CEM: Comunicado de Prensa 19 de Enero de 2010
Las realidades sociales por las que México atraviesa nos obligan a los Obispos de México a decir una palabra que ilumine la vida de los mexicanos.
En este contexto, el Magisterio de la Iglesia tiene la intención de ofrecer su propia contribución a la formación de la conciencia, no sólo de los creyentes, sino de aquellos que buscan la verdad y quieren escuchar argumentos que vienen de la fe y de la misma razón.
La fe no es un obstáculo para la libertad y la ciencia ni un conjunto de prejuicios que vician la comprensión objetiva de la realidad. Ante la actitud, que tiende a sustituir la verdad por consensos frágiles y fáciles de manipular, la fe cristiana aporta una contribución en la verdad ético-filosófica y propone perspectivas morales dentro de la cual la razón humana puede investigar y encontrar soluciones viables.
Estamos convencidos de que existe en cada ser humano una ley moral natural, y ésta, también da la bienvenida a quienes no se identifican con la fe y el pensamiento cristiano. Por eso la Iglesia no impone sus leyes morales.
El Papa Benedicto XVI declaró el pasado viernes: “Hay, de hecho, determinados contenidos de la revelación cristiana que arrojan luz sobre las problemáticas bioéticas: el valor de la vida humana, la dimensión relacional y social de la persona, la conexión entre el aspecto unitivo y procreativo de la sexualidad, la centralidad de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer. Estos contenidos, inscritos en el corazón del hombre, son comprensibles también racionalmente como elementos de la ley moral natural y pueden hallar acogida también por parte de aquellos que no se reconocen en la fe cristiana.
La ley moral natural no es exclusivamente o predominantemente confesional, aunque la Revelación cristiana y la realización del hombre en el misterio de Cristo la ilumine y desarrolle en plenitud su doctrina” (Discurso del Papa dirigido a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe).
El Catecismo de la Iglesia Católica "indica las normas primeras y esenciales que regulan la vida moral" (n. 1955). Fundada en la propia naturaleza humana y accesible a toda criatura racional, constituye así la base para entrar en diálogo con todos los hombres que buscan la verdad y, más en general, con la sociedad civil y secular. Esta ley toca uno de los nudos esenciales de la misma reflexión sobre el derecho e interpela igualmente a la conciencia y a la responsabilidad de los legisladores.
Por los Obispos de México.
+ Carlos Aguiar Retes
Arzobispo de Tlalnepantla
Presidente de la CEM
+ Víctor René Rodríguez Gómez
Obispo Auxiliar de Texcoco
Secretario General de la CEM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario