7 ene 2016

Condena el Congreso asesinato de Gisela Raquel Mota; pide que el acto no quede impune

Condena el Congreso asesinato de Gisela Mota; pide que el acto no quede impune
Por unanimidad, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión condenó el asesinato de Gisela Raquel Mota Ocampo, presidenta municipal de Temixco, Morelos.
El diputado Jesús Zambrano Grijalva, presidente de la Mesa Directiva, dio lectura a un acuerdo a través del cual se exhorta al gobierno del estado a reforzar y mantener la coadyuvancia y coordinación con las autoridades federales en la investigación y esclarecimiento del crimen.
A petición de Zambrano Grijalva, quien también es presidente de la Cámara de Diputados, se guardó un minuto de silencio por la alcaldesa morelense. Enseguida, los grupos parlamentarios fijaron su posicionamiento en torno a este tema.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: El siguiente punto del orden del día es la propuesta de acuerdo de la Comisión Permanente, por el que se condena el asesinato de Gisela Raquel Mota Ocampo, presidenta municipal de Temixco, Morelos.
Primero. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión condena el asesinato de Gisela Raquel Mota Ocampo, presidenta municipal de Temixco, Morelos.
Segundo. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhorta al gobierno del estado de Morelos, a reforzar y mantener la coadyuvancia y coordinación con las autoridades federales, en la investigación y esclarecimiento de este crimen, para que en el ámbito de las facultades de los órganos de procuración de justicia, entre ellos la Procuraduría General de la República, se castigue con todo el rigor de la ley a los responsables de este artero crimen y así evitar que quede en la impunidad.
Dado en el Salón de Sesiones de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a los siete días del mes de enero de 2016. Firmamos los integrantes de la Mesa Directiva.
Consulte la Secretaría a la asamblea si se aprueba el acuerdo.
La Secretaria diputada Teresa de Jesús Lizárraga Figueroa: En votación económica se pregunta a la asamblea si se aprueba el acuerdo. Las legisladoras y los legisladores que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo (votación). Las legisladoras y los legisladores que estén por la negativa sírvanse manifestarlo (votación). Mayoría por la afirmativa, señor presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Aprobado, comuníquese. Pido a las presentes y a los presentes nos pongamos de pie para brindar un minuto de silencio por el asesinato y la muerte desde luego de Gisela Raquel Mota Ocampo.
(Minuto de silencio)
Gracias. Y para referirse al tema y al acuerdo recién aprobado por esta soberanía, se han inscrito compañeras y compañeros integrantes de esta Comisión Permanente, y en consecuencia tiene la palabra el senador David Monreal Ávila, del Grupo Parlamentario del PT por cinco minutos.
El senador David Monreal Ávila: Con el permiso, presidente. El asesinato de la presidenta municipal de Temixco, Morelos, Gisela Raquel Mota, representa para el Estado mexicano una provocación para las fuerzas de seguridad pública del municipio y no solamente del municipio sino de todo el país, para la impartición de justicia, pero, sobre todo, es un ataque a la democracia ya que contrario a la voluntad popular, las organizaciones criminales a punta de pistola buscan imponer su ley y sus condiciones para gobernar.
La acción de gobernar en los últimos años se ha convertido en una labor peligrosa, ya que lamentablemente, desde presidentes municipales, síndicos, regidores, diputados locales, federales, funcionarios estatales, funcionarios federales y hasta ex gobernadores han sido víctimas de ataques por parte del crimen organizado.
Además de ser lamentable, es preocupante que en los tres órdenes de gobiernos y funcionarios de todos los niveles se encuentren entre las víctimas, ya que es una muestra de la debilidad y la vulnerabilidad del Estado. Asimismo, son muestras de cómo el crimen organizado se ha infiltrado en todos los espacios del ámbito público y no conformes con eso buscan tomar un control más directo.
Por todo esto, el asesinato de la presidenta municipal de Temixco, Morelos, Gisela Raquel, es condenable, en sí mismo el asesinato es indignante y sobremanera por la función pública que desempeñaba. Porque entonces significa que los grupos criminales quieren hacer valer su propia ley e imponer en las presidencias municipales a quien mejor les parezca y esto no se puede permitir.
Por otro lado, estos hechos revelan una vez más, en la fallida estrategia de seguridad del gobierno federal, lo más afectado son los municipios, porque mientras las fuerzas federales combaten a sangre y fuego el crimen organizado, los municipios son víctimas de la extorsión y del narcotráfico, al ser el eslabón más endeble de los tres niveles de gobierno.
Es decir, el hecho de que la estrategia de seguridad priorice más acciones armadas y menos acciones de inteligencia y de integración social generan que el crimen organizado busque protegerse en los municipios y por ello lo somete a sus intereses y de manera indirecta secuestra a toda una sociedad.
Cuando esto sucede, hablar de democracia pierde todo sentido, ya que de nada sirve que el Congreso de la Unión desate extensos debates para construir instituciones electorales, instituciones de impartición de justicia, instituciones de derechos humanos que llegan a considerarse de clase mundial, si de los hechos la voluntad popular es segregada a un segundo punto y lo único que se respeta es la voluntad del crimen organizado.
En ese sentido, además de condenar la muerte de Gisela Raquel, es necesario hacer un serio análisis introspectivo tanto desde este Congreso de la Unión, pero también desde el gobierno federal, ya que en la última década han sido asesinados casi 100 alcaldes, más de mil funcionarios municipales, lo que sustenta la idea de que la estrategia de seguridad no ha funcionado y sería mejor replantearla en nuevos términos y con menores daños colaterales para la ciudadanía.
Como una medida a los hechos ocurridos en Temixco, el gobernador de Morelos decretó la implantación del mando único policiaco en 15 municipios de este estado. Independientemente del debate que esto ha generado entre la población morelense, es necesario garantizar que los mandos únicos no sean infiltrados por el crimen organizado, ya que hay muestra de sobra del poder que tienen para penetrar en la estructura del Estado mexicano.
En el caso de Morelos, es urgente dar salida al problema de inseguridad, porque de acuerdo con el Índice de Paz en México de 2015, esta entidad federativa es la segunda menos pacífica de México, ya que entre los años 2007 y 2009 experimentó un gran aumento de violencia y desde entonces cuenta con la peor tasa de delitos con violencia en México.
En este sentido, me uno a la condena del ataque contra la presidenta municipal de Temixco, todo acto de violencia debe ser rechazado y condenado, pero cuando se comete en contra de funcionario público para tratar de impedir su labor debe ser doble la condena, porque es una forma de atentar en contra de toda la ciudadanía y en este caso el de Gisela Raquel, representaba al pueblo de Temixco y por lo tanto es atentar en contra de un pueblo. Es cuanto, señor presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, senador Monreal. Tiene ahora la palabra el diputado Alejandro González Murillo, del Grupo Parlamentario de Encuentro Social hasta por cinco minutos.
El diputado Alejandro González Murillo: Con su permiso, presidente. Compañeras y compañeros legisladores. El 2016 es un año atípico marcado transversalmente por un calendario electoral en estados y municipios que pondrá a prueba extraordinariamente la capacidad de las instituciones del Estado mexicano para promover y garantizar la vivencia de la gobernabilidad democrática y el estado de derecho aun en tiempos de anormalidad.
La penosa y excesiva experiencia de un crimen político y los excesos criminógenos de la penosa inexperiencia política en los municipios del estado de Morelos, fueron epicentro de la noticia y sobrecogieron a la sociedad mexicana en tan solo una semana.
Paralelamente las fuerzas políticas nacionales y en alguna medida las locales, se encuentran desde las postrimerías del año que recién concluyó estableciendo acuerdos y tejiendo alianzas de todo tipo, desde las naturales y esperables hasta las más amorfas e impensables.
Los Congresos locales y éste, nuestro honorable Congreso de la Unión, serán cajas de resonancia y disonancia de las posturas políticas mediatizadas por la coyuntura política y social, así como por las conveniencias del momento. Por lo anterior, los tiempos que vivimos de turbulencia y agitación político social deben ser tiempos de clara e indubitable definición.
En Encuentro Social si bien no incurrimos en el exceso de desconfianza que pudiese ser confundible con ingenuidad respecto a lo que se puede y debe o no esperar del comportamiento y tendencias de opinión de los distintos actores corrientes, facciones y partidos políticos representados en el Congreso de la Unión, queremos sin duda fijar claramente en esta oportunidad la perspectiva de nuestro grupo parlamentario, tan joven como sólido y plural, que no se olvida ni pretende olvidarse de sus principios y dinamismo que le dan forma y lo distinguen por su apertura y honestidad.
Para Encuentro Social con, sin o a pesar de la inminencia de lo electoral, no dudamos nunca en llevar a cabo todas las acciones que permitan fortalecer al Estado, pues ello representa fortalecer y multiplicar las oportunidades para las personas. Ningún cálculo político determina o deforma esta visión.
En consecuencia la lid contra la delincuencia organizada nos merece todo nuestro respaldo con la distancia crítica pero edificante que cada lista nos demanda.
Lo que ocurre en Morelos nos interpreta y nos invita a cerrar filas con las instituciones y contra la lacra del crimen organizado que cada vez más busca cómo lesionar al estado y comprar votos, voluntades y conciencias para fortalecer su influencia destructiva.
El Ejecutivo de la unión en el último lustro, con la comisión de los peligros que para México se ciernen, no únicamente en lo político, sino en lo social, presentó en dos momentos distintos sendas propuestas constitucionales y legislativas para dar una respuesta extraordinaria a una situación muy extraordinaria: el escalamiento de la violencia y la desintegración social provocada por el crimen organizado.
La noción del mando único policial en ambos casos, salvadas las diferencias de estilo y profundidad jurídica, representa una solución de emergencia ante la cada vez mayor y más violenta infiltración de carteles y grupos delincuenciales en los gobiernos municipales.
El cobro del derecho de piso a la protección de fuertes sectores de la administración pública municipal, pasando, incluso, por el aprovechamiento indebido de nuestras industrias extractivas, sin olvidar, por supuesto, el acceso electoral a las presidencias municipales.
La obra del crimen organizado se hace presente extorsionando, usurpando, secuestrando, mutilando, matándose adversarios y a la población civil, la que muchas veces se topa con corporaciones policiacas municipales absolutamente cooptadas, las que lejos de vigilar y perseguir los ilícitos, los prohíjan o ejecutan, respetando únicamente las fronteras geográficas de los municipios de distinto color, pero con iguales dinámicas.
En tales circunstancias el mando único constituye una respuesta enérgica que rescata el imperio del Estado; para proteger la función de seguridad pública municipal y restañar el tejido social.
La coordinación del Ejecutivo de la unión con los estatales, amén de los mejores recursos financieros materiales y humanos que al efecto cuentan, no es un asunto de colores o de facciones.
Hoy día que tenemos gobiernos en los estados de diferente partido, color, y coalición originaria e incluso un gobernador independiente, las posibilidades de coordinación con el gobierno de la República se multiplican y ello redunda, sin duda, en beneficio de la sociedad. Volvemos aquí a insistir, tratándose del bien de México y sus habitantes, los colores no deben importar.
Para Encuentro Social municipio libre no significa feudalismo o inexperiencia política; no exime torpeza ni falta de tacto que deriven en protagonismos y confrontaciones estériles e impresentables.
Bien vemos las muestras de cordura y serenidad que parecen estar asomando en la administración de la capital de Morelos. En Encuentro Social sabemos que saber mandar es saber escuchar, y saber rectificar, esto es, mandar obedeciendo. Esta ocasión, desde la tribuna más alta de la nación, y sin una mezquindad político-electoral lo venimos a dejar claro, respaldamos en estos momentos especialmente difíciles al gobernador de Morelos y al presidente de la República, así como a sus respetivos gobiernos.
Y si con la permanente vigilancia y revisión de la LXIII Legislatura al Congreso de la Unión y la décima época del Poder Judicial Federal, apoyamos la aplicación del mando único para combatir –reiteramos– la lacra, el crimen organizado y restaurar el tejido social. Es cuanto, presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, diputado González. Tiene ahora loa palabra el diputado Luis Alfredo Valles Mendoza, del Grupo Parlamentario de Nueva Alianza, hasta por cinco minutos.
El diputado Luis Alfredo Valles Mendoza: Con el permiso de la Presidencia. Compañeras y compañeros legisladores, en Nueva Alianza condenamos el artero asesinato de Gisela Raquel Mota Ocampo, presidenta municipal de Temixco.
Con profunda indignación manifestamos nuestra preocupación por este acto, que no sólo es un hecho de violencia e inseguridad, sino un hecho lamentable que atenta contra la gobernabilidad en México.
El asesinato de Gisela Mota, no sólo es un hecho de violencia e inseguridad, es un acto que atenta contra la estabilidad social y la vida democrática de nuestro país. Para nadie es desconocido que en los últimos años se ha incrementado la violencia causada por organizaciones criminales, lo que ha puesto a México en una de las mayores crisis de seguridad pública.
 El aumento de la violencia en contra de los servidores públicos representa un grave peligro para el correcto desarrollo de las funciones constitucionales a cargo del Estado. Actualmente ser presidente municipal es un trabajo de alto riesgo, ya que como lo han indicado las autoridades competentes, se han convertido en objetivos de la delincuencia organizada.
Por ello, exigimos que se continúe la investigación para deslindar las responsabilidades de los autores materiales e intelectuales, y en su momento sean castigados con todo el rigor de la ley.
Compañeras y compañeros, la seguridad es un derecho humano que nuestro país está en grave peligro. Este cobarde asesinato, así como la violencia que se vive a diario en nuestro país, es un desafío al Estado mexicano. Es un reto que solo podemos enfrentar en la unidad de estrategia y operación, dejando de lado ideologías y posturas mediáticas. Lo único que debe ocuparnos es el desarrollo y la seguridad de las y los millones de mexicanos que enfrentan a diario el rostro de la violencia y la inseguridad de nuestro país.
Por ello, en Nueva Alianza continuaremos apoyando y buscando nuevas formas de coordinación institucional para combatir este problema que tanto daña el tejido social y la estabilidad de nuestro país. Por su atención, muchas gracias. Es cuanto, señor presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, diputado Valles. Tiene ahora la palabra la senadora Martha Angélica Tagle Martínez, hasta por cinco minutos.
La senadora Martha Angélica Tagle Martínez: Compañeras legisladoras y compañeros legisladores, este 2016 lo iniciamos con muy malas noticias. El asesinato de Gisela Mota es algo que nos debe poner sin duda a reflexionar. A Gisela Mota no la mataron en una plaza pública, tampoco en la calle, entraron a su casa, la mataron frente a sus familiares y amigos. Cuando la inseguridad llega hasta las puertas de tu casa algo estamos haciendo mal.
La principal razón de ser del Estado es garantizar la seguridad de sus habitantes y en eso, como Estado, como Poder Legislativo, estanos fallando. Miles de asesinatos, desde que inicio la guerra contra el narcotráfico y que aunque ahora no sean parte de la noticia cotidiana, se siguen dando dado a que la errática política en materia de seguridad continúa, son muestra de que hay un Estado fallido en materia de seguridad.
Al menos 100 ediles muertos, varios funcionarios públicos y también candidatos han sido asesinados durante los últimos años. Y, bueno, la respuesta generalmente de la clase política es pedir seguridad para los políticos y se generan medidas cautelares para protegerlos, ¿pero qué estamos haciendo para garantizar la seguridad de la ciudadanía? Me temo que muy poco.
Al paso de los días después del cobarde asesinato de Gisela hemos estado presenciando lamentables dimes y diretes en el estado por un tema, que es el mando único y que quizás vale la pena recordar aquí que el mando único también surgió como respuesta a una de las peores crisis que estamos viviendo.
Si ustedes no recuerdan, fue uno de los temas fundamentales del Decálogo del presidente de la República cuando se presentó el tema de los 43 de Ayotzinapa. El mando único como instrumento de seguridad no puede ser impuesto por una sola persona, cualquiera que sea su cargo; ni el presidente de la República ni los gobernadores, porque viola la Constitución.
Debe de quedarnos claro que el artículo 115 constitucional le da a los municipios la facultad de velar por su seguridad pública, y si lo relacionamos con el artículo 21 constitucional en materia de Ley de Seguridad Pública, tiene que haber necesariamente un acuerdo que sea ratificado por los presidentes municipales. Pero además es importante considerar que en el tema del mando único las realidades de las policías en el país no son las mismas en todos los estados y municipios.
Hay municipios que cuentan con policías fuertes, estructuradas y funcionales, pero hay estados, policías estatales donde es conocido de sobra la corrupción que existe en esos cuerpos policiacos.
Establecer un mando único homologado no es la solución. Lo que es cierto es que no podemos seguir igual. Hoy en día la suplente de Gisela duda en tomar protesta y con toda razón, la inseguridad sigue presente. Y ahí quiero retomar otro tema que es fundamental, que tiene que ver con la violencia política hacia las mujeres, del cual también los legisladores tenemos un pendiente, porque a varios años de que la senadora Lucero Saldaña presentó una iniciativa, seguimos sin avanzar en la dictaminación de la ley que tipifique finalmente la Ley de Violencia Política por Razones de Género.
Condenar el asesinato de Gisela no es suficiente, compañeros; exhortar a que las autoridades hagan lo que tienen que hacer tampoco es suficiente. Sin embargo, ese es el acuerdo político al que se ha llegado hoy y eso es lo que estamos emitiendo en esta Comisión Permanente.
Les hago un llamado a que ese otro tercer punto que venía en la propuesta original de darnos el tiempo de debatir y analizar sobre la política en materia de seguridad, no sea eliminado. Requerimos los legisladores también hacernos cargo de la parte que nos toca en materia de seguridad, por ser parte del Estado mexicano. Es cuanto, compañeros legisladores.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, senadora Tagle. Tiene ahora la palabra la diputada Norma Xochitl Hernández Colín, del Grupo Parlamentario de Morena, por cinco minutos.
La diputada Norma Xochitl Hernández Colín: Con su venia, diputado presidente. El Grupo Parlamentario de Morena condena enérgicamente el asesinato de Gisela Mota Ocampo, ex diputada federal y alcaldesa en funciones de Temixco, Morelos, hecho terrible que nos llena de indignación y profundo pesar. Para nosotros sí se trata de un feminicidio.
México vive la crisis de inseguridad y derechos humanos más grande de su historia, lo que ha incrementado dramáticamente los índices delictivos y las tasas de homicidios. La ausencia de una estrategia pública integral del combate al narcotráfico y el crimen organizado en la administración actual ha provocado un incremento de asesinatos, producto de la violencia y la inseguridad en el país. Solo en lo que va de este sexenio la cifra ronda los 57 mil 410 homicidios dolosos, mientras en el sexenio anterior el Semanario Zeta documentó 83 mil 191 ejecuciones.
En los números se refleja que la estrategia de la aprehensión de las cabezas criminales no disminuye la inseguridad y la violencia en el país. Lo que ha variado en este sexenio es la movilidad de la violencia. Si en la pasada administración la sangrienta guerra de carteles y delincuencia organizada estaba en el norte del país, actualmente la inseguridad se mudó al centro y al sureste. Salieron de los primeros cincos sitios del estado con mayor violencia, Sinaloa, Baja California, pero entro Jalisco y Michoacán.
La impunidad en México es el primer factor que permite a los sicarios de los carteles de la droga y de las organizaciones criminales continuar su estrategia. El gobierno no ha logrado disminuir la incidencia delictiva relacionada con los homicidios dolosos, tal como se prometió en la campaña y en los primeros meses de la administración.
Lamentablemente la estrategia durante estos 36 meses ha sido decretar a través de discursos repetidos en 2013, 14 y 15, una incidencia delictiva a la baja que se ha reducido en sus máxima expresión. En el foro de Davos, el Ejecutivo expreso: Ha habido una disminución real en el número de homicidios que se cometen en nuestro país, una disminución de prácticamente el 30 por ciento de homicidios vinculados al crimen organizado, lo cual nos resulta alentador.
Luego en el 2014, el secretario de gobernación declaro el 29 de julio: La violencia se ha reducido a su mínima expresión. Y en el 2015 continuamos con la misma perorata: Sin duda, los niveles de violencia que se están registrando están disminuyendo, sobre todo, los homicidios y secuestros.
La administración llegó a su tercer informe ignorando el verdadero problema de la violencia que se evidencia todos los días en el país con homicidios dolosos. En el gobierno se continúa en su afán de ocultar la cantidad real de asesinatos.
Por su lado, los gobiernos estatales hacen lo mismo, todos insisten en dejar de lado al único dato que es consiente y consistente, la falta de denuncias por parte de la ciudadanía en un 90 por ciento de los delitos. El resultado es la inseguridad, porque la seguridad nunca llega a los ciudadanos.
Lo que tenemos no es seguridad coproducida entre gobierno y gobernados, como orienta el paradigma democrático, es la seguridad impuesta mediante un formato que hace del abuso una rutina.
En 2016 comenzó de manera trágica para la vida política de México la violencia sistemática que ha sufrido nuestro país en las últimas décadas, ha dejado decenas de miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
En la actualidad resulta evidente que en Morelos y otros estados del país existe un mando único. El crimen organizado ha conquistado espacios de poder y la toma de decisiones. Se puede decir que el narco poder, donde se ha implantado, cumple las funciones del Estado, legisla, gobierna y ejecuta.
Gisela Mota ganó la presidencia municipal de Temixco, Morelos en las elecciones del 2015 y asumió el puesto el 1 de enero de este año. Duró apenas un día, pues a la mañana siguiente fue asesinada a balazos en la sala de su casa.
En su discurso enfatizó que el combate a la delincuencia sería frontal. Probablemente este discurso designó, desafortunadamente, su sentencia de muerte.
El asesinato de la alcaldesa ocurre en un contexto de deterioro en las condiciones de seguridad de Morelos. En 7 años el nivel de homicidios se triplicó y la entidad pasó de estar por debajo de promedio nacional de asesinatos, a ocupar el cuarto lugar.
Según datos de la asociación de autoridades locales de México, durante el gobierno actual se han cometido 41 asesinatos de alcaldes, lo que implica que no estamos ante un hecho aislado sino ante una emergencia nacional en materia de seguridad. Y en México tampoco existen protocolos de protección para alcaldes o integrantes de los cabildos, no obstante la larga lista de autoridades municipales asesinadas.
El gobernador de Morelos no ha entendido ni el reclamo de la sociedad ni el rol que desempeña como jefe del Ejecutivo en aquella entidad. Ante la inseguridad que priva en el estado responde a un autoritarismo al imponer una medida de dudosa constitucionalidad.
Incluso se han presentado controversias constitucionales para poner en entredicho su manotazo autoritario, con el que intenta eludir toda responsabilidad política ante el fracaso de su administración. Solo es una distracción y mal hace al confrontarse con las autoridades municipales, esto en nada beneficia a los ciudadanos, la política es el arte de convencer, no vencer.
Por último, el Grupo Parlamentario de Morena, expresa su más sincera condolencia a los familiares de Gisela Mota Ocampo, al mismo tiempo que ofrece su apoyo y solidaridad. Ni una más, ni uno más. Es cuanto, señor presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, diputada Hernández. Tiene ahora la palabra, la diputada Jorgina Gaxiola Lezama, del Grupo Parlamentario del Verde Ecologista, hasta por cinco minutos.
La diputada Jorgina Gaxiola Lezama: Gracias. Con la venia de la Presidencia. Las estrategias encaminadas a combatir la amenaza que significa el crimen organizado se erigen como una de las prioridades del Estado mexicano, como se ha demostrado con la implementación de diversas políticas de seguridad aplicadas en los tres niveles de gobierno, entre las que destacan la creación de la Gendarmería Nacional y la propuesta de aplicar un modelo de mando único policial.
Este último tema ha generado mayor atención e interés público debido a los hechos recientes suscitados en el municipio de Temixco, Morelos, en donde fue asesinada frente a su familia la presidenta municipal Gisela Raquel Mota Ocampo, quien apenas había cumplido 24 horas de haber asumido el cargo.
El homicidio de cualquier ser humano nos impacta como sociedad, pero sobre todo nos indignan los ataques de criminales quienes buscan consolidar un poder alterno al gobierno institucional, porque quieren perpetuar sus actividades ilícitas a fuerza de amenazar y corromper a los funcionarios públicos.
La trayectoria de Gisela Mota, le permitió conocer el complicado mundo de la administración pública y la política, ocupó diversos cargos al interior del partido en el que militó siempre y que la llevó a ocupar un escaño en la anterior LXII Legislatura de esta Cámara de Diputados. Todos, señor presidente, compañeros ciudadanos, lamentamos su muerte y el dolor de sus familiares.
Lejos de intimidarnos vamos a trabajar juntos y hacemos un llamado urgente a las fuerzas de seguridad pública para que coordinadamente persigan, capturen y castiguen a los autores materiales e intelectuales de este condenable acto. Sin importar la afiliación política, aquellos quienes trabajamos dentro de la estructura gubernamental, lamentamos la violencia que se padece en distintas regiones del territorio nacional y tenemos la obligación de trabajar todos los días en contra de los problemas que afectan a los mexicanos y para los cuales reclaman mayores soluciones, entre ellos el tema de la seguridad. Es inadmisible que los mexicanos vivan con miedo a perder la vida.
El trabajo honrado es un pilar de nuestra sociedad. Que no quede duda que la mayoría de los mexicanos que realizamos labores desde las más humildes hasta las más encumbradas, representan lo mejor de nosotros, lo mejor de nuestro país, y estas actividades que se contraponen a aquellos que solo desean el beneficio propio a costa de la seguridad y la vida de los demás, ellos que no representan lo que somos y lo que exigimos los ciudadanos que nos esforzamos por salir adelante todos los días por el bienestar de nuestras familias y por el de nuestro país.
A nombre de mis compañeros integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, aprovecho el espacio en la tribuna para expresar nuestro pesar por el fallecimiento de Gisela Mota Ocampo y enviar nuestras condolencias a sus familiares y amigos.
Compañeros legisladores, dejemos atrás nuestras diferencias y honremos la memoria de Gisela Mota y de otras mexicanos que han perdido la vida a manos del crimen organizado.
Es tiempo de decisiones, vayamos con determinación a legislar el modelo de Mando Único Policial para dotar al Estado mexicano de más y mejores herramientas para lograr la paz y la convivencia social que todos anhelamos, que todos merecemos para nuestros hijos. Es cuanto, señor.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, diputada Gaxiola. Tiene ahora la palabra el senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD.
El senador Luis Humberto Fernández Fuentes: Con su venia, su señoría. Compañeras y compañeros legisladores. Los hechos sucedidos el pasado 2 de enero, cuando Gisela Mota, presidenta municipal de Temixco, Morelos, fue asesinada en su casa apenas un días después de haber tomado protesta, merecen nuestra condena y apoyamos la propuesta que hace la Mesa Directiva en este sentido.
También expresamos nuestra solidaridad y condolencia a su familia. Los acompañamos en su dolor. Pero también nos lleva a una reflexión obligada no solo sobre el mando único, sino sobre la estrategia nacional de seguridad que se ha implementado en los últimos años.
Este hecho, lamentable y reprobable, es un desafío más de la delincuencia al Estado mexicano, pero tampoco es un hecho aislado. Tenemos que recordar que más de 40 presidentas y presidentes municipales han muerto en los últimos tres años.
Nos muestra un Estado vulnerado, con capacidades limitadas, ya no sólo para proteger el patrimonio y garantizar la vida de los ciudadanos, sino también ya no podemos suponer ni dar por hecho la integridad y el actuar de las propias autoridades, sobre todo cuando son honestas.
Confirmo mi dicho con el informe del 2015 de Alfonso Ortiz, que es un instrumento que se realiza con apoyo de Naciones Unidas, donde nos muestra la fragilidad del Estado mexicano que ocupa un lugar número 100 entre 178 naciones. Compañeras y compañeros, el tema es la vulnerabilidad del Estado mexicano.
En cuanto al decreto, y quiero abordarlo de una vez, queremos afirmar que el gobernador hizo lo correcto al implementar el mando único. ¿Por qué lo afirmamos? Porque ¿cuál era la alternativa? Era eso ¿o la nada?
Entendemos también que el mando único no es una solución única ni universal, pero en Morelos, por lo menos la evidencia que se presenta con los datos de Conago y del mismo gobierno del estado, ha tenido resultados. Pero el mando único no puede ser el eje de la estrategia nacional, no es el eje del debate. La realidad de Temixco no es una realidad aislada; cuando hablamos de Temixco hablamos de todo el país.
Frente a esto es necesario pensar diferente. El eje de la estrategia no debe de ser sólo un tema de instrumentos policiacos, el punto es fortalecer la capacidad de actuar y responder del Estado mexicano.
Permítanme presentar los argumentos, acotando que este debate no puede partir de una aproximación o de una interpretación partidista y que debemos de revisar con madurez los datos con que contamos
En primer lugar me gustaría poner a su consideración el tema de los resultados. Si bien reconocemos que varios de los principales cabecillas del crimen organizado han sido capturados en los últimos años, también estamos obligados a reconocer que una vez capturados se han fugado o han sido puestos en libertad por deficiencias en la integración de expedientes.
Pero el tema de fondo es que hoy los carteles de la droga no han visto mermada su potencia económica ni su capacidad delincuencias.
En segundo término quiero también comentar con ustedes que reconocemos un compromiso y una intención de combatir estos carteles, tenemos también que reconocer que el Estado mexicano hoy no cuenta ni con mejores herramientas ni con más para enfrentar las redes delincuenciales.
El crimen organizado en este país es hoy una ingeniería compleja, que incluyen desde el pago de derechos de pisos del taquero en el barrio, en la esquina, hasta operaciones multimillonarias en el sistema financiero internacional, pasando por el secuestro, incluso, han tomado actividades productivas como la agricultura, la ganadería, la pesca e, incluso, algunas consideradas estratégicas como la minería.
El control y la potencia económica de estos carteles no son un producto de la suerte, son estructuras construidas con la complicidad, y en algunos casos con la complacencia y alimentados por la corrupción y la impunidad.
Es un grave error pensar que corrupción y crimen organizado son dos fenómenos diferentes, son dos caras de la misma moneda. Ante tal escenario se requiere una estrategia de fortalecimiento del Estado y seguridad pública, que no tenga sólo como componente principal el combate a la corrupción, sino que considere elementos como el desarrollo económico y social, la atención a las víctimas y la reintegración productiva.
El decálogo propuesto por el Ejecutivo federal para fortalecer la seguridad y la justicia, debe de ser debatido y atendido, pero entendiendo que esta fórmula pudiera llegar a ser útil, pero no representa la única solución para la delicada situación.
Estamos obligados a una reflexión profunda y seria, madura sobre qué está funcionando y qué tenemos que hacer para mejorar esta situación. Apoyamos –como hemos dicho– la condena que hace esta comisión permanente, pero la condena sin acción y sin consecuencia no es útil, y tenemos que reconocerlo, las palabras no frenan las balas.
Por eso, en el PRD, creemos que debemos entrar en un diálogo urgente con el titular del Ejecutivo, la gobernadora, gobernadores y jefe del gobierno de la Ciudad de México, el Congreso de la Unión y los principales actores  nacionales vinculados con el tema para construir una nueva política de seguridad, fortalecimiento del Estado y combate a la corrupción.
Estamos seguros que con un diálogo incluyente y maduro, podemos construir fórmulas más eficaces y que nos den mejores resultados. Estamos seguros que con esta nueva política que dialoguemos todos y con estas condiciones, daremos un gran servicio a nuestra nación. Es cuanto, señores.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, senador Fernández. Tiene ahora la palabra el diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar, del Grupo Parlamentario del PAN, hasta por cinco minutos.
El diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Muchas gracias. Y con su venia, diputado presidente. Amigas legisladoras y amigos legisladores, vengo hoy hablar ante ustedes como diputado federal, representante del municipio de Cuernavaca, pero sobre todo como ciudadano morelense.
El artero crimen que privó de la vida a una joven política de Morelos, cuando recién había asumido el cargo de presidenta municipal en Temixco, sin duda indigna y agravia a la sociedad morelense y a todo México.
De inmediato condenamos este crimen cobarde y manifestamos nuestro pésame y solidaridad con los deudos, así como con los policías heridos en ese día de los que casi nadie habla.
Pero este lamentable hecho no es un caso aislado, más bien parece ser la gota que derramó el vaso. Parce ser un eslabón más de la ya larga cadena de delitos que vienen ocurriendo en Morelos.
En ese aciago día, con una celeridad que envidiaría las más prestigiadas corporaciones policiacas del mundo, a escasos minutos de haber ocurrido este terrible crimen ya el Ejecutivo del estado tenía el móvil y a los culpables. Habían sido, así se dijo, los carteles que se disputan esa plaza y que no quieren el Mando Único en Temixco ni en Morelos.
Les informo que el Mando Único en Temixco tenía más de 3 años y tenía el apoyo de la presidenta municipal y de las autoridades, pero a partir de ahí se ha venido tejiendo una trama que sería digna de admirarse, si no se tratara de toda una estrategia que busca de forma desesperada desviar la atención sobre la terrible realidad que atraviesa mi estado.
No. No, amigas legisladoras y amigos legisladores. No, amigos de los medios de comunicación. El debate en Morelos no es si el mando único es viable o no; la voz se alza para que de una vez se reconozca que no ha dado el resultado que se esperaba.
En Morelos, el 86 por ciento de la gente no se siente segura. El debate no es si el mando único permanece o no, la pregunta es por qué ahora sí debemos creer que las cosas van a cambiar, si después de casi tres años con mando único en prácticamente todo el estado, Morelos ocupa el cuarto lugar en homicidios dolosos, el cuarto lugar en secuestros y un deshonroso tercer lugar por el delito de extorsión.
La pegunta es, ¿por qué, si han declarado en todos lados que detrás de este artero crimen está la delincuencia organizada, por qué no han solicitado ya que la PGR atraiga el caso e investigue con toda la capacidad institucional que tiene?
El debate no es mando único sí o mando único no, lo que preguntan los presidentes municipales recién asumidos en cargo es quién les va a explicar cómo opera la estrategia, pues se sienten solos y con los cuerpos de seguridad municipales desmembrados. Lo que quieren saber es qué pasó con los cerca de mil 200 millones de pesos que durante tres años quitaron de sus prerrogativas y de los que nadie les ha entregado cuentas.
No, amigas y amigos legisladores, el debate no es en el tema del mando único. La pregunta que nos hacemos en Morelos es por qué, si ya sabían que la delincuencia organizada se confrontaba en Temixco, como lo han venido diciendo, ¿por qué en esos momentos de coyuntura que se significa cuando cambian los poderes, no incrementaron la presencia de la policía del mando único en Temixco y protegieron a la presidenta municipal?
Más aún. Si sabían, como lo han venido diciendo, que algunos presidentes municipales y los equipos de trabajo que los acompañan están ligados a la delincuencia organizada, ¿por qué no los denunciaron antes de que protestaran el cargo? Y no es un asunto de voluntad política, en Morelos la Ley de los Servidores Públicos obliga a que un servidor público denuncie ante la autoridad correspondiente cuando presuma que otro servidor púbico está cometiendo algún acto fuera de la ley.
Este crimen se suma a otros muchos que han venido ocurriendo en Morelos, como el que ocurrió el 17 de enero de 2013 en Tlaquiltenango, donde fue asesinado en su domicilio Ignacio Domínguez Carranza, su esposa y su pequeño hijo de dos años. Él había sido candidato de Acción Nacional a la Presidencia Municipal, y ese día se ofreció que no habría impunidad y a más de mil días de ese terrible acto, no ha pasado nada.
Se suma al asesinato de Ulises Sánchez, hermano del actual presidente de Yecapixtla, ocurrido apenas en julio del año pasado. Y se suma a cientos de personas ejecutadas, cuyas familias desde el anonimato siguen esperando justicia.
No puedo concluir sin referirme a esta lamentable novela que se ha venido entretejiendo en los últimos días y que ha ocupado grandes espacios, sobre todo en los medios de comunicación, me refiero a la inaceptable disputa que existe actualmente entre el gobierno del estado y, sobre todo, el presidente municipal de la capital de Morelos.
Respetuosamente desde aquí les pido que dejen de lado protagonismos, que dejen de lado la soberbia, que de una vez por todas se sienten a trabajar, que de una vez por todas reconozcan que en Morelos las cosas no están bien, que Cuernavaca es punto nodal para que podamos despuntar.
Que se entienda que la política no es un juego ni mucho menos se puede hacer estrategias para engañar al árbitro. Esto es política y en política el interés de la gente está sobre cualquier interés particular o de grupo. Les conmino a que se pongan a trabajar. Con la seguridad no se juega. Y en esta trama que les platico el único que pierde son los ciudadanos y a ellos nos debemos. Es cuanto, diputado presidente.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, diputado Bolaños. Tiene ahora la palabra la senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, del Grupo Parlamentario del PRI, hasta por cinco minutos.
La senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo: Con su permiso, señor presidente. A nombre del Grupo Parlamentario del PRI, que nuestras primeras palabras sean realmente de solidaridad y de una condolencia a un asesinato tan artero, como el de Gisela, una mujer que hace muy poco estaba en esta Congreso.
Fue diputada federal, presidenta de la Comisión de Reforma Agraria, una mujer joven, luchadora, valiente, que solamente las balas la pararon, porque en vida demostró que la violencia política en contra de las mujeres sí se puede parar, y sí puede este muro de contención poder brincar y seguir adelante.
Gisela viene de una familia que ha demostrado ser valiente, por eso ella lo era. Lo que hizo doña Juanita, el querer entregar su vida por su hija, manifiesta de que estaba hecha Gisela, pero más aún, lo que hizo su padre, ir a atrás de los que le quitaron la vida hasta lograr su captura. Eso es un verdadero ejemplo y que el PRI resalta y que el PRI pone en la mesa con un abrazo muy solidario a este pueblo y al estado de Morelos.
La violencia política en contra de las mujeres es peor que el ántrax, tenemos que desterrarla, tenemos que hablar claro y tenemos que demostrar la voluntad política que todas las fuerzas tenemos para poder ponerla en la mesa. Pero más aún, desde esta tribuna le tomamos la palabra a la reacción, y subrayo reacción del gobernador Graco Ramírez, al hablar de un tema que ha sido un debate constante en el Senado de República, que es el plan integral, y repito, plan integral, no sé si por economía verbal le nombran mando único, pero es un plan integral que va más allá de una situación que tiene que ver con la policía, va mucho más allá.
El Presidente Enrique Peña Nieto lo presentó y en su idea clara habla que ninguna fuerza política nos podemos sustraer de un tema tan importante en donde antes de cualquier política tiene que estar la seguridad de las y los mexicanos. Antes de cualquier política la seguridad de las y los mexicanos.
Y esto obedece a la descomposición que han tenido y la incapacidad que han demostrado las policías municipales. Tenemos que reconocerlo, ahí está el gran cáncer que ha propiciado, no solamente la muerte de Gisela, sino otros temas que han convulsionado a este país. Pero también esta propuesta de mando único surge como respuesta al abandono financiero que tienen los municipios y que es urgente que se cambie tecnología, que se capacite a las fuerzas policiacas, pero sin denostar, este policía es estatal y este es federal y este es municipal.  Las grandes diferencias han traído el caos de la seguridad pública en este país. ¿Dónde está nuestra policía municipal?
El debate del mando único está puesto en la mesa. No debemos sustraernos y empecemos a analizarlo. Allá en el Senado de la República se ha suspendido por varias veces. Unas voces dicen que sí, otras dicen que no. Lo interesante en el centro tiene que estar la seguridad de los y las mexicanas.
Fíjense lo inevitable que es analizar en este plan integral la situación de las policías municipales. El policía municipal, vulnerable por su sueldo, por sus prestaciones, porque es el que está en el territorio y es el que no se puede sustraer a la problemática real del crimen organizado en este país.
Puede el estado, de alguna manera la federación, pero el que está en el territorio es el que padece seriamente este conflicto que tenemos que poner en la mesa de la discusión.
Esta iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto tiene subrayadamente un tema que es el servicio de carrera profesional de la policía.
Esto les va a dar seguridad no solamente económica sino en su familia. Y si un policía está seguro, pues está segura la sociedad. Si un policía está inseguro, dígame usted qué puede proteger un policía que no cuenta con las herramientas necesarias para la defensa de lo más preciado que es la seguridad.
Quiero traer aquí las palabras de doña Juanita. Cómo me ha llamado la atención la madre de Gisela. Seria, serena, cierta a que Gisela hizo lo que le correspondía. Ella sabía que algo pasaba. Lo dijo pero se sostuvo fuerte, como somos las mujeres. Y doña Juanita ahora fuerte como es dijo, y subrayo su expresión, la muerte de mi hija debe servir para que Morelos no siga siendo el estado más violento de este país.
Y el PRI retoma las palabras de doña Juanita y decimos, no queremos que Morelos sea el estado que tiene más alto índice de secuestro. Que Cuernavaca sea uno de los siete municipios con el robo con violencia más alto de este país.
Señoras y señores, ése es el debate, no nos distraigamos. El reparto de culpas no le sirvió a Gisela. El reparto de culpas no le sirva a los y a las ciudadanas. Empecemos a debatir sobre lo sustantivo, Plan Integral de Mando Único. Y desde aquí el PRI condena este asesinato y hago propicio para decir que si el mando único está en la mesa, el tema de violencia política por motivos de género no lo podemos bajar de la mesa, ¿cuántas mujeres más asesinadas? ¿Por qué nuestros derechos políticos no los podemos ejercer en plenitud? La ciudadanía plena de las mujeres no puede seguir estando regateada.
Desde aquí un abrazo muy fuerte a Morelos y a Temixco. Un abrazo muy fuerte a la familia valiente de Gisela. Y le digo a Gisela desde aquí donde esté, que su vida y muerte va a servir para discutir la seguridad que es lo que vale la pena y para luchar por la causa de las mujeres. Muchas gracias. Muy buenas tardes.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva: Gracias, senadora Gastélum. Con esta intervención se concluye la lista de oradoras y oradores.
El Presidente diputado José de Jesús Zambrano Grijalva (13:51 horas): Se levanta la sesión y se cita para la próxima que tendrá lugar el miércoles 13 de enero de 2016 a las 11 horas.
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