El
Papa llama a una mayor apertura con los divorciados
Pidió
integrar a todos los que participan "de modo incompleto" en la
Iglesia
Elisabetta
Piqué/LA NACIONSÁBADO 09 DE ABRIL DE 2016
ROMA.-
No hay cambios de doctrina en Amoris Laetitia (La alegría del amor), la
exhortación apostólica post sinodal que escribió el Papa sobre los desafíos de
la familia y publicada ayer en medio de una gran expectativa. Pero sí hay un
cambio en el lenguaje y en la misericordia que pide que tenga la Iglesia con
las familias imperfectas, con las "situaciones irregulares" y con
todas las personas heridas.
El
documento, elaborado después de los dos encuentros de obispos, considera que
esas familias deben ser integradas y acompañadas siempre, más allá de las
normas y las rigideces de la doctrina.
En
este marco, el nuevo texto magisterial de Francisco -publicado en pleno Año de
la Misericordia- deja las puertas abiertas para una mayor integración de todos
los que participan de la vida de la Iglesia "de modo incompleto",
como las parejas de hecho o casadas sólo por civil, y los divorciados vueltos a
casar, el tema más polémico del sínodo. Estos, en "ciertos casos",
podrán acceder a los sacramentos, afirma.
"Nadie
puede ser condenado para siempre, porque ésa no es la lógica del Evangelio. No
me refiero sólo a los divorciados en nueva unión, sino a todos, en cualquier
situación en que se encuentren", señala también el Papa en el capítulo 8
del documento, el más novedoso, titulado "Acompañar, discernir e
integrar".
Esas
tres palabras son la clave para entender el nuevo enfoque pastoral al que llama
Francisco.
Amplia
y con variados temas, de 262 páginas en su versión en español, Amoris Laetitia,
sobre el amor en la familia, destaca que la conciencia individual debe ser el
principio rector para los católicos a la hora de abordar temas complejos como
el sexo, el matrimonio y la vida familiar, y no frías normas escritas.
"Hemos sido llamados a formar conciencias, no a reemplazarlas'', sentencia
el Papa.
Dividida
en nueve capítulos y un total de 325 párrafos, esta virtual guía para la
familia, que no caerá bien en sectores conservadores, llama a evitar
"creer que todo es blanco o negro". Y, significativamente, afirma que
"ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación
así llamada «irregular» viven en una situación de pecado mortal".
En
un lenguaje simple y directo, y de a tramos poético -cita a Jorge Luis Borges,
Octavio Paz, Mario Benedetti, Martin Luther King, Erich Fromm y la película La
fiesta de Babette-, el Papa habla como un pastor que escuchó durante sus más de
50 años de sacerdote y obispo en Buenos Aires historias reales de todo tipo.
Reflexiona sobre el amor y, también, sobre sus sombras, y sobre las
dificultades concretas y crisis de las familias del mundo de hoy. Y da consejos
prácticos para las familias, "que no son un problema, sino una
oportunidad" para el mundo de hoy.
En
el documento, en el cual también hace autocrítica -"durante mucho tiempo
creímos que con sólo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales
[...] sosteníamos suficientemente a las familias"-, rea-firma la
indisolubilidad del matrimonio entre hombre y mujer, pero reconoce que a veces,
cuando hay violencia, "la separación es inevitable".
Aunque
indica que "toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de
ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo
signo de discriminación injusta", y particularmente cualquier forma de
"agresión y violencia", también reitera que las uniones entre
personas del mismo sexo no se pueden equiparar al matrimonio.
En
el capítulo 8, que es el que más atención acaparó, trata las denominadas
"situaciones irregulares", el tema que más dividió en los dos sínodos
que hubo en el Vaticano, en octubre de 2014 y 2015. Allí, si bien el Papa no da
un vía libre general a que todos los divorciados vueltos a casar puedan tomar
la comunión -algo que hasta ahora sólo podían hacer si viven como hermana y
hermano, es decir, sin tener relaciones sexuales-, tampoco cierra esa
posibilidad. Al contrario, deja todas las puertas abiertas.
"Si
se tiene en cuenta la innumerable diversidad de situaciones concretas, puede
comprenderse que no debía esperarse del sínodo o de esta exhortación una nueva
normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos. Sólo cabe un
nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos
particulares [...] de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y las
orientaciones del obispo", afirma.
Citando
la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, recuerda a los curas que el
confesionario "no debe ser una sala de tortura, sino el lugar de la
misericordia del Señor". Y que la eucaristía "no es un premio para
los perfectos, sino un generoso remedio para los más débiles".
El
cuarto capítulo, titulado "El amor en el matrimonio", es el más poético
y "bellísimo", según elogió ayer en la conferencia de prensa de
presentación el cardenal austríaco Christoph Schonborn. A partir del himno de
la caridad de San Pablo, reflexiona sobre el amor verdadero, la dimensión
erótica del amor, sobre la vida sexual de los cónyuges y la virginidad, temas
tratados con una naturalidad sin precedente. En el quinto capítulo, "Amor
que se vuelve fecundo", elogia a las madres, y destaca el papel de la
familia en el cuidado de los hijos y de los ancianos. En el sexto, subraya la
necesidad de una mayor preparación de los curas en la pastoral familiar, así
como de los novios para el matrimonio.
El
séptimo capítulo, dedicado a la importancia de la educación de los hijos, le
dice "sí a la educación sexual" y subraya la importancia de la
transmisión de la fe.
En
el noveno y último, "Espiritualidad matrimonial y familiar",
Francisco subraya que no existen familias perfectas.
Los
consejos de Francisco
Amor,
ternura, colaboración y respeto, claves para el matrimonio
Suegros
"El
suegro y la suegra" forman parte de las familias. Deben ser considerados
"evitando que sean vistas como personas peligrosas" o como
"invasores". Por otra parte es muy positivo "limitar las
críticas" contra ellos
Rutinas
"Es
bueno darse siempre un beso por la mañana, bendecirse todos los días, esperar
al otro y recibirlo cuando llega, salir cada tanto juntos, compartir las tareas
del hogar"
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