9 abr 2016

Entre la crítica de los conservadores y la desilusión de los progresistas/

Entre la crítica de los conservadores y la desilusión de los progresistas/Elisabetta Piqué
LA NACION, ÁBADO 09 DE ABRIL DE 2016
ROMA.-Gianfranco Svidercoschi, vaticanista y escritor italiano muy cercano a Juan Pablo II, se manifestó literalmente "shockeado" por los capítulos centrales de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, el 4 y el 5. ¿Por qué? Porque allí no hay ninguna referencia a los informes finales de los dos sínodos que hubo sobre la familia. ¿Cómo podía ser?
 El shock fue un reflejo del revuelo que creará en los sectores más conservadores el nuevo documento del Papa, que también dejará decepcionados a los más progresistas. En los capítulos 4 y 5, rompiendo con la vieja tradición de documentos post-sinodales que eran fruto de las proposiciones de los obispos, Francisco reflexiona sobre el amor en el matrimonio. Y, con una originalidad y libertad sin precedente en este tipo de documentos, da consejos concretos, en un lenguaje sencillo, jamás usado por otro papa.
Al destacar que los "matrimonios necesitan adquirir una clara y convencida conciencia sobre sus deberes sociales", y que entonces el afecto que los une "se llena de nueva luz", por ejemplo, sorprende al citar versos del poema Te quiero, de Mario Benedetti: "Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, te quiero porque tus manos, trabajan por la justicia".

En la conferencia de presentación del documento, el cardenal Christoph Schonborn subrayó la "claridad rara" con la que el Papa en esos dos capítulos también habla del rol de las pasiones, las emociones, el eros y la sexualidad en la vida matrimonial y familiar, "temas antes dejados de lado por la teología moral". En esos dos capítulos centrales queda patente que detrás de Francisco hay un "cura callejero" que escuchó y comprendió esas heridas de las familias que la Iglesia tiene que salir a curar, al dejar atrás normas abstractas y rigidez.
Por todo esto, nadie duda de que esta nueva exhortación de Francisco, totalmente en línea con Evangelii Gaudium y que sacude a la Iglesia católica, será atacada por los sectores conservadores. Estos rechazan su visión de Iglesia como hospital de campaña después de la batalla, abierta a todos, que debe usar la "lógica de la misericordia".
Aunque los sectores conservadores cantarán victoria y dirán que nada ha cambiado porque en el documento no hay una nueva norma canónica respecto de la sensible cuestión de la comunión de los divorciados vueltos a casar -tema que dividió como nunca a los obispos-, sí es claro, en el capítulo 8, que hay una fuerte apertura a superar su exclusión.
Francisco "vuelve a recordar la necesidad de discernir bien las situaciones, siguiendo la línea de la Familiaris consortio (84) de San Juan Pablo II", dijo Schonborn, que destacó que, en una nota al pie del párrafo 305, "el Papa afirma, de manera humilde y simple, que se puede dar también la ayuda de los sacramentos en ciertos casos".
También los sectores más progresistas, tal como admitió el mismo Schonborn, quedarán desilusionados con el documento. "No es innovador como muchos esperaron", denunció Lucetta Scaraffia, historiadora católica.
 "El resultado es modesto respecto de las expectativas que tenía el mundo", agregó.
 Fuentes del Vaticano confiaron a LA NACION que obispos y cardenales conservadores presionaron para que la exhortación reiterara, negro sobre blanco, el "no" a la comunión a los divorciados vueltos a casar. Pero el Papa se mantuvo firme en su posición de apertura e integración.
 Consciente de que lo acusarán de ambigüedad y de causar confusión, es destacable cómo Francisco en el párrafo 308 se anticipó a las críticas. "Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna", afirmó, al llamar a "asumir la lógica de la compasión con los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros".
 "El mismo Evangelio nos reclama que no juzguemos ni condenemos", explicó.

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