PEMEX:
¿QUÉ ESCONDEN?/Ricardo Alemán.
Columna Itinerario Político, en El Universal, 4 de febrero de 2013;
La noche
de hoy se habrán cumplido las primeras cien horas de la tragedia, el accidente
y/o el atentado ocurridos en la torre ejecutiva de Pemex, en pleno corazón de
la ciudad de México.
Y como
hemos insistido en este espacio, el tiempo no sólo alcanzó a los gobiernos
federal y de la capital del país, sino que claramente rebasó a sus gobernantes.
Y es que no es posible que a cuatro días de ocurrida la tragedia, el accidente
y/o el atentado, las autoridades federales y capitalinas no hayan sido capaces
de identificar la causa.
Peor aún, acaso ya conocen el origen
de la tragedia y –debido a las llamadas razones de Estado–, decidieron ganar
tiempo para aminorar el golpe y para diseñar un nuevo control de daños. Y
claro, también resulta impensable que las máximas autoridades del país no hayan
sido capaces de iniciar la persecución de los presuntos responsables, sea un
accidente, sea un error humano, sea un atentado lo que causó la muerte de 35
personas, en su mayoría mujeres.
Y por eso –debido a ese inexplicable
silencio oficial–, se alza poderosa la primera ola especulativa que amenaza con
aplastar a todos, en especial a los dos gobiernos de mayor relevancia en
México; el federal de Enrique Peña y el capitalino de Miguel Mancera. Y de esa
ola especulativa se asoma una pregunta harto preocupante; ¿qué esconden?.
Y es que sin control alguno, sin dique
que las contenga, corren por todo el país y –sobre todo en redes sociales–, las
versiones de un ataque del narcotráfico y del crimen organizado; de un presunto
grupo guerrillero en rebeldía o, en el extremo, de un sabotaje para esconder
documento comprometedores de la paraestatal.
Y será la primera, la segunda o la
tercera versión –incluso podría ser el sereno–, pero lo cierto es que la buena
imagen que ganaron Enrique Peña y Miguel Mancera en las horas que siguieron a
la tragedia, se desluce con gran rapidez, sobre todo ante la aparente
incapacidad oficial de encontrar el origen de la tragedias. ¿Y será incapacidad
o será una estratagema para ocultar la realidad de lo ocurrido?. La
especulación como respuesta a la ausencia de información.
En cualquier caso, existen muchas
otras preguntas relacionadas con el tema, que tampoco han sido respondidas por
ninguna autoridad de ninguno de los tres órdenes de gobierno; municipal,
estatal y federal. Y menos por las autoridades de Pemex, en donde ya se sabe
que campea la corrupción.
1.- ¿Qué pasó con los sistemas de
seguridad de Pemex?. ¿A poco nadie tiene videos o registros de personas ajenas
que entraron al lugar?.
2.- ¿Qué se sabe de los sistemas
detectores de riesgo, cuya eficacia está por los suelos, como quedó claro?.
3.- ¿Por qué razón los directivos de
Pemex han ocultado los datos de las instalaciones que existían en los niveles
inferiores del edificio siniestrado?. ¿Es cierto o falso que se guardaba un
archivo, que se usaban gases peligrosos?.
4.- ¿Por qué razón, instalaciones
estratégicas como la torre ejecutiva de Pemex no contaba con sistemas de
seguridad extrema?. ¿Por qué, por ejemplo, entraba a las instalaciones, sin
problemas, la hija de un trabajador que permanecía con su padre toda mañana?.
Es evidente que entraba cualquier persona.
5.- ¿Por qué, si damos por buena la
hipótesis de un atentado, fue seleccionado Pemex para mandar el mensaje; por
qué no cualquier otra instalación o dependencia?. ¿Cuál es el mensaje?.
6.- ¿Qué posible responsabilidad
tendría en los hechos el Sindicato de Pemex?. ¿A poco son ajenos a la
tragedia?.
7.- En la
hipótesis del atentado, ¿De verdad se requieren tres o cuatro días para
detectar explosivos, sean carburantes o plásticos?.
8.- ¿Qué saben los sistemas de
inteligencia, sean militares, sean de Gobernación, sobre el mensaje enviado al
gobierno de Peña Nieto, en caso de que se confirmara un atentado?.
9.- ¿Se tienen pistas sobre algún
grupo extremista, guerrillero o criminal; se ha actuado contra ellos?.
10.- ¿Por qué nadie del gobierno
federal ha desmentido las crecientes olas especulativas, incluida la que se
desató la noche del sábado, respecto a "las vacaciones" del
presidente en Punta mita?.
La lista de interrogantes podría ser
infinita. Y también descomunal el daño que una ola especulativa podría causar a
los gobiernos federal y de la capital del país. Por lo pronto, la tragedia de
la Torre de Pemex ya le quitó al Distrito Federal esa imagen artificial de
"la ciudad más segura".
Y es que
a partir del estallido en Pemex, queda claro que también en la capital del país
se producen tragedias con decenas de muertos. Y frente a eso, lo menos que
reclaman los ciudadanos son gobiernos eficaces. Al tiempo.
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