Instalación
y Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Protección Civil
Enrique Peña Nieto.
28 de mayo de 2013
Muchas
gracias.
Nuevamente,
saludo con respeto a toda esta distinguida concurrencia.
De
manera particular, al Presidente y Vicepresidente de la Mesa Directiva de la
Cámara de Diputados y de Senadores, respectivamente.
Al
señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; a los señores
integrantes del Gabinete Legal y Ampliado del Gobierno de la República.
De
manera muy señalada, quiero saludar con respeto y apreciar y agradecer su
presencia a los señores Gobernadores de todas las entidades del país que hoy
están aquí presentes, en un acto que es, insisto, fundamental, y más cuando
logremos generar una mayor coordinación y sinergia a favor de la cultura de la
Protección Civil.
Quiero
saludar a los representantes de las distintas organizaciones de la sociedad
civil que se dan cita y que participan desde distintas trincheras, desde
distintos espacios en apoyo y en favor de esta cultura de la Protección Civil y
cuando ha sido necesaria su participación.
Quiero
saludar, también, a Secretarios, Directores de Protección Civil de las
distintas entidades de la República Mexicana que participan de este esfuerzo
nacional en favor de la Protección Civil.
Señoras
y señores.
Señores
representantes de los medios de comunicación:
Quiero,
antes de dar inicio al mensaje que quiero compartirles, agradecerle, también, a
Roberto Villalba, quien es el Jefe del Área de Protección Civil de la
Presidencia de la República, la explicación que al inicio de este evento diera
y quizá muchos se preguntaron: de qué se trata.
Y
es simplemente aquí una variable o una práctica que debiera ser común en todos
los actos públicos que lleváramos a cabo. Sea parte del evento o antes del
evento cuando la concurrencia esté ya reunida para que en cualquier acto, en
cualquier evento, como lo hiciera aquí el encargado de Protección Civil de la
Presidencia, les explicara en caso de una alerta sísmica qué debiéramos hacer
si ésta tuviera lugar durante el desarrollo de este evento.
Son
de estas prácticas, que forman parte de la cultura de la Protección Civil que,
yo estoy seguro, no vemos de manera cotidiana y debiéramos acostumbrarnos a ellas.
Deberían
ser parte de nuestro diario actuar, sobre todo en los eventos cívicos, de
informar a la sociedad que participa o a quienes concurren a distintos actos,
qué hacer en caso de una alerta temprana, una alerta sísmica o una señal de
emergencia; qué hacer para que no se genere pánico, haya orden y podamos poner
a salvo la vida de quienes concurren a distintos actos, ante emergencias y con
ello, simplemente con ello quiero ilustrar lo que nos falta hacer.
Uno
de los tantos aspectos que debiéramos tener presentes, y como muchos otros,
precisamente en favor de la Protección Civil.
Un
tema que pareciera se sembrará en nuestra cultura, a partir del sismo de 1985,
en donde, sin duda, hemos avanzado, pero aún nos falta mucho por hacer. Y más
en esta mayor coordinación que debemos tener entre órdenes de Gobierno, para
asegurar las mejores condiciones de prevención ante eventuales desastres.
Ante
emergencias, fenómenos naturales y situaciones de riesgo, la Protección Civil
se ha convertido en un valioso mecanismo para poner a salvo miles de vidas.
Desde
su fundación, hace 27 años, el Sistema Nacional de Protección Civil ha
contribuido a generar mejores condiciones para la seguridad de los mexicanos.
Debido
a la importancia que tiene para el cuidado de nuestra población, la Protección
Civil ocupa un lugar prioritario en la agenda de esta Administración. Y prueba
de ello, es la instalación de este Consejo Nacional que, por primera vez, se
realiza en el país.
Este
Consejo Nacional de Protección Civil que hoy está aquí, reunido con la
representación de distintos órdenes de Gobierno, de los titulares de distintos
órdenes de Gobierno, de los distintos poderes, en un solo objetivo: encontrar
coordinación y asimilación de esfuerzos compartidos en favor de la Protección Civil.
En
el Gobierno de la República tenemos muy claro que un deber irrenunciable del
Estado es crear condiciones de seguridad y protección para sus habitantes. Y en
este propósito, es indispensable promover la coordinación y articulación de los
esfuerzos institucionales.
De
ahí, la importancia de este órgano colegiado que agrupa y coordina las
responsabilidades de los tres órdenes de Gobierno en materia de Protección
Civil.
En
nuestra historia reciente, México ha sufrido el embate de diversos fenómenos
que han afectado la vida de miles de familias mexicanas y que han cimbrado la
más profunda conciencia nacional.
Los
sismos ocurridos el 19 y 20 de septiembre de 1985 siguen presentes en nuestra
memoria y en nuestros corazones. Los fenómenos climatológicos como Gilberto,
Paulina, Stan o Wilma, así como las inundaciones que se han registrado en
Tabasco, en Chiapas, nos recuerdan la fuerza de la naturaleza y sus
devastadores efectos.
Ante
circunstancias como éstas, los mexicanos hemos respondido con humanismo y solidaridad,
uniendo capacidades y esfuerzos para salir adelante.
De
manera especial quiero reconocer en esta oportunidad, el respaldo incondicional
que siempre, invariablemente, han mostrado nuestras Fuerzas Armadas.
El
Ejército Mexicano y la Marina han estado al lado de la población en los
momentos más críticos. Ante cualquier circunstancia han puesto su capacidad,
lealtad y profesionalismo al servicio de México.
Y
también quiero reconocer el compromiso social de los distintos cuerpos de
rescate, entre ellos, la Cruz Roja Mexicana, que han participado de manera
altruista en labores de auxilio a la población, y de otras organizaciones que
participan precisamente cuando se presenta un desastre, y que con gran espíritu
de solidaridad para con los mexicanos se aprestan a servir y apoyar a quienes
más lo están necesitando.
A
todas estas organizaciones les quiero expresar mi reconocimiento por el trabajo
que han realizado en favor de miles de mexicanos, a quienes han salvado su vida
y más por el compromiso que han aquí expresado, en quien está representado, en
don Roberto, quien ha expresado en nombre de la sociedad civil un compromiso
pleno para adherirse a este esfuerzo institucional y entre todos podamos
generar mejores condiciones en favor de la Protección Civil.
Muchas
felicidades y gracias por este apoyo.
No
obstante las dificultades que hemos enfrentado, cada fenómeno natural o
contingencia nos han dejado también grandes lecciones. Lo más importante es que
no siempre podemos predecir cuándo, dónde, ni cómo se va a presentar una
catástrofe.
Pero
lo que sí podemos hacer es prepararnos y estar alertas en todo momento para
responder con rapidez, oportunidad y eficiencia ante cualquier eventualidad.
Es
cierto, tampoco podemos modificar los ciclos naturales del planeta. Pero, en
cambio, sí podemos mitigar los riesgos asociados a estos fenómenos.
Éste
es el paradigma que se está siguiendo a nivel mundial y es el que habremos de
aplicar durante esta Administración. La clave para lograrlo es la prevención
del riesgo.
Esto
significa diseñar y mejorar las políticas públicas para reducir los efectos
colaterales de cualquier contingencia.
Actualmente
contamos con una mayor capacidad tecnológica, que nos da la posibilidad de
construir infraestructura más resistente o, incluso, alertarnos minutos, sólo
unos minutos antes, de que eventualmente se presente un desastre.
Ello
ha evitado que una fuerte lluvia o un temblor se conviertan en una actividad
natural en una verdadera catástrofe o desastre.
Igualmente,
se ha demostrado que factores como la degradación ambiental, la pobreza y el
crecimiento urbano mal planificado, aumentan considerablemente el daño
ocasionado por los desastres.
Tenemos
que estar conscientes de ello y evitemos construir el riesgo. Hagámonos
responsables, todos, de un ordenamiento territorial planificado y seguro, que
tome en cuenta las vulnerabilidades a las que estamos expuestos.
México
está obligado a reorientar los esfuerzos, de Protección Civil en materia de
prevención y mitigación de riesgos en el impacto de los desastres.
Las
cifras internacionales son claras. Déjenme compartirles este dato, que es
verdaderamente revelador, de lo que significa no hacer una adecuada planeación
y una acción constante, en favor de la prevención y de la mitigación de
riesgos.
Por
cada peso que se invierte en obras y acciones preventivas, de acuerdo a cifras
internacionales, se ahorran 7 pesos en obras y acciones de reconstrucción. Pero
lo más importante de la prevención no es el impacto económico, sino que brinda
la posibilidad de salvar vidas y proteger el patrimonio de miles de familias.
En
este sentido, en el marco de la instalación del Consejo Nacional de Protección
Civil, quiero instruir a la Secretaría de Gobernación a implementar las
siguientes medidas de prevención, como área encargada del Gobierno de la
República, precisamente de coordinar los esfuerzos para la Protección Civil.
Primera.
Crear y operar el Sistema Nacional de Alertas, que nos permita contar con
información, en tiempo real, para aumentar la seguridad de los mexicanos en
situaciones de inminente peligro.
Segunda
medida. Iniciar la operación de la Estrategia México Seguro ante Desastres, a
fin de contar con infraestructura nacional, con mayor capacidad de resistencia,
ante los fenómenos naturales.
Tercera.
Iniciar una extensa campaña de difusión de la cultura de la prevención y la
Protección Civil, con especial énfasis en los habitantes de las zonas más
vulnerables.
Cuarta
medida. Actualizar el Atlas Nacional de Riesgos para transformarlo en un
instrumento más útil en la planeación del desarrollo y, sobre todo, el
ordenamiento territorial.
Quinta.
Implementar un Programa Nacional de Respuesta a Siniestros, Emergencias y
Desastres que permita la acción oportuna y coordinada de los tres órdenes de
Gobierno.
La
Coordinación Nacional de Protección Civil diseñará los protocolos de acción
para la atención de desastres, en colaboración con las distintas unidades
gubernamentales.
Así
como tenemos que tomar acción y medidas, de parte de todos los órdenes de
Gobierno para la prevención de desastres, es igual de importante el que
tengamos protocolos debidamente diseñados y asimilados, que a todas las
unidades gubernamentales y órdenes de Gobierno nos permita actuar ante
cualquier desastre con prontitud y celeridad.
Que
nos permita tener claramente identificados cuáles son los insumos que cada
unidad gubernamental tendrá que aportar, precisamente para cuando en la
eventualidad de un desastre, que nadie quiere que ocurra, pero que no estamos
exentos de ello, podamos actuar con rapidez y de manera organizada, con los
elementos que cada unidad deba de aportar para la debida actuación, insisto,
coordinada, rápida, oportuna y, sobre todo, en un mismo frente.
Y
evitemos, como ha ocurrido ante distintos siniestros, la actuación de cada una
de las unidades gubernamentales, cada quien por su lado, y buscando siempre con
espíritu solidario dar respuesta, pero sin la debida y adecuada coordinación.
Insisto,
creo que una de las tareas fundamentales que dará pie la instalación de este
Consejo Nacional de Protección Civil será, precisamente, seguir trabajando la
cultura de la Protección Civil en las medidas de prevención, como las ya
señaladas, y tener claramente identificados, insisto, asimilados, y esto quiere
decir que todos tengamos conciencia clara, precisa, de qué debemos hacer en
caso de un siniestro, a partir de los protocolos que correrá a cargo de la
Coordinación de Protección Civil definir, identificar y demandar o pedir de
cada una de las unidades gubernamentales y órdenes de Gobierno la debida
preparación para tener la respuesta oportuna y acertada ante la eventualidad de
cualquier siniestro que se presente.
Sexta
medida. Crear cinco regiones con representación nacional de Protección Civil
con el objetivo de fortalecer la coordinación interinstitucional entre los
diversos sistemas existentes.
Esto
en total congruencia con las cinco regiones que para la seguridad pública,
también hemos ya identificado y en la que venimos trabajando.
En
estas seis medidas nos permitirán consolidar a la Protección Civil en México
como una fuerza preventiva y con mayor capacidad de respuesta.
Éste
me parece debe ser el enfoque que debemos dar en los próximos años para tener
con toda claridad medidas de prevención y capacidad de tener una respuesta
inmediata ante cualquier siniestro.
Señoras
y señores:
Un
sistema de Protección Civil moderno, ágil y eficiente es aquel que cuenta con
protocolos de actuación antes, durante y después de la situación de emergencia.
En
este compromiso, el Gobierno de la República empleará esfuerzos y recursos, a
fin de contar con modernos sistemas de prevención de riesgos y desastres.
Seguiremos
promoviendo y fortaleciendo la coordinación entre Gobiernos, instituciones y
sociedad civil para crear sinergias que nos permitan servir de mejor manera a
la población.
La
lección es evidente: tenemos que prepararnos mejor para evitar riesgos que
lastimen a las familias mexicanas.
Confío
en que a la participación de cada uno de ustedes al interior de este Consejo
Nacional será fundamental para fortalecer las acciones de Protección Civil en
todas las regiones del país, en todas las entidades de nuestra República
Mexicana y en el lugar o cualquier espacio, por más recóndito que se ubique, de
nuestra geografía nacional.
Estamos
a tiempo de construir las bases de un México menos vulnerable y más seguro en
el futuro. La vida, el patrimonio y la seguridad de los mexicanos así nos lo
demandan.
Hago
votos porque los trabajos a que hoy convoca la instalación de este Consejo
Nacional de Protección Civil realmente rindan frutos en favor de México y de
todos los mexicanos.
Muchas
gracias.
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