Don Samuel Ruiz García “El Tatic” (1924-2011)/ in memoriam/Fred Alvarez palafox
Hace tres años murió don Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, uno de los prelados más controvertidos en el mundo cristiano y quizá el último Teólogo de la Liberación; principal impulsor de la Teología India, y del diaconado permanente indígena: uxorado (casado).
Fue nombrado Obispo de Chiapas, el 14 de noviembre de 1959, nada menos que por el próximo santo Ángelo Giuseppe Roncalli, llamado Juan XXIII –el papa bueno- y consagrado el 25 de Enero de 1960; a los 35 años era ya el más joven obispo de México y quizá del mundo.
Idolatrado por muchos y aborrecido por otros.
Fue un prelado valeroso, cuya opción preferencial por los pobres le costó incluso atentados contra su integridad física.
Sobrellevó a catorce gobernadores, desde Samuel León Brindis hasta Pablo Salazar Mendiguchia; con él único que hizo buena relación fue con el Dr. Manuel Velasco Suárez –ex suegro de Manuel Camacho Solís-. y primo de su amigo el arzobispo y cardenal Adolfo Suárez Rivera. Por cierto don Adolfo fue vicario de dos Samuel, pero creció y llegó a ser arzobispo de Monterrey, NL, y miembro del colegio cardenalicio.
Don Samuel falleció en un hospital de la ciudad de México, por deficiencias pulmonares y renales, problemas en las coronarias y en las carótidas y una prolongada diabetes.
Sus restos descansan en la Catedral de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, donde vivió la mitad de su vida.
Monseñor Ruiz, El “Tatic” (padre en lengua tzotzil), o El Caminante o simplemente don Samuel, o Sami- como le llamaban sus padres, doña Lupita y Maclovio, fue un personaje controvertido – sin duda-pero –eso sí- fuertemente comprometido con sus convicciones pastorales.
Lo recuerdo bien a tres años de su partida.
Lo conocí y traté.
Tuve una diferencia por una declaración mediática.
Respondió fuertemente con un comunicado oficial.
No le repliqué entonces, debido a que recibí una llamada telefónica de un amigo común, que nos hizo un “puente”. Charlamos semanas después –y ahí se cerró el diferendo- cuando develó una pintura de Vlady, que por cierto conservó una copia firmada por él.
Comparto un texto que se publicó entonces, en Código Topo de Excélsior, a tres años de su partida.
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Un soldado rebelde del papa/ Fred Álvarez.
Publicado en la revista Código Topo, suplemento del periódico Excélsior, 7 de febrero de 2011.
“Pertenece a una generación que recuerda con claridad la frase de San Bernardo: Nosotros aquí somos como guerreros en el campamento, tratando de tomar el cielo por asalto, y la existencia del hombre sobre la tierra es la de un soldado”. Jean Meyer, sobre Samuel Ruiz
“Samuel vive, la lucha sigue” corearon los habitantes de San Salvador Atenco, quienes con machetes entraron al oratorio del CUC arrancando el aplauso de los fieles congregados.
A las 10 horas del lunes 24 de enero de 2111 murió don Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, uno de los prelados más controvertidos en el mundo cristiano y quizá el último teólogo de la liberación.
Idolatrado por muchos y aborrecido por otros fue un prelado valeroso, cuya opción preferencia por los pobres le costó incluso atentados contra su integridad física. Sobrellevó a catorce gobernadores, desde Samuel León Brindis hasta Pablo Salazar Mendiguchia; con él único que hizo química fue con el Dr. Manuel Velasco Suárez, primo de su amigo Adolfo Suárez Rivera.
Falleció en un hospital de la ciudad de México, donde estuvo internado las dos últimas semanas por deficiencias pulmonares y renales, problemas en las coronarias y en las carótidas y una prolongada diabetes.
Sus restos fueron trasladados a la Catedral de San Cristóbal en donde fueron expuestos a la oración de los fieles y a la despedida de las comunidades eclesiales de base. Antes se le hizo homenaje de cuerpo presente en la capilla del Centro Universitario Cultural de Copilco, ahí estuvieron presentes varios de sus amigos como el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, y sus hermanos dominicos Pablo Romo Cedano, Coordinador del Observatorio de la Conflictividad Social en México, Luis Arriaga, director del Centro Pro de Derechos Humanos, Miguel Concha, director del Centro Fray Francisco de Vitoria, así como su ex vicario y hoy prior de la Orden de Predicadortes Menores Gonzalo Ituarte, además de obispo Raúl Vera.
Fue sepultado precisamente y tal y como era su voluntad en la catedral San Cristóbal de las Casas, donde vivió la mitad de su vida. Monseñor Ruiz, El “Tatic” (padre en lengua tzotzil), o El Caminante o simplemente don Samuel, o Sami- como le llamaban sus padres, doña Lupita y Maclovio, fue un personaje controvertido – sin duda-, pero –eso sí- fuertemente comprometido con sus convicciones pastorales.
Sus padres se conocieron en EU; regresaron a México; procrearon cinco hijos, Samuel nació en Irapuato, Guanajuato el 3 de noviembre de 1924, vivió su infancia en esa ciudad, realizó sus estudios en el Seminario de León; fue ordenado presbítero el 2 de abril de 1949.
Tuvo la suerte de haber estudiado un doctorado en Teología y Sagrada Escritura en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En 1954 regresó a León y al poco tiempo fue designado rector del seminario. Fue nombrado Obispo de Chiapas el 14 de noviembre de 1959 nada menos que por Ángelo Giuseppe Roncalli, llamado Juan XXIII –el Papa bueno- y consagrado el 25 de Enero de 1960. A los 35 años era ya el más joven obispo de México y quizá del mundo.
Y es que Samuel Ruiz irradió una pastoral muy particular, que le hizo popular en todo el mundo católico, en especial entre los partidarios del Concilio Vaticano II, y fue quizás al haber asistido a las 4 reuniones convocadas por Roncalli entre 1962 y 1965, en Roma. Ese concilio le dejó una profunda huella que lo marcaría toda la vida, y que años después le generaría muchos problemas.
A su llegada a Chiapas, el joven obispo dio un tremendo giro, borrando casi por completo la obra de su predecesor, don Lucio Torreblanca y Tapia. Su obra fue titánica. Su guía fue el documento de las misiones aprobado, en el Concilio Vaticano II que, “frente a la evangelización tradicional, que obliga al indígena a vivir su fe con esquemas y valores extraños, abrió las puertas a las iglesias autóctonas, aquellas cuya forma de ser y de reflexionar sus signos culturales, son el cauce donde la fe se encarna’. Gracias a ellos logró insertar a la iglesia jerárquica en las culturas indias. Y pudo conseguirlo gracias el contacto directo con comunidades indígenas; la realidad lo transformó. Se empecinó de leer el Evangelio en la piel morena de tzotsiles, tzeltales, ch’oles, toj’olabales, catchiqueles y lacandones.
A don Samuel casi siempre le tocó remar contracorriente, no solo frente a las instituciones del gobierno mexicano sino, sobre todo, ante sus hermanos de la CEM, y con los jerarcas de la Santa Sede.
Y es que la alta jerarquía –salvo excepciones- nunca vieron con buenos ojos sus “desviaciones doctrinales”, ni su pasión por la teología de la liberación, ni su apego por la pastoral indigna, ni muchos menos que mediara con el problema de refugiados guatemaltecos, ni aquella que hiciera entre la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) – a través de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) y el Gobierno mexicano de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo Ponce de León. Por cierto fueron evidentes las diferencias con el EZLN, hoy lo reconocen. Y hay que decir que sin la intervención de don Samuel y su equipo eclesial no hubo un derramamiento de sangre, de proporciones incalculables, no sólo en Chiapas, sin el país. Quizás esa fue su mayor contribución junto con la mediación con los refugiados guatemaltecos.
Girolamo Prigione, por ejemplo, primer delegado papal y después nuncio apostólico intentó destituirlo sin éxito. El caso fue muy interesante. (comparto en este espacio en recuadro una parte la entrevista del Dr. Antonio Roqueñi Ornelas, entonces apoderado legal de la Arquidiócesis Primada de México).
Y claro que don Samuel al instauró una pastoral fundamentada en el hombre y concretamente en el hombre indio, se ganó la antipatía de los “ladinos” que conformaron un movimiento denominado “Auténticos Coletos”, que se encargó de difamarle inclusive de desear su muerte.
Lo que si fue bien visto por el gobierno del presidente Felipe Calderón fue su intervención en la Comisión de Mediación (COMED) con el Ejército Popular Revolucionario; cuando el grupo armado demandó la presentación con vida de dos de sus militantes: Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, detenidos y desaparecidos en Oaxaca el 25 de mayo del 2007. Gracias a ello se goza de una tregua con el grupo armado; por cierto, el EPR le envió un comunicado al obispo tres días antes de su muerte donde le reconocen su espíritu humanista y su reconocida trayectoria, y le remarcan que le están “sinceramente agradecidos y esperamos su pronta recuperación en beneficio de quienes le quieren, le admiran, le respetan y de usted mismo.”
Y el día de su deceso le dicen: “jamás olvidaremos sus nobles esfuerzos por exigir la presentación con vida de nuestros dos compañeros” “A todos los revolucionarios y luchadores sociales sí nos duele profundamente su pérdida que es irreparable e insustituible, porque son pocos los hombres que a pesar de encontrarse en una estructura sometedora desde el Vaticano alzó su voz y siempre fue fiel acompañante de las diferentes luchas de causas justas tanto en la ciudad como en el campo”,
A raíz de su muerte el presidente Calderón y su esposa Margarita Zavala emitieron un comunicado donde le reconocen a don Samuel su esfuerzo “por construir un México más justo, igualitario, digno y sin discriminación, en el que las comunidades indígenas tengan voz y sus derechos y libertades sean respetados por todos (….) tuvo la virtud de ser congruente entre lo que pensaba, decía y hacía; fue una persona que se condujo siempre con integridad y rectitud moral”, subraya el texto.
La comisión Permanente del Congreso de la Unión, guardó un minuto de silencio en su memoria, senadores y diputados reconocieron “su disciplina, entrega y compromiso en su trabajo siempre en beneficio de la población indígena, gente de escasos recursos o en situación de desamparo”. La CEM emitió un comunicado donde señalan que piden “por su eterno descanso con la esperanza de estar gozando de su presencia”. Y muchos, muchos lamentaron su pérdida, algunos de ellos hace años pedían su cabeza.
Por cierto el papa Benedicto XVI no mando ningún telegrama.
¡Caray!
El EZLN rompe el silencio de dos años.
También el EZLN manifestó su pesar y reconoció el compromiso y trayectoria del obispo. En un comunicado firmado por los autodenominados subcomandante “Marcos” y el teniente coronel “Moisés”, reconocen las diferencias y desacuerdos que tuvieron con don Samuel pero “hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la iglesia católica”, expresaron a nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN.
Los zapatistas mordazmente cuestionaron a los políticos que desfilaron ante el féretro de don Samuel mientras era velado en la catedral de la Paz, criticó el hostigamiento, los ataques y las calumnias que le hizo del Ejército Federal y de los gobiernos estatales en turno, “Al menos desde Juan Sabines Gutiérrez (recordado por la masacre de Wolonchan en 1980) y pasando por el General Absalón Castellanos Domínguez, Patrocinio González Garrido, Elmar Setzer M., Eduardo Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro (uno de los autores de la matanza de Acteal en 1997) y Roberto Albores Guillén (más conocido como “el croquetas”), los gobernadores de Chiapas hostigaron a quienes en la diócesis de San Cristóbal se opusieron a sus matanzas y al manejo del Estado como si fuera una hacienda porfirista, advirtió el EZLN. Y agrega que “siendo presidente de la CONAI Don Samuel sufrió también, en febrero de 1995, un amago de encarcelamiento, precisamente del gobierno de EZPL
Por último Marcos y Moisés advirtieron que aprovechando el deceso de don Samuel, el Vaticano orquesta una maniobra de divisionismo en la diócesis de para acabar con el catolicismo que opta por los pobres”. “Se va Don Samuel, pero quedan muchas otras, muchos otros que, en y por la fe católica cristiana, luchan por un mundo terrenal más justo, más libre, más democrático, es decir, por un mundo mejor. Salud a ellas y ellos, porque de sus desvelos también se nacerá el mañana”, concluye el comunicado.
En efecto, existe un documento firmado por Felipe Arizmendi, el obispo auxiliar, Enrique Díaz Díaz, y seis vicarios: Pablo Iribarren, Javier Reyes, Pedro Arriaga, Rodolfo A. Román, Joel Vega y José Avilés, para “desmantelar”; casi la mitad de la diócesis y crear el obispado de Ocosingo. (Proceso # 1782, 26 de diciembre de 2010). Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, sucesor de don Samuel no ha vuelto a hablar del tema. En los funerales de don Samuel emitió un sermón donde por cierto, describe muy bien al obispo humanista. Pregunta de entrada: -¿Qué legado nos deja Samuel Ruiz, y que no debemos perder, por sus raíces evangélicas?, el mismo responde: “Entre otros aspectos (…) la promoción integral de los indígenas, para que sean sujetos en la Iglesia y en la sociedad. La opción preferencial por los pobres y la liberación de los oprimidos, como signo del Reino de Dios. La libertad para denunciar las injusticias ante cualquier poder arbitrario. La defensa de los derechos humanos. La inserción pastoral en la realidad social y en la historia. La inculturación de la Iglesia, promoviendo lo exigido por el Concilio Vaticano II, que haya iglesias autóctonas, encarnadas en las diferentes culturas, indígenas y mestizas. La promoción de la dignidad de la mujer y de su corresponsabilidad en la Iglesia y en la sociedad. Una Iglesia abierta al mundo y servidora del pueblo. El ecumenismo no sólo con otras confesiones cristianas, sino con toda religión (diálogo interreligioso). Una pastoral de conjunto, con responsabilidades compartidas. La Teología India, como búsqueda de la presencia de Dios en las culturas originarias. El Diaconado Permanente, con un proceso específico entre los indígenas. La reconciliación en las comunidades. La unidad en la diversidad. La comunión afectiva y efectiva con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia universal.”
Agrega el sucesor de don Samuel que: “varios de estos aspectos son de frontera, y por tanto delicados, tanto para entenderlos conforme al Evangelio, como para aplicarlos en comunión eclesial”. Aunque precisa que “la Teología India y el Diaconado Permanente entre los indígenas tienen sus complicaciones, pero son una búsqueda digna de ser valorada.”
Pero sobre la ordenación de un diaconado permanente orientado hacia el sacerdocio uxorado (casado) ni pensarlo, eso está totalmente descartado. Hace 4 años - en enero de 2007- Arizmendi reconoció que en efecto, existe la petición de las comunidades en su diócesis en concretar dicho sacerdocio “escuchamos peticiones de algunos fieles en ese sentido, pero no alentamos tal esperanza. Los diáconos permanentes son permanentemente diáconos, y no los encaminamos al presbiterado.”, subrayó categórico
Más de don Samuel.
Entre las institución que fundó destacan el Centro Fray Bartolomé de Las Casas, con sede en San Cristóbal de las Casas, organización no gubernamental dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos, especialmente de los pueblos indígenas. Estrechó el diálogo entre sus hermanos evangélicos de San Juan Chamula, tuvo una buena relación con dirigentes de las demás religiones, tanto nacionales como internacionales. En 1996, fue galardonado con el premio católico Pacem in Terris (Paz en la tierra), en 2001 recibió el Premio Internacional de Núremberg, por su defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas y en el año 2002 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), le otorgó el Premio Internacional Simón Bolívar por su lucha contra la violencia, la pobreza y la exclusión. Recibió además el doctorado honoris causa por las universidades Iberoamericana y Autónoma de Barcelona ; organizaciones civiles y de derechos humanos lo promovieron en dos ocasiones como candidato al premio Nobel de la Paz; en 1995 el comité Pro Nobel, encabezado por Adolfo Pérez Esquivel, registro más de 5,3 millones de firmas de apoyo, de las cuales más de 2 millones correspondieron a comunidades indígenas y campesinas; se recabaron firmas de apoyo de Francia, España, Suiza, Italia, Alemania, Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina, entre otros países.
En septiembre de 1995 desde el Zócalo de la ciudad de México afirmó que los indígenas son los verdaderos protagonistas del cambio en México y manifestó que aceptó la promoción del Nobel fue “como un pretexto para seguir trabajando por la paz, soy fruto de toda la sociedad mexicana que busca la paz y la justicia”. En un gesto simbólico, echó a volar en el Zócalo diez palomas blancas como señal de “la libertad que todos anhelamos”.
Era la primera vez en la historia moderna que un sacerdote mexicano dirigiera un mensaje desde el zócalo capitalino.
Entonces era todo un desafío.
En abril de 2008 fue nombrado por el Ejército Popular Revolucionario (EPR) mediador al lado de escritores e intelectuales, ante el gobierno federal, En 2009 a nombre del Centro Fray Bartolomé de las casas recibió el premio que lleva el nombre del fraile español, entregado por los Príncipes de Asturias. Tuvo cargos menores en la CEM, como el ser presidente del Departamento de Misiones, Vocal de la Comisión Episcopal de Indígenas y Vocal de la Comisión Episcopal Pro-Refugiados.
Aunque dos de los hombres más cercanos a él, fueron los eminentísimos Adolfo Suárez Rivera (1927-2008), arzobispo de Monterrey y arzobispo primado de México Cardenal Ernesto Corripio Ahumada. (1919-2008).
Samuel Ruiz fue también y hay que decirlo, un hombre conservador -y es que no puede ser de otra manera- siguió siempre al pie de la letra, como un librito, los preceptos de la Iglesia católica en torno a la planificación familiar en una región donde la tasa media de hijos por mujer se aproxima a siete. ¡Era un soldado rebelde del Papa! Podremos discrepar del esquema pastoral de don Samuel, pero no podemos regatearle su congruencia.
Descanse en paz don Samuel.
Al margen:
Parte de una entrevista con el Dr. Antonio Roqueñí, realizada el 22 de abril de 1997 por Carlos Martínez Assad, Sara Setfovich y Fred Álvarez
Nos dijo Roqueñí de don Samuel:
“A don Samuel (Ruiz) se lo traía mareado, la verdad es que se lo traía verdaderamente de un ala. Lo mandaba llamar, lo regañaba, le decía. Incluso había pactado con Manuel Bartlettque lo sacaría de la diócesis, nada más de que le diera tiempo, y Manuel ciertamente tenía una gran espina clavada con don Samuel porque estaba el problema de los refugiados guatemaltecos. Pero no podían encontrarle la cuadratura al círculo de cómo hacer a un lado a don Samuel, ¿por qué? porque pues reconocían los políticos de ese momento que don Samuel era un líder, y no podían hacerlo a un lado así tan fácilmente.
Entonces (Girolamo) Prigione les pidió tiempo, les pidió tiempo, les pidió tiempo, y en el momento en que llega el nuevo gobierno, ya de (Carlos) Salinas de Gortari y empieza la relación formal dijo ahora sí es la mía. Entonces pactan con Patrocinio (González Garrido) el cómo sacar a Samuel, y empieza el hostigamiento verdadero, apoyado por Prigione.
Lo que Prigione pretendía -me parece a mí- es hacerle ver a la Santa Sede que Samuel Ruiz era un problema nacional y que por lo tanto había que removerlo.
Pero con esta ambigüedad del gobierno no acababa de ser don Samuel, menos cuando estalla lo de Chiapas, no acababa de ser don Samuel tan incómodo para el gobierno, porque el gobierno veía que como líder él podía ser un factor de unidad. Inmediatamente pide la mediación y se la dan.
Nombran a (Manuel) Camacho como representante y se alía con don Samuel, entonces se vuelve una figura indispensable.
En ese momento Prigione es cuando desesperadamente manda ya su comunicado a la Santa Sede que hay que remover a don Samuel por estos y estos y estos otros motivos, y entonces la Congregación de obispos, presidida por el cardenal Bernardín Gantin, le manda a don Samuel una nota ciega, sin fecha ni firma en donde se le señalan algunos errores muy duros y que por lo tanto debería de pensar en estos errores, casi como invitándolo a que él pidiera su renuncia. Don Samuel al recibir esta carta obviamente se queda muy intranquilo, porque él es muy ortodoxo y muy unido con el Papa, y no sabe qué hacer.
Entonces va con su amigo el Cardenal (Ernesto) Corripio, y le dice: “Señor Cardenal me mandan de la Santa Sede esto, y dice ¿cómo le hago? El asumir esto significa que yo me salga del panorama y siento una enorme responsabilidad, no puedo hacerlo, no me leo yo aquí como para hacerme a un lado. Sin embargo,- me dicen que tengo defensa- señala.
-¿Quién le dice eso?-, le pregunta Corripio.
-Pues (Antonio) Roqueñí, Soto, Guerrero y una serie de gentes más-, responde don Samuel.
Y ahí el cardenal Corripio da la orden: ¡qué lo ayuden!.
Entonces –dice Roqueñí- me llama el Cardenal Corripio y me dice: “échale una mano a don Samuel, asesóralo canónicamente”.
Yo vi aquello y dije: don Samuel esto está muy fácil. ¡Pero hay que pelear con la Santa Sede!
Entonces preparamos entre un equipo de personas muy amplio, donde había canonistas, teólogos, pastoralistas, había gente muy destacada, amigos de don Samuel, y nos abocamos a estudiar la posible defensa.
Y lo primero que hicimos fue hablar con Gantin y le dijimos precísenos señor Cardenal; he recibido esta nota de manos del señor Prigione, precísenos los puntos que dice usted que enuncia, precísenoslos y díganos qué quiere, dígame qué quiere de mí. (dijo don Samuel).
Entonces ya el cardenal Gantin le manda una carta de plano abierta, sugiriéndole que debe pedir la renuncia. Y el otro (don Samuel) le pide largas, le dice que no es el momento porque la guerra de Chiapas, porque tal, porque está convocando un sínodo, porque esto, y que en este momento sería más perjudicial que saliera, pero que él está unido con la Santa Sede, y le da una de cal y una de arena, y ese raqueteo de cartas, idas y venidas nos duró un año.
Nosotros teníamos previsto que si llegaba la carta en donde de plano se le removía, en ese mismo momento metíamos -ya no por la vía administrativa-, sino por la vía judicial un recurso a través de la Signatura Apostólica, el máximo tribunal del Papa, un recurso en contra de esta disposición. Y entonces empezaba la vía judicial y por lo menos teníamos otros 3 años.
Ya no fue necesario, porque la Santa Sede se dio cuenta de que mejor le metía a un coadjutor.
¡Prigione perdió la partida!
En el momento en que la Santa Sede le mete a un coadjutor, y cayó en don Raúl Vera, en el que todos pensábamos que podía ser, dijimos, pues ya ganamos, ya la Santa Sede ya no actuó, se desistió y no hubo juicio.
¡Le ganamos la partida a Prigione!, dijo Roqueñi.
***
Al margen:
Un desacuerdo amistoso con Don Samuel hace once años,
Una declaración al periódico El Universal (13/02/2000) generó una fuerte reacción del obispo Samuel Ruiz García. El problema surgió a raíz de un reportaje exclusivo para el periódico La Jornada, donde se publicó una foto en primera plana con Don Samuel ordenando a 100 diáconos casados con sus respectivas compañeras.
El 18 de enero del 2000 Raúl Vera y Samuel Ruiz ordenaron diáconos casados. Por un reportaje periodístico – sobretodo la foto- en exclusiva para La Jornada se interpretó como una ordenación de diaconisas. Esa ordenación le costó al Nuncio su traslado a Roma, y aunque se iba como presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, perdía la batalla ante el denominado Club de Roma*.
Sobre este particular, emití una opinión ante una pregunta expresa de un reportero del periódico El Universal. Ello provocó una dura e inusual respuesta del obispo Samuel Ruiz. Personalmente y por petición de un amigo común evite dar mi replica, semanas después tuve un encuentro personal con Don Samuel con quién aclaramos las cosas.
Afortunadamente el error había sido del reportaje del periódico –de Blanche-, no de mi interpretación como analista. Y es que resultó significativo recordar que contrariamente a la tradición vaticana, que mantiene a sus nuncios al menos cinco años en sus sedes, Mullor fue removido a poco más de dos años de su llegada. El reportaje de La Jornada, de alguna manera aceleró la salida de Don Justo.
Visto en retrospectiva la historia fue interesante.
Y la publicación de la nota (de El Universal) -en interiores y de fin de semana-, me generó una llamada telefónica de un amigo sacerdote -Antonio Roqueñí Ornelas (1931-2006) -muy cercano a don Samuel- quien me reclamó amistosamente por mi declaración, argumentando que con ello le estaba haciendo ruido innecesario a don Samuel.
Ese amigo común fue el abogado que ayudo al obispo de San Cristóbal de las Casas en el conflicto que tuvo con el entonces nuncio Girolamo Prigione quién se empecinó en sacarlo de la diócesis, debido a cuestiones doctrinales.
Finalmente el asunto no se llevó a tribunales, no había elementos, y se pudo ganar en el mesa, empero, años después le pusieron un obispo coadjutor con derecho a sucesión, me refiero al dominico Monseñor Vera. ¡Les salió el tiro por la culata!
Mi pecado entonces fue haber opinado sobre lo que leí, vi e interpreté en el reportaje, y sobretodo el haber sido asesor de asuntos religiosos en la Secretaría de Gobernación.
Comparto la nota de hace once años y el comunicado de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas. Hubo además algunas columnas que comentaron el asunto.
Por ello mi interés en el tema. Ah y fue precisamente cuando se dio la salida del nuncio don Justo. Ese fue el quid del asunto y el ruido que generó en la Curia Vaticana. Además -modestia aparte-, parece que tuve razón, no por el asunto de la ordenación de diaconisas -¡obviamente nunca se dio!-. Jamás dije tal cosa sino que comente que no había gustado a la Santa Sede y a la gente de la CEM la ordenación de 100 diáconos indígenas casados. Además, la foto que se publicó hizo ver como que se ordenaban a mujeres -éstas nunca se separaron de sus maridos-; don Samuel mismo lo reconoció después.
Curiosamente en aquel tiempo -2001-, el pintor Vladímir Kibálchich Rusakov, más conocido como Vlady (1920-2005) pintó un cuadro que denomino precisamente: Diaconisas, alguien lo debe tener, yo lo vi en una exposición en la Casa Lamm, el mismo día que se presentó el retrato que pinto Vlady de Don Samuel Ruiz.
Pero insisto, a veces, lo que se ve no es.
Aunque meses después la Santa Sede inició una investigación en la diócesis.
Esto es lo que dije en la nota y la respuesta.
**
El Universal, domingo 13 de febrero del 2000
Diaconisas, posible error del ex nuncio.
Nota de Felipe de Jesús González y Óscar Gutiérrez/Reportero y Corresponsal El Universal
La salida de Justo Mullor como nuncio apostólico en México podría deberse a que no advirtió al Vaticano, o bien no impidió la ordenación de más de 100 diaconisas en la diócesis de San Cristóbal de las Casas de manos del obispo Samuel Ruiz García, un tema que históricamente no se ha resuelto al interior de la Iglesia.
De acuerdo con fuentes consultadas en la Iglesia, más que por presiones políticas, la remoción tuvo su base en la ordenación de diaconisas el 23 de enero en el municipio de Huixtán, y al anuncio de la diócesis de que el siguiente paso sería la ordenación de personas casadas.
Para el ex asesor de la Dirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Fred Álvarez Palafox, no es descartable esta posibilidad, habida cuenta de que en la Iglesia pesan mucho más las cuestiones de doctrina que las presiones de tipo político.
El derecho canónico señala que sólo el varón bautizado puede recibir válidamente la ordenación, es decir, hay una condición sine qua non de que solamente un varón puede alcanzar este grado, si bien existe una discusión en el mundo para permitir que las mujeres puedan ser ministras de culto, como ocurre en otras iglesias.
Álvarez Palafox reconoció que además de posibles factores políticos, probablemente esa ordenación no haya gustado a la jerarquía en Roma.
Además, añadió, los obispos conservadores de México podrían haber hecho señalamientos en este sentido, porque una cosa son las cuestiones políticas y otras muy serias para la Iglesia, las cuestiones doctrinales.
Mullor García tuvo conocimiento del diaconado en pareja el 10 de diciembre de 1998, cuando junto con los obispos Ruiz García y Raúl Vera López visitaron comunidades de la zona norte de Chiapas.
En la celebración de una misa, en Bachajón, una pareja le pidió sus buenos oficios para que interviniera ante el Vaticano en la búsqueda de la aprobación de esta figura eclesiástica.
Al respecto, Mullor García dijo que la Iglesia católica no permitía este tipo de diaconado pero que estaría pendiente de esta demanda y que la turnaría al papa Juan Pablo II. (hasta ahí la nota)
¡Ese mismo día vino la respuesta!
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
13 de febrero de 2000
Ante la nota periodística que aparece hoy en el diario El Universal bajo el título “Diaconizas (Sic), posible error del ex Nuncio”, considero indispensable hacer los siguientes comentarios y aclaraciones
1. -Es absolutamente falsa la información de la ordenación de cien diaconisas en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Desde el Concilio Vaticano Segundo se restauró en la Iglesia el ministerio de los diacono permanentes casados y, dadas las características del desarrollo eclesial delas poblaciones indígenas en Chiapas, consideramos como un ministerio muy adecuado el diaconado permanente, sacramento que se confiere solo a varones, pero siempre con el acuerdo y la colaboración de la esposa y la comunidad.
2. -Con motivo del Año Jubilar Diocesano tuvo lugar la ordenación de diáconos, preparados durante años de servicio y estudio, en la comunidad de Huixtan; en la ceremonia cada ordenado fue acompañado por su esposa, pero con absoluta claridad de que la ordenación corresponde al varón, según las normas de la Iglesia Católica, a las que siempre nos hemos ceñido.
3. -Es inaceptable la interpretación que hace el señor Fred Álvarez Palafox (…) el asociar la falsa información sobre la ordenación de diaconizas con la decisión de la Santa Sede de dar una nueva responsabilidad a Su Excelencia al Arzobispo Justo Mullor. Desconocemos la intención del señor Álvarez Palafox y de los reporteros que aluden a “fuentes consultadas de la Iglesia”, pero ciertamente en la nota que nos ocupa no sirven a la verdad.
4. -El Señor Nuncio Apostólico ha cumplido su tarea respetando la vida propia de cada diócesis y acompañando con atención y respeto los procesos pastorales correspondientes. Tal ha sido su comportamiento hacia la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y le estamos agradecidos por sus aportes iluminadores y fraternos.
Atentamente,
+Samuel Ruiz García
Obispo de San Cristóbal de Las Casas
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