Hoy es jueves
23 de mayo de 2013
Los grupos de autodefensa en los medios
impresos hoy:
EL UNIVERSAL:
Imponen autodefensas al Ejército trueque de detenidos
La autodefensa comunitaria retuvo a 24 militares durante siete horas, entre ellos al general Sergio Arturo García Aragón, responsable del operativo de seguridad en el municipio, hasta que lograron la liberación de cuatro guardias civiles. La retención de los soldados ocurrió un par de horas después de que estos desarmaran y se llevaran a cuatro de 20 guardias civiles del retén de la entrada del poblado de Tierra Caliente.
Imponen autodefensas al Ejército trueque de detenidos
En el segundo día del operativo federal para pacificar Michoacán, grupos de autodefensa mantuvieron retenidos durante casi siete horas a 24 militares en protesta por la detención de cuatro integrantes de la policía comunitaria
Excélsior, Jueves 23 de mayo de 2013
Laura Castellanos y Alberto Torres Enviados | El Universal
BUENAVISTA TOMATLÁN
La autodefensa comunitaria retuvo a 24 militares durante siete horas, entre ellos al general Sergio Arturo García Aragón, responsable del operativo de seguridad en el municipio, hasta que lograron la liberación de cuatro guardias civiles.
Desde las 14:30 horas se tuvo cautivos a los elementos castrenses, sin despojarlos de sus armas y se les liberó a las 21:15 horas, cuando un convoy de policías federales arribó con los comunitarios al lugar, tras ser trasladados en helicóptero desde un sitio del que no se tuvo conocimiento.
La retención de los soldados ocurrió un par de horas después de que estos desarmaran y se llevaran a cuatro de 20 guardias civiles del retén de la entrada del poblado de Tierra Caliente.
Uno de los encargados de la autodefensa dijo, desde el anonimato, que la acción se debió a que el Ejército no cumplió el trato acordado un día antes, cuando se hizo el lanzamiento oficial del operativo de seguridad federal en Michoacán: que les permitirían tener puestos de vigilancia en las entradas del poblado portando armas de caza. “Pero no cumplieron y se los llevaron con las armas”.
La autodefensa de esta población de pizcadores de limón surgió el 24 de febrero para enfrentar, dicen, la violencia del cártel de los Caballeros Templarios, y denunciar la ejecución de 16 personas y la desaparición de 32 más desde su alzamiento.
Las fuerzas federales no opusieron resistencia al ser rodeados por la población, entre las personas había mujeres y niños, algunos armados con palos y machetes.
En principio se concentró al grupo a la entrada de un negocio de construcción ubicado a pie de carretera, a unos pasos del retén citado, y se le dotó de agua y vasos desechables.
EL UNIVERSAL buscó entonces una entrevista con el mando militar, pero García Aragón sólo respondió: “¡Retírese!”.
A las 15:30 horas la muchedumbre trasladó a los soldados a la plaza del pueblo; los hicieron subir al escenario de un teatro al aire libre. Ahí un señor con micrófono y bocina realizó un llamado a la población a que acudiera a exigir la liberación de los guardias.
Después el general García Aragón pidió el micrófono e informó que los pobladores capturados no estaban en su poder, que habían sido remitidos a “las autoridades judiciales”, pero que serían liberados al anochecer.
Aseveró: “Yo siempre les dije que no anden armados”.
Después del anuncio, a las 15:45 horas, la multitud se percató del arribo de militares en torno a la plaza y decidió llevar a sus cautivos a la cárcel del pueblo.
La población se mantuvo a las afueras de la prisión y dio el ultimátum de que si en hora y media, a las 17:30 horas, no tenían noticias de que sus compañeros serían excarcelados, decidirían si desarmaban o no a los militares.
La gente esperó con tensión que culminara el plazo.
A las 17:30 horas empezó a correr la versión de que serían liberados.
Finalmente, a las 21:15 horas aconteció el hecho y se dejaron ir a las fuerzas castrenses. La autodefensa popular recibió a los guardias con los gritos de “¡sí se pudo!”. Y ellos mismos abrieron las rejas de la cárcel para que los 24 efectivos salieran.
Confía en la estrategia
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, puntualizó que “la estrategia para devolver la seguridad en Michoacán es efectiva, porque, a diferencia del pasado, hoy sí existe coordinación entre todas las dependencias y el gobierno federal sabe lo que quiere hacer”.
En conferencia de prensa en la ciudad de México, resaltó que el gobierno federal va claro en lo que quiere, “hoy tiene objetivos frente al combate a la inseguridad”.
Por otra parte, el alcalde de Buenavista, Luis Torres Chávez, declaró que aún no ha podido regresar a su municipio a gobernar y se pronunció por “esperar a ver si de manera efectiva hay control de la situación y los grupos armados”.
En el ayuntamiento de Buenavista Tomatlán fue uno de los primeros lugares donde surgieron las guardias comunitarias en Michoacán.
En el mismo tenor, el munícipe de Tepalcatepec, Guillermo Valencia, dijo que “los grupos de autodefensa no han desaparecido en su totalidad” en este lugar, y contravino la versión de las autoridades sobre que en menos de cinco días las guardias comunitarias cedieron a la paz. (Con información de Dalia Martínez, Ariadna García y Carina García)
REFORMA
Doblan a militares
Apenas 24 horas
después de que la Sedena tomara el mando del operativo de seguridad en
Michoacán, docenas de pobladores retuvieron por más de 6 horas a 28 militares
en Buenavista Tomatlán. El desafío de los habitantes ocurrió por la detención
que hizo el Ejército de cuatro guardias comunitarios que portaban armamento de
uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y se encontraban encapuchados.
MILENIO: Fin a
crisis con canje de militares y civiles
La crisis de
Buenavista Tomatlán, desatada por la detención de cuatro hombres armados de la
autodefensa local a manos del Ejército y la posterior retención de una veintena
soldados por habitantes de esa población, terminó sin violencia: los pobladores
capturados fueron puestos en libertad por el gobierno federal y los soldados
pudieron abandonar el lugar.
Fin a crisis con canje de civiles por militares
Milenio, POLICÍA
• 23 MAYO 2013
JUAN PABLO
BECERRA-ACOSTA M
La captura de
cuatro integrantes de la autodefensa de esa comunidad de Michoacán generó enojo
entre los pobladores, lo que propició que un general y 28 soldados
permanecieran horas en la comandancia local.
Michoacán • La
crisis de Buenavista Tomatlán, desatada por la detención de cuatro hombres
armados de la autodefensa local a manos del Ejército y la posterior retención
de una veintena soldados por habitantes de esa población, terminó sin
violencia: los pobladores capturados fueron puestos en libertad por el gobierno
federal y los soldados pudieron abandonar el lugar.
Pero no todo
fue tan sencillo…
Parecía que iba
a ser una jornada tranquila en la Tierra Caliente de Michoacán. El Ejército
había ingresado en la zona dos días antes. Había roto el cerco, el sitio que el
crimen organizado había impuesto desde un mes atrás en los municipios de
Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec (donde habitan más de 35 mil personas).
Las carencias
de gasolina, gas, alimentos y medicinas empezaban a esfumarse. Los limoneros
echaban a andar sus camionetitas de redilas y las cargaban de cajas con ese
producto. Se encaminaban por la carretera rumbo a Apatzingán para, al fin,
poder vender y empezar a reponer sus bolsillos. Los calentanos andaban muy
alegres. Las autodefensas se habían replegado ante la llegada de las fuerzas
federales…
Pero en esta
tierra bronca como que la felicidad anda huyendo.
A las once de
la mañana elementos del Ejército se detenían ante un retén de las autodefensas
ubicado a la entrada de Buenavista Tomatlán, a un costado de la carretera. El
secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, advirtió la víspera que si los
soldados se topaban con lugareños armados los iban a detener. Y así ocurrió:
capturaron a cuatro hombres con 14 armas prohibidas. Y se los llevaron.
El pueblo
enfureció. Lanzaron cohetones, tañeron campanas. Cientos de personas se
dirigieron a la carretera federal que va de Apatzingán a Buenavista, rumbo a
Tepalcatepec. Algunos llevaban machetes, otros palos, ningún arma a la vista.
Capturaron dos tráileres, los cruzaron en la carretera y bloquearon el
tránsito.Alegaban que sus compañeros eran limoneros.
Kilómetros
adelante harían lo mismo con un tractocamión. Justo donde estaban los primeros
vehículos había un par de decenas de soldados que vigilaban la carretera. Los
pobladores los increparon. La tropa resistía estoica la andanada. Los lugareños
amenazaban con quemar seis vehículos militares (dos artillados) y otras más de
la Policía Federal.
Un helicóptero
del Ejército y otro de la Marina sobrevolaban el lugar. Un tercer aparato de la
Policía Federal se sumaría, así como dos aviones de la Fuerza Aérea mexicana
que pasarían una y otra vez por el lugar…
Los pobladores
más enojados seguían en lo mismo: arremetían verbalmente una y otra vez contra
los soldados, pero éstos se contenían, siempre con sus armas al frente. De
pronto, después de las dos de la tarde, arribaron decenas de soldados más
encabezados por dos coroneles del Ejército.
Sumarían más de
100 elementos. Los mandos los desplegaron en la carretera. Del otro lado, la
gente del pueblo, muchos encapuchados, otros no, se pararon frente a los soldados.
Llegaron a estar a 20 pasos. Los lugareños les gritaban de todo: que se fueran,
que entregaron a los miembros de las autodefensas, que si trabajaban para la
delincuencia organizada.
Uno de los
coroneles al mando, al percatarse que ambos bandos estaban muy cerca, ordenó
replegar a la tropa varios metros y exigió a uno de los líderes de la
autodefensa que hiciera lo propio. Una y otra vez invitó a la gente a dialogar,
a abrir el paso de la carretera. Los calentanos se negaron. No cedieron.
Alrededor de
las cuatro de la tarde un pelotón del Ejército de unos 20 miembros que
regresaba de Tecaltepec penetró a Buenavista Tomatlán. Iba encabezado por un
general de brigada. Ahí se toparon con ciudadanos enardecidos que los
abordaron. Luego de un rato de escuchar, al ver que la furia de la gente crecía
y antes de que los retuvieran de mala manera, el militar decidió acompañar a la
gente hasta la comandancia de la policía municipal y permanecer ahí con su
tropa hasta que los miembros de la autodefensa fueran liberados.
“Yo vine por mi
propio pie, no me obligaron, yo acordé eso con la gente para evitar un problema
mayor”, decía el general García Aragón a MILENIO.
La gente,
apostada ante las oficinas policiales, no lo tomaba así. Para ellos, furiosos,
increpantes, los militares estaban retenidos. En muchas ocasiones les exigían a
gritos entregar sus armas de cargo. Impertérrito, el general simplemente decía
que no.
Por momentos la
tensión subía. Hasta que casi estalló todo: los militares, con el general al
frente, intentaron abandonar las instalaciones de la policía municipal en afán
de demostrar que no estaban retenidos, avanzaron unos metros, pero la
muchedumbre los detuvo.
No hubo golpes,
solo empujones durante largos segundos, un par de minutos. Los militares
regresaron a las oficinas. Otros elementos, unos 30, no retenidos, ya se habían
desplegado alrededor de la zona, apoyados por una veintena de federales.
De pronto,
algunos ciudadanos cambiaron de objetivo: increpaban al camarógrafo y reportero
de MILENIO. Intentaban que borráramos las imágenes. Fueron largos minutos de
tensión. Algunos pobladores que siguen la señal de MILENIO Televisión
intervinieron a favor de los periodistas y evitaron los golpes.
Todo terminaría
bien. El gobierno liberó después de las nueve de la noche a los detenidos y los
trasladó hasta las instalaciones de la policía municipal. La gente los ovacionó
y empezó a corear cánticos futboleros de “sí se pudo”. Minutos después se
abrían las rejas de las oficinas policiales. El general y 28 elementos
abandonaban el lugar sin problema. Unos aplaudían, otros silbaban.
—¿Están bien
general?
—Sí, señor,
todos bien —se despedía, guardando la compostura como toda la tarde.
Un día que iba
a ser tranquilo aquí, en la bronca Tierra Caliente, donde la felicidad nomás
huy
LA JORNADA;
Pobladores de Tomatlán retuvieron a militares
Habitantes de
Buenavista Toma-tlán retuvieron por más de cinco horas a un grupo de elementos
del Ejército –integrantes de las tropas desplegadas para combatir el crimen en
la Tierra Caliente–, como protesta por haber detenido durante la mañana a
cuatro integrantes de la policía comunitaria que portaban armas de fuego.
Ernesto
Martínez Elorriaga
Corresponsal
Periódico La
Jornada
Jueves 23 de
mayo de 2013, p. 7
Morelia, Mich.,
22 de mayo.
Habitantes de
Buenavista Toma-tlán retuvieron por más de cinco horas a un grupo de elementos
del Ejército –integrantes de las tropas desplegadas para combatir el crimen en
la Tierra Caliente–, como protesta por haber detenido durante la mañana a
cuatro integrantes de la policía comunitaria que portaban armas de fuego.
Pasadas las 21
horas, fuentes del gobierno estatal informaron que los cuatro jóvenes detenidos
en las inmediaciones de la cabecera municipal y trasladados a la delegación de
la Procuraduría General de la República (PGR) en Morelia, fueron dejados en
libertad y a cambio los lugareños liberaron a los soldados.
Minutos antes,
afuera de la policía municipal se vivieron momentos de tensión, pues antes de
las 20 horas los militares intentaron retirarse de la comandancia, pero decenas
de habitantes enardecidos y armados con palos los replegaron a empujones. En
tanto, arribaron camiones del Ejército, cuyos tripulantes esperaban
instrucciones ante la retención de sus compañeros.
La detención de
los cuatro guardias comunitarios –entre ellos un menor– ocurrió alrededor de
las 8:30, cuando se trasladaban en una camioneta portando escopetas y con el
rostro cubierto, y fueron interceptados por los soldados.
Tras el
arresto, repicaron las campanas y se detonaron cohetes en señal de alarma.
Enseguida, unos 200 lugareños, acompañados de guardias comunitarios desarmados,
se trasladaron a la carretera federal Apatzingán-Tepalcatepec y la bloquearon
con tres camiones. En los alrededores del municipio hubo un gran despliegue de
soldados y policías federales, además de que dos aeronaves del Ejército
sobrevolaron la zona.
Alrededor de
las 16 horas, los pobladores retuvieron a una cuadrilla de al menos 17
soldados, entre ellos un alto mando, y los encerraron en una celda de la
policía municipal. Dos horas después, se suspendieron varias corridas de
autobuses procedentes de Morelia.
Este miércoles,
el gobernador interino, Jesús Reyna, precisó que militares, marinos y policías
federales se concentraron en Apatzingán, Buenavista, Tepalcatepec, Coalcomán,
Chinicuila, Aquila, Tancítaro y Los Reyes.
Hipólito Mora,
jefe de la policía comunitaria de La Ruana, en Buenavista Tomatlán, dijo que
‘‘desde el lunes se acordó con los mandos militares que serían detenidos los
policías comunitarios que estuviesen armados; los muchachos lo sabían, no sé si
en verdad llevaban los escopetones, pero le pedí al coronel que está a cargo
del operativo que nos haga el favor de soltarlos’’.
Consultados por
la agencia Afp, integrantes de las autodefensas condicionaron la entrega
voluntaria de sus armas a que el operativo logre acciones efectivas contra el
cártel de los Caballeros templarios, al que los comunitarios responsabilizan de
extorsiones y otros delitos que se cometen en la región.
Mientras, en el
municipio de Coalcomán (en la región de la sierra) la mañana de este miércoles
los grupos de autodefensa comunitaria continuaban patrullando en camionetas y
con armas largas; incluso, la noche del martes detuvieron a un hombre al que
acusaban de ladrón, a quien golpearon en presencia de decenas de agentes
federales.
‘‘No bajaremos
la guardia hasta que veamos resultados’’, dijo Antonio Rodríguez, un empresario
del aguacate que se sumó a las guardias comunitarias. Coalcomán fue la última
comunidad michoacana en la que se conformaron estos grupos de autodefensa.
‘‘Primero que
desarmen a los criminales y luego al pueblo’’, subrayó un joven que portaba una
playera blanca con la leyenda ‘‘grupo de autodefensa’’.
Lo anterior se
contrapone con lo declarado este miércoles por el subsecretario de Gobierno del
estado, Fernando Cano Ochoa, quien aseguró que las guardias comunitarias o
grupos de autodefensa que operaban en Michoacán ‘‘ya no existen,
desaparecieron, ya se retiraron de las calles’’.
Finalmente,
grupos comunitarios de vigilancia dieron a conocer que el martes fueron
localizados los restos de Mario Quiroz, uno de los miembros del movimiento de
autodefensa de La Ruana, quien fue secuestrado junto con otros dos de sus
compañeros hace unas cinco semanas, por presuntos integrantes de los Caballeros
Templarios.
‘‘Nosotros
teníamos detenido a uno de los gatilleros de ese cártel, pero cometimos el
error de haberlo soltado hace cinco días; esperamos que respeten la vida de los
otros dos (guardias comunitarios)’’, dijeron.
Comentaron que
la situación de abasto de mercancías y combustible se ha comenzado a normalizar
en Buenavista y Tepalcatepec, y una vez desintegradas las policías comunitarias
se reactivará la actividad productiva de casi 20 mil hectáreas de limón, así
como la ganadería.
(Con
información de las agencias Esquema, Afp y Notimex)
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