Reforma, 15 Ene. 13
La semana pasada las autoridades de la delegación Tlalpan, DF, llevaron a cabo un homenaje al hombre nacido en 1925 en el poblado de Pericos, en Sinaloa. Arnoldo acaba de cumplir 88 años. El PRD, y otras formaciones de la izquierda, deben un homenaje nacional a quien condujo la transformación y recuperó el registro legal del Partido Comunista Mexicano (PCM) del que es heredero el perredismo.
Muchos son los méritos que singularizan la larga trayectoria política de Arnoldo, que en su juventud dejó los pinceles por la política e ingresó al PCM en 1946; meses más tarde los comunistas fueron privados de registro legal -la guerra fría había estallado. En 1959 se produjo una pugna interna que concluyó con la destitución del secretario general, Dionisio Encina, sustituido por una troika, de la que formó parte el sinaloense. En 1963 Arnoldo fue electo secretario general del Comité Central del PCM, cargo que ocupó hasta la disolución de ese partido (1981) para dar paso al Partido Socialista Unificado de México (PSUM).
Aquella histórica decisión es, quizá, la que mejor ilustra
el talante, visión y audacia que distinguieron a Arnoldo en esa etapa, abierta
en 1968 cuando el PCM criticó la invasión soviética de Checoslovaquia y dio
lugar a un paulatino proceso de distanciamiento con el Partido Comunista de la
URSS, que en marzo de 1981, en el XIX Congreso del PCM, condujo, bajo el
liderazgo de Martínez Verdugo, al
abandono del dogmatismo leninista. Antes, el partido recuperó su registro legal
y con ello su derecho a participar en procesos electorales.
Arnoldo encabezó el grupo dirigente que negoció con el
secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, la legalización del PCM; a la
visión de Martínez Verdugo y a la sagacidad política del veracruzano se debe,
en buena medida, la reforma política de 1977-1978, con la creación de la figura
del registro condicionado al resultado electoral. En 1979, Arnoldo impulsó la
creación de la Coalición de Izquierda, para competir en las elecciones
federales para diputados, con el registro y emblema del PCM.
El registro fue
refrendado; 18 diputados ingresaron a la LI Legislatura, coordinados por
Martínez Verdugo, quien propuso considerar la dieta, y cualquier otro ingreso
derivado del cargo de diputado, como patrimonio del partido, que a su vez
fijaba el sueldo de los legisladores; la norma fue aprobada y operó hasta 1989.
A finales de 1980, después de una visita a varios países del
bloque soviético y a China, Arnoldo presentó una sorprendente propuesta:
disolver el PCM para unificar a las izquierdas en un solo partido, de corte
socialista. En una larga reunión
privada, escuché, junto con Eduardo González, la explicación y motivos de la
audaz idea. Nuestro dirigente nos expuso que el "movimiento
comunista" en general, y el PCM en particular, no tenía futuro; los
crímenes cometidos por el estalinismo en nombre del ideal comunista hacían
imposible su realización práctica.
Después de un intenso debate, el Comité Central del PCM
aprobó la propuesta y autorizó las negociaciones con otros partidos, sin
registro legal, para dar lugar al nuevo partido. En el inicio, el proyecto
incluyó al PMT y a las organizaciones que formaban parte de la Coalición de
Izquierda; semanas más tarde se incorporó el Movimiento de Acción Popular
(MAP), lo que produjo el descontento de los dirigentes del PMT que, a pretexto
del emblema del nuevo partido, decidieron retirarse del proceso unificador, al
que regresarían en 1986.
En noviembre de 1981, el XX Congreso del PCM acordó la
disolución; al día siguiente se realizó el congreso fundacional del PSUM, que
eligió a Arnoldo como candidato presidencial para los comicios de 1982. A bordo
de un autobús -"El Socialista"- el candidato recorrió el país,
acompañado por reporteros, cronistas, fotógrafos y camarógrafos que se apiñaban
en un segundo camión -"El Machete". Para apoyarlo en sus propuestas y
discursos de campaña, el PSUM integró un amplio equipo de especialistas en casi
todas las disciplinas. Por vez primera, la izquierda mexicana se ocupó de
discutir y formular "el proyecto socialista".
Nuestra izquierda tuvo en Arnoldo a su dirigente más
importante. Por esa historia, casi olvidada, y por su cumpleaños, le mando un
amistoso abrazo.
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