El
Vaticano ha informado que el Pontífice ha aceptado la renuncia de ambos obispos
en conformidad con el canon 401.2 del
Código de Derecho Canónico, según el cual, se recomienda encarecidamente al
obispo diocesano que por enfermedad u "otra causa grave" resultase
menos idóneo para desempeñar su cargo, que presente su renuncia.
La
decisión, según ha informado la nunciatura apostólica de Eslovenia a Radio
Vaticana, ha sido tomada "a causa de la grave situación económica en la
que se encuentra la archidiócesis de Maribor" y con la esperanza de que su
renuncia contribuya a la renovación de la vida de la Iglesia en Eslovenia.
Además,
la nunciatura indica que, para asegurar un gobierno regular en las dos
diócesis, el papa ha nombrado al obispo de Novo Mesto, monseñor Andrej Glavan,
administrador apostólico de la archidiócesis de Ljubljana y al obispo de Celje,
monseñor Stanislav Lipovek, administrador apostólico de la archidiócesis de
Maribor.
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Transparencia
financiera; ha llegado la hora de los obispos
LA
IGLESIA DE SAN NICOLÁS EN LUBJANA/GIORGIO
BERNARDELLI
Vatican Insider, 31 de julio de 2013
El
arzobispo de Lubjana, Anton Stres, y el arzobispo de Maribor, Marjan Turnsek,
salieron del escenario el mismo día. En ambos casos, el Papa aceptó la renuncia
siguiendo el párrafo 2 del canon 401 del Código de Derecho Canónico, que dice:
«Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su
oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad
para desempeñarlo». Es una medida fuerte la que impulsó el Vaticano hacia la
Iglesia eslovena, que perdió a los arzobispos de dos de sus diócesis
involucrados en un “crack” financiero. Todo esto llega después de que Benedicto
XVI (el 13 de febrero de 2011) hubiera acogido, según el mismo canon, la
renuncia del predecesor de Turnsek en Maribor, el arzobispo Franc Kramberger.
Justamente
debido al caso de la arquidiócesis de Maribor (cuyo obispo auxiliar durante
algunos años fue también el arzobispo de Lubjana, Anton Stres), son el centro
de la medida vaticana. El caso explotó clamorosamente en 2010, cuando la Santa
Sede envió a Eslovenia un visitador apostólico para que investigara con
respecto a una serie de peticiones anómalas relacionadas con la petición de
préstamos en Roma. Surgió un panorama vergonzoso, con una arquidióceisi que, a
través de estas operaciones financieras de alto riesgo, había acumulado deudas
por un valor de 800 millones de euros a través de los bancos y compañías
telefónicas y televisoras (incluida una red que transmitía programas
pornográficos). Benedicto XVI puso en marcha medidas en contra del entonces
arzobispo de Kramberger. Pero la reconstrucción de los hechos permitió llegar a
conocer que la imprudente gestión de las finanzas locales había comenzado en
2003. Se confirmó, además, que mons. Stres (nombrado en 2009 arzobispo de
Lubjana) y mons. Turnsek (obispo coadjutor que habría sucedido a mons
Kramberger) tenían graves responsabilidades en el caso. Y hoy, finalmente,
llega su renuncia.
Paralelamente
al anuncio de la Sala de Prensa vaticana, el arzobispo Stres en Lubjana
pronunció una conferencia de prensa en la que dijo haber sido informado el 29
de abril: Papa Francisco le habría pedido la renuncia a la guía de la mayor
sede episcopal de Eslovenia. El arzobispo acogió la invitación e indicó que no
tenía nada que esconder y que nunca había escondido sus responsabilidades en el
caso de Maribor: «Espero y rezo a Dios que el paso que he dado –declaró–
contribuya a restituir a la Iglesia eslovena la reputación que merece». El
arzobispo Turnsek hizo una declaración muy parecida: «He heco lo mejor que he
podido para afrontar la situación –escribió–, pero por diferentes razones no lo
he logrado».
Más
allá del caso particular de la arquidiócesis de Maribor, cabría preguntarse si
esta decisión tan resuelta indica que el recorrido para evaluar con rigos los
comportamientos financieros que quiere Papa Francisco se irá extendiendo desde
el IOR hasta el gobierno de las diócesis de todo el mundo. De hecho, en Camerún
hubo otra renucnia que ha causado polémicas, la del arzobispo de Yaoundé,
Simon-Victor Tonyé Bakot, que fue presidente de la Conferencia Episcopal del
país. También en el caso del arzobispo africano, el lunes pasado el Papa
Francisco aceptó su renuncia según el mismo canon del Código de Derecho
Canónico. Y, como siempre, la Santa Sede no ofreció ayores detalles al
respecto. Pero también en este caso podría tratarse de una cuestión financiera,
o por lo menos se puede deducir de la nota que publicó ayer la edición francesa
del sitio de la Radio Vaticana: «Según la prensa de Camerún, mons. Bakot se
habría visto involucrado en numerosas operaciones inmobiliarias»; habría
incluso recibido las críticas de algunos de sus fieles y de parte del clero
debido a la gestión de los terrenos propiedad de la diócesis. El sitio de
“Jeune Afrique” sostiene que la diócesis de Yaoundé posee el mayor patrimonio
inmobiliario del país, después del estado.
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