presidente.
Recientemente, fueron capaces de traer al Secretario de la OEA, de juzgarlo, y era su Presidente, y fue alguien que abusó de un dinero que no le correspondía. También sería bueno que revisáramos las excepciones.
Por estas razones, porque la sola reelección no fortalece al Poder Legislativo, es que en este momento me abstendré, y hago votos porque en esta legislatura completemos ese proceso iniciado por la Comisión Especial Anticorrupción, que nos ha entregado un predictamen para hacer nuestro ejercicio legislativo, un proceso que fortalezca la ejecución democrática de los Poderes Ejecutivos en sus diferentes órdenes, y que provoque en la ciudadanía el respeto por las instituciones del Estado.
Agradezco, señor Presidente. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, senadora Calderón.
Tiene la palabra el senador Oscar Cantón Zetina, para referirse al dictamen, y hablar en contra de él.
-EL C. SENADOR OSCAR CANTON ZETINA: Con su permiso, señor Presidente.
Honorable Asamblea:
Hago uso de esta tribuna para fijar mi postura en contra de la reelección inmediata de legisladores, a esta reforma constitucional que hoy está a debate.
Me felicito por observar un debate, un debate calificado; me felicito por los compañeros senadores que tengo; me felicito porque el país está viendo la postura de cada uno, respetable cada uno, y el voto que verá, por supuesto, que será de acuerdo con las convicciones y los principios y el compromiso de cada uno con el país.
No conozco un solo diputado local, ni federal, ni senador de la República, que no quiera fortalecer el Poder Legislativo. Pero hay que tener mucho cuidado de no caer en las trampas, en las trampas que podrían restarle fortaleza al Poder Legislativo.
No se puede fortalecer al Poder Legislativo, desconociendo los procesos históricos, y los contextos en que se da la actual legislación; las verdades a medias, los comparativos fuera de lugar y las falacias no son los mejores argumentos para incidir en una modificación.
La historia no miente. En el siglo XX, tanto en México como en el mundo las experiencias demostraron que sólo un Estado fuerte, con orientación social, es capaz de frenar las tendencias oligárquicas.
Ese aprendizaje, para nuestro pueblo, tuvo altísimos costos. Casi un millón de vidas en la Revolución Mexicana.
La propuesta de reelección inmediata, tiende a consolidar el poder político y el económico en las mismas manos. Esta forma de gobierno se llama oligarquía, y por supuesto no necesita de legisladores más profesionales, sino más dóciles. Esto es lo que está en juego.
Ya reconoció el Poder Ejecutivo Federal, que el actual es un gobierno de empresarios y para empresarios; ahora, quieren un Poder Legislativo de empresarios y para empresarios; ¿y después el Poder Judicial?
Porque hay quienes ponen de ejemplo el caso de Chile, la democracia de Chile. Ya revisaron cómo está compuesta la Suprema Corte de Justicia de Chile, está el capital y está el poder militar; que respeto la milicia de las fuerzas armadas, pero no tienen que estar en ese poder.
Es evidente que en el siglo XXI, México vive el enfrentamiento de dos modelos de desarrollo. Por un lado, el gobierno de empresarios, que abiertamente propuso ceder soberanía, en una integración con los Estados Unidos. Y que pone a remate las industrias estratégicas en poder del Estado, violando la Constitución.
Por otro lado, tenemos una presencia consolidada de un Poder Legislativo más fuerte, más independiente, y partidos políticos y movimientos sociales, que defienden el modelo de desarrollo con justicia social, establecido por el Constituyente y desarrollado por los gobiernos revolucionarios, el cual, se sustenta en la Carta Magna, que asigna tareas concretas al Estado.
Refuto totalmente a aquellos que dicen que en 70 años todo está malhecho por los mexicanos; rechazo totalmente de que el sistema político mexicano no sirvió para nada; ahí están las grandes instituciones públicas, ahí está la grandeza de un pueblo que día con día va forjando una nación.
Este Senado, este sistema político, plural, participativo; que permite que las minorías estén representadas en el Congreso, es producto de esos 70 años.
No voy a negar nunca, ni a mi padre, ni a mi abuelo, que haciendo una lucha, basada en pobreza e ignorancia han luchado por esa grandeza; no nos denostemos, ni los aniquilemos como nación.
Como pueblo defendamos lo bueno, que fue mucho; corrijamos lo que no hicimos bien. Vayamos a las insuficiencias, reconozcamos las carencias, pero de ahí a que actuemos con posiciones maniqueístas, que sólo alumbran el exterminio de un gran pueblo y de una gran nación, tenemos que enfrentarlo con convicción y con el libro de texto en la mano, en donde defendemos la historia patria; así me enseñaron en la escuela pública, en la escuela de gobierno, en la escuela laica y gratuita que precisamente esos 70 años ayudaron a consolidar.
De prosperar la iniciativa reeleccionista, se abriría la puerta para modificar la Constitución vigente, y desaparecer, totalmente, el Estado social; se busca lograr por la vía legislativa, lo que no se ha podido hacer por la vía de la alternancia en el Ejecutivo.
El argumento de la profesionalización legislativa, que falaces. Hablar a nombre de la ciudadanía, para argumentar que éste exige la reelección inmediata, es por lo menos un despropósito; es estar ignorando lo que allá afuera se está diciendo; lo dice la gente, lo dicen las encuestas, lo dice todo mundo: no le interesa al pueblo de México la reelección.
Hay un puñado de mexicanos, que sí le interesa, y que bueno que defiendan su punto de vista. Esa es la parte de la riqueza democrática de este país; pero no copiando modelos, no inventando teorías que chocan contra la realidad y contra el pueblo de México, es cómo vamos a legislar mejor.
Tengamos cuidado, observemos, respetemos y analicemos; pero pensando en los intereses nacionales.
No le demos tantas vueltas. Existen grupos de interés, con nombre y apellido, que son los que buscan este cambio.
Curiosamente, son los mismos que patrocinan la campaña de desprestigio al Congreso, a los partidos y a la política.
Acaso no les llena de orgullo, como a mí me llena, estar sentados aquí con compañeros, con compañeras, que son… que son la prueba más evidente de la responsabilidad y de la profesionalización de un legislador.
Aquí está Dulce María Sauri Riancho, muchas veces, varias veces legisladora. Me da orgullo ser su compañero, su claridad, su compromiso; siempre su presencia en las comisiones, en el pleno; es una legisladora excepcional. Pero ella tiene experiencia.
Y qué pasa de don Manuel Bartlett Díaz, nunca había pisado, como legislador, el Senado, ni tampoco la Cámara de Diputados. Pero quien puede negar ante un México, que está pendiente de los trabajos senatoriales, que es un senador que cumple, que trabaja, que actúa defendiendo los intereses nacionales, con plena convicción; es un ejemplo de legislador y de profesionalización.
La no reelección, sirve para fortalecer el sistema de partidos; favorece la integración nacional del sistema político, evita cacicazgos y obstruye la corrupción derivada de la exigencia… de la existencia de legisladores propietarios de su circunscripción.
Como sucede, como lo han dicho aquí, en los Estados Unidos. Allá no hay legisladores de la nación, son legisladores de las grandes corporaciones, y no es novedoso, todo mundo lo dice: ellos lo asumen.
Hay que ver, los votos de cada uno, y que también, de darse esta reelección, podría, podría servir para alquilarse, para votar al gusto del Ejecutivo.
Quienes buscan la reelección legislativa, utilizan tesis endebles, y su objetivo se ubica más bien, en una cuestión ideológica, que es, que es, realmente, atentar contra el verdadero Estado mexicano; atentar contra la democracia.
Amigas y amigos: El pueblo de México no quiere reelección inmediata de sus legisladores; el pueblo de México quiere compromiso de sus legisladores; así me lo han pedido y exigido en Tabasco, sin modificar la Constitución, ni la reelección inmediata, he sido dos veces diputado federal; he sido dos veces senador de la República, y por el voto de la mayoría, no es cuento, los tabasqueños conmigo no se han equivocado, y saben porqué, porque defiendo los intereses de la gente, no defiendo los intereses de los grandes capitales, de los grandes intereses extranjeros; eso no los defiendo.
Por eso, por eso, fortalecimiento del Poder Legislativo, sí, pero sin retrocesos históricos…
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Por favor, en este recinto, permítame, senador.
En este recinto, hemos respetado a los oradores y hemos respetado al Senado.
Continúe y concluya.
-EL C. SENADOR OSCAR CANTON ZETINA: Termino, señor Presidente.
Fortalecimiento del legislativo, sí; pero sin retrocesos históricos, ni subordinación al gran capital; fortalecimiento al legislativo, sí, pero sin maniqueísmos sectarios, enmascarados de avance democrático.
Muchas gracias, por su paciencia, y su atención, señores senadores. (Aplausos)
Tiene la palabra, a continuación, para referirse a este mismo asunto, el señor senador Ricardo Gerardo Higuera, a quien le solicita la Presidencia ocupar el menor tiempo posible, como a cada uno de los oradores, independientemente de que algunos no lo han atendido.
-EL C. SENADOR RICARDO GERARDO HIGUERA: Gracias, señor Presidente.
Bueno, yo había planteado la moción suspensiva, no porque le rehuyéramos al debate, sino porque, precisamente, sería lamentable que hoy se enterrara la posibilidad de aprobar este dictamen. Este dictamen que tiene que ver, sí, con el fortalecimiento del Poder Legislativo, y que forma parte importante de la reforma del Estado.
Ya se han dado aquí argumentos, de diversa índole por Demetrio Sodi, por César Jáuregui, Genaro Borrego y por otros compañeros, incluso estoy de acuerdo con las ausencias que decía Silvia Hernández en esta iniciativa, pero que es un paso importante y bueno toda ley es perfectible.
Es este un tema muy importante que merece toda nuestra atención porque de él depende un aspecto toral de nuestra democracia representativa. Si bien es cierto que en algunos sectores o quizás, como se decía aquí, en el 80 por ciento de la población está en su animo de que no haya reelección, pero hay que ver por qué. Y yo creo que ahí ha habido un asunto delicado porque las consultas, las encuestas que le hacen la ciudadanía, se la hacen después de un descalificativo o de una campaña de desprestigio hacia los legisladores.
Entonces es lógico y si sacan ahí la cita de un legislador irresponsable, de un legislador, que hay excepciones por supuesto, un legislador que ha hecho mal uso de sus facultades, y le preguntan al pueblo que si quiere la reelección de los legisladores; pues por supuesto que van a decir que no.
Entonces yo creo que ha falta y es algo muy importante el que a la población, a los ciudadanos, se les de la información adecuada, suficiente de las conveniencias de que se de la reelección de los legisladores.
Yo creo que es a todas luces evidentes que la reelección nos lleva a una profesionalización del Poder Legislativo, la reelección inmediata.
Y el hecho de que sea una tendencia internacional donde la reelección legislativa es una realidad, pues es precisamente porque en esta etapa, en esta etapa, corresponde, se requiere que haya un poder Legislativo profesional.
Es necesario fortalecer el Poder Legislativo, la arena de discusión de los grandes temas nacionales, y con ello lograr uno de los objetivos de la reforma del estado, el fortalecimiento de los poderes públicos y una mejor relación entre ellos.
Por otro lado, se está hablado aquí y es necesario avanzar hacia un régimen semiparlamentaria, porque nuestra transición democrática podrá consolidarse en la medida que sea capaz de borrar el presidencialismo autoritario y fortalecer nuestra democracia representativa.
La reelección legislativa debe apoyar porque el representante popular debe estar permanentemente en el escrutinio de la sociedad, porque eso lleva y está comprobado a una mejor rendición de cuentas.
Yo estoy convencido que con esta dinámica que traemos, con esta transición a la democracia, que estamos viviendo, quieran o no algunos, se van a reelegir los legisladores que hayan hecho un buen trabajo.
Es cuanto. (Aplausos)
EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor senador.
Esta Presidencia informa al Pleno que están registrados aún ocho señores legisladores; sin embargo, otorgará la palabra únicamente a un senador para que hable en contra, y a un senador para que hable en pro.
Acto seguido se consulta a la Asamblea, si considera o no suficientemente discutido el asunto.
Atento lo anterior, se concede el uso de la palabra al señor senador y doctor David Jiménez González.
EL C. SENADOR DAVID JIMENEZ GONZALEZ: Muchas gracias, querido señor presidente.
Estimadas compañera y estimados compañeros senadores:
Yo quisiera partir sobre algunos aspectos que es importante tener en consideración. Unos de carácter histórico y otros fundamentalmente de carácter práctico.
Lo de la carácter histórico aquí ya se ha apuntado con toda precisión por parte de algunos compañeros que lo único que yo haría era únicamente y exclusivamente en insistir en la visión que se ha dado a principios del siglo XX, debido a nuestra gesta revolucionaria respecto a dos principios fundamentales que han dado vida a la democracia de nuestro país: El principio del sufragio efectivo y de la no reelección.
¿La Revolución Mexicana con este principio de la no reelección, qué fue lo que hizo? Sino dar rotundamente, confirmar la eliminación, evitar la creación de aquellas oligarquías que quieren perpetuarse, a través de los nombres y de las herencias de carácter político y de carácter social.
Por eso, uno de esos principios caló tan hondo que el pueblo de México ha decidido no aceptar la reelección.
Nosotros fuimos durante treinta años no nos olvidemos durante treinta años el pueblo de México padeció una camarilla, una oligarquía, de Tuxtepec, el del Porfiriato que trajo como consecuencia un movimiento social que le costó a la nación cerca de un millón de vidas de mexicanos.
Este sistema prohibió, sin lugar a dudas, la reelección absoluta del Presidente de la República y de los gobernadores de los estados.
No así, la de los legisladores, la de los senadores, la de los diputados al Congreso de la Unión, como a los diputados a los Congresos locales, y a los presidentes municipales.
Esta situación ha dado como consecuencia en nuestra experiencia política para enriquecer nuestra vida democrática aspectos tan sensibles que han enriquecido verdaderamente la vida política de México.
No hace muchos años qué acaso no ampliamos la edad ciudadana para que participaran en la vida política de México los jóvenes de 18 años.
Qué no hace pocos años también reducimos la edad también para que participaran los jóvenes en los cargos de elección popular, entre ellos para que tuvieran acceso a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores.
Nosotros consideramos que el evitar la reelección inmediata será, sin duda, una muralla, una valladar, un obstáculo para ser imposible que crezcan, que nazcan y que se fortalezcan ese tipo de cotos de poder que a todos a veces aun hoy día en diferentes partes de nuestro país se nos presentan como camarillas.
No es la primera vez en que se ha tocado este tema, aquí ya se decía y, sin duda, no será la última.
Pero también deberemos de estar atentos a esta situación porque tendremos que ver algunos aspectos que en cuanto al ejercicio práctico de aquellos cargos a los que hemos accedido por medio del voto, del sufragio popular, hemos sentido la responsabilidad política.
He sido Presidente Municipal de la capital de mí Estado, de Morelos, de Cuernavaca de 1973 a 1976, de 29 años y eso me permitió llegar a conocer los problemas que tienen las grandes ciudades de nuestros estados, joven pero con una experiencia ya adquirida con anterioridad.
He sido dos veces diputado federal por Cuernavaca, después de haber sido Presidente Municipal y esto me permitió el volver a tener la confianza de mis electores, para que yo llegar al Congreso de la Unión a representar a mí distrito y a mi estado.
Inclusive he sido representante a la Asamblea del Distrito Federal por el XIX Distrito de Azcapotzalco, con la confianza de los electores, una vez que me vieron actuar como delegado político en esa hermosa delegación de la Ciudad de México.
Y hoy ocupo, gracias a la voluntad de los electores de Morelos, el honrosísimo cargo de Senador de la República de mí estado.
Esta experiencia legislativa me ha permitido constatar, que no solamente aquellos que han tenido muchos años en la Cámara de Diputados, en el Senado y en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, llegan a ser los mejores legisladores.
He visto sí, y con un gran gusto, con una “halago”, como los jóvenes, como los hombres maduros que llegan por primera vez son los que inyectan un dinamismo tremendo, espléndido a los órganos legislativos.
Son aquellos que entusiasmados se entregan a las tareas para estudiar, analizar, proponer, dentro de sus comisiones soluciones para los grandes y graves problemas que tiene la ciudad y el pueblo de México.
Si nosotros aceptáramos la reelección inmediata, acabaríamos con uno de los puntos más delicados que tenemos dentro de nuestra sociedad y de nuestra vida democrática, la movilidad política.
Y al evitar la movilidad política y la movilidad social en nuestro país, estaríamos definitivamente enfrentando problemas sumamente serios.
Por qué vamos a acotarles, porque vamos a cerrarles el camino a aquellos jóvenes, aquellos hombres, aquellas mujeres que quieren participar en la vida pública y política de nuestro país.
Yo vería definitivamente como un atraso tremendo el que se diera la reelección inmediata de los Senadores y de los Diputados, y también aún mismo, de los Presidentes Municipales.
No, si esos cargos no son como premio o no son la manera para que alguien llegue y reine y no gobierne, porque de esta manera estaríamos nosotros haciendo otro tipo de calificación.
Además de la movilidad política que nosotros la frenaríamos, no podemos nosotros decir, tanto de rendición de cuentas, de experiencia, etcétera, respecto al ejercicio de nuestras tareas legislativas.
La experiencia muchos la hemos adquirido fuera y dentro de los recintos legislativos, conociendo los problemas que hay en nuestros estados y en nuestro país, y tratando de encontrar en el caso del Poder Legislativo, las leyes que permitan enfrentarlos y solucionarlos.
La rendición de cuentas, la podemos dar y la tenemos que dar en nuestros respectivos informes que anualmente, tenemos que presentar ante la sociedad en nuestro estado, y ahí nos juzgaran, si la tarea la que nos dieron, a la que nos mandaron a la Ciudad de México, ha sido verdaderamente cumplido.
Y quiero comentar lo final, miren ustedes, he estado en la Universidad de mi Estado y en la Universidad La Salle, en reuniones con otros compañeros, por supuesto no fueron senadores, fueron diputados federales algunos de otros partidos políticos.
Y comentamos y sometimos a consideración de los alumnos de la facultad de derecho de estas universidades, esta posibilidad de la reelección inmediata.
Quiero comentarles con toda sinceridad, que el 95 por ciento de los asistentes, dijeron no a la reelección inmediata y sí al cumplimiento de las obligaciones que debemos de tener los legisladores ante el pueblo de México.
Muchas gracias, señor Presidente.
-EL C. PRESIDENTE FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias, señor Senador.
A continuación se concede la palabra para referirse a este mismo asunto en pro, al Senador Javier Corral Jurado.
-EL C. SENADOR JAVIER CORRAL JURADO: Con su venia señor Presidente.
Dos aclaraciones y luego entramos a la discusión, la primera para todos los que nos escuchan, no queremos la reelección para nosotros, sino para los que vienen, porque nosotros, los que estamos aquí buenos o malos, todos, en un año y ocho meses nos vamos a ir del Senado de la República.
Una aclaración para don David, para nuestro amigo David Jiménez, un millón de vidas no se perdieron por reelecciones, sino por falta de elecciones.
Celebro el debate y lo celebro del nivel que se ha dado, libre el debate, anhelaría libre la votación, porque si así fuera, esta cámara votaría la reelección de los legisladores.
No porque crea que no son libres las mentes brillantes de Dulce María, de Humberto Roque, sus argumentos sólidos, mentes tan brillantes, no pueden ser esclavas.
Pero la votación no será libre, porque este tema como otros, esta atrapado por la coyuntura del momento, esta atrapado por la sucesión anticipada, por la visión cortoplacista, por las camisas de fuerza que elites anteriores impusieron en su ilusión de eternidad en el poder.
Libre el debate, me gustaría libre la votación, creo que tendríamos por lo menos, así se ha dicho, 89 votos, la mayoría que califica más que la pluralidad, la que plasma los sentimientos de la nación que se insertaron categóricamente en nuestra Carta Magna en varias épocas.
En el 24, en el 57, en el 17, podríamos ser eslabón de esa república que pensó en la división de los poderes y cerraríamos uno de los instrumentos que creo el ciclo presidencialista, hasta la redacción de la prohibición del 33.
Aquí se ha hablado de una necesidad, de un cambio de régimen que restaure la república, que intentemos por tercera ocasión la república.
Genaro Borrego, ha situado históricamente este debate y nada tendría que agregar a la interpretación que de esas tres disposiciones que se dieron en el 33.
Y no agrego porque desfiguraría el rigor de un análisis que en su voz tiene más trascendencia, más significado y más valor.
Pero digo que en el 33 la renovación de cuadros parlamentarios tuvo como objetivo disciplinar a los legisladores conforme al mandato de la Presidencia de la República.
El habla de la centralización del poder, en realidad nace la fuerza real del presidencialismo, porque el régimen político descansaba en la jefatura del Presidente sobre el Congreso.
No entro a la polémica, se justificaba o no, no lo sé, como lo ha vertido Borrego.
Pero del 33 ahora somos otros, somos otra sociedad, somos la misma nación, pero hay otra marcha, hay un cambio social, hay una nueva forma de participación política, y este congreso es otro.
Desde 1997 que se da el primer dato del gobierno dividido, el Congreso cobra relevancia, cobra fuerza, tiene una vida más importante en la vida de la nación.
En realidad México estaría luchando por el dudoso honor de ser el último en modernizar su derecho parlamentario para la reelección consecutiva o inmediata de los legisladores.
No sólo restauraríamos una parte fundamental de la República, de la República a través de nuestras constituciones, también nos reincorporaríamos al mundo.
Dijo Jáuregui, este brillante senador chihuahuense, que si estos fueran sueños, que si estos fueran sueños otros países no la tendrían.
Yo diría casi el resto del mundo. Aquí se ha hablado de Costa Rica y México, dos nombres de dos países, tienen fuerza, pero hablemos de dos países, no sólo en el mundo, de 189 países que tienen constitución, sólo Costa Rica y México no tienen la reelección de legisladores, sólo dos.
En serio, don Humberto, habría que sentirnos orgullosos de ser esta extravagancia en el mundo parlamentario internacional, esta excepción o esta competencia por el digo yo dudoso honor de ser los últimos en modernizarnos. Lo digo con franqueza.
Sé que aquí hay muchos legisladores que están a favor de la reelección, pero que han hecho una valoración que tiene que ver con circunstancia, coyuntura política, escenario electoral. Pensemos en serio lo que vamos a entregar, las cuentas que este Congreso va a entregar y este Senado va a entregar a las futuras generaciones de parlamentarios.
Claro que sirve la carrera parlamentaria y legislativa. Este Senado siempre ha ponderado que entre sus miembros hay un gran porcentaje de los que ya fueron legisladores.
Voltéense a ver y pregúntense a ustedes mismos por qué hemos podido venir varias veces a esta Cámara, porque se ha podido transitar casi de manera consecutiva de una Cámara a otra, porque se ha privilegiado la acumulación del conocimiento y la experiencia, porque se ha dicho qué bueno es haber tenido ya por lo menos una experiencia parlamentaria anterior.
Soy un convencido de la reforma del Congreso, soy un convencido de que la reforma del Congreso, la reforma de nosotros mismos es un instrumento fundamental de la reforma del estado. Y la reforma de nosotros mismos sería la que más prestigiara al Poder Legislativo. No cualquier poder se acota asimismo, se abre asimismo, se obliga asimismo. No cualquier poder se limita asimismo o abre a la posibilidad de liderazgos sólidos con visión de futuro en el Poder Legislativo Mexicano.
No le temamos a la presencia de liderazgos sólidos con visión de largo plazo en el Poder Legislativo, somos nosotros experiencia de esa realidad. Por eso queremos ofrecérsela a los que vienen.
La reelección de los legisladores es dentro de la reforma del Congreso no sólo el instrumento de modernización, no sólo para rendición de cuentas, no sólo para la transparencia, no sólo para obligarnos a dictaminar, no sólo para volver al distrito y regresar y por lo menos salud a los electores. La reelección de los legisladores trae el valor fundamental de una mayor independencia política en el propio sistema de partidos, para privilegiar la comunicación política y salir no sólo del marco electoral, del inmediatismo. Metámonos en la perspectiva de largo plazo, tenemos la oportunidad histórica de ser eslabón de los sentimientos que antepusieron al Congreso sobre el legislador fundamental que lo fue en todo el siglo pasado, el Presidente de la República.
En el 33 esta medida se determinó para quitarle al paso cualquier obstáculo, cualquier incomodidad, cualquier interferencia al principal legislador que fue el Presidente de la República.
La reelección para que haya más Congreso. La reelección para que sean fuertes los legisladores. La reelección de los legisladores en forma consecutiva para acelerar otras reformas fundamentales del Congreso, con respeto para todos.
Si el debate es libre, que sea también libre la votación. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Gracias señor senador. Consulte la secretaría a la asamblea, en votación económica, si considera suficientemente discutido este asunto.
-LA C. SECRETARIA CASTELLANOS CORTES: Consulto a esta Honorable Asamblea, en votación económica, si está suficientemente discutido el asunto de la reelección.
Quienes estén por la afirmativa, favor de manifestarlo. (La Asamblea asiente)
Señor presidente, suficientemente discutido.
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Abrase por tres minutos el sistema electrónico de votación.
(Se abre el sistema electrónico de votación)
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Ciérrese el sistema electrónico de votación.
-LA C. SECRETARIA CASTELLANOS CORTES: Señor presidente, de acuerdo al resultado de votación, se emitieron 51 votos a favor; 50 en contra y 1 abstención. Por lo tanto…
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Haber, repita la secretaría la votación.
-LA C. SECRETARIA CASTELLANOS CORTES: Se emitieron lo siguientes votos. A favor 50; en contra 51; y 1 abstención.
-EL C. PRESIDENTE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS RAMOS: Devuélvase a comisiones para los efectos procedentes.
En atención, si como fue rechazado en términos del 117 se está regresando a comisiones, pero eso no quiere decir que el asunto continúe, concluye de esa manera. Les pido su consideración y fue un excelente debate y vamos a otro asunto.
(SE LEVANTO LA SESIÓN A LAS 16: 37 HORAS)
Dictámenes a Discusión
De las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales; y de Estudios Legislativos, Segunda, el que contiene proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
COMISIONES UNIDAS DE PUNTOS CONSTITUCIONALES Y DE ESTUDIOS LEGISLATIVOS, SEGUNDA.
HONORABLE ASAMBLEA:
A las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, Segunda, fue turnada para su estudio y dictamen, la INICIATIVA CON PROYECTO DE REFORMAS A LOS ARTÍCULOS 59 Y 116 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, EN MATERIA DE REELECCIÓN LEGISLATIVA.
De conformidad con lo enunciado en los artículos 71, 72 y 135 Constitucional, 86, 89 y 94 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, así como los numerales 56, 60, 87 y 88 del Reglamento del propio Congreso, se procedió al análisis de la mencionada Iniciativa, presentado a la consideración de esta H. Asamblea, el siguiente:
DICTAMEN
Las Comisiones Unidas se abocaron al examen de la Iniciativa descrita, al tenor de los siguientes antecedentes y consideraciones:
ANTECEDENTES
A.- En sesión celebrada el día 10 de abril de 2003 de la LVIII Legislatura, se presentó iniciativa por parte de Senadores de los diversos grupos parlamentarios, con proyecto de decreto que reforma los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, referente a la reelección legislativa.
B.- En la misma sesión la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores acordó el trámite de recibo de la iniciativa y por instrucciones de su Presidente, fue turnada a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, Segunda.
CONSIDERACIONES
La elección consecutiva de los legisladores o sus suplentes que hubieren estado en ejercicio de esa función se encuentra limitada en el artículo 59 de la Constitución General.
En un entorno donde se exige al Congreso elevar la productividad de su trabajo, la calidad en el análisis y una efectiva rendición de cuentas, una vez más son motivo de discusión los temas sobre la reforma del Estado, y en específico, de avanzar en el fortalecimiento del Poder Legislativo.
Una de las necesidades que se han advertido, es el regreso al esquema donde se admitió la reelección inmediata del legislador, quedando vedada esta posibilidad al Ejecutivo federal y local.
El análisis desde la perspectiva del derecho comparado es contundente: la generalidad de las naciones admite la reelección. Sin distinción del régimen constitucional la elección repetida de los representantes de la sociedad es aceptada. Sólo México y Costa Rica la prohiben actualmente.
I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Haciendo un repaso de la historia con relación a este tema, podemos constatar que en nuestro país no se estableció prohibición alguna respecto a la reelección inmediata de los legisladores en las Constituciones de 1824, de 1836, las Bases de Organización Política de la República Mexicana de 1843, el Acta Constitutiva de Reforma de 1847, la Constitución de 1857 y la vigente, de 1917.
En el texto original de esta última Constitución, el artículo 59 no contempló disposición alguna que prohibiera la reelección de los legisladores. Sería hasta el 29 de abril de 1933 que se incluyera en él la negativa a que participaran en las elecciones inmediatas.
El origen de esta modificación se remonta a una iniciativa presentada por el Partido Nacional Revolucionario bajo la consideración de que la necesidad de renovarse constituyó un principio de la Revolución, superior incluso, al derecho ciudadano de volver a ser electo.
En palabras de Manuel Pérez Treviño, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de este partido, en su discurso del 31 de octubre de 1932 durante su Convención Nacional Extraordinaria: "La posibilidad de reelegirse es un derecho ciudadano; la necesidad de renovarse es un principio de la Revolución. El derecho de los individuos, por debajo del derecho de las multitudes". A la vez de afirmar que sería fundamental que el principio de no reelección esté por encima del derecho que la reelección implica, da pie al surgimiento de la posición antireeleccionista de su instituto, extensiva a diputados y senadores.
Sin embargo, reconoció que el "principio" no había funcionado de una manera contundente: "esta Asamblea viene a dar forma completa y práctica a un principio que podemos decir ha existido arraigado, pero más o menos disperso, incoherente, en el ambiente revolucionario. Las ideas no tienen ningún valor mientras no se concretan, mientras no realizan una necesidad social o individual, mientras no se condensan en un principio preciso o en una expresión estética definida. Y el principio de la No Reelección, llevado a términos concretos por esta Asamblea, va a ser un principio útil, va a ser la idea exacta, va a ser la idea hecha expresión práctica; el principio de la No Reelección tendrá, de hoy en adelante, una expresión clara y una garantía completa: la expresión que le dé esta Asamblea y la garantía de ser proclamado por el Partido Nacional Revolucionario", concluyendo los intervinientes en la aprobación de un dictamen que inscribiría la no reelección en el programa del partido, vigente en aquel entonces.
Este argumento trasladado a la propuesta legislativa del mismo partido político, presentada el 16 de noviembre de 1932, no dejó de reconocer las ventajas de la reelección legislativa, optando por sustentar la prohibición como medida de orden político: "respecto de la no reelección de los elementos del Poder Legislativo federal y local, no hay antecedentes en nuestra historia y realmente pudiera presentar algunas dificultades, porque los pueblos necesitan conservar en la persona de sus representantes el espíritu de la ley y de la jurisprudencia, y a ello se opone la movilidad de esos funcionarios; pero es necesario buscar la manera de cohonestar la conservación de las tradiciones con las evidentes ventajas de la no reelección."
"Debemos reconocer que la no reelección de los miembros de los cuerpos legislativos procede aceptarla como medida de orden político que como todas las leyes de esta índole se dan a los pueblos cuando las han de menester, cuando las pueden utilizar o cuando están preparados para practicarlas o ejercitarlas". Sin embargo, ante la opción de evitar tajantemente la posibilidad de que un sujeto volviera a ocupar una curul, apuntó: "la no reelección indefinida de los elementos del Poder Legislativo traería consigo un gran inconveniente porque siendo numerosísimos esos cuerpos colegiados, difícilmente se encontrarían en cada período verdaderas generaciones aptas y nuevas que vinieran a reemplazar a las que terminasen."
En el debate que suscitó esta propuesta, el 14 de diciembre de 1932, Gonzalo Bautista del mismo PNR analizó la consecuencia de la reforma planteada y sugirió encontrar los medios para evitar el peligroso desequilibrio de los poderes que en nuestro país se avizoraba:
"Las distintas reformas constitucionales relativas a la organización del poder político han venido determinando invariablemente una depresión de las fuerzas del Poder Legislativo. Juzgo que algunas de las disposiciones contenidas en la ponencia del partido pueden, todavía más, disminuir esta fuerza de la Cámara de Diputados, y más que de esta Cámara de Diputados, del Congreso de la Unión; por lo cual creo pertinente, en una breve y sencilla exposición, exhortar a las Comisiones dictaminadoras para que tomen en cuenta las sugestiones que me voy a permitir hacerles."
"Yo no creo...que una falta de expresión de la opinión pública en las funciones electorales durante el período que lleva de triunfar la Revolución sea lo que ha determinado la necesidad de llegar a sostener el principio Antireeleccionista en una forma absoluta principalmente por lo que se refiere a los miembros del Poder Legislativo. Esta resolución, a la que ha llegado nuestro partido, recogiendo el sentimiento mayoritario de la opinión nacional, tiene posiblemente muchas causas; pero la que menos influyó en ella es la efectividad del sufragio...La falta de armonía verdadera entre el Legislativo y el Ejecutivo en nuestro país, nos ha hecho vivir constantemente bajo el régimen dictatorial de las facultades extraordinarias. La Cámara de Diputados no cuenta en realidad con los elementos de fuerza necesarios para equilibrar su poder con el Poder Ejecutivo...si las distintas reformas que se refieren principalmente a la organización del Poder Legislativo, a su fuerza intrínseca, a su vida misma, ha venido determinando una depresión todavía mayor, y si nosotros no procuramos equilibrar la fuerza del Poder Legislativo con la del Poder Ejecutivo, tengo la seguridad de que mas tarde no solamente el país se manifestará, como ahora, por la no reelección de los miembros del Poder Legislativo, sino que en un plebiscito podría manifestarse la opinión nacional en contra de la existencia del Poder Legislativo."
En esta tesitura, el artículo 59 fue finalmente modificado para prohibir la reelección de los senadores y diputados para el período inmediato, salvo el caso de los suplentes que no hubieren estado en funciones.
Tres décadas después, en el Congreso se intentaría revertir esta situación. El 13 de octubre de 1964 el Partido Popular Socialista con un amplio apoyo de los demás grupos parlamentarios presentó una iniciativa donde reconocía que la no reelección tuvo sentido como una de las condiciones para la existencia del régimen democrático y garantía para la paz interior de la Nación.
Sin embargo, desde el Plan de Palo Blanco de 21 de marzo de 1876 de Porfirio Díaz, el Programa y Manifiesto del Partido Liberal Mexicano del 1 de julio de 1906, y las ideas de Madero en su obra "La Sucesión Presidencial en 1910" donde proponía la efectividad del sufragio y no reelección, plasmadas posteriormente en el Plan de San Luis Potosí del 5 de octubre de 1910, se proclamó como norma suprema la no reelección con referencia al poder Ejecutivo, nunca postulando esta imposibilidad para los legisladores.
La iniciativa en mención intentó adicionar una fracción VI al artículo 54 con el objeto de que "los miembros de la Cámara de Diputados puedan ser reelectos tantas veces como los partidos políticos a los que pertenezcan así lo decidan, y obtengan los votos necesarios de acuerdo con el sistema electoral que se haya en vigor, ya sea por la mayoría de sufragios de los distritos electorales o bien como diputados de partido".
Lombardo Toledano argumentó a favor de aprovechar el aprendizaje adquirido en la Cámara, durante el consecuente debate que generó el proyecto:
"No hay ningún inactivo en esta Cámara, todos tenemos una historia, pequeña o grande; pero esa experiencia no se puede trasladar de un modo mecánico hasta esta tribuna. Es necesario aprender, aprender no el arte de hablar, sino el de aprender la función política, histórica de un parlamento".
"Cuando un parlamento no influye en la marcha de la sociedad, cuando no prevé el futuro y no traza caminos para el porvenir, es un parlamento pequeño, infructuoso que en lugar de ayudar al gobernante lo estorba".
Este proceso concluyó exitosamente en la Cámara de Diputados, decidiéndose reformar el artículo 59 en el sentido propuesto. No obstante, en la cámara revisora no tendría la misma suerte, rechazándose el proyecto sin que mediara discusión por parte del Pleno.
Ante el inminente archivo del asunto, Adolfo Christlieb Ibarrola presentó un voto particular sustentando que el no concretar la reforma representaba una restricción a la libertad del voto y centralizaba el poder en el gobierno, afectando además, la maduración de futuros líderes políticos. Miguel Estrada Iturbide secundó este voto particular afirmando en tribuna que la Cámara de Diputados debía ejercer su facultad para insistir y lograr la aprobación del proyecto, considerando que el inciso d) del artículo 72 establece una obligación jurídica estricta y no potestativa de actuar en ese sentido.
Finalmente, el proyecto fue archivado procurando los Diputados dejar constancia de tal situación en el Diario de los Debates. Al analizarse la posibilidad de insistir en la reforma siguiendo los procedimientos establecidos, Lombardo Toledano reflexionó sobre la posibilidad de que esta medida prosperara en otra época: "no se va a ganar la batalla con métodos jurídicos. Toda gran lucha se gana en virtud de la correlación de fuerzas que existen en un momento determinado en un país determinado...Nosotros, al insistir en que la Cámara de Diputados ha tenido razón, debemos, dentro y fuera de ella, aprovechar el receso para informar al pueblo y pedirle que analice la resolución de la Cámara de Diputados para darle más fuerza todavía y llevarla al triunfo en un futuro próximo."
Ese momento ha sido buscado en distintas ocasiones por las diversas fuerzas políticas en ambas Cámaras.
En la LVI Legislatura, en abril de 1996, Acción Nacional presentó una iniciativa en la Cámara de Diputados poniendo a consideración reformas constitucionales para lograr el equilibrio de poderes y el fortalecimiento del Legislativo, proponiendo la reelección legislativa inmediata por resultar necesario el refrendo popular mediante los procesos electorales que legitiman y sancionan el desempeño del cargo público.
En la siguiente Legislatura, el 29 de octubre de 1998 recaerían dos propuestas para incluir la reelección consecutiva del legislador, en la Cámara de Diputados, y una más en el Senado de la República, el 24 de noviembre de 1998, con un proyecto integral para modificar la estructura, organización, facultades, presencia y significación del Poder Legislativo.
Al motivar su propuesta específica de reivindicar la reelección legislativa, los Senadores realzaron la importancia de dar continuidad a la carrera parlamentaria, de manera que se especialice con la dinámica interna y el manejo de la materia propia de las Comisiones que vienen a integrar. Reconocieron asimismo, la necesidad de retomar el espíritu de la Constitución de 1917 que no consideró la no reelección del legislador como elemento relevante de nuestra estructura constitucional, dejando abierta la posibilidad de que se desempeñaran en ocasiones inmediatas, y de especializarse en las labores correspondientes.
La afirmación de que la no reelección consecutiva del legislador constituye un principio de la Revolución mexicana ha sido tema de debate por parte de los diversos grupos parlamentarios. En la propuesta a favor de la reelección presentada en la Cámara de Diputados por el Revolucionario Institucional, se sustentó la conveniencia de que un legislador permanezca en su labor por más tiempo de manera consecutiva. En su defensa, se enfatizó lo siguiente:
"El principio de no reelección relativa a los legisladores no es un principio revolucionario. Lo es, el de no reelección presidencial, por ser éste un poder unipersonal, que como tal concentra toda la autoridad y fuerza en una sola persona y que, por lo mismo, puede prestarse a abusos y arbitrariedades. Es por ello que si bien, nos pronunciamos por suprimir su validez respecto de los diputados y senadores; reiteramos a la par la necesidad de mantener su plena vigencia respecto del Ejecutivo."
"En un régimen presidencial democrático como el que vivimos, la reelección inmediata de los legisladores debe convertirse en la mecánica fundamental de la organización y funcionamiento interno del Poder Legislativo. Debe transformarse en la principal motivación de los legisladores y en el mejor medio de garantizar un ejercicio más eficiente, consciente y activo de la función legislativa".
Refuerza este argumento tocando el tema de la movilidad que se ha intentado asegurar en el interior de las Cámaras: "La facultad de reelección inmediata de los legisladores no es contraria al principio de renovación de los cuadros políticos y mucho menos implica un factor de desestabilización del país, ya que la misma no implica que los 628 legisladores federales vayan a ser reelegidos; sino únicamente aquellos que resulten ser más eficientes y aptos de acuerdo con el sentir popular o de los partidos que habrán de proponerlos".
En la pasada Legislatura, en otro intento de insertar la reelección consecutiva, se recibieron sendas propuestas por parte de los Senadores del PVEM el 8 de octubre de 2002, y del PRD en julio de 2003.
En el mismo sentido el 20 de marzo de 2002, se presentó un paquete de propuestas para el fortalecimiento del Poder Legislativo enmarcadas en la reforma de Estado, en la Cámara de Diputados. La exposición de motivos se basó en la consideración de que es necesario establecer mecanismos de rendición de cuentas, de control, supervisión y de calificación ciudadana respecto a la actuación de sus representantes, mismos argumentos que apuntalaron recientemente otra propuesta presentada en febrero pasado en la Comisión Permanente.
En la generalidad de los proyectos antes descritos, destacan como elementos comunes el desvirtuar la no reelección en el Legislativo como un principio revolucionario y el intento por destacar la situación de que, en un régimen presidencial democrático como en el que vivimos, la reelección inmediata de los legisladores debe convertirse en la mecánica fundamental de la organización y funcionamiento interno del Poder Legislativo, en una transformación donde sea la principal motivación de los legisladores y en el mejor medio de garantizar un ejercicio más eficiente, consciente y activo de la función legislativa.
Derivado de las posiciones asumidas en distintas épocas contenidas en los precedentes de propuestas parlamentarias traídas aquí en función de ilustrar la discusión, así como del recorrido histórico realizado en afán de desentrañar la contundencia en la negativa a permitir la elección consecutiva del Legislador por más de 70 años, estas Comisiones consideran que, si bien consistió en una medida razonable dado el entorno político que prevalecía en la época, fue producto de una interpretación apartada del objetivo fundamental de evitar la reiteración de un sujeto en el poder Ejecutivo, a nivel federal o local, no de los integrantes del Congreso.
Ahora bien, no puede pasarse por alto el hecho de que diversos partidos políticos nacionales, en distintos momentos, han incluido en sus plataformas electorales el principio de la no reelección legislativa.
Es indudable que las plataformas, que cuentan con una naturaleza electoral, son una guía de conducta para los partidos políticos contendientes. Sin embargo, llevar esta concepción al extremo supondría renunciar a la deliberación plural y a la reconsideración estudiosa, justificada y razonada de argumentos frente a la realidad cambiante y a nuevas evidencias. Ello, por ventura, no ha tenido lugar en nuestro Congreso; la madurez en este sentido ha sido constatada en las intervenciones decididas de parlamentarios de diversos partidos políticos al debatir la reelección legislativa, manifestándose cada vez mayor apertura a este análisis, incluso en las mencionadas plataformas.
Naturalmente, al no constituir mayoría partido alguno, la necesidad del acuerdo obliga a ceder en las posturas y a profundizar en la discusión. Propiciar estos encuentros nos permite el replanteamiento hacia el logro de objetivos políticos y sociales compartidos, que se concretan a través de entendimientos y acciones específicas comunes. En esta misma determinación, las alianzas políticas a manera de frentes o coaliciones han cobrado cada vez mayor aceptación y trascendencia, donde los institutos políticos se desprenden de posturas radicales uniéndose en la defensa de causas fundamentales para el país, ejercicio que no puede significar mas que un beneficio directo a la sociedad.
En la integración de las Cámaras del Congreso, por disposición Constitucional, concurren tanto la figura de la demarcación territorial en el ámbito del distrito y de la entidad federativa, como elemento nodal, y los partidos políticos, que cobran relevancia al decretarse como uno de sus fines la participación en este proceso.
Esto nos informa que la doctrina constitucional mexicana establece de manera puntual que el Representante ha de ser sensible al interés de las demarcaciones territoriales, sin demérito de las ideas que postulan los partidos políticos. Sin embargo, al ponderar estos intereses, estas Comisiones de manera unánime se pronuncian por enfatizar que sobre toda propensión regionalista o premisas partidarias, el Legislador debe posicionar en primer lugar, y como fin último, el interés general de la Nación.
La iniciativa que por esta vía se dictamina pretende precisamente que las tareas del Poder Legislativo mexicano sean resultado de deliberaciones mejor informadas, profundas, que tengan como eje ordenador ese interés superior, que nunca puede significar demérito, mas sí una fortaleza de los partidos como entidades de interés público, de donde retroalimente sus ideas y sea punto de partida en sus acciones y en la evolución de su pensamiento orientador.
II. ANÁLISIS DE LA INICIATIVA
Los Senadores proponentes describen en la iniciativa la situación política actual donde existe una necesidad imperante de proporcionar al Congreso los elementos necesarios para desarrollar sus tareas legislativas y de control, en el marco de la nueva relación que responda a las exigencias del poder compartido, capaz de incentivar el acuerdo, la cooperación y potenciar la pluralidad, que finalmente son aportes para la estabilidad.
En la exposición de motivos del proyecto se afirma con acierto que uno de los elementos para dar impulso al Legislativo y procurar que se mantenga permanentemente en condiciones de ejercer a plenitud sus facultades, es contar con integrantes más experimentados. Efectivamente, el legislador, comúnmente asignado al trabajo de las comisiones de su interés o de las cuales posee mayor conocimiento de la materia, se especializa durante el transcurso de una Legislatura, lo cual es detonador de la productividad y calidad en el trabajo de ese órgano.
En una Cámara que se renueva totalmente, se demerita el sistema de comisiones. Esta deficiencia crece en importancia tratándose de comisiones que necesitan amplios conocimientos técnicos como es el caso de las responsables del tema hacendario y presupuestal, de investigación, jurisdiccional, así como el resto de las facultades de control; cuestión importante incluso, en el trabajo continuo de supervisión de las consecuencias de la legislación vigente.
En la motivación de la propuesta los legisladores refutan que la movilidad de los cuadros políticos sea sustento fundamental para sostener la no reelección, y aclaran que la restricción constitucional para la reelección inmediata de los legisladores se presentó para garantizar la circulación de los diferentes grupos políticos en condiciones de ausencia de competencia electoral.
Hoy esa situación es distinta. Existen garantías de equidad en la lucha partidaria, producto del esfuerzo impuesto por los partidos políticos en el empeño por consolidar la democracia y lograr la apertura de espacios. Además, de cualquier modo, la movilidad no se haría nugatoria con la reforma, dado que sólo los mejores elementos repetirán en su encargo.
Para atender esa inquietud será fundamental el perfeccionamiento de los mecanismos de selección de candidatos al interior de los institutos políticos. No obstante, debe darse la justa medida al beneficio que genera a la población la rápida circulación de los cuadros legislativos, que en la actualidad ha dejado de tener relevancia como factor determinante para la estabilidad social.
A la inversa, la presencia de legisladores experimentados propiciará una mayor consistencia en las relaciones Ejecutivo-Legislativo que trasladada al sistema político en general, favorecerá un adecuado funcionamiento del esquema de pesos y contrapesos entre poderes.
Limitar el ejercicio consecutivo se ha señalado como un obstáculo para la profesionalización de los legisladores, particularmente en el caso de los Diputados, cuyo período legislativo es corto con relación a la capacidad que debe desarrollar para ejercer a cabalidad sus funciones. La iniciativa expresa con acierto que "no debemos olvidar que los legisladores sólo se vuelven expertos mediante su trabajo constante. Cuando los miembros de las Cámaras tienen la posibilidad de permanecer en sus funciones, son capaces de profundizar en el conocimiento de las materias con las que tratan y tienen mayor dominio de las funciones propiamente legislativas y de control".
Actualmente, el Legislador que regresa a la función parlamentaria con intervalos de interrupción debe desplegar un esfuerzo adicional para contar con los elementos actualizados de las condiciones internas y externas que repercuten en su labor.
No es extraña tampoco, la situación del Legislador que al final de su encargo, habiendo avanzado en el aprendizaje y echado a andar proyectos tanto en el ejercicio particular, como de aquellos de realización conjunta, se encuentran sin posibilidad alguna de dar continuidad a esos esfuerzos.
Consideramos que aceptar el trabajo consecutivo del Legislador estimulará el seguimiento de la labor, generando verdaderas políticas de Estado donde se analicen a cabalidad y contando con el espacio temporal necesario para la reflexión, las reformas que requiere la Nación, fomentándose con ello, la consolidación de consensos a largo plazo.
Es un lugar común la exigencia de contar con un Congreso fuerte, eficiente y eficaz, que realice de forma íntegra sus tareas legislativas y de control, capaz de convertirse en el espacio propiciador y creador de acuerdos, cuestión básica para la gobernabilidad democrática y factor determinante para el desarrollo que el país requiere. Las Comisiones de estudio para una Reforma del Estado en ambas Cámaras han analizado este tema y un amplio sector ha coincidido en que los beneficios de la restauración de la reelección inmediata del legislador son mayores que la continuación del esquema actual. Sin duda que se han advertido posibles riesgos en su aplicación, los cuales ante las ventajas, se aprecian menores; de cualquier manera, no deberán obviarse las medidas paralelas para evitar que se actualicen.
Algunas acciones que ya se efectúan para el fortalecimiento del Legislativo disminuyen la posibilidad de que se presenten deficiencias. Una de ellas es la creación de un Reglamento para el Senado de la República que a la vez de ordenar el trabajo legislativo, se encuentra dirigido al actuar del Legislador en lo individual, a esa disciplina, a ese empeño y a esa obligada rendición de cuentas que la sociedad le impone.
En el proyecto de reforma constitucional que se analiza, se afirma que evitar la reelección inmediata alejó a los congresistas de un incentivo para buscar un contacto permanente con sus bases de apoyo electoral, procurando de manera preferente mantener una relación más estrecha con su partido. Destaca ahora la importancia de un acercamiento con la ciudadanía, no en cuanto al trabajo de gestoría que se realiza en ocasiones, apartada de la real función del legislador, sino a ese interés legítimo en llevar al Congreso los intereses de la colectividad, de los cuales se tomó conocimiento de manera directa.
Hoy la reelección inmediata se convierte en una oportunidad para la sociedad de recuperar esa posibilidad de influencia en el legislador, de reivindicar ese poder ciudadano de ratificar en las urnas el trabajo que se está llevando a cabo en el Congreso o incluso, no volver a optar por ese Legislador cuya labor no le satisfizo. Sin duda que el representante popular no podrá actuar con displicencia ante su deber de rendir cuentas a la ciudadanía por las acciones desplegadas o incluso, por sus omisiones.
En el proceso de examen de la iniciativa, el Senado de la República dio cuenta de las más diversas opiniones sobre la perspectiva de admitir o no la reelección consecutiva del legislador.
El 5 de noviembre de 2003 se llevó a cabo el "Foro sobre Reelección Legislativa" donde se dio la voz a los distintos sectores en los que repercute la actividad parlamentaria.
En este evento conocimos la visión de académicos de instituciones públicas y privadas expertos en el tema y recibimos a representantes del sector social, empresarial y educativo, a fin de conocer el sentir ciudadano. Además, acudieron legisladores y estudiosos del tema provenientes del extranjero para aportarnos una perspectiva comparada sobre el funcionamiento de este esquema y finalmente, los coordinadores parlamentarios expresaron sus respectivas posiciones al respecto.
En ocasión posterior se recibieron los puntos de vista del grupo ciudadano Red Mexicana Democracia de Calidad, y el 12 de febrero de este año dimos cuenta de un "Segundo Foro sobre Reelección Legislativa: los riesgos y retos de su implementación", donde se hizo mayor énfasis en sopesar los méritos y deficiencias que presenta la propuesta. Académicos y Senadores interactuaron en un análisis profundo; intercambio de ideas que permitió identificar los defectos, posibles distorsiones, y por ende, los puntos a tomar en cuenta para su rectificación.
El interés expresado en anteriores Legislaturas en propuestas análogas, es un referente que no podía dejar de tomarse en cuenta. Son definitivamente fundamentales las posiciones asumidas ahora por los distintos grupos parlamentarios durante este ejercicio de análisis, donde prevalecieron las coincidencias de ideas en los espacios de debate, que encaminan a estas Comisiones Unidas a sostener en este Proyecto la oportunidad de restaurar la posibilidad del legislador de ser sujeto de una elección consecutiva.
Ante la representación mental negativa que podemos conservar sobre la figura de la reelección, derivada razonablemente de etapas ya superadas en nuestra evolución política, resulta obligado para estas Comisiones hacer una puntualización: los anteriores argumentos a favor de la reelección inmediata del legislador de ninguna manera son aplicables para promover la reelección del Ejecutivo. Además de contar con una naturaleza distinta, como un poder unipersonal, resultaría contradictorio a las enseñanzas que nuestra historia nos ha dictado y a los logros democráticos que con tanta dificultad y en un esfuerzo común de superación del país hemos alcanzado.
En las condiciones políticas que imperan actualmente, donde la competencia electoral permite la alternancia y existen las condiciones de certeza, imparcialidad y legalidad en los procesos, el Legislativo debe con una visión renovada, favorecer la continuidad de valores verdaderamente fundamentales para la Nación, dejando los atavismos que nos limitan en el intento de responder a las expectativas de los ciudadanos ante los retos de la época.
Realmente nuestra Constitución nunca se ha negado a la reelección de los legisladores, lo que no permite actualmente es que ésta se de en forma inmediata. La reelección existe y se da en los hechos por períodos interrumpidos. Lo que se propone y estas Comisiones respaldan, es un perfeccionamiento del sistema democrático, restaurando la posibilidad de reelección consecutiva cuyo fin último se inscribe en el fortalecimiento de las instituciones y de la conciencia cívica del ciudadano, que influirá de manera más determinante en la acción de los parlamentarios.
Por los argumentos anteriormente vertidos, arribamos a la conclusión de que no existen razones contundentes en nuestro derecho, la historia o en la perspectiva comparada que nos insten a mantener vigentes los términos del artículo 59. Los únicos antecedentes de derecho interno se remiten a la Constitución de Cádiz 1812 y Apatzingan de 1814, donde las condiciones políticas de esa época eran absoluta y radicalmente distintas a la actualidad.
III. DE LAS MODIFICACIONES A LA PROPUESTA
Aún las anteriores consideraciones favorables a la aceptación de la reelección inmediata del Legislador, se ha arribado a la conclusión de que por el momento la reelección inmediata deberá establecerse de manera acotada.
Estas Comisiones por tanto, han considerado introducir modificaciones al Proyecto para admitir por el momento, la reelección legislativa en una ocasión más en el caso del Senador y un total de tres ocasiones en el caso del Diputado, siendo el promedio de duración de las carreras parlamentarias en otros países. El anterior cómputo será aplicable a los suplentes que hubiesen estado en el ejercicio del cargo y ya no podrá extenderse por la vía de la participación como suplentes, garantizando una integración más dinámica y promoviendo una integración congresional con los mejores elementos.
La reelección ilimitada ha sido valorada por proporcionar certeza y constituir un incentivo a largo plazo, estimulando la carrera parlamentaria y las fortalezas que ésta implica. Sin demérito de la anterior afirmación, la fórmula que proponemos a esta H. Asamblea permite conservar la experiencia adquirida por los legisladores durante su anterior desempeño, a la vez de garantizar el ingreso de nuevos representantes que introduzcan otras perspectivas y el ánimo de quien logró acceder a la representación nacional en un entorno más competitivo.
Garantizar el derecho del legislador a la continuidad por cualquier vía, a la par del derecho de los votantes a decidir quién es la persona adecuada para representarlos, se convierte en argumento central a tomar en cuenta ante las posibilidades que surjan en la práctica, en la interpretación de esta norma.
Se establece además, en las disposiciones transitorias, la imposibilidad de reelección para el período inmediato de los legisladores actualmente en desempeño y que participan en esta reforma constitucional. Ello, con el fin de desvirtuar la percepción de que las Cámaras pretenden funcionar permanentemente con su integración actual. Hacemos patente que esta reforma no guarda ambiciones de tal índole.
De manera paralela que se retira la limitante ya descrita al legislador federal, resulta procedente hacer lo propio respecto al legislador local, eliminando el párrafo segundo de la fracción II del artículo 116, quedando subordinada esta posibilidad a la expresión soberana de cada Constitución local en los términos y acotaciones que ésta imponga. De igual manera que aquí se hizo manifestación expresa, el legislador local en caso de reformar su Constitución en el mismo sentido, deberá fijar sus efectos a partir de la Legislatura siguiente.
El Senado de la República cumple ahora con una deuda pendiente: debatir a fondo el tema de la reelección que en 1964 la Cámara de Diputados analizó otorgando su aprobación. Debemos considerar superado el argumento de rechazo esgrimido por nuestra Cámara en aquel entonces, donde se afirmó que la reforma no resultaba necesaria dado que el Legislativo había alcanzado la meta de su propio fortalecimiento político.
Con los avances obtenidos en aquella época, se consideró demostrado que lo que ya se alcanzó no se busca. Se dijo también entonces, que la eficaz coordinación entre las Cámaras no depende de la permanencia en el ejercicio de algunos de sus integrantes, sino de las normas constitucionales, reglamentarias y las prácticas parlamentarias que regulan su actuación.
A casi cuarenta años de esta afirmación hemos dado cuenta de la insuficiencia e inoperancia de las normas que nos rigen, razón que también inspira a la modernización legislativa. Después de hacer un balance, resulta evidente que el fortalecimiento del Legislativo no es un producto acabado. Si bien es cierto es un camino iniciado, este se ha transitado lentamente, conservando todavía vigencia como uno de los rubros centrales dentro de los estudios para la reforma del Estado.
Precisamente en el contexto de esos análisis, cabe destacar que esta reforma no puede estimarse una solución aislada, sino parte del conjunto de modificaciones que se estiman necesarias para el pleno desarrollo de los deberes a cargo del Congreso y que deberán concretarse para arribar a su consolidación.
Habida cuenta del examen de los términos de la Iniciativa a partir de las referencias históricas y antecedentes parlamentarios, de los argumentos hechos de nuestro conocimiento por diversos sectores y de los razonamientos de los Senadores al ahondar sobre sus efectos, donde han predominado sus alcances positivos, estas Comisiones proponen modificar los términos del artículo 59 y de la fracción II del artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para restaurar la posibilidad de reelección inmediata del legislador, con acotaciones de períodos.
Una vez expuestas las consideraciones de estas Comisiones Unidas, estimamos oportuno señalar, a manera de síntesis las siguientes:
CONCLUSIONES
1.- En el marco del fortalecimiento del poder Legislativo, para responder a cabalidad a las exigencias que impone la sociedad, consideramos necesario realizar una reforma a los artículos 59 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con el fin de eliminar la limitante a una nueva elección inmediata del legislador federal y local.
2.- La restricción a la reelección legislativa se introdujo en 1933 en un momento en que una de las principales prioridades era la pacificación del país. No encontrándose en la actualidad dadas estas condiciones y habiéndose aclarado que la prohibición se encuentra dirigida al poder Ejecutivo, ha desaparecido el motivo y necesidad de conservar la medida.
3.- Evitar la reelección consecutiva ha debilitado la obligación de rendir cuentas. Modificar esta situación somete al legislador al juicio ciudadano sobre su desempeño en lo individual y en lo colectivo.
4.- La figura del legislador profesional resulta esencial dentro de la nueva cultura parlamentaria. La posibilidad de una carrera legislativa implica un incentivo al desempeño del Representante, cobrando importancia en el combate a la corrupción, donde el interés prioritario a postular será el de la ciudadanía.
Una vez analizada la Iniciativa aludida y de acuerdo a los criterios sostenidos, las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, Segunda se permiten someter a la consideración del Pleno de la H. Cámara de Senadores, el siguiente:
PROYECTO DE DECRETO
ÚNICO.- Se reforma en su integridad el artículo 59 y el 116 para derogar el párrafo segundo de su fracción II, ambos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Artículo 59. Los Senadores podrán ser electos de manera inmediata hasta por un periodo adicional. Los diputados podrán ser reelectos hasta en tres períodos consecutivos.
Cumplidos estos períodos, los legisladores propietarios o los suplentes que hubieran estado en ejercicio no podrán ser electos para el siguiente inmediato con el carácter de suplentes.
Artículo 116 ...
...
I...
II...
(se deroga el párrafo segundo)
...
III. a VII. ...
TRANSITORIOS
PRIMERO.- El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
SEGUNDO.- Los integrantes de la presente Legislatura, incluso los suplentes que hubieren estado en ejercicio, no podrán ser reelectos para aquella que se constituya inmediatamente a la aprobación de esta reforma.
Dado en la Sala de Comisiones del Senado de la República, a los 30 días del mes de noviembre de 2004.