17 abr 2020

Las columnas políticas, viernes 17 de abril de 2020

A falta de apoyo gubernamental, dan despensas a nombre de Joaquín Guzmán Loera.
Orale!
En el área metropolitana de Guadalajara, desde el pasado martes se reparten despensas a nombre de El Chapo Guzmán 701, la marca con la que Alejandrina Guzmán explota la imagen de su padre.
De acuerdo con fotos y videos publicados en su página de Facebook, la marca presume la ayuda entregada a las personas más necesitadas durante la contingencia.
En el video se aprecian varias mujeres, una de ellas presentada como Alejandrina, hija del líder del Cártel de Sinaloa.
En un comunicado publicado en redes sociales, destacan la ayuda a los menos favorecidos, "Nuestros adultos mayores, quienes nos han enseñado un 'Legado de Respeto y Tradiciones”'. (Reforma).
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Derrocha AMLO 511 mdp en estadio: Reforma, Pp
"El Presidente Andrés Manuel López Obrador ponchó al erario al concretar la compra por 511 millones de pesos del Estadio de Beisbol Héctor Espino, en Hermosillo.

Ayer el Secretario de Hacienda de Sonora, Raúl Navarro Gallegos, informó que Banobras realizó el pago y que el dinero sería destinado para las pensiones del Isssteson, para seguridad pública y para infraestructura hospitalaria y materiales médicos.
Desde agosto de 2019, López Obrador dijo que buscaría comprar dos estadios en Hermosillo y Ciudad Obregón, Sonora, para su programa de formación de beisbolistas, escuelas y centros de educación física, y áreas comerciales en sus zonas aledañas.
Pero el pago se concretó en plena contingencia sanitaria y económica por la pandemia de coronavirus.
"Recientemente se realizó el pago, por parte de la Federación, correspondiente a la venta del estadio Héctor Espino, cuyos recursos en su mayoría están siendo invertidos en el sector salud, para preparar y mejorar las condiciones de atención por el virus", informó en un comunicado el Gobierno sonorense. (Reforma)
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Unidad de inteligencia médica advirtió de coronavirus en EU antes de la OMS
Cable de la agencia AP firmado por DEB RIECHMANN
En esta foto del 19 de marzo del 2020, la científica Andrea Luquette prepara muestras de coronavirus para pruebas en el Comando de Investigaciones y Desarrollo Médicos del Ejército en Fort Detrick, en Frederick, Maryland, donde científicos está trabajando para crear soluciones para prevenir, detectar y tratar el coronavirus. (AP Foto/Andrew Harnik)
A finales de febrero, cuando el presidente Trump exhortaba a los estadounidenses a no atemorizarse por el Covid-19 sonaban ya las alarmas en una pequeña unidad de inteligencia poco conocida situada en una base del ejército una hora al norte de Washington.
Profesionales de inteligencia, ciencia y medicina en el Centro Nacional de Inteligencia Médica estaban haciendo discretamente lo que han hecho durante decenios: monitorear y seguir amenazas globales de salud que pudieran poner en peligro a los estadounidenses.
El 25 de febrero, la unidad elevó su nivel de alerta de que el coronavirus podía convertirse en una pandemia en 30 días de WATCHCON 2 - una probable crisis _ a WATCHCON 1 - una crisis inminente, de acuerdo con un funcionario estadounidense. Eso fue 15 días antes de que la Organización Mundial de Salud declarara al brote una pandemia global.
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Las columnas políticas, viernes 17  de abril de 2020
Templo Mayor/REFORMA
SI ALGUIEN quiere hacer una buena acción, el Instituto Nacional de Nutrición está pidiendo donativos para atender la pandemia del coronavirus. Las aportaciones son a través de la Fundación para la Salud y la Educación y servirán, de entrada, para comprar equipo de protección para el personal de salud.
¿POR QUÉ una de las más importantes y prestigiadas instituciones de salud en México tiene que andar haciendo una coperacha? Pues porque hay humanistas que no quieren hacer buenas obras, sino seguir derrochando recursos en sus megaobras. Y es así como el dinero se va al capricho de construir una refinería, en lugar de estar fluyendo para respaldar al personal médico y de enfermería que está en la primera línea de combate contra el virus. Como dicen en las redes sociales: mejor comprar tapabocas que el derroche de Dos Bocas.
CON ESO de que el globo distractor de la revocación de mandato no se elevó, en Palacio Nacional han de andar desesperados porque tuvieron que recurrir al más viejo truco para desviar la atención: perseguir al peñismo.
DURANTE 16 meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador se desentendió de las múltiples denuncias sobre corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Y casuaaalmente, justo ahora que el sistema de salud está entrando en estado de shock y que la economía cae víctima del coronavirus, el gobierno sale con la novedad de que anda investigando las cuentas de varios personajes del anterior sexenio.
SEGÚN lo que les dijo Santiago Nieto a un grupo de diputados del PT -el escenario natural para este tipo de revelaciones-, la Unidad de Inteligencia Financiera tiene en la mira a Luis Miranda, uno de los máaas cercanos al ex Presidente.
SIN DUDA le conviene más al gobierno que se hable de Peña Nieto y sus secuaces, que de las carencias que padecen hospitales y el personal médico. La cosa es que si esta maniobra tampoco les funciona, a ver si no terminan... ¡reviviendo a Juanga!
¿CÓMO DICE que dijo? Hacerle caso a la información oficial del gobierno mexicano puede ser dañino para la salud... mental. Y es que en el país hay 6 mil 297 personas contagiadas, pero seguramente son 55 mil 951, aunque quién sabe por qué no se hacen pruebas. Los contagios se podrían reducir si todos usaran cubrebocas. O tal vez no, porque ni el Presidente lo usa. No es obligatorio suspender actividades, pero las empresas están amenazadas con clausuras si abren. Y ayer se informó que estamos en Fase 3, pero no hay que llamarla Fase 3; y es que vamos bien tan requetebién que la cuarentena tendrá que alargarse ¡otro mes! Más claro ni el gel antibacterial.
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Bajo Reserva/ El Universa
Pegan al corazón político de Peña Nieto
El rastreo de cuentas y movimientos bancarios solicitados por la Secretaría de la Función Pública y la Unidad de Inteligencia de la Secretaría de Hacienda a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores del expresidente Enrique Peña Nieto, su ex esposa Angélica Rivera, sus hijos y uno de sus mejores amigos, Luis Enrique Miranda, es una flecha de la 4T que pega directo al corazón del mexiquense y un arma en tiempos críticos. Una parte de lo que adelantamos en Bajo Reserva del jueves, la investigación a Peña y a su círculo más cercano, fue confirmada por el jefe de la UIF, Santiago Nieto, quien al mediodía de ayer dio cuenta en una reunión virtual con legisladores del PT de la indagatoria a Miranda, quien fue uno de los principales operadores y apagafuegos de Peña Nieto, además de ser su entrañable amigo. Miranda, nos recuerdan, es diputado federal del PRI y en caso de fincarle alguna responsabilidad tendría que venir un proceso de desafuero en la Cámara de Diputados. El arco y la flecha han sido utilizados y ya se verá si el tiro pega en el centro de la diana…
El reto de los empresarios
Los empresarios han decidido entrar al terreno político frente a la crisis económica que se avizora para el 2020. Al interior de la Coparmex, encabezada por Gustavo de Hoyos, se presume que son tiempos de solidaridad y unidad, no solo de discursos. En ese sendero, la organización patronal lanzó la iniciativa del salario solidario para garantizar que los trabajadores que menos ganan puedan mantener su empleo y su ingreso garantizado. Nos hacen notar en la Coparmex que el presupuesto necesario para apoyar a los 20.6 millones de mexicanos equivale a 96 mil 844 mdp por un mes, “casi el costo del aeropuerto de Santa Lucía”. Nos dicen que los trabajadores y los empresarios están en la cancha listos, en espera de una respuesta del gobierno federal, porque se necesita de la participación de los tres jugadores.
Tribunal electoral, del mail a las sesiones virtuales
Ante las medidas de emergencia sanitaria por el Covid-19, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación preparó el terreno para transitar a la videoconferencia o sesiones virtuales. Nos explican que la primera fase concluyó con la tercera sesión no presencial, con el uso del correo electrónico, y ahora los magistrados realizarán las sesiones de manera virtual por videoconferencia. Nos recuerdan que el TEPJF es de las pocas instituciones que no ha parado de trabajar ni un solo día, siempre apegados a las medidas sanitarias para evitar la propagación de la pandemia. En pocas palabras y como dicen las autoridades: ni estamos de vacaciones ni tirados en la hamaca. Durante las últimas tres sesiones no presenciales, nos comentan, han desahogado más de 50 expedientes y han aprobado cuatro acuerdos. Hoy caminan para utilizar las nuevas tecnologías.
¿Y en la Suprema Corte?
La aventura tecnológica del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que por cierto sesionará este 20 de abril, no sólo servirá de ejemplo para otros entes públicos sobre la utilización del internet al servicio de la población, pues los ministros buscan transmitir en vivo la reunión virtual. De manera histórica, se dio a conocer que las sesiones de las Salas de la Corte serán transmitidas en vivo, cosa que jamás había ocurrido. Pero, los ministros postergarán este ejercicio en vivo hasta el 29 de abril próximo. Si la señal es lo suficientemente estable, nos dicen, la pandemia por el Covid-19 permitirá a México observar a su máximo tribunal colocarse a la vanguardia mundial en materia de impartición de justicia, nos presumen en la SCJN.
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Los pertrechos del IMSS | Editorial El Universal
Por considerar la atención de la pandemia de Covid-19 un asunto de urgencia con carácter de desastre natural, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha solicitado a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le autorice el uso de más de 5 mil millones de pesos de sus reservas financieras para la compra de equipo médico para atender a los pacientes que le toque atender con esa enfermedad.
Los recursos se destinarían principalmente a la compra de equipo especializado de atención respiratoria en terapia intensiva, como ventiladores mecánicos, camas y monitores de signos vitales, entre otros pertrechos dedicados al manejo de pacientes graves, a fin de prevenir la saturación de los servicios médicos con los equipos preexistentes.
Así, la compra de última hora de aparatos y material sanitario con el cual se espera si no solucionar, por lo menos reducir al máximo el número de defunciones que la epidemia provoque, parece contradecir las reiteradas aseveraciones del presidente López Obrador en el sentido de que su gobierno se encontraba preparado desde tiempo atrás para confrontar la epidemia de coronavirus aún antes de que arribara al suelo mexicano.
Parece que el destino por fin pasó la factura al sector salud por los dispendios y la mala administración de recursos de pasadas administraciones, como lo refiere el trabajo del área de Periodismo de Investigación que EL UNIVERSAL presenta hoy. Y es que la llegada del coronavirus a territorio mexicano encontró en el peor momento y casi completamente desprevenidos a los sistemas de salud provistos por el Estado, en una coyuntura en la que se efectuaba apenas su reajuste para dar cabida al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que venía a reemplazar al Seguro Popular, herencia de la administración nacional anterior.
La revisión hecha por este diario a informes de fiscalización realizados en el periodo 2009-2018 por la Auditoría Superior de la Federación, revelan una serie de prácticas dañinas contra las finanzas destinadas al sector salud a nivel estatal, como la integración de nóminas de médicos “fantasmas” o la no comprobación de gastos y adquisiciones, así como por el pago de obras de infraestructura que a veces ni siquiera llegaron a realizarse.
Ahora que todo ese dinero se necesita con inmediatez, los derroches y malos manejos del pasado vienen a demostrar que se debió haber actuado en su contra desde hace muchos años, en especial en el delicado ámbito de la salud, porque no sabemos en qué momento se llegue a puntos críticos como el actual en que todos estamos en riesgo.
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Frentes Políticos/Excelsior
1. Examen aprobado. El actual escenario mundial, que ha obligado a los países a enfrentar una sacudida económica, moral y social por el coronavirus, ha probado la capacidad de cada funcionario. Y en México uno destaca por sobre los demás. Marcelo Ebrard ha respondido desde la SRE a otras funciones que le han encomendado. Tan sólo en las horas recientes, en su batalla conjunta contra el COVID-19, “China y México están listos para fortalecer los lazos bilaterales”, dijo el consejero de Estado y canciller chino Wang Yi, en una conversación telefónica con su homólogo mexicano, Ebrard. Esta crisis ha mostrado la falta de preparación de muchos funcionarios del gobierno. Y la experiencia de otros que, como el canciller, son un fuerte cimiento de la 4T. Buenas calificaciones.
2. Los malditos excesos. Si en algún lugar se está tirando el dinero a manos llenas es en Morelos. Hace unos días, el gobernador Cuauhtémoc Blanco montó y desmontó un supuesto hospital para COVID-19 que sólo utilizó para grabar un comercial con su imagen, con un gasto de 14 millones de pesos. Y siguiendo la tradición despilfarradora, su esposa, Natália Rezende Moreira, mandó hacer invitaciones especiales para su primer informe de labores al frente del DIF estatal. Tan especiales, que se trata de pantallas electrónicas con un mensaje de la funcionaria que se activa al abrirlas. Los dispositivos LCD tienen un costo de 2 mil 400 pesos por unidad. Inmoral dispendio cuando el estado permanece en llamas por la inseguridad y la crisis sanitaria. Lo bueno es que ya es del dominio público y esto, políticamente, tiene muy alto costo. El glamur no va con la 4T, ¿o sí?
3. Inconformidad. El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, está molesto por los insumos que el gobierno federal envió a esa entidad para hacer frente a la pandemia. Dijo que eran insuficientes los dos mil tapabocas y 96 botellas de alcohol enviados, los cuales no alcanzan ni para un día. En su mensaje, que subió a sus redes sociales, exclamó: “No acepto que México sea el basurero de los deshechos de China, dejen de recibir porquerías y manden insumos que requerimos con urgencia”. Además, advirtió que los regresará porque esos “materiales que quieren que el personal médico se ponga, no se los voy a dar por respeto a los doctores y doctoras”. Que no se olvide que nuestro personal médico al frente de la crisis sanitaria debe estar bien protegido, pues de ellos dependemos todos los mexicanos para salir adelante.
4. Compromisos. Para aprobar la Ley de Amnistía que permitirá excarcelar a los reos en situación de riesgo ante el COVID-19 y que no cometieron delitos graves, el senador de Morena Ricardo Monreal convocó a sesión del Senado el lunes 20 de abril. “Por eso, con toda buena fe, de manera auténtica, convoco a todos y a todas las legisladoras a la sesión ordinaria que hemos decidido celebrar”, indicó. Y aunque sostuvo que hay preocupación de que en los centros de rehabilitación social pudieran presentarse casos de coronavirus, lo verdaderamente importante es cumplir con uno de los puntos más analizados durante la campaña de Morena y durante la actual administración. El COVID-19 sólo adelantaría lo prometido a unos 90 mil presos de bajo perfil en la República. La palabra sigue siendo una garantía de honor.
5. En defensa del peso. El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el presidente del Banco de México, Alejandro Díaz de León, quien acudió a Palacio Nacional. “Reiteré mi respeto absoluto a la autonomía de esta institución. Fue un encuentro cordial”, publicó el Presidente en sus cuentas de redes sociales. Tras la reunión, Díaz de León evitó a los reporteros que aguardaban en las puertas de acceso y salió por la Puerta Mariana que da salida al Zócalo. La reunión se dio tras el anuncio del Banco Mundial acerca del decrecimiento de la economía mundial y de la previsión de que la caída de México será de -6.6% del PIB este año. Que así tan rápido como emprende la fuga ante las cámaras y micrófonos encuentre las soluciones para que la economía mexicana resista sin daños a la población.
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Covid-19 llega a la SCJN
Confidencial/ElFinanciero_Mx
La pandemia de Covid-19 llegó a la Suprema Corte, y no es que algún ministro haya contraído el virus –tocamos madera–, sino por una Controversia Constitucional que presentó el gobierno de Tamaulipas, a cargo del panista Francisco García Cabeza de Vaca, en la que acusa “omisiones” por parte del gobierno federal ante la pandemia. Estas omisiones serían, sobre todo, en materia de control del tránsito fronterizo con Estados Unidos y en medidas de prevención en la población migrante, lo que, a su parecer, “violentó su soberanía”. El tema lo resolverá el Pleno de ministros, lo malo es que no hay fecha para ello. Podría tardar meses…
Doble riesgo en traslado de Robles
Doblemente grave podría resultar el traslado que autoridades del penal femenil de Santa Martha Acatitla de la CDMX hicieron ayer con Rosario Robles, quien fue sacada del Centro de Observación y Control (COC), donde sólo compartía estancia con Mónica García Villegas, para ser llevada a población general, donde tendrá contacto con cientos de internas. Y es que la extitular de Sedesol y Sedatu no sólo tiene en su contra amenazas, sino que en los últimos días presentó tos seca y fuerte dolor de cabeza, padecimientos que coinciden con cuadro de Covid-19.
La prioridad en Senado, una amnistía ¿inútil?
La eventual aprobación de la Ley de Amnistía, prevista para el lunes en el Senado, servirá de poco para aliviar la sobrepoblación de las cárceles. Sólo beneficiaría a 4 mil 633 reos del fuero federal sentenciados por delitos menores, de una población carcelaria del fuero federal de 14 mil. Pero se deja fuera a los reos del fuero común. De los 176 mil 783 internos del fuero común, sólo 77 mil 173 están sentenciados, y ninguno entraría en la amnistía. Para PAN y PRI es incomprensible sesionar sólo para aprobar esta ley, y no abordar nada relacionado con la pandemia. “Salvar vidas y millones de empleos deben ser las prioridades, pero Morena responde con abrir las cárceles”, reprochó Josefina Vázquez Mota.
Accede Morena a plantear descuentos en luz eléctrica
El diputado tabasqueño Manuel Rodríguez González, de Morena, presidente de la Comisión de Energía, cedió a las presiones y aceptó ayer las demandas de la oposición en San Lázaro. En un encuentro virtual aceptó ¡19 propuestas! de hacer “descuentos, diferir y hasta de suspender los cobros por el suministro de electricidad a las familias y a las MiPymes, dada la adversa situación económica del país ante la contingencia sanitaria”.
La primera verdadera conferencia de prensa
Por primera vez desde que existe la mañanera, en la que el Presidente da su homilía diaria y gira instrucciones a su gabinete, hubo una distribución balanceada, en cuanto los lugares y el acomodo de las filas. El “diálogo circular” estuvo balanceado entre medios de comunicación y ‘youtubers’. Aunque los segundos innecesariamente llegaron a formarse a las 3 de la mañana, el equipo de Comunicación Social logró una distribución que dio pie a la información. Y es que desde la primera fila, se destinaron lugares para reporteros de medios impresos, de tele, radio, digitales… y para quienes hacen campaña en redes sociales.
Exhiben a rejegos
Las fechas tentativas para reanudar actividades (17 de mayo y 1 de junio) se cumplirán sólo si la población cumple con la sana distancia. En ese marco, ayer fueron exhibidos en la mañanera los ciudadanos que se han mostrado reacios al aislamiento. Es el caso de Guadalajara, donde “sólo se ha logrado una reducción del 62% para la movilidad peatonal y 61% para el manejo de autos privado”, y de Tijuana, donde la movilidad “se redujo apenas en un 39% para los peatones y 69% para el uso de autos privados”, reveló Hugo López-Gatell.
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Cuidado con las mentiras oficiales, matan gente/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero,
PabloHiriart
Alienta que haya un horizonte, 30 de mayo, para el fin de la cuarentena en el país, salvo dos consideraciones esenciales: no se le puede creer a un gobierno que ha hecho de la mentira un hábito y del engaño su principal 'virtud política', y cientos de miles de empresas medianas y pequeñas no resisten sin ingresos hasta mediados de junio.
No se puede confiar en el gobierno que no ha tenido estrategia para enfrentar la epidemia de coronavirus, ni tiene estrategia para paliar los efectos de la crisis económica, de desempleo e inseguridad en que nos adentramos, la más grande en casi un siglo.
Sí tienen, y de sobra, mentiras para vender falsas ilusiones y denostar a quienes expresan opiniones críticas.
Ayer una multitud de cuentas electrónicas, organizadas por personajes ligados al gobierno, le cayeron encima a Joaquín López-Dóriga por haber dicho la víspera que este jueves se anunciaría el inicio de la fase 3. Pidieron internar al periodista en un manicomio por decir “una mentira”.
Todo estaba preparado para lanzar la fase 3, en la que de hecho ya deberíamos estar según el subsecretario López-Gatell, que no se manda solo: su jefe, el Presidente, decide en función de razones políticas, y no de salud pública.
Y si de internar en un manicomio al que miente (en este caso sólo falló un pronóstico, pues no se contaba con la renuencia política de AMLO a aplicar una medida de control indispensable), cuidado con lo que piden, pues los primeros en ser internados serían los gobernantes cuyas mentiras matan gente.
La primera gran mentira, criminal sin duda, fue del gobierno cuando distribuyó masivamente un volante con el titular: Coronavirus Covid-19 NO ES UNA SITUACIÓN DE EMERGENCIA. En un primer cuadro: No hay necesidad de cancelar eventos masivos, actividades laborales y escolares. Y remata en un dibujo a cuarto de página, que informa lo siguiente a la población del país: “Recuerda, la enfermedad causada por el Coronavirus Covid-19 NO ES GRAVE”.
Sencillamente criminal. Con firma y logo: Gobierno de México. El volante se puede consultar en el TL de @Laishawilkins, quien tuvo el cuidado de dejar ese testimonio para los incrédulos de la ignorancia temeraria de un grupo gobernante que nos engañó y sigue mintiendo con la pandemia.
¿Es sólo un volante? ¿El errorcillo de algún acelerado?
Veamos lo que informaba el presidente de la República el 28 de febrero, cuando estaban encendidas las alertas mundiales por la pandemia: El coronavirus “no es algo terrible, fatal, ni siquiera equivale a una influenza”, señaló respaldado en sus amplios conocimientos de medicina, por todos conocidos.
Esas mentiras matan. Y decirle a los habitantes del país, el 2 de marzo, cuando ya se comenzaban a sentir los efectos fatídicos de la pandemia en nuestro continente: “Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar, hay que abrazarse, no pasa nada, o sea, y así, o sea, nada de confrontación”.
Así es que cuidado con promover que encierren en manicomios a periodistas que se equivocan, o fallan en un elemento imponderable. Eso no mata a nadie. Las mentiras oficiales sí.
“Estamos preparados” para enfrentar el coronavirus ha dicho una y otra vez el Presidente, y falta a la verdad.
Ayer el diario Reforma publicó en su nota principal que el 9 por ciento de los mexicanos infectados con coronavirus pertenece al personal médico del IMSS.
Los ahorros que se hicieron en el Seguro Social, calificados de “inhumanos” por su anterior director que tuvo el valor de renunciar al cargo, ahora son algo más grave: crímenes.
“Estamos preparados”, dice el Presidente y se ufana que “vamos muy bien”. No es verdad.
Los médicos, enfermeras y paramédicos en distintas zonas del país no tienen el equipo mínimo para protegerse y atender a los contagiados. Y se contagian. Algunos mueren. Un crimen.
El director del IMSS anunció la compra de respiradores artificiales a China. Y resulta que, como publicó Bloomberg, la empresa que los vende no tenía el pedido en sus registros. Otra mentira.
A los estados se le mandó, como apoyo del gobierno federal para que sus médicos y enfermeras hagan frente a la pandemia, indumentaria que no sirve pero etiquetaron como equipo de uso clínico. Otra mentira. Mentiras que matan. ¿A qué manicomio van a mandar a los que ordenan esos ahorros criminales?
El subsecretario de Salud dijo ayer que las batas (inservibles) y cubrebocas (también inservibles) que mandaron a los estados “no son de uso clínico”.
Si no son de uso clínico, ¿por qué los compraron? ¿Para qué los mandaron? ¿Por qué son made in China?
Una maraña de mentiras. Una tras otra.
Ayer el Presidente anunció que habrá otro paquete de créditos de 25 mil pesos para un millón de beneficiarios que “incluye a empresas familiares del sector formal e informal”.
Y añadió: es un nuevo crédito “a otro millón de pequeños empresarios, en este caso, todos los que tienen trabajadores (menos de cierta cantidad) en el Seguro Social”.
A ver, si el millón de créditos son para el sector formal e informal, ¿cómo van a ser conforme al padrón del Seguro Social para cerciorarse que no hayan despedido gente? En el IMSS no están los informales.
Y además, ¿qué pasó con el millón de créditos anunciados anteriormente? ¿Ya se entregaron?
Había dicho el Presidente que se entregarían una vez pasada la contingencia. ¿Qué empresas los recibieron? ¿Con qué padrón?
En fin, la opacidad es evidente, electorera, pero no mata a nadie. Lo demás sí.
Y por esas mentiras, que no son errores, hay personas contagiadas y tal vez muertas.
Ahí hay responsabilidad oficial. Mentiras que matan. No es el caso de un periodista que, apoyado en una primicia que obtiene de un funcionario, da una fecha para la fase tres y se pospone por motivos políticos.
Por esa razón, una jauría cibernética operada desde la 4T exige, como en los regímenes comunistas, que manden al periodista a un manicomio.
Cuidado con lo que piden.
No pasa nada, o sea, y así, o sea, nada de confrontación.
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Estrategia fallida/Macario Schettino
Fuera de la Caja
El Financiero+
El día de ayer se anunció que habrá que mantener muy limitada la actividad por algunas semanas más. Se propuso la fecha del 31 de mayo como fin de la cuarentena, aunque se sugirió que dos semanas antes, el 17 de mayo, podrían reactivarse lugares con cero casos, que me imagino determinarán próximamente.
Todo indica que hemos hecho mal las cosas. La sociedad empezó a disminuir el contacto prácticamente alrededor del fin de semana largo de mediados de marzo. El Tec de Monterrey anunció el jueves 12 que se movería a instrumentos remotos para no tener clases presenciales. Otras universidades lo hicieron ese mismo fin de semana, o durante la siguiente. Hacia el final de la misma, la SEP anunció que habría dos semanas sin actividad, que recuerdo fueron anunciadas como vacaciones adelantadas. Para el 23 de marzo hizo su aparición 'Susana Distancia', pero no hubo una declaración clara del gobierno con respecto a mantenernos aislados.
Más aún, el Presidente siguió insistiendo en no limitar las relaciones, y siguió haciendo giras. El domingo 29 de marzo incluso fue a saludar, de mano, a la madre del Chapo, en la misma gira en la que descalificó los generadores eléctricos de viento en La Rumorosa. Así, aunque en las conferencias vespertinas de la Secretaría de Salud se hacían tímidos llamados a la cuarentena, en las mañaneras se descalificaba la 'estrategia'.
Entrecomillo la palabra porque no creo posible desarrollar un plan de trabajo cuando uno no tiene información confiable, y me parece que ésa ha sido una falla muy relevante. Desde febrero estaba claro que habría problemas globales con el coronavirus. Sin embargo, los líderes populistas en Occidente fueron todos omisos. Por eso se tuvo el estallido de casos en Italia y España a inicios de marzo, y menos de un mes después en Estados Unidos. Durante todo ese tiempo, México no hizo absolutamente nada: ni conseguir pruebas o equipo de protección para el personal de salud, ni fortalecer la infraestructura hospitalaria. Se nos ha dicho que se siguió un programa de vigilancia llamado 'centinela', centrado en identificar casos y vigilar su entorno. No parece haber funcionado.
El problema es que no sabemos, con alguna certeza, el tamaño del contagio. El doctor López-Gatell ha confundido a todos con su factor 8.2, que no tiene ningún sentido, ni tiene nada que ver con el problema de medición. No tenemos idea de cuántos casos hay ni de cuántas personas mueren por coronavirus. Y no lo sabemos porque no se realizan pruebas suficientes. Es claro que ningún país del mundo está pudiendo medir a todos, pero la penetración de la medición es muy claramente superior a la que tenemos en México. Este martes, por ejemplo, las pruebas aplicadas en México fueron la mitad de las aplicadas en Chile, diez veces menos que las aplicadas en Perú, y cien veces menos que las aplicadas en Estados Unidos (ourworldindata.org).
Tal vez por eso el muy extraño brote de “infecciones respiratorias agudas” del mes de marzo, cuando tuvimos 400 mil casos más de lo esperado, se quedó ahí, sin explicación alguna. Tal vez por eso vamos a tener que estar más de ocho semanas en nuestras casas, a diferencia de lo que ocurre en Alemania, o lo que antes pasó en Corea, que pudieron recuperar sus actividades, paulatinamente, en mucho menos tiempo.
Entiendo que López Obrador produce en sus seguidores una devoción casi religiosa, y que algo similar parece ocurrir ahora con el subsecretario López-Gatell, pero la realidad no depende de esas devociones. La realidad se mide, para poderla enfrentar y aprovechar. Las mediciones económicas, que sí tenemos, ya nos mostraban una estrategia fallida; los pocos datos sanitarios nos están mostrando otra.
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ARSENAL /Francisco Garfias /
Excélsior
“¡Ya dejen de mentir!”
Uno que anda molesto es el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Nos llegó en la tarde un video en el que desmiente las declaraciones de Zoé Robledo, en la mañanera, en el sentido de que en el Centro de Ingeniería del IMSS, en Michoacán, se están reparando ventiladores para los contagiados del COVID-19.
“No hay ningún Centro de Ingeniería en Michoacán más que un área desolada, porque no hay siquiera un escritorio o unas sillas… Más le ayudarías a tus médicos, enfermeras, a que les mejoraran sus condiciones de trabajo. No decir cosas que no son ciertas”, dijo el michoacano.
Le dio un “rozón” también a Hugo López-Gatell, vocero del gobierno en el tema del coronavirus:
“Él dice que el 23 de mayo será la etapa más crítica de hospitalización de los enfermos de coronavirus, y que una fecha tentativa, que pudiera estabilizarse, pudiera ser el 25 de junio. Paralelamente dice que ya va a haber municipios donde se van a levantar las medidas y van a llevar su vida normal.
“Esas medidas que anuncia Michoacán no las va a acatar. Vamos a cuidar la salud de nuestra gente. Si ustedes quieren seguir engañando a la población, háganlo, pero no todos estamos con los ojos vendados ni nos vamos con los comentarios poco responsables que han hecho ustedes.
“¡Dejen de mentir!”, exclamó.
Sabemos que el director del IMSS trató de comunicarse con Aureoles. El gobernador no le contestó.
Del instituto nos mandaron un video en el que una voz masculina afirma que el Tecnológico Nacional de México, campus Morelia, en colaboración con el Laboratorio en Sistemas Embebidos, Diseño Electrónico Avanzado y Microsistemas (SEDEAM) apoyan al IMSS con la rehabilitación de 11 ventiladores mecánicos.
¿Cómo la ve?
* Pemex es un barril sin fondo. El año pasado perdió 18 mil 400 millones de dólares —no lo pongo en pesos porque se asustan—, y eso que el barril de petróleo promedió arriba de los 55 dólares.
Este año —cito a Rocío Nahle— los aviones dejaron de volar, los vehículos en todos los países están estacionados, la movilidad bajó considerablemente. No hay demanda de combustibles.
Calcule lo que nos va a costar la empresa consentida del Presidente, quien, como me dijo alguno de sus excolaboradores, “lleva el petróleo en la sangre”.
Los expertos calculan que este año la pérdida será de, por lo menos, el doble: 36 mil millones de dólares.
¿Más dinero bueno al malo?
* No es un secreto que, hoy por hoy, es más barato importar que producir petróleo. La mezcla mexicana cerró ayer a 14.17 dólares por barril. Se opera con pérdidas.
Garganta energética nos dijo que hay muchos barcos que no han descargado combustible importado. No hay consumo. Eso cuesta mucho dinero: 20 mil dólares la demora diaria, por cada barco.
Añadió:
“Las ventas están bajas. Las terminales, llenas. No se puede bajar ni lo que se importó. Menos se acomodará lo que se quiere producir. Además, sale muy caro. Ellos creen que producir en México será más barato.
“No es cierto, Tenemos plantillas muy elevadas de trabajadores. Ahorita el barril de gasolina anda entre 50 y 56 dólares. Si cuando estaba a 87-96 no podíamos competir, imagínate ahora…”, sintetizó la fuente.
* Lo que peor anda son las refinerías. Trabajan al 31% de su capacidad. En otros países el promedio es de 92 por ciento. “Es el área que peor se maneja”, nos dijo otra fuente.
El gobierno presume que en un año se detuvo la caída en la producción y que ahora tenemos campos nuevos para producir más crudo.
¿Qué vamos a hacer con él? ¿Dónde lo vamos a meter?
Sobre los nuevos campos, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) informó que el costo de los pozos está un 7% arriba de las referencias internacionales.
Cito, textual, a la comisionada Alma América Porres Luna:
“Quisiera dejar patente que los costos que se están autorizando dentro de este plan están arriba del costo internacional que se maneja para aguas someras” (Forbes México, 16-04-20).
* Algo raro pasa con las coberturas de la mezcla mexicana de exportación. No hay manera de que nos digan qué porcentaje de las exportaciones tiene esa cobertura.
Octavio Romero, director de Pemex, no quiso revelar la cifra. En la citada mañanera sólo dijo que en el 2020 calcula recibir 7 mil 500 millones de pesos por el seguro contratado.
En moneda nacional suena a mucho dinero, pero si lo ponemos en billetes verdes, parece irrisorio: 312.5 millones de dólares (calculado a un tipo de cambio a 24 pesos por dólar).
El valor total de las exportaciones de crudo mexicano fue de 22 mil 403 millones de dólares el año pasado. Y mejor ahí la dejo…
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EN PRIVADO/Joaquín López Dóriga / 
Milenio Diario
Oportunidad y muerte de los partidos
Los cementerios se están llenando de gente que debería estar viva. Florestán 
Andrés Manuel López Obrador siempre ha sabido su peso en un proceso electoral. Cuando militó en el PRD y fue su candidato presidencial en 2006 y en 2012, uno era el partido, como se vio en la pobreza de las intermedias de 2009 y 2015, y otro cuando él encabezó las boletas en las presidenciales.
En Morena, que sigue en modo PRD, eso no ha cambiado: uno es Morena con él en la boleta, como en la elección de 2018 cuando arrasó con 53 por ciento del electorado, 30 millones de votos y otro sin él.
De acuerdo con El Financiero, Morena ha caído de un reconocimiento de 40 por ciento en diciembre de 2018, a un 18 por ciento, el mes pasado. Y eso es producto de la debacle y lucha por el poder al interior de un partido que permanece en movimiento, donde los intereses personales y grupales son los que dominan.
Hoy Morena es un lastre para el proyecto político del Presidente y no una plataforma. Sus actuales 18 puntos de reconocimiento lo colocan apenas por encima de las miserias del PAN, 10 por ciento, y del PRI, 8 por ciento; los demás partidos no figuran.
Este escenario debía ser una oportunidad de oro para su proyecto de trasformación, de contar con un partido competitivo y una oposición anulada.
Pero Morena está desmantelado, y los otros partidos son apenas cascarones, pavesas, diría Agustín Lara, incapaces de competir.
De ahí que López Obrador, sabedor del peso electoral que tiene, haya recuperado el proyecto de plantear en las elecciones intermedias su revocación de mandato, sabiendo que solo así podría mantener, no la Presidencia, con lo que no tiene problema alguno, sino la mayoría legislativa en San Lázaro, que es lo que está en riesgo.
RETALES
1. REVOCACIÓN. El Diario Oficial de la Federación publicó el 6 de marzo, la reforma constitucional por la que la consulta de revocación de mandato presidencial se podrá convocar en una sola ocasión tres meses después de la conclusión del tercer año de mandato, que es lo que ahora quiere reformar el Presidente;
2. BORRÓN. El Consejo de Salubridad General ya eliminó de su página la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica de cara a lo peor de la epidemia de coronavirus, que hablaba del volado como método de selección entre la vida y la muerte, que ya eliminó; y
3. FECHAS. En la mañanera de ayer quedó claro que el gobierno está midiendo su nivel de eficiencia con el regreso a la normalidad tras la pandemia. El doctor Hugo López- Gatell cambió su estimado de pico de la crisis de junio a mayo, y empezar a descender el contagio el 25 de junio.
Pero se estableció como fecha para el regreso a clases, el uno de junio, 25 días antes. El tiempo y la gravedad corregirá estas fechas.
Nos vemos el martes, pero en privado
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No soy igual en lo que digo y escribo.

Cambio, pero no cambio mucho...”Pessoa.
El miedo a las palabras/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero, 17 de abril de 2028
rivapa
La comunicación política está fundamentada en cómo se dicen las cosas para que tenga un impacto negativo menor. Durante mucho tiempo, por ejemplo, la palabra 'devaluación' provocó reacciones entre los mexicanos que convirtieron los ajustes en el tipo de cambio en crisis. Eso pasó en 'el error de diciembre' en 1994, cuando el gobierno de Ernesto Zedillo depreció 15 por ciento el peso frente al dólar, pero por la forma en como se explicó, causó pánico y el tipo de cambio se disparó de 3.4 pesos por dólar, a 7.20. Como decía Pedro Aspe, secretario de Hacienda del presidente Carlos Salinas, en México, las devaluaciones son sicológicas. Este jueves vimos lo contrario. Hay que tener miedo a las palabras para no atemorizar.
Eso pasó ayer, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un balance del estado del coronavirus. Empezó a preparar a la opinión pública desde el viernes pasado, al insinuar que pediría una cadena nacional para el lunes, para hablar de la pandemia. Ese día se esperaba el anuncio de la fase 3, pero no dijo nada de ello. En cambio, volvió a anunciar que el balance prometido sería dado el jueves. Ayer, le dejó el micrófono al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
Lo que hizo el subsecretario fue un ejercicio de saturación de información con láminas de Power Point ininteligibles para la mayoría, que, sin embargo, pareció quedar satisfecha con su exposición. La forma era lo más importante, en términos de comunicación política, no la sustancia. López-Gatell, comunicador articulado y estructurado, ha ido construyendo una gran confianza con la ciudadanía, cuya mayoría lo tiene en alta estima. En esta ocasión dio un salto cualitativo para fortalecer la imagen de credibilidad y, al mismo tiempo, tener una puerta de salida en caso de que las cosas que dijo, salgan mal. Todos los modelos matemáticos que utilizó para explicar el comportamiento de la pandemia, dijo, fueron realizados por diferentes grupos de científicos de universidades privadas, y el gobierno aceptó sus recomendaciones.
López-Gatell hizo piruetas con la retórica para decir lo que formalmente no dijo. La más notable, declarar extraoficialmente que una parte del país, que concentra a cuando menos 35 millones de personas y genera la mayor riqueza nacional, ubicada en las grandes zonas metropolitanas de la nación, ya se encuentra en la fase 3, pero precisar de manera oficial que como no es algo que se viva en todo el territorio, se mantenía la fase 2. Si a esto se le añade que en 934 municipios –de un total de dos mil 458 y 16 alcaldías– no hay contagios de coronavirus, bien podría nunca decretarse la fase 3. Pero si llegara a declarar, como en las regiones que sostienen política y económicamente al país informalmente ya está instalada, al reconocerse podría decir que, como lo dijo ayer sobre la fase 2, ya habían adelantado las medidas para cuando (oficialmente) llegara.
“La epidemia no es una sola”, dijo el subsecretario en una de esas frases que ganan titulares en los medios. Pero para efectos de la exposición, fue totalmente acertada para explicar nuevas medidas que van a aplicar. La primera es la regionalización de la intensidad de las medidas. Con un número de municipios tan importante libres de contagio, y con poco más de mil que los rodean, de mínima transmisión del virus, anticipó que podrían aplicar la estrategia de la contención, propio de la fase 1, para detectar los casos sospechosos y ponerlos en aislamiento junto con las personas con las que tuvieron contacto, para evitar la propagación del coronavirus.
Si la mitad del país se mantiene en la fase 1 a lo largo de todo lo que dure la pandemia y se hacen analogías genéricas con otros países, como lo ha venido haciendo el gobierno, pueden tejer una narrativa de victoria con verdades a medias, y mantener la emergencia sanitaria –sin importar lo que pueda suceder en otras regiones del país–, como enfatizó López-Gatell.
Una comparación que ayuda a ver lo que están haciendo es Japón, cuyo primer ministro, Shinzo Abe, extendió este jueves la declaratoria de emergencia nacional pese a que su país tiene menos fallecimientos que México. Haber regionalizado las estrategias, específicamente a la zona metropolitana de Tokio y Osaka, no funcionó y resurgió el virus, porque la gente viajó a regiones vecinas. Esto podría suceder en México con la misma estrategia fallida de Japón, pero la forma como lo planteó López-Gatell es que no sucederá.
Para tratar de evitarlo, además de la reiteración vehemente del confinamiento voluntario, está la otra nueva recomendación, segmentar la movilidad en el territorio nacional, para que quienes vivan en los municipios de nula o baja transmisión, no salgan de ahí, y los que residan en las zonas de alta transmisión, no se trasladen a los de pocos contagios. Esto significa sellar a las comunidades, y obligar con sanciones a que respeten la cuarentena, como sucede en Sonora. El gobierno federal no quiere llegar a medidas de coerción para obligar la cuarentena. Es mejor que el costo político se lo lleven los estados.
El subsecretario cuidó las palabras, teniéndoles el miedo suficiente para evitar que pronunciarlas causara miedo. Su lenguaje fue asertivo, apoyándose siempre, como forma dual de legitimidad y deslinde, en que las recomendaciones fueron hechas por diversos grupos de científicos de instituciones públicas. Sobre sus proyecciones y modelos matemáticos, explicó López-Gatell, se están tomando las decisiones. Es decir, si las cosas salen mal, los asesores externos serán los fusibles quemados. Si las cosas salen bien, la victoria será del gobierno. ¿Está mal? En absoluto. La comunicación política es impecable en este caso. Ojalá, por la salud de los mexicanos, que los modelos y su interpretación también sean los correctos.
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DE NATURALEZA POLÍTICA/Enrique Aranda /
 Excélsior
Inseguridad y narcodespensas…
Relegado temporalmente de la atención ciudadana por la irrupción de la pandemia del coronavirus y su previsible causa de consecuencias tanto en el ámbito sanitario como económico, la inseguridad pública continúa ubicada en el primerísimo lugar de los problemas que más angustian a los mexicanos cuando, en plena crisis, se asume el reto de intentar adivinar el futuro de la nación en el mediano y largo plazos…
Más, vale destacar, cuando unas horas después apenas que el Inegi, de Julio Alfonso Santaella, diera a conocer resultados de su última Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU), correspondiente al primer trimestre, en que revela que 73.4% de la población de 18 años o más declara sentirse inseguro ante el embate de la delincuencia organizada, 80.8% cuando concurre a algún cajero automático, y 73.5% si utiliza el transporte público, pudo confirmarse que operadores de los distintos cárteles realizan, en media docena de localidades, una distribución masiva de despensas claramente identificadas con sus siglas —CJNG, CDS o (con el rostro de) El Chapo— a manera de apoyo a la población más necesitada.
Y todo emparejado con la práctica pasividad de autoridades estatales y municipales o federales —“del Ejército, la Armada y Guardia Nacional, dedicados ahora a atender la contingencia sanitaria, en especial”— y la coyuntural revelación de que entre el 1 y el 15 de abril, precisamente, se cometieron un promedio de 84 asesinatos dolosos, para mantener al país en ascuas, también en lo que seguridad pública se refiere, ante la expectativa de que, como en los últimos años, este 2020 pudiera establecerse una nueva marca anual; esto es, algo más de 34 mil 582 muertes sólo por ese delito…
Al margen, entonces, de la incuestionable atención prioritaria que en la actualidad merece la crisis generada por el coronavirus, nada parece más obvio que la necesidad de preservar la operación del gobierno en sus tres niveles, con el federal a la cabeza, a manera de gran coordinador si se quiere y, claro, en la atención de la totalidad de los ámbitos donde se reclama su actuar. No garantizarlo así, déjeme decir, sería tanto como renunciar a cumplir el mandato para el que fueron elegidos…
ASTERISCOS
* ¡Vaya demoledora opinión! la que del emérito maestro de la UNAM Raúl Carrancá y Rivas, mereció al estúpido criterio del Consejo de Seguridad Nacional de favorecer a un joven infectado por COVID-19 sobre un viejo. “Si el médico decide a quién de los dos salvar, su decisión conlleva un homicidio. El médico no PUEDE ni DEBE ser juez. Su misión es sanar”. Así o más claro…
* Con la intención de priorizar la lucha anticorrupción en el estado y acelerar, en medio de la crisis, la obtención de recursos malversados, la Fiscalía estatal prevé recuperar 44 millones presuntamente desviados por el exalcalde de Atizapán, el panista Gonzalo Alarcón, a quien podría acusar por responsabilidad administrativa…
* Este martes, víctima del coronavirus, falleció Juan Javier Macklis Mercado, presidente y director general de Victory Enterprises, laboratorio farmacéutico establecido en Tijuana, del que continuaba al frente, pese a contar ya con más de 80 años cumplidos. Descanse en paz.
Veámonos el domingo con otro asunto De naturaleza política.
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RAZONES/Jorge Fernández Menéndez /
 Excélsior
Y entra en escena EPN
Si encuentran delitos por los que castigar a Peña Nieto o a su poco defendible exsecretario de Desarrollo Social, Luis Miranda, o quien sea, que se actúe, ése no es el problema. Sí lo es que lo vayan a hacer ahora, en plena pandemia
Como el tema de la revocación de mandato no funcionó, en realidad estaba agotado desde que, en el Senado, el oficialismo no tuvo mayoría para sacarlo adelante hace ya varios meses atrás, ahora se filtra que el Presidente de la República ordenó a distintas agencias comenzar a investigar los movimientos financieros del expresidente Peña Nieto y de su grupo más cercano de colaboradores (como si no lo hubieran hecho desde el día uno en el gobierno).
Si encuentran delitos por los que castigar a Peña Nieto o a su poco defendible exsecretario de Desarrollo Social, Luis Miranda, o quien sea, que se actúe, ése no es el problema. Sí lo es que el presidente López Obrador en muchas ocasiones dijo que no lo haría (por lo menos no contra Peña Nieto) y, peor aún, que lo vaya a hacer ahora, en plena pandemia y cuando la gestión gubernamental ha sido muy criticada por su accionar ante ella. Nadie pensará que es justicia, sino un simple distractor.
El Presidente sigue en campaña, incluso ante la emergencia sanitaria global y un día sí y otro también insiste, tanto él como sus propagandistas, en polarizar al país y a la sociedad. Es verdad que muchos lo acompañan en el mismo intento desde posiciones antagónicas, pero el Presidente de la República no es uno más, y el aparato de comunicación del gobierno federal no es un medio de comunicación privado.
Lo que se reclama con mayor insistencia es un acuerdo, un pacto, con distintos sectores, políticos y sociales, para canalizar los recursos que sean necesarios al sistema de salud, restablecer la economía, salvar fuentes de empleo y, habría que agregar (porque todo el mundo parece haberlo olvidado en esta coyuntura), restablecer la seguridad pública, más abandonada que nunca durante la pandemia. Eso obligaría a dialogar, a llegar a acuerdos, a conceder para recibir también concesiones y gobernar para todos.
Pero ésa no es la vía elegida: aun en esta coyuntura se prefiere la confrontación, e incluso en el discurso se pone más atención y tiempo en ella que en la propia situación sanitaria y económica del país. Si bien nos va, tendremos una caída económica de cerca del seis por ciento del PIB. Con base en las cifras de finales de marzo, a esta altura, sin duda se han perdido más de medio millón de empleos.
Si nos basamos en lo dicho por el subsecretario López-Gatell, la cifra real de contagiados por COVID-19 debe multiplicarse por lo menos por diez, lo mismo que la de víctimas. Ayer mismo se anunció que las medidas de sana distancia durarán hasta fin de mayo y, por ende, hasta esa fecha la economía estará paralizada.
Desde el comercio hasta la industria, desde el turismo hasta la aviación, casi todos los sectores productivos son zona de desastre. La gente oscila entre quienes prefieren ignorar las advertencias epidemiológicas para, simplemente, salir a trabajar, y los que están aterrados por una situación donde la información ha sido poco clara, confusa y, para muchos, sospechosamente benigna.
La relación del gobierno federal con los gobernadores o con los empresarios pasa por el peor momento desde que comenzó esta administración y parece que nadie quiere detener esa dinámica. La lista podría continuar casi indefinidamente, pero lo cierto es que no se ha presentado, para ninguno de esos desafíos, una respuesta específica, clara, incluyente, de parte del Estado.
Si se tiene que actuar judicialmente contra Peña Nieto, Miranda o quien sea, que se haga, pero no tiene sentido filtrarlo y tratar de generar un debate en el vacío que intente ocultar la verdadera conversación nacional que gira en torno a la sanidad y la economía.
Para eso se requieren respuestas y soluciones. Si no fue urgente debatir hasta mitad de marzo pasado sobre la revocación de mandato, sobre investigar a Peña, sobre la maldad intrínseca de los conservadores o sobre la creciente simpatía y cariño de Trump hacia México, eso demuestra que son temas que se pueden aparcar hasta que termine, esperemos que en junio, la emergencia.
Hoy la gente quiere que se le garantice la atención hospitalaria, los médicos y enfermeras, quieren tener los equipos suficientes y adecuados para trabajar, los empresarios y los trabajadores quieren conservar sus empresas y empleos. Y la enorme mayoría de los mexicanos no olvidamos que nada de eso se podrá conseguir plenamente si no se garantizan la seguridad pública y la jurídica.
Es urgente un pacto, un acuerdo. Pero el gobierno federal (y muchos de sus opositores) parece que ya descontó la crisis y ya está embarcado en la campaña electoral de 2021. La sociedad es la que pagará las consecuencias.
Por cierto, ¿a nadie le parece extraño que poco más del 9% de todos los infectados por COVID-19 sean médicos? ¿De verdad alguien cree que cuentan con el equipo y la protección que su labor requiere?.
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¿Aún hoy ‘es un honor estar con Obrador’?
ITINERARIO POLÍTICO/ RICARDO ALEMÁN  
El Debate
Durante años, en el azaroso camino del eterno aspirante presidencial, se utilizó como un estribillo de pertenencia.
Con orgullo, muchos lo gritaban en plazas públicas, justo para marcar la diferencia de su pertenencia al selecto grupo de quienes creían, suponían o imaginaban que estar con López Obrador era un signo de distinción.
Por eso, vale preguntar –a 17 meses de distancia, frente al fracaso de escándalo del Gobierno de AMLO–, si continúa vigente el gritar en la plaza pública: ¿Aún hoy “es un honor estar con Obrador”?
Pero la pregunta se debe extender aún más.
¿Cuántos ciudadanos se atreverían hoy, en una plaza público y en medio de las peores pandemias sanitaria, económica y política que vive México, gritar que “es un honor” seguir apoyando a López Obrador?
La interrogante resulta clave, además, para decidir mediante el método legal llamado revocación de mandato, si el presidente mexicano sigue en el puesto o, por el contrario, se va a su casa.
Y no, no se trata solo de preguntar por la vigencia de un eslogan facilón. No, en realidad se trata de la ratificación y/o el rechazo de la confianza en un Gobierno que, todos los días, en los últimos 17 meses, ofrece muestras claras de su fracaso, incapacidad, inexperiencia, impericia y, sobre todo, estulticia.
Claro, sin contar con que López Obrador pelea en todo el mundo por colocarse entre los mandatarios más mentirosos del planeta; con casi 60 mil mentiras en solo 17 meses de Gobierno.
Por eso la insistencia. ¿Sigue vigente el eslogan de que “es un honor estar con Obrador”?
Sin duda, muchos fanáticos y oportunistas –beneficiados políticos y económicos del régimen de terror de AMLO–, defenderán a capa y espada su pertenencia a la nueva “mafia del poder”.
Sin embargo, es casi seguro que una mayoría de mexicanos; aquellos que solo han recibido más violencia, menos empleo, salud, salario; menos seguridad, menos bienestar y que viven en la zozobra del desempleo y del día a día, olvidaron que “es un honor estar con Obrador” y hoy piensan que, en sentido contrario, Obrador es un peligro. Pero vamos por partes.
1.- Si acudimos a las principales encuestas que en México miden la popularidad de López Obrador, la conclusión no puede ser más lapidaria.
En efecto, ocho de las 10 principales empresas encuestadoras revelan que la popularidad de AMLO cayó a poco más del 40 por ciento de los potenciales electores. Es decir, que hoy, cuatro de cada 10 mexicanos apoyan a Obrador, en tanto seis de cada 10 lo rechazan. ¿Hoy es un honor estar con Obrador?
2.- Si revisamos los resultados de la salud en México, probaremos que antes del COVID-19, AMLO ya había destruido el sistema de salud. Por eso la pandemia será más mortal en México; por eso dejan solos a los pacientes, los médicos y las enfermeras. ¿Sigue siendo un honor estar con Obrador?
3.- Lo peor es que si hacemos memoria, probaremos que el de AMLO es un Gobierno al que no le importan los niños –con cáncer–; tampoco las mujeres –sus refugios, las guarderías y el cáncer–, y menos los viejos, a los que el Gobierno de Obrador dejará morir en caso de contingencia. ¿Aún así es un honor estar con Obrador?
4.- Pero el problema mayor es que los trabajadores de la salud son burlados, engañados y puestos al borde de la muerte por negligencia oficial. No tienen los mínimos de protección. ¿A quién le importan miles de familias de los trabajadores de la salud? ¿Aun así es un honor estar con AMLO?
5.- Junto con la crisis de salud va de la mano la pandemia económica: la muerte de miles de empresas y millones de empleos. En todo el mundo esos negocios son subsidiados. En México el odio de AMLO a los pequeños empresarios los llevó a la muerte, con millones de desempleados. ¿Es un honor estar con Obrador?
6.- En la última semana se han fugado del país una de las mayores cantidades de divisas y de inversión externa, en décadas; en tanto que, por venganza, AMLO sigue cerrando empresas locales y extranjeras y pelea con los creadores del empleo y la riqueza. ¿Es un honor estar con Obrador?
7.- La violencia criminal es otra epidemia que ataca a México y a los mexicanos. Como nunca, ante la crisis económica y de salud, las bandas criminales operan sin autoridad alguna. No hay Estado, no hay Gobierno y no hay ley. ¿Es un honor están con AMLO, a pesar de tal ingobernabilidad?
8.- El de Obrador se ha confirmado como uno de los Gobiernos con más mentiras y el propio presidente pelea, ante el mundo, por el primer lugar entre los presidentes mentirosos. ¿Es un honor estar con el mentiroso Obrador?
9.- Solo basta echar una mirada a la prensa internacional para confirmar que el de AMLO es uno de los peores Gobiernos del mundo. En realidad, el Gobierno de Obrador es el hazmerreír del mundo.
10.- Y la democracia mexicana es de las más debilitada, a causa de un aprendiz de dictador como AMLO.
A pesar de todo lo anterior, ¿sigue siendo un honor estar con Obrador?
Al tiempo.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín / 
Milenio Diario
‘Reto de Dios’ para un fin de semana
La polémica Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica de la Comisión Consultiva Científica del Comité de Ética del Consejo de Salubridad General que se dio a conocer hace una semana, pero ayer fue degradada a simple “borrador”, con supuestos y parámetros para casos extremos en que se deba escoger a quiénes de las contagiadas o contagiados de covid-19 debe o no atenderse para que viva o muera, me remite a una definición luminosa sobre la creación literaria en el rango del arte que alcanzan obras como El Quijote, Hamlet, Crimen y castigo, En busca del tiempo perdido, Al este del paraíso, Pedro Páramo, Cien años de soledad, Rayuela, La ciudad y los perros, Palinuro de México… (por citar algunas de las que atesoro).
Son tres palabras de una entrevista de colección que concedió a la BBC Norman Mailer (Los ejércitos de la noche, El parque de los ciervos, Los desnudos y los muertos, Noches de la antigüedad, El fantasma de Harlot, Un sueño americano, entre otros títulos), quien murió (2007) deplorando que su mayor éxito mundial fuera La canción del Verdugo (premiado con el Pulitzer), porque el material en que basó la recreación de un hecho real no salió de su imaginación sino de cajas repletas de documentos judiciales y personales del asesino Gary Gilmore (a cuya ejecución asistió), quien puso patas arriba a la justicia estadunidense. Mailer lamentaba que se leyera y reconociera más por el tratamiento que dio a un suceso ajeno a él, y no por su propia narrativa.
En la entrevista dijo que los escritores viven enfrentando el “reto de Dios”, que consiste en “crear universos”. Incitado por la vulnerable guía que ya ni el dubitativo doctor Hugo López-Gatell toma en serio, la cita me asalta y sobresalta porque la decisión de quién vive o muere implica el mismo reto y fue la parte final en las películas Almas en el mar (1937, con Gary Cooper) y El mar no perdona (1957, con Tyrone Power), con la dramatización de un suceso verdadero de náufragos en el Atlántico norte que no cupieron en el bote salvavidas y el oficial Alexander Holmes fue orillado a impedir o permitir que se subieran a la nave hombres, mujeres y niños aterrados y en peligro de ahogarse. Todo termina en un juicio.
El proceso auténtico tuvo lugar en Filadelfia y al marino se le condenó por homicidio involuntario a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 20 dólares. La culpa de fondo que le reprochaban fue que había “suplantado a Dios”.
Ante la desgracia de la pandemia que se espera cunda mucho más en México, lo mejor será que el gobierno (qué bueno que el rector Enrique Graue no fue convocado, como se debía, a opinar ni suscribir la escandalosa guía) alce las manos.
Ninguna autoridad burocrática o política debe meterse adonde nadie la necesita, o sea, al pequeño espacio clínico en que cada médica o médico deba resolver, como mejor sepa y pueda, tomar el reto de o decidir por Dios…
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TELÉFONO ROJO /José Ureña / 
24 Horas
La industria farmacéutica y Cofepris contra reloj
La pandemia de coronavirus ha desnudado nuestra realidad.
Ya nadie habla de servicios de salud calidad países nórdicos.
Lea usted lo prometido el 15 de abril del año pasado en Palacio Nacional:
-Yo creo que en tres años la atención médica y los medicamentos van a ser gratuitos para todos los mexicanos y vamos a tener un servicio de salud igual que el de los países nórdicos, igual que el de Dinamarca, de Suecia… Igual que el de Canadá. Ese es mi compromiso.
¿Qué pasa hoy?
No hay las 20 mil camas urgentes, no se diga ventiladores y otros equipos, para atender a enfermos graves de coronavirus en lo álgido de la crisis.
La realidad:
Ha crecido desmesuradamente la demanda de medicamentos concomitantes, en especial paracetamol, y en muchos casos los ha agotado una sociedad invadida por la ansiedad y la depresión.
Porque no es nada más el Covid-19, sino factores adjuntos: desempleo, reducción de salarios, enfermedades crónicas como el asma o cardiovasculares, y la necesidad de un sistema inmunológico sano.
TRAS PROVEEDORES ALTERNOS
Hay un dato:
La industria liderada por la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf: 43 firmas, 48 mil empleados, 68 plantas) enfrenta un problema.
Los insumos están acaparados por China e India, pero 98% de los precursores provienen del primero.
Por ello buscan proveedores alternos (los famosos APIs, Active Pharmaceutical Ingredient) y en esto van las negociaciones con la Cofepris de José Alonso Novelo.
Sólo así se cubriría el abasto actual, pero sobre todo para la segunda mitad del año y en especial si en invierno viene un rebote de coronavirus, mayor demanda de grupos vulnerables.
Son conocidos: grupos terapéuticos dependientes de retrovirales o para la atención de hipertensión, diabetes y males oncológicos.
De esto depende la salud mexicana y antes una industria que trabajaba al 55 por ciento y hoy necesita hacerlo a plena capacidad, como diría el dirigente de la Amelaf, Juan de Villafranca.
EDUCACIÓN: COMO LO DIJIMOS
1.- El fin de semana, dijimos ayer aquí, será decisivo para el nuevo proyecto educativo.
Más tecnológico, menos presencial y ni siquiera dependiente de clases en línea.
El propósito sigue, pero es necesario preparar a todo el profesorado y lleva tiempo, pese al afán de ser anunciante de todo de ya saben quién.
El plan está casi a punto, pero pudiera darse el caso de la única voluntad gubernamental de ver al pasado y regresar a los pizarrones y gises en lugar de plataformas digitales.
Si no es así, el lunes se anuncia la plataforma y el fin de semana deberemos tener avances del conductor de la enseñanza pública del país.
Ojalá triunfe la visión futurista del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y quien debe instrumentarla, el subsecretario Marcos Bucio.
Y 2.- El reclamo del sindicato de Arturo Olivares Cerda es elemental al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS):
Proveer de materiales de trabajos al personal, en especial mascarillas para evitar contagios en clínicas y hospitales.
¿Se puede pedir menos?.
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DUDA RAZONABLE/Carlos Puig / 
Milenio Diario
Día 26: aplastar la curva… y la economía
Los datos que dio en la mañanera de ayer Hugo López- Gatell muestran que en México la curva se está aplanando. (Término al que ahora todos nos referimos con una familiaridad inusual).
Es decir, que el crecimiento de casos de contagio y, sobre todo, los casos de gravedad que requieren hospitalización, aunque aumentando, están en niveles que no desborden el sistema de salud. Porque, no nos equivoquemos, llegarán los contagios y las muertes, el asunto es cuándo. La proyección presentada ayer, por ejemplo, pone los confirmados durante la tercera semana de mayo en 5 mil diarios, el promedio esta semana ha sido de 400.
Ayer se anunció la extensión de la “jornada de sana distancia” hasta el último día de mayo. Estaremos dos meses con actividades productivas “no esenciales” detenidas. Y el regreso será escalonado y seguramente algunas zonas más golpeadas por la epidemia tardarán más. Por hacer una comparación, Hubei, la provincia China donde inició todo, se inmovilizó dos meses y medio, una semana más que lo hará México.
Nuestra larga cuarentena es necesaria por nuestro frágil, deteriorado e insuficiente sistema de salud, no de hoy, de hace mucho tiempo. Pocos médicos, pocas enfermeras, pocas camas, pocos insumos… Poco todo. Para evitar más tragedias, estaremos, no hasta junio, sino mucho después contando infectados y muertos, pero en otra velocidad. O al menos esa es la apuesta en la estrategia de la autoridad sanitaria a la que, hasta los datos de ayer, parece estarle saliendo bien. Esperemos que así siga.
Ahora, lo largo de la cuarentena y la incertidumbre en las formas del regreso a la productividad serán también aplastantes para la economía.
Ayer en la mañana, el Consejo Coordinador Empresarial convocó a un amplísimo grupo de representantes de muchos sectores para seguir construyendo un acuerdo nacional que evite el desastre. Se escucharon ideas, iniciativas, proyecciones, más curvas aplastadas como ya señalan los primeros datos de empleo formal. Se habló de las conversaciones con el movimiento obrero organizado, con las coincidencias con partidos políticos, incluyendo a Morena.
Y se habló de cómo el gobierno no los escucha y no es parte de este pacto. Y ahí sí confieso que no entiendo nada. Porque a diferencia de la curva de los contagios a la que queremos hundir, aplastar, la de la economía podría resultar mortal.
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DÍA CON DÍA/Héctor Aguilar Camín /
 Milenio Diario
El Acuerdo Nacional que propone el CCE
E n sintonía con otras instancias ciudadanas del país, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) lanzó ayer un llamado a construir un Acuerdo Nacional para hacer frente a la emergencia económica impuesta por el covid-19.
Destaco dos rasgos, hasta donde entiendo inéditos, de esta convocatoria.
Primero: aunque lanzada desde las organizaciones empresariales, ésta no quiere ser una propuesta de los empresarios, sino una propuesta nacional.
La iniciativa parte del hecho de que el CCE “ha iniciado diálogos con todos los actores sociales, políticos y económicos del país”, de modo que no se trata solo de un diálogo entre hombres de empresa.
“A una sola mano queremos escribir este gran Acuerdo Nacional”, dijo ayer Carlos Salazar, presidente del CCE. “Queremos las ideas de todos para convocar a un acuerdo nacional que una a México”.
Que yo recuerde, esta es la primera vez que los empresarios salen del ámbito de su visión gremial, en busca de una visión nacional, que represente otros sectores, otros intereses, otras convicciones.
El segundo rasgo inédito, me parece, es que la propuesta no tiene como primer destinatario al gobierno federal. De hecho, no lo incluye de entrada. Confía en que el gobierno se una después, como sugiere este párrafo:
“Requerimos las mejores mentes de los mexicanos, a cada uno lo estamos invitando a que nos propongan las mejores formas de salir de esta situación. Confiamos en que el Gobierno Federal se unirá a este tipo de acuerdos”.
Si estoy leyendo bien, esto quiere decir que los convocados definirán primero los términos del Acuerdo Nacional y esperarán a que el gobierno federal se una.
La fuerza de la propuesta y del acuerdo resultante dependerá de la pluralidad y la representatividad de los convocados.
Que la propuesta salga de los empresarios organizados la hace más visible que las venidas hasta ahora de ciudadanos y grupos de estudio, como las que glosamos en este espacio ayer y antier.
Si se suman a construir la propuesta otros sectores claves de la sociedad mexicana, como sindicatos, universidades, iglesias y ONG, el acuerdo adquiriría efectivamente un carácter nacional.
Habría surgido con él una poderosa instancia de deliberación publica nacida de la sociedad civil.
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BITÁCORA DEL DIRECTOR/Pascal Beltrán del Río / 
Excélsior
Los secretarios de Hacienda ante las crisis económicas
El 22 de septiembre de 1975, José López Portillo, secretario de Hacienda del gabinete de Luis Echeverría, fue destapado como candidato presidencial del PRI.
Una vez asentado el polvo de la bufalada, Echeverría convocó al subsecretario Mario Ramón Beteta y lo llevó a caminar por los jardines de la Residencia Oficial de Los Pinos.
—Quiero que tome el mando de la Secretaría de Hacienda –le anunció el Presidente.
—Sería un gran honor para mí. Es una aspiración que he tenido toda mi vida.
—Sólo que hay una condición. Comprométase a que no devaluará la moneda.
El peso mexicano –que no flotaba libremente como hoy– llevaba más de dos décadas de estabilidad, cotizándose en 12.50 por dólar. Así había permanecido desde el Sábado de Gloria de 1954, cuando sorpresivamente se devaluó 45%, ante la caída de los precios internacionales de algunas materias primas como el algodón y el cobre.
Echeverría aún recordaba los efectos de aquella devaluación, cuando estallaron huelgas obreras en el sector textil y otros. Quería evitar a toda costa un escenario semejante.
—Lo siento, señor Presidente, no puedo aceptar su condición –repuso Beteta, después de meditar unos segundos–. La decisión de devaluar la fijarían las condiciones de la economía.
El Presidente insistió, pero Beteta se mantuvo en lo dicho. Finalmente, Echeverría acabó pidiéndole que hiciera el máximo esfuerzo para evitar la devaluación y así se concretó la designación.
Menos de un año después, el 31 de agosto de 1976, Beteta anunció lo que tanto temía Echeverría: la devaluación. De golpe, el dólar se fue a 19.70. Lo único que logró el Presidente fue que la medida se envolviera en un florido fraseo: el peso no se devaluaba, sino que México abandonaba la paridad fija para adoptar temporalmente la política de libre flotación hasta que la moneda encontrara su nivel.
La crisis de 1976, provocada por un enorme déficit comercial y una deuda externa que había alcanzado el segundo lugar mundial, encontró al secretario de Hacienda al mando de las finanzas públicas. Beteta hizo el anuncio y el Presidente tuvo que confirmarlo, al día siguiente, en su último Informe de Gobierno.
Otros secretarios de Hacienda han dado la cara en momentos semejantes. Al punto de que sus nombres están ligados con esos episodios de inestabilidad financiera tanto o más que los de los presidentes a los que sirvieron.
En 1930 y 1931, Luis Montes de Oca negoció con los banqueros, encabezados por Thomas W. Lamont, y se encargó de recortar el presupuesto hasta conseguir el equilibrio de las finanzas públicas, para hacer frente a los efectos de la Gran Depresión. El acuerdo con los acreedores lleva su nombre, no el del presidente Pascual Ortiz Rubio.
Jesús Silva-Herzog debió capotear la crisis de la deuda externa, a principios de los años 80, cuando México padeció la salida de capitales más importante de la historia. “Teníamos que hacer circo, maroma y teatro para pagar los préstamos que habían hecho a México”, contó alguna vez el llamado Diamante Negro, quien realizaba viajes secretos a Washington para buscar el apoyo del gobierno de Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales.
Y si alguna foto se recuerda de Guillermo Ortiz Martínez, cuando encabezó la Secretaría de Hacienda, entre 1994 y 1998, es una en la que aparece secándose el sudor de la frente, en el momento más apremiante de la crisis provocada por el llamado “error de diciembre”.
Todos esos responsables de las finanzas públicas ocupaban los titulares de los periódicos y noticiarios, dando declaraciones, recibiendo críticas y tratando de tranquilizar los nervios de los mexicanos y los mercados.
Por eso llama tanto la atención que hoy, en los albores de una recesión que ya se siente –y que podría ser la peor desde la Gran Depresión–, el secretario Arturo Herrera no aparezca por ningún lado, como si esto no fuera cosa suya, como si no le tocara. Si la historia se acuerda algún día de él será porque no estuvo.
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Biopolítica/Juan Villoro
La moderna supervisión biopolítica parece anunciar la llegada de ciudadanos inmateriales
REFORMA, 17 Abr. 2020
Cuando un Estado entra en crisis se habla de guerra. Las metáforas bélicas son el límite y la derrota de la imaginación social. Una vez más, varios gobiernos han cedido a la tentación de referirse al Covid-19 en términos militares, recurso inútil, pues el frente de guerra es ilocalizable, el enemigo avanza sin ser visto y la defensa consiste en evitar el acontecimiento. Estamos ante una narrativa vacía que cristaliza en ciertas islas: los hospitales. ¿Cómo explicaremos en el futuro la parálisis de un planeta donde el remedio consistía en evitar a los demás? ¿Será posible contar esa "épica de la inacción"? Los médicos, las enfermeras y los infectados viven un drama diferente. Mientras tanto, la inmensa mayoría respira en puntos suspensivos.
Los gobiernos normalizan el estado de excepción apelando al bien común. El filósofo Paul B. Preciado distingue dos métodos de combate a la epidemia: el aislamiento físico (Francia, Italia, España) y las pruebas para distinguir a contagiados (Corea del Sur, Taiwán, Singapur). Ambas estrategias restringen la libertad individual y obligan a recordar el término de "biopolítica" usado por Foucault para señalar que el objetivo central de toda política es el cuerpo.
¿En qué se transformará el organismo social? La omnipresencia de la realidad virtual ha hecho que los datos personales sean la más cotizada mercancía contemporánea. Hace años, el sociólogo Neil Postman habló de "tecnopolio" para referirse a la dominación tecnológica. En la actual cuarentena, estar en casa depende de celulares, internet y compras en línea.

La estrategia italiana de restringir la circulación de personas complementa la estrategia coreana de extraer datos individuales. La moderna supervisión biopolítica parece anunciar la llegada de ciudadanos inmateriales, progresivamente desprovistos de la capacidad de elegir y de interactuar con los demás. ¿Cómo definir al sujeto tras la mascarilla sanitaria? En palabras de Preciado: "No intercambia bienes físicos ni toca monedas, paga con tarjeta de crédito. No tiene labios, no tiene lengua. No habla en directo, deja un mensaje de voz. No se reúne ni se colectiviza. Es radicalmente individuo. No tiene rostro, tiene máscara. Su cuerpo orgánico se oculta para poder existir tras una serie indefinida de mediaciones semio-técnicas, una serie de prótesis cibernéticas que le sirven de máscara: la máscara de la dirección de correo electrónico, la máscara de la cuenta Facebook, la máscara de Instagram. No es un agente físico, sino un consumidor digital, un teleproductor, es un código, un pixel, una cuenta bancaria, una puerta con un nombre, un domicilio al que Amazon puede enviar sus pedidos".
Toda epidemia revela la biopolítica del país donde ocurre. En México la principal peste se llama hambre. De acuerdo con el Coneval, cuatro de cada diez mexicanos viven en la pobreza. Para ellos, las posibilidades de morir por no salir a la calle superan a las de sobrevivir por quedarse en casa.
Además, nuestro espacio doméstico es una zona de alto riesgo. En un artículo publicado en The Washington Post, Laura Castellanos aborda la "dimensión oculta" que la pandemia adquiere en México. Del 28 de febrero al 13 de abril murieron cien mujeres por coronavirus y 367 por violencia de género (en buena medida ocasionada por el encierro). En ese periodo hubo 40,910 llamadas de emergencia al número 911, la mayor cantidad desde 2016, y se abrieron 33,645 carpetas de investigación, lo cual equivale a 23.3 denuncias por hora. Un problema estructural se ha agudizado; sin embargo, como señala Castellanos, también ha aumentado la disposición a denunciar. El imprescindible hashtag #QuédateEnCasa reclama otro igualmente urgente: #¿ConQuién?
El coronavirus ha mostrado un mundo interconectado, pero también desunido, dentro y fuera de las casas. Preciado invita a recordar que "comunidad" comparte una partícula etimológica con "inmunidad": munus, tributo. La comunidad reparte tributos; la inmunidad prescinde de ellos. El cuerpo social sólo puede ser inmune en comunidad. La paradoja del otro: nuestra salud depende de aliviar su malestar.
La necesaria medida de estar en casa sólo tendrá pleno sentido cuando nadie pague un tributo de sangre por vivir ahí y cuando nadie tenga que llamar a la puerta para poder sobrevivir.

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